Si las Iglesias no conocen las preguntas no pueden dar las respuestas
Sobre una entrevista al Pastor Norberto Saracco.
Por Domingo Riorda.
“En esta entrevista están las partes más importantes de un diálogo de casi dos horas con un hombre afable, gustoso tanto de escuchar al cantante de tangos Raúl Lavié en algún local del barrio porteño de San Telmo como de convencer a sus pares sobre la necesidad de hacer lo que denomina ´teología de anticipación´, es decir ´reflexión teológica´ para enfrentar los problemas ´que se vendrán en los próximos cinco años´” explicita la agencia de noticias Pulso Cristiano al introducir la extensa entrevista al Pastor Norberto Saracco, importante dirigente pentecostal en el orden nacional e internacional, que fue realizada por David A. Kohler y editada por César Dergarabedian, ambos responsables de Pulso Cristiano.
Saracco, nacido en Mar del Plata en 1947, fundó el seminario FIET en 1977 y desde 1987 pastorea la Iglesia Buenas Nuevas, en el barrio porteño de Parque Avellaneda. Sus primeras predicaciones fueron a los 12 años en San Vicente y en el barrio La Perlita, en el partido de Moreno, en el oeste del Gran Buenos Aires. La iglesia que pastorea forma parte de una comunidad de150 iglesias Saracco se identifica como “pastor”, pero aclara que “mis amigos me hicieron teólogo”.
Ante la pregunta de “¿Cómo ve hoy al movimiento evangélico en la Argentina?” Saracco responde que “Crecimos pero no ha habido transformación social”. Afirma que “si uno tiene un mínimo de integridad espiritual e intelectual tenés que preguntarte por qué y hacerte cargo. Creo que en este momento la cosa pasa por ahí, está todo bien, el show… Hemos predicado un evangelio tan superficial que no hemos afectado las vidas. Hemos pensado que la transformación social viene por la política, por influenciar esferas de gobierno y hemos renunciado al abecé de los evangélicos, que son las vidas transformadas. Se da toda una secuencia en el Congreso y la política en general que en última instancia significa creer que las leyes cambian a las personas”.
Desde es postura, quien se recibió de Doctor en Teología en la Universidad de Birmingham, Inglaterra, con Walter Hollenberger, erudito sobre estudios pentecostales, opina que “La función de las iglesias es formar vidas pero la realidad nos muestra que los índices de divorcios son casi similares en la iglesia y fuera de ella y lo mismo pasa con la violencia familiar y los datos sobre la juventud. Hemos apostado a los eventos y los eventos no cambian vidas, hemos hecho el gran show evangélico. Es importante que la gente esté contenta pero eso no cambia vidas. Al no haber cambio de vidas el producto son acciones que no reflejan el cambio. Cuando vos cambiás lo de abajo, lo de arriba cae solo. La participación de los cristianos en la política -y digo esto con la advertencia de que tengo formación política y es un tema que me encanta- con la pretensión de representar a los evangélicos es de cuarta. Que el cambio venga a través de la política es negar el evangelio”.
Por cierto que Saracco no es un iniciado en el conocimiento social. En la entrevista de Pulso Cristiano afirma que “El líder que más me afectó fue Martin Luther King” quien “lo que predicaba tuvo implicancia política, cambió la historia con la coherencia del evangelio, esa coherencia le costó la vida” por lo que “Si yo soy un predicador tengo un poder y no voy a cambiar eso para irme a la banca. El engaño está en pensar que yo que fui escogido para el púlpito voy a tener más poder de transformación fuera del púlpito, es un terrible engaño que se da por la seducción del poder”
Otros líderes impresionaron a quien se doctoró con la tesis “Historia y teología del pentecostalismo en la Argentina”. Uno de ellos obispo anglicano de Sud Africa, Desmond Tutu. Otro Juan Calvino “que afectó hasta hoy desde Ginebra a toda Suiza” por lo que se siente habilitado a responder el interrogante periodístico sobre la “seducción del poder” explicitando que “Hemos caído en la tentación de creer que el cambio viene por el poder y el cambio viene por la cruz. Eso es el antievangelio, no hay mayor debilidad que la cruz, es dar vuelta el evangelio y caímos en la seducción del poder. Comenzamos la búsqueda del poder porque somos muchos y creemos que por eso podemos hacer cambios, pero la sociedad no cambió y nosotros nos hemos corrompido en los últimos 20 años”
Saracco aprecia la movilización juvenil evangélica que se produce en distintos lugares pero tiene su propia interpretación. Al comentar la presentación que Alejandro Gómez, pastor de la organización evangélica Juvenil Jesús Warriors, hizo en el Congreso de COICOM, comenta que “me pareció un lindo proyecto. La idea es movilizar a los jóvenes a nivel mundial, imprimir valores en la juventud” pero “yo le planteaba que usar esta creatividad y estos recursos para hacer eventos sería una pérdida de tiempo. Los eventos no producen cambios de vida sino los procesos”
