martes, 30 de abril de 2013

Colombia: La paz del modelo y el congreso para la paz.


“La palabra sin acción es vacía, la acción sin la palabra es ciega, la palabra y la acción por fuera del espíritu de la comunidad, son la muerte” (Pensamiento Nasa). Esta es la frase que debería recoger lo sucedido en el Congreso para la Paz realizado la semana pasada en Bogotá.

Este texto recoge el principio del mandar obedeciendo, que debería orientar todo espacio de reflexión y debate colectivo. Principio de la diversidad de perspectivas y posiciones que deben ser respetadas y escuchadas para tejer desde abajo. En este sentido, el Congreso para la Paz, hijo del Congreso de los Pueblos, nacido en el espíritu de construir colectivamente un país de los pueblos sin dueños, debe evitar a toda costa, que solo unos y unas hablen por los diversos pueblos y procesos. En coherencia con esta principio y comprometidos con el Congreso por la Paz desde abajo, planteamos la siguiente lectura de la que tenemos absoluta convicción en camino a que la palabra y la acción de los pueblos en el espíritu de la comunidad no tengan dueños.

En los cuatro días del Congreso las mesas temáticas fueron los espacios más “fructíferos” en la construcción de una propuesta real de paz: las intervenciones giraban en torno a romper los paradigmas del modelo neoliberal en el que está sumergido el país; y desde el debate y la reflexión, los distintos pueblos que acudieron a este llamado, dialogaron y compartieron sus experiencias con la diversidad y las diferencias que a cada pueblo caracteriza. Las siete mesas planteadas fueron: Economía para la vida digna; Política para la vida digna; Caminos de vida, justicia y paz (modelo de justicia); Tierras, territorios y soberanías; Derechos de los pueblos para la vida digna; Cultura, identidad y ética de lo común; Internacional: integración solidaria de los pueblos

Sin embargo, quedó un sin sabor y un enorme vacío en las conclusiones de cada mesa. Inicialmente porque la estructura de los siete puntos invita a hacer el debate, pero NO a que este debate sea en sí mismo la invitación a acciones concretas y reales frente a la problemática de fondo: el modelo económico. Partiendo desde este punto, es imprescindible resaltar toda vez que sea necesario, los cinco puntos de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria 1 realizada en el 2008, que a diferencia del Congreso para la Paz, plantea un accionar y un rechazo real frente al modelo de muerte que violenta la integridad de los pueblos y sus territorios:

1. Rechazamos los Tratados de Libre Comercio.

2. No más terror y guerra.

3. Derogación de toda la legislación de despojo.

4. Cumplimiento de Acuerdos y Convenios.

5. Creación de Mecanismos de Soberanía, Paz y Convivencia.

Se siente la necesidad de actuar: “accionar más que hablar”, reafirmaron las comunidades participantes del Congreso para la Paz, teniendo en cuenta la coyuntura actual de las negociaciones en La Habana y el proceso histórico que conlleva esto para el país. Pero sobre todo, frente al posible pos-conflicto, es decir, ¿cómo se preparan las distintas comunidades indígenas, afros, campesinas y demás sectores sociales a fines a un proceso de paz construido desde la base?, que evidentemente, contrasta con la “paz” que se gesta entre el gobierno y las FARC-EP (proceso al que pronto se le unirán las demás insurgencias), y que en el único punto en el que coinciden, es en la dejación de las armas, por parte de la insurgencia. Acuerdo que aunque no implica por ningún motivo la paz que anhelamos desde abajo, es un paso necesario para que nos podamos levantar a construir nuestra paz.

Nos parece también contradictorio que en el Congreso para la Paz, por un lado, se hable de construir la paz desde las comunidades y desde procesos que resisten la arremetida del aparato del modelo económico. Desde y con los pueblos movilizados de todas las regiones del país que se encontraron para compartir y tejer propuestas diversas. Desde la conciencia de la gente que en las mesas identificara las estrategias del gobierno para acallar las luchas. Además de la corrupción, la judicialización, la persecución del Estado a cualquier tipo de oposición, la imposición de leyes de invasión y despojo, la impunidad y la destrucción de la Madre Tierra. Y por otro lado, el Congreso para la Paz, habla de la participación de los sectores populares en las negociaciones realizadas en La Habana. Sentimos que no se puede mezclar el agua con el aceite, porque la guerra de estos actores armados continúa, la población sigue en medio del fuego cruzado, la lista de muertos y víctimas sigue en aumento y la sangre sigue corriendo en nuestros territorios.

Ni el Gobierno ni las FARC-EP hablan en nombre de la gente, por ende no hablan de la paz. Cada uno tiene sus intereses particulares, y estos intereses giran en torno a los “Tratados de Libre Comercio” y al capital extranjero. Un ejemplo claro de esto, es que la insurgencia se jacta de hablar de las Zonas de Reserva Campesina-ZRC en nombre de los campesinos. Pero una cosa son las ZRC planteadas por los campesinos, por las cuales han muerto y luchado toda la vida, y otra muy distinta, son las “ZRC” planteadas por las FARC, que en realidad son Zonas de Desarrollo Empresarial-ZDE. En un posible pos-conflicto, las ZRC pasarían a ser incorporadas a las ZDE de acuerdo a la Ley 160 (Articulo 82) 2. Esto implicaría el acceso del capital privado a las zonas baldías consideradas como Zonas de Reserva Campesina y que estos territorios sean blanco de la voracidad de un modelo agroindustrial, afianzado en el capitalismo extractivista comercial agrario y la proletarización del campesino.

Sabemos que la dejación de la armas no es por ningún motivo paz. La guerra sigue. Frente a todas las estrategias planteadas por el gobierno como el fuero penal militar, el plan de consolidación territorial, las locomotoras del desarrollo, la privatización de los recursos naturales y los servicios y la destrucción de la Madre Tierra. Los pueblos que buscamos y estamos en una construcción de la paz, debemos estar preparados para las consecuencias de estas negociaciones. El llamado pos-conflicto es inminente.

Los que luchamos por la libertad de nuestros territorios, por la soberanía alimentaria y en sí por nuestros derechos, todo en defensa de la Madre Tierra. Nos preparamos en caminar la palabra hacia un plan para la vida, un plan de vida, que por ningún motivo obedezca a intereses de burócratas, ya sean del gobierno, de las insurgencias que negocian o no en la Habana, o de cualquier otro que camine al ritmo del modelo económico, con las banderas de los TLC, del despojo y de la destrucción de la Madre Tierra. Por esta razón, desde el pueblo Nasa, se debe mandar obedeciendo a la máxima autoridad que es la comunidad por medio de la asamblea.

Así como la marcha por la paz se convirtió para las estructuras establecidas en un desfile de políticos y burócratas de todos los partidos y grupos insurgentes, mientras miles de personas marcharon por la construcción de paz desde abajo y duradera. Fue evidente que la “paz” que hablan ellos es una y la de los pueblos es otra. En el Congreso para la Paz sucedió algo similar con las paradójicas intervenciones de un comandante del ELN, a través de un video y con la intervención de las FARC-EP, a través de un comunicado, que manifestaban su apoyo a comunidades indígenas, afros, campesinos y sectores populares. Comunidades a las que ellos mismos dan muerte y siguen acabando en el territorio.

Los únicos con autoridad y los mayores conocedores de la paz son los pueblos que viven la guerra provocada por los grandes capitales económicos. Son estos primeros quienes deben caminar este pensamiento Nasa: “La palabra sin acción es vacía, la acción sin la palabra es ciega, la palabra y la acción por fuera del espíritu de la comunidad, son la muerte”.

Tejido de Comunicación ACIN

(1) ¿Qué palabra camina la Minga? Revista Deslinde

(2) Carlos Median Gallego. Zonas de Reserva Campesina (ZRC) vs Zonas de Desarrollo Empresarial (ZDE). (en linea) Ver aquí

Cristianos de base buscan pastor.




La llegada del papa Francisco aviva las esperanzas de cambio
Muchos feligreses creen que hay que acabar con la discriminación de la mujer y volcarse en los pobres
A primeros de marzo, días antes del cónclave, la revista de información social y religiosa Alandar lanzó en Internet una petición llamada Renueva la Iglesia que tuvo un eco inmediato. La elección del papa Francisco, y su primera declaración (“quiero una Iglesia pobre y de los pobres”), hizo decaer levemente el entusiasmo de los firmantes, como si la frase diera respuesta a muchas de las tribulaciones —y esperanzas y demandas— de los millones de católicos que forman la Iglesia de base.

