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lunes, 8 de julio de 2019

El Vaticano ‘ocultó el arte que mostraba a las sacerdotes’.



Portada del libro de la investigadora Ally Kateusz donde defiende que el liderazgo de la mujer en la iglesias ha sido sistemáticamente ocultado por el Vaticano.


Sarah Mac Donald

Un mosaico en el baptisterio de Letrán en Roma mostró a María como obispo hasta que se pintó sobre blanco.
Existe una “evidencia abrumadora” de que las mujeres sirvieron como clérigos en los primeros años del cristianismo, y algunas de las pruebas fueron ocultadas deliberadamente por el Vaticano, según una investigación innovadora.
Expertos en teología y la historia temprana de la Iglesia Católica escucharon a la Dra. Ally Kateusz, investigadora asociada del Instituto Wijngaards para la Investigación Católica, resumir los hallazgos en una conferencia organizada por la Sociedad Internacional de Literatura Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma ayer.

La Dra. Kateusz, autora de ‘María y mujeres cristianas primitivas: liderazgo oculto’, basa sus hallazgos de investigación en la representación de mujeres como clérigos en artefactos antiguos y en un mosaico en una iglesia romana en la que María, la madre de Jesús, es representada como un obispo

Reveló que este mosaico contenía una cruz roja en una vestimenta que solo llevaban los obispos.
Pero se cubrió con pintura blanca en las órdenes del Vaticano “para disfrazar el hecho de que María fue representada como un obispo”.
Los hallazgos están preparados para desafiar el dogma de larga data en el catolicismo de que las mujeres no pueden ser sacerdotes, estrictamente aplicadas desde el Papa Juan Pablo II, quien también dictaminó que el tema de las mujeres sacerdotes ni siquiera podía discutirse con pena de excomunión.

Una mujer sacerdote en una antigua caja de relicarios.
Algunos de los seis sacerdotes irlandeses que han sido censurados por el Vaticano en los últimos años fueron atacados por su apoyo a las mujeres en el sacerdocio.
Según el Dr. Kateusz, los tres artefactos más antiguos del mundo que representan a los cristianos en el altar en las iglesias, todos representan a una mujer en el altar.
“Representan mujeres en el altar en tres de las iglesias más importantes de la cristiandad: San Pedro en Roma, Santa Sofía en Constantinopla y la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén”, dijo.
Miriam Duignan, portavoz del Instituto Wijngaards, dijo: “Esto es una evidencia de que las mujeres sirven como clérigos en algunas de las iglesias más importantes de la cristiandad”.

La Dra. Ally Kateusz ha escrito un libro sobre las mujeres en el cristianismo.
Parte de la investigación se relaciona con una caja de relicario de marfil que data de alrededor del 430 DC y muestra a una sacerdote en el altar en la Basílica de San Pedro en Roma.
Hablando sobre el Baptisterio de Letrán en Roma y el mosaico escondido allí, el Dr. Kateusz dijo: “El Papa Theodore encargó este mosaico, incluido el palio del obispo [sobre María]. Levanta los brazos como si estuviera realizando la Eucaristía. Es una forma simbólica de decir María. era un líder de la iglesia “.
Irlandés independiente

lunes, 3 de junio de 2019

Un político jamás debería sembrar odio y miedo.




“El problema de Benedicto son las rodillas, no la cabeza. Tiene una gran lucidez y escuchándole, me hago fuerte, siento la esencia de las raíces y me ayuda a s


Francisco 'responde' a Salvini: “ Un político jamás debería sembrar odio y miedo”eguir adelante"

La corrupción es una de las enfermedades de la política en todas partes”



“Un político jamás debería sembrar odio y miedo, tan solo esperanza. Debemos ayudarles a ser honestos, a no hacer campañas con banderas deshonestas: la calumnia, la difamación, el escándalo”. Sin querer dar nombres -aunque fue preguntado directamente por Mateo Salvini-, el Papa Francisco arremetió contra los populismos que abogan por una Europa “de división y de fronteras”.

En el tradicional encuentro con los medios en el vuelo de regreso de Rumanía a Roma, Bergoglio recalcó que el viejo continente “debe aprender de su historia”, porque “si Europa no es grande ante los retos futuros se marchitará”.
Las fronteras y las ideologías

"Estamos viendo fronteras en Europa y eso no es bueno. Es verdad que cada país tiene su propia identidad y debe protegerla, pero por favor, que Europa no se deje vencer por el pesimismo y la ideología, porque es atacada por ideologías y nacen los grupillos", lamentó.





“He dicho que Europa de madre se está convirtiendo en abuela. Quizá alguien a escondidas se puede preguntar si no será el final de la aventura iniciada hace 70 años", advirtió el Pontífice, quien invitó a los líderes europeos a "recuperar la mística de los padres fundadores" y que la Unión Europea "debe reencontrarse a sí misma y superar la división y las fronteras".

"Pensad en una Europa dividida, aprendamos de la historia y no regresemos al pasado", instó el Papa, que consideró “imprudente” valorar gestos como el de Salvini, quien hizo campaña electoral besando un rosario, pero a la vez criticando al Vaticano por defender a los refugiados.


La corrupción, una enfermedad

“Debemos ayudar a los políticos a ser honestos", repitió Francisco, quien lamentó que “sembrar odio es terrible”, y lleva a la corrupción. “La corrupción es una de las enfermedades de la política en todas partes”.

Francisco también fue preguntado por la salud de Benedicto XVI. “Cada vez que lo visito lo veo como un abuelo. Le tomo la mano, y le hago hablar. Habla poco, despacio, pero con la misma profundidad de siempre”, aseguró el Pontífice, quien quiso despejar los rumores que hablan de Ratzinger como una suerte de 'Papa en la sombra', contra las reformas de Francisco.


“El problema de Benedicto son las rodillas, no la cabeza. Tiene una gran lucidez y escuchándole, me hago fuerte, siento la esencia de las raíces y me ayuda a seguir adelante", dijo el Papa que, pese a todo, aseguró que “hay grupos católicos un poco integristas”, y pidió “rezar por ellos”.

domingo, 20 de enero de 2019

Francisco pidió caminar "con paso firme" hacia la unidad de los cristianos.


"Los que son fuertes deben ocuparse de los débiles. No es cristiano buscar la satisfacción propia"
Advierte del riesgo de que "buscando acumular riquezas, nos olvidemos de los débiles"

Osservatore Romano



Es un grave pecado empequeñecer o despreciar los dones que el Señor ha dado a otros hermanos, creyendo que no son de alguna manera privilegiados de Dios


(Hernán Reyes Alcaide, corresponsal de RD en el Vaticano).- El papa Francisco pidió hoy a los cristianos caminar "con paso firme y confiado por el camino que conduce a la unidad", al tiempo que renovó sus críticas a la "pobreza extrema" que convive junto a "símbolos de inmensa riqueza".