Conocedor de la relevancia de los “procesos” en distintas áreas de la vida, Saracco cree que “más interesante es preguntarse si no había llegado el tiempo de que con semejante movilización los jóvenes se preguntaran por qué pasa lo que pasa” refiriéndose “al avance del alcohol, de la droga” frente a los cuales se pregunta “¿Por qué están esos problemas? ¿Qué pasa con las mafias del Gobierno que permiten que funcionen? Hay que transformar esa fuerza juvenil en una fuerza de confrontación con los sistemas mafiosos. Eso sería el aporte de la iglesia evangélica”
A la atinada observación del periodista entrevistador, David A. Kohler, sobre que “Una confrontación que no necesariamente tiene que venir de la política”, el líder pentecostal avanza sosteniendo que “Si no levantamos el problema del por qué, hoy perdemos el tiempo, ahí es cuando te ponés incómodo y molesto. Cuando hablamos de evangelio integral pensamos en predicar y ayuda social, pero el evangelio integral verdadero es predicar, ayudar al pobre y levantar la pregunta del por qué. Y es entonces que empezás a incomodar. Hoy la iglesia tiene que decidir si va a seguir siendo simpática con los poderes del mundo o los va a confrontar”
El pastor, quien ejerce dones literarios y está enfrascado en un libro “referido al diálogo católico-pentecostal, iniciado en 1972”, es específico al expresar que “La iglesia siempre está en la vereda de enfrente, porque no hay estructura humana que represente cien por ciento a la iglesia”
Aprecia que él como ciudadano puede tener opciones particulares “pero como iglesia siempre tengo que ir al frente”. dándose la libertad de comentar que “La iglesia es puro cholulismo cuando va tras la foto. No la veo ahora en una postura crítica. Cayó en la tentación de la alfombra roja y el café. Y si no pregunta, no molesta. Yo espero que lleguemos al por qué, lo veo como un paso próximo, porque ya nos sacamos la foto”
Preocupado por estas cuestiones y frente al desafío del periodista de “¿Cómo están hoy los seminarios teológicos?”, Saracco sentencia que “nuestros seminarios tienen una visión arqueológica: preparamos a nuestros estudiantes para un mundo que no existe, hay un gran divorcio entre formación teológica y la iglesia. Se sigue premiando cuánto saben los estudiantes sobre (teólogos como Karl) Barth, o (Paul) Tillich. Es bueno eso, porque no somos una iglesia de generación espontánea, pero si eso es todo quedamos al margen de lo que es la vida de la iglesia. Los seminarios no dan respuesta a lo que pasa en la iglesia. En los libros no se lee lo que pasa. Cuando uno ve cómo responden a los problemas sociales la iglesia no entiende los problemas”
Sobre ese particular, saber lo que pasa y lo que se viene, el entrevistador le pregunta “¿Qué es la teología del futuro?” Saracco explica que “Los procesos de cambios sociales son cada vez más rápidos, esto significa que tenemos menos tiempo para hacer la reflexión teológica. Antes, un teólogo tenía dos siglos para reflexionar cierta problemática pero hoy tenemos cinco años solamente. Lo que yo planteo, entonces, es que así como las empresas en el mundo tiene expertos y dicen ´dentro de diez años esto va por acá´, o por lo menos tienen ideas, tendencias, creo que hoy parte de la teoría teológica debería conocer a dónde estamos yendo para anticiparnos a la reflexión teológica”.
El entrevistado amplía. “Me interesa saber, por ejemplo, dónde va estar el desarrollo genético en los próximos cinco años y así voy a poder reflexionar y tener una respuesta para eso, necesito saber cuáles van a ser los problemas más acuciantes del futuro. Hoy estoy muy preocupado tratando de investigar cuáles serían los problemas que se nos vienen encima o el desarrollo de la ciencia, de tal manera que podamos elaborar una teología de anticipación”
En la extensa entrevista Saracco aprecia como “muy seria” la investigación de Fortunato Mallimacci donde se arroja el dato “que los evangélicos representan el 9 por ciento de la población en la Argentina” Fiel a su estilo no puede detener el agregado de que “El otro dato es que el 9 por ciento son evangélicos y el 8 por ciento son pentecostales y carismáticos”. Código conversacional similar al que utiliza cuando opina que la Teología de la Liberación “ha hecho un aporte muy importante” y que “La teología de la liberación hizo opción preferencial por los pobres y los pobres por los pentecostales”
En ese ritmo claro, conciso, Saracco esta al tanto de los cambios actuales en la movilidad de la gente “La persona está dispuesta a ir a la iglesia en la misma dirección en que va al trabajo, y a emplear el mismo tiempo que le toma ir al trabajo para ir a la iglesia. Y esto no tiene que ver con la espiritualidad”.