Lo cuenta Cristina Ruiz Fernández, directora de Alandar, que ha rebautizado la campaña como Francisco, te pedimos que renueves la Iglesia. “Nadie podía imaginar su opción por los pobres. Eso, y otros gestos, son muy esperanzadores. Es una ocasión única para actualizar la institución y hacerla útil a las personas”, explica Ruiz Fernández.
La Iglesia de base es, en definición del sacerdote y teólogo Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas, aquella “que no tiene poder (ni lo busca); que trata de ser más fiel al Evangelio que a los dictados de la curia vaticana o diocesana, que está allí donde algo se mueve, en las movilizaciones por la sanidad pública, por la educación, en parte del 15-M y los indignados; parando desahucios o ayudando a inmigrantes”.
Es decir, una Iglesia social que atraviesa todos los sectores de la población en que se imbrica, de ahí que la apuesta de Francisco por los pobres, y los gestos del arranque de su papado —los gastados zapatos negros; la vestimenta blanca y la cruz de plata; su negativa a ocupar el lujoso apartamento pontificio— hagan albergar a sus miembros muchas esperanzas, con picos de alborozo como la anunciada reforma de la curia o la liturgia del Jueves Santo, en la que Francisco lavó los pies a 12 jóvenes encarcelados, y ciertos bajones, como la regañina del pontífice a un grupo de monjas feministas estadounidenses, recuerda Charo Mármol, “cristiana de base, mujer comprometida y con esperanzas de que esto cambie”. Sus expectativas afrontan también la certeza de la dificultad que implica cualquier mudanza en una institución tan milenaria como poderosa.
El papa ha recibido las primeras críticas por la liturgia de Jueves Santo
La Iglesia de base española tiene un referente doctrinal, el Concilio Vaticano II —el mismo del que salió la Teología de la Liberación—, y una larga andadura a pie de calle desde los setenta, en un inicio en los barrios obreros del extrarradio de las ciudades, “y hoy en la Cañada Real [zona deprimida de Madrid] o en Lavapiés”, recuerda Villar. Aunque el 52% de los católicos ven en el papa Francisco el inicio de nuevos tiempos, resulta imposible cuantificar la fuerza de la base (todos los cristianos de base son católicos, pero no todos los católicos, ni mucho menos, son cristianos de base); solo en Madrid, por ejemplo, el colectivo En Común reúne a 25 comunidades, compuestas por entre 3 y 30 personas, y la asociación Iglesia de Base de Madrid las tiene de entre 8 y 40 miembros, aunque no todos los cristianos viven en comunidad.
Es también un segmento profundamente igualitario, antagónico de la tradicional polaridad jerarquía-laicos, y que reclama, entre otras cosas, la integración plena de las mujeres y la denuncia por parte del Estado de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, que sustituyeron al Concordato de 1953. “La Iglesia debe huir completamente de los vínculos con el poder, y del poder político”, subraya Ruiz Fernández.
“Lo más importante es restaurar una Iglesia que, desde el siglo XVI, había caído en la idolatría del poder y del dinero, por no hablar de asuntos tan actuales y dolorosos como la pederastia, y hacerlo hacia dentro pero también hacia fuera, hacia la sociedad”, explica Villar. “Lo de una Iglesia pobre y de los pobres no es nada nuevo, nació con Jesús e impregna toda la Teología de la Liberación en los setenta. La intuición de Juan XXIII [que convocó el Vaticano II en 1959] fue determinante: hay que estar atento a los signos de los tiempos, y hoy los signos son, entre otros muchos, las necesidades de los inmigrantes o los requerimientos de la tierra, agotada por el cambio climático”.
“Otro de los retos de la Iglesia —continúa Villar— es apearse del patriarcalismo y la estructura piramidal y subsanar la ausencia total de la mujer; debe apostar por un estatuto de igualdad entre todos los cristianos y acoger por igual a hombres, mujeres; clérigos, laicos, divorciados, excuras, homosexuales, célibes o sacerdotes casados. Que el celibato sea una opción libre”. Villar fue uno de los participantes en las I Jornadas de fe y orientación sexual celebradas la semana pasada en Madrid y que abordaron la realidad de los creyentes homosexuales.
Un sondeo de Metroscopia mostraba hace unos días las principales preocupaciones de los católicos en general: luchar contra la pederastia (99%), ponerse del lado de los pobres (93%), admitir los anticonceptivos (93%) o permitir el divorcio (91%). Pero según la mayoría de testimonios recogidos en este texto, una de las más urgentes es incorporar plena e igualitariamente a las mujeres a la institución (una exigencia que aparece en quinto lugar en el citado sondeo, con el 90% de las opiniones). “Me alegro de que haya sido elegido Francisco, pero pongo en cuestión la estructura misma de la Iglesia: una institución de hombres mayores que están fuera de este siglo. ¿Dónde está la democracia? ¿Dónde las mujeres, tan presentes en las tareas cotidianas?”, se pregunta Charo Mármol.
“Nos ocupamos de la catequesis, de Cáritas, de las parroquias… Si algún día hiciéramos una huelga, estas dejarían de funcionar. Pero a nosotras nos toca limpiar y obedecer… Obedecer doblemente, como fieles y como mujeres”, añade Mármol, moderadamente optimista ante el nuevo Papa, “con muchas luces y algunas sombras”, en referencia a su oposición al matrimonio gay o su aireada presunta connivencia con la dictadura argentina.

“El celibato ha de ser una opción libre”, defiende un teólogo y sacerdote

Dolors Figueras es portavoz del colectivo Dones en l’Església y no oculta lo halagüeño de los primeros gestos de Francisco. “Me gusta, rompe con los anteriores, pero tiene que reformar la curia y eso no es sencillo. Hay que prescindir de la curia; la Santa Sede, el Vaticano, no tienen lógica ninguna, porque Jesús no creó ningún Estado. Hay que reformar la curia hasta hacerla desaparecer”, propone Figueras. “Y pedir la denuncia de los Acuerdos de 1979. ¿No es este un Estado más o menos laico? Pues si lo somos lo somos de verdad, no debe haber privilegios para la Iglesia católica porque equivaldría a decir que es la verdadera y la auténtica. Cada religión debe ser financiada por sus propios fieles”, dice. Solo el pago de los profesores de religión (católica) costó en 2012 al Estado 94 millones de euros; organizaciones laicistas elevan la cifra a 500.
En el colectivo, que nació hace 27 años, se mezclan “laicas, consagradas; monjas feministas y algún hombre”, cuenta Figueras; “nos surtimos de la teología feminista para denunciar el papel de la mujer en la Iglesia”, añade. Reclaman la libertad de conciencia en casos como el aborto y la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. “Es indignante que Rouco condicione a Rajoy sobre el aborto, es vergonzoso que estos señores nos digan cómo debe ser nuestra sexualidad, cuando se supone que no tienen experiencia alguna. Coartan la libertad más íntima de la mujer, ¿por qué siempre hablan de la mujer? ¿Es que el hombre no ha tenido nada que ver? No tienen por qué meterse”, concluye Figueras.
Javier Baeza se presenta como “un cura de barrio” en la histórica parroquia roja de san Carlos Borromeo de Entrevías, en Madrid. “El nivel de los gestos del nuevo papa es absolutamente excepcional y estoy esperanzado, pero habrá que ver si en el futuro va a tener más peso la curia o sus gestos y su sensibilidad. Es un hombre al que entendemos las homilías, y eso es importante, porque incluso para disentir hay que entender. Y es sintomático que algunos sectores tradicionales hayan empezado ya a cuestionar su liturgia de Jueves Santo, cuando lavó los pies a dos chicas, una de ellas musulmana. Ladran, luego cabalgamos”, reflexiona en voz alta Baeza. “Junto a eso, del poder de arriba no espero ningún cambio, pero si el poder no siega ni condena ni prohíbe, los que estamos abajo, el pueblo de Dios, podremos vivir y organizarnos con más libertad”.
Ningún cristiano de base espera que Francisco bendiga los matrimonios gais (sí respalda las uniones civiles), pero la “humanización” que supone “en una situación anacrónica como el Vaticano” anima a Baeza, que ve un alivio “si podemos trabajar en un ambiente más respirable, sin la presión que han tenido otros colegas teólogos o sacerdotes”. O, aunque Baeza no lo cite, la propia parroquia de Entrevías, en su día condenada por el arzobispado de Madrid por una manera muy particular de entender la liturgia.
“Aun pareciéndome importante denunciar los Acuerdos de 1979, el Papa debería también denunciar explícitamente el mercadeo en que se ha convertido la vieja Europa; las vidas que está costando el coltán en África o las que se cobra la inmigración. Espero que [Francisco] le haya dado un buen tirón de orejas a Rajoy por su cerrazón en los desahucios, por la reforma laboral o la privatización de la sanidad. A la Iglesia debemos exigirle pronunciamientos más concretos sobre la violencia cotidiana de la crisis o el repliegue de derechos fundamentales, como la imposibilidad de acceder a la sanidad pública para los inmigrantes”, apunta Baeza. “Es una barbaridad que la Iglesia defienda que la gente debe traer al mundo todos los hijos que Dios mande, ¿para qué? ¿para sufrir?”, se pregunta.
Las esperanzas de los cristianos de base ante el nuevo papado se nutren de la sensación de aire fresco y del pálpito de veracidad y humanidad del pontífice, como si la ética y la estética se encarnaran en el Vaticano por primera vez en lustros. “Los gestos son verdaderos, porque corresponden a su manera de ser, pero no sabemos cuál es su filosofía acerca de desajustes o anacronismos que chocan mucho en la sociedad de hoy como la desigualdad de género existente en la Iglesia”, apunta Pedro José Gómez, profesor de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de una pequeña comunidad cristiana del humilde barrio madrileño de Pan Bendito. Aunque el Papa ha creado un comité para ayudarle en la reforma de la curia, la dificultad de la tarea resulta mayúscula: “Un ser humano solo no va a poder cambiar una institución con 1.200 millones de miembros”, subraya Gómez.
La invisibilidad de la Iglesia de base es el azogue de un espejo donde se reflejan el poder y la gloria; su discreción, el envés de una institución muy locuaz y muy presente en la vida pública (y en la política), “ahí están las campañas contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía o el matrimonio gay”, recuerda Cristina Ruiz Fernández; “la Conferencia Episcopal debe quitar el foco de ahí y ponerlo sobre la gente que sufre”. Los cristianos de base son también el platillo más ligero de una balanza abrumada por el peso de grupos conservadores —alentados por los dos papas que precedieron a Francisco—; revertir el monopolio de estos llevará tiempo. “Buena parte de los grupos [que componen la Iglesia de base] en España se hallan en una situación de desamparo institucional, sin espacio; funcionan de forma autónoma. El clima que se respira es conservador, cerrado, nada inclusivo, y los cristianos de base son ignorados por los no creyentes, pero también por la curia.
Mientras unos [los conservadores] logran todos los avales, otros son ignorados y algunos más mirados directamente con recelo”, subraya Gómez, colaborador del Instituto Superior de Pastoral —puro Vaticano II—, quien recalca que el tipo de Iglesia imperante en los últimos años “puede dar sus frutos de puertas para adentro, pero hacia afuera es incapaz de conectar con el resto de la sociedad”. Superar el divorcio o aislamiento entre las dos Iglesias, que conviven como un Jano bifronte —el dios romano con dos caras, dos perfiles opuestos uno al otro—, está también en el alero de ese jesuita un poco franciscano llamado Jorge Mario Bergoglio.

