viernes, 27 de noviembre de 2009

Declaración de la Red Interreligiosa Latinoamericana y Caribeña sobre VIH Y SIDA



RED INTERRELIGIOSA LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA SOBRE VIH Y SIDA



PRE-FORO ECUMÉNICO E INTERRELIGIOSO DEL

V FORO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE SOBRE VIH/SIDA E ITS

LIMA, 19 AL 20 DE NOVIEMBRE DE 2009



DECLARACIÓN



Convocados por la Red Interreligiosa Latinoamericana y Caribeña sobre VIH y Sida - Religiones por la Paz, los y las participantes del Pre-Foro Ecuménico e Interreligioso del V Foro Latinoamericano y del Caribe sobre VIH/SIDA e ITS manifestamos lo siguiente:


1) Las comunidades religiosas estamos llamadas a acompañar a las personas con VIH (niños/as, adolescentes, adultos y ancianos), desde un amor inclusivo y con una perspectiva de derechos, viviendo un permanente proceso de conversión que nos haga capaces de acogida incondicional, y luchando contra toda forma de estigmatización y discriminación.

Para ello, debemos:

· Preparar a nuestras comunidades religiosas para el manejo de la temática del VIH y sida, contando con un correcto conocimiento de la sexualidad, con perspectiva de género, interculturalidad y resiliencia.

· Dialogar con las nuevas realidades, volviendo a leer nuestros textos sagrados desde, y en respuesta a los problemas de la humanidad de hoy, para generar oportunidades de vivir dignamente, trasformando toda injusticia en derechos.

· Generar procesos significativos de educación y sensibilización para la prevención del VIH y una vida sin violencia.



2) Las comunidades religiosas aprendemos de las personas con VIH a redescubrir nuestras creencias de otro modo, para que estén centradas en el bien de los demás, e interesadas en traducirse en acciones solidarias y efectivas. Ello implica el acompañamiento personalizado y la animación de las propias organizaciones de personas con VIH, para la prevención y el tratamiento, en conjunción de esfuerzos con los gobiernos y la sociedad civil, desde una espiritualidad que aporte mística al activismo de la promoción de derechos.



3) Las comunidades religiosas encontramos en los hermanos y las hermanas que viven con VIH, y en las personas y organizaciones solidarias con su causa, razones que fortalecen nuestras creencias, y sentimientos que despiertan nuestra fraternidad. Ello supone el reconocimiento de cuán sujetos de su vida son todas y cada una de las personas viviendo con VIH, y el aprecio respetuoso de las orientaciones e identidades sexuales, y toda forma de diversidad.



4) Las comunidades religiosas en su labor de fe y promoción de la vida, hemos de contemplar de una manera creativa e integral, el tratamiento de la sexualidad, procurando contrarrestar los mitos que la desdibujan, y ofreciendo una información completa y sustentada. Para ello, debemos elaborar programas educativos, que guardando fidelidad con nuestras respectivas creencias, cuenten con indicadores para una evaluación rigurosa de sus impactos, y que estén dirigidos a las diferentes edades, según la realidad de cada cultura y sociedad. Asimismo, para aprovechar mejor los esfuerzos que ya se realizan, generaremos redes y alianzas efectivas entre las comunidades de fe y los Estados, los organismos internacionales y las organizaciones de la sociedad civil.



5) Las comunidades religiosas hemos de fortalecer por medio de la Red Interreligiosa Latinoamericana y Caribeña sobre VIH y Sida, las estrategias de incidencia política en la generación y la implementación de legislaciones y políticas públicas en nuestros países, en favor de la protección de los derechos de las personas con VIH. Asimismo, haremos visibilizar los avances con el correcto aprovechamiento de los medios de comunicación social y las tecnologías de la información y la comunicación, propiciando el surgimiento de liderazgos sociales y políticos en las personas con VIH, a fin de que ellas también sean protagonistas de un mundo más justo, inclusivo y solidario.



Lima, 20 de noviembre de 2009.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Declaración de la Confederación Kichwa frente a posición de Obispos Romanos

