jueves, 30 de noviembre de 2017

Todavía existe legislación que discrimina a las mujeres.


Foto: En algunos países, la legislación establece que las mujeres no pueden acceder a la herencia y tenencia de las tierras. Esto se considera una legislación discriminatoria. Foto: ONU Mujeres


Aunque los tiempos en que las mujeres por ley no podían votar o estudiar han sido superados, en América Latina y el Caribe todavía existen leyes que discriminan a las mujeres en distintos ámbitos. El Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), junto con ONU Mujeres, está realizando un mapeo de leyes discriminatorias en la región con miras a facilitar su derogación.

ONU Mujeres, 28 de noviembre, 2017.- En América Latina y el Caribe hay mujeres que, por ley, en pleno 2017, no pueden heredar tierras, no pueden acceder a ciertos trabajos, como la minería, o no pueden darle su nacionalidad a los hijos e hijas que tengan.

“Todavía existe legislación que discrimina a las mujeres, impidiéndoles el ejercicio de ciertos derechos. Esa era la norma hasta bien entrado el siglo XX, en particular para los derechos civiles y políticos. El derecho a votar, a ser elegidas para cargos públicos, a la educación, al empleo y otros derechos ciudadanos eran negados a las mujeres. La legislación representaba el orden social en el cual los hombres dominaban el mundo público, y las mujeres permanecían relegadas al mundo privado, y aún dentro del mundo privado, no tenían igualdad de condiciones con los varones”, explica Natalia Gherardi, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género.

“La mayor parte de las barreras formales de acceso a derechos, es decir, la legislación que excluye a las mujeres de ciertos derechos, se ha superado; sin embargo, algunas todavía persisten tanto en la legislación política como en la normativa que regula la vida familiar, la vida social y la vida laboral”.



Natalia Gherardi, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). Foto: ELA



Gherardi, desde el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, en colaboración con ONU Mujeres, realiza un estudio para identificar a nivel regional cuáles son esas leyes que discriminan a las mujeres. “Lo primero que tenemos que hacer en la ruta hacia legislaciones libres de discriminación es identificar cuáles son esas leyes que explícitamente, e indirectamente también, están discriminando a las mujeres, para reformarlas y mejorarlas desde la agenda de los Congresos”, explicó Luiza Carvalho, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

“Las leyes, como base normativa de nuestras sociedades, también construyen la manera en la que vemos al mundo, y si algunas de estas leyes son discriminatorias, tenemos que atacar el problema de raíz, hasta lograr que el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y sociedades igualitarias desde su normativa”.

El Equipo Latinoamericano de Justicia de Género, además de colaborar con ONU Mujeres para identificar y erradicar la legislación discriminatoria, trabaja para alcanzar la igualdad de género de manera sustantiva en la región, y puede conocer más de su trabajo aquí.
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Fuente: Servindi

miércoles, 29 de noviembre de 2017

República Centroafricana: la crisis humanitaria ignorada por los medios.

Claire Bourgeois
Coordinadora humanitaria de la ONU en RCA
Cuando, en marzo de 2013, el grupo armado Seleka entró en Bangui, la capital de la República Centroafricana, miles de personas huyeron de sus casas y buscaron refugio en el aeropuerto de la ciudad. Empleando antiguos hangares y aviones abandonados como techo y durmiendo allí donde pudieron colocar una esterilla, decenas de miles de personas sobreviven junto a las pistas de aterrizaje activas del aeropuerto internacional Mpoko.


Feitouana Ornella llegó aquí en 2014, tras caminar cinco kilómetros.Al llegar al improvisado campo del aeropuerto, dio a luz a la pequeña Debora Gbane.


“Es muy difícil conseguir comida aquí, si lo logro, como solo una vez al día”, relata Feitouana, con su hija en brazos. “Si no como, no puedo amamantar, es muy duro estar aquí”. El aeropuerto de Bangui puede ofrecer poco más que un refugio seguro frente a los combates a sus habitantes. Las condiciones higiénicas son muy deficientes y los refugiados padecen una ausencia alarmante de comida y medicamentos. “Aquí no hay medicinas, soy católica y solo puedo rezar y poner este rosario a mi nieto y esperar a que se cure”, cuenta la desplazada Germaine Yassipou, con su nieto, enfermo de malaria, abrazado a su torso.


La situación ha mejorado poco desde 2013. A pesar de que la milicia Seleka se desmovilizó y se firmó un acuerdo de paz con la milicia anti-Balaka en 2015, la violencia sigue presente por todo el país. Tras la celebración de elecciones democráticas en 2016, las tropas francesas presentes en la República Centroafricana se marcharon, permaneciendo una misión internacional de la ONU bajo el nombre de Minusca. Desde mayo de este año, un recrudecimiento de los enfrentamientos, que ha sido ignorado por los medios de comunicación internacionales, ha provocado una nueva oleada de desplazamientos forzados, llevando a que se registren los datos más altos de refugiados y desplazados desde el comienzo de la crisis en 2013 como aparece en el gráfico.

LA DESNUTRICIÓN SE CEBA CON LOS MÁS PEQUEÑOS


La desnutrición es, probablemente, el mayor peligro para los casi medio millón de refugiados de la República Centroafricana que van llegando a las fronteras de los países vecinos. Para finales de agosto, Camerún acogía a 236.000 refugiados centroafricanos. Houriatou llegó a Camerún en 2014, junto con su nieto de 18 meses, Djaratou. Tras soportar el largo viaje, el bebé falleció de malnutrición severa ya en el pueblo de Batouri, al este de Camerún. “Caminamos durante tres meses por el bosque, fue terrible”, recordaba Houriatou en la cama de un hospital de Camerún, poco después de la muerte de su nieto. “Caminamos hasta que se nos hincharon los pies”.