La homilía de Francisco al celebrar las vísperas en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos hizo hincapié en la necesidad de un camino común entre los cristianos. El papa argentino ha hecho del ecumenismo una de la banderas de su pontificado aún a costa de fuertes críticas internas, como cuando celebró en Suecia los 500 años de la reforma a fines de 2016.


"Incluso entre los cristianos existe el riesgo de que prevalezca la lógica conocida por los israelitas en la antigüedad y por el pueblo indonesio en la actualidad, es decir, que buscando acumular riquezas, nos olvidemos de los débiles y necesitados", reclamó en esa dirección.




"Es fácil olvidarse de la igualdad fundamental que existe entre nosotros: que en el principio todos éramos esclavos del pecado y el Señor nos salvó en el bautismo, llamándonos hijos suyos. Es fácil pensar que la gracia espiritual que se nos ha dado es una propiedad nuestra, algo que nos corresponde y nos pertenece", propuso.


"También es posible que los dones recibidos de Dios nos vuelvan ciegos para ver los dones dados a otros cristianos. Es un grave pecado empequeñecer o despreciar los dones que el Señor ha dado a otros hermanos, creyendo que no son de alguna manera privilegiados de Dios", reveló.


"Si compartimos pensamientos similares, dejamos que la misma gracia recibida se convierta en una fuente de orgullo, injusticia y división. ¿Y cómo podremos entrar así en el Reino prometido? El culto que corresponde a ese Reino, el culto que reclama la justicia, es una fiesta que incluye a todos, una fiesta en la que los dones recibidos se ponen a disposición y se comparten", reclamó.


"Para dar los primeros pasos hacia esa tierra prometida que es la de nuestra unidad, ante todo debemos reconocer con humildad que las bendiciones recibidas no son nuestras por derecho, sino por un don, y que nos han sido dadas para que las compartamos con los demás", enumeró.




"En segundo lugar, tenemos que reconocer el valor de la gracia concedida a otras comunidades cristianas. Como consecuencia, nuestro deseo será el de participar en los dones de los demás. Un pueblo cristiano renovado y enriquecido por este intercambio de dones será un pueblo capaz de caminar con paso firme y confiado por el camino que conduce a la unidad", convocó.


El mensaje papal tuvo también un espacio de crítica para la desigualdad que aqueja al mundo de la actualidad. "Los cristianos de Indonesia,reflexionando sobre la elección del tema para esta Semana de Oración, decidieron inspirarse en estas palabras del Deuteronomio: 'Persigue solo la justicia'", planteó el pontífice este viernes en su homilía.


"A ellos les preocupa mucho que el crecimiento económico de su país, movido por la lógica de la competición, deje a muchos en la pobreza, permitiendo que solo unos pocos se enriquezcan enormemente", aseguró Jorge Bergoglio.


"Está en riesgo la armonía de una sociedad, en la que conviven personas de diferentes grupos étnicos, idiomas y religiones, compartiendo un sentido de responsabilidad recíproca", advirtió el papa desde la Basílica de San Pablo Extramuros.




Pero Bergoglio aprovechó la lectura de los cristianos asiáticos y volvió a trazar uno de sus diagnósticos duros con el modelo económico actual. "Esto no vale solo para Indonesia: esta situación se repite en el resto del mundo. Cuando la sociedad ya no tiene como fundamento el principio de la solidaridad y el bien común, se produce el escándalo de ver a personas que viven en la pobreza extrema junto a rascacielos, hoteles imponentes y lujosos centros comerciales, símbolos de inmensa riqueza", denunció Francisco.


"Hemos olvidado la sabiduría de la ley mosaica, según la cual, si la riqueza no se comparte, la sociedad se divide. San Pablo, escribiendo a los romanos, aplica la misma lógica a la comunidad cristiana: los que son fuertes deben ocuparse de los débiles. No es cristiano 'buscar la satisfacción propia", reclamó el obispo de Roma.


En ese marco, Franciso pidió "esforzarnos por edificar a los que son débiles" ya que "la solidaridad y la responsabilidad común deben ser las leyes que gobiernan a la familia cristiana".


"Como pueblo santo de Dios, también nosotros estamos siempre próximos a entrar en el Reino que el Señor nos ha prometido. Pero, al estar divididos, tenemos que recordar la llamada a la justicia que Dios nos dirige", planteó.

viernes, 10 de agosto de 2018

Francisco: "Los Pueblos Indígenas, riqueza para la humanidad".


9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas. "Necesitamos que los pueblos originarios moldeen culturalmente las Iglesias locales amazónicas... Que puedan plasmar una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena".

"El reconocimiento de estos pueblos -que nunca pueden ser considerados una minoría, sino auténticos interlocutores- así como de todos los pueblos originarios nos recuerda que no somos los poseedores absolutos de la creación", con estas palabras el Papa Francisco alentaba a los pueblos indígenas, en su discurso en el Encuentro con los Pueblos de la Amazonia, en el marco de su Visita Apostólica a Chile y Perú en enero de 2018.

Estas palabras pronunciadas por el Santo Padre en Puerto Maldonado adquieren un mayor significado en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Desde cuando las Naciones Unidas decidieron en 2007, la aprobación de la Declaración de los Pueblos Indígenas, se celebra cada 9 de agosto el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Este año en ámbito eclesial, esta celebración adquiere una particular relevancia en el contexto del Sínodo de los Obispos para la Región Amazónica convocado para octubre de 2019.

Defender los pueblos indígenas

"Considero imprescindible realizar esfuerzos para generar espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos - afirmaba el Papa - asumiendo y rescatando la cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad que les son propias". Un diálogo intercultural en el cual ustedes, precisaba el Pontífice, sean los «principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios». El reconocimiento y el diálogo será el mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación.

"De esta preocupación surge la opción primordial por la vida de los más indefensos. Estoy pensando - subrayaba el Santo Padre - en los pueblos a quienes se refiere como Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV). Sabemos que son los más vulnerables de entre los vulnerables. El rezago de épocas pasadas los obligó a aislarse hasta de sus propias etnias, emprendieron una historia de cautiverio en los lugares más inaccesibles del bosque para poder vivir en libertad". Sigan defendiendo a estos hermanos más vulnerables, alentaba el Papa Francisco, su presencia nos recuerda que no podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez y del consumo. Es necesario que existan límites que nos ayuden a preservarnos de todo intento de destrucción masiva del hábitat que nos constituye.