Presentamos un documento que explicita la posición amerindia sobre el “cristianismo moderno”: no nos cansaremos de repetir de que los españoles, a partir del 12 de Octubre de 1492, cuando violentamente irrumpieron en nuestras vidas (masacrando seres humanos, destruyendo nuestra cultura material y apoderándose de nuestros milenarios territorios), hecho al que idiotamente llaman “conquista”, no pudieron aportarnos la Tradición cristiana, puesto que Europa Occidental había roto con su tradición desde principios del siglo XIV.
Lo que los europeos renacentistas en general y españoles en particular trajeron como “espiritualidad” al continente Abya Yala (las Américas) fue más bien una amalgama de supersticiones y creencias carentes de la salvífica influencia espiritual crística.
.
Queremos aprovechar la ocasión para aclarar lo siguiente: a esta amalgama denominamos “cristianismo moderno”. En nuestros días, muchos europeos y euro descendientes, quienes se pretenden “tradicionales”, debido a una lectura amateur de carácter ideológico de la obra magistral y providencial de René Guénon y sin vivencia ni ningún compromiso tradicional (salvo su jactanciosa pertenencia a ciertas “organizaciones fraternales”), nos presentan como si fuéramos enemigos de la tradición cristiana, hecho que es totalmente falso: la verdad más bien es que somos intransigentes con el “cristianismo moderno” y sus actuales manifestaciones (católica, protestante, anglicana, para-cristiana o neo-cristiana), a las que consideramos como agentes vectores del espíritu occidental moderno que es completamente antitradicional.
.
Queda claro asimismo que no se trata de deslegitimar ni menos aun de subordinar una tradición espiritual por otra. Pese a las pretensiones occidentales modernas, no existe un monopolio de la revelación divina: esta se ha manifestado en todas las razas humanas y latitudes, al influjo de los ritmos cíclicos.
.
Este valioso documento es la posición de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador frente a las declaraciones neocoloniales emitidas por Benedicto XVI en la V Conferencia de Obispos de América latina y el Caribe (CELAM), en mayo del 2007 en Brasil.
.
Esperamos que la atenta lectura de este documento ayude a comprender mejor lo que son las formas amerindias de la Tradición primordial y su siempre palpitante presencia espiritual.
Intisunqu Waman
.
* * *
.
Los Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Continente de Abya Yala (América) rechazamos enérgicamente las declaraciones emitidas por el Sumo Pontífice [católico, apostólico y romano]en lo que se refiere a nuestra espiritualidad ancestral, y a los comentarios políticos emitidos con relación a algunos presidentes Latinoamericanos y del Caribe, más aún cuando éstas son realizadas ante un continente en el que se acrecienta la brecha entre pobres y ricos, y en donde se encuentra gran parte de la feligresía católica del mundo, lo que ha implicado siglos de “evangelización”, misma que lastimosamente no ha logrado dar como frutos una vida justa y digna para sus habitantes.
.
Estas declaraciones se las realiza precisamente cuando la Vida Planetaria está amenazada de muerte, y no son responsables de ello los presidentes que el Papa [Benedicto XVI] cita en sus alocuciones, sino aquellos que como el Presidente norteamericano George W. Bush, enarbolan la bandera del voraz sistema capitalista neoliberal.
.
Por lo que es inconcebible, que para alguien que se precia de ser el representante de Cristo en esta Tierra, sean los Presidentes Latinoamericanos de corte humanista los que le causen preocupación.
.
Es hora de que se entienda que nuestro continente tiene el derecho de ejercer su libre determinación. Ya no es la hora de nuevas y renovadas conquistas en nombre de nada.
.
Si analizamos con una elemental sensibilidad humana, sin fanatismo de ninguna especie, la historia de la invasión a Abya Yala, realizada por los españoles con la complicidad de la Iglesia Católica, no podemos menos que indignarnos.
.
Seguramente el Papa desconoce que los representantes de la Iglesia Católica de ese tiempo, con honrosas excepciones, fueron cómplices, encubridores y beneficiarios de uno de los genocidios más horrorosos que la humanidad haya podido presenciar.
.
Más de 70 millones de muertos en campos de concentración de minas, mitas y obrajes; naciones y pueblos enteros fueron arrasados, basta ver el caso de Cuba, y para sustituir a los muertos trajeron a los pueblos negros que sufrieron desgraciada suerte; usurparon las riquezas de nuestros territorios para salvar económicamente a su sistema Feudal; las mujeres fueron cobardemente violadas y miles de niños murieron por desnutrición y enfermedades desconocidas.
.
Todo lo hicieron bajo el presupuesto filosófico y teológico que nuestros ancestros “no tenían alma”.
Junto a los asesinos de nuestros heroicos dirigentes siempre estaba un sacerdote u obispo para adoctrinar al condenado o condenada a muerte, para que se bautice antes de morir, y por supuesto a que renuncie a sus concepciones filosóficas y teológicas.
.
Recordemos al cura Valverde que en Cajamarca presenta la Biblia al [ Inka] Atahualpa diciéndole que es la Palabra de Dios, ante lo cual el Soberano viendo que el libro no habla y considerando que la Palabra de su Dios hablaba en el corazón de la Madre Tierra, en el agua, el viento, en la fuerza luminosa del Sol y en la fecundidad de la Luna, en los latidos del corazón de los seres humanos, animales y plantas, arrojó la Biblia, ante lo cual el cura Valverde dio la orden a los soldados que apresen a Atahualpa.
.
Posteriormente el representante en estos territorios del Dios Solar-Lunar fue asesinado luego de ser bautizado y puesto el nombre de su asesino Francisco Pizarro.
.
Recordemos que muchos de nuestros hermanos y hermanas prefirieron ir a la hoguera que renunciar a sus principios, basta citar a nuestro hermano Hatuey en la Isla de Cuba, que ante el adoctrinamiento del sacerdote que iba a bendecir su asesinato, sobre la importancia de ser bautizado para que después de muerto vaya al “cielo” donde van los “cristianos”, Hatuey dijo que prefería ir al infierno antes de estar en la otra vida junto a los opresores, ladrones y asesinos, luego de lo cual fue llevado a la hoguera.
.
En lo que hoy es el Ecuador, el gran dirigente Calicuchima, ante la propuesta del sacerdote que generosamente iba a bautizarlo y bendecir su muerte, el rebelde se encaminó hacia la hoguera y en medio de las llamas gritó con toda la fuerza de su espíritu ¡PACHAKAMAK! (Gran Espíritu Cuidador del Universo).
.
Habría que preguntar al Papa si Cristo, a quien dice representar, estaría de acuerdo con estos crímenes de lesa humanidad, además debemos recordar al Sumo Pontífice y al Gobierno Español que este tipo de crímenes no prescriben ni en las leyes terrenales, ni en las leyes divinas.
.
Las iglesias cristianas y de manera particular la Iglesia Católica tienen una inmensa deuda con Cristo, con los pobres del mundo, y con los Pueblos y Nacionalidades Indígenas que hemos resistido a semejante barbarie. Si bien el Estado Español y el Vaticano no pueden resarcir las consecuencias del monstruoso genocidio, el Jefe de la Iglesia Católica debería al menos reconocer el error cometido, como lo hiciera su antecesor Juan Pablo II en relación con el Holocausto Nazi, y aprender de Jesús que siendo Cristo para dar su mensaje se encarnó en la cultura del pueblo hebreo con respeto, y fue coherente puesto que predicó el mensaje con su ejemplo asumiendo todas las consecuencias de ello.
.
No es concebible que en pleno siglo XXI, todavía se crea que solo puede ser concebido como Dios un ser definido como tal en Europa. Debe saber el Papa [Benedicto XVI] que antes de que vinieran a nuestros territorios los sacerdotes católicos con la Biblia, en nuestros pueblos ya existía Dios, y su Palabra es la que siempre ha sostenido la Vida de nuestros pueblos y a la Madre Tierra. La Palabra de Dios no puede estar solo contenida en un libro, mucho peor se puede creer que una religión puede privatizar a Dios.
.
Los Pueblos Originarios [del continente Abya Yala] éramos civilizaciones que teníamos gobiernos y organizaciones sociales estructuradas de acuerdo a nuestros principios; por supuesto que también teníamos religiones con libros sagrados, ritos, sacerdotes y sacerdotisas que fueron los primeros en ser asesinados por los que fungían como servidores del “dios de la codicia” y no del Dios de Amor de quien habla Jesús el Cristo.
.
La Biblia enseña que quien dice que ama a Dios a quien no ve y no ama a su hermano a quien ve es un mentiroso. Los que profanaron el nombre de Cristo, presentándose como representantes de él, cuando en realidad fueron socios de los ladrones y asesinos, fueron traidores a la noble misión del Cristo. ¿Cómo podían ser representantes de aquel que nació en un pesebre, de padres obreros, rodeado de campesinos y perseguido a muerte desde su nacimiento por los jerarcas que ostentaban el poder político, económico y religioso de ese tiempo?
.
No podían representar a aquel que dijo que las aves tienen sus nidos y los zorros sus madrigueras, más él no tenía nada de posesiones materiales.
.
¿Cómo podían los que estaban llenos de codicia representar a aquel que toda su vida se consagró al servicio de la humanidad, hasta la entrega cruenta de su vida por revelar la verdad a los pobres de todos los tiempos?
.
¡No eran representantes del Dios de Jesús, su “dios” era un devorador de vidas humanas y de riquezas usurpadas a costa de sangre, de crímenes abominables que todos los profetas de la Biblia los aborrecen!
.
Es de Justicia rescatar y valorar las vidas ejemplares de los sacerdotes que ante tanta barbarie se pusieron del lado de los que llamaron “indios”, como es el caso de Fray Bartolomé de las Casas y otros sacerdotes dominicos que ejercieron la defensa de los derechos de nuestros antepasados vilmente ultrajados. Cabe también reconocer y presentar nuestro más profundo respeto a todas las religiosas, sacerdotes, obispos y pastores que han entregado la vida por servir a los más pobres en nuestro continente y en cualquier parte del mundo; de manera especial reconocemos la admirable labor desplegada en el Ecuador por Monseñor Leónidas Proaño que por más de treinta años sirvió con honestidad a los pobres del Ecuador, de manera particular se consagró a la causa de la liberación de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas.
.
Los representantes de Cristo hoy, pertenecientes a cualquier iglesia cristiana, deberían respetar y venerar la Vida como lo hizo Jesús. Tienen el deber ético y moral de condenar toda injusticia y consecuentemente deben entregar el mensaje de Jesús estando al servicio de los pobres y no del lado de los opresores, y si quieren realizar una verdadera evangelización a los Pueblos y Nacionalidades Indígenas deben entregar el auténtico mensaje del Cristo sin pretender destruir nuestras culturas, porque así lo hizo Él, a quien dicen representar.
.
No se puede predicar el mensaje de Jesús el Cristo desde la opulencia, desde el lado de los que profanan la Vida creada por Dios, desde el lado de los mayores destructores de la Vida Planetaria.
Rechazamos las coincidencias políticas, y religiosas que existen entre Bush y el Papa para criminalizar las luchas de los pueblos [oprimidos del mundo].
.
¡Exigimos coherencia! La incoherencia de muchos que dicen ser representantes de Cristo es lo que provoca la deserción en las Iglesias, y de manera particular en la Iglesia Católica, situación que tanto preocupa al Papa.
.
Nosotros aceptamos el mensaje de esperanza, de amor y liberación de Jesús el Cristo. Sabemos que Él dijo que ha venido para que tengamos vida y vida abundante todos, lo que no aceptamos es que en nombre de la religión que sea, vuelvan a pretender bendecir nuestra muerte, la de nuestros hijos y de millones de pobres del mundo.
.
El Pontífice [católico, apostólico y romano] aseguró que « la utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso » para los “pueblos originarios” que han logrado « una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana que los misioneros les ofrecían ».
.
Para nosotros la Vida de Jesús es una Gran Luz proveniente del Inti Yaya (Luz Paternal y Maternal que sostiene todo), que ha venido a desterrar todo aquello que no nos deja vivir con justicia y fraternidad entre los seres humanos y en armonía con la Madre naturaleza. Nosotros respetamos a sus auténticos seguidores.
La vida nos ha enseñado que al “árbol se lo conoce por sus frutos”, como dijo el Cristo, y sabemos distinguir quien le sirve en los pobres y quien se sirve de ellos.
.
Cabe comunicar al Pontífice [católico, apostólico y romano] que nuestras religiones JAMAS MURIERON, aprendimos a sincretizar nuestras creencias y símbolos con las de los invasores y opresores [españoles a fin de que se perpetúe nuestra espiritualidad].
.
Continuamos asistiendo a nuestros templos, porque sabemos que debajo de los principales templos católicos están los cimientos de nuestros templos sagrados [Wakas] que fueron destruidos, bajo el supuesto que las nuevas edificaciones sepultarían nuestras creencias, pero no es así ya que nuestros templos fueron edificados en lugares donde se concentran grandes Fuerzas que reflejan la Fuerza, Sabiduría y Amor del Gran Espíritu Padre y Madre de todos los seres que habitamos en este maravilloso planeta.
.
Presentamos nuestra total solidaridad al Presidente Evo Morales, nuestro hermano, que es un servidor de los pobres, un ser que ha consagrado toda su vida al servicio de la verdad, la justicia, la libertad, la fraternidad entre los pueblos, y estamos seguros que Jesús el Cristo lo considera su AMIGO.
.
Nuestra solidaridad con los Presidentes Hugo Chávez y con Fidel Castro, humanistas consagrados a luchar por la vida digna de los pueblos.
.
Nuestro corazón siempre presto para todos aquellos que en cualquier parte del mundo estén trabajando por una vida digna para toda la humanidad y por la salud de la Allpa Mama (Madre Tierra).
.
En nombre de nuestros ancestros ultrajados y de los millones de pobres que en el Continente de Abya Yala tenemos la esperanza de una vida digna para todas y todos, renovamos nuestra firme determinación de recuperar nuestros derechos, y no permitiremos que nadie pretenda perpetuar el genocidio iniciado hace quinientos catorce años.
.
Humberto Cholango es presidente de la Confederación de los Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador.
FUENTE:

martes, 24 de noviembre de 2009

Uruguay - Pastorado Metodista frente a las elecciones nacionales


El domingo 29 de noviembre la ciudadanía uruguaya decidirá entre dos fórmulas presidenciables, el Frente Amplio y el Partido Nacional, para gobernar el país en los próximos cinco años. Frente a ese Acto Eleccionario, pastores y pastoras de la Iglesia Metodista en el Uruguay (IMU) emitieron una declaración que se publica íntegramente.

“No es tarea sencilla opinar sobre política desde lo religioso. Sin embargo, en esta instancia electoral nuestra fe cristiana nos desafía a decir una palabra que sea pertinente a la realidad humana, social y política que vivimos.

No pretendemos estar representando al conjunto de la Comunidad Metodista. Simplemente como ciudadanos que, a partir de su fe y su conciencia, expresan libremente su opinión.

Reconocemos la autonomía del poder Político. La institución religiosa no tiene autoridad para imponerle al Estado sus principios y valores. Una sociedad democrática, laica y pluralista como la nuestra, funciona en base a un pacto, o contrato social, entre la ciudadanía y los gobernantes electos. Cada parte asume un compromiso y responsabilidades teniendo como referencia fundamental la Constitución y las leyes.

El quehacer político, en sus diversas formas, es un espacio ineludible para servir al prójimo y expresar el amor y la compasión hacia los más débiles. Este principio vale tanto para la Comunidad de fe como para el Gobierno. Lo que da autoridad a un gobernante es el ser elegido democráticamente y que cumpla su función al servicio del pueblo. Usar el poder para enriquecerse y obtener privilegios personales es una inmoralidad.

En todo caso, los únicos “privilegiados” deben ser los pobres, quienes están en desventaja. Porque la pobreza no es una elección. Es consecuencia de una situación socio-económica injusta. Dios ama a los pobres no porque sean más buenos, sino porque son pobres, víctimas de una injusticia. Nosotros aprendemos de Jesús que los llama “Bienaventurados”. Y de Artigas: “Sean los más infelices los más privilegiados”. De ahí que sea tan importante analizar qué lugar ocupan los pobres en el programa de cada Partido o Candidato.

La equidad, la distribución de los recursos y las oportunidades, y la igualdad en el trato a todos los habitantes del país con programas y medidas que favorezcan la inclusión y la lucha contra la discriminación deben estar en las propuestas de un Partido confiable.

La solidaridad como actitud de vida y como proyecto socio-económico debe prevalecer en el futuro Gobierno. Porque el individualismo destruye y genera severos daños al conjunto de la sociedad, produce injusticia social, pobreza, sufrimiento y muerte. El individualista dice: “si no hay para todos que por lo menos haya para mí”. En cambio, el solidario dice: “si hay para todos entonces habrá para mí”.
El respeto y la defensa de los Derechos Humanos, en sus más diversos aspectos, han de estar en la plataforma de Gobierno.

¿Cuál será el Candidato y el Partido más creíble y que nos ofrezca garantías de que estos postulados se cumplirán fielmente durante su gobierno? Según la opción que hagamos estaremos influyendo en el logro de estos “sueños” y fieles al Evangelio que predicamos”.

La declaración lleva la firma del Cuerpo Pastoral de la Iglesia Metodista en el Uruguay y está fechada en Noviembre de 2009.+ (PE)
Fuente:
23/11/2009 - PreNot 8569

Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
598 2 619 2518 Espinosa 1493.
Montevideo. Uruguay
www.ecupres.com.ar
asicardi@ecupres.com.ar

viernes, 20 de noviembre de 2009

La teología de la liberación. En el nuevo escenario político y religioso.

LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. En el nuevo escenario político y religioso.
Por JUAN JOSÉ TAMAYO
Tirant Lo Blanch (www.tirant.com), Valencia, 2009, 548 págs.

“Este libro de Juan José Tamayo tiene algo de monumental. Tal vez nunca antes se ha hecho una investigación tan amplia, abarcando todo el espectro de la teología de la liberación como nuevo paradigma, contenidos y exposición de algunos de sus principales representantes, teólogas y teólogos. Prácticamente todo lo que es significativo en esta teología se encuentra aquí contemplado”. Leonardo Boff.

Y, a decir verdad, no exagera Boff, ya que lo que en él nos ofrece Juan José Tamayo es un recorrido completo por las diferentes etapas de la Teología de la Liberación, uno de las corrientes más creativas en la historia del cristianismo. Y lo hace desde sus orígenes latinoamericanos a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, en un clima de elevada temperatura utópica, hasta su implantación en los diferentes continentes que conforman el llamado Tercer Mundo. Analiza en detalle las condiciones de posibilidades del nuevo paradigma, tanto las internas como las externas, sus líneas programáticas, los nuevos desarrollos y el impacto provocado no sólo en el mundo religioso, sino también, y de manera especial, en los movimientos sociales.
En la actual situación mundial caracterizada por la diversidad cultural, el pluriverso étnico y el pluriverso religioso, la teología de la liberación se está configurando como teología intercultural e interreligiosa de la liberación en los Foros Mundiales de Teología y Liberación (Porto Alegre, 2005; Nairobi, 2007; Belem de Pará, 2009), donde se han puesto las bases para el desarrollo de una teología, una espiritualidad y una ecología para “Otro Mundo Posible” en sintonía con el Foro Social Mundial y sus proyectos alterglobalizadores. Destacan a este respecto los dos capítulos dedicados a los Foros de Porto Alegre y Nairobi respectivamente: “Teología para otro mundo posible” “¿Y si África rechaza el mercado?” Son textos que no pueden pasarse por alto y que provocan un impacto especial en el lector por su rigor analítico y por su fuerza profética.

