Yago Alvarez
(El Salto)
Un informe presentado en el Parlamento Europeo muestra las cifras de crecimiento de las finanzas éticas en Europa en los últimos diez años.
Las épocas de las burbujas y los pingües beneficios financieros se ven ya muy lejanas. Las bolsas nunca recuperaron los niveles anteriores a la caída de Lehman Brothers. La confianza en los mercados se sostiene a base del dinero barato repartido por Mario Draghi. Pero el sector de las finanzas éticas, aquellos bancos que basan su funcionamiento en criterios sociales y ecológicos, parece no inmutarse.
Ese podría ser la principal idea a la que se llega al observar los datos del segundo Informe sobre las finanzas éticas y sostenibles de Europa, elaborado gracias a la cooperación de la fundación española Finanzas Éticas y la fundación italiana Finanza Etica, ambas pertenecientes a la red de Banca Popolare Etica. En dicho informe, presentado ayer en el Parlamento Europeo, se comparan las cifras de crecimiento o rentabilidad de los 23 bancos éticos que existen en Europa, con los 15 bancos de mayor relevancia global que tienen sede en Europa, para los últimos diez años.
Este listado de bancos éticos y sostenibles, entre los que se encuentran la Caixa de Pollença, la italiana Fiare o la holandesa Triodos, han obtenidos unos rendimientos tres veces mayores que los bancos tradicionales en los diez últimos años. Según apunta el informe, la rentabilidad media anual desde el estallido de la crisis financiera es del 3,98%, frente al 1,23% que han obtenido en ese mismo periodo el resto de bancos.
La rentabilidad media anual desde el estallido de la crisis financiera es del 3,98%, frente al 1,23% que han obtenido el resto de bancos
La explicación a esta mayor resiliencia y mejores resultados es debida, según indican, a que los bancos de las finanzas éticas conceden créditos para “el desarrollo de la economía real e invierten en base a criterios sociales y ambientales precisos”, que han demostrado ser especialmente resistentes a la crisis.
Los activos, depósitos, préstamos y el patrimonio neto de los bancos éticos y sostenibles también arrojan unas cifras de crecimiento cercanas al 10% anual. Porcentajes que se diferencian, en mucho, a las del sector financiero general. Por ejemplo, de 2007 a 2017, los activos, y por lo tanto el total de las inversiones, los créditos y la liquidez, de los bancos éticos han crecido una media del 9,66% al año, frente al -1% anual de los bancos tradicionales.
En cuanto a los depósitos, que muestran la confianza de los clientes y el traspaso a este tipo de entidades, entre 2007 y 2017, los bancos éticos han tenido un crecimiento medio anual del 11%. Los bancos tradicionales solo han obtenido crecimientos del 2%.
BANCOS QUE SIGUEN SIENDO BANCOS
Tras el estallido de la crisis financiera, se pudo observar cómo la gran parte del negocio de la industria financiera se basaba en la especulación con productos financieros complejos u otras herramientas de inversión. Tras el desplome de dicho negocio y del inmobiliario e hipotecario, los bancos se han lanzado a aumentar de manera desproporcionada las comisiones para sacar gran parte de su beneficio de dicha manera.
La función primaria del sistema bancaria, la canalización del ahorro de un sector de la población en forma de préstamos hacia otra, se ha perdido en gran parte. Pero el informe apunta a que las finanzas éticas siguen apoyando a la economía real mediante préstamos a empresas productivas y no especulativas. En 2017, la concesión de créditos representaba una media de casi el 77% de la actividad total de los bancos éticos y sostenibles. En los bancos tradicionales, esta actividad solo representa el 40,52%. En estos diez años estudiados en el informe, los bancos éticos han tenido un crecimiento medio anual de préstamos del 11% y los bancos tradicionales no han llegado a un 1%.
FONDOS RESPONSABLES
La segunda parte del informe analiza los números de los fondos socialmente responsables: aquellos que invierten en acciones y obligaciones de empresas que cotizan en bolsa, o en títulos de deuda soberana, seleccionados en base a una serie de criterios ambientales y sociales. En Europa, el patrimonio invertido en los fondos éticos best in class, los mejores en cada industria y que adoptan los criterios más rigurosos, entre 2015 y 2017 ha subido una media del 9% al año, rozando los 600.000 millones de euros.
Fuente: redescristianas.net
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