La riqueza de los pueblos indígenas

Los pueblos indígenas representan una gran diversidad: más de 5000 grupos distintos en unos 90 países y hablan una abrumadora mayoría de las aproximadamente 7000 lenguas del mundo. Están constituidos por 370 millones de personas aproximadamente, es decir, más del 5% de la población mundial y, sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables representando el 15 por ciento de los más pobres.

Los pueblos indígenas han heredado y practican culturas y formas únicas de relacionarse con la gente y el medio ambiente. Retienen, además, rasgos sociales, culturales, económicos y políticos que son distintos de los predominantes en las sociedades en las que viven. Pese a sus diferencias culturales, los pueblos indígenas de todo el mundo comparten problemas comunes a la hora de proteger sus derechos como pueblos diferentes.

Las poblaciones autóctonas han buscado durante años el reconocimiento de sus identidades, su forma de vida y el derecho sobre sus territorios tradicionales y recursos naturales. Pese a ello, a lo largo de la historia, sus derechos han sido siempre violados. En la actualidad, se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce ahora que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida.

(RD/Vatican News)

viernes, 13 de abril de 2018

La Iglesia latinoamericana pide la convocatoria de un Sínodo universal sobre la mujer.


Jesús Bastante

Las mujeres "han de ser reconocidas y valorizadas como corresponsables de la comunión y misión de la Iglesia"

"Esta Pontificia Comisión para América Latina no pretende proyectar sus propios planteamientos y necesidades a la Iglesia universal, pero se plantea seriamente la cuestión de un Sínodo de la Iglesia universal sobre el tema de la Mujer en la vida y la misión de la Iglesia". La Iglesia latinoamericana ha dado el primer paso para el necesario reconocimiento de la mujer en la institución. A todos los niveles. Un camino apoyado por Francisco y que no tiene marcha atrás.

Esta es una de las principales conclusiones de un encuentro celebrado por la CAL, bajo el lema "La mujer, pilar en la edificación de la Iglesia y de la sociedad en América Latina". Entre otras, los responsables admiten que "siguen existiendo clérigos machistas, mandones, que pretenden usar a las mujeres como servidumbre dentro de su parroquia, apenas como clientela sumisa de los cultos y mano de obra bruta para lo que se necesite", y son rotundos en la respuesta: "Todo esto tiene que ir acabando".

Y es que las mujeres "han de ser reconocidas y valorizadas como corresponsables de la comunión y misión de la Iglesia, presentes en todas las instancias pastorales de reflexión y decisión pastorales". Al tiempo, recuerdan que "es posible y urgente multiplicar e ampliar los puestos y las oportunidades de colaboración de mujeres en las estructuras pastorales de las comunidades parroquiales, diocesanas, a niveles de las Conferencias episcopales y en la Curia Romana".


En el documento final, difundido este miércoles, afirma que "el cambio de época en el que estamos inmersos y que requiere de parte de la Iglesia una nueva propuesta de dinamismo misionero, exige un cambio de mentalidad y un proceso de transformación análogo al que el Papa Francisco logró concretar con las asambleas del Sínodo sobre la Familia -que llevaron a la exhortación apostólica Amoris Laetitia- y que ahora se propone con la próxima asamblea sobre los jóvenes".

Ese trabajo por la sinodalidad, también debe, según la CAL "estar libre de prejuicios, estereotipos y discriminaciones sufridas por la mujer". Al tiempo, pide a las comunidades cristianas "realizar una seria revisión" para "pedir perdón por todas las situaciones en las cuales han sido y todavía son cómplices de atentados contra su dignidad".

El documento agrega que las iglesias locales han de tener "la libertad y el coraje evangélico para denunciar todas las formas de discriminación y opresión, de violencia y explotación sufridas por las mujeres en distintas situaciones y para introducir el tema de su dignidad, participación y contribución en la lucha por la justicia y la fraternidad, dimensión esencial de la evangelización".

Por ello, "se invita a todas las instituciones católicas de enseñanza superior, en particular a las facultades de teología y filosofía, a continuar profundizando una teología de la mujer, a la luz de la tradición y del magisterio de la Iglesia, de renovadas reflexiones teológicas sobre la Trinidad y la Iglesia, del desarrollo de las ciencias, en especial de la antropología, como también de las actuales realidades culturales de los movimientos y aspiraciones de las mujeres", declara la CAL.

"Que se promueva en todas las iglesias locales y a través de las conferencias episcopales un diálogo franco y abierto entre pastores y mujerescomprometidas en diversos niveles de responsabilidad (dirigentes políticas, empresarias, líderes de movimientos populares y comunidades indígenas)", concluye el documento, que puede leer íntegro aquí.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Buenos enfoques y buenas prácticas ministeriales.


Emilia Robles-Proconcil

Estimado/a amigo/a:
Las dos entrevistas (una parcial, en Vida Nueva y una completa, en Religión Digital) a dos obispos brasileños, que les ofrecemos a continuación, son una muestra de un acertado enfoque sobre como lograr comunidades más vivas y corresponsables, donde el laicado (personas concretas con años de dedicación probada en comunidades y formadas específicamente) pueda ser incorporado a un tipo de ministerio presiteral diferente del que conocemos hasta ahora, complementario con el actual ministerio de los sacerdotes célibes, según la propuesta, cada vez más aceptada por su excelente fundamentación teológica y pastoral, del obispo Fritz Lobinger. (“Equipos de Ministros ordenados” y “El Altar Vacío”, Herder Editorial)

Como ya dijo el Papa en su momento al propio Dom Erwin Kráutler: se necesitan obispos valientes que hagan propuestas corajosas para sus diócesis.

Al mismo tiempo, hace falta que se vaya comprendiendo desde todos los ámbitos eclesiales que esta propuesta es una gran oportunidad para la Iglesia en su conjunto.


ENTREVISTAS
Erwin Kräutler: “Presidir la Eucaristía no debe ser prerrogativa de un sacerdote célibe”

“Dos tipos de ministerios sagrados podrían complementarse y enriquecerse mutuamente”, explica a Vida Nueva

Erwin Krautler, obispo emérito Xingu Brasil
Desde su llegada a Belém do Pará, en 1965, como Misionero de la Preciosísima Sangre proveniente de su Austria natal, Erwin Kräutler ha caminado junto al pueblo de Dios de Xingú, llevando la buena nueva del Evangelio y acompañando sus luchas en una de las regiones más conflictivas de la Amazonía brasileña. Actualmente, es el secretario de la Comisión Episcopal para la Amazonía de la CNBB y preside la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en el país.

Su preocupación por la ausencia de sacerdotes que presidan la celebración eucarística continúa vigente, como ya se lo manifestó en su momento al papa Francisco (en 2014), y así lo ratifica a Vida Nueva.