FueEl caso del nieto de Houriatou no es excepcional. Solo en el hospital de Batouri, otros 100 niños fueron tratados de malnutrición severa con unos medios muy reducidos. El 60,5% de las personas afectadas por el desplazamiento en la República Centroafricana son menores de 18 años y la desnutrición afecta principalmente a los niños, a quienes en los dos primeros años de vida podrá dejar consecuencias irreversibles en su desarrollo.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, ha advertido de que, si el resurgimiento de la violencia continúa de forma tan descontrolada, los progresos realizados hasta ahora hacia la paz y la estabilidad se verán revertidos. “Desde mayo de 2017, nuevos combates entre grupos armados en la República Centroafricana han provocado sufrimientos, muerte y destrucción de la propiedad”, declaró Andrej Mahecic, portavoz de ACNUR, el 15 de septiembre. “Muchos nuevos desplazados dicen haber sido testigos de asesinatos, robos, saqueos y secuestros”, añadía.
UN SÍMBOLO DE RECONCILIACIÓN, EN MEDIO DE LA VIOLENCIA

En la orilla sur del río Oubangui, que forma la frontera entre la República Centroafricana y la República Democrática del Congo, atravesado por miles de refugiados en su huida del país, se localiza un centro de esperanza en medio de la violencia. En este centro de refugio en la ciudad congoleña de Zongo, madres musulmanas y cristianas han sido asistidas en sus partos, pudiendo dar a luz a sus hijos con seguridad e higiene, y miles de refugiados del vecino país del norte han sido acogidos, indistintamente de su religión. El centro fue regentado durante 30 años por la monja italiana María Concetta, de 84 años, y por el imán Moussa Bawa, que, tras fallecer en 2016, fue sustituido por el joven Moustafa Mobito, de 34 años.

“Siendo el líder musulmán, tuvo que perseverar con su mensaje de dejar la guerra, de perdonar y de buscar la paz”, recuerda del imán Moussa Bawa la madre María, en cuya enfermería, han nacido más de 33.000 niños. “Cuando tratas con gente que ha sufrido, no es fácil llevarles de vuelta al camino correcto”, aseguraba la monja, poco después de la muerte del líder musulmán.

Para ACNUR, la olvidada crisis de refugiados de la República Centroafricana es “una de las que padecen una mayor falta de financiación de todas las emergencias humanitarias en el mundo”, y el retorno voluntario de los refugiados solo podrá darse si se apoya completamente una transición hacia la paz y la estabilidad. A pesar del dolor causado por la muerte del imán Moussa Bawa, la hermana María Concetta y el nuevo imán, continuarán aportando su granito de arena para la reconciliación de un país que apenas ha conocido la paz desde que comenzara el nuevo siglo.

martes, 28 de noviembre de 2017

El Misterio del mundo.


José Arregi

Quien mira de verdad, no puede menos que admirar el Misterio del mundo, tan infinitamente complejo y armonioso a la vez: que haya amanecido esta mañana lluviosa y tibia de otoño, que nuestros pulmones respiren por sí mismos y nuestro corazón siga latiendo sin saberlo nosotros, que esas grandes gaviotas vuelen tan plácidamente, que el mar y la montaña estén ahí, siempre iguales y cambiantes, que exista la Madre Tierra que nos engendra y nutre a todos los vivientes gracias al sol y sea nuestra casa común, a pesar de que nosotros, los pobres humanos, nos empeñemos tan insensata y dramáticamente en romper la comunión y la armonía de todo lo que es.
Que nuestra Tierra y nuestro sol no seamos, sin embargo, más que una parte infinitesimal de nuestra galaxia, que haya en ella entre 200 y 400 mil millones de estrellas con sus respectivos planetas, muchísimos de ellos habitados sin duda por seres vivientes tal vez menos o tal vez más inteligentes que nosotros, que la estrella más cercana esté a más de 4 años luz –es decir, que la luz, a 300 mil kilómetros por segundo, necesite más de cuatro años para llegar desde dicha estrella hasta nosotros–, que la estrella más lejana visible a simple vista esté a 11.600 años luz, que nuestra galaxia tenga un diámetro de 100 mil millones de años luz, y que existan hasta un billón de galaxias similares a la nuestra y otras nuevas se estén formando, que el universo se esté expandiendo y la expansión se esté acelerando, que el diámetro del universo actual mida 93 mil millones de años luz… Nos faltan ceros. Se nos corta el aliento.
Que todo este universo esté formado de los mismos átomos, y que dentro de cada átomo –formado a su vez de electrón, núcleo y centenares de partículas atómicas– se abra otro universo inmensamente pequeño que se mide en micrómetros, nanómetros, picómetros, femtómetros, attómetros, zeptómetros y yoctómetros, millonésima, milmillonésima, billonésima, milbillonésima, trillonésima, miltrillonésima y cuatrillonésima de metro respectivamente… Dentro es fuera. Nos trastorna el vértigo.
Todo lo que es son formas que emanan o emergen de eso que llamamos materia –genial palabra que, no lo olvidemos, viene de mater, madre–, pero ¿qué es la materia, esa matriz universal de todas las formas? Es una forma de energía, pero no sabemos qué es la energía, solo sabemos que por ella se produce todo movimiento y transformación de los cuerpos físicos. De menos sale más. De los átomos emerge la conciencia. La realidad es, pues, absolutamente misteriosa. Y lo más misterioso es que sea.

No podemos dejar de preguntarnos, pero toda respuesta nos lleva a nuevas preguntas y a un gran silencio. Todo lo que sabemos nos sitúa en la frontera de lo desconocido. Las mismas ciencias nos vuelven más ignorantes, pues cuanto más conocemos, tanto más sabemos lo que queda por conocer. Las ciencias nos permiten quizás entender lo que, según afirmaba Galileo, constituye el lenguaje mismo en que se expresa el universo, la matemática, “sinfonía del universo” (D. Hilbert), la ciencia más clara y la más mística; gracias a ella podemos describir y manejar todo lo que se puede medir, pero solo lo que se puede medir y manejar. Las ciencias nos conducen a la frontera y a la conciencia del Infinito, del Misterio que no podemos manejar, que nos envuelve y habita. En esa frontera final, también las ciencias, ellas sobre todo, se llenan de asombro y se vuelven humildes, más conscientes que nadie de los peligros de su inmenso poder, y nos invitan a la sabiduría suprema: la humildad y la humanidad, las únicas que salvarán del abismo la arcilla preciosa y vulnerable que somos, el humus común de todos los seres.
¿Y Dios? Es el Misterio absoluto del mundo, más allá de todos los nombres e imágenes personales o impersonales, del dualismo y del monismo, del teísmo y del ateísmo. Dios no explica nada, pues toda explicación es un constructo humano. “Dios” en cuanto explicación o fundamento del mundo o de la moral también es un constructo humano.
A Dios no lo concibo como el Ente supremo y creador, anterior y exterior al mundo, sin materia ni energía. Se expresa en todo lo que es o somos, pero en cuanto Todo que trasciende todas las formas del ser. Todo lo bueno lo encarna, pero nada lo agota. La bondad de Jesús lo encarnó de un modo paradigmático para los cristianos, pero no lo agotó en cuanto individuo histórico y particular que fue de la especie Sapiens, especie que más pronto que tarde desaparecerá y será reemplazado por otra forma viviente hiperhumana o transhumana, más poderosa que nosotros, espero que también más inteligente en el sentido pleno, es decir, más espiritual, más libre y fraterno, más bueno y feliz. Creer en Dios es creer en ese futuro, a pesar de todo. Y creer en ese futuro es crearlo. Creer en Dios es crearlo, se puede decir.
Dios es –dicho con meras metáforas– el Todo irreductible a las partes, Corazón sin forma de todas las formas del cosmos, Aliento vital de todo cuanto es, Origen o Fuente o Fondo eternamente presente de toda energía y materia, Conciencia universal, Puro Ser o, mejor, Interser, Relación de todo con todo, Creatividad buena sin fin de la que todo el universo, nosotros en él, es portador, para el adviento o el advenimiento o la realización del Arcoíris de la Paz.
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS el 26 de noviembre de 2017)

lunes, 27 de noviembre de 2017

La contradictoria política ambiental de México

Los pozos de Fracking en territorio mexicano se han multiplicado en los últimos años.