La obra presta especial atención a las nuevas y más importantes tendencias actuales del nuevo paradigma teológico: teología feminista, ecológica, indígena, afroamericana, campesina, económica e interreligiosa de la liberación, cuyas líneas fundamentales expone desde el más profundo respeto a su propia metodología y el reconocimiento a su creatividad teológica. A través de estas teologías la TL se re-contextualiza en el nuevo escenario político y religioso, muy diferente del de sus orígenes hace más de cuarenta años. Es quizás la parte más innovadora del libro en la que aparecen los nuevos sujetos emergentes de transformación social y se dan a conocer los teólogos y teólogas de la tercera generación, poco conocidos todavía fuera de América Latina, pero con una proyección internacional asegurada en el futuro dado su rigor metodológico.
Pero el capítulo donde el autor demuestra ser uno de los mejores y más profundos conocedores mundiales de la teología latinoamericana de la liberación es el que dedica a la exposición de las principales aportaciones de veinticinco representantes latinoamericanos de dicha teología y de su precursor Bartolomé de Las Casas, a quien presenta, certeramente, como “precursor del diálogo intercultural y de la teología de la liberación”, fundamentando dicha aseveración en textos lascasianos de gran lucidez. He aquí sus nombres: Rubem Alves, Hugo Assmann, Mª Pilar Aquino, Leonardo Boff, Clodovis Boff, Père Casaldáliga, Josep Comblin, la revista feminista Conspirando (Chile), Enrique Dussell, Ignacio Ellacuría, Segundo Galilea, Yvone Gebara, Gustavo Gutiérrez, Franz Himkelammert, Diego Irarrázaval, José Míguez Bonino, José Porfirio Miranda, Jung Mo Sung, Pablo Richard, Julio de Santa Ana, Juan Carlos Scannone, Juan Luis Segundo, Ion Sobrino, Paulo Suess, Elsa Tamez. Ciertamente son todos los que están, aunque quizás no estén todos los que son. El análisis de cada teólogo y teóloga, al que dedica en torno a diez en apretada y rigurosa síntesis, se completa con una información exhaustiva de su bibliografía y, en algunos casos, de los estudios sobre ellos. Este capítulo ocupa casi dos terceras partes de la obra (pp. 219-534) y ha contado con las aportaciones sugerencias de no pocos de los autores y autoras estudiados, como se apreciará fácilmente de la lectura.

Cuarenta años después de su nacimiento, la Teología de la Liberación sigue viva, se reconstruye como teología contrahegemónica y crítica del imperialismo teológico, incorpora nuevas categorías sociológicas y teológicas, se reformula en los actuales procesos históricos de liberación y plantea desafíos irrenunciables a las iglesias, a las teologías, a las sociedades y a los movimientos sociales del Primer Mundo. A ellos han de responder desde la interculturalidad y el diálogo interreligioso, desde una metodología inductiva y una epistemología inclusiva de todos los saberes, desde una cultura de resistencia frente a la globalización neoliberal y una ética de la solidaridad, desde la afirmación de la igualdad y el reconocimiento de la diferencia.
La obra ha sido escrita en su mayor parte durante las frecuentes estancias del teólogo Juan José Tamayo en varios países de América Latina. Demuestra, por ello, un profundo conocimiento de la realidad latinoamericana y ofrece una información exhaustiva de la bibliografía sobres el tema. Como dato de especial relevancia cabe destacar que el prólogo está redactado en dos lugares emblemáticos de las dos teologías contrahegemónicas de la liberación: Machu Picchu, donde nació la teología contra el Imperio español, y el Cerro San Cristóbal en Lima, en la parroquia de Gustavo Gutiérrez, donde cinco siglos después nació la nueva teología de la liberación contra el actual Imperio. Esa doble ubicación constituye otra prueba más de la importancia de esta obra, que compagina el rigor científico con la opción por los pobres, el trabajo hermenéutico con el compromiso ético, la razón anamnética de los condenados de la tierra con la propuesta de la utopía de la liberación.
Fuente:
http://www.atrio.org/?p=1934

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Más anglicanos le dicen NO al Obispo de Roma

Anglicanos africanos dicen no al Papa
La propuesta del Papa llegó en pleno debate sobre el futuro de la Iglesia Anglicana.
La cabeza de la Iglesia Anglicana de Kenia, el arzobispo Eliud Wabokala, rechazó la propuesta del papa Benedicto XVI que permitiría a los anglicanos conservadores de África unirse a la Iglesia Católica.
Wabokala aseguró a la BBC que no sería fácil para los anglicanos africanos compaginar completamente su culto y su fe con los de los católicos.
Estas declaraciones se produjeron en respuesta a la oferta lanzada a principios de esta semana por el Papa Benedicto XVI.
En esa ocasión, el Vaticano afirmó que los grupos de anglicanos que lo desearan podrían acogerse al catolicismo sin tener que abandonar por ello su identidad religiosa.
Como telón de fondo subyacen algunos temas –como la aceptación de los matrimonios homosexuales y la ordenación de mujeres como sacerdotes- que en los últimos tiempos han ido produciendo divisiones entre las comunidades anglicanas de todo el mundo.

Resistencia
Según el Vaticano, su propuesta fue el resultado de peticiones emitidas por ciertos sectores del anglicanismo, que habrían solicitado unirse a la Iglesia Católica a condición de no abandonar sus tradiciones litúrgicas.
La familia protestante entiende la fe de manera distinta, por ejemplo, la idea de la Eucaristía o la intrepretación del ministerio
Eliud Wabokala, arzobispo anglicano de Kenia
Sin embargo, el arzobispo Wabukala indicó a la BBC que no existe "ninguna posibilidad" de que él o sus fieles se conviertan al catolicismo.
"La familia protestante entiende la fe de manera distinta, por ejemplo, la idea de la Eucaristía o la interpretación del ministerio", añadió.
Por otro lado, el clérigo keniata aseguró que el resto de obispos anglicanos en África también son "profundamente evangélicos".
En la misma línea, el arzobispo ugandés Henry Luke Orombi dijo que la medida del Papa Benedicto XVI no respondía a los intereses de la Iglesia Anglicana de África que, apuntó, había "resistido" con éxito al liberalismo de los países occidentales.
FUENTE
http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2009/10/091023_1653_anglicanos_africa_pea.shtml

lunes, 16 de noviembre de 2009

La importancia del "sin embargo"

Por Domingo Riorda.

El ultimo fin de semana amaneció con la emisión del comunicado de la Iglesia Católica Romana de Argentina titulado “Somos hermanos”

En su primer párrafo explicita la necesidad “de recorrer un camino basado en el diálogo y en la búsqueda de consensos y acuerdos que confluyeran en algunas políticas públicas, base de un verdadero proyecto de Nación”.

Los términos, diálogo, consensos y acuerdos, caros a la sociedad uruguaya, son fundamentales y se presuponen indiscutibles.

Es una perlita en los documentos católicos romanos. Dejaron de lado la costumbre de basar sus exhortaciones en la Tradición y documentos papables y declaren que la visión del futuro se encuentra en “el pueblo” donde “existen hondos deseos de vivir en paz y en una convivencia basada en el entendimiento, la justicia y la reconciliación”.

El punto de partida es el pueblo. Lo que siente y desea la gente. Las aspiraciones visibles o escondidas en la interioridad humana.

La afirmación es lo suficientemente novedosa en los documentos de la jerarquía episcopal que asustó a los firmantes y dio lugar al “sin embargo” que, en el párrafo 3, les abre la puerta que decir que “En este tiempo” “sin embargo”, “percibimos un clima social alejado de esas sanas aspiraciones de nuestro pueblo”

Como buenos disc jockeys cambian el ritmo de la música detallando puntos como la violencia verbal y física; falta de respeto a las personas e instituciones, crecimiento de la conflictividad social; descalificación de quienes piensan distinto “limitando así la libertad de expresión” que, según el parecer episcopal católico romano, “son actitudes que debilitan fuertemente la paz y el tejido social”

La construcción del documento plantea el interrogante de que es lo que quieren decir los obispos firmantes. La afirmación inicial ¿es lo que creen? ¿o es un hallazgo que le abre las puertas para lo que sigue luego del “sin embargo”?

Para los comentarios de los medios de comunicación lo que los obispos quisieron decir es lo que aparece en el post sin embargo. Esa lectura estaría avalada por las declaraciones habituales de la jerarquía eclesiástica. Sin desarrollar la afirmación inicial pasan a la valoración de “la experiencia pastoral” sin mencionar otras herramientas, a saber, los numerosos análisis de sociólogos, historiadores, psicólogos sobre esa puntualización popular.

Si bien aparecen referencias sugestivas, como la sostener que “la crueldad y el desprecio por la vida en la violencia delictiva está “frecuentemente vinculada al consumo de drogas” y que la situación de pobreza “es dramática” aunque “ya se han definido algunos caminos de ayuda y asistencia para las necesidades más urgentes” y piensan que es necesario “alcanzar estructuras más justas”, se les introduce el tentador “sin embargo” al redactar que “pero siempre se debe tener en cuenta que la democracia no se fortalece en la conflictividad de las calles y rutas, sino en la vigencia de las Instituciones republicanas”.

