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domingo, 23 de diciembre de 2018

Mensaje de Navidad 2018 del Arzobispo Juan Carlos Urquhart de Barros.



“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Jn 8, 12)

Navidad: nacimiento, vida…la luz se hizo entre nosotros.

“Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo”.(Mt 1, 16)

Navidad: otra hermosa oportunidad para darnos un baño de luz y penetrar las sagradas escrituras para descubrir qué quiere Dios de nosotros y que tiene para nosotros.
Las sagradas escrituras anunciaron la venida del mesías, cuenta su vida entre los hombres y contiene su profecía: la segunda venida.

“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” (Ap. 1,3)

En esta Navidad: Dios tiene para nosotros un especial tesoro ¿Cuál es?
Solo hay una forma de descubrirlo y es tomar entre nuestras manos ese mapa que nos dejó Dios: leerlo, estudiarlo, entenderlo y vivirlo. Solamente caminando hacia ese tesoro, podremos apreciar y disfrutar de antemano la riqueza espiritual de su contenido.

“El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” (Is. 9, 2)

Que en esta Navidad, no interesa en que lugar del mundo te encuentres y en que condición, la conexión con Dios que sopla en tu interior es gratuita. Conéctate.

“- Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, pues su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarlo.” (Mt 2, 2)

Desde mi silencio como Pastor estaré como todos los días conectándome con Dios y desde allí iluminando a todas las personas de buena voluntad y trabajando para lograr la conversión de los alejados de Dios.

¡Feliz Navidad!
¡Feliz rememoración del nacimiento de la Luz!
¡Feliz reconexión con la luz!
Cristo Vive y camina con Nosotros.

Que Dios rico y misericordioso bendiga a todas las personas para la construcción de la paz en el mundo.



jueves, 20 de diciembre de 2018

Naciones Unidas aprueba Declaración de Derechos de los campesinos.

Fuente de la imagen: Red 21

La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el lunes 17 de diciembre la “Declaración sobre los Derechos de los Campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales”. 

El instrumento jurídico internacional fue adoptado durante la Sesión número 73 adelantada en la ciudad de Nueva York con el sostén de 121 países, 8 votos en contra y 54 abstenciones.

La declaración contiene 28 artículos y viene siendo negociada desde hace 17 años.

Para la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, Presidenta de la sesión, la declaratoria representa un hito histórico porque “garantiza la protección de los derechos de los campesinos y de las poblaciones rurales en todos los países del mundo“.

“No olvidemos que son los campesinos y particularmente las poblaciones rurales quienes garantizan la seguridad alimentaria, aportan al desarrollo sostenible y a la protección de nuestro planeta“ remarcó Fernanda Espinosa.

Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, dio la bienvenida a la aprobación de una nueva declaración para salvaguardar los derechos más básicos de la población rural.

"A nivel mundial, los campesinos alimentan al mundo, pero el disfrute propio de sus derechos humanos se ve amenazado, incluyendo el su propio derecho a la alimentación", dijo Michelle Bachelet.

"Espero que esta Declaración sirva para reforzar el compromiso de los Estados en todos los niveles para defender y proteger los derechos y la dignidad de los campesinos y otras personas que trabajan en las áreas rurales" manifestó Bachelet.

Todos ellos "representan un papel fundamental en la preservación de nuestra cultura, medio ambiente, medios de vida y tradiciones, y no deben quedarse atrás cuando implementamos la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible", agregó Bachelet.

El Centro Europa-Tercer Mundo (CETIM) destacó que la declaración “define los derechos más importantes que deben ser reconocidos a los agricultores del mundo entero. En particular, el derecho a la tierra, al agua, a las semillas, a las formas de producción agro-ecológicas, a un medio ambiente intacto y el derecho de definir sus propios objetivos económicos y alimentarios”.

El CETIM recuerda que los pequeños agricultores, los pescadores, los pequeños productores de ganado y otras personas que trabajan en las zonas rurales juegan “un papel clave en la seguridad alimentaria mundial”.

Sin embargo, “son víctimas de múltiples discriminaciones”. En muchos países no reciben ningún apoyo y, al contrario, “a partir de la industrialización y la estandarización de la agricultura, el acceso a la tierra, al agua y a las semillas, se hace cada vez más difícil por no decir imposible”, subraya la organización suiza.

La Declaración, beneficia también a quienes se dediquen al pastoreo, la silvicultura, la caza o la recolección, así como las artesanías relacionadas con la agricultura u otras ocupaciones conexas.

Y se aplicará también a los pueblos indígenas y comunidades locales que trabajan la tierra, las comunidades trashumantes, nómadas y seminómadas, y a las personas sin tierra que realizan tales actividades.

Sin olvidar a los trabajadores asalariados que estén empleados en plantaciones o explotaciones agrícolas y de acuicultura, incluyendo los trabajadores migrantes, independientemente de su situación migratoria y si son permanentes o temporarios.

El derecho a la salud; al ejercicio de los métodos sanitarios tradicionales; a la vivienda digna; así como a la educación, a la cultura tradicional y a la formación e información sobre el trabajo agrícola deben ser asegurados, indica la Declaración.

El documento aprobado fue redactado en octubre por la Tercera Comisión, que se ocupa de los problemas de derechos humanos, entre otros.

Acceda al texto de la Declaración:

Fuente: Servindi.org

viernes, 5 de octubre de 2018

La versión humanista del cristianismo.


J. A. Estrada

A la luz de la deconstrucción de la fe tradicional y de sus fundamentos teológicos, ¿es posible seguir siendo cristiano hoy? ¿Cómo superar el nihilismo ambiental y salir de un pensamiento deconstructivo? ¿Cómo se puede creer después de la muerte de Dios? ¿Es posible ser un cristiano no teísta? ¿Se puede reducir el cristianismo a una espiritualidad y un humanismo ético, sin que se pierda la continuidad con la fe tradicional? ¿Es posible afirmar al cristianismo como una oferta de sentido, sin plantearse la verdad del significado que se ofrece?


¿Se puede mantener la pretensión de universalidad y de salvación del cristianismo a pesar de que hoy tenemos un mayor conocimiento de las otras religiones? ¿Es posible una pretensión de absoluto en formulaciones y hechos que son siempre históricos y contingentes? Estas son algunas de las preguntas en el nuevo marco cultural, social y religioso que ha surgido a finales del siglo XX. Para responder a ellas hay que analizar el contexto social y cultural actual. La postmodernidad y la globalización caracterizan al tercer milenio.

El simbolismo de la muerte de Dios está vinculado al creciente déficit de sentido, al nihilismo ontológico, cognitivo y moral de nuestras sociedades. La pluralidad y la carencia de fundamentos son constitutivos de la mentalidad postmoderna. La globalización genera la relativización de lo particular y arruina los sistemas con pretensiones de universalidad. Hago aquí una adaptación para FronterasCTR de algunos párrafos del capítulo V de mi obra, publicada recientemente en la Editorial Trotta, Las muertes de Dios. Ateismo y espiritualidad (Trotta, Madrid 2018). A esta obra me refiero para ampliación, clarificaciones, matices y referencia a las notas a pie de página.

La crítica de la modernidad llevó a la laicización del Estado y a la secularización de la sociedad, que generó la crisis de las religiones y la pérdida de irradiación de lo religioso en la cultura. Con la postmodernidad podemos hablar de una segunda secularización, que ha agravado la falta de correspondencia entre la sociedad y la cultura, por un lado, y las religiones por otra. El cristianismo tiene dificultades para echar raíces en la nueva sociedad democrática y pluralista de los últimos cincuenta años. La mentalidad científica ha desplazado a la religión, y con ella se ha impuesto una forma de conocimiento en que solo se puede hablar de aquello que es observable y comprobable empíricamente. Las propuestas que no pueden falsarse con hechos comprobables carecen de validez.

A esto se añaden las consecuencias culturales de la “muerte de Dios” en la época de la postmodernidad. Se ha impuesto una inmanencia cerrada, que limita radicalmente las trascendencias intra mundanas de las utopías, las éticas y los proyectos de emancipación. En este marco, también lo sobrenatural y cualquier teología del más allá queda descalificada como especulación o proyección sin posibilidad de refrendo. Epistemológicamente podemos hablar de una cosmovisión cerrada, del cierre categorial para lo que trasciende lo comprobable. Hay una doble crisis de sentido y de fe, que es la otra cara del nihilismo. Cada vez es más difícil creer en algo o alguien y abrirse a que otra sociedad y forma de vida son posibles.