Chile: Piden a relator ONU interceder por detención de autoridad espiritual mapuche.


Machi Millaray Huichalaf y Machi Tito Cañulef, en marcha pacífica por la defensa del Gen Kintuante. Fotografía de El Puelche
James Anaya, relator de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, conoció el jueves 25 de abril la situación de prisión que afecta a la joven machi Millaray Huichalaf (23), autoridad espiritual mapuche.
Ronny Leiva, emisario del Consejo de Longko del Pikunwijimapu, entregó personalmente al funcionario una carta suscrita por el Werken Jorge Abello Romero, en la que expresa la petición para que se modifique la medida cautelar de prisión preventiva en la cárcel de Valdivia por el arresto domiciliario.
El recinto penitenciario no cuenta con las condiciones mínimas ni es el lugar apropiado para Millaray Huichalaf, ya que afecta su vínculo espiritual con las fuerzas püllü (espíritus) y genmapu (dueños de lugares sagrados) que forman parte de la vida de los Machi.
Además, las autoridades no han aplicado en su caso el artículo 10 del Convenio sobre Pueblos Indígenas núm. 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que dispone que cuando se impongan sanciones penales a ciudadanos indígenas se deberán tener “en cuenta sus características económicas, sociales y culturales” y deberá preferirse “tipos de sanción distintos del encarcelamiento”.
El miércoles 6 de febrero la Corte de Apelaciones de Valdivia rechazó una solicitud de la defensa para cambiar la prisión preventiva por una medida menos compleja, como el arresto domiciliario u otra medida alternativa.

La labor de la machi Millaray

La machi Millaray pertenece a Karimayin lofmapu, territorio bajo la protección de los espíritus tutelares Gen Newen Kvlemwenxu y el Gen Newen Kintuantü, quienes tienen relación directa con el Gen Newen Wenteyao de la zona de San Juan de la Costa.
Esos tres gen mapu principales constituyen un complejo de vinculación espiritual y ceremonial ancestral, que unifica la totalidad del territorio Füta Willimapu, del cual el futaelmapu Pikunwijimapu y sus autoridades ancestrales son partícipes.
El trabajo como autoridad espiritual de la machi Millaray Huichalaf se ha centrado, además de la atención a personas en base a sus conocimientos de salud mapuche, en la defensa y recuperación del territorio ancestral y espacio vital de esas entidades sagradas.
Particularmente el territorio donde se encuentra el Ngen Kintuantü, en la ribera del río Pilmaiken, donde se pretende construir una hidroeléctrica a cargo de la empresa Pilmayquen S.A. La infraestructura destruiría la ruka del Ngen, espacio en el que habita Kintuante.

Denuncian persecución política

La organización mapuche considera que las acusaciones en su contra se deben a una persecución de orden político debido a que ella lidera la defensa de los espacios sagrados del territorio.
El 30 de enero se efectuó operativo policial en Río Bueno y Osorno, donde se allanaron seis domicilios y se detuvieron a seis personas por orden del fiscal Sergio Fuentes. Los detenidos son investigados por un ataque incendiario al fundo Pisu Pisué ocurrido el 10 de enero.
Según la información oficial en el domicilio de la machi se incautaron armas de fuego hechizas, municiones, ropa, accesorios militares, teléfonos celulares y panfletos alusivos a las reivindicaciones mapuche. Ella fue confinada a prisión por 150 días mientras dure el periodo de investigación.
Junto a la machi fueron detenidos además, el Machi Tito Lautaro Cañulef Neipán (27) y los comuneros mapuche williche Fénnix Aquiles Delgado Ahumada (25), Alex Bahamondes Garrido (35), Cristián Ignacio García Quintul (22) y Francisco Facundo Jones Huala (28).
El Consejo de Longko del Pikunwijimapu ha expuesto con anterioridad la situación a la Defensoría Penal Pública y está atento a cómo afecta a la lamgen Machi Millaray Huichalaf.
El 10 de abril se realizó una gran jornada de movilización en diversas ciudades de Chile y Argentina para demandar la libertad de presos políticos Mapuche encarcelados en Valdivia.

Otras noticias:

Fuente: Servindi

lunes, 29 de abril de 2013

Zara: ropa hecha por esclavos.


Por 
Lydia Cacho
Fuente: Emeequis

Si usted compra en Zara seguramente trae puesta ropa fabricada por explotadores que infringen la ley.

Hay dos opciones: la primera es preguntarse qué puede hacer para que la fábrica de ropa y calzado a la que usted y millones de personas compran en México y otros paísesrespete las leyes y no sea parte de las redes de tratantes de costureras empobrecidas.

La segunda es ignorar que cada vez que compra, usted colabora en el fortalecimiento de la explotación laboral en nuestro continente. La primera opción puede transformar el mercado esclavista, la segunda seguramente lo perpetuará.

Cómo sacar a los tratantes de personas del negocio, mandarlos a la bancarrota, pero paralelamente lograr que esas personas que vivían esclavizadas tengan opciones laborales dignas y con derechos respetados.

Ése es el título de una de las mesas de debate del último foro sobre trata de personas y mano de obra esclava en el mundo. David Batstone habló de la importancia que tiene ir más allá del boicot a las maquiladoras esclavistas, y lograr que las propias empresas contraten sólo fábricas que respetan la ley, los tratados sobre derechos humanos, derechos laborales y leyes que penalizan la explotación de nacionales, migrantes en tránsito o migrantes irregulares en el mundo.

La colaboración entre organizaciones civiles que investigan y denuncian estas prácticas, y los medios de comunicación, es vital para cerrar el paso a los multimillonarios que van por el mundo sorteando leyes y firmando contratos con explotadores profesionales que coadyuvan al empobrecimiento obrero.

Tal es el caso de Amancio Ortega, dueño de Grupo Inditex (Zara), el español cuya fortuna vale 73 mil millones de dólaresForbes lo ubicó como el tercer hombre más rico del mundo, según documentó sin embargo.mx.

El propietario de las 56 tiendas Zara y las 51 Bershka en México ha sido evidenciado por Fundación Alameda, una de las organizaciones de activistas antitrata más efectivas de Latinoamérica.

Esta organización interpuso tres denuncias contra Zara por contratar maquiladoras clandestinas en Argentina, donde las y los trabajadores nacionales y de Bolivia son explotados.

Ortega no es el único multimillonario que ante las leyes laborales de su país terciariza la producción de su ropa y calzado en países donde las leyes son laxas y la pobreza enorme.

Los abogados del emporio de Amancio Ortega aseguran que ignoraban que la ropa se confeccionaba en talleres clandestinos, pero la evidencia demuestra que es por la falta de regulación que logran mayores ganancias.

El modelo económico de muchos países, incluidos México, Argentina, India, Camboya y Vietnam, entre otros, avala la explotación laboral en grado de esclavitud bajo el pretexto neoliberal de que es mejor ser esclavo que desempleado.

Lucas Schaerer, de Alameda, declaró que en su país hay alrededor de 3 mil talleres de esclavos, donde trabajan 30 mil obreros y obreras en pésimas condiciones, con jornadas de 16 horas, duermen hacinados en habitaciones sin ventilación donde cohabitan con niñas y niños pequeños.

