domingo, 31 de enero de 2010

Leonardo Boff: Lamento a Dios por Haití


Hay un viacrucis de sufrimiento con estaciones que nunca terminan en el pequeño y pobre país de Haití. Sufrimiento en el cuerpo, en el alma, en el corazón, en la mente asaltada por fantasmas de pánico y de muerte. También hay mucho sufrimiento en todos los seres humanos que no han perdido el sentido mínimo de humanidad y de solidaridad. De esta compasión universal nace una misteriosa comunidad que anula las diferencias, las religiones, las ideologías que antes nos separaban y nos dividían. Ahora sólo cuenta la común humanitas absurdamente maltratada, que debe ser socorrida.

Con cada haitiano que sufre bajo los escombros o que muere de sed y de hambre, también nosotros morimos un poco con él. A fin de cuentas somos hermanos y hermanas de la única y misma familia. ¿Cómo no sufrir?

Pero hay también un sufrimiento profundo y desgarrador en las personas de fe que proclaman que Dios es Padre y Madre de bondad y de amor. ¿Cómo seguir creyendo? Quejosos nos preguntamos: «Dios, ¿dónde estabas cuando se formó aquel temblor que diezmó a tus hijos e hijas más pobres y sufridos de todo Occidente? ¿Por qué no interviniste? ¿No eres el Creador de la Tierra con sus continentes y sus placas tectónicas? ¿No eres Padre y Madre de ternura, especialmente, de aquéllos que son como tu Hijo Jesús los injustamente crucificados de la historia? ¿Por qué?

Este silencio de Dios es aterrador, porque simplemente no tiene respuesta. Por más que genios como Job, Buda, San Agustín, Tomás de Aquino, Leibniz hayan diseñado argumentos para eximir a Dios y explicar el dolor, no por eso el dolor desaparece ni la tragedia deja de existir. La comprensión del dolor no elimina el dolor, del mismo modo que oír recetas de cocina no quita el hambre.

El mismo Jesús no estuvo exento de la angustia y el sufrimiento. Desde lo alto de la cruz lanzó un grito desgarrador al cielo, quejándose: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

Damos la razón a Job, irritado con sus «amigos» que le querían explicar el sentido de su dolor: «Vosotros no sois más que charlatanes y falsos médicos: si al menos os callaseis, los hombres os tomarían por sabios». Pero no podemos callar. Hay demasiado dolor y la noche es tenebrosa. Necesitamos alguna luz.

Aun incluso sin luz, seguimos creyendo con el corazón partido, porque estamos convencidos de que el caos y la tragedia no pueden tener la última palabra. Dios es tan poderoso que puede sacar bien del mal, sólo que no sabemos cómo. Esperanzados, apostamos por esta posibilidad que no deja que nuestras lágrimas sean en vano. Creemos además que Dios puede ser aquello que no comprendemos. Por encima de la razón que quiere explicaciones, está el misterio que pide silencio y reverencia. Él esconde el sentido secreto de todos los eventos, también de los trágicos.

Me identifico con el poema de un gran argentino, Juan Gelman, que perdió un hijo durante la represión militar:

«Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, ¿qué han hecho
de tu criatura, Padre?
¿un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?»

Que el Padre baje sobre el pueblo haitiano con su amor.

ALBA pidió a ONU asumir coordinación de ayuda internacional a Haití


» Señaló que la fuerte presencia militar de Estados Unidos no es un mecanismo efectivo para enfrentar la crisis tras el terremoto
» Plan estratégico de ALBA para reconstrucción de Haití, incluyendo hospitales, plantas potabilizadoras de agua, agricultura, producción de alimentos y pesca
» ALBA no fue a Haití, ya estaba en Haití y compartió lo que se vivió allí con el terremoto, dijo canciller cubano, Bruno Rodríguez

24 de enero de 2010 | 20:36:11

Los cancilleres de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) acordaron este domingo instar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) a encargarse de la coordinación de la ayuda internacional que es enviada hacia Haití.

Los ministros del Exterior de la instancia integracionista plantearon que la fuerte presencia militar de Estados Unidos en territorio haitiano no es un mecanismo efectivo para enfrentar la crisis tras el terremoto del pasado 12 de enero.

En reunión extraordinaria celebrada en Caracas, los titulares también evaluaron la creación de un plan estratégico de ALBA para la reconstrucción de Haití, el cual se desarrollaría a mediano y largo plazo.

Dicho programa incluiría hospitales, plantas potabilizadoras de agua, reactivación de la agricultura, producción de alimentos y pesca, entre otros aspectos, respetando siempre la soberanía e independencia de la nación caribeña.

Para ello, se creará un fondo destinado específicamente a la reconstrucción de ese país devastado por el sismo de magnitud 7,3 que costó la vida a más de 150 mil personas. El fondo será financiado por el Banco de ALBA y otras entidades dispuestas a colaborar con la superación de la emergencia.

Uno de los puntos principales acordados es el envío de un fuerte contingente médico que se unirá a los que ya permanecen en la nación caribeña, para que atiendan a la mayor cantidad de personas en sus propias casas y en los hospitales.

Tenemos la capacidad de hacer llegar la ayuda médica directamente a la población, dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien recordó que la ALBA no fue a Haitì después del terremoto, “la ALBA estaba en Haití ya y compartió lo que se vivió allí”.

Otro de los planteamientos se basó en la ayuda energética a través de Petrocaribe para el envío de combustible a Haití y también la manera de surtir a la nación de electricidad.

"Tenemos que aplicar con la mayor fuerza toda la experiencia del ALBA en las áreas de educación, alimentos e infraestructura, y estoy seguro que este plan ayudará a la reconstrucción de un Haití independiente y soberano, que se levante por encima de la tragedia que está viviendo”, afirmó el canciller venezolano, Nicolás Maduro.

Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, denunció que los barcos enviados con ayuda desde Suramérica no pueden entrar a los puertos haitianos habilitados porque están tomados por los militares estadounidenses.

La iniciativa regional está integrada por Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Honduras, Dominica, Antigua y Barbudas, Cuba, Venezuela y San Vicente y las Granadinas.

Fuente:

http://www.lavozdelsandinismo.com/alba/2010-01-24/alba-pidio-a-onu-asumir-coordinacion-de-ayuda-internacional-a-haiti-/

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sábado, 30 de enero de 2010

Halcones y palomas en EEUU, Bush y Obama, han cercado a Venezuela para derrocar a Chávez , ¿qué haremos?





1. ¿Cuántas veces hemos escuchado decir –para descargar culpas- que los presidentes son engañados por la maldad de sus subordinados o que no los dejan actuar por la Corte, por el Congreso o por los partidos de oposición? ¿Puede creerse que los presidentes Obama o Calderón son “blancas palomitas” que quieren servir al pueblo pero que tienen las manos atadas y por eso no pueden acabar con las guerras e invasiones o, en el caso de México, no pueden acabar con la miseria porque el congreso ha parado la venta y las privatizaciones abiertas del petróleo y la electricidad y demás “reformas estructurales”? Pareciera que en los gobiernos hay gentes buenas que quieren la paz y la justicia y hay otros malos (los halcones) que descomponen a los gobiernos. ¿Pueden permitirse esos engaños que siempre desvían los objetivos de las luchas sociales de los trabajadores?

2. En EEUU se decía que Bush era el halcón y que Obama (el bueno) llegaría a echar abajo las “políticas suicidas” que habían llevado a los EEUU a un gran desprestigio en el mundo. Pero nada de eso ha sucedido según los más conocidos estudiosos y analistas de los asuntos de los Estados Unidos como Petras, Chomski, Howard Zinn, Fisk y otros. La realidad es que el gobierno de Obama no puede, ni siquiera se propone, desligarse de los poderosos monopolios y consorcios internacionales –radicados en EEUU- del armamentismo, la guerra y las intervenciones o de la política de saqueos del petróleo y demás materias primas. Para el pensamiento común son los políticos o las personas en lo individual los culpables de los males; les resulta difícil discernir entre una cosa u otra o quizá la flojera les impida meditar, hacer abstracción, en los otros componentes que integran el contexto global.

3. El arribo de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela el 2 de febrero de 1999, señaló el escritor Ignacio Ramonet, coincidió con el cierre de la base militar de Howard, situada en Panamá en virtud de los Tratados Torrijos-Carter (1977). Para sustituirla el Pentágono yanqui eligió cuatro localidades para controlar la región: Manta en Ecuador, Comalapa en El Salvador y las islas de Aruba y Curazao (de soberanía holandesa). Los objetivos de Bush fueron vigilar y desestabilizar Venezuela, luego Rumsfeld al decir que era para enfrentar al "terrorismo internacional", decidió reemplazar las megabases por un número mucho más elevado de bases con poco personal militar pero equipado con tecnologías ultramodernas de detección. Después de los atentados de septiembre de 2001, la cantidad de instalaciones militares estadounidenses en el extranjero se multiplicó, alcanzando la suma de 865 bases desplegadas en 46 países.