La epistemología actual es más agnóstica que atea, aunque la primera sea frecuentemente un estadio para llegar a la segunda. Choca frontalmente con el sobrenaturalismo tradicional y con un modelo de religión y de iglesia de cristiandad. Además, las estructuras y doctrinas vigentes en las iglesias son obsoletas y no se adecuan a la situación actual. Persisten instituciones, creencias y rituales que corresponden a las antiguas sociedades de cristiandad. Al cambiar la antropología, la cultura y los proyectos de vida, ya no hay correspondencia entre las preguntas de los ciudadanos y las respuestas de las religiones. Los mismos valores humanos vinculados en sus orígenes al cristianismo, se han autonomizado y forman parte de la cultura.

Ya no son específicos de las religiones y estas pierden capacidad de atracción y de ofrecer alternativas a lo establecido. Lo importante es ser buena persona y basta con el humanismo laico, ¿para qué hacen falta las religiones? Crece el número de los que “pasan” de religión, porque no ven qué puede ofrecer al progreso, incluso la ven como un obstáculo para una sociedad emancipada. No es solo el anticlericalismo del pasado ante una Iglesia aliada con los grupos dominantes, sino de ciudadanos que no ven qué pueden apor­tar las religiones. Hay un trasfondo de ateísmo práctico y desinteresado por lo religioso. La paradoja es que los ateos son estadísticamente minoritarios en la sociedad y sin embargo se impone el silencio sobre Dios.

El silencio sobre lo religioso se impone socialmente
En este marco es difícil justificar una teología postmoderna y lograr una teología pública, que pueda hablar cristianamente en términos seculares. Las preguntas propias del agnosticismo y del ateísmo, han pasado también a los que se consideran cristianos. La sensibilidad postmoderna ha sustituido las verdades objetivas por la subjetividad de las creencias. Hemos pasado del teocentrismo del pasado al antropocentrismo actual. La autonomía cognitiva personal se ha desplazado en favor del contexto sociocultural, que impregnan la subjetividad y constituyen el trasfondo de las creencias y deseos. Ya no hay experiencias fundadoras para avalar las doctrinas. Cualquier pretensión de absoluto, tanto secular como religiosa, es hoy impugnada. Hoy impera la deconstrucción y la crítica. Resulta más fácil cuestionar las propuestas, su fundamento y su verdad, que ofrecer alternativas válidas. El escepticismo y la increencia son mayoritarias, amparadas por la banalidad de ofertas de la sociedad de consumo y los medios de comunicación.

Se impone el relativismo de las creencias y el pluralismo competitivo, por la imposibilidad de encontrar alguna que genere consenso. El eclecticismo postmoderno, que comenzó en el arte (en la arquitectura, literatura y pintura), se extiende también a la filosofía y a la religión. No hay hechos objetivos, sino interpretaciones que se imponen. Se rechaza todo lo que sea normativo en nombre de la tolerancia y la permisividad. Son virtudes cívicas necesarias en las sociedades plurales, pero necesitan el complemento de la crítica, porque las ideologías no son respetables, aunque lo sean las personas. Podemos hablar de una crisis de civilización en una época histórica de cambio, en la que subsiste pero decae la cultura heredada del pasado y todavía no se ha constituido la emergente. Sabemos más lo que no queremos que hacia dónde dirigir nuestras expectativas. Pero hay muchos que rechazan el horizonte del consumismo y la sociedad de mercado, y buscan un sentido humanista para sus vidas.

Fuente: redescristianas, net
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jueves, 12 de julio de 2018

Declaración del Symposium ecuménico por la paz en Managua.


“No es suficiente hablar de Paz, se debe hacer la Paz”.
Desde la ciudad Managua, reunidos hombres y mujeres de diferentes creencias religiosas, acompañados por personalidades de buena voluntad, reafirmamos que todos sin excepción, estamos llamados a promover, difundir y salvaguardar la paz. En este sentido, felizmente constatamos que el ecumenismo es importante para la paz, porque el ecumenismo es unidad y la unidad nos conduce -tarde o temprano- a la paz. Damos Gracias porque en este Symposium Ecuménico, hemos visto y oído que es un mandato ético y un auxilium cristiano para trabajar y fortalecer el diálogo como una praxis democrática de buscar soluciones a los problemas sociopolíticos que, por cierto, deben ser resueltos en el marco del entendimiento y no del enfrentamiento.

En este Symposium nos hemos preguntado:
¿Por qué se alteró la convivencia pacífica y democrática de Nicaragua?
Estando en esta tierra bendecida por Dios, tenemos suficientes elementos de verdad para afirmar que hasta abril, en Nicaragua reinaba la paz, la seguridad, la tranquilidad y la estabilidad social. El país se encontraba desarrollando un modelo constitucional de alianzas, diálogo y consenso a nivel nacional, asegurando un buen equilibrio para el desarrollo económico, social y cultural.

También hemos constatado que Nicaragua ha venido avanzando en todos los campos de la economía, específicamente en el ámbito macro económico, creciendo alrededor del 5% en los últimos seis años, este importante dato económico de las cuentas y finanzas públicas, permite la mantención de significativos programas sociales, que han sido reconocidos por diversos Organismos Internacionales.
Desde este Symposium, hemos de reconocer -a la luz de los hechos- que diversas fuerzas políticas y otras, han logrado alterar la convivencia social anteriormente descrita, ante la violencia política, el caos social y los intentos de crear un ambiente de terror y desestabilización social, como cristianos no podemos callar algunos aspectos y hechos relevantes tendientes a buscar y crear estructuras de diálogo para la paz que reclama, con insistencia, la ciudadanía nicaragüense.

En esta coyuntura política en que se alteró la paz y convivencia social del país, reconocemos como un paso importante la decisión del Presidente de la República de Nicaragua, quien el 21 de abril, convocó a un Diálogo Nacional entre todos los actores sociales y políticos y, especialmente a la Conferencia Episcopal para ser mediadores y testigos de dicha alta instancia creada para la paz. También, hemos de destacar la creación el 27 de abril de la “Comisión de la Verdad, Justicia y Paz”, constituida por reconocidas personalidades de la vida pública de este país.

Percibimos que son los grandes poderes que todavía no aceptan los logros de una revolución Sandinista que ha logrado mantenerse en medio de la ola neoliberal que afecta al Continente y, en particular, a Latinoamérica y el Caribe. En esta coyuntura de por sí interpelante para los Cristianos, la pregunta surge como un grito que clama al cielo: ¿Con quién hemos de estar? Desde nuestra óptica cristiana y amor a la vida decimos al mundo con determinación y en conciencia:
Estamos por que se mantenga la Institucionalidad Democrática del país y bajo ningún concepto, con aquellas voces que en forma directa o encubierta, pretenden alterar la Institucionalidad Constitucional de Nicaragua por la vía del caos, el terror y la violencia.

Valoramos, hoy y mañana, los esfuerzos que se hacen desde la Mesa de Diálogo Nacional por buscar soluciones políticas en forma pacífica, desterrando cualquier afán de prejuicio ideológico que conduzca a alterar ese espíritu de sana convivencia entre todas y todos los ciudadanos.

Reafirmamos nuestro reconocimiento al Gobierno de Nicaragua por sus variados programas sociales, que por más de diez años, vienen beneficiando en forma directa a sectores vulnerables de la población. Nos referimos específicamente a aquellos que tienen relación con el mundo materno, infantil, juvenil, mujeres y tercera edad.-Como cristianos, nos duele constatar ciertos silencios selectivos relacionados solo a los casos de violencia y caos producidos en el marco de manifestaciones de la oposición política, sumado a un silencio injusto ante un plan opositor – apoyado por ciertas jerarquías- que buscan, por todos los medios, no solo alterar el orden público, sino que preparar en todas sus formas, un verdadero golpe blando sin importar las consecuencias y la opinión mayoritaria de una ciudadanía solo quiere la paz

Todos estamos llamados a ser incansables constructores de la paz. En este último tiempo y no desmereciendo lo que hoy vive el pueblo de Nicaragua, no podemos sino adherir con todas nuestras fuerzas a lo expresado por el Papa Francisco en el marco de un reciente Angelus:
“Renovando mi oración por el amado pueblo de Nicaragua, deseo unirme al esfuerzo que están realizando los obispos de este país y tantas personas de buena voluntad en su rol de mediación y testigos para el proceso de diálogo nacional en curso, en camino hacia la democracia“. (Plaza de San Pedro, 1° de julio-2018).