Esta semana el presidente Enrique Peña Nieto anunció la protección del archipiélago Revillagigedo. Mientras tanto México se va convirtiendo en unos de los países con más pozos de extracción petrolera a través del Fracking. ¿Tiene este país la política ambiental más contradictoria del contienente?
Por José Díaz
Servindi, 27 de noviembre, 2017.- Pocas dudas caben que México es uno de los países más contradictorios en materia ambiental y de derechos humanos en el mundo. Un claro ejemplo de esto ha sido el reciente anuncio del presidente mexicano Enrique Peña Nieto de convertir a las islas del archipiélago Revillagigedo –ubicado en el Océano Pacífico– en un parque nacional.
Y es que aunque este anuncio sea en efecto una buena noticia, lo cierto es que México sigue siendo uno de los países con menor protección ambiental sobre su territorio. Esto ante, por ejemplo, a gran cantidad de pozos de extracción petrolera que actualmente operan en suelo mexicano aplicando la técnica del Fracking.  


En relación al archipiélago Revillagigedo la noticia es positiva y de saludar. Tras el anuncio del mandatario mexicano este será el parque nacional más grande del subcontinente de América del Norte, asegurando la protección de más de 366 especies de animales marinos.
“El decreto que hoy suscribo da cumplimiento al compromiso de México de asegurar la conservación de este archipiélago excepcional. Esta medida permitirá la conservación de cientos de especies marinas, muchas de ellas en riesgo”, declaró el pasado fin de semana Peña Nieto.
Sin embargo, cabe precisar que desde el 2016 la UNESCO ya había calificado como un patrimonio universal de la humanidad al archipiélago Revillagigedo, el mismo que abarca un área de 14.8 millones de hectáreas.
No obstante, como se señalaba anteriormente una de las más grandes contradicciones en materia ambiental dentro de México es su política energética. Y es que este se ha convertido este año de uno de los países con más pozos de Fracking activos en Latinoamérica. Las cifras que se manejan superan los 5 mil focos de extracción y la cifra ha ido en aumento en todo el 2017.
Como se sabe, el Fracking es una de las actividades más contaminantes realizadas por el ser humano en la actualidad. No solo implica el uso de interminable cantidades de agua para la extracción de combustibles, sino que también genera la difusión de metales pesados y materiales radioactivos en los terrenos circundantes.
El incremento de esta actividad en los últimos años ha sido avalado por el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, el mismo que hace unos días anunciará la protección del archipiélago Revillagigedo. ¿Tiene México la política ambiental más contradictoria del continente?

Fuente: Servindi

domingo, 26 de noviembre de 2017

Honduras celebra elecciones bajo la sospecha de fraude.


La incertidumbre sobre qué ocurrirá el día después de los comicios presidenciales condiciona el ambiente en un país marcado por el golpe de Estado de 2009 y las altas tasas de homicidios.

ALBERTO PRADILLA (*) 

“Hay un dicho en Honduras. Juan Orlando Hernández ya ha sido reelegido como presidente, solo falta que se celebren las elecciones”. Gustavo Pacheco, profesor, que se reivindica como militante de izquierdas, resume una idea generalizada entre la oposición hondureña: los comicios que tendrán lugar el domingo 26 de octubre son un mero trámite, ya que el actual jefe de Gobierno tiene preparado el fraude.

Pacheco se encontraba el lunes en colonia Kennedy, uno de los barrios más populares de Tegucigalpa, donde cerró la campaña Salvador Nasralla, candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura. La plancha opositora es una coalición formada entre Libre, el partido del expresidente Juan Manuel Zelaya (depuesto tras un golpe de Estado en 2009) y el Partido Innovación y Unidad-Social Demócrata (PINU-SD).

Su cabeza de lista es Nasralla, un empresario y antiguo presentador televisivo que fundó sus propias siglas, el Partido Anti Corrupción (PaC) pero que ha terminado encabezando la principal alternativa al oficialismo. Su mitin, en una pequeña placita en la que se mezclan las banderas rojas con la noria de una feria, tiene un punto de izquierda estéticamente nostálgica, con el inevitable Quilapayún y “el pueblo unido jamás será vencido”.

También se percibe una gran incertidumbre. La idea de que el domingo habrá fraude la comparten todos los asistentes al acto. La duda es qué ocurrirá después. Si se saldrá a la calle y si hay fuerza para mantener una protesta sostenida. Cómo responderá el Gobierno. Si habrá una escalada en un país donde cualquier excusa es buena para que se desate la violencia.


Oficiales de la Policía Militar y miembros de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) participan en una operación en barrios y barrios marginales de Tegucigalpa contra pandillas callejeras. AFP/Orlando Sierra

Un día antes del acto de Nasralla, en la colonia Los Robles, también en Tegucigalpa, miles de personas arropaban al candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, cabeza de lista del Partido Nacional. Hernández encabeza una formación derechista (y en Centroamérica decir derecha es decir mucha derecha), con más de un siglo de historia y que se aferra al discurso securócrata como principal baza.

Su principal reivindicación de los últimos cuatro años es sacar a la calle a la Policía Militar y la construcción de los “pozos”, cárceles de máxima seguridad en las que ha encerrado a decenas de líderes pandilleros, principalmente del Barrio 18, en condiciones de absoluto aislamiento. “Lo principal es que se mantengan los militares en la calle y que se mejore la seguridad”, resumía Araceli Castillo, empleada estatal, que acudía a la marcha enarbolando una bandera azul del partido y una camiseta con el lema “cuatro años más”, que reclama la continuidad del presidente en su puesto.

A pesar de ser un acto mucho más masivo que el opositor, se respira menos entusiasmo. Los asistentes, organizados por grupos de barrio o centro de trabajo, llegan en autobuses, aplauden un rato bajo un sol abrasador y se marchan por donde han venido.

