sábado, 30 de diciembre de 2017

Latinoamérica. Luchas, resistencias y rebeldías feministas de mujeres de los Pueblos Indígenas.

Resumen Latinoamericano / 26 de diciembre de 2017 / Martina Paillacar Mutizábal, Mapuexpress

Son las mujeres de los Pueblos Indígenas en Sudamérica, sujetas que día a día, luchan desde el feminismo indígena de forma cada vez más activa por la defensa de sus Derechos políticos, sociales, económicos, culturales; por el respeto a los Derechos colectivos e individuales que como mujeres tienen; por el desafío a las estructuras de poder; por la transformación social con equidad de género. Cada vez más partícipes de diversos espacios políticos en la búsqueda de igualdad de condiciones, las mujeres feministas e indígenas se reúnen para cuestionar críticamente y luchar contra el colonialismo, el patriarcado, el capitalismo, para acabar con las desigualdades, con las prácticas de violencia, impunidad, discriminación, negación, invisibilización, represión, persecución y violación a los Derechos Humanos, que diariamente viven en distintos territorios sudamericanos.

En ese sentido, las luchas de resistencia y rebeldía de las mujeres feministas e indígenas que plantean la liberación de las mujeres, proponen el Buen Vivir como paradigma y principio regidor y especialmente como alternativa al modelo de desarrollo capitalista. Emerge por tanto la organización, las estrategias de resistencia, lo comunitario, la articulación, la solidaridad y las redes de apoyo. Así, cuestionan críticamente a los Estados y a las políticas que judicializan y criminalizan las diversas luchas por la autonomía y libre determinación de los Pueblos Indígenas y que, como es ampliamente conocido, niegan sistemáticamente sus derechos. A su vez, se critica sólidamente al modelo extractivista y con ello, a las industrias y empresas nacionales y transnacionales que a través de la implantación de proyectos invasivos contra la naturaleza – como las mineras, hidroeléctricas, forestales, salmoneras, petroleras, entre otros- afectan gravemente al medio ambiente, generando negativas consecuencias socio culturales contra los Pueblos, dañando con ello particularmente a las mujeres indígenas, que en general se ven aún más afectadas en Sudamérica por su calidad de mujeres, de indígenas y en muchas ocasiones empobrecidas.

Es así como las mujeres en general e indígenas en particular, sufren problemáticas asociadas a la violencia, sea ésta sistémica, física, económica y patrimonial, psicológica, sexual, simbólica, y a su vez, viven problemáticas asociadas al racismo y clasismo, que se extiende más allá de toda frontera. En esa línea, el machismo y androcentrismo- flagelo y opresión ampliamente presente en espacios públicos y privados- se acentúan con el colonialismo y el neoliberalismo y se reproduce y profundiza a través de las políticas públicas y los medios tradicionales de comunicación que responden a los intereses políticos dominantes.

Bajo el actual modelo en Sudamérica, en muchas ocasiones son las mujeres indígenas quienes deben asumir las responsabilidades del hogar y la familia, quedando marginadas y reducidas al espacio privado del hogar, en la crianza de niños y niñas. A pesar de ello, su rol no es pasivo, si no al contrario, cada vez más, asumen la urgencia de participar en espacios colectivos de organización política para la defensa de sus derechos.

“Las mujeres indígenas tienen una situación bastante preocupante”

Al respecto, la educadora y política Maya-quiché, referente latinoamericana en cuanto al activismo y defensa de los Derechos Humanos con énfasis en los derechos de las mujeres, Otilia Lux de Cotí [1], nos comenta sobre las mujeres indígenas a lo largo de Latinoamérica: “Las mujeres indígenas tienen una situación bastante preocupante: muchas mujeres indígenas forman parte de los indicadores del Sub desarrollo en el ámbito educativo. Hay demasiadas mujeres indígenas rurales analfabetas, otras con escolaridad muy baja y hay de la misma forma muerte materno-infantil reflejadas por las mujeres indígenas y rurales, donde los servicios básicos no están a su alcance dado que los sistemas gubernamentales descuidan las áreas donde habitan. Ello afecta a la niñez de los Pueblos Indígenas, puesto que son las madres quienes son las dadores de vida, cultura, de valores y principios y los/as niños/as están muy cerca de lo que es la mujer indígena”.

Sobre la participación de la mujer indígena en la política a lo largo de Latinoamérica, Otilia relata que la mujer aún participa muy poco: “Primero porque tienen que dar respuesta a las necesidades alimentarias y cuidado de los/as hijos/as en sus hogares, entonces no tienen la oportunidad para una participación plena y efectiva en el ámbito político, especialmente en el ámbito local”. Hay sin embargo, según explica, avances a nivel local, nacional e internacional, así “hay mujeres indígenas estudiando carreras, participando en política, veo a mujeres indígenas artistas, cantautoras…hay avances, hay mujeres que han dado un paso adelante en aspectos educativos, es cierto, pero no es del todo”, explica. “Estamos preocupadas por las mujeres que todavía están fuera de los alcances de los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas: esa agenda exhorta a todos los países del mundo a trabajar por los más pobres, por quienes tienen más necesidades, entonces se han planteado erradicar la pobreza, tener alimentos sanos y que todos tengan la posibilidad de tener alimentos. Así se habla de seguridad alimentaria, ello es importante verlo como mujeres indígenas. No hay todavía asistencia de los Estados a las mujeres rurales”, comenta.

Así, continúa explicando la educadora, que en la actualidad hay muchas mujeres indígenas que han salido de las Universidades y que participan en la vida política:“Bolivia es una muestra de ello: tiene el 52% de mujeres en el ámbito del poder nacional, pero no es así en todos los países. Hay escasa participación de mujeres indígenas, afrodescendientes, mestizas, o de otra cultura. Es difícil ya que el sistema político limita mucho la participación, por eso el movimiento de mujeres lucha por las acciones afirmativas en cuotas o paridad. Por ejemplo México, Costa Rica, Nicaragua, Ecuador y Bolivia tiene paridad, el resto de países sólo tiene cuotas, tiene 30%, 40 %, de ahí no pasa, pero todavía no se ha llegado al 50%. Los más rezagados son Uruguay junto a Venezuela y Guatemala que no tienen cuota ni paridad, entonces la participación política de las mujeres se torna mucho más difícil, así cuesta que lleguen a concejalas, alcaldesas, gobernadoras, diputadas. Si en dado caso hay mujeres en el ámbito político, llegan algunas mujeres indígenas, pero es muy reducida su participación”.

Sobre las organizaciones de mujeres señala que son un mecanismo importante que permite que las mujeres indígenas se vean beneficiadas: “permiten que las mujeres que no tienen oportunidad de estar organizadas puedan ser beneficiadas por algún plan de acción que tengan las organizaciones o que puedan hacerse partícipes de programas de participación educativa, artística, de desarrollo, les permite a las organizaciones ver referentes y motivarse para buscar alternativas a su situación” señala.

Según nos explica Otilia Lux, los desafíos de las mujeres indígenas son: “hacer trabajos de proyección para las mujeres que no tienen oportunidades, hacer trabajos en las áreas rurales y marginales donde hayan necesidades. Es importante apoyar a otras mujeres que no han tenido la oportunidad para empoderarse en el ámbito político y así promover su participación. Asimismo, es necesario que las mujeres participen mucho más en las actividades y en las acciones que promueven las organizaciones indígenas”. 

Por otro lado, nos comenta que sería importante que se realicen seguimientos a las políticas sociales que plantean los gobiernos para así “ver si las mujeres rurales e indígenas puedan ser beneficiadas por una política social en el ámbito educativo; social; económico; de producción; de empoderamiento de las mujeres; para saber qué es un plan de gobierno y ver si éstos orientan sus programas hacia las mujeres”, comenta. A ello agrega: “Sería conveniente realizar una sistematización de estudios que puedan dar información sobre dónde están las áreas a trabajar y cuáles son los temas que demandan las mujeres: por ejemplo algunas dirán que necesitan un taller de elaboración de tejidos, o que necesitan fortalecer el liderazgo, todo dependerá de la visión que nos den las mismas mujeres”.

Es en ese sentido que la activista por los Derechos Humanos comenta la trascendencia de la educación y la formación para la transformación social: “ya sea en el ámbito del medio ambiente, en cuestiones de alimentación y seguridad alimentaria, en liderazgo, en procesos organizativos, en la toma de decisiones, en cómo organizar un mercado. Por ello, hay que potencializar el liderazgo de las mujeres y la capacidad para trabajar con organizaciones, buscar estrategias de trabajo en conjunto”, expresa.