El centro para hablar del equivoco camino para el fortalecimiento de la democracia se inscribe en que esa posibilidad de que no se logra en la “conflictividad” y, en este caso, en las calles y rutas.

Tal verbalización es una reducción de la realidad humana contemporánea. Surge de la profundidad de una institución verticalista que valoriza la sumisión sostenida en la pax romana y desconoce el descubrimiento contemporáneo, de que la participación real no suele encontrarse en los recintos cerrados y sagrados sino en los espacios abiertos, como son las calles, las rutas, las plazas.

Esa escondida defensa del “espacio cerrado”, favorece el camino para entrar en la puerta del post-sin embargo. Así se afirma que la “raíz del problema” se encuentra “en la crisis cultural, moral y religiosa” que da lugar a “la cultura relativista imperante”, en el “consumismo exacerbado”, que es “de unos pocos”, en la “expresa prevalencia de actitudes narcisistas y egoístas en la sociedad” por lo que efectúan un traslado de la actitud de una minoría privilegiada por el sistema político-económico a una mayoría desfavorecida y sometida por esa instancia estructural.

Aquí es nuevamente donde opera el post sin embargo. Se introduce la conclusión de que es “una crisis religiosa” a causa de que no se tuvo “suficientemente” en cuenta a Dios como Creador y Padre, “fundamento de verdadera fraternidad y de toda razón y justicia”

Suponiendo que esa afirmación sea cierta el interrogante es de cajón. Ese no tener en cuenta suficientemente a Dios ¿es por desidia de la gente o por la falsa enseñanza y actitud de la dirigencia religiosa?

El interrogante no es abstracto. Si bien la iglesia sigue manteniendo un importante grado de credibilidad, no así la dirigencia. No son líderes que apelen a ser seguidos. Más bien lo contrario. Subsiste el “creo en Dios pero no en los curas” a lo que en el panorama actual se transforma en “Creo en Dios pero no en los curas ni pastores ni pastoras”

Un líder religioso con seguimiento real fue Jesús quien nunca descargó culpas sobre la gente común, pero si sobre la dirigencia religiosa/política de su tiempo. Lo hizo en forma directa no en discursos abstractos ni de doble sentido. Incluso con ejemplos tomadas de la gente común, como el de la viuda, pobre entre pobres, que ofrendó lo poco que tenía, en silencio, humildemente, contraponiéndola a la actitud propagandística de los presuntos lideres religiosos que ostentaban públicamente ropa ostentosa y hacían largos discursos cuando ofrendaban a la vista de todos. Jesús no lloró sobre la pobreza sino que puso al pobre, la pobre, como ejemplo. en oposición a los famosos de su tiempo.

El documento “Somos hermanos”, producto de una dirigencia machista que no menciona a las hermanas, transita el ancho la camino de la crítica dejando de lado la angosta senda de las actitudes concretas y del darse con todo y no solo en la lógica de la equivoca racionalidad.

De todas formas hay que saludar el párrafo inicial. Es, casi, un rescate de gente comprometida en la senda angosta como fueron los obispos Jorge Novak. Jaime De Nevares y el mártir Enrique Angelelli, aquel de “un oído en el pueblo y el otro en Dios”. + (PE)

PreNot 8552
091116.
FUENTE:
http://www.ecupres.com.ar/
16/11/2009 - PreNot 8552

Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
598 2 619 2518 Espinosa 1493.
Montevideo. Uruguay
www.ecupres.com.ar
asicardi@ecupres.com.ar

Par

jueves, 12 de noviembre de 2009

No es tan fácil creer


EL SENTIDO DE NUESTRA INCREDULIDAD


Yo creo, yo creía. Y mientras hablaba sobre Dios y sobre la fe, se me fue el suelo bajo los pies. La luz se me fue como se queda uno a oscuras en una habitación al caer la tarde. ¿Un cortocircuito? ¿O no había habido tal luz? ¿Me hube equivocado? No sabía ya lo que creía, no sabía ya si creía o no.
Pero yo seguía hablando de Dios y de la fe.
¿Debía callarme?
Me arrepentí la doctrina, leí tratados sobre la fe religiosa, me sabía al dedillo todo lo referente a la fe. Y, en cambio, aprendí a no creer. ¿Puede ser eso a esas alturas? ¿Llega siempre tan tarde?
Me quedé colgado en el aire, ¡horrible!