Descubre a los “cristianos vacunados”. “En todos los países de América latina es igual o superior el porcentaje de gente que fue evangélica y que ya no lo es al que efectivamente es evangélico…gente con pequeñas dosis del evangelio, que se bautizó y si vos la confrontás, te dicen que son evangélicos porque no son musulmanes, pero en la práctica no son nada.”
Aprecia al Cardenal Jorge Bergoglio, “un hombre que me ha impactado por su sencillez y por su profunda espiritualidad, un hombre que lo que yo veo es que ama al Señor…. Estamos hablando de un cardenal, de alguien que casi fue Papa. Estamos hablando de alguien que cuando vos lo llamás si él no está en el momento no pasa el día sin que te responda el llamado personalmente. Eso no existe en nuestro mundo evangélico. Son cosas que valoro... nos juntamos periódicamente a orar”.
Resalta la figura del laico católicoromano uruguayo, Guzmán Carraquiry, subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, “un varón lleno del Espíritu, una cosa increíble cómo encontrar esas perlas en semejantes cosas. Yo me encuentro más cerca de esa gente que de muchos de los apóstoles de la prosperidad que andan por ahí y no tengo nada que ver”
Abre el paraguas a equivocas interpretaciones aclarando que “Eso no significa que yo me compro el paquete del Vaticano, pero tampoco me compro el paquete de la iglesia evangélica. Yo decido con quién vincularme. No es una decisión personal, sino de visión de unidad de la iglesia, que pasa por la unidad”.
El dirigente pentecostal, que es Norberto Saracco, se compromete abiertamente al opinar sobre la espiritualidad en las iglesias “Seguimos teniendo una pastoral de la familia Ingalls, que no existe, seguimos hablando del culto familiar, papá, mamá, tomando café al lado de la chimenea. Esa familia no existe y no hemos desarrollado una pastoral para la familia Simpson. Está mal, no me gusta, es pecado, está bien, pero no damos respuesta. Entonces el evangelio deja de ser respuesta, no porque no sea respuesta, sino porque no sabemos escuchar preguntas. Y como no respondemos a las preguntas, el evangelio deja de ser respuesta”+ (PE).
PreNot 8693
100127
Fuente:
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4273
Saracco, nacido en Mar del Plata en 1947, fundó el seminario FIET en 1977 y desde 1987 pastorea la Iglesia Buenas Nuevas, en el barrio porteño de Parque Avellaneda. Sus primeras predicaciones fueron a los 12 años en San Vicente y en el barrio La Perlita, en el partido de Moreno, en el oeste del Gran Buenos Aires. La iglesia que pastorea forma parte de una comunidad de150 iglesias Saracco se identifica como “pastor”, pero aclara que “mis amigos me hicieron teólogo”.
Ante la pregunta de “¿Cómo ve hoy al movimiento evangélico en la Argentina?” Saracco responde que “Crecimos pero no ha habido transformación social”. Afirma que “si uno tiene un mínimo de integridad espiritual e intelectual tenés que preguntarte por qué y hacerte cargo. Creo que en este momento la cosa pasa por ahí, está todo bien, el show… Hemos predicado un evangelio tan superficial que no hemos afectado las vidas. Hemos pensado que la transformación social viene por la política, por influenciar esferas de gobierno y hemos renunciado al abecé de los evangélicos, que son las vidas transformadas. Se da toda una secuencia en el Congreso y la política en general que en última instancia significa creer que las leyes cambian a las personas”.
Desde es postura, quien se recibió de Doctor en Teología en la Universidad de Birmingham, Inglaterra, con Walter Hollenberger, erudito sobre estudios pentecostales, opina que “La función de las iglesias es formar vidas pero la realidad nos muestra que los índices de divorcios son casi similares en la iglesia y fuera de ella y lo mismo pasa con la violencia familiar y los datos sobre la juventud. Hemos apostado a los eventos y los eventos no cambian vidas, hemos hecho el gran show evangélico. Es importante que la gente esté contenta pero eso no cambia vidas. Al no haber cambio de vidas el producto son acciones que no reflejan el cambio. Cuando vos cambiás lo de abajo, lo de arriba cae solo. La participación de los cristianos en la política -y digo esto con la advertencia de que tengo formación política y es un tema que me encanta- con la pretensión de representar a los evangélicos es de cuarta. Que el cambio venga a través de la política es negar el evangelio”.
