domingo, 3 de enero de 2010

Jesús, ese izquierdista insumiso



Por Alejandro Sánchez

Nunca un ícono del catolicismo pudo tener tanta carga política ideológica
Abajo, a la izquierda y desde adentro, de ahí provienen todas las bendiciones.

Es cierto, el 25 de Diciembre no es el natalicio del Jesús historico, ese judío rebelde que fue crucificado por rebelarse a la autoridad de turno y por promover una revuelta cultural y espiritual a través de un movimiento de vanguardia. Hoy por hoy se sospecha del 17 de abril del 6 A.C. como la fecha de nacimiento de Cristo, pero solo es una sospecha.

No dejó escrito alguno, porque su finalidad no era instaurar una doctrina racional. Su fin era generar una nueva sentimentalidad individual y colectiva en los pueblos, una sentimentalidad que generaría una nueva conciencia y luego una nueva civilización que hasta ahora solo cumple muy parcialmente sus enseñanzas.

Esa nueva sentimentalidad se resume en dos simples pero trascendentales enseñanzas: "AMA a tu prójimo como a tí mismo" y "AMA a tus enemigos"

Cristo lo sabía, la mayor revolución no es objetiva, sino subjetiva. No es de la condición social, sino de la propia condición humana para luego ser de la condición socioeconómica y política.

De ahí sus bienaventuranzas, las mayores de todas:

"Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los Cielos"

o lo que es lo mismo

"Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos"

Sin olvidar que parcialmente en uno de los cuatro evangelios católicos (usados hasta por los evangélicos) se puede leer "El Reino de los Cielos está entre ustedes" o lo que es lo mismo "El Reino de los Cielos está dentro de ustedes" (en arameo dentro y entre usan la misma palabra)

Pero el movimiento revolucionario que fue el cristianismo se volvió tan popular, que el poder político de turno lo utilizó a su favor, convirtiéndolo en Religión del Imperio Romano (de ahí que el Natalis Solis Invicti del paganismo romano se convirtiera en la Navidad cristiana)

Luego de 1.800 años, por fin la Teología de la Liberación le da sentido político al cristianismo (y también a las otras doctrinas espirituales complementariamente) y refresca al movimiento revolucionario, que quedó secuestrado por los poderes de turno durante tantos siglos.

Jesús y El Che lucharon por lo mismo, lástima que El Che eligió métodos violentos equivocados.

La Verdadera Revolución es de la Condición Humana, es la creación de un nuevo sentimiento de fraternidad y solidaridad entre humanos.

Revoluciona los sentimientos individuales y colectivos, que luego todo lo demás se revoluciona por añadidura.

Todas las doctrinas e ideologías políticas no entienden esto, apelan a la racionalidad y por tanto al androcentrismo, que es machismo esencialmente.

Solo el ecosocialismo ha tomado muy parcialmente en cuenta la importancia de la sentimentalidad humana como fuente de revoluciones.

Luego de 6.000 años de machismo teológico y civilizatorio, regresa la Diosa, la Madre Universal, para reorientar a la humanidad hacia su nueva conciencia. Gaia no solo muestra la verdad de la Naturaleza, sino que revaloriza el origen y rol fundamental femenino: El de crear y albergar vida.

Todo lo que es la mujer está relacionado con su capacidad de crear vida, de ahí que las mujeres tienen más capacidad para gobernar, para resolver conflictos y para pacificar a la humanidad. Ellas, ellas siempre fueron las madres de todo, es hora de que vuelvan a ser las liderezas de una nueva civilización revolucionaria.

La Teología de la Liberación sigue siendo la única doctrina política que se centra en el corazón humano, en la sentimentalidad.

Antes que hablar de ideologías y doctrinas, es mejor hablar de sentimientos de solidaridad y amorosidad crítica creativa.

Dejar el racionalismo por la compasión razonable, por la amorosidad crítica renovadora.

Hacer la revolución de los sentimientos integrantes antes que la medioevolución de la racionalidad sociopolítica.

Hacer la revolución del sentido trascendental de la vida antes que el puro existencialismo racionalista.

Las doctrinas políticas y los políticos que abandonan la racionalidad y asumen la compasión razonable y la amorosidad crítica creativa, serán los que más llegarán al corazón del pueblo.

Las mujeres, ellas son las más preparadas biológicamente, naturalmente, para hablar y llegar al corazón. No las obliguemos a luchar como hacemos los machos, ayudémoslas a ser liderezas de la Revolución de los Sentimientos sin perder su femineidad.

De hecho eso hizo Jesucristo en su tiempo, convirtiéndose en el primer feminista de la historia occidental (Lao Tze se le adelantó por cinco siglos en la filosofía oriental taoísta, pero no tanto como Cristo)

Ellas, las mujeres, las reinas de los sentimientos (por estar preparadas para ser madres) serán las que liderarán mejor la Revolución Definitiva, la Revolución del Corazón Humano.

La última Revolución que Cristo preparó hace 2.000 años y que hoy más que nunca se nos vuelve urgente.

Que así sea para una verdadera Era Ecosolidaria para todos.

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Alejandro Sánchez
Pacifista y Ecologista Revolucionario
Ciudadano Comunicador

Fuente:
http://www.sicsal.net/articulos/node/1198
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