Pedir que las elecciones en Honduras se desarrollan en un ambiente normalizado sería demasiado. Con una tasa de 51,9 homicidios por cada 100.000, estamos ante el segundo país más violento del Triángulo Norte centroamericano, uno de los lugares con mayores porcentajes de asesinatos del mundo. Por encima, El Salvador, con 60 muertes violentas por cada 100.000.

Entre los factores que explican esta sangría está la actividad de las pandillas (en especial Barrio 18 y Mara Salvatrucha, aunque también cuenta con grupos autóctonos, como Los Chiricos) y el narcotráfico, ya que el país se encuentra en el tránsito entre productores como Colombia y el consumidor final, que es EEUU.


Una niña en un barrio de chabolas en Tegucigalpa (Honduras). REUTERS/Edgard Garrido

La violencia no es lo único que lastra Honduras. Según el Banco Mundial, cerca del 20% de su población sufría pobreza extrema en 2015. El salario mínimo está en 8.000 lempiras (350 dólares) y no todo el mundo tiene la suerte de acceder a él, la miseria es evidente a simple vista y el Estado, simplemente, está ausente en muchos de los ámbitos que debería regular.

En los últimos años se han destapado graves casos de corrupción como el saqueo de la Seguridad Social, con un desfalco de 335 millones de dólares (unos 283 millones de euros).

Por si esto fuera poco, desde hace una década el país está marcado por la polarización política y la represión. Zelaya, entonces al frente del Partido Liberal, fue depuesto por los militares en 2009.

Como recordaba recientemente la revista salvadoreña Factum, EEUU tuvo conocimiento del golpe desde el principio. Y jugó un papel determinante en su legitimación. La excusa fue la denominada “cuarta urna” que el presidente quería instalar en las elecciones que iban a tener lugar ese mismo noviembre. En ella, los hondureños debían responder si apoyaban el inicio de un proceso constituyente.

Una propuesta que el actual partido en el gobierno vinculó con Venezuela (en efecto, aquí también se juega el comodín bolivariano) y con la supuesta voluntad de Zelaya de perpetuarse en el poder, ya que la Constitución impide que un jefe de Gobierno sea reelegido. Los militares se hicieron con el mando del país, Zelaya se exilió y unos nuevos comicios dieron la victoria a Porfirio Lobo, inaugurando un ciclo de triunfos del Partido Nacional.


El presidente de Honduras y candidato del Partido Nacional, Juan Orlando Hernandez, en un mitin en Tegucigalpa. REUTERS/Jorge Cabrera

Lo paradójico es que, ahora, Juan Orlando Hernández aspira a mantenerse en el poder sin ni siquiera cambiar la Constitución. Para ello se sirve de una ambigua sentencia de la Corte de Constitucionalidad que permite su inscripción como candidato pero no dice nada de su reelección, que en principio está vetada. Al tener controlados todos los poderes del Estado, el presidente tiene claro que no va a encontrar oposición institucional. Tampoco es cuestión de perderse en tecnicismos. Si Hernández es reelecto, permitiría de rebote que Zelaya pueda volver a presentarse en 2021.
Clientelismo e irregularidades

“Tenemos informaciones de que Juan Orlando va a salir a las 8 de la tarde (3 de la madrugada en España) anunciando su victoria y que sacará al Ejército para detener a los opositores”. La denuncia la realiza Mario Sorto, diputado por Libre y aspirante a la reelección, pero es una idea que se extiende entre los partidarios de la Alianza.

En su opinión, el proceso viene “viciado” por el control del Partido Nacional de la administración. “No hay tarjetas de identidad y se han comprado credenciales (que es lo que permite a los partidos controlar el proceso, ya que las mesas están en manos de voluntarios y no de ciudadanos por sorteo como ocurre en España)”, afirma.


El candidato de la Alianza en las presidenciales hondureñas, Salvador Nasralla, en el cierre de campaña en Tegucigalpa.EFE/Gustavo Amador

Salvador Nasralla, el candidato opositor, ha asegurado tener encuestas que le dan “hasta 30 puntos de ventaja”, al tiempo que pone en cuestión la fiabilidad del proceso. En apariencia, esto solo dejaría la salida de la movilización en caso de que el domingo Hernández anuncie su victoria. Aquí nada es lo que parece y, en ocasiones, mientras los líderes lanzan proclamas incendiarias, pactan con sus rivales a espaldas incluso de sus propias bases. Todo es complejo. Juegan los intereses, los cálculos a largo plazo, las alianzas y las propias fuerzas. Hay que ver si la oposición tiene capacidad real de plantear un pulso a un Estado cada vez más militarizado y donde apelar a la securocracia, aunque sea a costa de derechos civiles, genera más beneficios que pérdidas en cuestión de opinión pública.

La posibilidad del fraude va más allá del recuento. Tiene que ver con un modelo.La estructura del Partido Nacional se mezcla con la del Estado y miles de personas dependen de salarios que están vinculados a la continuidad del partido en el poder.

Como Alicia Mendoza, que se encarga de una de las carpas de la formación del presidente en la colonia Quesada. Cobra 4.000 lempiras (142 euros) mensuales. Su labor es atender a los votantes, repartir propaganda y mantener la visibilidad en la calle. Si no es período electoral se encarga de otras cuestiones relacionadas con su barrio, siempre en términos partidistas (aka “clientelares”). ¿Qué ocurriría si Juan Orlando no ganase las elecciones? “Perderíamos el trabajo”, sentencia, pragmática.

Luego asegurará que ahí no hay nadie por dinero y que no se paga por voto. Sin embargo, son cientos los que, como ella, dependen directamente de los fondos del partido. Esto provoca que la oposición los califique como “acarreados” y denuncie que la asistencia a un mitin se cobra a 50 lempiras y el voto, a 100. Mendoza lo rechaza. “Cada quien va por amor al partido, nadie va pagado”, asegura.


Vista de Tegucigalpa, la capital de Honduras, que este domingo celebra elecciones presidenciales. REUTERS/Edgard Garrido

Que la oposición denuncie el fraude tiene sus razones. Recordemos que, en 2009, Zelaya fue expulsado del poder por los militares y que nueve meses después, con el presidente legítimo exiliado, se celebraron elecciones que EEUU dio por válidas y en las que se impuso Porfirio Lobo. Cuatro años después, en 2013, ganó Juan Orlando Hernández, el actual presidente, en un proceso que también fue impugnado por la oposición.

Las acusaciones de fraude también salpican a los opositores. El martes por la noche, una veintena de personas ocupaba la sede de Libre en Tegucigalpa. Acusaban a Aida Reyes, una de sus coordinadoras, de pactar con el Partido Nacional la entrega de credenciales y estar acordando un reparto de puestos.