4. ¿Qué sucede luego? El Pentágono amplía el uso de sus bases militares en las islas de Aruba y Curazao, en las costas venezolanas, donde ha incrementado las visitas de buques de guerra estadounidenses. Así lo denunció el Presidente Chávez: "Es bueno que Europa sepa que el imperio norteamericano está armando hasta los dientes, llenando de aviones de guerra y de barcos de guerra las islas de Aruba y Curazao. (…) Estoy acusando al Reino de los Países Bajos de estar preparando, junto al imperio yanqui, una agresión contra Venezuela". Chávez, para defenderse acuerda con Rusia dotar a su fuerza aérea de aviones Sukhoi. Washington denuncia y envía 630 millones de dólares a Colombia para atacar al campamento de las FARC en territorio de Ecuador. En abril de 2009 el embajador de Estados Unidos en Bogotá anuncia que la base de Manta será relocalizada en Palanquero, Colombia.

5. Estos dos párrafos que he resumido de un documentado artículo de Ramonet tienen el objetivo de enseñar ante el mundo de qué manera el gobierno de Obama ha terminado por cercar a Venezuela con el objetivo de destruir al gobierno de Hugo Chávez, varias veces electo y ratificado por su pueblo. El pasado agosto EEUU anunció que dispondrá de siete nuevas bases militares en Colombia. Y en octubre, el presidente conservador de Panamá, Ricardo Martinelli, admitió que ha cedido a Estados Unidos el uso de cuatro nuevas bases militares. Así Venezuela y la Revolución Bolivariana se han visto rodeadas por nada menos que trece bases estadounidenses, situadas en Colombia, Panamá, Aruba y Curazao, así como por los portaaviones y navíos de guerra de la IV Flota. ¿Qué hacer ante tamaña amenaza que busca reinstalar los intereses yanquis en la región para recuperar Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba?

6. Leyendo un análisis de la situación venezolana del escritor Heinz Dieterich, me encontré con una propuesta –a partir de la gigantesca amenaza norteamericana de practicar otro golpe de Estado (como el de Honduras) y una nueva invasión como las muchas que ha llevado a la práctica- en el sentido de que Chávez tiene que cuidarse mucho de una probable invasión, realizar alianzas inteligentes y profundizar la politización de su pueblo; esto para poder mantener el enorme papel que ha venido jugando en América Latina. La realidad es que el gobierno de Chávez no ha agredido a nadie y lo único que ha hecho es defenderse y mediante sus discursos y ayudas económicas solidarizarse con otro países del mundo. Pero eso al gobierno yanqui le importa un bledo y lo único que busca son pueblos y gobiernos sumisos dispuestos a catar las órdenes del imperio.

7. La revolución cubana ha resistido más de 50 años sufriendo un poderoso bloqueo económico, pero sin haber dejado nunca de denunciar al imperio político militar de los EEUU. Los gobiernos yanquis buscaron siempre matar de hambre a los cubanos para que éstos se rebelaran y derrocaran al líder de la revolución Fidel Castro, pero no lo lograron. Cuba, con mil problemas, resistió. Lo mismo están haciendo con Venezuela que ideológicamente ha seguido a Cuba, pero el poder económico venezolano es mucho más fuerte y su penetración en América es mayor. Cuba fue un ejemplo de liberación para América, pero la influencia de Venezuela es mucho más amplia. Los yanquis quisieron ahogar a Cuba, pero a Venezuela buscan destruirla porque la consideran una fuerza que se desarrolla y es peligrosa para los intereses gringos. Por eso: ¡Viva Venezuela y sus luchas por la liberación de América!

pedroe@cablered.net.mx

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=99569
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viernes, 29 de enero de 2010

Lo que no se dice sobre Haití


Publicado en la revista digital SISTEMA, 29 de enero de 2010

Este artículo analiza las causas políticas de la pobreza (y miseria causada por el terremoto) en Haití, señalando que algunas de las fuerzas políticas que se presentan ahora como humanitarias fueron responsables de aquella pobreza y miseria.

La enorme tragedia de Haití donde, según los cálculos del propio gobierno de aquel país, pueden haber fallecido más de 150.000 personas, ha generado una enorme movilización a nivel mundial a fin de aportar ayuda humanitaria a la población de Haití. Las imágenes que, a diario, nos llegan de los medios son auténticamente desgarradoras y generan un deseo de hacer algo, rápido e inmediato, para aliviar el enorme dolor que ha caído sobre aquel país. Liderando aquella respuesta humanitaria está el gobierno de EEUU, cuyas fuerzas armadas están dirigiendo, coordinando y canalizando el proceso de ayuda -en nombre de las Naciones Unidas- los recursos enviados por gobiernos, instituciones internacionales, Organizaciones No Gubernamentales y otros organismos, a fin de asegurarse que alcanzan a los grupos con mayores necesidades. Como escribía la articulista de La Vanguardia, Pilar Rahola, en su artículo “Los buenos de Haití” (21/01/10), Estados Unidos (y añadía ella Israel) se han llevado la Palma de Oro en su atención y cuidado a la población damnificada en Haití. Con un tono de gran hostilidad hacia las izquierdas, que caracterizan sus artículos, tal articulista señalaba que sólo el “antiamericanismo” de las izquierdas en Europa explica la imposibilidad de reconocer que EEUU ha sido el bueno de la película en Haití.
Otros autores –como Bertrand de la Grange- son menos generosos en su valoración de EEUU, reconociendo que EEUU (y Francia) jugaron un papel negativo en el desarrollo político y económico del país, al oponerse a su independencia. Pero, habiendo reconocido esto, Bertrand de la Grange (ver “¿Reparar el pasado o construir el futuro?”. El País, 23.01.10) libera a EEUU de cualquier otra responsabilidad, atribuyendo el subdesarrollo tan acentuado de aquel país a las élites corruptas que lo han dirigido, sin nunca preguntarse, sin embargo, quién apoyó y puso a aquellas élites corruptas en el gobierno.

Considero estos puntos de vista bastante representativos de una opinión generalizada en los medios conservadores y liberales del país (que son la mayoría en España). De ahí que crea necesario responderles, añadiendo información que cuestiona tales interpretaciones, agradeciendo a la revista SISTEMA que me ofrezca la posibilidad de presentar una interpretación distinta y alternativa a la reproducida en la sabiduría convencional conservadora y liberal. Antes debo señalar que el intento de presentación de tal postura crítica y alternativa fue vetado en los forums donde tales articulistas expusieron sus posturas. Sólo Público publicó un resumen de mi crítica que expando ahora en este artículo (“Haití no es un desastre natural” Público, 28.01.10). Este veto es frecuente en las páginas de La Vanguardia que tiene una densidad elevada de colaboradores que insultan a las izquierdas, blindándoles de cualquier crítica, al no permitir a las voces de izquierdas responderles.
Pero comencemos por analizar que es el “antiamericanismo”, un término que se utiliza con gran frecuencia y frivolidad en España. En primer lugar, no debe confundirse gobierno federal de EE.UU. con la población de EE.UU. En muchas ocasiones, la mayoría de la población de EEUU está en desacuerdo con las políticas desarrolladas por el gobierno federal. Según tales autores, se debería concluir entonces que la mayoría de la población de EEUU es “antiamericana” lo cual es absurdo. El sistema político estadounidense es escasamente democrático. Su gobierno federal es muy sensible a los intereses empresariales, que han tenido una gran influencia en la determinación de la política exterior de EEUU., tal como muestra el comportamiento del gobierno federal en la parte del continente Americano al sur de Río Grande.
Este continente a lo largo del siglo XX ha tenido 56 golpes de estado en Bolivia, 36 en Paraguay, 31 en Perú, 24 en Panamá, 23 en Ecuador, 17 en Cuba, 16 en Haití (repito, 16 en Haití antes de 1995), 16 en República Dominicana, 12 en Venezuela, 10 en Brasil, 9 en Chile, 8 en Argentina y en Colombia, y 5 en Uruguay. Sin contar los 10 en las islas del Caribe, y las dictaduras nicaragüenses y dominicanas que gobernaron durante décadas sus países. Pues bien, un elevado número de estos golpes fueron apoyados por el gobierno federal de EE.UU. y sus aliados, incluyendo varios países europeos. Tales golpes tenían como objetivo defender a las élites dominantes de aquellos países que, aliados con compañías estadounidenses, canadienses y europeas – en su mayoría empresas transnacionales agrícolas o extractoras de minerales- dominaban la economía de aquellos países.
Esta lectura no es una lectura paranoica y conspiracional de las izquierdas, sino un retrato de aquella realidad. La persona que lo ha dicho de una manera clara y concisa es una persona que puede hablar con gran autoridad y conocimiento, el Comandante General Smedly Butler de la mayor fuerza expedicionaria de la Armada estadounidense, los famosos Marines, “Durante 33 años y cuatro meses trabajé en el servicio militar activo de EE.UU., y durante tal periodo pasé mi tiempo sirviendo a Wall Street (el centro financiero de EE.UU.) y al mundo de los grandes negocios. Permitan que lo ponga más claro. Era como el gangster del capitalismo. Hice que Méjico y muy en especial Tampico fuera un lugar seguro para las compañías de petróleo en 1914. Ayudé también a hacer de Haití y Cuba un lugar decente para que los chicos del Nacional City Bank, asegurándose que pudieran conseguir fondos que incrementaran sus beneficios. Fue con mi ayuda que pudimos someter y violar a media docena de países de Centro América a fin de beneficiar a Wall-Street. Ayudé a purificar Nicaragua de elementos peligrosos para la Internacional Banking House of Brown Brothers en 1902-1912. Facilité que la República Dominicana fuera un lugar preferente para los intereses de las compañías estadounidenses azucareras en 1916, y ayudé a hacer de Honduras el coto privado de las compañías estadounidenses fruteras en 1903. En China, aseguró en 1927 que los intereses de la Standard Oil no fueron molestados” (citado en “The Fighting Quaquer”, 1935). No podía haberse dicho más claro. Lo mismo ocurrió con los países europeos cuyos militares son menos transparentes en su expresión, y, por lo general, presentan su represión como “misión civilizadora”. Veamos ahora Haití.