“Chile: debe ser un país multicultural, plural, un país que oriente sus políticas sociales hacia la diversidad”

Sobre la situación particular en Chile y la situación del Estado en relación a los Pueblos Indígenas, Otilia Lux nos comenta: “En Chile hay elementos que se reflejan en otros países: no hay una voluntad de un sector que está bloqueando alguna iniciativa que pueda ser efectiva en un Congreso. Si Chile tiene Pueblos Indígenas, considero que debe ser un país multicultural, plural, un país que oriente sus políticas sociales hacia la diversidad. Es cuestionable por qué no se atendieron las demandas de los Pueblos Indígenas: es el mismo Estado que ha creado conflictividad en el caso de la tierra, territorio y recursos naturales, que es un tema omitido” comenta. Así, reflexiona: “Chile adoptó la Declaración de Naciones Unidas y debiera colocarla en su Constitución Política. ¿Cuál es el temor de los Estados?”, se cuestiona: “Aquí, lo globalizo a lo largo de América Latina: si ya hay países como Bolivia, Ecuador -y Colombia que va por ese lado- si ya hay países que le han dado el reconocimiento de sus Derechos Colectivos a través de la tierra y el territorio ¿por qué no hacerlo acá en Chile o en Guatemala?”. Así, ejemplifica: “En el caso de Guatemala, es el sector económico que bloquea y manipula al sector político, que tiene en sus manos el Congreso de la República, entonces lo domina”.

Luego, explica que Chile debe hacer más consciencia de lo que están demandando los Pueblos indígenas y sus derechos colectivos y ciudadanos: “Ningún Pueblo está solicitando la secesión, no estamos pidiendo dividir el país, si no que estamos pidiendo se nos reconozca en la Carta Magna: con ello estamos diciendo que somos ciudadanos todos/as y tenemos los mismos derechos a honrar artículos, ya que las Constituciones dicen que somos iguales en oportunidades y derechos, entonces no habría problema en que reconozcan a los Pueblos Indígenas”.

Para finalizar, reflexiona: “En estos tiempos, puesto que somos diversos, necesitamos políticas diversas. Necesitamos un presupuesto nacional orientado a la diversidad. Por otro lado se requiere que el Estado cumpla el Convenio 169 que señala que, cuando las empresas con el aval de los Estados quieran hacer algún tipo de mega proyecto hacia territorios indígenas, debe existir un consentimiento libre, previo e informado, que es un principio Universal para cualquier grupo humano, un derecho para todos y todas. Cuando no están consultando, están violando la Ley y los Derechos Humanos”.

“Seamos o no indígenas, debemos unirnos para que cumplan nuestros derechos como mujeres”

Desde el Centro de América, Aura Recimos, Guatemalteca, nos comenta sobre algunas problemáticas que viven, entre ellos la violencia hacia la mujer que particularmente afecta de manera más profunda a la mujer indígena, según nos relata. Así, nos explicita además sobre diversas problemáticas asociadas a los conflictos medioambientales, a la tierra y territorio, al agua, a funcionarios que no atienden las necesidades, a la crítica situación que se vive en los hospitales, a la escasez y precariedad laboral, entre muchos otros. “Las mujeres, seamos o no indígenas, debemos unirnos para que cumplan nuestros derechos como mujeres”, nos comenta Aura.

Tal situación, se repite a lo largo de Sudamérica según nos relatan mujeres Aymara, Cacha, Charrúa, Colla, Diaguita, Guaraní Occidental, Harakbut, Kankuamo, Likan Antai, Mapuche, Rapa Nui, Quechua y Wayu, que a continuación comparten parte de su historia, cosmovisión, problemáticas, y su visión sobre los desafíos de las mujeres indígenas en Sudamérica.

Voces y luchas de las mujeres indígenas en Sudamérica

Aymara

Maribel Santamaría Mamani, secretaria de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa de Bolivia, de la Nación Aymara, nos comenta sobre su Pueblo en contexto Boliviano: “Somos un Pueblo milenario, que tiene historia, cultura, conocimientos, sabidurías, un diálogo con la Pachamama, para cualquier reunión se pide permiso para la madre tierra, a través de la hoja de Coca, que está presente en toda reunión: en las reuniones familiares, comunales, en algún taller, para empezar la siembra, así hay una comunicación constante. Pedimos fuerza, sabiduría, valor, energías positivas para seguir fortaleciéndonos. Llevamos dos símbolos muy importantes en nuestras vidas: nuestra abuela Bartolina Sisa y Tupac Katari, héroes que han luchado por la liberación de nuestros Pueblos en la época colonial, llevamos ese ejemplo, esa fortaleza, estamos siguiendo sus pasos”.

Sobre las problemáticas que viven en Bolivia, nos explica: “No es fácil implementar los cambios, si bien Bolivia es un Estado plurinacional, tenemos dificultades en implementar las normativas. Es importante descolonizar la descolonización. La descolonización es todo un proceso, estamos en ese proceso, de despatriarcalizar, todavía tenemos mucha lucha por seguir, hemos dado un pasito, nos falta mucho más por trabajar”. Así, metafóricamente, nos comenta: “Para eso estamos como organizaciones, fortaleciéndonos orgánicamente, es importante tener ejércitos, soldados organizados, Aymaras, Quechuas, Guaraníes, de todas las nacionalidades porque si no estamos organizados no vamos a poder lograrlo. Estamos en ese proceso de construcción”.

“Son muchos los desafíos que tenemos que hacer como mujeres indígenas”, señala. Así, comenta: “Tenemos que mantener nuestra identidad, hemos traspasado más de 500 años y seguimos actualmente mostrando nuestra identidad, nuestra cultura”. Así, nos explica que el rol de la mujer ha sido muy fundamental en mantener la identidad. Luego, se refiere a la relevancia del idioma materno “por medio del idioma nos hemos comunicado y persistido hasta la fecha. Debemos seguir recuperando nuestros idiomas de los pueblos indígenas que se están perdiendo”. Así, nos relata sobre diversos aspectos de su Pueblo, entre ellos, las vestimentas que tienen toda una historia: “nuestros tejidos tienen todo ese conocimiento que nos han heredado nuestros abuelos”, para finalmente destacar la necesidad mantener la identidad, el idioma y dialogar entre los Pueblos. “El vivir bien es el futuro que tenemos que reconstruir todos”, finaliza señalando Maribel.

Doris Moscoso Castro, Aymara, de la Comunidad de Cancosa, en la comuna de Pica, ubicada en la zona alto andina de la región de Tarapacá en Chile, nos comenta las problemáticas que viven y que están asociadas a las mineras, que “generan escasez de agua y causando daño a la flora y fauna principalmente” según nos explica. Luego, nos comenta que uno de los principales desafíos de las mujeres indígenas son “el trabajar en comunidad con los/as pobladores/as, y conocer las herramientas jurídicas que son el sustento para defendernos ante el gobierno, ante las empresas y mineras extranjeras, frente a las autoridades locales y regionales” comenta. Por su parte, Nélida Moscoso Moscoso, de la Comunidad de Cancosa igualmente, Aymara, integrante de la organización “Asociación indígena de mujeres de la región de Tarapacá” que está dirigida al fortalecimiento para las mujeres indígenas de diversos Pueblos Indígenas, nos comenta sobre los impactos ambientales que causa la extracción minera en el norte, particularmente BHP Billinton, Cerro colorado y que afectan a su Pueblo: “Hoy estamos en un proceso de demanda con la minera porque no fuimos incluidos en la consulta. Le exigimos el Estado que, dado que el permiso de la Resolución de Calificación Ambiental que aprueba el proyecto de BHP sea dejado sin efecto, dado que no se cumplieron los presupuestos que establece la Ley. Es una situación difícil, sin embargo esperamos fortalecer nuestras bases para proteger nuestros territorios”.

Sobre los desafíos de las mujeres indígenas, nos señala: “Tenemos que sensibilizar a nuestras bases”. Así, finaliza señalando: “Tengo la convicción que la unión es la única forma de lograr nuestros objetivos, en este caso proteger nuestros orígenes, proteger nuestra cosmovisión y revitalizarla. Como mujer tenemos esa tarea.”