PREGUNTA.- ¿Por qué la Iglesia católica debería considerar la posibilidad de que hombres casados con fe demostrada (viri probati) puedan asumir algunas funciones sacerdotales? Desde su experiencia, ¿cuáles serían los argumentos a favor?

RESPUESTA.- No se trata de poner en jaque el celibato. Hay muchas personas, tanto hombres como mujeres, que hacen esta opción y son felices con lo que eligieron, fieles a esta decisión que han tomado en edad madura. Defiendo, sí, la tesis de que presidir la celebración de la Eucaristía no debe ser una prerrogativa de un sacerdote célibe. Dos tipos de ministros sagrados, célibes y casados, podrían complementarse y enriquecerse mutuamente, y serían una ganancia inmensa para la Iglesia. Muchos obispos piensan –y yo soy uno de ellos– en la implantación de este otro tipo de sacerdote al lado del tradicional. En Xingú, para atender a casi 800 comunidades esparcidas en un inmenso territorio, hay apenas 30 padres, varios de ellos con más de 65 años. De ahí se puede sacar la conclusión: ¿cuántas veces el pueblo tiene realmente acceso a la Eucaristía para cumplir el mandato explícito del Señor: “Haced esto en memoria mía” (1 Cor 11, 24; Lc 22, 19)?

P.- ¿Qué sería lo específico de la vocación de estos viri probati en la Iglesia?

R.- No me gusta la expresión viri probati, pues restringe a priori el sacerdocio a los hombres. Además, ¿cuál es la instancia que decide si un hombre es vir probatus o no?, ¿cuáles son los criterios para llegar a esa conclusión? Soy mucho más partidario de la tesis que sostiene un obispo de Sudáfrica, monseñor Fritz Lobinger, de origen alemán, obispo emérito de Aliwal, que sugirió que las comunidades pudieran proponer un equipo (team of elders) de personas candidatas a ser ordenadas para presidir la Eucaristía en su comunidad, y solo en su comunidad, sin que ello implique abandonar su vida familiar o profesional. (…)

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En la misma línea eclesiológica ministerial:

jueves, 9 de febrero de 2017

Lo más importante, ¿los ritos o las personas?



José M. Castillo, teólogo

Fuente: Teología sin censura

No obstante la crisis religiosa, que estamos viviendo, son bastantes los cristianos que se ponen nerviosas si se les habla de innovaciones o cambios en la liturgia de la misa y demás sacramentos.
Esta postura es comprensible. Lo que seguramente no saben quienes defienden esta posición – y la defienden no sólo con energía sino incluso con indignación – es que, sin darse cuenta, quienes adoptan tal postura de forma intolerante, en el fondo, lo que hacen es aceptar y – sin saberlo – reafirmar una de las ideas típicas de Sigmund Freud. Así lo explica un autor tan documentado como es Gerd Theissen, comentando un texto importante del volumen 7º de las “Gesammelte Werke” (p. 129-131) de Freud. El rito se constituye en un fin en sí, que se contrapone al caos, que es lo más opuesto al orden. Por eso los ritos sirven para defenderse del caos. O, en otras palabras, los ritos sirven para defenderse del miedo, que precipita al individuo en un caos psíquico. Estas ideas han sido desarrolladas por Víctor Turner y Rolf Gehelen.

De ahí que, para no pocas personas, cambiarles los ritos y, sobre todo, quitar el ritual o su lenguaje (por ejemplo, el latín) es quitarles un factor fundamental de su seguridad en la vida o en su relación con Dios.
Pero, es claro, las personas que se meten de lleno en este proceso y, por eso, se aferran a la exacta observancia de los ritos, aparte del miedo inconsciente que eso entraña, tiene una consecuencia religiosa y social que nos aleja del Evangelio más de lo que imaginamos. ¿Por qué Jesús tuvo tantos conflictos con los maestros de la Ley, con los fariseos y con los sacerdotes? Siempre la misma historia: porque no observaba el sábado, no ayunaba, no cumplía los rituales de pureza cultual, andaba con malas compañías (pecadores, publicanos), tenía amistades peligrosas…

Y todo esto, ¿por qué? La respuesta más clara y más directa la dio Jesús cuando explicó lo que será verdaderamente decisivo en el juicio final. No será la observancia de los “ritos” religiosos, sino la relación que cada cual tiene con la felicidad o el sufrimiento de las “personas” (Mt 25, 31-46). Cuando el Señor de la Gloria venga a pedir cuentas a cada cual, a nadie le va a preguntar si dijo la misa en latín o en otra lengua, si cumplió con las normas litúrgicas al pie de la letra, si ayunó o dejó de ayunar, etc. O el Evangelio es mentira o la liturgia le preocupa a Dios bastante menos que al clero y sus más fieles adeptos. Lo que al Dios de Jesús le interesa no es la fiel observancia de los ritos, sino que tengamos sensibilidad para dar de comer al que pasa hambre, para estar con el enfermo, para acoger al extranjero, para interesarse por los que están en la cárcel.

Muchas veces me pregunto por qué en el Vaticano hay una Sagrada Congregación que vigila la observancia de los ritos. Y por qué no hay otra Congregación Sagrada que se preocupe por los millones de criaturas que sufren más de lo que humanamente se puede soportar.
Comprendo que todo esto ponga nerviosos y hasta indigne a algunos cristianos. Pero quienes se ponen nerviosos, al leer esto, ¿no se preguntan por qué hay tantas personas en la Iglesia que no tolerarían ver las parroquias y los templos sucios, descuidados, desordenados, abandonados, misas que no las dice el cura, sino el sacristán; o misas que el cura dice en mangas de camisa…, pero resulta que esas mismas personas no pierden el sueño sabiendo que cada día se mueren de hambre más de 30.000 personas? ¿No será verdad que nuestra exactitud en la observancia y en el cumplimiento de los ritos sagrados nos sirve de “calmante espiritual” que tranquiliza nuestra conciencia?

jueves, 5 de enero de 2017

El Vaticano reconoce a Lutero como “un testigo del Evangelio”.


El Vaticano y el Consejo Mundial de Iglesias elaboran un texto común para el V Centenario de la Reforma
La Santa Sede reconoce a Lutero como “un testigo del Evangelio”
Los obispos españoles piden "dejar atrás la mutua desconfianza y las lecturas parciales y tendenciosas de la historia"


Jesús Bastante

"Separando lo que es polémico de las cosas buenas de la Reforma, los católicos ahora son capaces de prestar sus oídos a los desafíos de Lutero para la Iglesia de hoy, reconociéndole como un 'testigo del Evangelio'. Y así, después de siglos de mutuas condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos en 2017 conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma".

Este es el texto consensuado por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias de cara a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se celebra del 18 al 25 de enero próximo y que, este año, tiene como marco el V Centenario de la Reforma luterana.