LA RELACIÓN DE HAITÍ CON EEUU
Haití comenzó el siglo XX con una brutal ocupación por los Marines, que duró desde 1915 a 1934. Siguieron varias intervenciones militares, más tarde, del gobierno federal de EE.UU., que apoyó a los gobiernos más corruptos y represivos que hayan existido en América Latina, “Papa Doc” y “Baby Doc”, los cuales destruyeron aquel país en acto de expolio, que duró desde 1957 a 1986.
Más recientemente EE.UU. apoyó dos golpes de estado (en 1991 y 2004) en contra de un gobierno democráticamente elegido, presidido por Jean Bertrand Aristide, quien había sido elegido en 1990, con un programa de reformas profundas, antagonizando con ellas a las clases dominantes de Haití y a sus aliados en EE.UU., sumamente influyentes en el gobierno federal estadounidense. El golpe militar de 1991 fue oficialmente repudiado por la Administración Bush, aunque se vio más tarde que tal administración había proveído apoyo a los generales golpistas. La administración Clinton permitió la vuelta de Aristide con la condición de abandonar su programa de reformas, abandono al que Aristide se resistió creando un bloqueo económico que terminó con la expulsión de Aristide del gobierno. Cuando éste y su altamente popular partido se presentaron a las elecciones del 2000, éste ganó por gran mayoría, iniciándose de nuevo un bloqueo económico y oposición violenta por parte de la Administración Bush junior, que concluyó con el golpe de 2004, cuando Aristide fue expulsado del país.
Ninguno de estos hechos se dan a conocer al público en los mayores medios de difusión. Pero la campaña de las élites gobernantes en Haití, y del gobierno de EE.UU. y sus aliados europeos es extraordinariamente predecible. Y los medios forman parte de esta estrategia, demonizando a Aristide y ocultando la enorme opresiva situación que aquellas fuerzas conservadoras y liberales están sosteniendo, presentándose ahora como los grandes benefactores, o como dice Rahola, “los buenos de la película”.


Fuente:
http://www.vnavarro.org/?p=3841
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¡La reconstrucción de Haití al servicio y bajo el control de los trabajadores!


El terremoto del 12 de enero en Haití provocó una catástrofe, con 3 millones de personas afectadas y casi 200.000 muertos, sin hablar de las enfermedades y epidemias como consecuencia de la tragedia.

La situación es caótica: el pueblo haitiano puso los muertos, se quedó sin viviendas, no hay comida ni alimentos, mientras las casas de los ricos se mantuvieron con pocos daños, y la miserable ayuda humanitaria imperialista se va en pagar a las tropas ocupantes y reconstruir las fábricas y los barrios de los ricos.

El gobierno de René Préval ha desaparecido y es incapaz de resolver las acuciantes demandas de la población. Lo único que hizo fue proclamar el estado de emergencia para reprimir e impedir que el pueblo y los trabajadores se organicen. Las tropas de la ONU, que ocupan Haití desde 2004, han sido rebasadas y no dan abasto para controlar las exigencias populares. ¡Temen que los trabajadores y el pueblo, desesperados, y ante la inexistencia e impotencia de Préval, tomen el control del país en sus manos!

Ante esta situación, el “demócrata” Obama ocupó Haití con 10000 marines, como en las mejores épocas coloniales. ¡El primer presidente negro de Estados Unidos, el mismo que hace un año, en su posesión, recordaba al mártir Martin Luther King, el que prometió cambiar la política guerrerista de Bush, invade al pueblo negro de Haití, con el pretexto de la ayuda humanitaria, de la misma manera que envió 100.000 soldados a Afganistán y que instaló siete bases militares en Colombia!

Haití, vergüenza del capitalismo y vanguardia de la lucha anticolonial

Las devastadoras consecuencias del terremoto son producto de la miseria de Haití, que es la vergüenza del capitalismo: a pocos kilómetros de Miami, es el país más pobre del continente, con 80% de sus habitantes por debajo de la línea de pobreza. Desde 1980, los campesinos huyen del campo deforestado para instalarse en Puerto Príncipe, que pasó de 750.000 habitantes en 1980, a 2.500.000 hoy, y que se hacinan en barrios precarios. 75% de las casas no tienen servicios sanitarios, 60% de la población no tiene agua potable, no hay recolección de basura, el desempleo es del 80% y el salario no llega a 50 dólares.

Este es el resultado del saqueo imperialista, que se prolonga desde la colonia y que hoy se expresa en el flagelo de la deuda externa. En 34 años, la deuda haitiana aumentó 40 veces, pasando de 40 millones de dólares en 1970 a 1.600 millones en 2008, mientras que la ONU gasta 600 millones de dólares por año para mantener la ocupación.

Pero así como es de pobre, Haití es uno de los países más ricos del continente en tradición de lucha: protagonizó la primera gran revolución antiesclavista, negra y anticolonial, al rebelarse contra el dominio francés en 1791, instaurando la primera república negra del mundo, bajo el mando de Toussaint L’ Ouverture.

Los yanquis ocuparon Haití entre 1915 y 1934 y luego respaldaron las dictaduras sanguinarias de Papá Doc y Nene Doc entre 1957 y 1986, que, ayudados por los temibles Tonton Macoute, asesinaron 30000 personas. Pero en 1986, una gran revolución depuso al tirano e impuso el gobierno de Jean Bertrand Aristide. Este fue derrocado en 1991 por un golpe militar impulsado por Bush padre, pero fue reinstalado en 1994 gracias a la enorme movilización popular.

Sin embargo, Aristide, como todos los gobiernos burgueses latinoamericanos que se dicen progresistas, volvió al poder para aplicar el programa del FMI, lo cual generó un enorme descontento. Ante esta situación, el imperialismo yanqui volvió a intervenir, desalojándolo de la presidencia, e imponiendo el actual gobierno de René Préval.

Los gobiernos “progresistas” latinoamericanos son corresponsables de la tragedia haitiana

Para sostener a Préval, el imperialismo, envió en 2004 una fuerza de ocupación bajo la bandera de la ONU, la Minustah, formada por tropas de los países latinoamericanos, bajo el mando de un general brasileño. La Minustah protege a las multinacionales yanquis que instalan sus “maquilas” en el pequeño país, como si estuvieran en China, pero con la comodidad de estar a pocos kilómetros del mercado norteamericano.

La ventaja adicional es que no hay grandes luchas ni denuncias contra la Minustah, como en Irak o en Afganistán, porque los yanquis saben que su intervención directa en Haití y América Latina sería repudiada de inmediato. Por eso ingresaron disfrazados, bajo la cobertura de los gobiernos “progresistas”, “socialistas”, “izquierdistas” de Chávez, Kirchner, Correa, Morales, Bachelet, Vásquez, que pusieron sus soldados para reprimir las protestas populares, bajo las órdenes del subcomandante del imperialismo en nuestro continente: el ex obrero Lula, que hoy es la mano derecha de Obama, alabado al mismo tiempo en los foros de Davos y en el Foro Mundial de Porto Alegre.

Por eso, hoy ninguno de los gobiernos latinoamericanos “progresistas” tiene las manos limpias en la catástrofe de Haití: todos son responsables de la miseria y el sometimiento del pueblo haitiano, y por ende, de los terribles destrozos causados por el terremoto.

¡Suspensión del pago de la deuda externa para designar esos recursos a Haití!

¡Por la reconstrucción al servicio de los trabajadores y el pueblo!

La ayuda imperialista es un gran negociado, que va, en primer lugar, a sostener la ocupación militar, manejado por las ONGs y organizaciones internacionales, que no son controladas ni siquiera por el gobierno haitiano. Hasta el presidente Préval reconoció que “el gobierno haitiano no ha visto ni un centavo de todo el dinero que es recogido: millones se juntan por al derecha, por la izquierda, y todo va a las ONGs”.

El plan es hacer un fondo para la reconstrucción administrado por un ente internacional a largo plazo, en el que no tendrá ninguna participación el pueblo de Haití. Es decir, volver a la época colonial y establecer un protectorado bajo la supervisión de la ONU o de algún otro organismo, y ocupado militarmente. ¡Bajo las lágrimas del falso humanitarismo quieren castigar al primer país independiente de América Latina y convertirlo otra vez en una colonia!

Obama designó a Bill Clinton y George Bush, los mismos que se encargaron de hundir al país en el hambre, como responsables del fondo de ayuda a Haití. ¡Dos lobos cuidando las ovejas! Ellos “controlarán” con sus amigotes la ayuda para la reconstrucción, cuyos contratos irán a las firmas amigas del Pentágono, como en Irak.

