martes, 30 de abril de 2019

Niñas y mujeres de Nigeria, convertidas en botín de guerra.

Una niña cuya familia huyó de los combatientes de Boko Haram, en la entrada de una improvisada tienda de campaña en un campamento para desplazados internos en Maiduguri, la capital del estado de Borno, en el noreste de Nigeria. El extremista grupo islamista ha secuestrado a miles de niñas y las ha convertido en esclavas sexuales y forzado a matrimonios no deseados, entre otros abusos. Crédito: Sam Olukoya/IPS


Por Sam Olukoya

“Nos sacaron a la fuerza y ​​nos mantuvieron como prisioneras”, dijo Lydia Musa, quien fue secuestrada por Boko Haram cuando tenía 14 años, durante un ataque en Gwoza, un municipio del estado nororiental de Borno, en Nigeria.

Musa y otras dos niñas menores de edad fueron apresadas y obligadas a casarse con combatientes de Boko Haram a pesar de sus protestas de que eran demasiado jóvenes para contraer matrimonio.

“Debes casarte, te guste o no, nos conminaron mientras nos apuntaban con sus armas”, contó a IPS la ahora adolescente de 16 años, en Maiduguiri, la capital de Borno, donde reside ahora porque le asusta volver a su localidad y que termine capturada de nuevo.

La violación de Boko Haram de los derechos de las mujeres y las niñas es la parte más notoria de un panorama más amplio de trata de personas, matrimonios forzados y esclavitud que existe en Nigeria.

Cuando el grupo extremista llega a su décimo año de insurgencia, sigue siendo lo suficientemente poderoso como para secuestrar a mujeres y niñas a voluntad, y continúa “atacando a mujeres y niñas como botín de guerra”, dijo en un comunicado Anietie Ewang, investigadora en Nigeria de Human Rights Watch.

Esta nación de África occidental tiene la mayor incidencia de tráfico de personas a través del desierto del Sahara y el mar Mediterráneo hacia Europa. En las zonas del norte y noreste del país donde opera Boko Haram existe una alta incidencia de matrimonios forzados, mientras que en todo el país son frecuentes los casos de niñas “comerciadas” como esclavas modernas.

Boko Haram, cuyo nombre significa “la educación occidental está prohibida”, tiene la reputación de estar entre los cinco grupos terroristas más mortíferos del mundo. Ha impulsado una violenta campaña para imponer un régimen de observancia estricta del Islam en el noreste de Nigeria y en zonas de los países vecinos de Camerún, Chad y Níger.

Se calcula que más de 20.000 personas han sido asesinadas por los extremistas desde que comenzaron su actividad rebelde en 2009.

El grupo también está involucrado en secuestros, tráfico, trata y esclavitud de niñas y mujeres. Cientos de mujeres y niñas han sido secuestradas durante sus 10 años de insurgencia. Pero el secuestro de más repercusión ocurrió en abril de 2014, cuando 276 mujeres fueron sacadas de su dormitorio en la estatal Escuela Secundaria de Chibok, en el estado de Borno.

Aquel masivo secuestro dio pie a una campaña mundial bajo la etiqueta de #BringBackOurGirls (devuelvan a nuestras niñas).

Unos meses después de que las niñas de Chibok fueran secuestradas, el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, comunicó que las vendería.

“Soy quien capturó a todas esas chicas y las venderé”, dijo en un video distribuido por Internet, en el que justificaba la esclavitud humana. “La esclavitud está permitida en mi religión y capturaré a las personas y las convertiré en esclavas”, afirmó.

En consecuencia, ha habido otros secuestros masivos de niñas en la región desde el ocurrido en Chibok.

En marzo de 2015, los combatientes de Boko Haram secuestraron a más de 300 mujeres, niñas y niños en la estatal Escuela Primaria Zanna Mobarti en la ciudad de Damasak, mientras que en febrero de 2018 fueron secuestradas 116 estudiantes en el gubernamental Colegio Femenino de Ciencia y Tecnología de Dapchi, en el estado de Yobe, tras un ataque al centro educativo.

“La forma en que Boko Haram retiene a las mujeres y las niñas contra su voluntad es en sí misma una forma de esclavitud”, dijo Rotimi Olawale, del grupo Bring Back Our Girls (BBOG). El grupo participa en una gran campaña para la búsqueda y el rescate rápido y efectivo de las niñas de Chibok y otras mujeres y niñas secuestradas.

Olawale puntualizó en una entrevista con IPS que Boko Haram también está usando a las cautivas, como las chicas de Chibok, como “valiosas fichas de negociación”, para cobrar rescates y asegurar la liberación de sus combatientes presos en Nigeria.

Cinco años después de su secuestro, según informes, son 112 niñas secuestradas en la escuela de Chibok las que permanecen cautivas, mientras que las demás escaparon o fueron liberadas por Boko Haram por acuerdos alcanzados entre los extremistas y el gobierno nigeriano.

En lo que se considera una referencia implícita a Boko Haram, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha asegurado que desde 2012, los grupos armados ajenos al Estado que operan en el noreste de Nigeria han reclutado y utilizado a niños y niñas como combatientes y no combatientes, han violado a niñas y las han obligado a casarse, entre otros atentados graves a los derechos de la población infantil.

Las historias de quienes escaparon del cautiverio de Boko Haram lo confirman.

Ali Mohammed, un exprisionero de Boko Haram, contó a IPS que mientras estuvo cautivo vio a milicianos de Boko Haram usando a niñas cautivas como esclavas sexuales. “Por la noche, iban libremente al lugar donde las niñas estaban confinadas para tomarlas y obligarlas a tener relaciones sexuales”, explicó.

Otra excautiva de Boko Haram que pidió ser mencionada como Halima destacó que los niños varones nacidos como resultado de la esclavitud sexual se están convirtiendo en la nueva generación de combatientes de Boko Haram.

Halima misma, quien dio a luz a gemelos durante su cautiverio, un niño y una niña, dijo a IPS que los miembros de Boko Haram siempre celebran cuando un bebé nace en sus campamentos.

“Una vez que se den cuenta de que es un bebé varón, comienzan a disparar al aire y gritan con euforia que ha nacido un nuevo líder”, contó.

“Después de dar a luz a los bebés, cargaron al varón en señal de júbilo y conversaron con Allah Akbar, mientras que por el contrario no mostraron alegría alguna con la niña, ni siquiera la tocaron”, rememoró sobre su propia experiencia.

El secuestro de jóvenes por de Boko Haram tiene como uno de sus objetivos el convertirlos en combatientes, confirman estudios sobre el grupo islamista radical.

Unicef asegura que entre 2013 y 2017 más de 3.500 niños, la mayoría de entre 13 y 17 años, fueron reclutados por grupos armados no estatales que los utilizaron en el conflicto armado en el noreste de Nigeria. El Fondo considera probable que las cifras reales sean superiores porque las suyas incluyen solo aquellos casos verificados.

Musa, la adolescente capturada en Gwoza, confirmó que mientras estuvo cautiva vio a niños secuestrados que eran entrenados para ser combatientes del grupo extremista islamista. “En las mañanas, habitualmente les enseñaban cómo disparar armas y perpetrar ataques”, dijo, antes de añadir que algunos de ellos tenían apenas 10 años.

También se sabe que Boko Haram entrena a niños para transformarlos en terroristas suicidas. Otro informe de Unicef, este de 2017, asegura que entre enero y agosto de ese año, 83 menores de edad, principalmente niñas, fueron utilizados por Boko Haram como terroristas suicidas.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia destacó que esa cifra era cuatro veces más alta que en 2016.
Fracaso de leyes contra abusos infantiles

Mientras, los intentos legislar contra abusos como el matrimonio infantil, el abuso sexual, el tráfico, la trata y el secuestro han fracasado en el pasado en este país africano.

En 2003, Nigeria adoptó la Ley de Derechos del Niño como un instrumento legal para proteger a los niños de estos abusos, y en ella se incluyó la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio.