¿Se ha alejado verdaderamente tanto Dios que ya no podemos reaccionar más que no creyendo? Así es como reaccionamos ante la quimera de un castillo de naipes, o ante los planes de edificar una casa que no responden a posibilidad material alguna.
Podemos pasar de largo por delante de Dios, provisionalmente y aun quizá durante mucho tiempo, como por delante de un árbol que no nos interesa.
¡Un globo de colores con el que gente cándidas juegan, la pompa de jabón de un niño, una figura pasada de moda, una forma del lenguaje que pertenece al pasado!
La incredulidad entre los cristianos está muy difundida y no podemos honradamente achacarla a un fenómeno de moda; hemos de tomarla muy en serio. Es tan pobre nuestra vida cristiana que la incredulidad de muchos ha ejercido su influencia.
Para muchos cristianos, el cristiano se ha convertido demasiado en una teoría en que Dios actúa de noción suprema; pero resulta que es de este modo cómo el cristianismo se le va de las manos a la vida. Si no suspiramos más que por la pureza y por la sinceridad y no apreciamos ni damos valor más que a lo que lleva la marca de la verdad y a lo que tiene un contenido puro, nos desviamos quizás demasiado y nos privamos de mucho; en una tienda no todo nos gusta o interesa, en una biblioteca no todos los libros tienen importancia para nosotros.
Tal vez nos resistamos en nuestra fe contra fenómenos de cultura, contra algún modo de fanatismo o contra un injusto alarde de fuerza, en tanto que creemos que nuestra resistencia o nuestra indiferencia se dirigen contra el verdadero Dios y la auténtica fe. Nuestra incredulidad tiene todo su sentido si nos depura de todo aquello que no tiene nada que ver con el Dios verdadero y va en menoscabo de la pureza de la pureza de una auténtica fe. Puede ser ésta una determinada forma de incredulidad, pero esta forma es, precisamente, importante, porque es frecuente entre los cristianos. La incredulidad que se afirma contra el aislamiento de Dios es realmente justificable, así como la incredulidad que se resuelve contra el poder, cómo y dondequiera que sea, si este poder no se ejerce con vistas al bienestar humano, a cuyo objetivo ha de tener todo poder.
La incredulidad porque Dios esté efectivamente ausente no es de ningún modo incomprensible, puesto que seguimos preguntándonos por su presencia y buscando una dirección y un punto de apoyo en la vida. Si Dios no está, o porque no Le sepamos ver, o porque Dios sea tan pequeño que no pueda ya ser Dios, ha de nacer en tales casos la incredulidad. Esta incredulidad puede interrumpir en nosotros con la violencia desatada de una tormenta que arrasa los bosques de la intrincada existencia humana, pero también puede presentarse como una quieta superficie de estanque o de lago, como un espejo que nos refleje exactamente lo que viene y no viene al caso.
En muchos casos, esta incredulidad no es una catarsis por la que se elimine todo lo que no sea propio de la fe: una imagen divina errónea modelada por los hombres, una creencia encaminada por vías que los hombres han trazado. La incredulidad que purifica y sanea tiene su sentido, es la tormenta que crea espacio, es el espejo que procura transparencia y claridad. Puede actuar ruinosamente, pero si la casa que hemos construido amenaza ruina, lo mejor que puede hacerse es derribarla para que en su lugar construya el Señor la morada que más le convenga. Muchos de entre nosotros viven en esta incredulidad, se aposentan en la barca y tienen que bogar, y la barca les lleva sin saber tal vez adónde. Dejan atrás la tierra firme en donde han vivido durante años. Sólo en la verdad puede una vida de hombre merecer ante Dios; de cualquier otro modo naufraga.
Si ahora nos preguntamos si no habemos con un fenómeno normal por el que el hombre ha de pasar si quiere ser adulto, o si se trata de u fenómeno de los tiempos, puesto que son muchos los que experimentan en su propia carne que el hombre quiere efectivamente ser de otra manera que antes, si quiere ser verdaderamente hombre, yo creo que hemos de contestarnos diciendo que el hombre está cambiando, en efecto. Se hace más hombre y se identifica más con su vida. ¿Será que el hombre de hoy sólo quiere hacer aquello de lo que puede responder?
Los hombres de nuestra generación, no sólo cargan con las costas de hacerse adultos, como es normal en todo tiempo, sino también con la de hacerse hombres en un tiempo totalmente nuevo.
La incredulidad puede ser tan sincera que no haya para el hombre otra alternativa; no sabríamos decir si la incredulidad aumenta y si tiene más porvenir que la fe entre nosotros. Esta cuestión va a desembocar a la pregunta de si Dios tiene porvenir entre nosotros. Lo que sabemos seguro es que, para muchos cristianos, el camino hacia la fe pasa por el de la incredulidad. ¿Es la incredulidad tan sólo un signo de acrecentada sinceridad, o es algo más? Muchas veces será cuestión de impotencia también, pero quien se rinde a la impotencia es sincero.
“No tengo fe, yo no soy ningún creyente”, solemos oír muy a menudo entre nuestros coetáneos. ¿No habla, pues, Dios al hombre, o no oye el hombre la palabra de Dios, o han acarreado la cultura occidental y la situación religiosa de hoy tanta oscuridad que apenas podamos ver? No podemos decir que nos apartamos voluntariamente de Dios; en los hombres de buena voluntad, la incredulidad no es una cuestión de culpa, sino de impotencia. No pueden tener trato con Dios. Entre ellos y Dios no hay ninguna relación personal, o al menos no notan nada personal por su parte. Y se limitan a esperar porque no pueden hacer otra cosa; y la espera del hombre puede durar años enteros, hasta que, a lo mejor, llega la fe, llega Dios y se convierten en creyentes.
El invierno tiene para casi todo el mundo más noche que día y en el invierno crece poca cosa, por no decir nada, y sin embargo, el invierno es necesario. Purifica y no perjudica al crecimiento. Esto lo sabe bien el hombre del campo. Ya puedes poner las raíces de nenúfar en el estanque que, durante meses, no verás nada. Y cuando aparece en la superficie de las aguas un indicio de vida, apenas das crédito a los ojos. Pasan los días y dejas de creer, a pesar de lo que aseguren los expertos, hasta que un buen día ves otra vez, muy poco, pero lo bastante para renovar tu fe. Y luego, el nenúfar va subiendo cerrado hacia la superficie poco a poco y se va abriendo puro y soberbio.
Hay muchos que no pueden creer y que se ven obligados a aceptar su falta de fe. Más de una vez su incredulidad es el modo de expresar su franqueza; no pueden servir al Dios modelado por manos de hombre ni se sienten pertenecer a una estructura religiosa montada a base de ingenio y sentimiento humanos combinados; no pueden encontrar al verdadero Dios. Mucha increencia tiene su origen manifiesto en el hecho de que Dios se haya hecho inaccesible para el hombre; el aislamiento en que hemos condenado a Dios suscita espontáneamente esta forma de incredulidad.¿No habremos objetivado a Dios hasta el punto de hacer imposible vivir con Él?
La verdadera fe sólo puede ser correspondida sinceramente creyendo y el verdadero Dios estará más fácilmente despojado, conciente o inconcientemente, de toda idolatría si podemos experimentarlo como Señor y Padre. Hemos ligado demasiado a Dios a nuestra semejanza y le hemos impuesto demasiados límites; y hemos hecho de Él un fenómeno de cultura con excesiva ligereza en la medida en que pensábamos que estaba presente entre nosotros. Lo que decíamos que era la presencia de Dios no era más que una vitrina en el que Le habíamos encerrado, vulnerable y fácil de abarcar en una sola mirada. ¡Precisamente, los mejores de entre nosotros son los que han chocado contra los vidrios y se han lastimado a la vista de ese Dios! Si Dios no es más grande que el que tenemos en vitrina ni es otra cosa que esa figura de calendario, la fe, desde luego, no puede mantenerse en pie. Quien en tales condiciones no cree, sólo puede purificarse en la fe auténtica.
Esta incredulidad no es a menudo más que la pérdida de una falsa fe; quizá suceda a esta pérdida un vacío, un no saber ya a qué atenerse, un compás de espera. ¿Qué otra cosa puede hacer? No, dios está presente de modo muy distinto al que imaginamos. Su presencia sobrepuja siempre a nuestro pensamiento. Y por eso podría ser el sentido de esta incredulidad que ella fuese, precisamente, la nueva forma de hacer volver a la fe a muchos incrédulos.

J. Van Haaren

Transcripción directa del original por Mons.++Juan Carlos Urquhart de Barros del libro: "No es tan fácil creer. Los tientos del incrédulo" de J. Van Haaren. Ed.Carlos Lohlé, Bs.As.1964

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mons. Oscar Romero - El Salvador le hace justicia

El Salvador hace justicia a monseñor Óscar Romero
El Gobierno salvadoreño reconoce por primera vez la responsabilidad del Estado en el asesinato de arzobispo de la capital del país en 1980
PABLO ORDAZ - Tegucigalpa - 07/11/2009

Al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero lo asesinaron el 24 de marzo de 1980. Sus últimas palabras, pronunciadas un día antes en la catedral de San Salvador, estuvieron dirigidas a los militares: "Están matando a sus mismos hermanos campesinos. Ningún soldado tiene que obedecer la orden de matar. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, les suplico, les ruego, les ordeno, cese la represión". Sólo un disparo en el pecho, justo en el momento de alzar el cáliz en la capilla de un hospital, pudo acallar su voz. Pero al disparo se le unió la guerra civil (1980-1992) y más tarde los largos años que gobernó El Salvador un partido de derecha, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), cuyo fundador, Roberto D'Aubuisson, fue también el autor intelectual del asesinato, según determinó la Comisión de la Verdad. Pero la historia ya está cambiando.

Se empezó a notar la noche del pasado 15 de marzo. Mauricio Funes, el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), acababa de ganar las elecciones. Por primera vez, la izquierda iba a gobernar El Salvador. Funes se quitó la chaqueta y la corbata, se puso una guayabera blanca -bajo la que se transparentaba un negro chaleco antibalas- y se dirigió a toda prisa hacia una plaza donde lo esperaba una multitud vestida de rojo. Allí, como si estuviera alzando una bandera, el candidato de los viejos guerrilleros convocó a la memoria de monseñor Romero: "Él dijo que la Iglesia tenía una opción preferencial con los pobres. Eso haré yo. Favorecer a los pobres y a los excluidos".
No tenía sentido que Funes, ya presidente, iniciara tan ingente labor sin empezar reconociendo lo que hasta ahora los sucesivos presidentes de El Salvador -muy católicos todos- habían negado: la responsabilidad del Estado en el asesinato de quien fue llamado "la voz de los sin voz". El pasado viernes, en Washington, una representación del Gobierno salvadoreño se comprometió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo de la Organización de Estados Ameriucanos (OEA) a realizar una investigación judicial completa para "identificar, juzgar y sancionar" a todos los autores, materiales e intelectuales, del asesinato. De esta forma, el Gobierno de El Salvador reconoce, por primera vez y de forma plena, la autoridad del organismo y el carácter vinculante de sus recomendaciones. El paso es grande, pero inicia un camino lleno de obstáculos. Para empezar, en El Salvador existe desde 1993 una Ley de la Amnistía que bloquea cualquier investigación sobre los crímenes cometidos durante la guerra. Su derogación, como recordó ayer a este periódico Juan José Figueroa, portavoz de la cancillería salvadoreña, no depende del Gobierno, sino de la Asamblea Legislativa. No obstante, el FMLN ya tiene representación suficiente en la Asamblea para proponer, con ciertas garantías de éxito, la derogación de la ley.
Fuente:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Salvador/hace/justicia/monsenor/Oscar/Romero/elpepuint/20091107elpepuint_8/Tes

domingo, 8 de noviembre de 2009

Los muros más perversos permanecen aún de pie



Por Veca Muelle. (*)
Buenos Aires.
Reconocer que los cultos, en su diversidad, ayudaron al mundo a sostener la lucha por la paz es indudable. Hay un muro que cayó en 1989. Si queremos ubicarlo geográficamente podemos decir que estaba en uno de los otros continentes. Precisamente en Alemania Oriental. Y seguramente cientos de pedazos del muro estén ubicados en lugares no necesariamente indispensables.