Lo que Haití necesita es lo opuesto: romper las cadenas de la dependencia que lo ha llevado a la ruina. Por eso, es imperioso que se anule la deuda externa de Haití, y que Chávez, Correa, Lula, Kirchner, Morales, Mugica, Lugo, suspendan de común acuerdo el pago de la deuda externa para canalizar esos recursos hacia la isla, y así garantizar la reconstrucción y la independencia de Haití del imperialismo.

Las dos tareas fundamentales son hacer la mayor campaña de solidaridad internacional para reconstruir el país al servicio de los trabajadores y el pueblo, y echar las tropas de ocupación, tanto a los Marines como a la Minustah, para queel pueblo haitiano asuma la responsabilidad de la economía y controle la reconstrucción.

Los trabajadores de América Latina debemos ponernos en pie para juntar la mayor cantidad de recursos, al tiempo que exigimos a los gobiernos de nuestros países el inmediato retiro de las tropas.

Llamamos a todos los partidos de izquierda de Argentina, en especial al Proyecto Sur, a presentar conjuntamente un proyecto de ley exigiendo que el Fondo del Bicentenario para la reconstrucción de Haití.

No le dejamos la tarea de brindar la solidaridad al pueblo haitiano a estos gobiernos burgueses, por más “progresistas” que se pinten, ni depositamos la más mínima confianza en ellos. La solidaridad con Haití tiene que ser tomada por las organizaciones sindicales y populares.

Llamamos a la CGT, la CTA, a todos los sindicatos, partidos de izquierda y organizaciones populares, a ponerse al frente de la campaña. Es necesario organizar una acción nacional de recolección de fondos y de recursos, medicamentos, ropa, comida, para enviarla directamente a las organizaciones sindicales y populares de Haití, respondiendo al llamado de organizaciones como Batay Ouvriyé.

Sólo los trabajadores y el pueblo haitiano pueden administrar la ayuda bajo su propio control. Ellos deben decidir las medidas a tomar, encarar la reconstrucción del país imponer el control de todos los recursos, imponer el orden en las calles. ¡No necesitan ninguna fuerza de ocupación que los reprima!

¡La reconstrucción de Haití debe ser al servicio y bajo el control de los trabajadores y el pueblo!

Por último, llamamos a todas las fuerzas sindicales, de izquierda, obreras y populares, a unir nuestros esfuerzos para convocar una gran movilización frente a la Embajada de Estados Unidos, en contra de la invasión a Haití, y por echar a los yanquis de toda América Latina.

¡Toda la solidaridad con pueblo de Haití!

¡Fuera los Marines y la Minustah de Haití!

¡Que los gobiernos latinoamericanos suspendan el pago de la deuda externa y dirijan esos fondos a la reconstrucción de Haití!

¡Por la reconstrucción al servicio y bajo el control de los trabajadores y el pueblo! ¡Por una campaña de solidaridad internacional dirigida a los sindicatos y organizaciones populares de Haití!

¡Ni un peso para el gobierno de Préval ni para las ONGs imperialistas!

Buenos Aires, enero 26 de 2010

Reunión por Haiti

Jueves 28, 18 hs. Hotel Bauen

Declaración de Convergencia de Izquierda


Fuente:

jueves, 28 de enero de 2010

Criminalización de la lucha social


Francisco Gómez Maza

  • Campaña nacional “Primero nuestros pres@s
  • Recuperar su nombre, rostro, lucha; sus ideales

mazaimgUn drama de todos los días.

Esta campaña “Primero nuest@s pres@s” tiene como objetivos:

1. Luchar de manera permanente por la libertad de tod@s l@s pres@s polític@s hasta el momento de su excarcelación. 2. Reconocerl@s, llamándoles por su nombre, recuperar su rostro, su lucha y sus ideales, pues el Estado con sus cárceles ha intentado dejarlos en el olvido, arrebatándoles su identidad, tratando de quebrantar su espíritu y a los movimientos por medio de la cárcel y del miedo. 3. Difundir la situación de l@s pres@s políticos y los esfuerzos organizativos generados por su libertad. 4. Establecer una mayor comunicación con los colectivos, organizaciones, pueblos e individu@s que trabajan directamente en la lucha por la libertad de l@s pres@s polític@s, para poder establecer una coordinación en las acciones y trabajos realizados por cada cual.

El 27 de noviembre de 2008 un automóvil sin identificación, en el que viajaban tres hombres armados, detuvo al auto en el que viajaba Máximo Mojica, su esposa María de los Ángeles Hernández Flores y sus dos hijos. Los hombres obligaron a Máximo Mojica a salir del vehículo y se lo llevaron, pero no se identificaron como policías ni mostraron ninguna orden de detención. El 29 de noviembre, María de los Ángeles Hernández recibió una llamada de su esposo diciendo que lo habían secuestrado y que ella tenía que pagar un rescate de 50,000 pesos (2,500 dólares estadounidenses). Más tarde, ese mismo día, los vecinos informaron de que varios hombres armados vestidos con uniforme se habían llevado de su casa a María de los Ángeles Hernández, y a Santiago Nazario Lezma.

Oaxaca es una zona marginalizada y sometida por la violencia y represión gubernamental, por lo que los habitantes del estado se han tenido que organizar para defender sus derechos. Todos podemos recordar las imágenes del movimiento social de 2006 que exigía la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, un movimiento cuyas heridas aun no sanan; encarcelados, heridos y muertos del movimiento y para el gobierno impunidad. Durante el movimiento de 2006 resulto muerto Brad Will, reportero independiente de Nueva York. A pesar de la evidencia de que murió por el impacto de una bala disparada por simpatizantes de URO, detuvieron a Juan Manuel Martínez Moreno, miembro del movimiento acusándolo de haber cometido el asesinato.

Chiapas: Jerónimo y Antonio Gómez Saragos, indígenas tzeltales miembros del Ejido San Sebastián Bachajón, detenidos el 13 de abril de 2009 acusados de cometer robos en caminos que el gobierno pretende arrebatarle al ejido para beneficio privado .·O el de Alberto Patishtán Gómez y Rosario Díaz Méndez, miembros de la Voz del Amate comité de presos políticos que se han organizado dentro de la cárcel para exigir su libertad en virtud de que las acusaciones en su contra están basadas en la necesidad del poder detenerlos encerrados debido a su labor de defensa de los derechos de sus comunidades.

En La Candelaria, Campeche, CFE presento denuncias en contra de miembros del Movimiento desde Noviembre de 2008, siendo ejecutadas cinco ordenes de aprehensión el 10 de Julio de 2009 con operativos en los domicilios de nuestros compañeros, irrumpiendo en ellos y encañonando a todo el que se encontrara en las casas. Fueron detenidos Sara López González, Joaquín Aguilar Méndez, Guadalupe Lizcano Gómez, Elmer Castellanos Velázquez y Guadalupe Borjas Contreras, siendo liberados el 23 de septiembre los dos últimos.

Felipe Álvarez Hernández. (FPDT-Atenco): Es un campesino originario de Nexquipayac, Atenco, e integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Es agricultor de maíz y tiene esposa y tres hijas.

Ignacio del Valle Medina. (FPDT-Atenco): Es dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco, organización campesina nacida a raíz del intento del gobierno federal por expropiar tierras de campesinos de la región para construir un aeropuerto, cuyo costo sería la destrucción de la vida comunitaria de los habitantes del municipio de San Salvador Atenco y comunidades circundantes.

Héctor Galindo Gochicoa (FPDT-Atenco): Estudiante de la carrera de derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, participó como asesor jurídico en el movimiento estudiantil-universitario de 1999-2000, dicho movimiento fue una reacción ante el intento de imposición de un Reglamento general de pagos que anularía el derecho a una educación pública y gratuita

Abraham Ramírez Vázquez (CODEDI-Xanica, Oaxaca): Es originario de Santiago Xanica, Distrito de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca. Preso en el reclusorio regional de Miahutlán desde el 15 de enero de 2004 acusado de Homicidio Calificado y Secuestro.

Por último, Alberto Patishtán: Desde la huelga de hambre, que realizaron en su momento 48 presos encerrados en tres cárceles del estado de Chiapas entre marzo y abril del año pasado , han pasado ya 17 meses. Varios de ellos formaban parte de “La Voz de Los Llanos”, por estar recluidos en la cárcel de San Cristóbal de Las Casas, cuyo nombre oficial es “Centro Estatal de Reinserción Social de los Sentenciados (CERSS) No. 5, ’Los Llanos’”; mientras que otros estaban organizados en “La Voz del Amate”, del “CERSS No. 14, El Amate”

http://analisisafondo.blogspot.com/

analisisafondo@gmail.com

Fuente:

http://www.laquincena.info/15diario/10/01/100128/28maza.html
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El trabajo como lugar de Misión (I). Hacia una teología del trabajo


Eduardo Delás, España

Introducción

Génesis 2:4-25; Ecl. 5:8-16

Las Escrituras nos hacen saber que para Dios la creación del hombre y la mujer no consiste sólo en darles vida, sino situarlos en un campo ideal (un entorno favorable) desde el que puedan desarrollarse como seres humanos en plenitud:

Un entorno físico. (El Edén): Un hogar, un domicilio. Un lugar en el que puedan experimentar sentido de pertenencia.