Pero la Constitución nigeriana no contempla una edad mínima para casarse y la ley fracasó en parte porque varios de los 36 estados en que se divide el país se negaron fracasó en parte porque varios de los 36 estados de Nigeria se negaron a aplicarla.

“También fue un fracaso en los estados donde se adoptó porque solo existía en el papel y no se hizo cumplir”, dijo a IPS la activista a favor de los derechos de las mujeres y las niñas Betty Abah.

Además, en 2016, el Senado de Nigeria, dominado por varones, votó en contra de un proyecto de ley sobre género e igualdad de oportunidades. Ese proyecto penalizaba la trata, el abuso sexual y la explotación de mujeres y niñas y niños. El proyecto también prohibía el matrimonio forzado y establecía los 18 años como la edad legal mínima para contraer matrimonio.

Según Unicef, 43 por ciento de las niñas en Nigeria están casadas antes de cumplir los 18 años. Algunos de los legisladores que votaron en contra del proyecto de ley argumentaron motivos como que su religión permitía el matrimonio de menores de edad.

“Es una muy mala señal de que tenemos un largo camino por recorrer, si aquellos que deben realizar las leyes para proteger a las mujeres y los niños y niñas consideran que tales leyes no son necesarias”, dijo Abah.

Mientras tanto, Musa, puede haber huido del cautiverio de Boko Haram, pero está demasiado aterrorizada para regresar a su hogar. Ahora vive en Maiduguri, a unos 130 kilómetros de Gwoza, donde fue capturada.

“Siempre rezo para que la crisis termine y pueda volver a mi casa, porque ahora no puedo retornar porque no quiero arriesgarme a que Boko Haram me capture de nuevo”, resumió a IPS sobre su vida actual, donde se la pasa prácticamente recluida en el lugar donde vive.
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Fuente: Publicado el día 25 de abril por Inter Press Service: http://www.ipsnoticias.net/2019/04/ninas-mujeres-nigeria-convertidas-botin-guerra/

IMPORTANTE: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net

Fuente: servindi.org

lunes, 29 de abril de 2019

Es demasiado el miedo que le tenemos a la libertad.


"Cuando la libertad reside en un valor supremo, que relativiza todo lo demás, los dictadores de pacotilla y discurso pierden toda su autoridad"


Una de las cosas que se ven con más claridad, cuando hay elecciones, es “el miedo a la libertad”. Todos decimos que queremos ser libres. Y por eso pedimos y exigimos que se nos respete la libertad. Pero no nos damos cuenta que pensamos y decimos esas cosas tan maravillosas, sobre la libertad, precisamente cuando, en lo más profundo de nuestro ser y de nuestra vida, más miedo nos da – y hasta más pánico nos causa – que nos propongan como proyecto y programa, para nuestra existencia entera, precisamente la libertad sin limitación alguna.

Hay demasiada gente en la vida a la que un buen dictador le quita de encima la carga insoportable de la libertad. Un buen dictador, que manda, impone y se impone, por eso mismo, es el gobernante que mucha gente anhela. Y si no, ¿por qué ahora en Europa hay tantos países en los que está creciendo la derecha más totalitaria? ¿No tuvimos bastante con Hitler, Mussolini, Stalin y sus compinches del siglo XX, para quedar satisfechos del “autoritarismo totalitario” que sembraron de muerte y exterminio hasta el último rincón de la Europa que, desde la Ilustración, venía soñando en la libertad?


Pero, ¡por favor!, que nadie se imagine que, al decir estas cosas, estoy haciendo una apología de la democracia, sea del color que sea. Quien se quede en eso, no ha tocado fondo. Ni se ha enterado de lo que quiero decir. Porque el problema de la libertad es mucho más profundo. 

Por eso ahora hablo, no como “político”, ni como “religioso”, y menos aún como “clérigo” o como “hombre de Iglesia”. No. Nada de eso. Hablo desde el Evangelio, con sus páginas ardientes en mis manos y su ideal inalcanzable en lo más profundo de mis convicciones. Cuando el Evangelio relata el llamamiento que Jesús les hizo a sus primeros discípulos, lo que se pone en cuestión y se plantea, para que aquellos hombres lo afronten y lo resuelvan, es sólo una palabra: “Sígueme”. Jesús no les propone un programa de vida, ni un objetivo, ni un ideal, ni crescribió genialmente Dietrich Bonhoeffer: “en realidad, se trata de la absoluta seguridad y la firmleeza en la vida, siguiendo el proyecto de vida que vivió Jesús”.

La libertad no reside en las ideas y los discursos. La libertad está en los hechos. Cuando la libertad reside en un valor supremo, que relativiza todo lo demás, los dictadores de pacotilla y discurso pierden toda su autoridad, su poder y el valor de sus promesas. De forma que quienes les siguen son los ejemplares más perfectos del miedo a la libertad.

Tocamos así el centro de la política. Pero, sobre todo, el centro mismo, no de la Religión, sino del Evangelio. Es el centro que nunca tocamos. Porque es demasiado el miedo que le tenemos a la libertad. Tenía razón Eric Fromm. Y mucho antes que él, el “proyecto de vida” que es el Evangelio.

viernes, 26 de abril de 2019

El triunfo de las luchas por la vida.



Ya terminó la Semana santa. ¿Olvidaremos su mensaje principal? El triunfo de la lucha por la vida y la fraternidad. Esa fue la misión que Jesús de Nazaret llevó hasta el extremo en sólo 3 años de dedicación a tiempo completo. Todo el cosmos es expresión de vida amorosa que no deja de desplegarse porque la creación sigue en marcha: lo vemos ahora con las fotos de los satélites que recorren el espacio.

Acabo de escuchar en redes sociales una señora de 92 años que dice: “Se ha dejado de luchar, por eso estamos en lo que estamos… Nada tenemos heredado para siempre… Se tiene lo que se defiende”. Algo parecido dice Bertold Brecht: “No debes tener lo que no estás dispuesto a defender”. ¿Nos sorprenden estas 2 personas? Jesús decía lo mismo: “Sólo los valientes entran en el Reino de Dios”, es decir, sólo los valientes tienen vida plena y llena de fraternidad y alegría porque luchan por ellas. El infierno es para los cobardes, los individualistas y los indiferentes.

Estamos salvados cuando entramos en esta lucha por la vida y la fraternidad. Si no vivimos para eso, estamos perdidos y bien perdidos. Y eso vale para cristianos y ateos. Se pierden los que trabajan por tener más y más dinero; se pierden los corruptos; se pierden los sinvergüenzas que hacen leyes por su interés personal o gremial; se pierden los jueces que tuercen las leyes para condenar al inocente; se pierden los que mienten descaradamente con la complicidad de los medios de comunicación; se pierden los ladrones de corbatas…


Eso es el infierno… que nos hacen padecer.

También se pierden los indiferentes a la maldad, los pasivos frente a las injusticias, los conformes con la desigualdad social, los que aplauden a los malvados, los que se suben a la camioneta de los corruptos, los quejosos que nunca mueven ni el dedito, los que se valen del desconocimiento de los demás, los envidiosos incapaces de luchar por su dignidad… Eso es el infierno.


Jesús de Nazaret vino por hace acontecer el Reino de Dios: eso fue su misión. Por su vida y su muerte hizo reinar a Dios en este mundo y Dios reina cuando hay vida, amor, justicia, armonía con la naturaleza, comunión el Misterio del universo. Desde el emperador Constantino, y hasta antes, se creyó que la religión con su clero, sus leyes, sus cultos, sus lugares santos, sus libros sagrados… eran la manera de hacer presente el Reino de Dios. Y vemos ahora el resultado: pedofilia e iglesias que se van vaciando. Hay que volver a los orígenes de las religiones y del cristianismo tal como lo vivieron Jesús y las primeras comunidades cristianas. “El Reino es lo único absoluto” dijo el papa Pablo 6° en 1975, repitiendo la frase de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios; el resto vendrá por añadidura”. ¡A salir de dónde nos hemos extraviado! Entonces la moral y la obsesión de la sexualidad pasarán segundo lugar, es decir, al servicio del Reino: todo debe estar al servicio del Reino.