Por cierto que Saracco no es un iniciado en el conocimiento social. En la entrevista de Pulso Cristiano afirma que “El líder que más me afectó fue Martin Luther King” quien “lo que predicaba tuvo implicancia política, cambió la historia con la coherencia del evangelio, esa coherencia le costó la vida” por lo que “Si yo soy un predicador tengo un poder y no voy a cambiar eso para irme a la banca. El engaño está en pensar que yo que fui escogido para el púlpito voy a tener más poder de transformación fuera del púlpito, es un terrible engaño que se da por la seducción del poder”
Otros líderes impresionaron a quien se doctoró con la tesis “Historia y teología del pentecostalismo en la Argentina”. Uno de ellos obispo anglicano de Sud Africa, Desmond Tutu. Otro Juan Calvino “que afectó hasta hoy desde Ginebra a toda Suiza” por lo que se siente habilitado a responder el interrogante periodístico sobre la “seducción del poder” explicitando que “Hemos caído en la tentación de creer que el cambio viene por el poder y el cambio viene por la cruz. Eso es el antievangelio, no hay mayor debilidad que la cruz, es dar vuelta el evangelio y caímos en la seducción del poder. Comenzamos la búsqueda del poder porque somos muchos y creemos que por eso podemos hacer cambios, pero la sociedad no cambió y nosotros nos hemos corrompido en los últimos 20 años”
Saracco aprecia la movilización juvenil evangélica que se produce en distintos lugares pero tiene su propia interpretación. Al comentar la presentación que Alejandro Gómez, pastor de la organización evangélica Juvenil Jesús Warriors, hizo en el Congreso de COICOM, comenta que “me pareció un lindo proyecto. La idea es movilizar a los jóvenes a nivel mundial, imprimir valores en la juventud” pero “yo le planteaba que usar esta creatividad y estos recursos para hacer eventos sería una pérdida de tiempo. Los eventos no producen cambios de vida sino los procesos”
Conocedor de la relevancia de los “procesos” en distintas áreas de la vida, Saracco cree que “más interesante es preguntarse si no había llegado el tiempo de que con semejante movilización los jóvenes se preguntaran por qué pasa lo que pasa” refiriéndose “al avance del alcohol, de la droga” frente a los cuales se pregunta “¿Por qué están esos problemas? ¿Qué pasa con las mafias del Gobierno que permiten que funcionen? Hay que transformar esa fuerza juvenil en una fuerza de confrontación con los sistemas mafiosos. Eso sería el aporte de la iglesia evangélica”
A la atinada observación del periodista entrevistador, David A. Kohler, sobre que “Una confrontación que no necesariamente tiene que venir de la política”, el líder pentecostal avanza sosteniendo que “Si no levantamos el problema del por qué, hoy perdemos el tiempo, ahí es cuando te ponés incómodo y molesto. Cuando hablamos de evangelio integral pensamos en predicar y ayuda social, pero el evangelio integral verdadero es predicar, ayudar al pobre y levantar la pregunta del por qué. Y es entonces que empezás a incomodar. Hoy la iglesia tiene que decidir si va a seguir siendo simpática con los poderes del mundo o los va a confrontar”
El pastor, quien ejerce dones literarios y está enfrascado en un libro “referido al diálogo católico-pentecostal, iniciado en 1972”, es específico al expresar que “La iglesia siempre está en la vereda de enfrente, porque no hay estructura humana que represente cien por ciento a la iglesia”
Aprecia que él como ciudadano puede tener opciones particulares “pero como iglesia siempre tengo que ir al frente”. dándose la libertad de comentar que “La iglesia es puro cholulismo cuando va tras la foto. No la veo ahora en una postura crítica. Cayó en la tentación de la alfombra roja y el café. Y si no pregunta, no molesta. Yo espero que lleguemos al por qué, lo veo como un paso próximo, porque ya nos sacamos la foto”
Preocupado por estas cuestiones y frente al desafío del periodista de “¿Cómo están hoy los seminarios teológicos?”, Saracco sentencia que “nuestros seminarios tienen una visión arqueológica: preparamos a nuestros estudiantes para un mundo que no existe, hay un gran divorcio entre formación teológica y la iglesia. Se sigue premiando cuánto saben los estudiantes sobre (teólogos como Karl) Barth, o (Paul) Tillich. Es bueno eso, porque no somos una iglesia de generación espontánea, pero si eso es todo quedamos al margen de lo que es la vida de la iglesia. Los seminarios no dan respuesta a lo que pasa en la iglesia. En los libros no se lee lo que pasa. Cuando uno ve cómo responden a los problemas sociales la iglesia no entiende los problemas”
Sobre ese particular, saber lo que pasa y lo que se viene, el entrevistador le pregunta “¿Qué es la teología del futuro?” Saracco explica que “Los procesos de cambios sociales son cada vez más rápidos, esto significa que tenemos menos tiempo para hacer la reflexión teológica. Antes, un teólogo tenía dos siglos para reflexionar cierta problemática pero hoy tenemos cinco años solamente. Lo que yo planteo, entonces, es que así como las empresas en el mundo tiene expertos y dicen ´dentro de diez años esto va por acá´, o por lo menos tienen ideas, tendencias, creo que hoy parte de la teoría teológica debería conocer a dónde estamos yendo para anticiparnos a la reflexión teológica”.