En el mismo, tanto la Santa Sede como el CMI animan a "buscar la unidad durante todo el año", y ofrecen una serie de reflexiones conjuntas para la semana de unidad "y para todo el año" 2017. Un año cargado de esperanzas en el camino ecuménico.

Así, en la introducción al tema se destaca cómo en 1517 "Martín Lutero levantó preocupaciones acerca de lo que él consideraba abusos en la Iglesia de su tiempo haciendo públicas sus 95 tesis. 2017 es el 500 aniversario de este acontecimiento crucial en el movimiento de la Reforma que ha marcado la vida de la Iglesia occidental a lo largo de muchos siglos".

Un acontecimiento que, reconoce el texto, "ha sido un tema controvertido en la historia de las relaciones intereclesiales en Alemania también en los últimos años". Después de "extensos y a veces difíciles debates" sobre la conveniencia de "celebrar" una ruptura, se ha llegado a la conclusión que "si se pone el énfasis en Jesucristo y en su obra reconciliadora como centro de la fe cristiana, los interlocutores ecuménicos de la EKD (católicos romanos, ortodoxos, baptistas, metodistas, menonitas y otros) podrían participar en las celebraciones del aniversario".


"Si se tiene en cuenta que la historia de la Reforma se ha caracterizado por una dolorosa división, este es un logro muy considerable", constata el documento, que apunta al documento "Del conflicto a la comunión", elaborado por la Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad como crucial para entender el trabajo en pos de la unidad y para "llegar a un entendimiento compartido de la conmemoración". Así, "después de siglos de mutuas condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos en 2017 conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma".

En este contexto del aniversario, el Consejo de las Iglesias de Alemania (ACK), invitado por el Consejo Mundial de las Iglesias, asumió la tarea de elaborar los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año. El comité, compuesto por una decena de miembros de distintas confesiones cristianas, asumió la tarea de conmemorar la Reforma luterana y abogar por la unidad, con dos énfasis: "por un lado, debería haber una celebración de la gracia y el amor de Dios, la «justificación de la humanidad a través de la sola gracia», reflejando la preocupación principal de las Iglesias marcadas por la Reforma de Martín Lutero. Por otro lado, también se debería reconocer el dolor por las profundas divisiones subsiguientes que afligieron a la Iglesia, hablar claramente de culpa y ofrecer una oportunidad para dar pasos hacia la reconciliación".

Finalmente, fue la Exhortación Apostólica del papa Francisco de 2013 Evangelii Gaudium («La alegría del Evangelio») la que aportó el tema de este año, al utilizar la cita: «El amor de Cristo nos apremia».

En el documento, las confesiones cristianas abogan por "ir más allá de nuestras oraciones por la unidad entre los cristianos", instando a un "testimonio común". "El mundo necesita embajadores de reconciliación que rompan barreras, construyan puentes, hagan la paz, abran puertas a nuevas formas de vida en el nombre de aquel que nos reconcilió con Dios, Jesucristo. Su Espíritu Santo nos conduce por el camino de la reconciliación en su nombre", se afirma.

Mientras se preparaba este texto (2015), "muchas personas e Iglesias en Alemania practicaban la reconciliación ofreciendo hospitalidad a los numerosos refugiados que llegaban de Siria, Afganistán, Eritrea y de países de los Balcanes occidentales, buscando protección y una nueva vida. La ayuda concreta y las importantes acciones que se llevaron a cabo contra el odio al extranjero fueron un claro testimonio de reconciliación para la población alemana. Como embajadores de reconciliación, las Iglesias ayudaron activamente a los refugiados a encontrar nuevas viviendas y, al mismo tiempo, intentaban mejorar las condiciones de vida en sus países de origen. Actos concretos de ayuda son tan necesarios como orar juntos por la reconciliación y la paz si queremos que aquellos que están escapando de situaciones terribles puedan tener algo de esperanza y de consuelo".

"¡Que la fuente de la gracia reconciliadora de Dios pueda manar en la Semana de Oración de este año, de modo que muchas personas puedan encontrar paz y se puedan construir puentes! ¡Que muchas personas e Iglesias sean apremiadas por el amor de Cristo a vivir vidas reconciliadas y a derribar los muros que dividen!", concluye el documento, llamado a proseguir un camino cuyo primer gran paso fue dado por Francisco en Lund, suscribiendo un documento conjunto con el presidente de la Federación Luterana Mundial.

Por su parte, en su mensaje para esta jornada, los obispos españoles subrayan esta celebración, destacando que "una de las notas más destacables de este centenario es que tiene lugar por primera vez en una época ecuménica, después de años de diálogo y de varios acuerdos teológicos alcanzados en temas importantes, habiéndose hecho un importante esfuerzo por dejar atrás la mutua desconfianza y las lecturas parciales y tendenciosas de la historia".

Para la Comisión de Relaciones Interconfesionales de la CEE, los viajes del Papa a Lesbos, junto al patriarca Bartolomé, su encuentro con Kirill en La Habana, la firma de un documento conjunto con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el Concilio Panortodoxo de Creta o el encuentro interreligioso celebrado en septiembre en Asís "nos impulsan a comprometernos con más fuerza en los diálogos ecuménicos en sus distintos niveles para llegar pronto a un mutuo reconocimiento de la validez de los sacramentos y del ministerio eclesial".

viernes, 28 de octubre de 2016

¿Dónde quedan los cuerpos desnutridos?



Juan José Tamayo, Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Invitación a la utopía (Trotta, Madrid)

La Congregación para la Doctrina de la Fe acaba de publicar un documento sobre la sepultura de los muertos y el uso de las cenizas de los cadáveres incinerados. Lo firma su presidente el cardenal Gerhard Müller, que fue nombrado por Benedicto XVI antes de su jubilación para asegurar el mantenimiento incólume de la ortodoxia. Ahora es el líder del movimiento de oposición a las reformas de Francisco, a quien exige sumisión a sus orientaciones teológicas, ya que, dice, el papa no es teólogo. En este caso a Müller le ha salido bien la jugada: ha conseguido que el papa estampara su firma debajo del texto del cardenal conservador, publicado en una efemérides muy cercana al día de los difuntos.

El documento defiende la inhumación como la práctica más acorde con la fe en la resurrección corporal y la dignificación de los cuerpos de las personas difuntas y la considera una obra de misericordia. Expresa respeto por la cremación porque, afirma, no afecta a la inmortalidad del alma, pero prohíbe terminantemente la conservación de las cenizas en los hogares así como su dispersión por el aire, la tierra o el mar, y niega funeral cristiano a los difuntos que así lo hubieren dispuesto.