Por su parte, Rosa Quispe Huanca, mujer Aymara y cantautora en Pozo Almonte de la Provincia del Tamarugal, en la región de Tarapacá en Chile, nos señala sobre las problemáticas que viven como Pueblo: “Sufrimos de la sequía y falta de agua por ser extraídas de forma injusta e inconsciente por las mineras que están extrayendo los materiales propios de nuestra tierra”. Así, nos comenta que hay otras problemáticas, algunas internas como “la desunión en el Pueblo”, así comenta: “como desafío me planteo unir a nuestras mujeres para organizadamente luchar contra estas problemáticas que no solo atañen a nuestro pueblo si no que a todo Ser Humano que habita nuestra tierra, llamada por nosotros “Pachamama”. Es importante poder unirnos para luchar para cambiar la situación que estamos viviendo”. Sobre el cuidado de la naturaleza, señala que en general hay una falta de consciencia en cuanto a la contaminación ambiental: “partiendo por las bolsas de plástico, las botellas desechables… Las mineras están contaminado el aire, por otra parte, se están instalando paneles solares de forma extensa en grandes terrenos lo que finalmente afecta la salud. Es un problema para toda la comunidad”. Así comenta: “Las leyes están hechas para favorecer a los grandes empresarios que lucran con la naturaleza, con el agua, el aire, la vegetación, flora y fauna”.

Finalmente, se refiere a otra problemática que viven como Pueblo: “La proliferación de jóvenes que consumen droga. Al respecto, los políticos ni los gobiernos han tenido la capacidad para enfrentar estos problemas que no sólo atañen a nuestro Pueblo si no a los otros, a los no indígenas. Es triste ver a las mamás preocupadas de sus hijos y no tener donde recurrir” comenta.

América Calle Calle, del Pueblo Aymara, de la comuna de Camarones, de la provincia de Arica en Chile, nos comenta sobre la cosmovisión de su Pueblo y sobre diversas problemáticas que viven, entre ellas el no reconocimiento en la constitución chilena. Luego se refiere a la disputa entre el Pueblo Socoroma y la entrega de territorios ancestrales indígenas por parte de Bienes Nacionales al Ejército para fines militares. Sobre la mujer indígena, comenta: “A futuro debieran aparecer futuras líderes que tengan mayor incidencia, debiera haber más unión y trabajo en equipo, un pueblo unido jamás lo vencerán”. Así, agrega: “Debiéramos dejar un legado y ser reconocidos en la Constitución política de acuerdo a los estándares que nosotros como Pueblos Indígenas solicitamos, eso sería un gran avance. Todos los pueblos necesitamos ser reconocidos”, finaliza señalando.

Finalmente, Rosa Maita Querquezana, Aymara en la región de Arica y Parinacota, concejala, presidenta de la Comunidad Indígena de Visviri en la Comuna de General Lagos, secretaria de la Asociación Colliri Yatiri Pachacutaniña que es una asociación indígena que trabaja con medicina tradicional indígena, nos comenta sobre alguna de las problemáticas que afectan a su Pueblo: “Todos los territorios son de particulares, no hay problemas de tierra, pero sí hay problemas de agua, ya que está escaseando. Eso entra en conflicto con el gobierno y la reforma al Código de Aguas”. Luego, nos comenta que las mujeres debieran tener una preparación técnica y legal “para enfrentar a las mineras o a quienes quieran depredar nuestros territorios con bases técnicas”, comenta. Finalmente, Rosa señala: “Debemos empoderarnos, capacitarnos para incidir, para formar a las lideresas según sus propias necesidades. Los Pueblos indígenas deben unirse, es un desafío, armar fuerzas, sobre todo en Sudamérica”. 

Cacha

Carmen Tiupil, del Pueblo Cacha en Ecuador, nos comenta sobre la historia de su Pueblo: “Somos la raíz de la nacionalidad Ecuatoriana porque es la tierra donde nacieron los héroes, los grandes luchadores y guerreros en la época de Tawantisuyo: es la tierra de Atawalpa, de Purawá”. “En 1980-comenta- fue reconocida como la Primera Parroquia Indígena de Ecuador en el gobierno del abogado Jaime Mendoza. Nuestro Pueblo tiene a dos héroes que han sido reconocidos, que lucharon en la época de García Moreno por los diezmos y se rebelaron contra el trabajo voluntario, contra el tema que existía sobre las tierras: ellos son Fernando Daquilema y Manuela León, nuestros dos líderes”. “De acuerdo a ello- agrega- tenemos ese espíritu de movilización, de resistencia. Somos un Pueblo de historia y cultura”.

Así, nos comenta que actualmente son aproximadamente 3.700 personas como población, ya que la migración ha sido muy fuerte, situación que se repite en diversos Pueblos Indígenas en Sudamérica. Luego, nos comenta sobre la artesanía que realizan: “Nos caracterizamos por ello. Las mujeres tejen nuestras prendas de vestir, los hombres tejen sus ponchos”. Luego, Carmen se refiere a las problemáticas relacionadas a la tierra y el agua y que afectan a su Pueblo: “En muchas vertientes desaparece el agua, las tierras se han erosionado”. Del mismo modo, se refiere a las problemáticas asociadas a la educación: “Lastimosamente con la última ley que hubo en el anterior gobierno, se estancó el ingreso de los jóvenes de las comunidades a las Universidades”.

Finalmente comenta: “las mujeres debemos seguir educándonos, preparándonos ya que somos nosotras con nuestra sabiduría heredada de nuestros/as abuelos/as, más la ciencia que aprendemos de la teoría de las clases y de la formación política organizativa, quienes debemos debatir y emitir propuestas ante los gobiernos. Pero más allá de eso, debemos empoderar a nuestros Pueblos para que las mujeres veamos que sí tenemos un poder de liderazgo y demostrar que somos las herederas de la cultura”. Así, finaliza señalando: “De nosotras la mujeres depende que la historia de los pueblos permanezca y se fortalezca”.

Charrúa

Mónica Michelena, mujer indígena del Pueblo Charrúa, miembro del Consejo de la Nación Charrúa en Uruguay, nos cuenta sobre la cosmovisión de su Pueblo: “Nuestra cosmovisión es totalmente horizontal. Tenemos los cuatro puntos cardinales, los cuatro colores, las cuatro estaciones del año. Tenemos un vínculo muy fuerte con las 600 generaciones para atrás que nos respaldan y guían nuestros pasos. Cada vez que nace un/a niño/a, se lo/a presentamos a la Luna, ella nos guía, a ella recurrimos en los momentos fuertes de nuestra vida”.

Con ello, nos relata sobre la historia de su Pueblo: “Sufrimos un gran genocidio en 1831, tenemos 300 años de resistencia ante varios imperios: frente a los españoles, portugueses, ingleses y brasileros. Luego, el primer gobierno de la República de Uruguay realiza el genocidio por los territorios, porque nuestro modo de vida ancestral no se ajustaba a los planes de propiedad privada, de desarrollo, del avance de la civilización contra “la barbarie”. Así, en una encerrona, con engaños, encierran a 500 Charrúas y los masacran en 1831, en el genocidio de “Salsipuedes”, que aún no ha sido reconocido. 300 sobrevivientes los reparten como sirvientes y en las casas de familia de Montevideo, repartidos en el medio rural y en las ciudades. De esta dispersión es que nosotros resistimos. Somos comunidades dispersas, sufrimos el genocidio y etnocidio”.

“Hoy- nos comenta- estamos en un proceso de resurgencia, estamos recuperando nuestra memoria oral, estamos sistematizando, rescatando esas memorias y costumbres ancestrales. Algunos ritos y costumbres no se perdieron y otras, las estamos resignificando, es decir, practicando desde el hoy. Dentro del Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA) hay un grupo de jóvenes muy fuerte, que es la punta de lanza para la defensa del territorio que está muy masacrado, es como una revolución dentro de nosotros mismos”.

Luego, Mónica nos comenta sobre los proyectos extractivistas que aquejan el territorio: en Uruguay hay 3 pasteras, cultivos de eucaliptus, soya transgénica, agrotóxicos, y proyectos de minería, lo que se repite a lo largo de Sudamérica.

Posterior a ello, nos comenta el trabajo que realizan en CONACHA: “Estamos en red con la Asamblea Nacional Permanente que tiene más de 30 organizaciones ambientalistas, con los cuales trabajamos activamente” y así, nos cuenta sobre el Proyecto de la Escuela Intercultural Charrúa Itinerante, que es una escuela de formación interna, donde realizan talleres llegando a diferentes comunidades rurales y de la capital para reforzar su identidad y cultura, para fortalecer los derechos indígenas, la soberanía alimentaria, la recuperación de la memoria oral y los conocimientos ancestrales, Así, nos comenta: “Hacemos énfasis en los derechos porque una cultura sin cruzarla con los derechos indígenas se convierte muchas veces en folclorismo. La defensa de la tierra y del territorio sustentan a su vez los derechos indígenas, para así recuperar la cultura política”.

Sobre los retos de las mujeres indígenas, comenta: “Como mujeres indígenas debemos cumplir con nuestro rol de guardiana de nuestros saberes, como dadoras de vida, la mujer en el pueblo Charrúa ancestral tenía un papel muy protagónico y de complementariedad con nuestros hermanos hombres, de gran responsabilidad porque ella guarda la memoria ancestral, cuidaba los saberes y conocimientos tradicionales, tenía un vínculo muy fuerte con la luna”.