Hay un muro que nos separa de la Europa academicista, aria, culta, guerrera. Nos separan millones de colores. Sobre todo el que luce nuestra piel. Y si tenemos mala memoria los que viven en medio de la civilización se encargan de hacérnosla recordar.

No somos bien recibidos. Los viajeros de esta América mestiza, profunda, bordeada por los mares Pacífico y Atlántico somos, para el muro que hace la diferencia y cercena la solidaridad, sencillamente, la barbarie.

Esta América morena no quiere parecerse sino a ella misma. Continuar construyendo nuestra identidad es una tarea indispensable. Hay barreras que no terminan de caer. Muchos europeos que habitan paraísos cuidadosamente diseñados, no nos conocen. No nos aman. Y no se puede amar lo que no se conoce, decía Goethe.

Somos sencillos y ardorosos. Estamos llenos de sueños, hoy más que nunca queremos acompañar a nuestros gobernantes para ser libres. Y esa libertad nos hace dichosos.

Hemos sido heridos, brutalmente, golpeados por los cruzados del fundamentalismo del mercado. Han soplado vientos violentos en los últimos 30 años en América Latina. Nos llenaron de muerte. Nos impusieron la ausencia. de los más amados. Nuestro trabajo y nuestra pobreza han hecho ricos a muchos que disponen, desde sus corporaciones, cuándo son tiempos de paz y cuándo son tiempos de guerra.

Nos instalan escenarios. Llenan de mentiras la palabra. Y en medio de esta ingratitud, desgarradoramente junto a nosotros, más castigado aún, está el continente africano. Asignatura pendiente para toda la humanidad. No escucharlos y no mirarlos nos despoja de nuestra condición humana.

Y cuando elegimos, en el uso soberano de nuestra voluntad, elegimos la felicidad. Elegimos el goce para todo continente. Hoy el color de la piel del que gobierna al dueño del mundo, custodio de la hegemonía dominante , nos garantiza muy poco el Nóbel de la paz.

Los dominios del poderoso tienen destinatario: el caudaloso e interminable río Amazonas. El que ocupa la mayor superficie del mundo. Llamado a través de la historia de múltiples maneras. Santa María del Mar dulce lo citaron. Rompedor de embarcaciones lo nombraron los menos indulgentes.

Este río tan azul, último pulmón de la humanidad, nace en los Andes del Sur. En el lago Titicaca, del lado del Perú, cerca de la frontera peruano-boliviana.y se hace caudaloso en la conjunción de los ríos Ucayali, y Marañón. Recorre Ecuador, Colombia, Brasil y Venezuela. Este interminable río de agua dulce, es el recurso natural más codiciado. Y no queremos a los que lo ambicionan. Miramos de reojo a los que instalan sus bases militares en las fronteras de nuestros gobiernos populares. Estos muros que quieren separarnos todavía están de pie. Tabican los pueblos de Medio Oriente. Desdeñan y recelan a los hombres y mujeres de color amarillo.

Quizás un día, cuando los muros estallen de verdad, cuando no queden restos de la perversidad, seremos hombres y mujeres sin fronteras. Cuando los cristianos seamos más cristianos. Cuando los musulmanes sean más musulmanes. Cuando los evangélicos sean más evangélicos. Cuando los budistas sean más budistas. Cuando los humanos tengamos una mirada más ecuménica y nos respetemos en la pluralidad viviremos con generosidad.

Cuando el goce de todos nuestros hermanos deje de ser un sueño y sea real, podremos decir: ha caído el muro de la sospecha, ha caído el muro de la intolerancia. Ha caído el muro de la sinrazón.

Y, finalmente, no serán necesarios los coleccionistas de los mil muros de Berlín que nos aquejan. Por esa plenitud en el ejercicio de la fe, sembraremos campanas. Festejaremos haber hecho realidad un mundo, que en su totalidad, conozca merecidamente la felicidad.+ (PE)

(*). Periodista.

PreNot 8539
091109.



FUENTE:
09/11/2009 - PreNot 8539

Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
598 2 619 2518 Espinosa 1493.
Montevideo. Uruguay
www.ecupres.com.ar
asicardi@ecupres.com.ar

sábado, 7 de noviembre de 2009

El muro de Berlín cayó en muchos lugares

Por Stephen Brown (*)
Ginebra. Suiza.

Las oleadas de impacto social y político causadas por semanas de protestas prodemocráticas en Alemania Oriental y la posterior caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, se dejaron sentir en todo el mundo.

El teólogo sudafricano John de Gruchy recuerda cómo, mientras pasaba ese año un semestre sabático en el Seminario Teológico Unido de Nueva York, le pidieron que, durante unos días, hiciera de anfitrión del director de un instituto de estudios marxistas leninistas de Alemania Oriental.

De Gruchy no dejó de percibir la ironía de que un profesor marxista de Alemania Oriental fuera hospedado por un teólogo cristiano blanco de la Sudáfrica regida por el apartheid, el cual él combatió durante muchos años como teólogo.

Sentados uno junto al otro, el alemán oriental y el sudafricano veían las noticias de la televisión en Nueva York y seguían los informes sobre la crisis creciente en Alemania Oriental y la simultánea escalada de protestas contra el apartheid en Ciudad del Cabo, lugar de procedencia de de Gruchy.

Yo sabía que aquello "significaba el comienzo del fin del apartheid. … Porque, de no haber sido por el colapso del Muro de Berlín en 1989, no era probable que se hubiera producido el cambio en Sudáfrica”, dijo de Gruchy en una conferencia pronunciada en la ciudad alemana oriental de Leipzig unos años después. Leipzig había sido uno de los centros de las protestas prodemocráticas organizadas después de la celebración de servicios de oración en las iglesias.

"Algunos sostuvieron incluso que esos acontecimientos eran el preludio de un nuevo orden mundial", señaló de Gruchy en su conferencia en Leipzig. "Aunque hoy somos algo escépticos sobre esa pretensión, dichos acontecimientos han cambiado indudablemente el curso de la historia, independientemente de cómo los valoremos."

Ocurrieron cambios no sólo en Europa Oriental y en Sudáfrica. En América Latina se estaban haciendo en Chile los preparativos para las elecciones que significaron el final del régimen de Augusto Pinochet, el último de los dictadores militares del continente.

Tanto en Leipzig como en Ciudad del Cabo, pastores y activistas de las iglesias figuraron frecuentemente entre los líderes de las protestas, señaló de Gruchy.

En Alemania Oriental, el proceso del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en favor de la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación (JPIC) fue un decisivo elemento catalizador del disenso. Con antelación a la Asamblea Ecuménica Europea de Basilea, Suiza, de 1989 y a la Convocatoria Mundial sobre JPIC en Seúl, Corea, celebrada el año siguiente, las iglesias de la República Democrática Alemana (RDA) habían organizado una Asamblea Ecuménica sobre Justicia, Paz e Integridad de la Creación, en abril de 1989. La sesión final de esa asamblea planteó exigencias sin precedentes para la reforma en la RDA.

A juicio de Werner Jarowinsky, en aquella época Secretario del Partido Comunista para Asuntos de las Iglesias, tales exigencias representaron "un programa completo para la activación de una especie de movimiento de oposición". De hecho, las exigencias de la asamblea de Alemania Oriental ofrecieron también un modelo para los movimientos de ciudadanos y para los nuevos partidos políticos fundados posteriormente en 1989.

Hoy en día, dos secciones del Muro de Berlín se exhiben en el jardín del Centro Ecuménico de Ginebra, Suiza, donde tienen sus oficinas el CMI y varias otras organizaciones ecuménicas. Estos trozos de muro fueron un regalo hecho a la Conferencia de Iglesias Europeas por el primer gobierno elegido libremente en Alemania Oriental, como signo de reconocimiento de la función desempeñada por las iglesias en la revolución pacífica allí registrada.

Una mirada diferente a acontecimientos que cambiaron una época.
El teólogo protestante alemán oriental, Heino Falcke, que desempeñó una función decisiva en la movilización de las iglesias para la revolución pacífica, señaló recientemente cómo los mismos alemanes orientales tuvieron poco tiempo, después de la caída del Muro de Berlín, para reflexionar sobre el significado de esos acontecimientos que cambiarían una época. En lugar de ello, se vieron absorbidos plenamente por los "asombrosos procesos" registrados en su propio país, que condujeron a la unificación de Alemania once meses después, en octubre de 1990.