Como consecuencia de nuestras conversaciones, consultas, discernimiento y oración, en el marco de este Symposium Ecuménico, nos asiste la profunda convicción, desde la democracia, de que Nicaragua debe seguir transitando por el camino de la paz (lux et veritas). No existe otra alternativa para toda persona creyente y de buena voluntad que ama a su pueblo y desea, sinceramente, una Patria justa y buena para todos y todas.

Managua, 10 de Julio del 2018

Oremos
Jesús, nuestro maestro, nuestro ejemplo, nuestro compañero. 
Nos has enseñado lo que es bueno, y nos llamas a recordar; que hemos de amar la Paz.
Enséñanos, Señor, cómo hacer justicia, cómo alcanzar la Paz con humildad.
Permítenos a nosotros y nosotras luchar por la Paz y a encontrar soluciones
a los problemas sociales y políticos de esta bendecida tierra de Nicaragua.
Que así sea.
+ Comité Ecuménico Latinoamericano por la Paz en Nicaragua +

Symposium Ecuménico por la Paz – Managua 10 de Julio de 2018

miércoles, 4 de julio de 2018

La inmigración nos interpela.



Gabriel Mª Otalora

Creo que todos estamos un poco descolocados ante la realidad inmigratoria. Algunos la ven como un asedio, otros como algo inevitable fruto de una descolonización de mentirijillas, y los más solo desean mantenerse encerrados en su indiferencia cuando no el rechazo abierto. Pero el fenómeno ha llegado a un punto de no retorno que parece imposible obviarlo. Al hilo de lo que vamos viendo y leyendo, se me ocurren algunas reflexiones:

1. Demasiados cristianos se mantienen silentes ante este problema, incluida buena parte de los obispos y clérigos. Diríase que son los menos los que alzan la voz, proponen actitudes a favor de estos desheredados de la Tierra y aun menos los que dedican tiempo y esfuerzo por ayudarles. Es doloroso ver como los esfuerzos de liderazgo del Papa Francisco, a base de ejemplo y denuncia profética, no cale en demasiados católicos. Si los que nos decimos seguidores de Jesús tuviésemos un mensaje uniforme, las soluciones propuestas en la Eurocámara serían bien distintas.

2. En la Alemania del siglo XX, ganó las elecciones el Partido Nazi, de extrema derecha. Todo lo que sucedió fue lento, progresivo y tan inesperado como podría ser hoy en día. Sorprendentemente los nazis se encontraban, en no pocas ocasiones, con la entusiasta colaboración de la población local. Incluso se formaron movimientos fascistas que perseguían por su cuenta a los judíos. En otros muchos casos, se miraba para otro lado, como hoy se hace con los inmigrantes: es el fascismo al fondo de la indiferencia, modelo siglo XXI: Si no hay trabajo para nosotros, ¿cómo va a haber para ellos? Las clases medias de la Europa ve peligrar el Estado del Bienestar que tanto costó y tanta prosperidad dio, se ven cada vez más tentadas por el anti-pensamiento fascista: “Blindemos el Estado del Bienestar sólo para nosotros, que se vayan los extranjeros”. Los resultados electorales, por ejemplo, de Austria, Noruega, Holanda, Polonia, Italia, Hungría… muestran una clara tendencia hacia esta actitud propia del miedo y de la cobardía.

3. Afortunadamente, el ser humano es un ser por hacerse gracias a su libertad, no es un ser acabado, aunque lo creamos con frecuencia. Nos vamos haciendo lo que somos, o en lenguaje escatológico, tenemos la oportunidad en nuestras manos de ser la mejor posibilidad para lo que fuimos creados. Nunca es tarde, pues la consciencia nos permite superar las limitaciones y miserias para elevarnos hacia una realidad más justa, fraterna, evangélica.

4. El problema va a más, y reclama una reflexión en serio y preguntarnos cuál es, de verdad, nuestra actitud cristiana ante la masiva inmigración que no cesa, proveniente de muy variados puntos geográficos y situaciones: huida de la guerra, del hambre y la miseria, deseo de una vida mejor… Y qué vara de medir tenemos, qué sentimos respecto de las situaciones que padecen todas estas miles de personas en sus lugares de origen. No es posible ya escudarse en un problema político de la Unión Europea ni escondernos en el manido yo no puedo solucionar semejante embrollo.

En definitiva, creo que no es posible concluir diciendo que no tenemos nada que hacer, que además no podemos hacer nada y que bastante tenemos con nuestros problemas cotidianos. Si no queremos salir de nuestros centros, nunca entrará el Espíritu; la conclusión es que nos pareceremos cada vez más a aquella sociedad europea que ante el rampante nazismo, al terminar la Segunda Guerra Mundial propalaba a los cuatro vientos que no sabía nada de lo ocurrido. Estamos ante otro tipo de Holocausto con la seguridad de que la capacidad para justificarnos es ilimitada, y lo que es peor, siempre es bienvenida. Rezar, rezar para no caer en la tentación…

jueves, 3 de mayo de 2018

Canadá: Defensa de la tierra y extractivismo en encuentro internacional de mujeres indígenas.

Foto: Ketty Marcelo

Más de 40 mujeres indígenas de diversos países del mundo compartieron sus experiencias por la defensa de la tierra y el territorio frente al extractivismo. Reunión fue en Canadá.

Servindi, 3 de mayo, 2018.- Alrededor de 40 mujeres indígenas de diversas regiones del mundo participaron del encuentro "Mujeres indígenas en resistencia frente al extractivismo", realizado en Montreal, Canadá, del 27 al 29 de abril.


El encuentro tuvo por finalidad compartir sus experiencias en la defensa de la tierra y el territorio, así como sus estrategias de resistencia ante el embate extractivista.


Asimismo, fue un espacio de denuncia ante las amenazas que enfrentan a diario en la lucha por la defensa de la Madre Tierra.


De igual forma se discutió acerca de como el liderazgo de las mujeres contribuye a la reapropiación de los derechos tradicionales indígenas y a la mejora de las condiciones de vida de sus pueblos y comunidades.


El encuentro reunió a lideresas de Perú, Chile, Brasil, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Filipinas, Sudáfrica, México, Turquía, Colombia, Canadá y otros países.


Asimismo, tuvo como marco antecedente la audiencia especial del Tribunal Permanente de los Pueblos sobre la industria minera canadiense en América Latina, realizada en Montreal en 2014.


Entre las lideresas participantes estuvieron Ketty Marcelo (Perú), Margoth Changaray Taborga (Bolivia), Shannon Chief (Quebec), Ely López Faúndez (Chile), Chantheany Mout (Camboya), entre otras.


La organización estuvo a cargo de un comité conformado por diversas organizaciones como:


Mujeres indígenas de Quebec, Proyecto de Acompañamiento y Solidaridad con Colombia (PASC), Comité por los Derechos Humanos en América Latina (CDHAL) y organización Desarrollo y Paz.


Asimismo por Oxfam Canada, Solidaridad Laurentides América Central (SLAM), Mining Watch, Kairos, Federación de mujeres de Quebec y el Colectivo de mujeres de diversos orígenes (FDO).

Fuente: Servindi.org

miércoles, 7 de marzo de 2018

La esperanza no puede morir.

Leonardo Boff

A pesar de toda la alegría del pasado carnaval en casi todas las ciudades de nuestro país, hay un manto de tristeza y de desamparo que se puede leer en los rostros de la mayoría de las gentes que encontramos en las calles de las grandes ciudades como Río y São Paulo entre otras.

Es que políticamente el golpe parlamentario-jurídico-mediático (que hoy sabemos apoyado por los órganos de seguridad de USA) nos cerró el horizonte. Nadie es capaz de decir hacia dónde vamos. Lo que apunta de forma innegable es el aumento de la violencia con un número de víctimas que iguala e incluso supera al de las regiones en guerra. Y todavía sufrimos una intervención militar en Río de Janeiro.