Para finalizar, Mónica señala: “Nosotras tenemos la palabra de la memoria, somos las que transmitimos esa memoria ancestral vinculada con nuestros territorios ancestrales que estamos en vía de recuperar lentamente porque el Estado uruguayo todavía no nos reconoce como Pueblo Indígena, pero tenemos algunos sitios que son sagrados que quisiéramos recuperar y estamos en camino a ello”.

Colla

Ana Quispe Gerónimo, de la Comunidad Indígena Colla Runa Urka, nos comenta: “Somos una comunidad de transhumancia, mantenemos de generación en generación nuestra cosmovisión. Somos crianceros de animales, siempre lo hemos tenido y vamos a morir con eso”.

Así, nos comenta de las afectaciones e impactos ambientales producto de las mineras Kinross y un proyecto arquero en la localidad: “Las mineras contaminan las aguas, secan las vegas, y con ello no hay alimento para los animales. Esa es nuestra batalla con las mineras, ellas se preocupan de extraer el mineral pero no se preocupan de dejar un ambiente que se pueda usar. Con la fuerza y pelea de nosotros ellos tienen que hacerlo. Nosotros no le pedimos que fueran para allá, ellos están invadiendo el territorio. Hoy estamos peleando nuestros derechos. Ellos creen que nos hacen pasar por tontos pero no lo somos: somos indígenas, no tontos”, enfatiza. En ese sentido, Ana plantea que no hay solución para la contaminación, sino llevar un monitoreo de aguas, cuidar la flora y la fauna, y especialmente las plantas medicinales que utilizan por sobre la medicina tradicional. Así, nos comenta sobre la importancia de educar a niños y niñas en la cosmovisión indígena: “Nosotros estamos luchando ahora, pero los/as pequeños/as tienen que aprender, para que sigan con la lucha, para que nunca se termine la transhumancia”.

Finalmente, Ana se refiere a los desafíos de la mujer indígena: “Como mujeres indígenas debemos seguir en la lucha, no decaer, no caer en las palabras de los poderosos, ser fuertes, de una sola línea en la lucha por nuestras tierras, por nuestros animales, por la transhumancia, para que el Estado no pase llevan a los comuneros, a las comunidades ni al medio ambiente. Siempre tenemos que luchar, todo indígena tiene el tema de tierras, de agua, todos luchamos por lo mismo, si nos unimos podemos lograr muchas cosas. Antiguamente los indígenas eran todos comunitarios, nadie era dueño de nada, todos los indígenas debieran defender comunitariamente los derechos”, nos relata.

Diaguita

María Gabriela Calderón Álvarez, del Pueblo Diaguita en el norte de Chile, nos comenta: “Varias comunidades están enfrentando problemas de tierras ancestrales donde se encuentran tratando de lograr el reconocimiento de ellas, sin embargo, no han contado con el apoyo ni han sido escuchados. Llevan mucho tiempo luchando por el reconocimiento de las tierras ancestrales. Hay otras comunidades afectadas por la escasez de agua producto de la gran minería. En la zona se encuentra Pascua Lama que pone en peligro y afectación a los glaciares que son los hielos eternos. Hay otros proyectos importante que están en veremos y por eso se está en alerta”.

Luego, se refiere a los desafíos de las mujeres indígenas: “Debemos prepararnos, capacitarnos para poder enfrentar las problemáticas de cada pueblo, con los conocimientos adecuados para poder ser oídos. Debemos poder aplicar las herramientas jurídicas, hay que capacitar a los/as dirigentes en temas normativos y jurídicos y entender todo esto con la cosmovisión de los Pueblos”. En ese sentido, comenta que se requieren equipos multidisciplinarios que tengan claridad en las problemáticas de cada uno de los Pueblos. “Si logramos unirnos para trabajar en conjunto, los objetivos que se pueden lograr son más grandes”, comenta. “Desde cada una de nuestras áreas podemos aportar, para lograr incidencia y generar cambios”,finaliza señalando.

Guaraní Occidental

Lis Carolina Orúe Cruzabie es de la comunidad de Santa Teresita en el Chaco Paraguayo, del Pueblo Guaraní Occidental, estudiante de Derecho e integrante de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Paraguay CONAMURI, organización en la que “se trabaja con mujeres indígenas y campesinas que buscan la independencia del Estado, y fomentan la política alimentaria sana” según nos explica.

“Actualmente– comenta- vivimos un problema de Educación, ya que no hay buenas Facultades que quieran ir a enseñar, no hay profesores, eso hace que los jóvenes migren a la ciudad y no vuelven al Pueblo Originario”. Sobre los desafíos de las mujeres indígenas, comenta: “debemos saber nuestra raíces porque al olvidar de dónde venimos, no sabemos hacia dónde vamos. Debemos enseñarle a las mujeres que depende de nosotras el cambio, para que no se violen nuestros derechos y principios fundamentales consagrados en los Derechos Humanos”.

Harakbut

Katherine Quique, del Pueblo Harakbut en la Amazonía Sur oriente del Perú nos comenta sobre su Pueblo, que abarca 10 comunidades que hablan el mismo idioma y que pertenecen a una zona de reserva de co-gestión entre el Estado y las Comunidades.

Así, se refiere a diversas problemáticas que afectan a su pueblo, entre ellos la tala ilegal de madera, la extracción indiscriminada de castañas, y la minería ilegal “principalmente por la presencia de personas externas que han venido gracias al Estado que les ha dado concesión dentro del territorio comunal, lo que ha generado conflictos socioculturales, medioambientales y legales”, comenta.

En el pueblo, nos comenta no se ven mujeres lideresas indígenas empoderadas, por tanto destaca la necesidad de fortalecer ello “para hacer frente al Estado junto con los hombres”, según nos cuenta.

Kankuamo

Omaira Cárdenas Mendoza, mujer indígena del Pueblo Kankuamo del Cerro Nevada Santa Marta en Colombia, nos comenta: “Tenemos el deber de la salvaguarda de la humanidad en cuanto a nuestros principios y mandatos espirituales”, así relata sobre la historia de su Pueblo: “Fuimos víctimas directas del conflicto armado, potencialmente con más de 400 indígenas Kankuamos asesinados, con una población esparcida y desplazada en todo el territorio nacional colombiano. Tenemos por tanto un impacto por el caso del desplazamiento forzado en seis capitales de Colombia: ello nos hace preguntarnos sobre qué implica ser indígena en la ciudad”.

Omaira comenta que como Pueblo siempre han tenido la resistencia como la identidad: “Sabemos de dónde venimos, sabemos de dónde somos”. Así explica: “Hemos podido mantener la unidad en medio de las dificultades y diferencias del contexto geopolítico de hoy, sabiendo que Colombia recientemente suscribió el Acuerdo de Paz. Como dicen las autoridades espirituales: nosotros somos históricamente dueños de nuestro territorio, eso lo tenemos claro para defender. Hemos permanecido en el tiempo no sólo como personas sino como indígenas Kankuamos donde quiera que vayamos”.

“Para nosotros- comenta- la resistencia, la minga, la movilización, la preparación, es importante. Así, nosotras las mujeres indígenas somos instrumento importante para que las generaciones presentes y sobre todo las futuras, sepan de dónde venimos y cuál es nuestro legado espiritual para seguir defendiendo lo que denominamos el Corazón del mundo. Como Pueblos Indígenas estamos llamados a la unidad, al territorio, a la identidad cultural, a la resistencia, a la movilización”. Los desafíos y retos que tienen como Pueblo son “seguir en la defensa de nuestros mandatos y legados espirituales traídos por nuestros ancestros” y como organización social en defensa de la justicia social, la equidad y participación son “seguir hablando, seguir haciéndonos escuchar en todos los escenarios donde nos encontremos a través de nuestros propios mecanismos. Es importante visibilizar nuestras luchas haciendo alianzas estratégicas, sobre todo en países latinoamericanos que tenemos crisis políticas, económicas, sociales, y aunar esfuerzos para eso”, explica.

Sobre las mujeres indígenas comenta: “Como mujeres somos Territorio, somos Vida, somos guardadoras de la humanidad, estamos llamadas a la palabra dulce, a seguir tejiendo el pensamiento al lado de nuestra complementariedad. Estamos guiando caminos para seguir en esta lucha incansable, para seguir combatiendo las diferencias y seguir construyendo una mejor humanidad, un mejor mundo”, finaliza señalando.