El texto de Müller ha sido objeto de todo tipo de chanzas en los medios de comunicación y en las conversaciones de la gente por méritos propios. Más allá de las chanzas, que puedo compartir, mi desacuerdo con el documento es de carácter teológico. El cardenal entiende la resurrección de los muertos como la reanimación de un cadáver o la vuelta a la vida en las mismas condiciones físicas y espacio-temporales que antes de la muerte. Y eso es fundamentalismo duro y puro. La resurrección es el símbolo de la victoria de la vida obre la muerte. Así lo afirma Pablo de Tarso, el primer teólogo cristiano que reflexionó sobre el tema. El documento mantiene una concepción antropológica dualista que distingue dos elementos en el ser humano: el cuerpo mortal y el alma inmortal. Y eso es contrario a la antropología unitaria de la Biblia.

Mi opinión es que la cremación y la dispersión de las cenizas por la tierra, el mar y el aire son prácticas legítimas y que mejor responden a la imagen del ser humano que ofrece el primer libro de la Biblia hebrea, el Génesis. La palabra Adán deriva de adamah, tierra, y expresa la condición perecedera, terrestre, de la humanidad. Adán es “el terroso”, el que fue hecho del polvo de la tierra y al polvo tiene que volver (Génesis, 2, 7; 3,19), como se dice al penitente en la ceremonia del miércoles de ceniza: “recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”.
Termino con una pregunta: ¿A qué viene ahora tanta preocupación por el destino de las cenizas de los muertos y tan poca por los cuerpos desnutridos de millones de personas vivas a causa y por los cuerpos colonizados de las mujeres por el patriarcado y el neoliberalismo sexual en alianza?

sábado, 23 de julio de 2016

Una gran bendición: Francisco levanta la sanción contra el biblista Ariel Álvarez.


El Papa le escribe para decirle que Roma no mantiene proceso contra él
El Vaticano levanta la sanción contra el biblista Ariel Álvarez
La decisión de la Santa Sede llega después de siete años de condena al silencio

Redacción, 23 de julio de 2016

El tema que, según Bertone, resultaba más urticante de sus enseñanzas, tal como consta en sus cartas, era la historicidad de Adán y Eva (que Bertone pretendía obligar a Álvarez Valdés a reconocer)

Después de siete años de haberlo condenado al silencio, el Vaticano levantó finalmente la sanción que pesaba sobre el biblista y doctor en Teología Ariel Álvarez Valdés. Mediante una carta, escrita de puño y letra por el papa Francisco, le fue comunicado al teólogo santiagueño que Roma ya no mantiene proceso alguno contra él.

Como se recordará, en 1997 el cardenal Tarsicio Bertone, entonces Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, le abrió una causa al Dr. Álvarez Valdés, debido a sus enseñanzas y escritos. Si bien Bertone reconocía expresamente que los libros del biblista no contenían ningún error, decía que provocaban perplejidad y escándalo entre los fieles.

El tema que, según Bertone, resultaba más urticante de sus enseñanzas, tal como consta en sus cartas, era la historicidad de Adán y Eva (que Bertone pretendía obligar a Álvarez Valdés a reconocer).

Finalmente, después de doce años de presiones para que el biblista se retractara, debido a su negativa en el año 2008 el Vaticano decidió prohibirle "enseñar, escribir, publicar, dar clases y cursos, y hablar por radio y televisión".

Esto llevó a Álvarez Valdés a dejar el ministerio sacerdotal para poder seguir enseñando.

Ahora el papa Francisco, mediante una carta autógrafa, le ha comunicado que "después de estudiar todo, habían dejado el asunto en manos del Obispo local" de Santiago del Estero, con lo cual el Papa reconoce que el Vaticano, que era el que había cuestionado durante doce años al teólogo, y finalmente lo había sancionado en 2008, ya no mantiene litigio alguno con Álvarez Valdés, como vino sucediendo durante todos estos años.

domingo, 21 de junio de 2015

La Iglesia no es “romana”; es ¡católica!.



Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara

Normalmente no me suelo exaltar cuando escribo, al contrario de los arrebatos que puedo tener cuando hablo. Aunque procuro que sean los menos. Pero al escribir vas pausando tus impulsos, y controlando y bajando la adrenalina. Pero hoy tengo ganas, si bien no las voy a dejar que salgan libremente a la palestra, de trinar y berrear contra ciertos católicos, de los que dudo, por sus comportamientos y tomas de postura ante el Papa, que sean, o siquiera quieran ser, verdaderos cristianos. No pretendo, y no hago, un juicio ético, sino una valoración teórica y general de ciertas tendencias que están demostrando, hasta la saciedad, que, o sus protagonistas no son miembros de la comunidad eclesial, o no entienden nada de qué pueda significar serlo. Y estas personas a las que me refiero están, viven, o trabajan, en Roma, y son considerados muy afines al papado, y a la curia vaticana. Pero, de vez en cuando, surgen excepciones. Y con el papa Francisco la excepción se está convirtiendo en regla.

Nos hemos enterado hoy que e un periódico italiano, “L’Espresso”, difundió ayer el borrador de la próxima encíclica papal, “Laudato si” (alabado seas, que son las palabras con las que Francisco de Asís comienza su himno de las criaturas). El adelanto de la publicación, no respetando el embargo del documento hasta su publicación oficial, ha enojado mucho a la Santa Sede, y, en `particular y en concreto, al Papa. Se trata, evidentemente, de un acto de hostilidad, según el criterio de todos los vaticanistas. Esta filtración ha sido atribuida por los vaticanistas a medios conservadores romanos, que pretenden hacer daño a la estima de los fieles hacia el papa, así como intentar rebajar los magníficos índices de aceptación de que goza el Pontífice. El reputado, y leal, vaticanista Giacomo Galeazzi, quien ya había señalado que el entorno del L’Espresso”, “había sido especialmente activo en las últimas semanas al atacar algunos artículos de La Civiltà Cattolica, la revista jesuita supervisada por la Secretaría de Estado del Vaticano”. Y opinó que se trata “de un ulterior ataque preventivo a una encíclica que tiene en su haber un primado histórico: es la primera que es atacada aún antes de su salida”. Además señala dos objetivos que persiguen con el adelanto de la publicación de la encíclica: 1º), “Debilitar el mensaje de la encíclica, ya que en algunos puntos critica con dureza las políticas medio ambientales de países económicamente poderosos, y 2º), atacar la figura del Pontífice , azuzando las resistencias a su estilo de renovación de la Iglesia, difundiendo, incluso, bulos, como el de sugerir temas que incluso no están incluidos en el documento, como ciertas propuestas sobre planificación familiar. Se ha apuntado al vaticanista Sandro Magister, que lo es, en verdad, en el arte de criticar y obstaculizar la obra de Francisco.