Una tarea como seres activos: Trabajo. Una actividad necesaria para desarrollar sus capacidades y lograr realización personal.

Un marco de responsabilidad, de modo que puedan responder a Dios sin coacción alguna desde la más absoluta libertad.

Un campo de relaciones con los demás: hombre/mujer y con el resto de la creación: Socialización.

Sólo entonces, el ser humano (hombre/ mujer) está completo y finaliza la obra de la creación.

Y, sin embargo, podríamos afirmar que las palabras de Eclesiastés, escritas hace casi tres mil años, contrastan de un modo brutal con este marco original, constituyendo el “retrato robot” de un mundo irreconocible hasta el día de hoy. Y, entonces, cabría preguntarse:

¿Qué le pasa a la raza humana? ¿Cómo ha llegado a situarse tan lejos del proyector original de su Creador? ¿Cómo es el mundo actual?

Aunque todas las personas han sido creadas iguales, en un mundo como éste existen: ricos y pobres, poderosos y lacayos, fuertes y débiles, poderosos y don nadies, profesionales y arribistas, trabajadores y caraduras, ladrones y honrados. Todos ellos compiten (o competimos) para lograr la supervivencia.

En este mundo se nos enseña desde la cuna a competir para lograr lo que aparece como el gran anhelo del corazón de la mayoría de los mortales: El éxito (triunfar). Vivimos desde la competitividad en la necesidad de justificar nuestras vidas con cualquiera de las supuestas mil caras de la hidra del éxito. Ahora bien, ¿Por qué competimos? ¿Con quién? ¿Para qué?

Competimos por alcanzar las metas que nos trazamos o aquellas que nos imponen.

Competimos porque nos dicen que debemos luchar para superarnos.

Competimos para demostrarnos todo lo que somos capaces de alcanzar, y para prevenir la frustración de no haberlo conseguido

Competimos porque el logro de nuestras ambiciones representa un claro símbolo de reconocimiento y aceptación social.

Competimos para dejar de ser “perdedores”

Competimos porque, en nuestro mundo, no tener o no conseguir significa peligro, riesgo, amenaza, fracaso, incertidumbre y miedo. Por el contrario, tener y alcanzar resultan sinónimos de seguridad, bienestar, disfrute y libertad.

Sin embargo, nuestro tema tiene que ver con “El trabajo como lugar de misión”. Y convendría situarse correctamente desde el principio, porque con frecuencia solemos pensar con espíritu piadoso y una ingenuidad infantil que todas esas cosas que se dan “en el mundo” (sobre todo en el laboral) no van con nosotros. Los cristianos, en realidad, vivimos ajenos a todas estas cuestiones porque somos “ciudadanos del cielo” y “peregrinos” en la tierra, de modo que nos encerramos en una “burbuja invisible” aislados de la influencia ambiente, como si los conflictos, las responsabilidades y las luchas laborales fuesen sólo problema y tarea de los demás. Apostamos por vivir como si no estuviéramos aquí, lo que pasa alrededor lo etiquetamos como circunstancias que se dan en un mundo del que no somos, ni nos sentimos parte. Y, a partir de ahí, intentamos darle a estos razonamientos un fundamento bíblico: “Estamos en el mundo, pero no somos del mundo” (Jn. 17)

Con una percepción de la vida y del trabajo así, la conclusión final sólo puede ser ésta:

Implicaciones en el trabajo, las mínimas. Como cristianos no podemos mezclarnos demasiado en cosas “mundanas” que nos desvían de lo esencial, que es “lo espiritual”.

Del trabajo a casa y de casa al trabajo. Nada de hacer amistades y crear lazos con los compañeros, no sea que nos “contaminemos” con amistades inconvenientes.

La vida de los cristianos en el entorno laboral se convierte así en una especie de presencia ortopédica, huidiza y miedosa que, más que testimonio, escenifica actitudes escapistas y descomprometidas que no dicen nada a nadie.

Aclarando equívocos sobre el “trabajo” y “la misión de la Iglesia”.

El equívoco más distorsionador que tendríamos que enfrentar sería no separar ambas cosas: Trabajo y Misión. ¿Por qué?

1.Este mundo nos invita a creer que nuestra fe es privada y que “sobra” en el mundo laboral. Por tanto, lo que hacemos en el tiempo libre es cosa nuestra, pero los valores cristianos no tienen cabida en el trabajo. Y, nuestra propia teología, acompañada de miedos y cobardías, a menudo refuerza esta idea.

No somos del mundo, tampoco Jesús lo era y, sin embargo, su petición no es que el Padre nos haga invisible o se invente un modo de hacernos desaparecer, sino que en la tarea de estar donde hay que estar con todas las implicaciones, nos guarde y proteja.

Jn. 17: 16, 18 – “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo… como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”.

No somos del mundo, tampoco Jesús lo era y, no obstante, la misión de la iglesia habría que definirla en términos de “Misión mundo” porque a él somos enviados. Y no sólo como mandato a modo de imperativo, sino desde un modelo programático que nos ha precedido: Jesús de Nazaret.

Jn. 1:14 – “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Jesús se hizo “transparencia” del Dios eterno en la encarnación y desde ese “lugar teológico” revalorizó la condición humana, porque se hizo hombre; revalorizó el trabajo porque fue de profesión carpintero y revalorizó la historia porque estuvo en ella como el hombre disponible en el mundo y para el mundo. Nada humano le fue ajeno.

2.La teología cristiana, con frecuencia, distingue erróneamente entre trabajos sagrados y profanos. Los primeros, son desempeñados por pastores y misioneros (clérigos), que se dedican a “tiempo completo” al Señor. Los segundos, son la inmensa “tropa” de cristianos (laicos) que se dedican a un “trabajo secular” y que, por tanto, no invierten “en la obra”.

En el imaginario colectivo del pueblo de Dios, suele anidar la idea de que los “clérigos”, tienen la responsabilidad de preparar actividades que muevan a toda la iglesia a evangelizar. Los “laicos”, sin embargo, son llamados a utilizar “su tiempo libre” de responsabilidades laborales para responder a estas tareas y realizar la misión a la que todos somos llamados. Ahora bien, podría preguntarse:

¿Qué sucede con las cuarenta horas semanales (o más) que pasan la mayor parte de los cristianos trabajando en la fábrica, el hospital, la oficina, el banco, el hogar, la escuela, la carpintería, la fontanería, la obra, etc.? ¿No es el puesto de trabajo tan lugar de misión como el local de la iglesia y las actividades que allí se realizan?

Todo lo que hacemos en el trabajo, tanto las tareas profesionales como las relaciones humanas ¿no tienen un valor intrínseco para Dios? ¿Ama Dios la justicia, la verdad, el amor y la misericordia tanto en el trabajo como en la iglesia, en la familia y en cualquiera otra de nuestras relaciones interpersonales1? ¿O fuera del local de la iglesia eso no cuenta? ¿Qué concepto de iglesia es el nuestro?

No podemos concluir una semana de trabajo y decirnos a nosotros mismos que “no hemos evangelizado”, “no hemos hecho ninguna tarea para Dios” o “no estamos sirviéndole”, porque no es cierto. Además, esa idea errónea nace de una percepción maniquea de la vida, de la iglesia y del trabajo. La vida es de una pieza. Quizás debiéramos reflexionar y hacer como Jacob cuando se despertó en Harán diciendo: “El Señor está en este lugar y yo no lo sabía” (Gn. 28:16), para darnos cuenta de que Dios no nos abandona en la puerta del trabajo, como un padre deja a su hijo en la escuela y lo recoge a la salida2. El está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. La cuestión es si nosotros tomamos conciencia de eso, estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos.

3.Los cristianos, dispersos por el trabajo que cada uno desempeña en la vida, no dejamos nunca de ser iglesia. La dimensión comunitaria de nuestro ser uno (pueblo de Dios) no queda escindida con la distancia.

La iglesia siempre es iglesia, cuando estamos reunidos en el culto formal y cuando estamos esparcidos en la vida cotidiana: laboral, familiar, social3. De modo que, no vamos solos al trabajo, sino que lo enfrentamos con todos los recursos que Dios nos da: Su Espíritu que nos guía y un pueblo que siente, cree y vive la misma fe.

Solemos orar por personas para que asistan a lo que llamamos “actos evangelísticos”, pero ¿por qué no mostramos el mismo interés intercediendo por nuestros compañeros de trabajo y pidiendo que la iglesia ore por ellos? ¿No deberíamos resituar y redefinir nuestro concepto de iglesia en tanto comunidad corporativa?

1ª Tes. 5:14-15 – “... que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos”.

¿Cuánto ánimo hay que sostener por razones laborales? ¿Cuánta debilidad? ¿Cuánta paciencia? ¿Y si lo compartimos en comunidad? No convertiríamos el trabajo, el tiempo y las responsabilidades laborales en lugar de misión?