Likan Antai

Paula Zuleta, abogada indígena de la Comunidad Indígena de Toconao, del Pueblo Likan Antai en Chile, nos comenta sobre las problemáticas que viven y que están asociadas a la explotación del Litio: “a la zona llegaron empresas mineras que ha generado disputa territoriales y escases de agua. Actualmente estamos en contra del proyecto minero Purickuta que pertenece a una empresa canadiense Durus Cooper. Ellos tienen el derecho minero sobre las tierras, tienen el derecho de exploración y explotación en un sitio que es de Reserva Nacional de flamencos. Por ello las comunidades indígenas han decidido a través de asamblea rechazar el proyecto y llegar hasta las últimas instancias para que no se desarrolle este proyecto en la zona para proteger a los flamencos y la biodiversidad que es escasa y el agua. El proyecto que es la explotación de salmuera necesita harta agua, por eso hemos presentado recursos de protección. Estamos esperando la resolución del SEA para ver si la empresa requerirá una Declaración de Impacto Ambiental” señala.

Como mujeres, comenta Paula “debemos empoderarnos. Es fundamental la información, el conocimiento respecto a las problemáticas indígenas, como la aplicación del Convenio 169 de la OIT, la Ley indígena, entre otros. Debemos saber los mecanismos de defensa que tenemos para defender nuestro patrimonio histórico, cultural y territorial, para rescatar el cuidado, respeto y amor hacia la tierra que nuestros abuelos nos enseñaron”.

Mapuche

Glenda Cayuqueo Riquelme, Mapuche, encargada de la Oficina de Asuntos Indígenas de la comuna de Carahue en la región de La Araucanía en Chile, nos comenta que en la zona, el Pueblo Mapuche es tranquilo, trabajador, que busca el Mapuche Mongen, tratando con ello de mantener el equilibrio y espiritualidad en el Pueblo, respetando sus espacios culturales, espirituales y ancestrales. En la comuna, comenta que les afecta la escasez y contaminación de las aguas, debido principalmente a las forestales que sobre utilizan el agua para sus plantaciones y las contaminan a través de las fumigaciones con pesticidas. Asimismo, Glenda se refiere al vertedero que funciona de manera ilegal y que se encuentra junto a las comunidades Mapuche y que no cuenta con los requisitos mínimos para su funcionamiento, contaminando con ello los ríos Colico e Imperial y afectando social y económicamente a las comunidades Mapuche. En esa línea, plantea se están movilizando para cerrar el vertedero, así, asevera “vamos a cerrar el vertedero, es un desafío”.

De la misma forma, Glenda se refiere al reconocimiento a través del izamiento de la bandera Mapuche en Carahue, paso importante para que la comuna sea una comuna intercultural, si bien en Chile no existe reconocimiento constitucional hacia los Pueblos Indígenas: “Puerto Saavedra, Imperial y Tirúa ya son interculturales, el izamiento en Carahue es el primer acto para ser una comuna intercultural”, comenta. Finalmente, Glenda reflexiona: “Las comunidades indígenas, sean Mapuche, Aymara, o de cualquier otro Pueblo estamos sufriendo lo mismo a nivel Latinoamericano, todos tenemos similares problemas asociados a las aguas, a la tierra y territorio”.

Rapa Nui

Isabel Pakarati Tepano, Rapa Nui, reconocida como Tesoro Humano Vivo, se refiere a las problemáticas en su Pueblo: “Nuestro problema es el Estado de Chile. Pascua sufrió el maltrato y discriminación del continente hacia la gente de la isla. Las generaciones que supieron eso, lo llevan dentro del corazón. Eso quedó marcado y lo comparten por medio de la transmisión oral”. Así, nos cuenta extensamente sobre la historia y cosmovisión de su Pueblo. Nos comenta: “Hace tiempo atrás, Pascua fue declarado por el Estado como una isla con lepra que llegó desde afuera, por eso la gente de la isla fue discriminada por las autoridades del Estado. Ese maltrato se mantiene, de forma distinta, pero se mantiene, aunque hay leyes como la Ley indígena y el Convenio 169. Hoy igual peleamos por nuestros derechos” nos comenta. Posterior a ello, nos explica: “Como mujeres Rapa Nui debemos luchar por nuestros derechos. Debemos tener tierra para generar los recursos propios, en el caso de nosotros, debemos tener mar”. Así, Isabel se refiere a la contaminación de las aguas en la isla: “La vida de la isla está cambiando por la contaminación del mar. Los otros países botan la basura al agua, lo que afecta a los peces: llega un plástico muy fino que se mete entre las piedras, en las orillas de las playas, los peces lo comen y se enferman. La contaminación mundial afecta a todos los Pueblos Originarios”.

Finalmente, Isabel realiza el Kai Kai, juego de hilos entrelazados entre sus manos que forman figuras, relatando con ello un antiguo relato de profunda significación en la cosmovisión Rapa Nui.

Quechua

Luisa Cuenca Bravo, del Pueblo Quechua del Departamento de Potosí, integrante de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa de Bolivia, nos comenta: “Vivimos el problema de la contaminación de las concesiones mineras, pero estamos trabajando con el Estado en una Ley de cooperativas mineras de metalurgia y medio ambiente; para tratar de solucionar el problema. Estamos dialogando con los hermanos mineros, porque nosotros en Potosí vivimos con los minerales, no podemos contradecir ello”. Así, Luisa comenta: “Como mujeres hay que avanzar y asumir el diálogo, capacitar a las hermanas de la comunidad, formar líderes, con eso podemos salir de la pobreza y de nuestros problemas. Si no podemos estar organizadas, estar unidas no podemos hacer nada. Nosotras somos millones de mujeres organizadas en Bolivia”, finaliza señalando.

Wayu

Yasmily Palmar, del Pueblo Wayu en la Península de la Guajira, en la zona sur de Venezuela es integrante de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Zulia, que está conformada por los 5 Pueblos indígenas de la región y que es base del Consejo Nacional Indio que tiene participación política como partido político dentro del Consejo Nacional Electoral Venezolano. Yasmily nos comenta: “Tenemos problemas de discriminación hacia las mujeres indígenas de parte del Estado, la guardia Nacional, el Ejército no reconoce nuestra forma de cultural como tal. Nos atropellan, la misma población occidental nos tienen estigmatizados. Hoy con el problema de la guerra económica que tiene Venezuela nos dicen que somos las “bachaqueras”, es decir, las personas que contrabandeamos la comida para Colombia”. De igual forma, se refiere a las afectaciones sociales y medioambientales producto de la minería: “Tenemos el problema de la minería en el sur de Venezuela en la Amazona, porque el Estado dio unas concesiones mineras a empresas chinas que se llama “Arco Minero”. A pesar que en Venezuela tenemos un amplio piso jurídico, ya que tenemos las leyes de demarcación de tierras colectiva, que son títulos de propiedad colectiva, el Estado no nos ha cumplido en cuanto a esa titulación, sino más bien ha permitido a que las empresas privadas hayan entrado a nuestras tierras indígenas. Eso ha traído grandes consecuencias en movilizaciones actualmente, las organizaciones se están manifestando, demandando al Estado por la entrada de las mineras”, comenta.

Finalmente, se refiere a algunos desafíos de las mujeres indígenas, entre ellos la formación y educación en el Buen Vivir de los/as niños/as: “para que nuestros hijos sientan lo que sentimos nosotros por nuestra tierra, por nuestra cultura, que ellos/as no pierdan el sentido de pertenencia a la comunidad, a su Pueblo, para que no se avergüencen de ser indígenas. Los/as niños/as son las semillas, de ahí parte todo, porque así tendremos siempre líderes y lideresas en el ámbito regional, nacional e internacional. De nosotros depende la formación en nuestra propia cultura. Debemos tener cuidado de decirles que cuiden el ambiente, las relaciones y mitología. En el mundo occidental eso se va perdiendo, solamente así podremos mantener la cultura”,comenta.


* El presente artículo, se realiza en el marco del Diplomado para Fortalecimiento del Liderazgo de la Mujer Indígena en Chile, realizado en octubre del año 2017 en Santiago de Chile, impulsado por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), a través de la Universidad Indígena Intercultural (UII), la Corporación Nacional de Desarrollo indígena (CONADI) y la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

[1] Otilia Lux de Cotí fue Ministra de Cultura y Deportes de Guatemala; miembro del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas; diputada al Congreso de Guatemala por el movimiento político indígena WINAQ; representante de Guatemala ante el Consejo Ejecutivo de la UNESCO; directora Ejecutiva del Foro Internacional de Mujeres Indígenas FIMI, entre otros.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Oramos por la recuperación en Filipinas:Tifón dejó destrucción, desaparecidos y fallecidos.