Están desapareciendo las religiones pero no desaparecerán los que luchan por la vida y por la fraternidad. También muchos luchan y lucharán para que sigan vivas las ruinas religiosas, cultivando sus cementerios como paraísos perdidos… y cuántos más los irán siguiendo en su ceguera, complicidad y egoísmo.


La Semana santa nos despierta a la realidad, pero preferimos la cobardía de los apóstoles, la traición de Pedro y la soberbia de Poncio Pilato: ‘¿Qué es la verdad?’, sin querer escuchar la respuesta de Jesús: “He venido por la verdad”. La verdad de Jesús fue hacerse hombre pobre con los pobres, profeta itinerante, Mesías del Reino, dedicándose a construir el Reino con los pobres y desde ellos, hasta las últimas consecuencias. Esa fue la lucha de Jesús: por la vida y la fraternidad. Por eso lo asesinaron como vil delincuente que ‘alborotaba a las gentes’, desestabilizaba los poderes: el religioso de los judíos y el militar de los romanos. Hoy, ¿dónde nos ubicamos? ¿con quienes nos identificamos? ¿a quiénes defendemos consciente e inconscientemente? También hay que decir ¡cuántos siguen hoy el camino de Jesús y son perseguidos y asesinados como él! Y nosotros, los cristianos en particular, ¿con quienes nos cuánto complicidad nuestra con ellos?


Despertemos, levantémonos, luchemos tal como nos invitó Ricardo Patiño el año pasado a ‘luchar combativa, pacífica y colectivamente’, tal como consta en la Constitución y el Evangelio: “¡Sólo los valientes conquistan el Reino de Dios!”. Eso es ‘resurrección’, o sea, triunfo de las luchas por la vida y la fraternidad.

jueves, 25 de abril de 2019

De la duda a la fe.


José Antonio Pagola

El hombre moderno ha aprendido a dudar. Es propio del espíritu de nuestros tiempos cuestionarlo todo para progresar en conocimiento científico. En este clima la fe queda con frecuencia desacreditada. El ser humano va caminando por la vida lleno de incertidumbres y dudas.

Por eso, sintonizamos sin dificultad con la reacción de Tomás, cuando los otros discípulos le comunican que, estando él ausente, han tenido una experiencia sorprendente: «Hemos visto al Señor». Tomás podría ser un hombre de nuestros días. Su respuesta es clara: «Si no lo veo… no lo creo».

Su actitud es comprensible. Tomás no dice que sus compañeros están mintiendo o que están engañados. Solo afirma que su testimonio no le basta para adherirse a su fe. Él necesita vivir su propia experiencia. Y Jesús no se lo reprochará en ningún momento.

Tomás ha podido expresar sus dudas dentro del grupo de discípulos. Al parecer, no se han escandalizado. No lo han echado fuera del grupo. Tampoco ellos han creído a las mujeres cuando les han anunciado que han visto a Jesús resucitado. El episodio de Tomás deja entrever el largo camino que tuvieron que recorrer en el pequeño grupo de discípulos hasta llegar a la fe en Cristo resucitado.

Las comunidades cristianas deberían ser en nuestros días un espacio de diálogo donde pudiéramos compartir honestamente las dudas, los interrogantes y búsquedas de los creyentes de hoy. No todos vivimos en nuestro interior la misma experiencia. Para crecer en la fe necesitamos el estímulo y el diálogo con otros que comparten nuestra misma inquietud.

Pero nada puede remplazar a la experiencia de un contacto personal con Cristo en lo hondo de la propia conciencia. Según el relato evangélico, a los ocho días se presenta de nuevo Jesús. Le muestra sus heridas.

No son «pruebas» de la resurrección, sino «signos» de su amor y entrega hasta la muerte. Por eso, le invita a profundizar en sus dudas con confianza: «No seas incrédulo, sino creyente». Tomas renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Solo sabe que Jesús lo ama y le invita a confiar: «Señor mío y Dios mío».

Un día los cristianos descubriremos que muchas de nuestras dudas, vividas de manera sana, sin perder el contacto con Jesús y la comunidad, nos pueden rescatar de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, y estimularnos a crecer en amor y en confianza en Jesús, ese Misterio de Dios que constituye el núcleo de nuestra fe.

martes, 23 de abril de 2019

Estados Unidos: Organizaciones paramilitares realizan detenciones ilegales de inmigrantes.


Por Insurgente

La organización no gubernamental Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) denunció este viernes que un grupo de civiles armados de EE.UU realizan detenciones ilegales a inmigrantes.

Se trata de una organización autodenominada Patriotas Constitucionales Unidos, la cual hace dos días “arrestó a casi 300 personas que buscaban seguridad en Nuevo México”, alertó ACLU. Desde entonces, el grupo armado parecer haber detenido ilegalmente a más inmigrantes.

La denuncia está sustentada en los propios videos y fotografías que publica Patriotas Constitucionales Unidos. Además, el portavoz del grupo Jim Benvie, en declaraciones al New York Times, defendió las detenciones ilegales: “Estamos aquí para apoyar a la Patrulla Fronteriza y mostrarle a la ciudadanía la realidad de la frontera”.

“La administración Trump ha alentado a los nacionalistas blancos a violar flagrantemente la ley. Esto no tiene lugar en nuestro país, no podemos permitir que civiles armados secuestren y detengan a personas que buscan asilo. ACLU insta a la gobernadora a investigar inmediatamente”, enfatizó ACLU.

Por su parte, el portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., Carlos Díaz, dijo que “no respalda a los grupos privados ni a las organizaciones que toman los asuntos de cumplimiento de la ley por sus propias manos”.

Asimismo, la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, calificó como “inaceptable” que las familias inmigrantes “puedan ser amenazadas de cualquier forma cuando llegan a la frontera”.

lunes, 22 de abril de 2019

Resurrección= Alegría!!. Una celebración para la alegría.


La liturgia para celebrar la resurrección de Cristo se ha vuelto una celebración en la que casi no se nota la alegría por este acontecimiento que se acepta por la fe y se acompaña de luces, pregón pascual, toque de campanillas…y huevos de chocolate. Y, en realidad, poca alegría. Todo demasiado formal.
No se ve la explosión colosal del gozo al comprobar que la muerte no tiene la última palabra.
Todo lo hemos descremado en nuestras expresiones religiosas, como si a dios no le gustara reírse. Como si diera lo mismo triunfar sobre los miedos y los traumas o quedar sometidos a ellos.

La feligresía canta eso de “resucitóoooo, resucitóoooo” pero con tan pocas ganas que se llega a dudar de la seguridad de su fe. Nos hemos acostumbrado a la rutina de la semana santa y de la feliz noticia de la resurrección.

Falta la “risa paschalis” (la risa de la Pascua), esa actitud que era parte de la ceremonia en épocas pasadas. Se debía contar un chiste que provocara las carcajadas de la comunidad reunida, durante la predicación u homilía. Así se demostraba el gozo de la resurrección, aunque el método era bastante ingenuo. Era una invitación a reírse del diablo en su propia cara.

¿Pero ahora, quién se alegra, realmente, por la resurrección de Cristo? ¿Habrá que indicar a los pastores y curas que se aprendan un buen chiste para animar a la concurrencia?

Por otra parte, dice el texto bíblico que los apóstoles y discípulos salieron a gritar por las calles lo que había acontecido y que las autoridades les prohibieron hacerlo bajo pena de cárcel y azotes.

¿Alguien hoy día sería encarcelado por proclamar en las calles y las asambleas, la fe en la resurrección?

¿Alguien, hoy día, cree en serio este dato de nuestra fe, si nadie ha visto que un muerto vuelva a ESTA vida?

Porque ahí está el chiste: no se trata de regresar a la misma vida sino que se resucita en una nueva dimensión. La vida que brota desde una semilla no regresa para ser una semilla más grande, sino que se convierte en una planta. Sigue la vida pero en diversa forma.

Este debe ser el mejor chiste que hizo dios al desarmar la trama del diablo quien esperaba que nada cambiara. Resucitando, dios hizo la jugada maestra y dejó K.O a todos los que apostaban por la muerte.