¿Qué sucede cuando aprendemos a orar los unos por los otros en todos los ámbitos de nuestra vida? ¿Qué ocurre cuando aprendemos a animarnos, consolarnos, preocuparnos los unos por los otros? Sucede que los campos de misión de cada uno se convierten en uno solo, en el que todos estamos implicados porque formamos parte de una misma y sola iglesia. No somos “islas”, no vivimos para nosotros, somos un pueblo vivimos en un solo mundo y todos nos enfrentamos con desafíos semejantes porque el trabajo es nuestro lugar de misión: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mt. 5:14)


Fuente:
http://www.lupaprotestante.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2020&Itemid=128

miércoles, 27 de enero de 2010

Teología de la anticipación


Si las Iglesias no conocen las preguntas no pueden dar las respuestas

Sobre una entrevista al Pastor Norberto Saracco.

Por Domingo Riorda.

“En esta entrevista están las partes más importantes de un diálogo de casi dos horas con un hombre afable, gustoso tanto de escuchar al cantante de tangos Raúl Lavié en algún local del barrio porteño de San Telmo como de convencer a sus pares sobre la necesidad de hacer lo que denomina ´teología de anticipación´, es decir ´reflexión teológica´ para enfrentar los problemas ´que se vendrán en los próximos cinco años´” explicita la agencia de noticias Pulso Cristiano al introducir la extensa entrevista al Pastor Norberto Saracco, importante dirigente pentecostal en el orden nacional e internacional, que fue realizada por David A. Kohler y editada por César Dergarabedian, ambos responsables de Pulso Cristiano.

Saracco, nacido en Mar del Plata en 1947, fundó el seminario FIET en 1977 y desde 1987 pastorea la Iglesia Buenas Nuevas, en el barrio porteño de Parque Avellaneda. Sus primeras predicaciones fueron a los 12 años en San Vicente y en el barrio La Perlita, en el partido de Moreno, en el oeste del Gran Buenos Aires. La iglesia que pastorea forma parte de una comunidad de150 iglesias Saracco se identifica como “pastor”, pero aclara que “mis amigos me hicieron teólogo”.

Ante la pregunta de “¿Cómo ve hoy al movimiento evangélico en la Argentina?” Saracco responde que “Crecimos pero no ha habido transformación social”. Afirma que “si uno tiene un mínimo de integridad espiritual e intelectual tenés que preguntarte por qué y hacerte cargo. Creo que en este momento la cosa pasa por ahí, está todo bien, el show… Hemos predicado un evangelio tan superficial que no hemos afectado las vidas. Hemos pensado que la transformación social viene por la política, por influenciar esferas de gobierno y hemos renunciado al abecé de los evangélicos, que son las vidas transformadas. Se da toda una secuencia en el Congreso y la política en general que en última instancia significa creer que las leyes cambian a las personas”.

Desde es postura, quien se recibió de Doctor en Teología en la Universidad de Birmingham, Inglaterra, con Walter Hollenberger, erudito sobre estudios pentecostales, opina que “La función de las iglesias es formar vidas pero la realidad nos muestra que los índices de divorcios son casi similares en la iglesia y fuera de ella y lo mismo pasa con la violencia familiar y los datos sobre la juventud. Hemos apostado a los eventos y los eventos no cambian vidas, hemos hecho el gran show evangélico. Es importante que la gente esté contenta pero eso no cambia vidas. Al no haber cambio de vidas el producto son acciones que no reflejan el cambio. Cuando vos cambiás lo de abajo, lo de arriba cae solo. La participación de los cristianos en la política -y digo esto con la advertencia de que tengo formación política y es un tema que me encanta- con la pretensión de representar a los evangélicos es de cuarta. Que el cambio venga a través de la política es negar el evangelio”.

Por cierto que Saracco no es un iniciado en el conocimiento social. En la entrevista de Pulso Cristiano afirma que “El líder que más me afectó fue Martin Luther King” quien “lo que predicaba tuvo implicancia política, cambió la historia con la coherencia del evangelio, esa coherencia le costó la vida” por lo que “Si yo soy un predicador tengo un poder y no voy a cambiar eso para irme a la banca. El engaño está en pensar que yo que fui escogido para el púlpito voy a tener más poder de transformación fuera del púlpito, es un terrible engaño que se da por la seducción del poder”

Otros líderes impresionaron a quien se doctoró con la tesis “Historia y teología del pentecostalismo en la Argentina”. Uno de ellos obispo anglicano de Sud Africa, Desmond Tutu. Otro Juan Calvino “que afectó hasta hoy desde Ginebra a toda Suiza” por lo que se siente habilitado a responder el interrogante periodístico sobre la “seducción del poder” explicitando que “Hemos caído en la tentación de creer que el cambio viene por el poder y el cambio viene por la cruz. Eso es el antievangelio, no hay mayor debilidad que la cruz, es dar vuelta el evangelio y caímos en la seducción del poder. Comenzamos la búsqueda del poder porque somos muchos y creemos que por eso podemos hacer cambios, pero la sociedad no cambió y nosotros nos hemos corrompido en los últimos 20 años”

Saracco aprecia la movilización juvenil evangélica que se produce en distintos lugares pero tiene su propia interpretación. Al comentar la presentación que Alejandro Gómez, pastor de la organización evangélica Juvenil Jesús Warriors, hizo en el Congreso de COICOM, comenta que “me pareció un lindo proyecto. La idea es movilizar a los jóvenes a nivel mundial, imprimir valores en la juventud” pero “yo le planteaba que usar esta creatividad y estos recursos para hacer eventos sería una pérdida de tiempo. Los eventos no producen cambios de vida sino los procesos”

Conocedor de la relevancia de los “procesos” en distintas áreas de la vida, Saracco cree que “más interesante es preguntarse si no había llegado el tiempo de que con semejante movilización los jóvenes se preguntaran por qué pasa lo que pasa” refiriéndose “al avance del alcohol, de la droga” frente a los cuales se pregunta “¿Por qué están esos problemas? ¿Qué pasa con las mafias del Gobierno que permiten que funcionen? Hay que transformar esa fuerza juvenil en una fuerza de confrontación con los sistemas mafiosos. Eso sería el aporte de la iglesia evangélica”

A la atinada observación del periodista entrevistador, David A. Kohler, sobre que “Una confrontación que no necesariamente tiene que venir de la política”, el líder pentecostal avanza sosteniendo que “Si no levantamos el problema del por qué, hoy perdemos el tiempo, ahí es cuando te ponés incómodo y molesto. Cuando hablamos de evangelio integral pensamos en predicar y ayuda social, pero el evangelio integral verdadero es predicar, ayudar al pobre y levantar la pregunta del por qué. Y es entonces que empezás a incomodar. Hoy la iglesia tiene que decidir si va a seguir siendo simpática con los poderes del mundo o los va a confrontar”

El pastor, quien ejerce dones literarios y está enfrascado en un libro “referido al diálogo católico-pentecostal, iniciado en 1972”, es específico al expresar que “La iglesia siempre está en la vereda de enfrente, porque no hay estructura humana que represente cien por ciento a la iglesia”

Aprecia que él como ciudadano puede tener opciones particulares “pero como iglesia siempre tengo que ir al frente”. dándose la libertad de comentar que “La iglesia es puro cholulismo cuando va tras la foto. No la veo ahora en una postura crítica. Cayó en la tentación de la alfombra roja y el café. Y si no pregunta, no molesta. Yo espero que lleguemos al por qué, lo veo como un paso próximo, porque ya nos sacamos la foto”

Preocupado por estas cuestiones y frente al desafío del periodista de “¿Cómo están hoy los seminarios teológicos?”, Saracco sentencia que “nuestros seminarios tienen una visión arqueológica: preparamos a nuestros estudiantes para un mundo que no existe, hay un gran divorcio entre formación teológica y la iglesia. Se sigue premiando cuánto saben los estudiantes sobre (teólogos como Karl) Barth, o (Paul) Tillich. Es bueno eso, porque no somos una iglesia de generación espontánea, pero si eso es todo quedamos al margen de lo que es la vida de la iglesia. Los seminarios no dan respuesta a lo que pasa en la iglesia. En los libros no se lee lo que pasa. Cuando uno ve cómo responden a los problemas sociales la iglesia no entiende los problemas”

Sobre ese particular, saber lo que pasa y lo que se viene, el entrevistador le pregunta “¿Qué es la teología del futuro?” Saracco explica que “Los procesos de cambios sociales son cada vez más rápidos, esto significa que tenemos menos tiempo para hacer la reflexión teológica. Antes, un teólogo tenía dos siglos para reflexionar cierta problemática pero hoy tenemos cinco años solamente. Lo que yo planteo, entonces, es que así como las empresas en el mundo tiene expertos y dicen ´dentro de diez años esto va por acá´, o por lo menos tienen ideas, tendencias, creo que hoy parte de la teoría teológica debería conocer a dónde estamos yendo para anticiparnos a la reflexión teológica”.

