LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. En el nuevo escenario político y religioso.
Por JUAN JOSÉ TAMAYO
Tirant Lo Blanch (www.tirant.com), Valencia, 2009, 548 págs.
“Este libro de Juan José Tamayo tiene algo de monumental. Tal vez nunca antes se ha hecho una investigación tan amplia, abarcando todo el espectro de la teología de la liberación como nuevo paradigma, contenidos y exposición de algunos de sus principales representantes, teólogas y teólogos. Prácticamente todo lo que es significativo en esta teología se encuentra aquí contemplado”. Leonardo Boff.
Y, a decir verdad, no exagera Boff, ya que lo que en él nos ofrece Juan José Tamayo es un recorrido completo por las diferentes etapas de la Teología de la Liberación, uno de las corrientes más creativas en la historia del cristianismo. Y lo hace desde sus orígenes latinoamericanos a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, en un clima de elevada temperatura utópica, hasta su implantación en los diferentes continentes que conforman el llamado Tercer Mundo. Analiza en detalle las condiciones de posibilidades del nuevo paradigma, tanto las internas como las externas, sus líneas programáticas, los nuevos desarrollos y el impacto provocado no sólo en el mundo religioso, sino también, y de manera especial, en los movimientos sociales.
En la actual situación mundial caracterizada por la diversidad cultural, el pluriverso étnico y el pluriverso religioso, la teología de la liberación se está configurando como teología intercultural e interreligiosa de la liberación en los Foros Mundiales de Teología y Liberación (Porto Alegre, 2005; Nairobi, 2007; Belem de Pará, 2009), donde se han puesto las bases para el desarrollo de una teología, una espiritualidad y una ecología para “Otro Mundo Posible” en sintonía con el Foro Social Mundial y sus proyectos alterglobalizadores. Destacan a este respecto los dos capítulos dedicados a los Foros de Porto Alegre y Nairobi respectivamente: “Teología para otro mundo posible” “¿Y si África rechaza el mercado?” Son textos que no pueden pasarse por alto y que provocan un impacto especial en el lector por su rigor analítico y por su fuerza profética.
La obra presta especial atención a las nuevas y más importantes tendencias actuales del nuevo paradigma teológico: teología feminista, ecológica, indígena, afroamericana, campesina, económica e interreligiosa de la liberación, cuyas líneas fundamentales expone desde el más profundo respeto a su propia metodología y el reconocimiento a su creatividad teológica. A través de estas teologías la TL se re-contextualiza en el nuevo escenario político y religioso, muy diferente del de sus orígenes hace más de cuarenta años. Es quizás la parte más innovadora del libro en la que aparecen los nuevos sujetos emergentes de transformación social y se dan a conocer los teólogos y teólogas de la tercera generación, poco conocidos todavía fuera de América Latina, pero con una proyección internacional asegurada en el futuro dado su rigor metodológico.
Pero el capítulo donde el autor demuestra ser uno de los mejores y más profundos conocedores mundiales de la teología latinoamericana de la liberación es el que dedica a la exposición de las principales aportaciones de veinticinco representantes latinoamericanos de dicha teología y de su precursor Bartolomé de Las Casas, a quien presenta, certeramente, como “precursor del diálogo intercultural y de la teología de la liberación”, fundamentando dicha aseveración en textos lascasianos de gran lucidez. He aquí sus nombres: Rubem Alves, Hugo Assmann, Mª Pilar Aquino, Leonardo Boff, Clodovis Boff, Père Casaldáliga, Josep Comblin, la revista feminista Conspirando (Chile), Enrique Dussell, Ignacio Ellacuría, Segundo Galilea, Yvone Gebara, Gustavo Gutiérrez, Franz Himkelammert, Diego Irarrázaval, José Míguez Bonino, José Porfirio Miranda, Jung Mo Sung, Pablo Richard, Julio de Santa Ana, Juan Carlos Scannone, Juan Luis Segundo, Ion Sobrino, Paulo Suess, Elsa Tamez. Ciertamente son todos los que están, aunque quizás no estén todos los que son. El análisis de cada teólogo y teóloga, al que dedica en torno a diez en apretada y rigurosa síntesis, se completa con una información exhaustiva de su bibliografía y, en algunos casos, de los estudios sobre ellos. Este capítulo ocupa casi dos terceras partes de la obra (pp. 219-534) y ha contado con las aportaciones sugerencias de no pocos de los autores y autoras estudiados, como se apreciará fácilmente de la lectura.