AgustínCABRÉ. cmf.

miércoles, 17 de abril de 2019

Sin esperanza.



Jaime Richart , Antropólogo y jurista

No creo que haya quien se sienta más afectado personalmente por el cambio climático que el meteorólogo. Sobre todo si está entrado en años. Su seguimiento de la progresiva disminución de las precipi­taciones, de la alteración estacional de las temperatu­ras, de la asimismo progresiva ausencia de una signifi­cativa uniformidad en los fenómenos atmosféricos, a buen se­guro le debe resultar paté­tico mientas desempeña su oficio… No sé si el Montes de Oca que publica en “Rebelion” “Detengamos el holocausto”, es aquel que fue el paradigmático hombre del tiempo de la televisión pública, pero aunque éste no fuese él, vale lo que digo acerca del meteoró­logo.

En todo caso, el título del artículo publicado se explica por sí solo y no puede referirse sino a lo que pensamos y sentimos so­bre la bios­fera todo espíritu que no esté aletargado. Y a su conte­nido no po­demos por menos que adherirnos sin condiciones to­dos cuantos no cometemos el error o el pecado de negar la muta­ción climática a la que venimos asistiendo hace muchos años. Concretamente yo em­pecé a sospecharlo un día de marzo de 1992.

Estando en mi jardín donde tengo un termómetro, un buen día me sorprendió que por aquellas mismas fechas de marzo nunca hasta entonces se había alcanzado a las 11 de la mañana la temperatura dos o tres gra­dos por encima de la que estaba viendo. Y como tengo la sensi­bilidad del pastor de ovejas casi exacerbada, me vino repentina­mente la inspiración/visión de lo que ha ido ocurriendo después. Desde entonces, sin poder evi­tarlo, el ritmo de la Naturaleza lo siento como quien tiene un mar­capasos que funciona, pero fun­ciona intermitente o defectuo­samente. Y desde entonces no he de­jado de prestar aten­ción al asunto. Es más, tengo que hacer esfuer­zos para no ob­sesionarme como el Michel del film “El reverendo”.

Así es que casi desde entonces ya pensé que escribir alertando del peligro que corre la Humanidad, arengando a los responsa­bles de males futuros para que los eviten o haciendo esfuerzos poéticos para inspirar confianza al lector y de paso uno a sí mismo, es muy hermoso. Además si se hace con fundamentos, so­lidez documental y belleza expresiva transmite al lector con­suelo y esperanza. Pero me siento incapaz de intentarlo. Sé bien, por tanto, que el catastro­fismo y el alarmismo son nocivos y que la esperanza y el espíritu po­sitivista es lo más adecuado para la comunicación, y aún más para la comunicación de masas. Pero creo que la suerte está echada. En este asunto del cambio climá­tico, sus causas y las conse­cuencias catastróficas que está origi­nando y las que habrá de causar, no hay nada qué hacer. Mejor di­cho, habría tanto que hacer, que no es imaginable la sinergia su­ficiente entre los poderes del mundo, de los que el poder polí­tico es el que menos fuerza tiene pese a ser de creencia superfi­cial que es el que puede y debe impo­nerse sobre los demás pode­res.

Porque los poderes reales del mundo que lo dominan son inasi­bles. Son inmunes a las leyes, carecen de las propiedades de los mecanis­mos, más bien los órganos dotados de la sensibilidad y humanismo que hacen posibles los cambios, y mucho menos los que harían posibles los cambios enérgicos y casi súbitos requeri­dos por las condiciones medioambientales y climáticas perdidas. Pero la psicología profunda nos revela que hay acciones aparen­temente racionales del hombre que están gobernadas en realidad por fuerzas que él mismo ignora o que están ligadas a un simbo­lismo absoluta­mente ajeno a la lógica corriente. No se puede dete­ner el holo­causto.

Creo que hemos llegado al punto de no re­torno. Aunque de pronto todos los gobiernos del mundo adopta­sen acuerdos para redu­cir drásticamente la producción de objetos superfluos (y super­fluo en este contexto extremo sería todo lo que no es indispensable para la vida), y no sólo los gases nocivos, aunque súbitamente deja­sen de fabricarse, en el hipoté­tico proceso regenerador a partir de ahí de las condiciones de equilibrio de la biosfera de las que se su­pone partimos y hacia las que desearíamos dirigirnos, haría acto de presencia, primero el principio de incertidumbre de Heisenberg, luego la ausencia de la “lógica” corriente inaplicable a los hechos de la Natura­leza, y luego, el impredecible número de décadas o cen­turias a priori necesarias para intentar restablecer las condicio­nes anterio­res al desastre.

De modo que el llamamiento a la sensatez que hagamos Montes de Oca y yo y todos los ya apuntados y que quieran apuntarse a quie­nes en apariencia la han perdido por la obsesión de suminis­trarse y suministrar beneficios a unos cuantos a cualquier precio, son resueltamente inútiles. Está demostrada la inutilidad de ante­mano. Por la respuesta ya expresa de los mandatarios negacionis­tas y por el resultado inoperante de los mandatarios que no siéndolo, no pueden hacer nada frente a ellos y sólo pue­den lucir su buena vo­luntad. Porque los llamados a cambiar de pa­radigma, a renunciar al paradigma de la ganancia como única y legítima aspiración del ser humano, están a su vez dominados por esas fuerzas que igno­ran. Están atenazados o abducidos por el fatalismo de esa parte atroz de la condición humana.

Hay dos clases de depravación: ele­gir lo que impide o destruye nuestra existencia y organizar la socie­dad por la ley de más fuerte por­que es la que rige en la Naturaleza. Por ésta se guían los domina­dores. Y los dominadores, ya lo sabe­mos, son los capita­listas, los mayores enemigos del capitalismo, ahora envalentona­dos por el neoliberalismo y resueltos a privatizar aire que respira­mos. La resistencia a su dominación en el mundo, es la que es, pero demasiado débil comparada con su fuerza y su de­ter­minación. Pues la fuerza del dinero y de las finanzas con la que cuentan es abstracta, transversal y se extiende subterránea­mente por todas las naciones. Y como esto es así, nada puede cam­biar… a menos que la Humanidad sin tapujos les declare urbi et orbe la guerra. Por lo menos la guerra a su falta de con­ciencia y a esa ambición…

martes, 16 de abril de 2019

Vía crucis de los pobres y migrantes.



Juan Simarro Fernández

Inmigrantes: El multiforme rostro de Dios

Vivimos en un país en donde hay personas que, en esta Semana Santa, se van a centrar más en el dolor que en la alegría de la resurrección. Parece que a la gente le gusta en España la celebración del dolor y del sufrimiento. Muchos cofrades celebrarán en España las catorce estaciones del Vía Crucis. Pasean en procesión todo el sufrimiento de Jesús. Es más, muchos quieren participar de él: se dan latigazos, cargan cruces pesadas pero a veces se olvidan del dolor y sufrimiento del hermano.

Primera estación: Huerto de los Olivos. Ellos, los pobres, también se han angustiado en su Huerto de los Olivos, quizás muchos han tenido su alma triste hasta la muerte antes de tomar la decisión de subirse a una patera o a un cayuco… o a un avión. Es la primera estación del vía crucis de los pobres.

Segunda estación: El Beso de Judas. Muchos de los pobres del mundo aguantan su soledad al haber sido traicionado por el Judas de nuestro tiempo, adorador del dios Mammón, dios que acumula capitales desequilibrando el mundo. Seguidores de Mammón que, a veces, dicen que no se olvidan de los pobres y que rezan u oran en las iglesias. Rezan u oran también ante sus opulentas comidas diciendo que se acuerdan de los pobres. Es el Beso de Judas. La 2ª estación

Tercera estación: La condena del Sanedrín. Los pobres, tanto los países como las personas, han sido condenados por el Sanedrín acumulador contemporáneo de los países ricos. Estos usan sus materias primas, aseguran su bienestar con los cobros de la deuda externa. Los pobres han sido condenados a ser los excluidos de la tierra, un remanente sobrante que llega a estorbar a los que detentan el capital. La condena dictada por el Sanedrín opulento es la tercera estación de su vía crucis.