El expresidente de Bolivia Jorge Quiroga (d), jefe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos, junto al presidente del Tribunal Supremo Electoral de Honduras, David Matamoros, en Tegucigalpa. EFE/Gustavo Amador

Según el Tribunal Superior Electoral, se desplegarán más de 15.000 observadorespara garantizar que las elecciones se desarrollan limpiamente. De ellos, unos 500 forman parte de la Unión Europa (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA). El propio Nasralla, en declaraciones a Público, instó a la comunidad internacional a no permitir que sus instituciones se “deslegitimen” avalando un fraude.Seguidores de los dos principales partidos acusan a sus rivales de aferrarse a un discurso del miedo para evitar una afluencia masiva a las urnas.
La violencia siempre es un factor

La violencia es uno de los elementos que marcan las elecciones. Se trata de un fenómeno brutal, terriblemente normalizado, que forma parte de la vida diaria de los hondureños.

El jueves, en el Paraíso, una de las colonias más peligrosas de la capital, aparecían dos cadáveres dentro de bolsas de plástico. Desde una barandilla, dos decenas de personas seguían los trabajos de la policía y el Ministerio Público como si se tratase de la platea de un espectáculo. Algunos incluso comentaban la jugada. Que si los habían “amarrado bien” o que si eso te ocurre “si andas en malas cosas”.


Una patrulla de la Policía Militar, en las calles de Tegucigalpa. AFP/Orlando Sierra

Entre los curiosos (no hay otra definición para los que se arremolinan ante los cuerpos), la viuda de una de las víctimas, que solo acertaba a relatar que su marido desapareció la víspera junto a su madre. Posiblemente llevase desde entonces sabiendo cuál sería el desenlace, esperando únicamente el punto en el que los sicarios abandonarían el cuerpo.

En ese momento, ella no quiere dar los nombres de las víctimas ni detalles sobre qué ocurrió. Más adelante, la Policía explicará que las víctimas eran Glenys Yolanda Cruz Herrera, de 45 años, y su hijo José Gustavo Reyes Cruz, de 25. Encapuchados los secuestraron la víspera de su domicilio de la colonia Brisas de Olancho, en Comayagüela. Dos nuevas víctimas a una larga lista de crímenes que, generalmente, quedan impunes.

Los policías desplegados en el lugar aseguraban que estas escenas estaban haciéndose cada vez más raras ya que el número de asesinatos ha descendido. Al margen de los homicidios habituales, existe una categoría especial vinculada a las elecciones. Son los denominados crímenes políticos, que tampoco tienen por qué estar directamente relacionados con la actividad de la víctima, ya que en este país existen múltiples causas por las que una persona puede terminar asesinada.



Fotografía de una valla con publicidad del candidato presidencial por el Partido Liberal, Luis Zelaya (d), y el candidato a la Alcaldía de la capital, Osman Aguilar (i), en Tegucigalpa. EFE/Gustavo Amador

En la última semana se han contabilizado, al menos, tres homicidios de líderes de Libre, el partido de Zelaya, la muerte de otro activista de la alianza opositora y una quinta miembro del Partido Liberal.

La violencia condiciona el desarrollo de los comicios. Como explica Otto Argueta, de Interpeace, una organización que trabaja en procesos de pacificación en América Latina y otros lugares del mundo, “los partidos dependen de las relaciones formales e informales que tienen con las pandillas para garantizar su acceso a los barrios y llegar a los votantes”.

También los integrantes del Partido Nacional están bajo amenaza. Hace dos semanas, uno de sus activistas fue asesinado. Recientemente se han difundido audios, supuestamente atribuidos a pandillas, en la que se amenaza directamente a los integrantes del partido derechista. Resulta imposible verificar la autenticidad de las grabaciones.

Entre las personas que han recibido estas amenazas se encuentra Griselda Barrientos, integrante del partido de Juan Orlando Hernández en El Edén, una colonia atrapada entre dos fuegos (por el norte, el Barrio 18, por el sur, la MS). Asegura que tiene miedo aunque, por el momento, no ha sufrido ningún ataque diario. Mientras que las bases derechistas acusan a los opositores de tener una alianza con pandillas para hostigarles (concretamente con la 18), desde las filas de Nasralla se señala al Ejecutivo de desarrollar una campaña de “falsos positivos”. Como hace una semana, cuando la Policía presentó un supuesto hallazgo de una casa presuntamente vinculada con mareros en la que aparecieron cócteles molotov y propaganda de Libre y el movimiento estudiantil. Ni hecho de encargo.

De qué se discute al margen de todas las anomalías

Recordemos que estamos en unas elecciones y, en principio, se trata de contraponer modelos políticos, aunque esta campaña haya estado más centrada en cuestiones procedimentales y, por supuesto, la violencia. En total, algo más de seis millones de hondureños están llamados a las urnas. Además del presidente se eligen los 128 miembros de la Asamblea Nacional y sus suplentes, los 20 miembros del Parlamento Centroamericano y alcaldes de 298 municipios en 18 departamentos.

“No queremos que nos regalen nada, pero hemos mejorado mucho. Antes las casas eran cárceles, donde nos encerrábamos por miedo a la extorsión”. Jaime Sancho Pacheco es uno de los activistas del Partido Nacional que organiza la caminata de cierre de campaña en Tegucigalpa. Resume la posición de los fieles a Juan Orlando Hernández: seguir igual porque consideran que los últimos cuatro años han sido exitosos. Su principal argumento es afirmar que se ha reducido el número de homicidios, que se combate al crimen organizado y que se han desarrollado programas asistencialistas que mejoran la calidad de vida de los hondureños.


Un soldado hondureño con su fusil en un helicópero militar durante la operación denominada 'Paz y Democracia II', dentro de las medidas de seguridad en la campaña de las elecciones presidenciales. REUTERS/Jorge Cabrera

Desde la oposición acusan al Partido Nacional de haber recortado los derechos civiles y convertir el país en una dictadura desde el golpe de Estado de 2009. En los últimos años, los homicidios de activistas sociales se han incrementado. El caso más conocido es el de Berta Cáceres, asesinada en 2016 a pesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos había solicitado para ella medidas cautelares de protección.

“Aquí decide Washington”, denuncia la activista social Denia Mejía, que denuncia que “se ha entregado el país” a través de concesiones a empresas transnacionales. Los conflictos relacionados con empresas extractivistas se han incrementado exponencialmente.