Foto: http://www.jorgecastronoriega.com/wp-content/uploads/2017/12/tifon7-696x427.jpg

Mas de 240 muertos deja a su paso tifón Tembin, además de decenas de personas desaparecidas en Filipinas

Voz de América, 27 de diciembre, 2017.- El paso de una poderosa tormenta por el sur de Filipinas durante la Navidad dejó muerte, destrucción y decenas de personas en refugios de emergencia.

Según informaron las autoridades al menos 240 personas fallecieron mientras la región intenta responder y recuperarse de la poderosa tormenta tropical Tembin que también provocó deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas, especialmente en las provincias de Lanao del Norte (foto) y Lanao del Sur, y en la península de Zamboanga.


Tembin se convirtió en tifón antes de salir del país el día de Navidad con dirección a Vietnam, donde las autoridades activaron un plan para evacuar un millón de personas desde áreas bajas a lo largo de la costa sur.

El gobierno también ordenó medidas de protección para plataformas y barcos de petróleo.

Filipinas, que es azotada por 20 tifones al año, emite advertencias de forma rutinaria, pero el nivel de destrucción provocado por la tormenta tropical Tembin en Mindanao desde la noche del viernes cogió a muchos por sorpresa. La temporada de lluvias empieza, por lo general, en mayo o junio y concluye en noviembre o diciembre.

Funcionarios de desastres dijeron que muchos aldeanos habían ignorado las advertencias de abandonar las zonas costeras y alejarse de las riberas de los ríos, y se vieron arrastrados por las inundaciones repentinas y los deslizamientos de tierra.

El gobierno de Rodrigo Duterte ha movilizado al ejército para ayudar con las labores de rescate y localización de las personas desaparecidas.

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Fuente: Servindi

jueves, 28 de diciembre de 2017

La violencia de Dios en un pesebre.


Marco Antonio Velásquez

La escena del Hijo de Dios en un pesebre, que nace en el vientre virginal de una mujer sencilla, en una ciudad insignificante y desconocida como Belén, más allá de la tierna inocencia con que ha sido descrita, a través de la historia, es de una fuerte carga emocional que contiene toda la impotencia de Dios hacia la humanidad. La escena, tantas veces repetida y ritualizada, más que nunca con fines profanos, representa una escenografía que violenta la conciencia de cualquier espectador, pasivo o activo.

Una criatura, humana y divina, rodeada de todos los signos del abandono, de la marginalidad y de la indiferencia social, representa la más brutal contradicción del pensamiento de Dios para su Hijo.

Sin embargo, la obra de Dios así graficada no busca someter a su Hijo a la ignominia de la indiferencia humana; tampoco busca humillar ni mancillar la dignidad de esos padres impotentes que sufren el desprecio social que les ha caído en suerte, al no encontrar un espacio digno para el nacimiento de su hijo. En esa escenografía, Dios cuenta con la colaboración santificadora de su Hijo, de María y de José.

Dios que, en el transcurso de la creación, actúa como oculto desde una aparente lejanía celestial, ha decidido irrumpir con fuerza en la historia, recreando ese momento con una síntesis de la barbarie que provoca la actuación humana. De ahí que la belleza y la esperanza de todo nacimiento, sea violentada con los signos del desamparo y el abandono.

Es así como Dios, sin palabras, y con la elocuencia de los hechos, se vuelve contra los espectadores del pesebre para quebrar la conciencia humana y mostrar con nitidez ese lado oscuro, que se oculta tras los sombríos pensamientos que provocan la injusticia, la tristeza y la marginalidad.

Entonces, en el pesebre conviven la esperanza y el reproche. Y así, como el trigo y la cizaña conviven en el mismo corazón humano, la esperanza y el reproche anidan en cada persona de buena voluntad.

Porque al contemplar el pesebre del Hijo de Dios, afloran las propias esperanzas y también esas secretas oscuridades. Sólo así, es posible adentrarse en ese mundo interior donde están los elementos esenciales para hacer ese pesebre personal, donde pueda nacer lo mejor de cada uno, con la potencialidad del bien creador que puede hacer realidad la esperanza de todos.

Esa es la noche luminosa de todos los perdedores de la historia, y también de los ganadores, que tienen la potencialidad de unirse en un abrazo celestial, para construir ese gran pesebre de los hijos e hijas de Dios. Feliz Navidad.

Fuente: opinión.cooperativa.cl

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Humano como Jesús sólo Dios mismo.



Leonardo Boff

La Navidad nos hace recordar nuestros orígenes humildes. El Hijo de Dios no quiso nacer en un palacio con todo lo que tiene de pompa y de gloria. No prefirió un templo con sus ritos, inciensos, velas encendidas y cánticos. Ni siquiera buscó una casa mínimamente decente. Nació allí donde comen los animales, en un pesebre. Sus padres eran trabajadores pobres, del campo y del taller, en camino para cumplimentar un censo impuesto por el emperador romano.

Esta escena nos remite a la situación presente en nuestro país y en el mundo: millones y millones de pobres, muchos hambrientos, y otros tantos millones de niños con los ojos casi fuera de las órbitas a causa del hambre y de la delgadez extrema. La mayoría muere antes de cumplir los 3 años. Ellos actualizan para nosotros la condición escogida por el Hijo de Dios.

Al elegir a aquellos que no existen socialmente y a los considerados como invisibles, el Hijo de Dios quiso darnos un mensaje: hay una dignidad divina en todos estos sufridores. Hacia ellos debemos mostrar solidaridad y compasión, no como pena, sino como una forma de participar en su sufrimiento. Siempre habrá pobres en este mundo, ya lo dice la Biblia. Razón de más para que retomemos siempre la solidaridad y la compasión. Si alguien hace el mismo camino, extiende la mano y levanta al caído, y más aún, si alguien se hace compañero, es decir, aquel que comparte el pan, el sufrimiento se vuelve menor y la cruz más ligera.

Quien está lejos de los pobres, aunque sea el cristiano más piadoso, está lejos de Cristo. Siempre cabe recordar la palabra del Juez Supremo: “Lo que hagas o dejes de hacer a estas hermanas y hermanos míos más pequeños: los hambrientos, los sedientos, los encarcelados y los desnudos, a mi me lo hiciste o dejaste de hacer” (Mt 25,40).

La Navidad es una fiesta de contradicción: nos recuerda que el mundo todavía no ha sido humanizado porque somos crueles y sin piedad con aquellos castigados por la vida. La Navidad nos recuerda esa misma situación vivida por el Verbo de la vida, el Hijo hecho carne.

Por otro lado, en Navidad nos alegramos de que Dios en Jesús “mostró su bondad y jovialidad para con nosotros” (Epístola a Tito 3,4). Nos alegra saber que Dios se hizo un niño que no juzga ni condena a nadie. Solo quiere, como niño, ser acogido más que acoger, ser ayudado más que ayudar.

Me complace terminar esta pequeña reflexión con los versos del gran poeta portugués Fernando Pessoa. Pocos han dicho cosas más bellas que él sobre el Niño Jesús:

“Él es el Niño Eterno, el Dios que faltaba.

Él es lo humano natural,

es lo divino que sonríe y que juega.

Por eso sé con total certeza

que Él es el Niño Jesús verdadero.

Es un niño tan humano que es divino.

Nos llevamos tan bien el uno con el otro,

en compañía de todo,

que nunca pensamos el uno en el otro.

Pero vivimos los dos juntos,

con un acuerdo íntimo

como la mano derecha con la izquierda.

Cuando yo muera, hijito,

que sea yo el niño, el más pequeño.

Tómame en tus brazos

y llévame dentro de tu casa.

Desviste mi ser cansado y humano

y acuéstame en tu cama.

Cuéntame historias, si me despierto,

para que vuelva a dormirme.

Y dame sueños tuyos para jugar,

hasta que nazca cualquier día

que tu sabes cuál es.”

Después de esta belleza sencilla y verdadera sólo me queda desear una Feliz Navidad serena a todos en este mundo nuestro tan perturbado.

*Leonardo Boff es articulista del JB on line, teólogo y escritor y ha escrito: Sol da Esperança: Natal, histórias, poesias e símbolos, Mar de Ideias, Rio 2007.

Traducción de Mª José Gavito Milano

domingo, 24 de diciembre de 2017

¿Noche de paz? En el mundo hay más de 40 conflictos armados activos.




Las religiones predican paz, pero la Tierra está en guerra permanente. Muchas de ellas, por choques de creencias y defensas fundamentalistas de dogmas de fe. En los conflictos armados, más o menos activos o larvados, aunque todos sin declaración oficial de cese de hostilidades o procesos de desarme sellados, hay 67 países involucrados y 775 movimientos insurgentes. 