El entrevistado amplía. “Me interesa saber, por ejemplo, dónde va estar el desarrollo genético en los próximos cinco años y así voy a poder reflexionar y tener una respuesta para eso, necesito saber cuáles van a ser los problemas más acuciantes del futuro. Hoy estoy muy preocupado tratando de investigar cuáles serían los problemas que se nos vienen encima o el desarrollo de la ciencia, de tal manera que podamos elaborar una teología de anticipación”

En la extensa entrevista Saracco aprecia como “muy seria” la investigación de Fortunato Mallimacci donde se arroja el dato “que los evangélicos representan el 9 por ciento de la población en la Argentina” Fiel a su estilo no puede detener el agregado de que “El otro dato es que el 9 por ciento son evangélicos y el 8 por ciento son pentecostales y carismáticos”. Código conversacional similar al que utiliza cuando opina que la Teología de la Liberación “ha hecho un aporte muy importante” y que “La teología de la liberación hizo opción preferencial por los pobres y los pobres por los pentecostales”

En ese ritmo claro, conciso, Saracco esta al tanto de los cambios actuales en la movilidad de la gente “La persona está dispuesta a ir a la iglesia en la misma dirección en que va al trabajo, y a emplear el mismo tiempo que le toma ir al trabajo para ir a la iglesia. Y esto no tiene que ver con la espiritualidad”.

Descubre a los “cristianos vacunados”. “En todos los países de América latina es igual o superior el porcentaje de gente que fue evangélica y que ya no lo es al que efectivamente es evangélico…gente con pequeñas dosis del evangelio, que se bautizó y si vos la confrontás, te dicen que son evangélicos porque no son musulmanes, pero en la práctica no son nada.”

Aprecia al Cardenal Jorge Bergoglio, “un hombre que me ha impactado por su sencillez y por su profunda espiritualidad, un hombre que lo que yo veo es que ama al Señor…. Estamos hablando de un cardenal, de alguien que casi fue Papa. Estamos hablando de alguien que cuando vos lo llamás si él no está en el momento no pasa el día sin que te responda el llamado personalmente. Eso no existe en nuestro mundo evangélico. Son cosas que valoro... nos juntamos periódicamente a orar”.

Resalta la figura del laico católicoromano uruguayo, Guzmán Carraquiry, subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, “un varón lleno del Espíritu, una cosa increíble cómo encontrar esas perlas en semejantes cosas. Yo me encuentro más cerca de esa gente que de muchos de los apóstoles de la prosperidad que andan por ahí y no tengo nada que ver”

Abre el paraguas a equivocas interpretaciones aclarando que “Eso no significa que yo me compro el paquete del Vaticano, pero tampoco me compro el paquete de la iglesia evangélica. Yo decido con quién vincularme. No es una decisión personal, sino de visión de unidad de la iglesia, que pasa por la unidad”.

El dirigente pentecostal, que es Norberto Saracco, se compromete abiertamente al opinar sobre la espiritualidad en las iglesias “Seguimos teniendo una pastoral de la familia Ingalls, que no existe, seguimos hablando del culto familiar, papá, mamá, tomando café al lado de la chimenea. Esa familia no existe y no hemos desarrollado una pastoral para la familia Simpson. Está mal, no me gusta, es pecado, está bien, pero no damos respuesta. Entonces el evangelio deja de ser respuesta, no porque no sea respuesta, sino porque no sabemos escuchar preguntas. Y como no respondemos a las preguntas, el evangelio deja de ser respuesta”+ (PE).

PreNot 8693
100127
Fuente:

http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4273

martes, 26 de enero de 2010

Arrojar la capa y pegar el salto


Por Aníbal Sicardi. Bahía Blanca.

Algún día se tendrá en cuenta la calidad literaria de los escritores de la Biblia. Han producido relatos que aún hoy son una pinturita. Uno de ellos describe lo que le ocurrió a un ciego, Bartimeo, en su encuentro con Jesús.

Bartimeo pedía limosnas en el camino que salía de Jericó cuando se entera de que Jesús andaba por allí. Entonces comenzó a gritar: “Hijo de David, ten misericordia de mi”. Muchos de los que estaban presentes le pidieron que se comportara respetuosamente y que se callara la boca.

Una escena parecida se encuentra en otro relato bíblico cuando unos pibes y pibas se acercaron a Jesús y los discípulos pretendieron apartarlos.

En ambas ocasiones el intento fue aislar a Jesús. Por un lado de los que tenían problemas físicos, por lo cual eran excluidos. Por el otro de los niños, que no eran considerados personas hasta que no tuviesen la edad establecida para ser incorporados a la comunidad.

Jesús no anda con esas. Tiene una actitud totalmente distinta. Inclusiva. Compasiva. Busque el relato que está en el capítulo diez del evangelio de Marcos. Verá como el escritor describe la actitud de Jesús de un sólo plumazo. Evade explicaciones anexas, como informar que iba caminando u otras obviedades.

Conciso dice “Jesús se detuvo” Agrega: “pidió que llamaran al que gritaba”. El Maestro facilita el trámite. No hay agenda anticipada ni sala de espera. Tampoco intermediarios.

El ciego no lo puede creer. Le tienen que repetir “No tengas miedo. Jesús te llama”. Aún así desconfía. Claro, que alguien como el que llamaban Mesías lo quisiera ver no se podía creer así nomás. Temía que tal vez le estuvieran haciendo una broma. O que quizás lo llevaban para apalearlo. “Hoy en día no se puede confiar en nadie”, habrá pensado.

Ante la insistencia, los temores se esfuman y la alegría del invidente es incontenible. Tira su capa y pega un salto. Entendamos que la capa era un elemento vital en aquellos tiempos. Cuando un prestamista cobraba la deuda de alguien y le sacaba todo, incluida la capa, tenía la obligación legal de devolvérsela al atardecer, porque el deudor debía usarla durante de la noche. Ante la posibilidad de acercarse al Señor, la capa, quizás la única posesión del ciego, va a parar vaya a saber adonde.

Ahora Bartimeo está frente a Jesús. Cara a cara. Las fronteras sociales se derrumbaron. Volaron como la capa. El ciego se planta delante de Jesús.

Quizás esperaba preguntas clásicas, por ejemplo, sobre sus creencias. Si sabía algo de quien era él. En una de esas le pedía que orase una oración de aquellas que se repiten en el Templo. Todo ese bagaje de idas y vueltas que se usa habitualmente cuando nos confrontamos con otra persona. Hay que saber con quien hablamos. Con quien nos juntamos.

Pero no. Bartimeo se sorprende. Jesús le dice una sola cosa. “¿Qué quieres que haga por ti?” Genio el escritor. Pero más genio aún el protagonista pues esa pregunta ilumina quien es él, quién es Jesús.

No es un legislador que trae la Ley para arrojársela en la cabeza. No es un religioso que pregunta si ora o si lee el libro sagrado. Menos aún interrogarlo acerca de si trae algo de dinero. No. Este caminante de la vida sólo pregunta: “¿Que necesitás?”.

Por supuesto, ni lerdo ni perezoso, el ciego contesta: “Quiero ver”. Brillante el registro del relator. Con un verbo y un sustantivo le pone contenido a ese deseo de Bartimeo cuando gritaba: “Ten misericordia de mí”.

Jesús, práctico, directo, no apela a ritos, ni ceremonias, ni movimientos mágicos. Utiliza la palabra diciéndole “Podés irte, estás sano porque confiaste en Dios”.

La cosa podría haber terminado ahí, pero el escritor descubre otro final. Al que hasta ese momento no veía, no le cae bien, en un principio, eso de que ahora se podía ir. ¿Adónde? ¿A sentarse al borde del camino como espectador de la vida? ¿A seguir pidiendo limosna? ¿A seguir manteniendo la imagen de una existencia lastimosa?

No. Para nada. Ahora recuperó la visión. Quiere ser protagonista y no mero espectador de la vida. Quiere mantener la alegría y el entusiasmo. No va a volver a ser especialista en colocar las posaderas sobre la vera del camino y en extender la mano por un poco de dinerillo.

Entonces, sin pedir permiso, ni discutir lo que se le dijo, ni averiguar que cláusulas tenía que respetar, decide seguir a Jesús.

El narrador, sin conocer a Borges y sus bien ganados pergaminos literarios, apela a la misma calidad de síntesis y detalla que “el ciego pudo ver de nuevo y siguió a Jesús por el camino”.

Alguien que leyó este relato me preguntó “¿Te diste cuenta lo que quiere decir esa frase?”. Sin esperar respuesta comentó. “El que era no vidente ve en Jesús algo más que un sanador del físico. Se le ilumina el entendimiento y descubre que Jesús es sanador de la vida”.

Oportuna reflexión. Así es. Cuando Jesús toca la vida de una persona, ésta se transforma. Comienza a valorizar su existencia. Ve su entorno de otra forma. Cambia sus prioridades.

Entiende que la vida es para ser actor de ella. Tira su capa. Pega un salto. Encuentra lo que buscaba. Le coloca contenido a ese deseo de vivir una vida digna.

Cuando dejamos la ceguera de los miedos y nos atrevemos a ver al Creador cara a cara, el desierto silencioso o el páramo abrumador de nuestras vidas, se transforma en el más maravilloso de los paisajes. La paz y la esperanza comienzan a formar parte del camino. La música de la fe nos acuna y conforta.

¡Arrojemos la capa! ¡Peguemos el salto!

¿Pude transmitirles aquello que les comenté al principio sobre la calidad de los escritores bíblicos? No se, pero también… ¡Pavada de asesor literario tenían!