La alianza opositora ha basado su campaña en deslegitimar la reelección de Hernández. Su principal propuesta es la de retomar la senda institucional rota en 2009 y poner en marcha un proceso constituyente. Mientras tanto, según explica el propio Salvador Nasralla, mantendrá a la Policía Militar en la calle hasta que se desarrolle un cuerpo comunitario que prevenga la violencia y pondrá el foco en la corrupción para recuperar activos que sirvan para programas sociales.

Desde el oficialismo, sin embargo, se acusa a los opositores de aliarse con la delincuencia al plantear que la seguridad pública esté en manos de la policía y no de los militares. Además, como ya es costumbre en cualquier proceso electoral, se tira de Venezuela y se acusa al Gobierno de Nicolás Maduro de supuesta “injerencia”.

Lo curioso es que el modelo de intromisión denunciado es a través de Internet y cuentas de Twitter. Básicamente, la misma teoría que esgrime el Ejecutivo español sobre Rusia en relación al proceso independentista en Catalunya.

Existe una sensación de incertidumbre sobre qué puede ocurrir a partir del domingo. Los oficialistas dan por seguro el triunfo y señalan a la Alianza contra la Dictadura como posibles instigadores de violencia. Frente a ellos, los partidarios de Nasralla, que están seguros del fraude y miden hasta dónde serían capaces de llegar en una movilización. No reconocerán los resultados que ofrezca el Tribunal Supremo Electoral hasta que lo cotejen con los datos que les proporcionen sus propios militantes. Esto abre un espacio de intranquilidad en el que un mal paso puede generar graves consecuencias.


(*) Periodista de Plaza Pública

Fuente: publico.es

sábado, 25 de noviembre de 2017

Indígenas Rapa Nui administrarán Parque Nacional en Isla de Pascua.

Imagen: Segundo Enfoque
Por Elaine Marrero
Segundo Enfoque, 24 de noviembre, 2017.- 
Luego de un periodo de coadmninistración considerado como exitoso, el gobierno de Chile otorgó este jueves  a la comunidad nativa Ma’u Henua, en Isla de Pascua, la administración del parque nacional Rapa nui.
En una ceremonia encabezada por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se realizó la entrega de responsabilidades del espacio natural a los representantes de la población aborigen.
“Hoy es un gran día para Rapa Nui, porque estamos potenciando las herramientas de manejo de los asuntos de la isla en las manos del propio pueblo Rapanui”, expresó Bachelet.

"Vine a Isla de Pascua a cumplir mi palabra con el pueblo rapa nui, traspasándole en concesión por 50 años la administración del Parque Nacional. Son ellos, a través de la comunidad Ma’u Henua, los mejores garantes de la adecuada conservación de su patrimonio cultural y natural", dijo Bachelet.

La comunidad nativa solicitó la administración

En octubre de 2015 se inició formalmente la solicitud de traspaso de la administración del parque nacional al pueblo Rapa Nui.  Una consulta realizada a la comunidad indígena arrojó que la mayoría de la población solicitó la completa administración.
“Firmamos un decreto que entrega en concesión el parque por un periodo de 50 años. Es el paso siguiente después de la experiencia de coadministración que se desarrolla desde el año pasado con muy buenos resultados”, comentó la jefe de Estado chilena.
Felicitó a la población originaria por el aumento de la recaudación y el avance en proyectos muy importantes de restauración arqueológica.
Se estima que luego de este acuerdo se destinen más recursos al aumento del personal que labora en el espacio natural.
También se plantea la realización de proyectos y obras de ampliación y restauración del parque. Estas serán cubiertas con las ganancias  del parque.

Nuevas obras para Rapa Nui

La mandataria chilena en compañía del canciller, Heraldo Muñoz, y otros tres ministros anunció la construcción de un nuevo aeropuerto para Rapa Nui, que se instalará en la zona de Orito
Informó que el nuevo terminal aéreo será de 8500 m2, para así adecuarlo al avión B-787 que actualmente opera en la isla situada a 3.750 kilómetros al oeste de Santiago, en medio del océano Pacífico.
Bachelet también informó acerca de un proyecto de ley para regular la residencia, permanencia y circulación de personas en la isla. Además anunció la creación del Área Marina Protegida de Rapa Nui, con más de 700.000 kilómetros cuadrados de extensión, los cuales se suman a los 20.000 kilómetros cuadrados ya protegidos.
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Fuente: Segundo Enfoque: http://segundoenfoque.com/comunidad-indigena-administrara-parque-nacional-en-chile-2017-11-24

Fuente: Servindi

viernes, 24 de noviembre de 2017

El Caribe también se hunde.


Los nativos de Isla Cangrejo, en Panamá, decidieron mudarse al continente antes de que el mar termine por sumergirlos. Serán el primer pueblo del mundo en abandonar oficialmente sus tierras por el cambio climático
Por Maximiliano Monti
DW, 23 de noviembre, 2017.- En una noche de cataclismo, cuenta el célebre mito de Platón, los dioses enviaron un batallón de incendios y terremotos tan intenso que el reino utópico de la Atlántida se hundió para siempre en el océano. La sublimación platónica, inspiración para la mitología marina por más de 2.300 años, podría ser el espejo de otros futuros sumergidos: Tuvalu, las Islas Marshall, las Maldivas y las Fiyi, esta última a cargo de la presidencia de la Conferencia Mundial del Clima en Bonn (COP 23, por sus siglas en inglés).
Acompañando el destino de estos estados-islas del Pacífico que están desapareciendo por el aumento del nivel del mar, en el Caribe, la pequeña comunidad panameña de Gardi Sugdub, asentada en la Isla Cangrejo, acordó el mes pasado con el gobierno de Panamá mudar sus habitantes al continente.

“A través de intensas gestiones iniciadas en 2010, se ha decidido el traslado de su población a 300 viviendas que se van a hacer en el continente para 1500 personas. El gobierno nacional dispuso un presupuesto de casi 10 millones de dólares para ese traslado porque la isla se está achicando y la población está creciendo”, dice a Deutsche Welle (DW) Anelio Merry, jefe de la Secretaría de Información y Comunicación del Congreso Guna, entidad rectora de las comunidades indígenas que viven en el archipiélago de San Blas, oficialmente conocido como Guna Yala.

