Al Sisi, en el centro de la imagen, junto al primer ministro etíope, Abiy Ahmed, segundo por la derecha, este domingo. TIKSA NEGERI REUTERS
La Zona de Libre Comercio Continental (AfCFTA, según sus siglas en inglés), el mercado común africano con 1.200 millones de habitantes y sin barreras aduaneras, está a un paso de convertirse en realidad. Este domingo, la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Unión Africana (UA) celebrada en Adis Abeba (Etiopía) se felicitó del buen ritmo de adhesiones: ya son 52 de 55 los países que se han sumado a este acuerdo. Faltan Eritrea, Benín y la potencia regional Nigeria. 18 Estados africanos ya lo han ratificado a través de sus parlamentos nacionales.
El presidente saliente del organismo panafricano, el ruandés Paul Kagame, aseguró en su discurso de despedida que este tratado entrará en vigor en unas semanas, en cuanto lo ratifiquen cuatro países más y se alcance la cifra mínima establecida de 22. "Debemos seguir construyendo una UA fuerte y creíble. La agenda de esta cumbre refleja la capacidad de nuestra unión para enfrentarse a las prioridades del continente", ha señalado el mandatario ruandés, quien ha sido el impulsor de una reforma de la financiación de este organismo para reducir su dependencia del exterior.
Nueva presidencia
La cumbre también ha servido para renovar la presidencia temporal de la organización. El mandatario de Egipto, el antiguo mariscal Abdelfatá al Sisi, es desde este domingo y durante un año la nueva cabeza visible de la UA. Aunque su elección ha sembrado inquietud en organismos de defensa de los derechos humanos que alertan de que en su país dirige un régimen represor de las libertades, Al Sisi ha avanzado ya las principales líneas de su presidencia, que serán la lucha contra el terrorismo, la construcción de infraestructuras, la creación de empleo y la puesta en marcha de la citada AfCFTA. Asimismo se acordó que en 2020 le tocará el turno a Sudáfrica, ya sea en la persona de su actual presidente Cyril Ramaphosa o de quien le sustituya al frente de su país tras las elecciones previstas para este año.
Como ya ocurriera en los últimos años con Robert Mugabe (Zimbabue), Teodoro Obiang (Guinea Ecuatorial) o Idriss Déby (Chad), asociaciones de defensa de los derechos humanos han advertido de que la elección de Al Sisi pone al frente de la UA a un dictador que reprime a opositores, periodistas y miembros de la sociedad civil. "Durante el tiempo que lleva en el poder, ha demostrado un escandaloso desprecio por los derechos humanos. Bajo su mandato, el país ha sufrido un declive catastrófico de los derechos y libertades", dijo la directora de Amnistía Internacional para el norte de África, Najia Bounaim.
Al Sisi subió al poder en Egipto tras protagonizar un golpe de Estado en 2013 contra el presidente elegido democráticamente Mohamed Morsi, a quien hoy mantiene en prisión. El año pasado fue reelegido con un 97% de los votos en unos comicios calificados por muchos observadores como "una farsa electoral". Durante su mandato, el régimen egipcio ha multiplicado las ejecuciones tras juicios sin garantías, ha arremetido contra los periodistas críticos, ha descabezado a la oposición y ha intentado aplastar toda voz crítica.
La cumbre ha servido también para designar a 2019 como el Año de los Refugiados. El secretario general de la ONU, António Guterres, presente en esta cita, elogió la capacidad de acogida de los países africanos, donde se concentra la mayor parte de refugiados del mundo en grandes campos como los de Dadaab, en Kenia, que alberga a somalíes que huyen de la violencia o los de Chad, con sudaneses, nigerianos y centroafricanos desplazados de los conflictos que viven sus países.
Fuente:elpais.com
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