Cuarta estación: La negación del pobre. Cuando el hambre acucia, cuando no se tiene una vivienda digna, cuando no se tiene acceso a un trabajo capaz de sustentar a la familia, se sale de los países de origen y se emigra. Llegan a las sociedades ricas y éstas les reciben. Los necesitan, los usan… los explotan o se les rechaza con brotes xenófobos o racistas. Se les niega. Es la negación de Pedro, pero sin arrepentimiento. Es la cuarta estación de los sufrientes del mundo.

Quinta estación: El juicio. Los pobres son juzgados por los políticos, por los Pilatos de nuestro tiempo. Juzgan, condenan y, después, se lavan las manos. Hay políticos que hablan de los peligros de la inmigración, de la inseguridad, de expulsiones, de controles. Son los resultados de un juicio político… juzgados por el Pilatos de nuestro tiempo. Es la quinta estación. El juicio a los pobres y migrantes del mundo.

Sexta estación: La flagelación. Jesús fue flagelado, pero muchos pobres también. Apaleados y pateados en el Metro como vimos en los telediarios. ¡Cuántos apaleados que no graban las cámaras de seguridad! Flagelados de mil formas, con las miradas, con las palabras, con las exclusiones… Es la sexta estación del vía crucis de los pobres. Tienen que soportar durante esta estación, su pesada y dolorosa corona de espinas.

Séptima estación: Tienen que cargar con la cruz, con la pesada carga que no quieren llevar los ricos del mundo, con trabajos que ellos, los satisfechos y ahítos, no quieren hacer ni encuentran quienes los hagan. Hoy muchos pobres tienen que cargar con la cruz, por un poco de dinero y, quizás, sin seguridad social, ni vacaciones, ni pagas extra. Es la séptima estación del vía crucis de los pobres cargando con la pesada cruz. Espaldas cansadas, brazos agotados, cansancio, mala alimentación. Triste estación.

Octava estación: Cirineo. Un punto de descanso, de solidaridad. También hay Cirineos en el mundo que intentan ayudar a llevar la cruz. Las ONGs, algunas iglesias, algunos creyentes… algunos ateos y humanistas del mundo. Es la mano tendida en medio del vía crucis. Hoy también, afortunadamente, Cirineo se mueve por el mundo, siendo las manos del crucificado, siendo los pies del Siervo Sufriente. Es la octava y bendita estación dentro del vía crucis de los pobres. 

Novena estación: El llanto. Las mujeres de Jerusalén llorando ante Jesús que carga con la cruz. Coro de mujeres que se lamentan y dejan correr sus lágrimas por sus mejillas. Yo no sé si hoy falta este coro de mujeres que lloren por el mundo. Necesitamos esta novena estación. Es la estación del llanto, la del grupo que une sus lágrimas a las de los sufrientes del mundo. No lloréis sólo por los sufrientes, llorad por vosotras mismas. Cuando un niño se muere de hambre en el mundo, algo de vuestros hijos perdéis. Llorad por vuestros propios hijos, los coetáneos de los que mueren por el hambre o la desnutrición. Que no falten las lágrimas de esta estación novena

Décima estación: Es el momento del Jesús crucificado. Jesús en su agonía. ¿Cuántos de los pobres del mundo estarán pasando ya por esta estación? Los clavos ya clavados, las manos y los pies ya sangrantes. ¡Cirineo, ayúdanos! Pero hasta ahí ya no puede llegar el Cirineo. Es la estación de la ejecución de la condena. La décima estación. El niño va a morir, el adulto no va a llegar a los cuarenta años, ha envejecido prematuramente y ya está en la cruz esperando la muerte. ¿Dónde está la justicia?

Décimo primera estación El buen ladrón tiene premio. Apelemos a la conversión de los ladrones del mundo, que se conviertan y compartan.

Décimo segunda estación: A los pies de la cruz. La madre y el discípulo amado al pie de la cruz. La necesidad de los que aman. El discipulado, el seguimiento de Jesús. No dejemos solos a los que sufren. Pongámonos a los pies de su cruz particular.

Décimo tercera estación: La muerte. Jesús muere. Su figura crucificada nos anima a no permitir que mueran impunemente más inocentes. ¿Cuántos pobres y migrantes han muerto hoy? ¿A cuántos se les ha matado su dignidad o su autoestima en este día?

Décimo cuarta estación: La tumba. Jesús es depositado en un sepulcro nuevo. Con los ricos fue en su muerte. Muchos pobres no tienen ni siquiera esta estación. Son lanzados al mar desde las pateras o los cuervos se comen sus carnes. Hoy los abismos del mar sienten nauseas por tanta muerte. Fin del vía crucis.

¿Marca el fin este vía crucis? ¡No! El vía crucis no marca el fin. Sigamos andando hasta la resurrección. Sería un error quedarse ahí. ¡Hay esperanza! Jesús resucitó y nos llama a ser sus discípulos en medio de un mundo de dolor. 

El vía crucis debe ser derrotado, el Reino de Dios ya está entre nosotros y puede tener su acción en el mundo a través de sus hijos solidarios, activos y comprometidos. Señor, ayúdanos a eliminar el vía crucis de los pobres del mundo. Lo queremos hacer por ti, Señor. Que la memoria del crucificado nos lance al amor y a la solidaridad, que nos sintamos movidos a misericordia. Estamos en tiempos de resurrección. Tu muerte es la que puede dar vida al mundo, pero mientras no terminemos con el vía crucis de los pobres, no seremos nosotros tampoco felices. La primavera no habrá llegado. Tendremos nuestro personal vía crucis ¡Ven, Señor Jesús!

domingo, 14 de abril de 2019

Autonomías indígenas en repúblicas criollas.



Ollantay Itzamná

Para las sociedades latinoamericanas, incluso en países multiculturales como Perú, Ecuador, Brasil, Chile, Guatemala, México, etc., el concepto de autonomía indígena es aún un tabú político, que de ser manipulado podría hacer estallar a dichas repúblicas bicentenarias en retazos territoriales.

Por ello, toda propuesta o exigencia del reconocimiento de autonomías indígenas es ignorada o censurada por los generadores oficiales de la opinión pública, y castigado por los estados como acciones de desestabilización o de subversión.

¿En qué consiste el derecho de autonomía indígena?

Consiste en la facultad que tienen los pueblos indígenas de organizar su propio gobierno en su territorio, hacer sus propias leyes, aplicar sus propios sistemas judiciales, y gestionar sus propios sistemas administrativos.

Este derecho está reconocido en el Convenio nº 169 de la OIT, en la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, y en otros cuerpos jurídicos internacionales.

La autonomía indígena no es sinónimo de soberanía (máximo poder). Es únicamente la máxima democratización del poder político administrativo dentro de la naturaleza de un Estado Plurinacional.

En lenguaje figurado, la autonomía vendría a ser el ejercicio de la libertad y derechos que hacen los hijos mayores de edad, sin desconocer la autoridad del padre.

¿Las autonomías indígenas debilitan a los estados?

Un Estado Plurinacional, con autonomías territoriales, cuenta con una única Constitución Política de Estado donde se establecen con claridad y precisión las competencias para las autonomías, y facultades exclusivas del Estado Plurinacional (finanzas, seguridad y relaciones internacionales, etc.) Autonomía no es federalismo. Mucho menos es independencia política.

Las autonomías indígenas no fragmentan, ni dividen a los estados. Mucho menos las debilitan. Más por el contrario las fortalecen. Ejemplo claro es el caso boliviano.

Maliciosamente se relaciona la posibilidad de las autonomías indígenas con la “hecatombe” política de la “ex Yugoslavia”, donde las élites de los pueblos proclamaron supuestamente su independencia, anularon al Estado, e incursionaron en guerras entre pueblos.