MADRID

DIEGO HERRANZ 

Otro año que vivimos peligrosamente... con más de una cuarentena de conflictos armados a lo largo y ancho del planeta. Algunos de larga duración, como el del Sáhara Occidental, con entre 14.000 y 21.000 muertos, que inició las hostilidades en 1970. O el colombiano, que aún mantiene en vilo a las fuerzas de seguridad con las FARC, el ELN, los paramilitares y los capos de la droga y sus poderosos cárteles, y que se inició allá por 1964 y ha acabado con la vida de más de 220.000 personas desde entonces. Pero también el de la República del Congo y que, a día de hoy, tiene al Ejército en una ofensiva en la región sureña de Katanga para combatir al movimiento rebelde e independentista Mai-Mai y que sólo desde 1997, año a partir del cual la contabilización de las víctimas se elabora con rigor objetivo, ha dejado más de 2.700 víctimas mortales.


Las más longevas de las confrontaciones bélicas no respetan continentes. Ni sistemas políticos. También han estado activas largas décadas, pese a los esfuerzos diplomáticos internacionales por conseguir algún tipo de armisticio. Cuatro de los más representativos siguen con la llama del enfrentamiento encendida. El conflicto palestino-israelí colisiona, desde 1948 -es decir, desde el instante mismo de la proclamación del Estado hebreo- la defensa del territorio, principio en el que asienta la doctrina de Tel Aviv, con la búsqueda del reconocimiento mundial a la creación de un Estado palestino en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental. Más de 120.000 personas han perdido la vida desde entonces.


En este escalafón hay que mencionar la guerra declarada y abierta entre las dos Coreas. A cuenta del paralelo 38, una superficie de 160 millas de largo y 2,5 de ancho que sigue siendo uno de los puntos más conflictivos del planeta desde la conflagración que duró entre 1950 y 1953 y que dividió en dos la península coreana. Más de 900 muertos. Una tensión permanente que guarda muchas similitudes con Cachemira. En este caso, entre Pakistán, India y grupos rebeldes que, desde 1947, reivindican este territorio al borde del Himalaya, entre los dos gigantes asiáticos, que conservan sus rencillas desde su segregación. Entre 47.000 y 100.000 muertos, según las fuentes que se consulten. ¿Demasiadas? No parece, si se tiene en cuenta que no ha pasado ni un sólo día, desde esa lejana fecha, en el que no haya habido algún intercambio de disparos.


El cuarto en discordia afecta a Indonesia, donde aún persisten ataques esporádicos a lo largo de la llamada Línea, entre movimientos separatistas indígenas de la Papúa indonesa y de la Papúa Occidental, que ocupan la mitad de Nueva Guinea, y que ha costado la vida, desde 1969, a unas 100.000 personas.


Un hombre lanza escombros desde un edificio en ruinas por los estragos de la guerra en Ucrania./REUTERS


El centro de investigación IRIN -originariamente, Integrated Regional Information Network- que, durante 17 años, hasta enero de 2015, perteneció a la estructura de Naciones Unidas y que, a partir de esa fecha, se auto-declara organización independiente dedicada a la información y el análisis de los conflictos bélicos asegura que, en 2017, hay más de cuarenta hostilidades activas en todo el mundo, que involucran, en mayor o menor medida, a 67 países, para un total de 775 grupos rebeldes armados, bien sean milicias, guerrillas o movimientos anarquistas, separatistas o terroristas. De ellos, África sufre el mayor número de embestidas. Nada menos que 29 de sus naciones, con 240 movimientos. Le sigue Asia, con 16 países y 171 grupos, Europa -10 Estados y 81 facciones- y Oriente Próximo, con 7 países, pero con una cifra más que notable de insurgencia activa: 253 organizaciones. América ha soltado lastre de manera extraordinaria: 6 naciones y 27 movimientos insurrectos, la práctica totalidad de ellos, cárteles de narcotráfico.

De todos ellos, 43 obtienen el tratamiento oficial de conflicto de origen independentista: 21 en Asia y 12 en Europa.


Sin embargo, también hay conflictos olvidados. Alejados de los focos de atención mediática de guerras como la de Irak, Siria, Afganistán o Ucrania. Aunque sean pasajeros en el tiempo. Estos son diez de esas guerras abiertas sin apenas repercusión internacional. Muchos de ellos pueden considerarse conflictos larvados. En estado latente. Otros, mantienen una intensidad oscilante, según los años. Pero todos están en activo y conservan su capacidad de destrucción.
10.- Guerra civil de Somalia


Estado creado en 1960, colapsó en 1991 cuando el presidente Siad Barre fue depuesto de sus funciones. Sin gobierno, el país fue presa de grupos insurgentes y señores de la guerra durante varios años. Un Ejecutivo débil y muy variopinto en su configuración política logró formarse en 2000. Fue un intento baldío de controlar el país. Hasta que, en 2012 se celebraron las primeras elecciones desde 1967.


El nuevo gabinete que salió de las urnas intentó estabilizar Somalia, pero su misión se ha visto permanentemente violentada por las acciones de grupos insurgentes que se relacionan con Al-Shabab y Al-Qaeda. Tropas estadounidenses entraron en 2007 en el país en otro intento de instaurar la paz, pero los movimientos armados lo impidieron.
9.- Guerra de Darfur


No news, good news? En este caso, la premisa no se cumple. Darfur continúa siendo atacado por parte de las fuerzas gubernamentales sudanesas. El año 2016 fue especialmente sangriento para la población civil. Hasta el punto de que, además, Naciones Unidas estima que la región soportó el desplazamiento de más de 190.000 personas. Las fuerzas de pacificación de la ONU han sido asediadas por el Ejército sudanés, que se ha hecho con el control de la zona. Más de 2,6 millones de personas han tenido que trasladarse para evitar los efectos de la guerra. Y la lucha continúa.
8.- Guerra civil de Myanmar


Antes conocido como Burma. En guerra desde hace décadas. La contienda civil se inició en 1948. Desde el golpe militar de 1962, varios grupos armados se oponen al control militar del poder. Hay numerosos grupos étnicos que combaten por ser el movimiento dominante que se enfrente al gobierno militar. Desde el Ejército Arakan de Liberación, al Ejército Chin Nacional o el Kachin. Pero hay una docena. Todo pretende crear el caos en Myanmar. Un acuerdo de cese el fuego fue firmado por la cúpula armada del gobierno y varios de los grupos insurgentes en 2016. Sin embargo, tres de ellos se negaron a rubricar el tratado y mantienen activas las hostilidades. En los últimos tiempos, estos movimientos tuvieron fricciones en la frontera china. No hay visos de que pueda pararse tampoco esta guerra de más de siete décadas.


Un soldado sujeta una metralleta en Myanmar./REUTERS

7.- Guerra civil de Sudán del Sur


El último estado en nacer tampoco ha tenido un parto incruento. Desde diciembre de 2013, más de 50.000 personas han perdido la vida en este conflicto nacional que también cuenta con 1,6 millones de desplazados. A pesar de que hay cerca de 14.000 cascos azules que han tratado de impedirlo. En un intento de acabar con la guerra civil, el presidente Salva Kiir firmó un acuerdo de paz con el líder rebelde Machar en 2015 por el que hacía a este último vicepresidente. Pero en 2016 la violencia rompió el trato y todo intento posterior de restablecer la estabilidad. Pese a que Machar abandonó el país, Sudán del Sur sigue en pie de guerra. Está, incluso, en una nueva escalada, con aumento del número de muertos y la reducción a casi la mitad (7.500) de efectivos de la ONU.
6.- La insurgencia en el Norte del Cáucaso


Esta región rusa ha protagonizado una violencia habitual desde hace dos décadas. A pesar de que se ha reducido el número de muertos en los últimos dos años. Pero, aun así, varios grupos insurgentes se han unido al Estado Islámico, que han realizado emboscadas contra el Ejército de Rusia. Oficialmente, el Kremlin dice haber cesado sus actividades de contra-terrorismo en el área pero, extraoficialmente, las escaramuzas y los ataques continúan rompiendo el frágil equilibrio en la región, que delimita con los mares Negro, Azov y Caspio.
5.- La Guerra de la Cabinda, en Angola


Conocida también como la Guerra Civil de Angola o la Guerra olvidada de Angola. Región rica en petróleo, varios líderes insurgentes han intentado la separación del resto del estado y acceder así a la fuente de riqueza del oro negro. El gobierno angoleño ha repelido todos los intentos, la mayor parte de ellos, cruentos. En 2009, las autoridades del país declararon acabada la guerra; sin embargo, las hostilidades son frecuentes. Y los intentos de la autoproclamada República de Cabinda de conseguir el reconocimiento exterior a una hipotética independencia, también. Tan sólo Francia lo ha hecho. Para el resto del mundo, Cabinda pertenece a Angola.