Al personal de otros países se le mantiene en la clandestinidad, trabajando con una sola oportunidad de ir al baño. En muchos casos les retienen sus identificaciones para que no puedan salir del local en que duermen, comen y trabajan.

La Fiscalía Antitrata de Argentina ha recibido denuncias de esclavitud contra 110 empresas textiles de 2005 a 2013. Entre las empresas que reiteradamente se mudan de un país a otro una vez descubiertas están Adidas, Puma y Zara.

Se pagan cuatro pesos por prenda terminada
 (lo que al mes asciende más o menos a 2 mil 400 pesos mexicanos). Las y los costureros carecen de derechos laborales y prestaciones, y en muchos casos viven temerosos de que su patrón les denuncie ante la autoridad migratoria si no se someten.

La evidencia judicial demuestra que Zara viola la ley, sin embargo la empresa sigue operando.

Mientras tanto activistas de Alameda recibieron amenazas de muerte. Eso mismo sucede con maquiladores abusivos en México.

Zara tiene denuncias en 12 países, entre los que destacan Marruecos, Turquía y Brasil.
 Grupo Inditex cuenta con 6 mil 9 tiendas en 87 naciones con sus marcas Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Oysho, Zara Home, etcétera.

Cuando los responsables de maquiladoras que sí cumplen con estándares internacionales antitrata se suman para presionar a las secretarías del trabajo en sus países, limpian el mercado.

Tres cosas se pueden hacer: denunciar y presionar a la autoridad; cambiar nuestro consumo hasta que las empresas esclavistas cambien; avisar en redes sociales de lo que la o el cliente puede hacer para impulsar mejores prácticas empresariales, y promover el consumo ético: le pagamos a quien paga bien. Ni más ni menos.

(Cimacnoticias).
Twitter: @lydiacachosi
www.lydiacacho.net

El Papa Francisco y la teología de la liberación.




Muchos se han preguntado si el actual Papa Francisco, como proviene de América Latina, es un seguidor de la teología de la liberación. Esta pregunta es irrelevante. Lo importante no es ser de la teología de la liberación sino de la liberación de los oprimidos, de los pobres y de los que sufren injusticia. Y eso lo es con claridad indudable.

Este ha sido siempre, en realidad, el propósito de la teología de la liberación. Primero viene la liberación concreta del hambre, de la miseria y la degradación moral y de la ruptura con Dios. Esta realidad pertenece a los bienes del Reino de Dios y estaba en los propósitos de Jesús. Después, viene en segundo lugar la reflexión sobre el hecho real: en qué medida se realiza ahí anticipadamente el Reino de Dios y en qué medida el cristianismo, con el capital espiritual heredado de Jesús, puede colaborar, junto con otros grupos humanitarios, en esta liberación necesaria.

Esta reflexión posterior, llamada teología, puede existir o no existir. Lo decisivo es que ocurra de verdad la liberación. Siempre habrá espíritus atentos al grito de los oprimidos y de la Tierra devastada que se preguntarán: con lo que hemos aprendido de Jesús, de los Apóstoles y de la doctrina cristiana de tantos siglos, ¿cómo podemos aportar nuestra contribución al proceso de liberación? Fue lo que realizó toda una generación de teólogos y teólogas, de laicas y laicos comprometidos, de religiosos y religiosas, de obispos y sacerdotes de los años 60 del siglo pasado, y que continúa hasta nuestros días, porque los pobres no cesan de aumentar y su grito es ya un clamor.

Pues bien, el Papa Francisco hizo esta opción por los pobres, vivió y vive pobremente en solidaridad con ellos y dijo claramente en una de sus primeras intervenciones: “Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres". En este sentido, el Papa Francisco está llevando a cabo la intuición primordial de la Teología de la Liberación y secundando su marca registrada: la opción preferencial por los pobres, contra la pobreza y a favor de la vida y la justicia.

Esta opción no es para él solamente un discurso, sino una opción de vida y de espiritualidad. A causa de los pobres ha caído en desgracia ante la presidenta Cristina Kirchner, pues pidió a su gobierno un mayor compromiso político para superar los problemas sociales -analíticamente se llaman desigualdades-, que éticamente representan injusticias y teológicamente son un pecado social que afecta directamente al Dios vivo, que bíblicamente ha mostrado estar siempre del lado de los que tienen menos vida y son los pobres y los que sufren injusticia.

En 1990 Argentina tenía un 4% de personas pobres. Hoy en día, debido a la voracidad del capital nacional e internacional, ascienden a un 30%. Estos no son sólo números. Para una persona sensible y espiritual como el Papa Francisco representa un viacrucis de sufrimiento, lágrimas de niños hambrientos y desesperación de padres sin trabajo. Esto me recuerda una frase que Dostoievski escribió una vez: «Todo el progreso del mundo no vale el llanto de un niño hambriento».

Esta pobreza, ha insistido con firmeza Papa Francisco, no se supera mediante el asistencialismo, sino a través de políticas públicas de los gobiernos que devuelvan dignidad a los oprimidos y los hagan ciudadanos autónomos y participativos.

No es importante que el Papa Francisco no use el término «teología de la liberación». Lo importante es que hable y actúe de manera liberadora.

Es hasta bueno que el Papa no se afilie a un cierto tipo de teología, como la de la liberación o cualquier otra. Lo mismo hicieron sus dos predecesores con las teologías que estaban en sus cabezas y se presentaban como expresiones del magisterio papal.

Saben los teólogos e historiadores que la categoría "magisterio" atribuida a los Papas es una creación reciente. Comenzó a ser empleada por los Papas Gregorio XVI (1765-1846) y Pío X (1835-1914) y se volvió común con Pío XII (1876-1958). Antes el "magisterio" estaba formado por doctores en teología y no por los obispos y el Papa. Estos son maestros de la fe. Los teólogos son maestros de la comprensión de la fe. Por lo tanto, a los obispos y los papas no les toca hacer teología sino testimoniar oficialmente y cuidar la fe cristiana con celo. A los teólogos y teólogas cabe profundizar este testimonio con las herramientas intelectuales que ofrece la cultura presente. Cuando un Papa empieza a hacer teología, como ha sucedido recientemente, se crea una gran confusión en la Iglesia, se pierde la libertad de investigación y se corta el diálogo con otros saberes del mundo.

Gracias a Dios que el Papa Francisco se presenta explícitamente como pastor y no como doctor y teólogo, aunque fuera de la liberación. Así es más libre para hablar a partir del evangelio, de su inteligencia emocional y espiritual, con el corazón abierto y sensible, en sintonía con el mundo de hoy globalizado. Papa Francisco, ponga la teología en tono menor para que en tono mayor resuene la liberación: consuelo para los oprimidos y llamamiento a la conciencia de los poderosos. Por tanto, menos teología y más libertad.


Fuente: Koinonia

sábado, 27 de abril de 2013

El Salvador: intervención imperial “humanitaria” y resistencia popular.


Por Roberto Pineda | kaosenlared.net

Existe un nuevo equipo manejando la política exterior y la seguridad de Estados Unidos en esta segunda administración del presidente Obama (2012-2016). Lo integran el nuevo secretario de estado John Kerry, el nuevo jefe del Pentagono, el exsenador republicano Chuck Hagel y el nuevo jefe de la CIA;John Brennan.

Es un equipo hábil y experimentado que tratará de recuperar la hegemonía estadounidense en el mundo. Es un equipo que le dará continuidad a la labor realizada desde el inicio de la primera administración Obama (2008-2012) y a la Estrategia de Defensa divulgada oficialmente en enero de 2012.

La Estrategia de Defensa del presidente Obama tiene cinco componentes: fuerzas armadas reducidas en número pero más ágiles y tecnificadas; priorizar la región Asia-Pacífico; construir alianzas de defensa en todos los continentes; mantener capacidad de derrotar a más de un enemigo a la vez y finalmente, priorizar la inversión en nuevas tecnologías ( drones, guerra cibernética, etc).

A diferencia de la politica exterior de Bush, que se basaba en las amenazas y el uso de la fuerza, Obama desde su primera administración ha priorizado la necesidad de robustecer la economía interna, recuperar la hegemonía económica internacional e impulsar la diplomacia de “la presencia discreta.” Esta se basa en sanciones, alianzas, acciones encubiertas y la ciberguerra. Y el uso de drones, de aviones no tripulados.

Y de relaciones públicas que proyecten la tesis del imperio benefactor. Libia fue atacada no para apoderarse de sus reservas de petróleo sino para derribar la “dictadura sanguinaria de Kadafi” y conquistar “la democracia.”Corea del Norte es atacada porque existe en ese país “una grosera tiranía.” Vean CNN para enterarse de lo que pasa en el mundo.

Pero se cuidan de no desplegar tropas sobre el terreno y se prioriza el uso de drones. La guerra aérea sobre la guerra terrestre. Las computadoras de la ciberguerra sobre las botas de las intervenciones. Son mucho más sofisticados, coordinados y realistas. Curiosamente es el alicaído imperio colonial francés y la Unión Europea los que recientemente desplegaron tropas en Malí.