El caso de ex Yugoeslavia fue un proceso de fragmentación política interna, promovido por el gobierno de los EEUU. con la finalidad de afianzar su hegemonía político militar en esa parte del mundo, y apropiarse de riquezas ajenas. Al igual como lo hizo con la separación de Panamá de Colombia (inicios del pasado siglo) para quedarse con el control del Canal de Panamá. O lo que actualmente hace con los pueblos de Venezuela.

¿Cuál es la mayor justificación de las autonomías indígenas?

Las Naciones Unidas, como los estados nacionales que ratificaron el derecho de las autonomías indígenas, reconocen dicho derecho porque, después de cinco siglos de colonialismo continuado, estos pueblos se encuentran en condiciones materiales inhumanas.

En todos los países multiculturales, los pueblos indígenas cargan los peores niveles del índice de desarrollo humano, producto del saqueo y explotación continuado de sus bienes y fuerzas de trabajo.

La justificación mayor de este derecho está en la facultad inherente que asiste a todo pueblo de decidir su destino promisorio en liberad para garantizar bienes y condiciones dignas para sus miembros. Esto no es ideológico. Es lo básico que exige la lógica jurídica, y el sentido común.

Las repúblicas criollas, después de dos siglos de colonialismo y despojo continuado contra los pueblos indígenas, no pueden seguir argumentado la falsa promesa de “protección”, “resguardo indígena”. Mucho menos la letal promesa de la asimilación o integración bajo la lógica multiculturalista.

¿Qué países reconocen autonomías indígenas?

Hasta el momento, el único Estado que reconoce el derecho de autonomía a los pueblos indígenas es el Estado Plurinacional de Bolivia. Aunque en los hechos son apenas tres pueblos que ejercen dicho derecho. Nicaragua y Panamá, en los casos de los pueblos Misquito y Cuna, reconocen dicho derecho (sin mayor autonomía judicial, ni administrativa) fruto de las presiones interesadas del gobierno inglés y norteamericano, respectivamente.

En el resto de las repúblicas criollas latinoamericanas, los pueblos indígenas aún subsisten como siervos tutelados, sin derechos, ni oportunidades. México, Perú, Ecuador, Brasil, Guatemala, países con decenas de pueblos indígenas, aún le tienen miedo a la idea de plurinacionalidad o al derecho de la autonomía de los pueblos, como si fuese una peste letal en contra de la ilusa unidad nacional que jamás tuvieron.

viernes, 12 de abril de 2019

El amor que desarma.


Gabriel Mª Otalora

A veces nos empeñamos en que el evangelio no sea Buena Noticia. No creemos, como el Papa, que la misericordia es la actitud que define al evangelio, capaz de cambiar el corazón y la vida de cualquier persona. La importancia esencial de esto se experimenta con especial relevancia en algunos pasajes de la liturgia de la Cuaresma: el texto de Juan sobre la adúltera es un claro ejemplo que muestra la radicalidad del amor de Dios que no acabamos de asimilar.

Las leyes de aquél entonces solo protegían a los hombres, por eso resulta desconcertante el carácter radicalmente transformador del relato de la mujer sorprendida en adulterio. Tan es así, que costó muchos años que se incorporase a los textos canónicos. Algunos Padres de la Iglesia, como san Agustín, temieron que el relato podía alentar al adulterio o servir de excusa para no reconocer su gravedad. Calvino temió que el texto desacreditara las leyes mosaicas de la pena de muerte para el adulterio (Levítico y Deuteronomio).

Aquellos escribas y fariseos estaban obligando a Jesús a elegir entre la misericordia y la justicia legal. Siempre ha estado latente el miedo a la Verdad por muy liberadora que sea; en este caso, el tema no es tanto “la mujer adúltera” sino la doble vara de medir y la hipocresía de los varones frente a la audacia amorosa del Maestro que descoloca a todos, también a nosotros, ojo. La adúltera de este evangelio es culpable y, contra toda lógica religiosa de entonces, Jesús no la condena sino que la salva de morir y encima le devuelve la paz interior. Resulta muy revelador que el mandamiento de Jesús a la mujer para que se apartara del pecado vino después de que ya había sido absuelta de su pecado. Este fue el orden: justificación primero y luego santificación. De hecho, no puede ser de otra manera, porque aunque acudamos al Señor con un arrepentimiento genuino de nuestros pecados, nunca conseguiremos cambiar por nuestros propios medios. Este cambio sólo es posible después de haber sido regenerados por medio del Espíritu.

Es importante tener esto claro, porque lo hemos asumido justo al revés. Los propios fariseos lo hacían así. Para ellos, la persona se tenía que esforzar en merecer el perdón de Dios por una conducta intachable. Para más desconcierto, Jesús ni siquiera condena a los prestigiosos acusadores que se van retirando con pecados seguramente igual de graves o aun mayores. Ni tampoco condena al adúltero, sino que ofrece un camino de gracia a los varones desde su aceptación cómplice en el adulterio. 

Hay que recordar que el fundamento del matrimonio en la ley judía no era el amor ni el compromiso, pues la mujer sufría una apabullante desigualdad de consideración y derechos. Lo esencial era el deber de fidelidad pero entendido desde la propiedad que tenía el marido sobre la mujer. Al cometer adulterio, las mujeres cargaban con el pecado sexual (fuente de tentación y ocasión de pecado para el hombre) y vulneraban la propiedad de otro hombre al transgredir la pureza del linaje del marido engañado, lo cual socavaba el honor y cuestionaba a todo el clan familiar. El adulterio se equiparaba a un robo.

En este relato no caben espacios para que nadie se sienta superior a nadie -excepto Jesús- que ni siquiera se comporta como un juez sino que actúa en el plano superior del amor gratuito de Dios. El día en que todos nos consideremos pecadores podremos dialogar y perdonarnos mutuamente por la gracia de Dios. Con el episodio de la adúltera, la mujer es rescatada de la exclusión y presentada como persona equiparada al varón e igual de destinataria de la Buena Noticia.

Este pasaje nos obliga a preguntarnos cuando acusemos a alguien, da igual si somos hombre o mujer: ¿cómo quisiera ser tratado? Toda ley es un medio, y puede convertir a la religión en excluyente, entendida como un sistema judicial más, tan del gusto de algunos que pretenden arrinconar al Papa y a sus mensajes porque desinstala conciencias que no son mejores que las de aquellos escribas y fariseos expertos en Dios. O puede ser una oportunidad de esperanza, sobre todo para las mujeres peor consideradas y maltratadas. En todo caso, es una oportunidad para abrirnos al amor de Dios.




martes, 9 de abril de 2019

No llamemos homicidio o suicidio a la aceptación digna del buen morir.



No debería llamarse suicidio asistido a la cooperación responsable a la aceptación justa de la muerte.

No debería llamarse peyorativamente “eutanasia”, sino “buen morir dignamente (eu- thanasia)”, al asumir responsablemente el fnal de esta vida y aceptar la muerte.

(Como tampoco llamaremos peyorativamente “aborto injusto” a los casos de interrupción responsablemente justificada del embarazo. Los debates recientes me incitan a volver sobre el tema repetido en este blog).

El buen morir respetando la dignidad de la persona puede llevar a una solicitud justa de eu-thanasia. Tal eu-thanasia justa (cumplidas las condiciones de respeto a la dignidad y libertad de la persona) no se puede equiparar con el homicidio, como tampoco puede ni debe llamarse, sin más, suicidio al asumir responsable y libremente la propia muerte.

La opción responsable por una eu-thanasia justa no significa optar por la muerte y contra la vida, sino elegir cómo vivir cuando se muere No se debe llamar a esa opción "muerte digna", sino respeto de la dignidad en el proceso de morir.

Convendría una legislación sobre buen morir, como título general, que incluya en determinados casos particulares las condiciones para que una solicitud de eu-thanasia justa y autónoma pueda llamarse "buen morir responsable de la persona digna hasta el final".



En los debates sobre regularización legislativa no debería plantearse el tema del recurso a paliativos como si fuera un dilema entre paliativos y eutanasia. Hay que garantizar, ante todo, el acceso equitativo al uso de paliativos, así como el de la sedación terminal debidamente consentida y protocolizada. Pero, eso supuesto, teniendo en cuenta las situaciones de solicitud de eu-thanasia, habrá que garantizar las condiciones para que sea justa, es decir, "buen morir responsable de la persona digna".