Los acontecimientos que llevaron al final de la Guerra Fría en Europa han sido descritos frecuentemente por los políticos occidentales como una victoria de un occidente económica y tecnológicamente superior sobre el oriente, dice Falcke, quien actualmente está jubilado. "Pero hubo también otra forma de verlos", afirma el teólogo.

"Mikhail Gorbachev en su 'Nuevo pensamiento' dijo que la Guerra Fría tenía que terminar porque la humanidad, que es una sola, no podía soportarla; más bien al contrario, tenía que aprender el arte de vivir juntos", dice Falcke. "Pero este cambio de paradigma hacia una responsabilidad mundial no se producirá si algunos creen que son los vencedores."

El legado de la Asamblea Ecuménica sobre Justicia, Paz e Integridad de la Creación celebrada en Alemania Oriental ofrece un camino a seguir, sugiere Falcke. Según él, la asamblea no representó sólo una reunión que pidió cambios políticos en la RDA, como tampoco fue únicamente cuestión de un "cambio de sistema del socialismo a la democracia y al mercado libre, sino que exigió más bien una transformación de ambos sistemas dentro de un mundo en vías de globalización".

"En la Asamblea Ecuménica", dice Falcke, "afrontamos los profundos desafíos ligados a alcanzar una paz sostenible y una sociedad mundial que promueva la solidaridad social y un estilo de vida ecológico, y vimos que eso se ajustaba a la invitación bíblica del arrepentimiento y la conversión." + (PE)

(*) El Dr. Stephen Brown, editor de Noticias Ecuménicas, recientemente finalizó una investigación sobre la función del proceso del CMI en favor de la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación, como catalizador del disenso en Alemania Oriental en la década de 1980.
Fuente:

viernes, 6 de noviembre de 2009

Desesperación del Vaticano



Por Francisco Gómez Maza.

La estructura jerárquica católica ansía cubrir masivas apostasías. Para ello, les abre la puerta a los anglicanos conservadores.

A raíz del Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Bueno, Juan XXIII, hace ya 43 años, muchos católicos se aggiornaron, se pusieron al día con el verdadero mensaje de Jesucristo: Amaos los unos a los otros, mandamiento que encierra todo lo que un seguidor del Maestro tiene que practicar en su vida cotidiana, en sus relaciones consigo mismo y con los demás, con sus próximos.

Practicar la justicia, la solidaridad, la ayuda, la comprensión, el consuelo, el amor sin retorno, particularmente con la población desprotegida, pobre, miserable, indigente, en un mundo agobiado por la neurosis. Cristo no vino a fundar una iglesia, una “religión”. Vino a enseñar a la humanidad un nuevo, misterioso, grandioso, modo de vida, basado en la caridad, que no es dar limosnas, sino amar, amar hasta las últimas consecuencias, sin esperar ser amados.

Al paso de los años, millones de católicos fueron organizándose al margen de los obispos, al margen de los sacerdotes, o acompañados por obispos y sacerdotes que entendieron el mensaje evangélico y rechazaron la idea de un dios opresor, controlador, castigador, para adoptar la concepción de un Dios liberador de los oprimidos de este mundo.

Se formaron las ahora cada vez más florecientes Comunidades Eclesiales de Base, que aceptaron en su seno a todos, católicos y de otras denominaciones y hasta agnósticos y ateos. Los movimientos de liberación nacional en los países dominados por el Imperio y las oligarquías criollas se nutrieron del pensamiento y la teología cristiana, la verdadera, la original, la de un Jesucristo que se pasó la vida con los leprosos, con los pobres, con las prostitutas, con el lumpen del proletariado y advirtió que era más fácil que un camello entrara por el ojo de una aguja (la pequeña puerta de las casas judías), que un rico en el reino de los cielos, pero no esos cielos que prometen los comerciantes de lo sagrado, conceptualizándolo como un sitio geográfico, sino el reino del espíritu, en donde caben todos en una misteriosa totalidad que es incomprensible para la mente humana.

Muchos católicos seguidores del Evangelio se han quedado dentro del catolicismo, pero bajo la mirada airada, recelosa, incómoda de sus “pastores”. Otros se han estado yendo, renunciando a su pertenencia a la iglesia romana, que ya se dio cuenta de que está despoblándose. Alguien me comentó recientemente que lo mejor que podría pasarle a la iglesia de roma es caer como cayó el Imperio romano, al cual sustituyó la llamada Santa Sede.

La iglesia católica dejó de ser católica y apostólica cuando se constantinizó y asumió el lugar que le dejaron los emperadores, convirtiéndose el papado en la sucesión de los Césares. Los papas se convirtieron en los amos del mundo corporal, dueños de vidas y haciendas, seguidores de Mamón y renunciantes de las enseñanzas de Jesús, el nazaretano, que entregó su vida porque las autoridades de su tiempo lo consideraron un subversivo que acabaría con sus privilegios e instauraría un reino de justicia y amor entre los hombres.

El papado ha ido perdiendo influencia entre los propios fieles católicos. Hasta movimientos de apostasía se han estado dando. Católicos que piden ser borrados de las listas de bautizados. Las mujeres siguen sin ser tomadas en cuenta dentro de la estructura clerical y sólo son usadas como cosas, inclusive para satisfacción personal de muchos ministros de culto. En estas condiciones, recientemente el Vaticano dio a conocer una Constitución Apostólica de Benedicto XVI, disponiendo algunas medidas de acogida de los anglicanos que han pedido ser recibidos en la Iglesia Católica.

Los anglicanos son casi católicos, con la diferencia de que no reconocen la autoridad de Roma. Pero lo que no se ha dicho es que muchos anglicanos están descontentos con el progresismo de la iglesia anglicana. No pueden comprender el sacerdocio para las mujeres, o para las personas homosexuales. Están escandalizados que haya obispas, u obispos “gays”, y quieren volver al seno del Vaticano, de donde se desprendió la iglesia de Inglaterra, cuando el rey Enrique VIII pidió al Papa Clemente VIII la anulación del matrimonio con su legítima esposa, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena. El Papa rehusó basado en el mandato de Cristo: "Lo que Dios unió, no lo separe el hombre" (Mc 10,9). Y el rey, obstinado en su propósito de divorcio, forzó la separación de la iglesia en Inglaterra de la comunión con Roma en el año 1534.

Estos anglicanos que llegan a la Iglesia Católica son en su mayoría anglocatólicos de la llamada "ala alta", que forma parte del ordenamiento eclesiástico del anglicanismo junto con el "ala baja" o evangélica. Estos anglicanos han experimentado en sus carnes el riesgo del cambio eclesial propiciado por el progresismo ideológico que afecta al anglicanismo, poniendo en peligro la estructura sacramental de la fe no menos que la moral y la disciplina eclesiástica.

Un cambio, pues, que afecta al "acuerdo sustancial" logrado gracias al diálogo ecuménico, que hacía albergar a católicos y anglicanos la esperanza de avanzar con seguridad hacia la unidad visible de la Iglesia. Esta es, en el fondo, la razón de la Constitución Apostólica susodicha. Así, los anglicanos conservadores, seglares, sacerdotes, obispos, que se pasen a la estructura vaticana vendrán a llenar los profundos huecos que han dejado en el catolicismo tradicionalista los católicos progresistas, verdaderamente evangélicos, que ya no se pliegan, como corderitos, como esclavos, a las reglas inmorales del catecismo romano.

Alguna vez les conté la anécdota de Dom Hélder Cámara con el Papa, cuando esté le manifestó su preocupación por el alejamiento de los europeos del catolicismo. El obispo brasileño le dijo al pontífice, palabras más, palabras menos: Deje el Vaticano y vaya a vivir a la iglesia (templo) más pobre de Roma y verá como la gente vuelve los ojos a la Iglesia. El Papa no respondió…+ (PE)

(*) Algunos años atrás Francisco Gómez Maza inició la columna “Análisis a fondo” que, por su relevancia, ahora es el blog http://analisisafondo.blogspot.com


FUENTE
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
598 2 619 2518 Espinosa 1493.
Montevideo. Uruguay
www.ecupres.com.ar
asicardi@ecupres.com.ar