Cuarenta años después de su nacimiento, la Teología de la Liberación sigue viva, se reconstruye como teología contrahegemónica y crítica del imperialismo teológico, incorpora nuevas categorías sociológicas y teológicas, se reformula en los actuales procesos históricos de liberación y plantea desafíos irrenunciables a las iglesias, a las teologías, a las sociedades y a los movimientos sociales del Primer Mundo. A ellos han de responder desde la interculturalidad y el diálogo interreligioso, desde una metodología inductiva y una epistemología inclusiva de todos los saberes, desde una cultura de resistencia frente a la globalización neoliberal y una ética de la solidaridad, desde la afirmación de la igualdad y el reconocimiento de la diferencia.
La obra ha sido escrita en su mayor parte durante las frecuentes estancias del teólogo Juan José Tamayo en varios países de América Latina. Demuestra, por ello, un profundo conocimiento de la realidad latinoamericana y ofrece una información exhaustiva de la bibliografía sobres el tema. Como dato de especial relevancia cabe destacar que el prólogo está redactado en dos lugares emblemáticos de las dos teologías contrahegemónicas de la liberación: Machu Picchu, donde nació la teología contra el Imperio español, y el Cerro San Cristóbal en Lima, en la parroquia de Gustavo Gutiérrez, donde cinco siglos después nació la nueva teología de la liberación contra el actual Imperio. Esa doble ubicación constituye otra prueba más de la importancia de esta obra, que compagina el rigor científico con la opción por los pobres, el trabajo hermenéutico con el compromiso ético, la razón anamnética de los condenados de la tierra con la propuesta de la utopía de la liberación.
Por JUAN JOSÉ TAMAYO
Tirant Lo Blanch (www.tirant.com), Valencia, 2009, 548 págs.
“Este libro de Juan José Tamayo tiene algo de monumental. Tal vez nunca antes se ha hecho una investigación tan amplia, abarcando todo el espectro de la teología de la liberación como nuevo paradigma, contenidos y exposición de algunos de sus principales representantes, teólogas y teólogos. Prácticamente todo lo que es significativo en esta teología se encuentra aquí contemplado”. Leonardo Boff.
Y, a decir verdad, no exagera Boff, ya que lo que en él nos ofrece Juan José Tamayo es un recorrido completo por las diferentes etapas de la Teología de la Liberación, uno de las corrientes más creativas en la historia del cristianismo. Y lo hace desde sus orígenes latinoamericanos a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, en un clima de elevada temperatura utópica, hasta su implantación en los diferentes continentes que conforman el llamado Tercer Mundo. Analiza en detalle las condiciones de posibilidades del nuevo paradigma, tanto las internas como las externas, sus líneas programáticas, los nuevos desarrollos y el impacto provocado no sólo en el mundo religioso, sino también, y de manera especial, en los movimientos sociales.
En la actual situación mundial caracterizada por la diversidad cultural, el pluriverso étnico y el pluriverso religioso, la teología de la liberación se está configurando como teología intercultural e interreligiosa de la liberación en los Foros Mundiales de Teología y Liberación (Porto Alegre, 2005; Nairobi, 2007; Belem de Pará, 2009), donde se han puesto las bases para el desarrollo de una teología, una espiritualidad y una ecología para “Otro Mundo Posible” en sintonía con el Foro Social Mundial y sus proyectos alterglobalizadores. Destacan a este respecto los dos capítulos dedicados a los Foros de Porto Alegre y Nairobi respectivamente: “Teología para otro mundo posible” “¿Y si África rechaza el mercado?” Son textos que no pueden pasarse por alto y que provocan un impacto especial en el lector por su rigor analítico y por su fuerza profética.