Si observamos bien, vivimos dentro de una guerra civil real. Las clases que ya estaban abandonadas, ahora todavía lo están más por los cortes de los programas sociales que el actual gobierno de Estado de excepción ha impuesto a miles de familias.

Habíamos salido del mapa del hambre. Regresamos a él. Que no se diga que fueron las políticas de los gobiernos del PT. Esas nos sacaron del mapa. La aplicación rigurosa del neoliberalismo más radical por la nueva clase dirigente instalada en el Estado está produciendo hambre y miseria. El crecimiento de la violencia en las grandes ciudades es proporcional al abandono al que han sido sometidas.

Las discusiones de los distintos organismos responsables de la seguridad nunca van a la raíz del problema. El problema real que no quieren abordar reside en la nefasta desigualdad social, es decir, en la injusticia social, histórica y estructural sobre la cual está construida nuestra sociedad. La desigualdad social crece cuanto más se concentra la renta y cuanto más avanza el agronegocio en las tierras indígenas y los pueblos de la selva, y cuantos más cortes se hacen en la educación, en la salud y en la seguridad.

O se hace justicia social en este país, lo que implica la reforma agraria, la tributaria, la política y la del sistema de seguridad, o nunca superaremos la violencia. Ella tenderá a crecer en todo el país.

Si un día, es lo que tememos, los marginados de las grandes periferias abandonadas se rebelan, por causa del hambre y la miseria, y deciden asaltar supermercados e invadir los centros urbanos, podrá producir un “bogotazo” brasileiro, como ocurrió a mediados del siglo pasado en Bogotá, destruyendo durante varias semanas casi todo que se ponía por delante.

Estimo que las élites del atraso, apoyadas por unos medios de comunicación conservadores, por una justicia débil, para no decir cómplice, y por el aparato policial del Estado, ocupado de nuevo por ellas, podrán usar gran violencia, no resolviendo sino agravando la situación.

En este cuadro, ¿cómo alimentar todavía la esperanza de que Brasil puede resultar y que podemos crear una sociedad menos malvada, al decir de Paulo Freire?

Bien dijo el obispo profético, el anciano Dom Pedro Casaldáliga, desde el fondo del Araguaia matogrosense: portadores de esperanza son aquellos que caminan y se empeñan en superar situaciones de barbarie. Estos cambios nunca vendrán de arriba, ni del actual stablishment, vendrán de abajo, de los movimientos sociales organizados y de parcelas de partidos comprometidos con el bienestar del pueblo.

El Papa Francisco al reunirse con los movimientos sociales latinoamericanos en Santa Cruz de la Sierra en Bolívia, acuñó tres expresiones resumidas en estas tres T: tierra para que las personas produzcan, techo para que se abriguen y trabajo para ganarse la vida.

Y lanzó un desafío: no esperen nada de arriba pues vendrá siempre más de lo mismo; sean ustedes mismos los profetas de lo nuevo, organicen la producción solidaria, especialmente la orgánica, reinventen la democracia. Y sigan estos tres puntos fundamentales: la economía para la vida y no para el mercado; la justicia social sin la cual no habrá paz; y el cuidado de la Casa Común sin la cual ningún proyecto tendrá sentido.

La esperanza nace de este compromiso de transformación. La esperanza aquí debe ser pensada en la línea que nos enseñó el gran filósofo alemán Ernst Bloch que formuló “el principio esperanza”, que quiere decir: la esperanza no es una virtud entre otras tantas. Ella es mucho más: es el motor de todas ellas, es la capacidad de pensar lo nuevo todavía no ensayado; es el coraje de soñar otro mundo posible y necesario; es la osadía de proyectar utopías que nos hacen caminar y que nunca nos dejan parados en las conquistas alcanzadas, o que cuando nos sentimos derrotados, nos hacen levantarnos para retomar la caminada. La esperanza se muestra en el hacer, en el compromiso de transformación, en la osadía de superar obstáculos y enfrentar a los grupos opresores. Esa esperanza no puede morir nunca.

*Leonardo Boff es teólogo, filosofo y escritor y ha escrito: Brasil, ¿concluir la refundación o prolongar la dependencia?, de próxima aparición por la editorial Vozes.

Traducción de Mª José Gavito Milano


sábado, 3 de marzo de 2018

"Marx nunca fue padre de la Teología de la Liberación".

Dibujo de OmbúDibujo de Ombú
ALEJANDRO FERRARI

Muchos, sobre todo los más jóvenes, ignoran casi todo sobre una teología muy polémica que generó muchos malentendidos en América Latina.

Muchos creyeron, con terror, que la Iglesia Católica se estaba llenando de comunistas, o que algunos curas locos estaban abrazando ideas sospechosas. El movimiento se llamó Teología de la Liberación y reunió a varias vertientes católicas y protestantes. Comenzó a consolidarse a fines de los años 60 y tuvo, entre sus fundadores, al teólogo y sacerdote brasileño Leonardo Boff, que estuvo de paso por Montevideo.

Hombre de andar lento pero firme, se despliega con perspicacia. Apenas comienza un interrogante se intuye que el entrevistado ya conoce la pregunta y espera su turno con calma. Tiene una mirada reconciliada no exenta de autocrítica sobre el pasado que le tocó batallar. Porque cuestiones teológicas que podrían parecer discusiones bizantinas o fantásticas adquirieron en América Latina una novedad y una relevancia que hoy, al menos entre los jóvenes, parece olvidada.

A 50 años de estos hechos, y sin la ceguera que impuso la bipolaridad de la Guerra Fría, Boff discute algunos mitos y aclara otros sobre lo que muchos consideraron, aun hablando bajito, un pensamiento teológico original.

SABIDURÍA DEL POBRE.

—¿Cómo entiende la Teología de la Liberación desde el presente?

—Ahora veo más claro los contextos donde nace. La juventud hablaba de liberación en Francia, en Estados Unidos y en América Latina. Todo esto contaminó también a los grupos de iglesia que estaban interesados en cambios sociales, porque los niveles de pobreza y de explotación eran muy visibles. Entonces, a fines de los años 60 va surgiendo un pensamiento cuyo punto de arranque fue el peruano Gustavo Gutiérrez, cuando estaba en Brasil estudiando el golpe militar del 64, y ahí se encontró con Hélder Câmara, quien decía que el desarrollo de América Latina es el desarrollo del subdesarrollo, y que teníamos que sustituir desarrollo por liberación. Analizando el desarrollo como proceso de opresión de las clases obreras por las clases dominantes emergió la palabra liberación, que ya estaba en la cultura y que se transformó en un discurso teológico.

—¿Cómo entraron en la reflexión la pobreza y la explotación?

—Lo primero fue la sensibilidad ante las cuestiones sociales. La pregunta era cómo desde la fe cristiana se puede ayudar al pueblo oprimido, que era primeramente obrero, después entraron los negros, los indígenas, las mujeres, todo ese mundo del sufrimiento. Cómo la fe cristiana puede ayudar para que ellos se hagan sujetos y protagonistas de su liberación. No es que la Iglesia, como siempre ha hecho, vaya al pobre y haga asistencialismo, paternalismo, ayuda. Aquí es al revés. Nos abrimos al pobre, lo consideramos sujeto real y podemos aprender de él, porque decir que el pobre es ignorante es ser ignorante. El pobre sabe mucho. Pero tenemos que reforzar lo que él tiene dentro. Si él se articula con otros pobres, organiza movimientos, puede empezar un camino que llamamos de liberación. Y ahí entra la fe cristiana. La fe puede tener varios usos, un uso de resignación, decir que es voluntad de Dios la pobreza y la riqueza. Aquí no. La religión es una protesta contra esa situación que Dios no quiere y cómo desde la fe cristiana sus comunidades pueden organizarse para crear movimientos que se liberen.

—¿Cuáles fueron los primeros pasos?