Y todo esto, ¿por qué? Esa actitud de crítica y enfrentamiento feroz, ¿es solo por antipatía personal al Papa, porque no consiguen crear empatía con su estilo, porque piensan que es un peligro para la Iglesia? Nada de eso. Procuraré aclarar en pocas palabras como entiendo yo esta especie de cruzada contra el propósito del papa argentino de volver al Evangelio, porque ese es, para mí, el auténtico problema.

1º), la Iglesia no es Romana, como he afirmado, ya, en el título. Ya he escrito varias veces que el apelativo de “romana” quiere decir, en la Iglesia, exclusivamente, el rito que emplean algunas Iglesias locales occidentales, que popularmente son llamadas “iglesias católicas apostólicas y romanas”, como en toda América Latina, en contraste con iglesias católicas orientales, que celebran con otros ritos. (Así la Iglesia de Milán podría añadir “…ambrosiana”; o la de Toledo, “…mozárabe”; se trata de ritos católicos diversos al romano). Puede suceder que venga un Papa valiente que actúe como en su tiempo lo hicieron Pedro y Pablo, llevando la sede de la Iglesia al centro del mundo conocido, entonces, Roma; ahora podría ser Nueva York. ¿Por qué no?

2º), así que los romanos se asustan de un papa no romano, ni italiano, -¡encima porteño!-, que se sale del guión de actuación tradicional-secular. Sí, porque no son unos pocos años, se trata de siglos. El mero hecho de vivir en Santa Marta, de calzar zapatos toscos y vulgares, de desdeñar la tradicional cruz dorada pontificia y mantener la sencilla y pobre de hierro, de predicar, y cumplir la pobreza personal; de disponer que el banco Vaticano sea solo eso, un Bnco par ayudar técnicamente a la administración de los bienes de la Iglesia en beneficio de los fieles de todo el mundo, sobre todo los más pobres, y no como máquina y caverna de blanqueo de dinero. Todo eso pone nerviosos a los que durante siglos han identificado Iglesia con la pompa, ostentación, brillo, lujo, elegancia, y poder que se vivían, y derrochaban, en Roma. Porque se deben decir muchos funcionarios vaticanos, o adláteres, periodistas, gente de oficios volcados a la grandeza y magnificencia pontificias, ¿y si ahora el Papa pretende que hagamos todos un giro a la pobreza y a la vida sobria y discreta? Este es, realmente, el miedo de los que con tanto empeño, y a veces, saña, se oponen al Papa.

3º) Es preciso decirlo: durante siglos el Vaticano y su máquina y fuente de poder ha sido, en verdad, un anti-Evangelio. Esto no quiere decir que todos los papas hayan sido nefastos para la Iglesia. Como afirmó hace poco el teólogo español José María Castillo, y a fe que no lo ha hecho en exclusiva, sino que cada vez más teólogos y pensadores cristianos se suman a esa idea, “el problema no es el Papa: es el papado”. Esto quiere decir que si ha habido papas buenos, eficaces y santos, más bien pocos, lo han conseguido a pesar de una estructura que ha sido, desde los siglos V-VI, antievangélica, y poco, o nada, cristiana. Hay en el Nuevo Testamento, (NT), más de 50 enunciados, dichos, sentencias, o enseñanzas de las que, explícitamente, se deduce una clara, rotunda e inexcusable condena del estilo de vida, de práctica del poder, y del abuso de autoridad, que ha significado el mundo vaticano en la Iglesia. Por eso la tentativa seria, cristiana, evangélica y eclesial, del papa Francisco, de volver a los valores evangélicos de verdad, y no con declaraciones rimbombantes, que no cambiaban nada, ni provocaban una metanoia en la Iglesia, tiene tan asustados a los que, además, ven, o intuyen, que como sigan las cosas así, van a perder el inmenso, e ilegítimo poder, que ostentaban. Amén, así sea.

domingo, 14 de junio de 2015

El “delirio romano” no parece tener solución.




Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara

He leído en el portal cristiano, y romano, www.espressonline.it, una especie de composición periodística del vaticanista Sandro Magister, a finales del año pasado, 2014, muy seguro de su enfoque e información romana, y muy puesto en su papel de “famoso vaticanista” (¡y a mí, ¿qué?!, como dirían en mi pueblo), que, a su vez, la trae Francisco José Fernández de la Cigoña en su blog, algo que suele significare poca afección al Papa, y admiración por sus detractores romanos, o que, por lo menos, lo ponen bajo sospecha.

Sandro denomina a composición “Las lentes del cardenal, del sociólogo, de los periodistas”. Todos ellos, o romanos, o contaminados por el embrujo que produce la ciudad del Tiber en los cardenales, que no dejan de ser patronos de las parroquias de Roma, como le sucede al cardenal norte americano Francis George (Chicago, 16/01/1937; Chicago, 17/04/2015, muerto después de una dolorosa enfermedad), arzobispo de su ciudad natal de 1997 a 2014, y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos desde el 2007 al 2010. Tuvo problemas con la santa Sede por no atajar a rajatabla los casos de pederastia que se dieron entre el clero de su diócesis. Muy de la línea del papa emérito Benedicto XVI, no se alinea con la misma facilidad con Francisco. Más bien, le cuesta mucho entender al “obispo que fueron a buscar al fin del mundo”.

En mi artículo me fijaré en la idea maestra de cada uno de los tres protagonistas, e intentaré rebatirlas:

El cardenal (Francis George). Pone en tela de juicio algunas afirmaciones papales que podrían ser susceptibles de contenido doctrinal. Y pide que no sean otros los que hagan la exégesis de sus frases, sino que sea la propio Francisco que deje claro el sentido delas expresiones dudosas. Pone como ejemplo la famosa respuesta a los periodistas en el viaje de vuelta de la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) que tuvo lugar en Río de Janeiro, sobre la actitud a tomar ante los homosexuales: “¿Y quién soy yo para juzgar?”. Al cardenal le preocupa que mucha gente pueda pensar que el papa estaría proponiendo un cambio en la doctrina, mantenida secularmente en la Iglesia, de la fuerza moral, y aun, académica, en lo filosófico, ético, y no digamos teológico, de las opiniones del Papa. Pero le respondo al cardenal, y usaré este mismo argumento para el sociólogo y los periodistas que opinan sobre el papa: “¿han leído alguna vez el Evangelio? ¿No les suena eso de “no juzguéis y no seréis juzgados”? Eso, ¿vale para todos los cristianos, menos para la jerarquía de la Iglesia? O cómo el Maestro se hizo a un lado cuando dos hermanos solicitaron su opinión para dilucidar una discusión, con la interrogación, “¿y quién me ha nombrado a mí juez entre vosotros?” Pero el cardenal parece pensar que son más importantes las tradiciones y usos de la jerarquía que las palabras del Evangelio. (Volveré brevemente sobre este aspecto al final).