Una mujer se manifiesta por la paz en Angola./AFP

4.- La Guerra del terror en Egipto


El grupo terrorista Walayat Sinai lleva atacando las instituciones egipcias desde 2005, aunque la intensidad de sus actos ha experimentado numerosos altibajos. En los últimos tiempos declara una alianza con el Estado Islámico. Su objetivo declarado es el gobierno egipcio, pero las víctimas han sido, mayoritariamente, civiles. Las autoridades de El Cairo han intensificado las reacciones contra Walayat Sinai. Amnistía Internacional ha mostrado una creciente preocupación por la desaparición misteriosa de supuestos terroristas de esta organización en manos del gobierno lo que, a su juicio, dificulta las negociaciones de paz.
3.- La Guerra híbrida de África


Empezó en Mozambique, pero se extendió por África central y meridional hasta naciones como Zambia, Angola o Malawi. Inicialmente, surgió entre el gobierno mozambiqueño y RENAMO, el movimiento de resistencia nacional del país. La violencia se intensificó en 2013 y las tenciones siguen abiertas. De hecho, otro grupo, FRELIMO, el llamado Frente de Liberación, es el que tiene el control actual en la región. Entre ambos movimientos hay una lucha sin cuartel. El gobierno de Mozambique, una de los poderes económicos del subcontinente africano, teme la extensión del conflicto a otras latitudes si interviene de forma más directa.


Soldados del Ejército de Mozambique./AFP

2.- Tensiones militares en el Mar de China Oriental


Durante meses, Japón y China han elevado el tono por la hegemonía en el Mar de China Oriental. Ambos han incrementado, además, su presencia militar en la zona. Y se han producido algunas escaramuzas. China ha ampliado recientemente su flota naval y el número y la afluencia de sus patrulleras en las aguas internacionales. También Japón ha incrementado a más de 500 vuelos directos la frecuencia de sus incursiones aéreas. En disputa, las islas Senkaku/Diaoyu, que fueron reclamadas por Japón desde 1895. China reaccionó en los setenta del siglo pasado solicitando la soberanía sobre nueve de las islas de este micro-archipiélago. Japón echó más leña al fuego en 2012, cuando su gobierno adquirió tres islas de manos privadas.
1.- El conflicto de Nagorno-Karabaj


La violación del cese el fuego en abril de 2016 muestra que las tensiones por la disputa de las fronteras de esta región limítrofe entre Armenia y Azerbaiyán están lejos de remitir. Con un 95% de población armenia, de culto cristiano ortodoxo, el territorio pertenece a Azervaiyán, con unos habitantes mayoritariamente musulmanes. Tras el colapso de la Unión Soviética, iniciaron las hostilidades, en guerra abierta. A comienzos de los noventa, la región declaró su independencia. Desde el acuerdo de paz de 1994 las violaciones del acuerdo han sido frecuentes. Y violentos. Cinco soldados azeríes fueron asesinados por separatistas armenios en febrero de 2017 durante una batalla fronteriza entre ambas fuerzas.


Soldado del Ejército armenio./AFP


Fuera de este decálogo, hay otro conflicto, el de Yemen, que no sólo se podría encuadrar dentro de las contiendas bélicas semi-olvidadas. También es otro ejemplo de control de información y de opacidad. Sobre todo, desde que Arabia Saudí se hizo con la comandancia militar de la alianza del Golfo. Sin olvidar su capacidad para extender las tensiones a toda la región, otra de las más convulsas, ya de por sí, del planeta. Porque Riad ha gastado sumas ingentes de dinero en esta guerra, hasta descuadrar un presupuesto que habitaba en el superávit por los petrodólares, que también está utilizando para hostigar a su enemigo, Irán.


Yemen sufre una guerra civil que es un auténtico collage: luchas tribales, movimientos yihadistas y grupos que, sencillamente, luchan por la supervivencia. Pero, por encima de todo, lo que está en juego es la hegemonía del wahabismo saudí (suní) y la milicia chií Huthi, apoyada por Teherán. Naciones Unidas cree que tres cuartas partes de sus 28 millones de habitantes precisan de algún tipo de ayuda humanitaria. Su economía está colapsada y la esperanza de vida de la gente resulta una quimera. Por si fuera poco, a comienzos de diciembre, se hizo oficial el asesinato de Abdalá Saleh, el ex presidente del país y antiguo aliado rebelde. Probablemente a manos huthies, que le consideraban un traidor, según fuentes saudíes.


Dos hombres de la milicia chií Huthi, apoyada por Teherán, portan dos RPG ./REUTERS


El último Global Peace Index, del Institute for Economics and Peace, que incluye datos de 2015, ya revelaba que eran malos tiempos para la paz. Durante ese año, el número de muertes en combate había sido el más alto de los últimos 25 años, debido a los altos niveles de intensidad terrorista y a la mayor oleada de refugiados y desplazados desde la Segunda Guerra Mundial. La violencia, dice el estudio, tiene un alto coste. Nada menos que de 13,6 billones de dólares, si se mide en poder de capacidad de compra. Más que la economía de China a precios actuales del mercado. O cinco dólares por persona y día, si pagáramos todos los habitantes del planeta. U once veces el montante de la Inversión Extranjera Directa (FDI, según sus siglas en inglés) que fluye cada ejercicio económico por el mundo. Sólo en 2015.


Su versión de 2017 reconoce una ligera mejoría, que queda en stand by ante el creciente gasto militar de las grandes potencias. Estos son los cinco países que, a juicio de este barómetro, de reconocido prestigio internacional, lograron los mejores y peores resultados en los exámenes sobre pacificación de sus territorios. 


Fuente: publico.es

viernes, 22 de diciembre de 2017

El fin de la neutralidad: Internet, un instrumento del capitalismo.


Hasta ahora, todos los datos debían ser transportados con igual velocidad en Internet. En EE.UU. eso ha de cambiar pronto. Una evolución lógica, según Jörg Brunsmann. Solo que los políticos olvidaron hacer política.

Por Jörg Brunsmann

DW, 21 de diciembre, 2017.- Puedo entender a los proveedores de Internet. Desde hace casi un cuarto de siglo construyen y cuidan autopistas de datos, creando toda una infraestructura, y ven con envidia cómo sus clientes se enriquecen a destajo. Y eso, pese a que con una Internet de distintas velocidades ellos mismos podrían ganar mucho dinero de forma rápida y fácil.

Que los proveedores presionen para obtener una porción del suculento pastel de Google, Amazon, Apple y otros, no me parece bien, pero puedo comprenderlo. Internet, que ha enriquecido mucho a unos pocos, y muy rápidamente, también despierta la ambición. 


Licencia para hacer dinero

Lo que no entiendo es cómo el Gobierno de Estados Unidos vende esa tajada tan barata. Acabar con la neutralidad de Internet es una licencia para imprimir dinero para los proveedores. Ganarán miles de millones adicionales, sin tener que trabajar verdaderamente por ello. Para la esfera política habría sido una gran oportunidad de intervenir y plasmar el futuro. En lugar de eso, deja que las cosas sigan libremente su curso, y eso no puede salir bien para nosotros, los clientes.

Jörg Brunsmann

¿Conducirá el fin de la neutralidad de Internet a que las redes se amplíen y se vuelvan mejores y más rápidas? No, porque una "Internet Premium” solo funciona si hay en la red diferencias perceptibles de velocidades. Solo el atascamiento en la autopista de datos hace atractivo el carril de alta velocidad pagado. A los políticos les habría correspondido establecer estándares en este punto.

En fin de la Internet que conocemos

¿Puede un proveedor frenar incluso determinados flujos, solo para demostrarle al cliente premiumque realmente recibe un servicio mejor? ¿Y qué hay de la neutralidad con respecto a nosotros, los clientes? Resulta imaginable que en el futuro haya conexiones especialmente baratas a Internet, auspiciadas por Amazon, Facebook y otros, que solo brinden acceso a los datos de esas empresas. Ningún portal de compras, salvo Amazon; ninguna página de información al margen de Facebook.

También en este terreno deberían intervenir los políticos, si quieren rescatar un poquito del viejo ideal de Internet: que fuera una red mundial, en la que todos pudieran comunicarse e intercambiar conocimientos en igualdad de condiciones.

¡Adiós, Internet ideal!

Resulta difícil imaginar que el gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, piense en ese ideal y actúe en consecuencia. Trump les hizo un favor a sus amigos empresarios y, además, ha impuesto una decisión que su antecesor, Barack Obama, quiso evitar. Ya eso debe haber valido la pena para él. Pero Internet actuará como instrumento del capitalismo. Y se alejará cada vez más de la forma en que fue concebida.
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Fuente: Servindi