—Fue surgiendo en distintos lugares de América Latina. Aquí en Uruguay con Juan Luis Segundo, con Hugo Assman en Bolivia. Pero el primero que lo elaboró teóricamente fue Gutiérrez en 1971. Y yo, que no lo había conocido todavía ni a él ni a Segundo, publiqué mi Jesús Cristo libertador en 1972. Desde la práctica de Jesús, de la opción por los pobres, de crítica a la riqueza y a los ricos y del "felices los pobres", el libro fue la tentativa de elaborar una visión de Cristo que se compromete y cuya muerte no es voluntad del Padre sino consecuencia de una práctica que creó un conflicto doble: con la religión legalista de ese tiempo y con las fuerzas de ocupación; y que murió en ese contexto, un contexto de compromiso y liberación.

—Este nacimiento ¿cómo se fue articulando con ese movimiento mayor?

—Antes de la reflexión había grupos de cristianos que estaban articulados, apoyados por Hélder Câmara, por Paulo Freire con su pedagogía, que ya actuaban como cristianos trabajando en las periferias, organizando grupos, alfabetizándolos y comunicando que tienen que ser ellos protagonistas de su vida y su liberación. A partir de lo que existía de práctica hemos iniciado la reflexión. No al revés. Muchos ya militaban en grupos de izquierda, partidos, movimientos, y varios obispos proféticos como Câmara, como el cardenal Evaristo Arns, daban una cobertura ideológica, eclesial, de autoridad, para que no fueran perseguidos por la policía política, porque el argumento era: todos los que hablan de la transformación de la sociedad son marxistas y por eso son enemigos del Estado y hay que perseguirlos. Y la Teología de la Liberación apareció —en la lectura de ellos— como un Caballo de Troya por el que el marxismo iba a penetrar en América Latina. Marx nunca fue padre ni padrino de la Teología de la Liberación. Pero en el contexto de la Guerra Fría se permitía esa lectura, de ahí la vigilancia y persecución de esta teología.

—Esta vigilancia y persecución en algún momento provocó un resquebrajamiento en el interior mismo de la Iglesia. Usted fue silenciado. ¿No había también una necesidad de liberación hacia adentro de la Iglesia?

—Inicialmente no era hacia adentro de la Iglesia. Yo fui el primero que lo intentó hacia adentro. Pero al comienzo fue una teología bastante pacífica porque tenía la cobertura de la Iglesia oficial, los obispos, pero simultáneamente estaban los obispos conservadores y, por supuesto, los militares. Roma aceptó el discurso de ellos. Como eran épocas de Guerra Fría, con la vieja Europa alarmada con el fenómeno del marxismo, veían un riesgo. Entonces nos perseguían, nos vigilaban. Muchos fueron apresados, interrogados, torturados. Incluso el secretario de Hélder Câmara fue muerto. Yo fui el primero que lanzó la pregunta: la Iglesia no puede simplemente exigir liberación a la sociedad, ella misma tiene que ser un espacio de libertad y liberación. Pero no lo es porque los laicos no tienen lugar en la Iglesia, las mujeres son invisibles y hay una concentración extrema de poder. Eso a la luz del Evangelio, de lo que entendemos hoy por democracia y participación. La Iglesia también tiene que ser liberada.

—¿Cuál era el lugar de los cristianos en esa época de efervescencia y de contradicción?

—En Brasil, una gran parte de la pastoral católica universitaria creó a comienzos de los 60 la Acción popular, un movimiento político de izquierda donde muchos fueron a la lucha armada, y luego perseguidos, presos, exiliados. Y otros grupos similares. Había conciencia de que esa opresión era sistémica, que no era algo meramente pacifico e histórico sino producido por un sistema económico que explotaba a las personas, el capitalismo. Que había que optar. Pero nosotros siempre olvidábamos el contexto más grande, el de la Guerra Fría, y el de la represión sistemática a todos los que no se alineaban a esto. Éramos perseguidos al interior de la Iglesia por los conservadores y al exterior por los militares o la derecha. Todos lo hacían con buena voluntad. Yo incluso discutía con el cardenal Ratzinger que decía: nosotros lo hacemos para defender al pueblo porque si entra el marxismo ateo se acaba el cristianismo, la Iglesia y ustedes van todos a prisión. Era lo que fascinaba a los europeos: el miedo. Nosotros no, el enemigo concreto que teníamos era el capitalismo real. Hubo incomprensión, y de nuestra parte ingenuidad.

—¿Cómo se despierta de esa ingenuidad?

—Lento nos fuimos dando cuenta. En Brasil fueron los primeros, quizás. Entraron en la guerrilla pero no lucharon con armas. Pero en Perú, Colombia, América Central fue mayor la participación de cristianos en luchas armadas. Hoy hay que hacer una fuerte crítica a todo esto. Pero una cosa sí conseguimos: elevar la conciencia del pueblo, de que la pobreza no es natural ni querida por Dios sino producida por un sistema que vive de la explotación del trabajo, de las personas, de la naturaleza. En eso ayudó mucho Paulo Freire. Él fue uno de los fundadores de la Teología de la Liberación con su pedagogía del oprimido. No es la pedagogía para el oprimido, es cómo el oprimido se da cuenta de su opresión, cómo vomita al opresor para no imitarlo.

BERGOGLIO PERONISTA.

—¿Qué pasó en Argentina? ¿Dónde hunde sus raíces el pensamiento del actual Papa Bergoglio?

—Bergoglio es una vocación adulta, era químico antes, entró en el Seminario y Juan Carlos Scannone fue su profesor en San Miguel. Scannone, que es amigo mío, trabajó la teología del pueblo oprimido y de la cultura silenciada y me confesó que cuando Bergoglio escuchó esa teología, se entusiasmó enormemente e hizo un voto de una vez a la semana visitar una villa miseria y luchar por ese tipo de teología. Todos ellos estaban muy ligados al peronismo, incluso Bergoglio lo confesó. Me lo contó la presidenta Dilma, quien se hizo muy amiga del Papa. Bergoglio viene de ese caldo cultural eclesial de la vertiente argentina de la Teología de la Liberación, mezclada con elementos del peronismo, de justicia social. En Brasil el énfasis estaba más en lo económico y lo político, en Perú entró la dimensión de la cultura y de lo indígena, en Colombia el enfrentamiento militar, en América Central el enfrentamiento a la dictadura y la represión. En cada país la Teología de la Liberación ha tenido sus acentos.

—¿Cuáles son las cuestiones actuales que un teólogo tiene como piedra en el zapato?

—Ya a fines de los ochenta dije que tenemos que insertar al gran pobre, que es el de la tierra explotada, y empecé a hacer una ecoteología de la liberación que coincidió con la creación en la ONU de un pequeño grupo que redactó la "Carta de la tierra, principios y valores para salvar la Casa común". Ahí comencé a trabajar la cuestión de la ecología y me di cuenta que la cuestión central no eran las religiones ni las iglesias sino cómo ellas pueden ayudar a salvar la tierra y garantizar las bases de su sustento. Cuando Bergoglio fue nombrado Papa inmediatamente le escribí una carta diciéndole que no se ocupara tanto de la Curia y de la Iglesia sino de cómo pueden ayudar a salvar la crisis ecológica y superar el riesgo que vivimos. Y él lo tomó en serio. Yo he colaborado con algunos textos. El futuro del sistema vida, del sistema tierra, no está garantizado: por el calentamiento global, por la escasez mundial del agua, por el desequilibrio del sistema que se ve por los eventos extremos. Eso hay que pensarlo teológicamente. Cómo se despierta una conciencia de responsabilidad para salvar esa herencia sagrada. Y cómo, en el proceso de globalización que está aplastando y homogeneizando a las culturas, preservar a las identidades y hacer que la Iglesia se encarne en esas culturas.

—¿Y la cuestión de género, el lugar de la mujer en la Iglesia?

—Es un tema siempre abierto. Vivimos bajo la cultura patriarcal. Las mujeres me han ayudado mucho a entender el tema. La Iglesia católica no tiene sensibilidad para esto. Todas las iglesias, incluso los judíos, abrieron a las mujeres el lugar para ser rabinas, pastoras. La Iglesia católica no, absolutamente. Este Papa prometió abrir algo pero hasta ahora no ha hecho nada. Es un tema de justicia. Abrir espacio para que la condición de lo femenino tenga su expresión y colabore teológicamente para dar otra visión de Dios, de una madre paternal o de un padre maternal.

—Usted se ha consagrado a la teología, ha publicado decenas de libros, ha sido premiado. ¿Cómo percibe este largo camino?