En la guerra terrestre hay bajas y estas conllevan altos costos políticos. Le temen a las lágrimas provocadas por la llegada de ataúdes. Esto explica que así como se realizó en el 2010 la retirada de tropas de Irak hoy se están yendo de Afganistán. Y Guantánamo esta pendiente pero en lista. Están terminando con la vergonzosa herencia de Bush pero a la vez eliminando un gasto militar insoportable para la deteriorada economía imperial.

Las prioridades de la política exterior de Obama son el Oriente Medio ( el conflicto palestino .israelí, Irán) ; la ola terrorista en el Sahel; la región Asia-Pacífico (donde esta China, Japón) y las relaciones con Rusia. Y de estos cuatro el principal es la región Asia-Pacífico que es a donde están gradualmente ubicando el grueso de su poderío militar. Es en estos cuatro ejes que se mueven las coordenadas y las preocupaciones de Washington.

Y aunque América Latina no forma parte de las prioridades actuales del imperio, esta visión nos afecta. Determina políticas, giros y estilos diplomáticos y de presencia militar. Explica la presencia de la embajadora puertorriqueña Aponte. Y de la IV Flota. Y de las bases militares.

Y explica el tratamiento a Cuba y a Venezuela. A Nicaragua, Bolivia y Ecuador. Explica el apoyo a la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia, Mèxico). Y la política “respetuosa” hacia Brasil. Y hasta explica las actuales “diferencias” de nuestro gobierno con el poderoso y cercano “aliado estratégico.”

Y es esta visión estratégica de la administración Obama la que rodeara la próxima reunión con los presidentes centroamericanos el 3 y 4 de mayo en San José Costa Rica. Los temas en agenda son seguridad, comercio y migración. Y en seguridad su esfuerzo prioritario es el combate al tráfico de drogas mediante la CARSI. En comercio el TLC. Y en migración la iniciativa en proceso.

En el caso de El Salvador Obama estará hablando con el presidente de un país que tiene una tercera parte de su población en territorio imperial; una Base Militar bajo el nombre de Centro de Monitoreo del narcotráfico en el Aeropuerto de Comalapa desde el año 2000; un Tratado de Libre Comercio ratificado en el 2004 y la ILEA y su respectiva oficina del FBI desde el 2005.


La resistencia popular global


Por otra parte, la historia sigue su rumbo y los deseos de Obama de un imperio benefactor chocan con las realidades de las crisis financieras del capitalismo; las resistencias nacionales y populares en el mundo, y de las nuevas alianzas internacionales de países emergentes. Entre estas se encuentran la crisis financiera ya permanente de la Unión Europea, uno de sus principales aliados, o el aliado principal. Estados Unidos sigue siendo una superpotencia pero ya no hace lo que se le antoja sino lo que puede.

El fortalecimiento de la alianza conocida como BRICS que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, incluso con la creación reciente de una banca de desarrollo, expresa la emergencia de una situación novedosa de multipolaridad desde el Sur, lo que le mueve el piso a los imperios.

Asimismo la resistencia nacional del pueblo y gobierno sirio contra la arremetida imperial sigue invicta. No han logrado derribarlo como ocurrió con Kadafi. No logran detener el fortalecimiento económico y militar de Irán. También está la victoria electoral de Maduro sobre Carriles en Venezuela. No lograron derrotar este esfuerzo. Existe la resistencia mundial a los imperios.

Intervención “humanitaria” con rostro sonriente de “muchacha salvadoreña”: Más allá del horizonte 2013

Los imperios a lo largo de la historia siempre han disfrazado sus intereses geopolíticos y los han identificado con el progreso de la humanidad. Así han justificado sus intervenciones militares y “humanitarias.”Así fue en Corea, Vietnam, Irak. Así fue en Centroamérica durante los años ochenta del siglo pasado.

Los españoles justificaron su invasión y conquista hace quinientos años alegando que difundían la “civilización y la religión católica.”Los Estados Unidos intervenían en el pasado para defender a nuestras naciones del comunismo y promovían “la democracia y la libertad.” Y lo siguen haciendo.

La semana pasada el ejército estadounidense inició una serie de ejercicios militares “humanitarios” en nuestro país incluso con la llegada de una sonriente joven salvadoreña en el ejército imperial. Esta vez le tocó el turno a Sonsonate y Ahuachapán que disfrutaran durante tres meses de la presencia rotativa de 1,473 soldados del Comando Sur. Atrás han quedado los tiempos de yankee go home…hoy parece ser el tiempo de yankee come home.


Este esfuerzo “humanitario” del imperio benefactor incluye como en anteriores ocasiones la reparación de escuelas, letrinas, puentes, casas comunales y consultas médicas y odontológicas. Se realiza cada dos años. Y en esta vez hasta invitaron a esta fiesta cívica a compadres militares de Canadá. Chile y Colombia. Se trata, explicaron los organizadores, de afianzar relaciones “de amistad” entre los ejércitos participantes.


Hace dos años estuvieron realizando estos “ejercicios” en San Vicente. Y es un proyecto que surgió un año después de los acuerdos de paz de 1992. En 1993 se realizaron los ejercicios militares conjuntos Fuertes Caminos, que se repitieron en 1994 y 1995; los cuales luego adoptaron el nombre de Nuevos Horizontes y se realizaron en 1996, 1998, 2000, 2002, 2005, 2007, 2009 para terminar en Más allá del horizonte en 2011 y 2013. En total han sido 12 ejercicios militares desde 1993. Y los “chelitos” han cubierto casi todo el territorio nacional.


El ENADE 2013


La gran empresa salvadoreña, que aglutina a sectores de la antigua oligarquía transformados en dueños de hoteles, comerciantes, y gestores de bienes raíces, han montado su 13 versión de ENADE, con el sugestivo título de Mejorando empresas, transformando vidas.


Y esta vez han desechado la táctica fallida de elaborar recomendaciones para el gobierno y han optado por publicar un documento dividido en tres partes: listado de sectores y empresas más exitosos del país; resultados de encuesta sobre inversión social empresarial y descripción del modelo de empresario 2024.


La oligarquía pretende presentarse como un sector responsable y también humanitario y de esta forma borrar en la mente popular su conocida tradición autoritaria y explotadora. Incluso se oponen al raquítica aumento del 10% al salario mínimo propuesto por el presidente Funes y lo están regateando a un 8%. Y es esto lo que comprende como valores compartidos y responsabilidad social empresarial. Y es esto lo que la ANEP trata de vendernos como una nueva filosofía humanista y respetuosa del medio ambiente.


Administración Funes


El reciente viaje de dos días del presidente Funes a Washington parece que estuvo orientado principalmente a aclarar “personalmente” malos entendidos con el poderoso “aliado estratégico.”Y es que en la rama latinoamericana de la administración Obama existe desde hace algún tiempo preocupación por diversas situaciones espinosas.


Entre este largo listado de quejas y facturas que también agobian las noches de la embajadora Aponte, sobresalen entre otras las tensas relaciones del Presidente Funes con la cúpula empresarial de ANEP; el estancamiento de Asocio para el Crecimiento; el tácito respaldo a la controversial candidatura de Saca; el inexplicable atraso en la aprobación de la ley de asocio publico-privado, el abierto apoyo presidencial el año pasado al FMLN-GANA en su pugna contra los 4 magistrados de la Sala de lo Constitucional de la CSJ; la elección fallida de los magistrados de la Corte de Cuentas; el retraso en el nombramiento de representantes al tribunal de ética y al Instituto de Libre Acceso a la Información; la sorpresiva destitución del embajador Altschul por el embajador Zamora; los vericuetos de la lucha contra el narcotráfico y el débil apoyo al CARSI; el impacto en empresas farmacéuticas estadounidenses por la Ley de Medicamentos; los indiscretos coqueteos con Venezuela; y hasta la controversial tregua entre pandillas, grupos a las cuales los Estados Unidos considera como “estructuras criminales transnacionales” por lo que opta como AID por realizar un trabajo paralelo en 55 municipios. Y quizás haya más temas. Parece que el cipote les salió rebelde.


Esta preocupación del socio estratégico ha sido expresada con inmejorable sutileza, primeramente por la inesperada alerta para viajar al país y recientemente por el informe del departamento de estado sobre derechos humanos que denuncia la corrupción generalizada en el sistema judicial, violencia y discriminación contra las mujeres e impunidad por violaciones imperante en nuestro país. El secretario de estado John Kerry también lo habrá expresado. Y seguramente dentro de poco el mismo presidenteObama se encargara de recalcarlo en la próxima reunión delSICA en Costa Rica.


Parece ser que para Washington los altos niveles de popularidad del presidente Funes y de su esposa, no son suficientes para aliviar el malestar existente, aunque como premio de consolación y para no despedirlo con las manos vacías, le otorgaron la posibilidad de instalar una planta de ensamblaje de sistemas sensoriales de iluminación. Pero todavía no recibe la confirmación del segundo compacto de los Fondos del Milenio. Lo tienen en lista de espera. Y socando…


El movimiento popular y social


Se acercan las celebraciones del 1 de mayo y lamentablemente ya existen tres convocatorias a marchas separadas, que reflejan la atomización del movimiento sindical, popular y social. Esta convocando la CTD en el Hospital Bloom. Esta convocando la “Izquierda Anticapitalista” en la Minerva de la UES. Y esta convocando la CSTS al Parque Infantil. Triste realidad.