Contra este punto de vista se ha argumentado:
a) desde algunas instancias religiosas, diciendo que no tenemos derecho a adueñarnos de la propia vida violando una ley divina;
b) desde algunas posturas humanistas no religiosas, diciendo que la autonomía personal no justifica que renunciemos voluntariamente a la vida con una elección que implicaría la destrucción de esa misma autonomía. Pero pienso que ninguna de estas dos objeciones se justifica absolutamente.

A veces se interpreta el rechazo de la eutanasia, como si fuera una señal de identidad religiosa -concretamente, cristiana-, y se hace coincidir su aceptación necesariamente con actitudes no religiosas o, incluso, antirreligiosas. Es decir, se presenta como si el rechazo o la aceptación fuesen cuestión de fe o increencia.

Esta confusión de lo ético y lo religioso hace un flaco favor, tanto a las posturas opuestas como a las favorables a la opción eutanásica.


Ángel y María José, antes de proceder al suicidio asistido

Conviene no confundir tres comportamientos completamente distintos:

1) el homicidio por compasión o supresión injusta de la vida contra la voluntad de la persona (llamado impropiamente eutanasia involuntaria, obviamente rechazable tanto legal como éticamente);

2) la legalización de la solicitud justa de eu-thanasia o cooperación responsable a la aceptación de la muerte; 

3) la opción por asumir el proceso natural del morir y proteger la dignidad y autonomía de la persona moribunda: a) rechazando recursos médicos desproporcionados u onerosos para ella, b) concentrándose en los medios paliativos necesarios, y c) acompañándolos de cuidado humano apropiado

El comportamiento “1” es rechazable, tanto humana como religiosamente.

Los comportamientos “2” y “3” son ambos razonables, tanto humana como religiosamente

Al tratar este tema, en las clases de ética, como cuestión de decisión humana razonable y responsable, presento al alumnado los ejemplos de cuatro clases de personas que hacen distintas opciones. Dos de ellas (una, no religiosa; otra, religiosa) optan por la eu-thanasia. Las otras dos (una, no religiosa: otra, religiosa) rechazan la opción por la eu-thanasia.
A) Es posible que una persona no religiosa, razonable y responsablemente, pida ayuda para acelerar el final del proceso de morir en circunstancias penosas amenazadoras de su dignidad.
B) Es posible también que una persona religiosa, convencida en conciencia de que no contradice su fe en la Fuente de la Vida, tome la decisión personal acerca del momento de despedirse de esta vida, asuma la muerte que se aproxima como acto de confianza en la Vida de la vida. (He acompañado pastoralmente estos casos).
C) Es posible también que una persona no religiosa, convencida de que concuerda con su dignidad asumir la vulnerabilidad humana tal cual es, sin forzar la prolongación ni la aceleración del proceso de morir, opte por dejarse llevar al mar del morir en que desemboca el río de su deterioro biológico y por eso no hace la opción por la eutanasia. (He acompañado humanamente estos casos)
D) Es posible también que una persona religiosa se sienta llamada o invitada (pero no las cuatrodueño de la vida) a confiar en el misterio último que da sentido a su vida, dejar la determinaciónn del cuándo y el cómo de su final en manos de quien se la dio, y encomendar su espíritu confiadamente al Misterio para “morir hacia la Vida de la vida”. (He acompañado pastoralmente estos casos).

Cualquiera de estos cuatro comportamientos como opciones personales, autónomas y responsables serían compatibles con una legislación social-demócrata (como la que por dos veces consecutivas ha quedado aparcada al final de una legislatura), que respete y deje cabida para las cuatro opciones mencionadas (independientemente de que su motivación sea secular o religiosa).


domingo, 7 de abril de 2019

La vigencia de las ideas de Martin Luther King.



En el 51º Aniversario del asesinato de Martin Luther King, su utopía condensada en la icónica frase “I have a dream” (Tengo un sueño) sigue siendo inalcanzable en la distópica sociedad estadounidense del siglo XXI.
El reverendo Wright en un sermón pronunciado en el 2001 en la parroquia de la United Church of Christ de Chicago expresó la necesidad de una metanoia colectiva de la sociedad estadounidense “que transforme las guerras militares imperiales en guerras políticas internas contra el racismo y las injusticias de clase”, para lo que propuso una redistribución fundamental de la riqueza a través de la reasignación del presupuesto público.

Citando el “regalo de la Administración de George W. Bush de 1.300 billones de dólares en exenciones de impuestos para los ricos”, replicó con una propuesta de financiación pública de asistencia médica universal y de reconstrucción del sistema educativo para ponerlo al servicio de los pobres. Asimismo, en una conferencia pronunciada en la Universidad Howard (Washington) en el 2006 afirmó: “Este país se fundó y está dirigido según un principio racista (…) Creemos en la superioridad blanca y en la inferioridad negra (…) más que en el propio Dios”, según un extracto publicado por The Wall Street Journal.

Asimismo, el ex-Presidente Obama, hijo espiritual del Reverendo Wright y deudor del título de su libro “La Audacia de la Esperanza,” en su libro “Los Sueños de mi padre” habla sobre la actitud vital de la población afroamericana , marcada por el estigma generacional de “una segregación racial que ha caracterizado el devenir norteamericano” según sus palabras, herida sin cicatrizar que posiblemente vuelva a estallar en el mandato de Donald Trump tras los incidentes protagonizados por los supremacistas en Virginia y que contará con la firme réplica de la organización de extrema izquierda Antifa así como de grupos latinos,judíos, musulmanes y de las Fraternidades Negras.

Los supremacistas y el retorno del “White Power”

Según el Pew Research Center, la clase media ( con unos ingresos anuales de 73.400 $) ya no sería el segmento poblacional dominante en la sociedad estadounidense actual al sufrir una lenta pero progresiva caída en las últimas 4 décadas. Así, según el Pew, en 1971, la clase media representaba el 61% de la población (unos 80 millones de habitantes) mientras que en la actualidad no alcanzaría el listón del 50% (49,9%) debido a la crisis de las subprime, estallido de la burbuja inmobiliaria y posterior crash bursátil del 2008.

Conviene resaltar que entre los “perdedores de la crisis” además de afroamericanos y latinos aparecen por primera vez jóvenes universitarios endeudados y adultos blancos de más de 45 años sin estudios universitarios y con empleos de bajo valor añadido que tras quedar enrolados en las filas del paro, habrían terminado sumido en un círculo explosivo de depresión, alcoholismo, drogadición y suicidio tras ver esfumarse el mirlo del “sueño americano”, lo que habría tenido como efecto colateral la desafección de dichos segmentos de población blanca respecto del establishment tradicional demócrata y republicano.

Así, según una encuesta de la NBC, el 54% de la población blanca estaría “enfadada con el sistema”, frente al 43 % de los latinos y el 33% de los afroamericanos que siguen confiando en el sueño americano, lo que habría llevado a los votantes blancos a apoyar las posiciones políticamente incorrectas y refractarias a los dictados del estabishment tradicional republicano de Donald Trump, simbolizado en el apoyo de los indignados blancos mayores de 45 años a Trump y de los partidos neonazis y supremacistas blancos que siguen controlado los ámbitos de poder de la “América profunda” , simbolizado en el firme apoyo a su candidatura de David Duke, ex-líder del KKK.

Los posteriores nombramientos de Sebastian Gorka,( miembro de la organización de extrema derecha húngara Vitézi Rand) como asesor de contraterrorismo y de Stephen Bannon, (director de la página web Breitbart News, de ideología populista y ultraderechista) como Jefe de Estrategia simbolizaron la llegada de los supremacistas blancos a la Casa Blanca con el objetivo inequívoco de inastaurar el “White Power” en una sociedad en la que la evolución demográfica provocará que la población blanca será minoritaria en el escenario del 2.043. Así, según la Oficina del Censo de EEUU, hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana que aumentaría de 53,3 millones en la actualidad a 128,8 millones en 2060 y la afroamericana, que pasaría los 41,2 millones actuales a los 61,8 millones previstos por las proyecciones.