Los recursos se agotan



Esta comarca habitada por más de 30.000 nativos de la etnia Guna, una colección de 365 pequeñas islas e islotes de exuberantes paisajes, tiene su capital en El Porvenir, pequeña isla-ciudad en la que coexisten la agricultura de subsistencia, la pesca en barca, la producción de artesanías y el turismo. Llegan diariamente a sus breves pistas de aterrizaje avionetas para llevarse pescados, langostas, cangrejos, calamares y pulpos a los restaurantes de Ciudad de Panamá. Tan efímero es el espacio disponible que varias islas de la región están completamente urbanizadas. La ecuación es irrefutable: la población aumenta, el territorio desaparece, los recursos se agotan y los isleños, para mal peor, arrancan el coral de los arrecifes para crear diques naturales en un esfuerzo por salvar sus costas.
“Al punto de que tuvimos que adelantar un mes nuestras asambleas –dice Merry–, que se hacían en noviembre, por la amenaza de la marea y los fuertes vientos. En la comunidad de Hernando Lupi, que está asentada en una isla alargada, en ambos lados del territorio empezó a entrar el agua. A finales de los 90 ya la comunidad de Ugupseni había planteado la necesidad de su traslado al continente, un proyecto que se llamó ‘Ugupseni 2000’, pensando que para entonces la gente de esa isla ya se habría mudado. Pero hasta el sol de hoy eso no ocurrió.”

Refugiados climáticos


El caso de Gardi Sugdub es aun más emblemático. Su diminuto territorio, capaz de ser recorrido en cuatro minutos de punta a punta, fue el primer lugar del mundo en aplicarse una legislación internacional vinculada a los llamados refugiados climáticos. Una misión de la organización Displacement Solutions (DS), con sede en Ginebra, Suiza, y especializada en el desplazamiento forzado de personas, visitó la región de Guna Yala en marzo de 2014 para aplicar los “Principios de Península sobre el Desplazamiento Climático dentro de los Estados”, el primer instrumento jurídico internacional para proteger los derechos de los desplazados climáticos reconocido por Naciones Unidas.
El análisis resultante, llamado “Informe de misión” y publicado en agosto de 2015, adelantaba ya por entonces la voluntad de la propia población de escapar del hacinamiento, de la erosión de la tierra y la desaparición de tierras agrícolas. Sin embargo,  explica la organización citando a los miembros del Comité de la Barriada, una minoría de ancianos “no quieren mudarse (porque) allí han vivido toda su vida y allí quieren morir”.

¿Una futura Atlántida?



El proceso se hará, de acuerdo a lo planificado, en casi 20 hectáreas del continente, donde también está prevista la construcción de una gran escuela pública, otra razón que urge a los Gardi Sugdub a abandonar la tierra de sus ancestros. “La gente ahora empieza a tomar en serio el cambio climático –explica Marry–, pero ni siquiera desde el Departamento Panameño de Vivienda se ha llevado información científica a la población para entender cómo el aumento del nivel del mar nos va a afectar gravemente en 20 o 30 años”.
Han sido muchos quienes desde hace siglos plantearon teorías sobre dónde quedaba exactamente la Atlántida: en el Mediterráneo, el Atlántico, el Oceáno Índico. Pero quizá no se trata sólo de la leyenda de una ciudad hundida, sino de una profecía con valor autocumplido. Cuando el último habitante de Isla Cangrejo abandone el lugar, en uno o dos años, atrás habrá fundado la primera Atlántida moderna.
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Fuente: DW: http://m.dw.com/es/el-caribe-tambi%C3%A9n-se-hunde/a-41332429

Fuente: Servindi

jueves, 23 de noviembre de 2017

Argentina: El genocidio indígena, eje de una jornada pública.

“Juntos por la tierra, ajena”, acrílico de Ulises González
Por Red de Investigadorxs en Genocidio y Política Indígena en Argentina
¿Cuáles son los intereses que están detrás de la nueva avanzada contra los pueblos originarios? ¿Por qué nuestro país se construyó a partir de un genocidio indígena? ¿Cuáles fueron y son las prácticas genocidas desde el Estado Nacional? ¿Cómo se siguen expresando esas prácticas en la actualidad? ¿Y cuáles son las posibilidades de reparación histórica?
Esos serán algunos de los disparadores de la “Jornada Genocidio Indígena en Argentina. De la violencia colonial a la criminalización actual”, que se realizará el jueves 23 de noviembre en la Ciudad de Buenos Aires con la presencia de expositores y expositoras de distintos puntos del país provenientes del ámbito académico, de organizaciones de militancia indígena y de otros colectivos sociales.
Una invitación a reflexionar sobre la relación Estado Argentino-Pueblos Originarios, desde los inicios de la violencia colonial a la actual criminalización de las comunidades. Habrá paneles de exposición, espacios de intercambio y una muestra artística. Será el jueves próximo (23 de noviembre) en el Centro Cultural Paco Urondo de Buenos Aires.
La actividad –en la que se entregarán certificados de asistencia- es libre, gratuita y no requiere inscripción previa, pero está sujeta a la capacidad de la sala. Se desarrollará desde las 9 hasta las 17.30 en Centro Cultural Paco Urondo de la Universidad de Buenos Aires, ubicado en 25 de Mayo 201, CABA.
La idea es compartir las nuevas líneas de investigación en torno al concepto de “genocidio indígena” y también debatir -en un encuentro abierto al público- cuestiones relacionadas a las formas de violencia estatal, las fronteras, los territorios, las memorias, las represiones, las resistencias, los medios de comunicación, las reparaciones, los desafíos y las propuestas a futuro. Entre otras, estarán presentes las universidades nacionales de Buenos Aires, del Comahue, del Centro de la Provincia de Buenos Aires y Río Negro.
El encuentro es organizado por la Red de Investigadorxs en Genocidio y Política Indígena en Argentina, una organización que reúne el trabajo de profesionales de distintas disciplinas sociales y artísticas -Antropología, Historia, Sociología, Educación, Comunicación, Cine, etc- con el objetivo de fundamentar científicamente el uso del concepto de “Genocidio” para explicar los procesos de consolidación y avance estatal de fines del siglo XIX en la naciente República Argentina y cómo operan en la actualidad.


Entre otros, expondrán Diana Lenton, Walter Delrio, Alexis Papazian, Valeria Mapelman, Luciana Mignoli, Marcelo Musante, Mariano Nagy, Pilar Pérez, Adrián Moyano, Lorena Cañuqueo, Darío Aranda, Noolé Cipriana Palomo, Enrique Mases, Carina Lucaioli, Lorena Barbuto, Sara Ortelli, Luciano Literas y Lorena Rodríguez.
Asimismo, los artistas Marcelo Bronstein, Gustavo Larsen, Ulises González, Cristina Piffer y Hugo Vidal expondrán al trabajo de hacer visible el genocidio indígena desde el arte, ya que sus obras abordan masacres indígenas, procesos históricos de sometimiento y formas actuales de intervención en el espacio público, entre otros aspectos. Por último, el payador Wilson Saliwonczyk ofrecerá un breve cierre musical donde promete improvisar desde las Campañas al Desierto, pasando por las masacres de Napalpí y Rincón Bomba, hasta el contexto actual.