Pero es una realidad del movimiento popular y social heredada y a la vez construida desde al menos dos matrices: la primera es la ofensiva ideológica desplegada por la derecha durante cuarenta años (1970-2010) para debilitar la conciencia política de los sectores populares y obligarlos a rechazar el cambio social y abrazar la “salvación” individual, y priorizar la sobrevivencia impuesta por los cambios en la economía sobre la organización y la lucha.


Ha sido una tormenta cultural neoliberal que nos ha golpeado fuertemente.20 años de ARENA no solo impusieron un modelo económico, sino también cimentaron la hegemonía cultural oligárquica (iglesias, universidades, arte, cultura, deporte, etc.). Y revertir esta tendencia nos va demandar ingentes esfuerzos.


El otro vector esta vinculado a los niveles de frustración popular originados por la lentitud en los cambios a partir de la llegada al gobierno de una coalición de izquierda encabezada por el FMLN y el presidente Funes en 2009. En el 2012 se escuchó el primer campanazo.


Este es un gobierno que es más parecido al pasado de ARENA que al futuro que soñábamos y prometimos en el 2009, y la gente pasa la factura. La gente nos observa, ve la televisión y nos juzga. Nos mira como y donde vivimos. Como nos vestimos. Como actuamos. Saca conclusiones, analiza.


Hemos avanzado pero de tal manera que parece que estamos estancados. Caminamos en cámara lenta. La ley de Medicamentos es un ejemplo. Debería de permitirnos masivas movilizaciones a su favor. Es una valiosa conquista popular de un gobierno de izquierda, que se enfrenta a las transnacionales farmacéuticas.


Pero la gente prefiere ser espectadora. Se la ha educado desde lo electoral a ser espectadora, respetuosa de la legalidad. Incluso en lo electoral, el actual nivel de alianzas es mucho menor que en el 2009, y esto explica en parte que la fórmula no avance en la aceptación popular como se esperaría por su planteamiento programático. La gente protesta mediante las encuestas.


Y aunque hay algunas señales esporádicas pero esperanzadoras en la movilización popular, lo cierto es que estas todavía no maduran lo suficiente como para constituirse en factores que modifiquen la actual dinámica de la lucha de clases, y permitan acercar la necesaria ruptura con el sistema existente. No estamos en ese momento.


Otra matriz importante que explica la actual situación es la visión del FMLN frente al movimiento popular. Es una visión en la cual el movimiento popular y sus luchas son fundamentalmente aspectos complementarios de su estrategia electoral. Lo electoral es lo determinante y la lucha social se considera puede atemorizar a sectores de votantes “indecisos.”


Incluso lo electoral que pudiera ser un factor de movilización y educación política se convierte en factor de adormecimiento y la gente se transforma en espectadora del duelo de titanes en la cancha electoral. Espectadora silenciosa porque no esta ni aplaudiendo. Mejor cambia de canal. Pero al final el esfuerzo por organizar y movilizar hay que hacerlo. La lucha continúa…

Vaticano, revolución y contrarrevolución en América Latina.


Por Luis Bilbao

Tiene mucho de simbólico y poco de casualidad la coincidencia entre la muerte de Hugo Chávez y la renuncia de Joseph Ratzinger al trono vaticano, para ser reemplazado por un jesuita argentino, de reconocida militancia en la organización peronista de ultraderecha Guardia de Hierro, quien adoptó el nombre de Francisco.

Es extraño y por demás elocuente que un jesuita adopte su nombre papal en homenaje a Francisco de Asís, fundador de otra congregación. No hace falta ser experto religioso para medir la magnitud de esa decisión. La Orden Franciscana hace voto de pobreza, virtud hace tiempo olvidada por las cúpulas jesuitas. Francisco explicó la decisión en su alegada adhesión a “una iglesia pobre, para los pobres”.

Pobreza y obligada austeridad son realidades olvidadas que, como rayo, caen otra vez sobre los pueblos de Europa. En América Latina predominan como siempre, pero tras una fugaz esperanza de superación, amenazan agravamiento para millones. Un papa elitista y amante de la pompa, encerrado en delirios místicos con ropajes teóricos, como Ratzinger, no podía seguir en el trono. Las calamidades propias de la internacional vaticana y sus secciones nacionales (despilfarro, desfalcos, déficits siderales, todo en el marco de una cascada imparable de revelaciones acerca de pedofilia y otras perversiones, mientras el celibato no resiste más como exigencia canónica), cuentan sin duda en la necesidad de cambiar rostros, hábitos y conductas públicas de la alta jerarquía. No obstante, priva en esa exigencia la fuerza que por debajo corroe y voltea día a día las columnas del sistema global, entre las cuales sobresale la iglesia católica romana: la crisis del sistema capitalista y su contracara: el avance de la revolución.

Razones más que suficientes para reemplazar al papa. Como al parecer Dios no tomó cuenta de la urgencia, los cardenales y alguien más fueron en su ayuda. No es la primera vez, pero los tiempos han cambiado. En octubre de 1978, un mes después de haber sido designado papa, Juan Pablo I apareció muerto en su cuarto. Fundadas investigaciones -jamás desmentidas con pruebas- denunciaron el hecho como asesinato. Beneficiario individual de aquella operación, Karol Wojtyla (Juan Pablo II), polaco y asociado con el Opus Dei. El cerebro: Ratzinger; teólogo alemán empeñado en retrogradar el andamiaje teórico del catolicismo romano a la etapa previa a la Revolución Francesa (1). Hubo además una mano ejecutora.

Ahora, después de 25 años y dos curvas vertiginosas en la historia universal, el recambio oportuno se produjo por renuncia de Benedicto XVI, hecho sin precedentes en más de mil años, es decir, desde la temprana Edad Media.
En el conjunto de factores conjugados para el recambio de Juan Pablo I y la renuncia de Benedicto XVI la fuerza determinante fue el Departamento de Estado estadounidense. No es ésta una afirmación ligera, llevada por una coyuntura política local o un impulso circunstancial. En agosto de 1989 publiqué un pequeño libro titulado “CIA-Vaticano: Asociación Ilícita” (2), en el que ofrezco información probatoria de esa sociedad contra natura.

Jamás he pretendido ser un experto en cuestiones eclesiales, mucho menos religiosas. Desde mi interés por la economía y la política internacionales observo los movimientos del Estado Vaticano, del papa y las altas jerarquías eclesiales, con la misma actitud -y con inalterable consideración y respeto por los católicos sinceros- que aplico al seguimiento de los pasos de cualquier otro Estado o gobierno del mundo.

Si 35 años atrás me aboqué a ese tema fue porque en aquel momento, en medio de la contraofensiva global estratégica lanzada por el imperialismo para afrontar la crisis estructural del capitalismo, el Vaticano constituía una herramienta decisiva en dos puntos fundamentales del planeta: Europa del Este y América Latina. Más específicamente, Polonia en Europa, Nicaragua y Brasil en América. Es sabido el desenvolvimiento de los hechos desde entonces: derrumbe de la Unión Soviética, ahogo a sangre y fuego de la Revolución Sandinista, posterior recuperación de aquella gesta centroamericana al calor del nuevo auge de los pueblos en América Latina, encabezado por la Revolución Bolivariana de Venezuela. Detrás de ese telón, victoria cultural del ultraliberalismo, auge económico ficticio, seguidas de desagregación moral sin límites y reaparición volcánica de la crisis estructural del capitalismo.

Si ahora retorno al tema es porque, tras la arrolladora victoria de aquella ofensiva global estratégica y el breve período de aparente estabilidad y re-afianzamiento del capitalismo mundial, la crisis del sistema reapareció, con fuerza jamás vista, en los propios centros metropolitanos. Esa reaparición inesperada tanto en los centros dirigentes del poder mundial como en el conjunto de las izquierdas, con las excepciones que ya se verán, dio lugar al desplazamiento del epicentro de la revolución mundial hacia América Latina, lo cual conjuntamente con otros factores de la economía y la política internacionales debilitó como nunca antes al imperialismo estadounidense como centro inapelable del poder mundial. Y en ese cuadro, acompañado por una coyuntura de espasmódica crisis y debilitamiento de la iglesia vaticana, se produjo la renuncia de Joseph Ratzinger y la entronización de un obispo argentino y jesuita.

Individuo e institución
Es preciso despejar un punto que hoy desvía la mirada: antecedentes y rasgos individuales de Jorge Bergoglio, papa desde el 13 de marzo.