—Mi familia fue de las primeras que entraron a la región de Concordia, en Santa Catarina, viniendo desde Rio Grande do Sul. No había carreteras. Allí se abría la primera carretera y había un camión que pasaba. Para mí el olor más simpático que existía era el olor del combustible. Viendo ese camión enorme yo decía que quería manejarlo alguna vez. Mi vocación era ser camionero. Era la ilusión de un niño que viene de lo profundo de la selva, que llega de la Edad de Piedra y ve el mundo moderno. Cuando Norberto Bobbio me dio el doctorado honoris causa en política —para irritar a Roma—, en el discurso que pronuncié dije: "Yo vengo del interior de esa era primitiva y lentamente fui ascendiendo, aprendiendo a leer, a escribir, hasta llegar a la Universidad y ahora en esta gran Universidad, en un largo camino que es el camino de la humanidad para seguir ascendiendo en una línea de humanización y liberación".

Obsequioso silencio.

Durante el juicio doctrinal que se desarrolló en Roma y terminó condenando a Boff en 1984 a un "obsequioso silencio", el brasileño estuvo sentado en la misma silla donde 350 años antes estuvo Galileo Galilei acusado por un tribunal inquisidor.

—¿Cómo evoca aquel proceso?

—Lo curioso es que quien me juzgó, el cardenal Joseph Ratzinger que después fue Benedicto XVI, había sido mi profesor y era amigo. Con mucha incomodidad, porque intercambiábamos bastante, él mismo publicó mi tesis doctoral. Pero cuando de simple teólogo lo convirtieron en cardenal y lo llevaron a Roma, cambió totalmente. Era un teólogo progresista, abierto y ahí se cerró, entró en la lógica del poder, de obedecer estrictamente al Papa. Y empezó la represión sistemática. Bajo Ratzinger fueron condenados 114 teólogos de toda la Iglesia.

—Aquello iba más allá de Leonardo Boff.

—Cuando fui juzgado el presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, Ivo Lorscheider, me llamó a Brasilia: "Lo que se hace contra ti es contra nosotros, como no pueden atacarnos directamente, lo hacen con uno de nuestros asesores principales. Acá hay un problema político". Roma quería condenar a las comunidades de base como grupos políticos y no eclesiales. Me interesaba salvar ese tipo de Iglesia. Lorscheider junto al cardenal Arns fueron a Roma a testimoniar: "Si esa teología tiene errores vamos a corregirla. Le hace bien a nuestro pueblo" dijeron. Exigieron participar del diálogo. Ratzinger se puso furioso y les dijo que no. Arns fue a hablar con el papa Juan Pablo II y surgió una solución "católica": la mitad del tiempo Ratzinger me interrogó solo y la otra ellos pudieron participar. Allí Ratzinger temblaba como niño.

Fuente: elpais.uy

viernes, 2 de marzo de 2018

Convocan a Cumbre de los Pueblos y Acto de Solidaridad Continental.


El Comando Nacional Unitario de Lucha (CNUL) asi como movimientos populares, partidos políticos e indígenas llaman a celebrar la "Cumbre de los Pueblos y el Gran Acto de Solidaridad Continental por la Unidad Latinoamericana y Caribeña".

Bajo el lema “Por la Articulación Social de Nuestra América” convocan a organizaciones civiles, políticas, sindicales, campesinas, etc. del continente americano a unirse en defensa de la soberanía nacional y de una integración regional con voz propia.

El evento se desarrollará del 10 al 14 de abril en Lima, capital del Perú, país que atraviesa una crisis política en base a denuncias de corrupción reservadas hechas al sistema político nacional peruano.

“La Cumbre de los Pueblos” tiene como fin alzar voces en protección de los derechos de los pueblos del hemisferio, y en contra de los intentos de dominación imperial.

Estas actividades se desarrollarán en paralelo a la VIII Cumbre de las Américas, a la acudirán Jefes de Estado y Gobiernos del hemisferio.

Dicho encuentro promueve proyectos económicos de la Alianza del Pacífico así como intereses políticos del Grupo de Lima, de posición contraria a la posición y beneficio de los pueblos latinoamericanos y caribeños expresados en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Las organizaciones y demás interesados que deseen mayor información pueden dirigirse al correo electrónico: cumbredelospueblos2018lima@gmail.com

Twitter: @CumbreLima



A continuación el comunicado completo:
Convocatoria



Cumbre de los Pueblos y Gran Acto de Solidaridad Continental
Por la Articulación Social de Nuestra América



Lima, del 10 al 14 de abril del 2018

El Comando Nacional Unitario de Lucha (CNUL-CGTP), el movimiento popular, sindical, las redes y plataformas de la sociedad civil, los pueblos indígenas, el movimiento feminista, juvenil, los partidos políticos y movimientos sociales peruanos reunidos como Comité Organizador, convocan a todas las organizaciones hermanas del continente americano a la celebración de la Cumbre de los Pueblos y al Gran Acto de Solidaridad Continental por la Unidad Latinoamericana y Caribeña, los días 10, 11, 12, 13 y 14 de abril de 2018 en Lima, Perú, bajo el lema: “Por la Articulación Social de Nuestra América”.

Estos eventos se desarrollarán en paralelo a la VIII Cumbre de las Américas, encuentro que reunirá a los Jefes de Estado y Gobierno del hemisferio en la capital del Perú.

La Cumbre de las Américas se realizará en un contexto de crisis política peruana de pronóstico reservado, por las graves denuncias por corrupción a las principales figuras del sistema político, incluyendo al actual presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Asimismo, el encuentro de mandatarios se realizará en un contexto regional signado por la contraofensiva de la derecha continental, que pretende relanzar a la Cumbre de las Américas para promover el proyecto económico de la Alianza del Pacífico y los intereses políticos del Grupo de Lima, que se contraponen a los intereses de los pueblos latinoamericanos y caribeños expresados en UNASUR, ALBA y CELAC.

Frente a la ofensiva imperialista e intervencionista de parte del gobierno norteamericano dirigido por Donald Trump, asumimos la defensa de nuestra soberanía nacional y de una integración regional con voz propia. Por ello, convocamos a las organizaciones de la sociedad civil, políticas, sindicales, campesinas, juveniles, estudiantiles, indígenas, de derechos humanos, el movimiento de mujeres, de la diversidad sexual, y a todas aquellas que deseen sumarse, tanto de América Latina, el Caribe como de Estados Unidos y Canadá, con una vocación de unidad y pensamiento progresista, a participar de la Cumbre de los Pueblos y al Gran Acto de Solidaridad Continental, a fin de alzar nuestras voces en defensa de los derechos de los pueblos del hemisferio, y en contra de los intentos de dominación imperial.

Las voces allí reunidas deberán ser escuchadas por los gobiernos de la región y difundidas por los medios de comunicación lo más ampliamente posible.

El Comité Organizador de la Cumbre de los Pueblos está integrado por una base amplia y representativa de organizaciones. No obstante, con un sentido de inclusión y unidad, convocamos a todas las entidades peruanas que deseen sumarse a este esfuerzo, con independencia de su área de trabajo o tendencia política.

Las organizaciones y demás interesados que deseen mayor información pueden dirigirse al correo electrónico: cumbredelospueblos2018lima@gmail.com

Twitter: @CumbreLima

Lima, 26 de febrero del 2018


Fuente: Servindi

martes, 27 de febrero de 2018

Bien vivir y cuaresma.


Pedro Pierre
ALAI

Los valores mayores del Bien Vivir son la verdad, la justicia y la belleza. Son también los componentes mayores del crecimiento de cada persona. Estos tres ejes esenciales nos ayudan a reestructurarnos como personas y sociedades.

La verdad es la base que organiza nuestra existencia. Muchas veces lo más importante para nosotros se limita a lo material: acumular bienes y dinero. Al pasar los años nos damos cuenta que es un pozo sin fondo que nos deja muy insatisfechos. Otras veces pensamos que lo más importante es cumplir obligaciones religiosas que nos den seguridad. Pero pronto nos damos cuenta que las seguridades que alcanzamos son bastantes frágiles.