¿Qué es la Red?

Desde 2004, la Red de Investigadorxs en Genocidio y Política Indígena en Argentina trabaja en  articular los esfuerzos de profesionales de diferentes disciplinas y diversos puntos del país, interesados en profundizar sobre el concepto de Genocidio aplicado al proceso que afectó y afecta a los pueblos indígenas preexistentes a la conformación del Estado argentino.
La organización nace a partir de la iniciativa conjunta de la antropóloga Diana Lenton y el historiador Walter Delrio en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA –donde tiene su sede- y hoy está compuesta por investigadores/as de disciplinas sociales y artísticas e integrantes de organizaciones indígenas que desarrollan sus tareas en distintos puntos del país buscando tener participación en diversos espacios, territorios y luchas.
La Red nació con el objetivo aportar pruebas concretas y documentadas que dieran argumento sólido a la práctica genocida llevada adelante por el Estado y el posterior proceso de invisibilización de identidades indígenas en todo el país.
En 2010, publicó el libro “Historia de la Crueldad Argentina. Julio Argentino Roca y el genocidio de los pueblos originarios”, coordinado por Osvaldo Bayer y editado por El Tugurio. Ese trabajo colectivo de divulgación -reeditado en 2012 y 2013- explica cómo se dieron las prácticas genocidas en diversos escenarios y sus consecuencias posteriores. Además ha producido diversos artículos académicos, notas periodísticas y piezas audiovisuales, así como también tiene una activa participación acciones para acompañar a comunidades en demandas por desalojos, crímenes de lesa humanidad, etc.
En pocos días, se publicará en Bariloche el segundo libro de la Red “En el país de nomeacuerdo. Archivos y memorias del genocidio del estado argentino sobre los pueblos originarios (1870-1950)” (Editorial UNRN) en el cual se profundizan algunos conceptos y se siguen generando argumentos ante los discursos hegemónicos que persisten en situar las conquistas como gestas civilizadoras.

Foto: Pressenza
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Fuente: pressenza: goo.gl/qfWjXg

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Prostíbulos del capitalismo.


Emir Sader
Resumen Latinoamericano/Pagina 12, 17 de noviembre 2017.

Los mal llamados paraísos fiscales funcionan como prostíbulos del capitalismo. Se hacen allí los negocios turbios, que no pueden ser confesados públicamente, pero que son indispensables para el funcionamiento del sistema. Como los prostíbulos en la sociedad tradicional.

Conforme se acumulan las denuncias y las listas de los personajes y empresas que tienen cuentas en esos lugares, nos damos cuenta del papel central y no apenas marginal que ellos tienen en la economía mundial. “No se trata de “islas” en el sentido económico, sino de una red sistémica de territorios que escapan a las jurisdicciones nacionales, permitiendo que el conjunto de los grandes flujos financieros mundiales rehuya de sus obligaciones fiscales, escondiendo los orígenes de los recursos o enmascarando su destino.” (La era del capital improductivo, Ladislau Dowbor, Ed. Autonomia Literaria, Sao Paulo, 2017, pag. 83)

Todos los grandes grupos financieros mundiales y los más grandes grupos económicos en general están tienen hoy filiales o incluso casas matrices en paraísos fiscales. Esa extraterritorialidad (offshore) constituye una dimensión de prácticamente todas las actividades económicas de los gigantes corporativos, constituyendo una amplia cámara mundial de compensaciones, donde los distintos flujos financieros ingresan a la zona del secreto , del impuesto cero o algo equivalente y de libertad con respecto a cualquier control efectivo.

En los paraísos fiscales los recursos son reconvertidos en usos diversos, traspasados a empresas con nombres y nacionalidades distintas, lavados y formalmente limpios. No es que todo se vuelva secreto, sino que con la fragmentación del flujo financiero, el conjunto del sistema lo vuelve opaco.

Hay iniciativas para controlar en parte a ese flujo monstruoso de recursos, pero el sistema financiero es global, mientras las leyes son nacionales y no hay un sistema de gobierno mundial. Asimismo, si se puede ganar más invirtiendo en productos financieros, y encima sin pagar impuestos, es un negocio redondo.

“El sistema offshore creció con metástasis en todo el globo, y surgió un poderoso ejército de abogados, contadores y banqueros para hacer que el sistema funcione… En realidad, el sistema raramente agrega algún valor. Al contrario, está redistribuyendo la riqueza hacia arriba y los riesgos hacia abajo y generando una nueva estufa global para el crimen.” (Treasured Islands: Uncovering the Damage of Offshore Banking and Tax Havens, Shaxon, Nicholas. St. Martin’s Press, Nueva York, 2011).

El tema de los impuestos es central. Las ganancias son offshore, donde escapan de los impuestos, pero los costos, el pago de los intereses, son onshore, donde son deducidos los impuestos .La mayor parte de las actividades es legal. No es ilegal tener una cuenta en las Islas Caimán. “La gran corrupción genera sus propia legalidad, que pasa por la apropiación de la política, proceso que Shaxson llama de `captura del Estado’”(Dowbor, pag. 86).

Se trata de una corrupción sistémica. A corrupción involucra a especialistas que abusan del bien común, en secreto y con impunidad, minando a las reglas y los sistemas que promueven el interés publico, en secreto y con impunidad, y minando nuestra confianza en las reglas y sistemas existentes, intensificando la pobreza y la desigualdad.

La base de la ley de las corporaciones e, de las sociedades anónimas, es que el anonimato de la propiedad y el derecho a ser tratadas como personas jurídicas , pudiendo declarar su sede legal donde quieran e independiente del local efectivo de sus actividades, tendría como contrapeso la trasparencia de las cuentas.” (Dowbor, pag. 86) Las coimas contaminan y corrompen a los gobiernos, y los paraísos fiscales corrompen al sistema financiero global. Se ha creado un sistema que vuelve inviable cualquier control jurídico y penal de la criminalidad bancaria. Las corporaciones constituyen un Poder Judicial paralelo que les permite incluso procesar a los Estados, a partir de su propio aparato jurídico.

The Economist calcula que en los paraísos fiscales se encuentran 20 trillones de dólares, ubicando a las principales plazas financieras que dirigen estos recursos en el estado norteamericano de Delaware y en Londres. Las islas sirven así como localización legal y de protección en términos de jurisdicción y domicilio fiscal, pero la gestión es realizada por los grandes bancos. Se trata de un gigantesco drenaje que permite que los ciclos financieros queden resguardados de las informaciones.