¿Hacia una nueva Marcha sobre Washington?

La persistencia de la violencia policial contra la población afroamericana y la práctica impunidad de la policía aunado con la visibilidad mediática de los supremacistas blancos que contarían con “la fraternal comprensión” de Donald Trump, podría hacer oscilar en sus valores la otrora monolítica actitud de las Fraternidades negras de permanecer al margen de las protestas violentas al constatar la certeza de las palabras del visionario Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz (“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”). Así, no es descartable que fraternidades negras como Omega Psi Phi, Alpha Phi Alpha y Beta Phi Sigma y las hermandades Zeta Phi Beta y Gamma Sigma Rho hagan un llamamiento a sus miembros para que acudan a una nueva gran marcha pacífica sobre Washington (rememorando a la de Martin Luther King, 1.963) en la que se escuchará la oposición de la “América Progresista” a “todas las formas de racismo y sexismo, así como a las políticas de la Administración Trump contra la inmigración y los musulmanes”.

Asimismo, no sería descartable una posterior reedición de los violentos disturbios raciales del verano de 1963 que podría hacer que las áreas metropolitanas con altas tasas de población latina y afroamericana ( New Orleans, Washington, St-Louis, Los Ángeles, Atlanta, Cleveland y Chicago) estallen en violentos disturbios callejeros donde se entremezclarán las demandas sociales con las de segregación racial, olvidando las enseñanzas de Martin Luther King (“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”) y quedando postergado “sine die” su sueño de ver “sentados en misma mesa a los hijos de blancos y negros en las praderas de Georgia”.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

viernes, 5 de abril de 2019

Agroecología como instrumento de cambio.

Fuente de la imagen: Pixabay. Diseño: Servindi


O cambiamos el sistema, o la Pachamama removerá sus entrañas implacable. Pero no será ella quién sucumba. Somos muchos. Somos tribu. Si unimos nuestras voces, si nos damos la mano somos imparables. Los que participamos en las luchas sociales sabemos de la fuerza de lo colectivo. Es la hora de la Tierra. Es la hora de los sueños comunes. Mañana será demasiado tarde.

Por Elena Martínez*

Contrainformacion, 5 de abril, 2019.- Este pasado 15 de marzo, los jóvenes del mundo tomaban las calles y las plazas al margen de organizaciones y partidos políticos. Ciento cinco países se sumaban a la Huelga por el Cambio climático. El manifiesto de l@s jóvenes españoles empezaba hablando de los derechos fundamentales de las personas. Volví a sentir esa extraña pero tan, tan agradable sensación que me invadia cuando el Mayo quincemero inundaba de ilusiones nuestros corazones.

¿Será posible que tengamos otra oportunidad para cambiar las cosas? ¿Podremos modificar el rumbo de este futuro que se antoja y se empeña todo el rato en llevarnos al desastre? ¿Se pondrá fin de una vez por todas a figuras como son los índices alimentarios, esa barbaridad con la que especulan las grandes fortunas, una de las inversiones más rentables y que maneja los alimentos para beneficio de tan sólo unos cuantos?



Cuarenta mil personas mueren de hambre al día según datos de la FAO. Existe el convencimiento más o menos extendido de que no existen recursos suficientes en la tierra para dar de comer a toda la humanidad, pero esto es absolutamente falso. Es más, producimos al día un 60% más de los alimentos que necesitamos. No es una cuestión de cantidad sino de distribución. Nuestro sistema no es eficiente, ni justo, ni sostenible.

El sistema agrícola no busca alimentar a las personas, sino producir más. Es la lógica del beneficio. Las inversiones se orientan para lograr una mayor producción, pero sólo para dar de comer a los que pueden pagarlo.

La despoblación del mundo rural es una triste realidad. Sin embargo iniciativas de recuperación de la vida rural como Fraguas son penalizadas. Se encarcela y se persigue todo aquello que pone en cuestión el sistema. La agricultura se convierte en un negocio que funciona como una industria, y los alimentos, cada vez más estandarizados y uniformados, recorren miles de kilómetros para llegar a nuestros hogares. Se pierde la diversidad, el consumo sano y sostenible y se producen mercancías baratas. Los pesticidas y fertilizantes provocan un importante riesgo para la salud. El poder de las tan sólo cuatro empresas que controlan el mercado global de las semillas y pesticidas atentan gravemente contra la biodiversidad.

Las políticas agrarias y los Tratados de Libre Comercio como el TTIP o el CETA, son una amenaza para las economías locales. La fusión de Bayer y Mosanto el año pasado, autorizada por la Comisión Europea, nos alertaba del poder de estas grandes corporaciones que ostentan no sólo el mercado de semillas y pesticidas, sino también el big data de todos los datos masivos existentes sobre agricultura.

A todas estas cuestiones se suma el control de la tierra. Países ricos como Japón, Arabia Saudí o Qatar, sin apenas recursos de tierras, se han dado cuenta que comprar grandes extensiones de terrenos fértiles en países pobres y utilizar mano de obra local es una buena estrategia para controlar las subidas de precios en los alimentos. Así que se hacen con extensas propiedades utilizando fórmulas que atentan no sólo con la soberanía alimentaria, sino con la ética más elemental en un mercado del que depende la vida de millones de personas.



Este próximo 17 de Abril se celebra en todo el mundo el día de la lucha por la tierra. Campesinas y campesinos en defensa del territorio y de los derechos de las personas que producen los alimentos en todo el planeta. Por la soberanía alimentaria y el derecho de los pueblos a decidir cómo producir y distribuir sus propios alimentos. Y lo hacen en recuerdo de otro 17 de Abril. En 1.996 policías y militares brasileños disparaban contra una marcha del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, en Eldorado dos Carajás, en el estado de Pará. Diecinueve personas fueron asesinadas. Sólo querían reivindicar su derecho a la tierra.

Es más que evidente que si controlas los alimentos, controlas a los pueblos. Estados y mercados tejen sus finas redes entorno al sustento básico de millones de personas. Pero además de términos como agroecología social y política surgen valores de asociación y cooperación, iniciativas como CSA Vega del Jarama en Torremocha en la Comunidad de Madrid, grupos de consumo que crecen por todas partes, Cataluña, Asturias, Canarias. Trabajar por la soberanía alimentaria. La agroecología como instrumento de cambio social. Decrecer y volver a tocar la tierra con las manos.

Hace poco el discurso de una niña de 15 años en la cumbre de Katowice se hacía viral en las redes. “Nuestra civilización está siendo sacrificada para que unos pocos tengan la oportunidad de seguir haciendo grandes cantidades de dinero. Es el sufrimiento de muchos el que paga los lujos de pocos. Y si las soluciones del sistema son tan difíciles de encontrar quizá deberíamos cambiar el propio sistema”, decía Greta Thunberg.


O cambiamos el sistema, o la Pachamama removerá sus entrañas implacable. 

No cabe duda. O cambiamos el sistema, o la Pachamama removerá sus entrañas implacable. Pero no será ella quién sucumba. No seamos tan pretenciosos. Serán nuestr@s hij@s quienes sufrirán las consecuencias de un mundo difícil de habitar. Me vienen a la cabeza las palabras del indio Seatle. “¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? ¿Qué queda de la vida, si el hombre no puede escuchar el hermoso grito del pájaro nocturno, o los argumentos de las ranas alrededor de un lago al atardecer?”

Somos muchos. Somos tribu. Si unimos nuestras voces, si nos damos la mano somos imparables. Los que participamos en las luchas sociales sabemos de la fuerza de lo colectivo. Si tan sólo unos pocos somos capaces de conquistar imposibles, imagínense qué podríamos hacer tod@s junt@s si realmente quisiéramos. Es la hora de la Tierra. Es la hora de los sueños comunes. Mañana será demasiado tarde.

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*Elena Martínez es licenciada en Ciencias de la información y documentalista.
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