Después de la fumata blanca, desde Argentina aparecieron denuncias sobre la participación activa de Bergoglio en la represión de la dictadura entre 1976 y 1982. Se lo acusó de ser responsable del secuestro de dos sacerdotes de su orden e incluso de haber estado en los lugares secretos de detención. También sin demora estas denuncias fueron negadas por personas reconocidas por su compromiso en la defensa de los derechos civiles durante la dictadura, como Adolfo Pérez Esquivel, quien en aquel período recibió el premio Nobel de la Paz. Por cierto ese premio no garantiza nada (notorios criminales lo ostentan), pero sí la conducta de Pérez y otros que como él han negado los cargos contra Bergoglio. Contrario sensu, no todas las voces acusadoras tienen la respetabilidad suficiente para hacer valer su palabra. De modo que, hasta que nuevos datos llevaren a un cambio de juicio, esos avales eximen al papa de crímenes aberrantes que, en la medida en que en Argentina el catolicismo es religión de Estado, constituirían crímenes de lesa humanidad.

Defensores y detractores de Bergoglio tienen en común algo más poderoso que sus ruidosas diferencias: unos cargan contra el individuo y escamotean el papel de la institución; otros lo protegen… para rescatar la institución.

Así las cosas y contra los fuegos de artificio, el tema no es Bergoglio sino el aparato eclesial. Es un hecho reconocido que la jerarquía católica, acompañada por el entonces nuncio (embajador) del Vaticano en Buenos Aires, Pio Laghi, respaldó a la dictadura y colaboró con ella, al punto de ceder una propiedad en el Delta del Paraná para que funcionara allí un campo secreto de detención. Bergoglio era por entonces la máxima autoridad jesuita en Argentina, donde miembros de esa congregación habían sido punta de lanza de la Teología de la Liberación, corriente católica cuyo desmantelamiento, también a sangre y fuego, fue uno de los objetivos por los cuales Juan Pablo II fue entronizado a costa de la vida de su antecesor.

Conviene refrescar el cuadro de época: el citado CIA-Vaticano registraba en 1989: “El 23 de agosto de 1982 Wojtyla otorgó a la Obra (Opus Dei) el rango de prelatura personal (diócesis sin territorio). De este modo Opus Dei se liberó de todo lazo de sujeción o control por parte de los obispados o, lo que es lo mismo, obtuvo carta franca para llevar a cabo sus empresas con plena independencia de las jerarquías nacionales y con la obligación de responder sólo ante el sumo pontífice (…) Al mismo tiempo que elevaba el status -y cedía más poder- a Opus Dei, el papa suspendía a la Orden de los Jesuitas, comprometida con la Teología de la Liberación y reemplazaba a su superior general, Pedro Arrupe, por otro escogido por él mismo. De este modo Opus Dei logró su doble objetivo de sentar en el trono papal a un hombre con idénticas posiciones ideológicas a las suyas y situarse como institución en un puesto apropiado para lanzar en todos los planos la ofensiva final contra la Teología de la Liberación”. Entre otros muchos terrenos, Opus Dei y jesuitas se disputaron con uñas y dientes la primacía en los medios de comunicación. El texto dedicaba un capítulo a explicar la condición de Opus Dei como aparato representativo del gran capital, industrial y financiero, controlado por la CIA, introducido como cuña irrefrenable en la estructura vaticana. Es en ese contexto que Bergoglio actuó en Buenos Aires, bajo la dictadura -cribada de miembros de Opus Dei, para comenzar el célebre ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz- y según su propia convicción frontalmente opuesta a los “sacerdotes del Tercer Mundo”.

La mano amiga
No es casualidad que Opus Dei pierda ahora la primacía y lo haga en favor del sector al que se impuso en los años posteriores a 1978, la orden de los jesuitas, ya depurada de su ala radical de izquierda. Con origen en España y manejando los hilos financieros desde Italia, Opus Dei sufre la suerte de la economía y la política en esos dos países, que no es sino la expresión del vuelco operado en todo el mundo tras el colapso de 2008, que en Estados Unidos llevó a la derrota republicana y la asunción de Barack Obama quien, dicho sea de paso, se apresuró a enviar un caluroso y fraternal saludo a Bergoglio, a quien llamó “el primer papa americano”. El reemplazo de la “prelatura personal” de Escrivá Balaguer por la orden creada por Ignacio de Loyola equivale al reemplazo en la conducción vaticana de banqueros por curas que trabajan en villas; dibuja la curva de caída del capitalismo central y del predominio de una política anticrisis. Así, la agónica situación del capitalismo central explica la necesidad de apelar a un miembro de la Compañía de Jesús, concebida por su fundador como ejército combatiente, para conducir el “poder espiritual” en la cúpula del capitalismo mundial.

Eso no significa un repliegue político del imperialismo, aunque al menos en términos teóricos el debilitamiento relativo de Estados Unidos se hará sentir también en ese terreno, dándole a Francisco un margen de maniobra mayor para enfrentar a Washington en más de un terreno, siempre girando en torno a temas fundamentales para el ultraconservadurismo jesuítico de Bergoglio, empeñado en acabar con el legado liberal de la Revolución Francesa. Por lo que se puede prever a partir de textos suyos y gestos posteriores a su elección, tras ese objetivo Francisco no vacilará en buscar apoyo en la potente dinámica de convergencia latinoamericano-caribeña, para negociar desde allí en mejores términos con la Casa Blanca. La reivindicación del concepto de Patria Grande por parte de Bergoglio (3) ha llevado al estado de éxtasis a algunos exponentes del llamado “marxismo nacional”, ha dado vuelta en cuestión de horas la oposición frontal de funcionarios argentinos que lo atacaron desmesuradamente cuando se conoció su designación y producirá riesgosos zigzagueos y violentos giros en más de una fuerza política en América Latina. Con certeza, se verá en acto al jesuitismo, forma pragmática, aviesa, pero implacable en sus objetivos, en torno a la necesidad estratégica de acabar con la revolución al Sur del Río Bravo, pero adosándose a la fuerza hoy predominante en los pueblos de la región. Puede esperarse un papa disfrazado de Chávez, tal como en la Venezuela de hoy lo hace Henrique Capriles Radonsky, quien contra toda lógica pretende copiar el discurso del líder bolivariano (de paso: Capriles integró las filas del Tradición familia y Propiedad, otra de las organizaciones que obran como tentáculos de la CIA al interior del Vaticano (las restantes son la ya citada Opus Dei, Comunión y Liberación y la Orden Militar Soberana de Malta. Por caso, esta última ya puso a uno de los suyos como secretario privado de Francisco).

Aún en los previsibles momento de tensión y aparente choque que vendrán a no muy largo plazo, el camuflaje demagógico de Bergoglio es un riesgo para las fuerzas revolucionarias pero no distanciará al Vaticano de Estados Unidos en la cuestión que interesa: la contrarrevolución en América Latina.

El Departamento de Estado, es decir, de la estrategia estadounidense, pesará sobremanera en el curso del próximo papado. No es éste el lugar para detallar los pasos que terminaron en la elección de Bergoglio con más de 90 votos sobre 115 cardenales. Baste decir que el articulador principal del bloque en favor del cardenal argentino fue su homólogo de Nueva York, Timothy Dolan. Tanto la prensa italiana como la estadounidense coinciden en señalar que, a partir de los 11 votos estadounidenses en el cónclave, Dolan tuvo un papel decisivo en la tarea de convicción sobre prelados de América Latina, África, Asia y Europa, para que finalmente una sólida mayoría votara a favor de Bergoglio. Con escasa sutileza, The New York Times subraya que lo único que le faltó a Dolan fue ungirse él mismo en el trono de Pedro, para inmediatamente señalar que su papel en la próxima administración vaticana será de sobresaliente gravitación.

Ahora bien: ¿cuáles son los puntos de acuerdos y cuáles los desacuerdos entre el Vaticano y Washington?

Aquí sí importa, y mucho, la biografía de Bergoglio. Desde el peronismo sui generis de Guardia de Hierro, en los años de alzamiento revolucionario en Argentina, cuando una poderosa corriente de sacerdotes identificados con las causas populares y la lucha contra el imperialismo y el capitalismo, resueltos al combate por el socialismo, crecía al interior de la iglesia y de su congregación en toda América Latina, el entonces principal jesuita en su país optó por la decisión central del vaticano -conducido entonces por Opus Dei a través de Wojtyla- y con una u otra conducta individual respecto de secuestros y asesinatos puntuales, no sólo avaló aquella ofensiva contrarrevolucionaria sino que su accionar redundó en una escalada sistemática en la jerarquía eclesial que lo llevó hasta la cima.

No sólo los jesuitas, sino el conjunto de la iglesia romana -con excepción de Opus Dei y sus áreas de influencia- condenan sin atenuantes el curso adoptado en el último siglo por las sociedades liberales. No sólo el conjunto de la iglesia romana, sino la Compañía de Jesús, hoy monolítica, defienden el capitalismo, al cual están integrados económica, política y culturalmente. La alianza cada vez más íntima en las últimas décadas entre el socialcristianismo y su eterna enemiga, la socialdemocracia, Lucifer liberal, confirman en la política y el sindicalismo mundiales cuál es el verdadero enemigo de quienquiera ocupe el trono de Pedro. La contradicción entre liberalismo y oscurantismo medioeval se resuelve siempre y fatalmente por un frente único entre la Casa Blanca y la Basílica de San Pedro; entre CIA y Vaticano, para enfrentar las fuerzas revolucionarias en cualquier punto del planeta.