La obra presta especial atención a las nuevas y más importantes tendencias actuales del nuevo paradigma teológico: teología feminista, ecológica, indígena, afroamericana, campesina, económica e interreligiosa de la liberación, cuyas líneas fundamentales expone desde el más profundo respeto a su propia metodología y el reconocimiento a su creatividad teológica. A través de estas teologías la TL se re-contextualiza en el nuevo escenario político y religioso, muy diferente del de sus orígenes hace más de cuarenta años. Es quizás la parte más innovadora del libro en la que aparecen los nuevos sujetos emergentes de transformación social y se dan a conocer los teólogos y teólogas de la tercera generación, poco conocidos todavía fuera de América Latina, pero con una proyección internacional asegurada en el futuro dado su rigor metodológico.
Pero el capítulo donde el autor demuestra ser uno de los mejores y más profundos conocedores mundiales de la teología latinoamericana de la liberación es el que dedica a la exposición de las principales aportaciones de veinticinco representantes latinoamericanos de dicha teología y de su precursor Bartolomé de Las Casas, a quien presenta, certeramente, como “precursor del diálogo intercultural y de la teología de la liberación”, fundamentando dicha aseveración en textos lascasianos de gran lucidez. He aquí sus nombres: Rubem Alves, Hugo Assmann, Mª Pilar Aquino, Leonardo Boff, Clodovis Boff, Père Casaldáliga, Josep Comblin, la revista feminista Conspirando (Chile), Enrique Dussell, Ignacio Ellacuría, Segundo Galilea, Yvone Gebara, Gustavo Gutiérrez, Franz Himkelammert, Diego Irarrázaval, José Míguez Bonino, José Porfirio Miranda, Jung Mo Sung, Pablo Richard, Julio de Santa Ana, Juan Carlos Scannone, Juan Luis Segundo, Ion Sobrino, Paulo Suess, Elsa Tamez. Ciertamente son todos los que están, aunque quizás no estén todos los que son. El análisis de cada teólogo y teóloga, al que dedica en torno a diez en apretada y rigurosa síntesis, se completa con una información exhaustiva de su bibliografía y, en algunos casos, de los estudios sobre ellos. Este capítulo ocupa casi dos terceras partes de la obra (pp. 219-534) y ha contado con las aportaciones sugerencias de no pocos de los autores y autoras estudiados, como se apreciará fácilmente de la lectura.
Cuarenta años después de su nacimiento, la Teología de la Liberación sigue viva, se reconstruye como teología contrahegemónica y crítica del imperialismo teológico, incorpora nuevas categorías sociológicas y teológicas, se reformula en los actuales procesos históricos de liberación y plantea desafíos irrenunciables a las iglesias, a las teologías, a las sociedades y a los movimientos sociales del Primer Mundo. A ellos han de responder desde la interculturalidad y el diálogo interreligioso, desde una metodología inductiva y una epistemología inclusiva de todos los saberes, desde una cultura de resistencia frente a la globalización neoliberal y una ética de la solidaridad, desde la afirmación de la igualdad y el reconocimiento de la diferencia.
La obra ha sido escrita en su mayor parte durante las frecuentes estancias del teólogo Juan José Tamayo en varios países de América Latina. Demuestra, por ello, un profundo conocimiento de la realidad latinoamericana y ofrece una información exhaustiva de la bibliografía sobres el tema. Como dato de especial relevancia cabe destacar que el prólogo está redactado en dos lugares emblemáticos de las dos teologías contrahegemónicas de la liberación: Machu Picchu, donde nació la teología contra el Imperio español, y el Cerro San Cristóbal en Lima, en la parroquia de Gustavo Gutiérrez, donde cinco siglos después nació la nueva teología de la liberación contra el actual Imperio. Esa doble ubicación constituye otra prueba más de la importancia de esta obra, que compagina el rigor científico con la opción por los pobres, el trabajo hermenéutico con el compromiso ético, la razón anamnética de los condenados de la tierra con la propuesta de la utopía de la liberación.
Fuente:
http://www.atrio.org/?p=1934
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