Entonces debemos admitir que la verdad no se hace sin una relación positiva con los demás. De eso trata la justicia: relaciones que nos hacen crecer juntos, porque “¡o nos salvamos juntos o nos perdemos todos!” Este es el gran desafío actual con el individualismo promovido a toda costa y por todas partes. Mientras no vivimos la justicia construyendo la solidaridad, la honestidad, la equidad, la participación, la ayuda mutua, el respecto a los derechos… la felicidad no será más que una sombra que se aleja cuando creemos tenerla cerca.

¿Y la belleza? Es la dimensión gratuita que debe permear toda nuestra vida tanto personal y colectivo como nuestra relación con la naturaleza, el cosmos y la comunión con el Misterio que todo lo anima desde dentro. En un tiempo en que todo se compra y se vende, la belleza ha pasado a ser un negocio que la prostituye. La belleza es la expresión de lo más íntimo de nosotros, de nuestra vida social y del universo, que se pueden plasmar en letras ni números, sino mediante la poesía, la pintura, la escultura, la música, el baile… Pero ¿cuánto tiempo le dedicamos?

¿No serán estos tres elementos el secreto del Bien Vivir? Estamos en Cuaresma que es un tiempo para volvernos a conectarnos con nuestra intimidad, con los demás y con Dios. Entonces la verdad, la justicia y la belleza serán los caminos certeros para lograr la felicidad.

https://www.alainet.org/es/articulo/191113

VÍA CRUCIS
M. Carmen Martín
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
La mujer adúltera (Jn 8,1-11)

Hay quienes creen que no existe discriminación real contra las mujeres pero para muchas de ellas, ser mujer es una condena a muerte. Según Amnistía Internacional: “La discriminación es una enfermedad mortal. Diariamente mueren más mujeres y niñas a consecuencia de diversas formas de violencia y discriminación basadas en el sexo, que por ningún otro tipo de abuso contra los derechos humanos”. Cada año, conforme a Unicef, más de un millón de niñas mueren sólo por el hecho de haber nacido mujer. Todos los años, debido a la discriminación, millones de mujeres son mutiladas, golpeadas hasta morir, quemadas vivas, despojadas de sus derechos legales y compradas y vendidas en un comercio de esclavas no reconocido con fines domésticos o sexuales…

“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ
La hija del funcionario (Mt 9,18-19)

Existen en todo el mundo entre 113 y 200 millones de mujeres desaparecidas. Estas desapariciones son la cruz silenciosa de muchas mujeres. Cada año, entre 1,5 y 3 millones de mujeres y niñas pierden la vida como consecuencia del abandono por razón de su sexo. La mayoría de estas víctimas son socialmente invisibles, muchas son mujeres empobrecidas, ocultas en su propio silencio y en el silencio cómplice del entorno social que las rodea.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
La mujer encorvada (Lc 13,10-17)

La violación como arma de guerra echa por tierra a las mujeres. Aunque comunidades y pueblos enteros sufren las consecuencias de los conflictos bélicos, las mujeres y las niñas se ven particularmente afectadas debido a su condición jurídica, social y su sexo. A menudo, las partes en un conflicto violan a las mujeres y, en ocasiones, utilizan las violaciones sistemáticas de las mujeres como una táctica de guerra. También sufren asesinatos, esclavitud sexual, embarazo forzado, esterilización forzada…
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


CUARTA ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
Profecía de Simeón a María (Lc 2,34-35)

500.000 mujeres mueren cada año por complicaciones del embarazo y son 500 las que cada día pierden la vida por abortos mal realizados… En algunas partes de la India se mata a la mujer cuando queda viuda. Todavía existen países en el mundo en los que, en caso de embarazo por violación y/o adulterio, se mata a la mujer. En otras ocasiones, sus vidas se ven truncadas por matrimonios concertados. Su desarrollo social y su salud se ven afectadas y sin acceso a los cuidados, medicamentos y servicios necesarios, causando al día 800 muertes debido a complicaciones en el embarazo o en el parto.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


QUINTA ESTACIÓN: SIMÓN DE CIRENE AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
Mujeres que acompañaban a Jesús (Lc 8,1-3)

Las mujeres se convierten en cireneos, muchas veces, sin elección. Representan el 80% de los cuidadores informales de personas dependientes, y el 90% de los que abandonan el trabajo fuera del hogar para prestar cuidados a otros familiares. Pero, a pesar, de la gran cantidad de trabajo que realizan en beneficio de la sociedad, éste no es reconocido, ni valorado, ni retribuido, confinándolas a seguir dependiendo del dinero de otros. Con horarios de veinticuatro horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año, su salud física y psicológica se ven afectadas, pero no hay reglamentos legales que las amparen ni respaldo social que las dignifique.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO A JESÚS
Mt 26,6-13: La mujer del perfume

Muchas Verónicas pueblan la tierra. Hay 110 millones de mujeres y niñas con los órganos genitales mutilados y cada año se siguen mutilando 2 millones más. En algunas culturas se practica la ablación del clítoris y/o el cosido de los labios vaginales que el novio abrirá con un cuchillo el día de la boda, afirmando así la “toma de posesión” sobre ella. La mutilación genital femenina daña la salud y el bienestar de las niñas y mujeres de muchas formas, interfiriendo en el funcionamiento natural de sus cuerpos, y provocándoles fuertes dolores con consecuencias negativas para su salud física y mental. Esta práctica aumenta, además, el riesgo de mortalidad de los bebés nacidos de mujeres que la han sufrido.

“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
La viuda que lo da todo (Mc 12,41-44)
La feminización de la pobreza es una realidad que expulsa del bienestar de la sociedad y tumba a las mujeres una y otra vez. El 67% de los pobres en el mundo son mujeres. Ellas representan el 80% de la población desnutrida, el 70% de adultos analfabetos y el 67 % de los niños no escolarizados. Se estima que siete de cada diez personas que mueren de hambre en el mundo son mujeres y niñas. En bastantes países la preferencia por el hijo varón se traduce en el infanticidio de niñas y el aborto selectivo.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS PIADOSAS MUJERES
Piadosas mujeres (Lc 23,28)

Las mujeres han sufrido un sistemático robo de su memoria histórica. Sin memoria ni historia es como si no hubiesen existido. No hay consuelo para ellas. El robo de historias de antepasadas y contemporáneas las vuelve invisibles. Pero existieron: mujeres en la historia del pueblo de Israel, mujeres que acompañaron a Jesús, mujeres en el centro del acontecimiento de su cruz y su resurrección, mujeres en la Iglesia apostólica, mujeres quemadas en la hoguera, mujeres inconformistas, esposas y madres, monjas y laicas, mujeres pobres, trabajadoras, amas de casa, mujeres que trabajan por la paz, mujeres científicas, mujeres “comunes”, fieles y valientes…
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA
La viuda de Naín (Lc 7,11-15)

Por lo menos la mitad de las personas desarraigadas, refugiadas sin hogar, son mujeres adultas y niñas. Sin contar con la protección de sus hogares, sus gobiernos y en muchos casos de las estructuras familiares tradicionales, las mujeres se encuentran con frecuencia en situaciones de vulnerabilidad. Se enfrentan a los rigores de largas jornadas de camino hacia el exilio, el acoso o la indiferencia oficial y con frecuencia al abuso sexual, incluso una vez que han alcanzado un lugar aparentemente seguro. Las mujeres no sólo deben lidiar con estas amenazas personales sino que deben encargarse de la seguridad física, el bienestar y la supervivencia de sus familias.

“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS
La suegra de Pedro (Mt 8,14-15)
El techo de cristal despoja de sus derechos a muchas mujeres. Es un concepto relativo a los obstáculos que enfrentan las mujeres que ejercen o aspiran a ejercer altos cargos (en igualdad de condiciones y salario) en corporaciones así como en todo tipo de organizaciones. Como ejemplos de este “techo de cristal” aparecen los datos de la OIT: las mujeres sólo desempeñan del 1 al 3% de los máximos puestos ejecutivos en las mayores empresas del mundo. Sólo 8 países tienen como jefa de estado una mujer. Las mujeres sólo constituyen el 13% de los parlamentarios del mundo. Sólo 21 países cuentan con una mujer desempeñando la vicepresidencia. Aunque las mujeres representan casi el 40% de los miembros de las organizaciones sindicales, sólo son mujeres el 1% de los dirigentes de los sindicatos…
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ 
Dorcás (Hch 9,39-41)

Sin ampliar la mirada a otros lugares, las ‘cruces’ del empleo femenino en nuestro país son la precariedad, la temporalidad y la desigualdad. El 72% de la contratación a tiempo parcial es femenina. Las mujeres cobran, de media, un 16% menos que los hombres, en igualdad de condiciones. El empleo creado en los últimos trimestres tiene un claro componente de precariedad que afecta especialmente a las mujeres: empleadas de hogar, trabajadoras de empresas de servicios, en la economía sumergida, en todo tipo de empleos precarios, con doble o triple jornada de trabajo… Por lo general, las mujeres se incorporan al mercado laboral sin abandonar el cuidado y la gestión del hogar, asumiendo un doble papel que tiene importantes costes para ella y su calidad de vida. El paro ha crecido proporcionalmente en mayor medida entre las mujeres que entre los hombres durante la crisis ya que se duplicó.