¿Por qué argentino?
Todo indicaba en los días previos al cónclave de cardenales que el nuevo papa provendría del continente americano. Pero los candidatos principales eran el canadiense Marc Ouellet y el brasileño Odilo Scherer. Al menos en público, nadie daba un centavo por la elección de un argentino.

Hay una causa interna que hacía necesaria la elección de un americano, más específicamente latinoamericano. Desde que el Vaticano, en funesta alianza con la CIA, se embarcó en la operación contrarrevolucionaria que doblegó a Nicaragua y exterminó en la región a los sacerdotes del Tercer Mundo, la iglesia romana perdió más de un cuarto de sus feligreses. Y se trata del bastión mundial del catolicismo. De modo que, así como en los años 1970 la cúpula vaticana debía empeñarse en la masacre contrarrevolucionaria por razones de sobrevivencia, ahora debe hacerlo en sentido inverso, aprovechando la emergencia de numerosas corrientes y líderes políticos que afirman la posibilidad de realizar una “revolución” que no conmueva las bases del sistema capitalista. La condición de jesuita de Francisco y sus alegadas dotes intelectuales lo habilitan para ese delicado juego estratégico. Su adopción franciscana le abre camino a la base social en disputa.

Ésa es, no obstante, una causa subordinada. La tónica de este movimiento estratégico en escala mayor la pone Estados Unidos, aliado en este punto con la Unión Europea y todos los regímenes empeñados en evitar que la crisis en curso desemboque en la revolución socialista.

Existen conflictos sociales, políticos y militares de magnitud en cada punto del planeta, constantemente agravados por la marcha ininterrumpida hacia el derrumbe en los países centrales. Pero la vanguardia de la respuesta socialista se desplazó a América Latina. Esta visión geopolítica, resistida a derecha e izquierda hasta no hace mucho, es ahora prácticamente común a todas las corrientes del pensamiento.

Washington necesita frenar primero y destruir después la vanguardia de esa vanguardia: la Revolución Bolivariana de Venezuela. No es una simplificación entonces afirmar que Francisco está en Roma para contribuir desde la trinchera eclesial en la batalla estratégica contra Venezuela. Los estrategas del Departamento de Estado parecieron en los últimos meses convencidos de que la muerte de Hugo Chávez permitía irrumpir en el entramado de las fuerzas revolucionarias para lograr su objetivo. Por eso, tampoco es desatinado pensar que la coincidencia entre la muerte de Chávez y la renuncia de Ratzinger no es casual. Quienes aludan a la condición milenaria de la iglesia, deberán considerar que su crisis interna es potencialmente letal. Y evaluar hasta qué punto, en el mar de dificultades que atraviesa, el Vaticano es realmente impermeable a las decisiones de la Casa Blanca. Ante el gesto escandalizado de presumibles vaticanólogos, sólo puedo decir que, sin el recurso de explicar el fenómeno atribuyéndolo a un designio divino, apelo al análisis de los hechos y su encadenamiento. El tiempo dirá si la hipótesis tiene o no asidero.

Es posible que a la luz de la formidable, inédita manifestación de masas que provocó en Venezuela la muerte de Chávez, aquellos estrategas de la contrarrevolución hayan corregido su apreciación y desechen ya su idea de una inminente caída de la Revolución. Pero insistirán en dos puntos: dividir las fuerzas revolucionarias en Venezuela; forzar el aislamiento de este país en la región. Si eventualmente la táctica en el plano interno tuviese algún grado de éxito, podría abrir la brecha por la cual el imperialismo entrase con su devastadora fuerza contrarrevolucionaria. Dado que ya está probado que los intentos divisionistas han fracasado una y otra vez, es presumible que Francisco será tomado por Washington como una herramienta salvadora. Al interior de Venezuela esto es difícil, porque el socialcristianismo (aquí también aunado con la socialdemocracia) está en el nadir del desprestigio. Y lo mismo vale para la jerarquía eclesial local, reconocida por las masas como golpistas y por eso repudiadas.

Otra consideración merece la táctica del debilitamiento en los apoyos de Venezuela en la región. Y allí es donde aparece Argentina. Sea por el abrazo asfixiante que, mientras se redactan estas líneas, Francisco ha comenzado a practicar sobre el gobierno argentino, sea por el hecho de que el actual elenco oficial afronta enormes dificultades y en el cuadro actual está descartada la posibilidad de reelección de la presidente Cristina Fernández, es pensable que a corto o mediano plazo Argentina pueda ser desplazada hacia un bloque enfrentado con la revolución en marcha en Bolivia, Ecuador, Venezuela y otros países del Caribe, a los que se suman naturalmente Nicaragua y Cuba. Baste recordar que días atrás el candidato socialdemócrata Hermes Binner, preguntado acerca de si en Venezuela hubiera votado en octubre último por Chávez o Capriles, respondió sin vacilar que su opción era Capriles. Es presumible en Argentina una amplia coalición electoral para 2015 que tenga como eje de reagrupamiento la estrategia latinoamericana de Estados Unidos, ahora asumida explícitamente por el papa Bergoglio en su ataque a las revoluciones en curso, al regalarle a Fernández un libro con documentos del Celam donde se condena el “avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de neto corte neopopulista”. Firma el Consejo Episcopal Latinoamericano; redacta la CIA.

En un libro publicado en 2007 sostuve que Argentina es una clave regional, aunque en el actual período histórico lo es por su debilidad, no por su fuerza (4). Su peso específico en América Latina, su nivel de desarrollo, los altos parámetros de experiencia y combatividad de obreros y estudiantes en términos históricos, no obstante sumidos en una coyuntura de confusión, desorganización y total parálisis, ubican al país como fiel de un delicado equilibrio continental, pasible de presiones y políticas extremas desde los dos extremos de la batalla estratégica.

Desde el año 2000, cuando comenzó el proceso de convergencia desigual pero generalizado en América Latina, Argentina ha navegado a dos aguas. La resultante de esa marcha ambigua estuvo determinada por el fenómeno general: concordancia latinoamericana en detrimento de los intereses imperialistas. Para ninguno de los países que han sostenido una conducta regional igualmente ambigua e igualmente en colisión con la hegemonía estadounidense, es posible mantener esa posición de manera indefinida. Pero en Argentina los plazos son más cortos. Es un rasgo de aguda inteligencia táctica y osadía estratégica el que han demostrado los gestores de la operación que dio como resultado la elección de Bergoglio.

Ahora cabe a las fuerzas revolucionarias genuinas en América Latina demostrar si están o no a la altura de tamaño desafío. Esto vale también para millares de católicos, sacerdotes y seglares, que ante una reedición del giro contrarrevolucionario de los años 1970/80, aunque a la inversa en su forma, están ante la opción de seguir sometidos a las órdenes de Roma o acometer un cisma revolucionario, antimperialista y anticapitalista.

La unidad de revolucionarios cristianos, marxistas, o militantes de cualquier otra religión, sólo tiene futuro sobre esas bases. Ése es el ejemplo de la Revolución Bolivariana de Venezuela, a emular en todo el continente, desde Alaska a la Patagonia.

1.- Véase si no la encíclica Spe Salvi, redactada por Benedicto XVI:
«hay un texto de san Gregorio Nacianceno que puede ser muy iluminador. Dice que en el mismo momento en que los Magos, guiados por la estrella, adoraron al nuevo rey, Cristo, llegó el fin para la astrología, porque desde entonces las estrellas giran según la órbita establecida por Cristo. En efecto, en esta escena se invierte la concepción del mundo de entonces que, de modo diverso, también hoy está nuevamente en auge. No son los elementos del cosmos, la leyes de la materia, lo que en definitiva gobierna el mundo y el hombre, sino que es un Dios personal quien gobierna las estrellas, es decir, el universo; la última instancia no son las leyes de la materia y de la evolución, sino la razón, la voluntad, el amor: una Persona».
2.- Luis Bilbao; CIA-Vaticano: Asociación Ilícita. Editorial Búsqueda, Buenos Aires, agosto de 1989.
3.- Véase si no: “América Latina puede y tiene que confrontarse, desde sus propios intereses e ideales, con las exigencias y retos de la globalización y los nuevos escenarios de la dramática convivencia mundial. A la vez, América Latina necesita explorar, con buena dosis de realismo pragmático – impuesto también por su propia vulnerabilidad y escasos márgenes de maniobra – nuevos paradigmas de desarrollo que sean capaces de suscitar una gama programática de acciones, un crecimiento económico autosostenido, significativo y persistente; un combate contra la pobreza y por mayor equidad en una región que cuenta con el lamentable primado de las mayores desigualdades sociales en todo el planeta”. Jorge Bergoglio, prólogo a “Una apuesta por América Latina” de Guzmán Carriquiry, Buenos Aires, Sudamericana, 2005.
4.- Luis Bilbao; Argentina como clave regional. Búsqueda Editorial; Buenos Aires, mayo de 2007.

Luis Bilbao
19 de marzo de 2013

Fuente: ApiaVirtual