Tampoco se si conseguí explicar eso de que hay relatos en la Biblia que son una pinturita… Acaso me faltaron medios ya que no soy poeta ni literato.

Posiblemente podrían ayudarme si la leemos juntos. Tal vez quieras conversar sobre estos temas. O sobre otros. Quizás a vos se te ocurran más opciones de cómo cambiar la existencia de espectadores por la de actores protagónicos de la vida.

Nos gustaría saberlo. Hablemos.
Por eso, desde la Iglesia Metodista de la calle Belgrano al 300, en Bahía Blanca, proponemos que… “Pensemos juntos la vida”.+ (PE)

Nota. Reflexión fue presentada en “Pensemos juntos la vida”, el programa semanal de radio de la Iglesia Metodista Central de Bahía Blanca. La edición radial la realizó Rubén Ash. Ver PreNot 8670 del 100119, La mujer de la joroba. PreNot 8689 100125

Fuente:
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4269

lunes, 25 de enero de 2010

Cuba envía a Haití médicos y no soldados


Enviamos médicos y no soldados

por Fidel Castro Ruz

En la Reflexión del 14 de enero, dos días después de la catástrofe de Haití que destruyó ese hermano y vecino país, escribí: “Cuba, a pesar de ser un país pobre y bloqueado, desde hace años viene cooperando con el pueblo haitiano. Alrededor de 400 médicos y especialistas de la salud prestan cooperación gratuita al pueblo haitiano. En 127 de las 137 comunas del país laboran todos los días nuestros médicos. Por otro lado, no menos de 400 jóvenes haitianos se han formado como médicos en nuestra Patria. Trabajarán ahora con el refuerzo de médicos nuestros que viajaron ayer para salvar vidas en esta crítica situación. Pueden movilizarse, por lo tanto, sin especial esfuerzo, hasta mil médicos y especialistas de la salud que ya están casi todos allí y dispuestos a cooperar con cualquier otro Estado que desee salvar vidas haitianas y rehabilitar heridos.”

“La situación es difícil -nos comunicó la jefa de la Brigada Médica Cubana- pero hemos comenzado ya a salvar vidas.”

Hora tras hora, de día y de noche, en las pocas instalaciones que quedaron en pie, en casas de campaña o en parques y lugares abiertos, por temor de la población a nuevos temblores, los profesionales cubanos de la salud comenzaron a laborar sin descanso.

La situación era más grave que lo imaginado inicialmente. Decenas de miles de heridos clamaban por auxilio en las calles de Puerto Príncipe, y un número incalculable de personas yacían, vivas o muertas, bajo las ruinas de barro o adobe con que habían sido construidas las viviendas de la inmensa mayoría de la población. Edificios, incluso más sólidos, se derrumbaron. Fue necesario además localizar, en medio de los barrios destruidos, a los médicos haitianos graduados de la ELAM, muchos de los cuales fueron afectados directa o indirectamente por la tragedia.

Funcionarios de Naciones Unidas quedaron atrapados en varios de sus albergues y se perdieron decenas de vidas, incluidos varios de los jefes de la MINUSTAH, una fuerza de Naciones Unidas, y se desconocía el destino de cientos de otros miembros de su personal.

El Palacio Presidencial de Haití se derrumbó. Muchas instalaciones públicas, incluso varias de carácter hospitalario, quedaron en ruinas.

La catástrofe conmovió al mundo, que pudo presenciar lo que estaba ocurriendo a través de las imágenes de los principales canales internacionales de televisión. De todas partes, los gobiernos anunciaron el envío de expertos en rescate, alimentos, medicinas, equipos y otros recursos.

De conformidad con la posición pública formulada por Cuba, personal médico de otras nacionalidades, como españoles, mexicanos, colombianos y de otros países, laboró arduamente junto a nuestros médicos en instalaciones que habíamos improvisado. Organizaciones como la OPS y países amigos como Venezuela y de otras naciones suministraron medicamentos y variados recursos. Una ausencia total de protagonismo y chovinismo caracterizó la conducta intachable de los profesionales cubanos y sus dirigentes.

Cuba, al igual que lo ha hecho en situaciones similares, como cuando el Huracán Katrina causó grandes estragos en la ciudad de Nueva Orleáns y puso en peligro la vida de miles de norteamericanos, ofreció el envío de una brigada médica completa para cooperar con el pueblo de Estados Unidos, un país que, como se conoce, posee inmensos recursos, pero lo que se necesitaba en ese instante eran médicos entrenados y equipados para salvar vidas. Por su ubicación geográfica, más de mil médicos de la Brigada “Henry Reeve” estaban organizados y listos con los medicamentos y equipos pertinentes para partir a cualquier hora del día o de la noche hacia esa ciudad norteamericana. Por nuestra mente no pasó siquiera la idea de que el Presidente de esa nación rechazara la oferta y permitiera que un número de norteamericanos que podían salvarse perdieran la vida. El error de ese Gobierno tal vez consistió en su incapacidad para comprender que el pueblo de Cuba no ve en el pueblo norteamericano un enemigo, ni como culpable de las agresiones que ha sufrido nuestra Patria.

Tampoco aquel Gobierno fue capaz de comprender que nuestro país no necesita mendigar favores o perdones de quienes durante medio siglo han tratado inútilmente de ponernos de rodillas.

Nuestro país, igualmente en el caso de Haití, accedió de inmediato a las solicitudes de sobrevuelo en la región oriental de Cuba y a otras facilidades que requerían las autoridades de Estados Unidos para prestar asistencia lo más rápidamente posible a los ciudadanos norteamericanos y haitianos afectados por el terremoto.

Estas normas han caracterizado la conducta ética de nuestro pueblo que, unido a su ecuanimidad y firmeza, han sido los rasgos permanentes de nuestra política exterior. Eso lo conocen bien cuantos han sido adversarios nuestros en la esfera internacional.

Cuba defenderá firmemente el criterio de que la tragedia que ha tenido lugar en Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental, constituye un reto a los países más ricos y poderosos de la comunidad internacional.

Haití es un producto neto del sistema colonial, capitalista imperialista impuesto al mundo. Tanto la esclavitud en Haití como su ulterior pobreza fueron impuestas desde el exterior. El terrible sismo se produce después de la Cumbre de Copenhague, donde fueron pisoteados los derechos más elementales de 192 Estados que forman parte de la Organización de Naciones Unidas.

Tras la tragedia, se ha desatado en Haití una competencia por la adopción precipitada e ilegal de niños y niñas, que obligó a que la UNICEF tomara medidas preventivas contra el desarraigo de muchos niños, que despojaría a familiares allegados de tales derechos.

El número de víctimas mortales sobrepasa ya las cien mil personas. Una elevada cifra de ciudadanos ha perdido brazos o piernas, o ha sufrido fracturas que requieren rehabilitación para el trabajo o el desenvolvimiento de sus vidas.

El 80% del país debe ser reconstruido y crear una economía suficientemente desarrollada para satisfacer las necesidades en la medida de sus capacidades productivas. La reconstrucción de Europa o Japón, a partir de la capacidad productiva y el nivel técnico de la población, era una tarea relativamente sencilla en comparación con el esfuerzo a realizar en Haití. Allí, como en gran parte de África y en otras áreas del Tercer Mundo, es indispensable crear las condiciones para un desarrollo sostenible. En solo 40 años la humanidad tendrá más de 9 mil millones de habitantes, y enfrenta el reto de un cambio climático que los científicos aceptan como una realidad inevitable.

En medio de la tragedia haitiana, sin que nadie sepa cómo y por qué, miles de soldados de las unidades de infantería de marina de Estados Unidos, tropas aerotransportadas de la 82 División y otras fuerzas militares han ocupado el territorio de Haití. Peor aún, ni la Organización de Naciones Unidas, ni el Gobierno de Estados Unidos han ofrecido una explicación a la opinión pública mundial de estos movimientos de fuerzas.

Varios Gobiernos se quejan de que sus medios aéreos no han podido aterrizar y transportar los recursos humanos y técnicos enviados a Haití.

Diversos países anuncian, por su parte, el envío adicional de soldados y equipos militares. Tales hechos, desde mi punto de vista, contribuirían a caotizar y complicar la cooperación internacional, ya de por sí compleja. Es necesario discutir seriamente el tema y asignar a la Organización de Naciones Unidas el papel rector que le corresponde en este delicado asunto.

Nuestro país cumple una tarea estrictamente humanitaria. En la medida de sus posibilidades contribuirá con los recursos humanos y materiales que estén a su alcance. La voluntad de nuestro pueblo, orgulloso de sus médicos y cooperantes en actividades vitales, es grande y estará a la altura de las circunstancias.

Cualquier cooperación importante que se ofrezca a nuestro país no será rechazada, pero su aceptación estará subordinada por entero a la importancia y trascendencia de la ayuda que se requiera de los recursos humanos de nuestra Patria.

Es justo consignar que, hasta este instante, nuestros modestos medios aéreos y los importantes recursos humanos que Cuba ha puesto a la disposición del pueblo haitiano no han tenido dificultad alguna en llegar a su destino.

¡Enviamos médicos y no soldados!

Fidel Castro Ruz

Enero 23 de 2010

5 y 30 p.m.

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Fuente:
http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/01/23/enviamos-medicos-y-no-soldados/