“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


DUOCÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
La samaritana (Jn 4,1-42)

La violencia doméstica es una muerte segura para muchas mujeres hoy, también en nuestro mundo rico. Según las estadísticas, el lugar más peligroso para las mujeres es su propia casa. En un informe de Unicef, que recoge datos de 23 países, se afirma que entre el 20% y el 50% de las mujeres, según el país, sufren algún tipo de maltrato en el seno de la familia. En bastantes ocasiones, el hogar se convierte en hoguera donde se consumen los sueños o languidece la salud física, psíquica y espiritual de muchas mujeres.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


DÉCIMOTERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ
Las mujeres que estuvieron en el Calvario (Lc 23,49)
Muchas mujeres permanecen crucificadas porque se les prohíbe el acceso a la educación. A una de cada cinco niñas se les niega la educación debido a barreras culturales, pobreza, guerra o un largo etcétera de obstáculos con los que una niña, por ser niña, se encuentra nada más nacer. La falta de oportunidades ha negado la igualdad a millones de niñas y mujeres, causando que de los 796 millones de personas que en el mundo no saben leer ni escribir, 2/3 de ellas sean mujeres. En muchos lugares, les prohíben ir a las escuelas: mientras que sus hermanos asisten, ellas se ven obligadas a andar durante horas para llevar agua a su familia o hacer otros muchos trabajos domésticos o en el campo. Esto hace que las mujeres no puedan desarrollarse y sigan dependiendo tanto económica como emocionalmente de sus maridos cuando crecen.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


DÉCIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO
La cananea (Mt 15,21-28)

Millones de mujeres, cada día, son colocadas en un “sepulcro” porque tienen un limitado acceso a los servicios sanitarios o a la salud ginecológica, y lo tienen de forma distinta según la región en la que habiten. En muchos lugares las mujeres tienen restricción en sus movimientos fuera del hogar, en otros no pueden utilizar los recursos familiares, en otros se ven marginadas por los trabajadores sanitarios… estos y otros factores dificultan la admisión a los servicios sanitarios de las mujeres. Su salud está en peligro debido a la falta de acogida en los programas de exploración, detección y tratamiento. Por otra parte, hay lugares en los que no se invierte para la formación de especialistas en la detección del cáncer ginecológico, que ayudaría a salvar las vidas de muchas mujeres.
“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)


DÉCIMOQUINTA ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS
Mujeres testigos de la Resurrección (Mc 16,1-7)

Y, a pesar o, tal vez, por todas las sentencias a muerte, por todas las cruces, por todos los empujones, por todos los sepulcros… de ellas, de las mujeres, precisamente, recibimos la buena noticia: ¡Jesús está vivo! Ellas son las que tienen que contar y anunciar que el Resucitado nos precede en el camino; que ni el sufrimiento ni el ser víctima tienen la última palabra; que allí donde es amenazada la vida, allí mismo, ha sido sembrada la semilla de la Resurrección; que toda persona que va hacia Él lo encuentra y que Él va siempre delante a Galilea: ¡¡PALABRA DE MUJERES!!

“Cuanto hicisteis a una de estas hermanas mías más pequeñas, a Mí me lo hicisteis…” (Mt, 25,40)

viernes, 23 de febrero de 2018

Sociedades en decadencia.

Imagen: difundir.org

Caracteriza a la humanidad una urgencia por la destrucción que solo conduce a un bienestar ficticio. A continuación una reflexión de la escritora guatemalteca Ilka Oliva Corado sobre nuestra relación con el planeta.

Por Ilka Oliva Corado*

Cada día, apresuradamente, con la urgencia de la destrucción; característica principal de la humanidad que conformamos, nos estamos convirtiendo en el bagazo de una sociedad en decadencia.

Nos creemos superiores a la naturaleza que nos creó y la atacamos constantemente buscando terminar con ella y eliminar de la faz de la tierra todo vestigio de su existencia. Creemos, absurdamente que sobreviviremos sin ella y su inmenso amor.

Destruimos ecosistemas: secamos ríos, lagos, desaparecemos a especies en peligro de extinción, (¿cómo llegaron a estar en peligro de extinción?) ecocidios que en otros tiempos eran el horror de una imaginación macabra, hoy son la realidad de un día a día en la vida del ser humano, tan comunes que dejaron de ser noticia; tan importantes que la mediatización no lo pronuncia porque significan el inicio del fin de la humanidad.

Es común ver un río seco, árboles talados al por mayor, la contaminación ya no es solo mental, la hicimos presente en la comida y el aire que respiramos.

Creemos, como buenos idiotas que seremos eternos, cuando somos, como humanidad lo más fugaz que puede pasar sobre el universo, pequeñas partículas de nada, eso somos. Somos nada comparado con la magnitud de un universo maravilloso en el que jamás debimos aparecer.

Muchos hablan de moralidad y valores, con la arrogancia propia de quien engaña y estafa, de quien se cree superior a los demás, ungido por las babas de un dios creado por atracadores, para manipular masas y oprimir mujeres.

Mientras solapan violaciones sexuales, feminicidios, corrupción, asesinatos, torturas, desapariciones forzadas; y apoyan un no al aborto y un no al Matrimonio Igualitario en nombre de ese dios que les dijeron que era el de ellos: mentes colonizadas, masas decadentes que son tierra fértil para los vividores que hacen de éstas la mejor arma para la destrucción de la sociedad.

Saben y siguen solapando la violencia y la infelicidad de otros, con sus juicios pro vida, pro valores, de doble moral. Cortando con esto la armonía natural del amor.

Y se creen dueños de la tierra y fortifican fronteras y excluyen y señalan y violentan a los nómadas que saben que nada del mundo les pertenece y que están de paso. Muchedumbre manipulable que ha sido infestada de homofobia, misoginia, racismo y xenofobia que es alimentada de doble moral y falsos valores que carecen de conciencia, integridad y solidaridad.

Masas cada día más ineptas e intransigentes. Cada día más peligrosas, por su inconciencia y su tibieza de carácter, masas que son además de autodestrucción un peligro inminente para este planeta y el universo.

Masas sedientas de consumismo valorando las cosas materiales y desechando lo que no se puede comprar con dinero, que es lo esencial. Masas votando por corruptos, misóginos, estafadores, violadores de derechos humanos. Masas que tienen la incapacidad de sentir, que en lugar de crear destruyen. Masas marionetas, masas entorpecidas, ineptas, carentes de fuerza de voluntad y sentido común. Carentes de coraje que son incapaces de decidir por sí mismas y prefieren ser arrastradas por las turbas de impostores que se apropiaron de su voluntad.

Porque nada les importa, más que su burbuja de bienestar ficticio, piensan que ahí son intocables y que están a salvo de la destrucción del planeta que ellos mismos están solapando con su apatía y desgano.

Somos eso y mucho más y los resultados de nuestra indiferencia están a la vista. Quien lea entienda.

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*Escritora y poetisa. Ilka Oliva Corado nació en Comapa, Jutiapa, Guatemala, el 8 de agosto de 1979. Se graduó de maestra de Educación Física para luego dedicarse al arbitraje profesional de fútbol. Hizo estudios de psicología en la Universidad de San Carlos de Guatemala, carrera interrumpida por su decisión de emigrar a Estados Unidos en 2003, travesía que realizó como indocumentada cruzando el desierto de Sonora en el estado de Arizona. Es autora de cuatro libros.
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