El entrevistado amplía. “Me interesa saber, por ejemplo, dónde va estar el desarrollo genético en los próximos cinco años y así voy a poder reflexionar y tener una respuesta para eso, necesito saber cuáles van a ser los problemas más acuciantes del futuro. Hoy estoy muy preocupado tratando de investigar cuáles serían los problemas que se nos vienen encima o el desarrollo de la ciencia, de tal manera que podamos elaborar una teología de anticipación”
En la extensa entrevista Saracco aprecia como “muy seria” la investigación de Fortunato Mallimacci donde se arroja el dato “que los evangélicos representan el 9 por ciento de la población en la Argentina” Fiel a su estilo no puede detener el agregado de que “El otro dato es que el 9 por ciento son evangélicos y el 8 por ciento son pentecostales y carismáticos”. Código conversacional similar al que utiliza cuando opina que la Teología de la Liberación “ha hecho un aporte muy importante” y que “La teología de la liberación hizo opción preferencial por los pobres y los pobres por los pentecostales”
En ese ritmo claro, conciso, Saracco esta al tanto de los cambios actuales en la movilidad de la gente “La persona está dispuesta a ir a la iglesia en la misma dirección en que va al trabajo, y a emplear el mismo tiempo que le toma ir al trabajo para ir a la iglesia. Y esto no tiene que ver con la espiritualidad”.
Descubre a los “cristianos vacunados”. “En todos los países de América latina es igual o superior el porcentaje de gente que fue evangélica y que ya no lo es al que efectivamente es evangélico…gente con pequeñas dosis del evangelio, que se bautizó y si vos la confrontás, te dicen que son evangélicos porque no son musulmanes, pero en la práctica no son nada.”
Aprecia al Cardenal Jorge Bergoglio, “un hombre que me ha impactado por su sencillez y por su profunda espiritualidad, un hombre que lo que yo veo es que ama al Señor…. Estamos hablando de un cardenal, de alguien que casi fue Papa. Estamos hablando de alguien que cuando vos lo llamás si él no está en el momento no pasa el día sin que te responda el llamado personalmente. Eso no existe en nuestro mundo evangélico. Son cosas que valoro... nos juntamos periódicamente a orar”.
Resalta la figura del laico católicoromano uruguayo, Guzmán Carraquiry, subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, “un varón lleno del Espíritu, una cosa increíble cómo encontrar esas perlas en semejantes cosas. Yo me encuentro más cerca de esa gente que de muchos de los apóstoles de la prosperidad que andan por ahí y no tengo nada que ver”
Abre el paraguas a equivocas interpretaciones aclarando que “Eso no significa que yo me compro el paquete del Vaticano, pero tampoco me compro el paquete de la iglesia evangélica. Yo decido con quién vincularme. No es una decisión personal, sino de visión de unidad de la iglesia, que pasa por la unidad”.
El dirigente pentecostal, que es Norberto Saracco, se compromete abiertamente al opinar sobre la espiritualidad en las iglesias “Seguimos teniendo una pastoral de la familia Ingalls, que no existe, seguimos hablando del culto familiar, papá, mamá, tomando café al lado de la chimenea. Esa familia no existe y no hemos desarrollado una pastoral para la familia Simpson. Está mal, no me gusta, es pecado, está bien, pero no damos respuesta. Entonces el evangelio deja de ser respuesta, no porque no sea respuesta, sino porque no sabemos escuchar preguntas. Y como no respondemos a las preguntas, el evangelio deja de ser respuesta”+ (PE).
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