El sociólogo (Luca Diotallevi, enseña sociología en la Universidad de los Estudios “Roma Tre”. Y hace unos años es el sociólogo de referencia de la Conferencia Episcopal Italiana, CEI). Y en el informe que el profesor y sociólogo presentó a los obispos italianos en noviembre del año pasado, sin referirse directamente al papa Francisco, pero dejando caer apreciaciones y detalles que le conciernen, disertó sobre un tema original, por lo menos en su exposición. Vino a decir: vivimos una época de boom religioso, de muchas posibilidades, de gran marketing y propaganda, pero la causa es que el hecho religioso es muy interesante, pero fácil, atrayente, frágil, porque se trata de un fenómeno religioso “de baja intensidad”. Pone dos ejemplos notables: el sacramento del orden reservado exclusivamente a los varones, en frente de los que optarían por la ampliación a las mujeres, y los problemas derivados de la indisolubilidad del matrimonio, a la que se le buscan soluciones imaginativas, como permitirles la comunión a los divorciados y vueltos a casar, que no han perdido la fe ni la apetencia por la Eucaristía.

No lo dice, pero lo sugiere: con una religiosidad no tan fácil, sino de una intensidad mucho mayor, se vería que los intentos de solución o de mudanza en la tradición de la Iglesia Católica de siglos, serían peores que el problema. Evidentemente, la figura de Francisco emerge de esa exposición por lo menos como punto de referencia y de contraste, y hasta de autor de ortopraxis a rebatir. A este profesor yo le diría muchas cosas, pero sobre todo, dos: a), es justamente por ver y considerar la experiencia cristiana como un “fenómeno religioso”, y no como una experiencia evangélica, por lo que los papistas, y vaticanistas, sea quien sea el Papa, buscan en el ejercicio del ministerio papal una distinción y un aura llenas de elegancia, de elevación y de estética; y b), olvidan que no es el protocolo vaticano el que debería marcar la nota y apreciación de un pontificado, sino la enseñanza evangélica, y la praxis de las primeras comunidades cristianas. Algo que muchos olvidan fácilmente cuando contemplan el baldaquino de Bernini o escuchan los primeros compases de Palestrina, ejecutados por la Capilla Sixtina.

Ciertos periodistas, entre los que destacan Aldo Maria Valli (es el número uno de los vaticanistas que trabaja en la RAI, la televisión italiana del Estado). Y Rodolfo Lorenzoni (trabaja también en la RAI, durante un cierto período en la RAI-Vaticano). En un libro que han escrito entre los dos, y que titulan A.M. Valli, R. Lorenzoni, “Viva il papa? La Chiesa, la fede, i cattolici. Un dialogo a viso aperto”, Cantagalli, Siena, 2014., se preguntan, sobre todo, ¿Quién es el papa Francisco? Y la repuesta es que ésta depende más de las versiones de los medios, que de la propia realidad personal del Papa, aunque, según ellos, muchas veces el causante de esta percepción, a veces antinómica, es el propio Papa. Citan una frase muy significativa de Karl Ranher, quien dijo alguna vez que “el cristiano del mañana será NO es comprenmístico o no será”. Y, según ellos, Francisco se ha insertado en esa línea. Pero además de que confunden la mística con la fidelidad al Evangelio y sus valores, nos gustaría preguntarles si, en su consideración seria, -investigación, diríamos mejor-, de la Historia del papado, han encontrado motivos suficientes, demostrados, y contrastados, para poder asegurar que, sin esa “mística”, que parecen no valorar demasiado, a los papas les ha ido bien, no como grandes e influyentes señores mundanos, sino como signos de comunión y garantes de la fidelidad de la Iglesia al Jesús del Evangelio. Porque la idea predominante, por lo menos de los que lo vemos desde lejos de Roma, es, más bien, desoladora y, en muchísimas ocasiones, penosa.

Conclusión: Hay tres consecuencias bastante claras, de las afirmaciones, preguntas y posicionamientos de nuestros colaboradores en el artículo, y de una lógica meridiana. Las enumeraré brevemente:

1ª) Es impensable la ceguera que mantienen, sobre el Papa, el Vaticano, la Curia, etc., personas que son consideradas especialistas en la materia. No es comprensible que todavía se pregunten hacia donde camina el papa argentino.
2ª) La monumentalidad, aparatosidad, magnificencia y grandeza mundanas de la cúpula de la Iglesia, cultivada con mimo desde siglos, no permite ver, a), ni el inicio, la fuente, y el comienzo de la aventura cristiana; b), ni el itinerario por el que se ha llegado hasta el momento presente; c), y ese olvido produce que a los afincados y asegurados en esa visión ampulosa y delirantemente religiosa, no puedan ver, ni sientan, ni tengan una mínima empatía para reconocer la sencilla, pura, hermosa y deslumbrante belleza, luminosidad, y energía de los inicios evangélicos y apostólicos.
3ª) Por eso ese tipo de personas, y otras muchas de mentalidad romana, y, desde luego, no más papistas que el Papa, sino más papistas que discípulos de Jesús, pone cara de espanto, y no es capaz ce reconocer el camino de vuelta de Francisco al Evangelio y a las Bienaventuranzas.

martes, 9 de junio de 2015

Francisco ordena abrir un dormitorio para indigentes en el Vaticano.


El Papa ya habilitó baños públicos y una barbería para los más pobres de Roma.

Habrá una treintena de camas a disposición de los "sintecho" en la Via dei Penintenzieri.


El Papa Francisco abrirá en las inmediaciones del Vaticano un dormitorio para indigentes, informó el sitio web Ansa Lationa. La estructura que pondrá a disposición unas 30 camas, fue localizada tras búsquedas e inspecciones, en la via dei Penintenzieri, calle que cruza Borgo Santo Spirito.

En los locales aún están en curso los trabajos de restauración. Jorge Bergoglio ya habilitó en El Vaticano, en los meses pasados, baños públicos y una barbería para las personas sin techo.

Para los baños, cada "peregrino sin techo" recibió un paquete con una toalla, ropa interior, jabón, desodorante, pasta dental, y una navaja de afeitar con espuma incluida.

Las duchas están abiertas todos los días, excepto el miércoles, cuando la plaza se llena de gente que asiste a la audiencia pública del Pontífice.

Además, ahí trabajan barberos como voluntarios en sus días de descanso -las barberías en Roma están cerradas los lunes- así como alumnos de una escuela local de cosmetología que donan su tiempo, y algunas hermanas de órdenes religiosas y otros voluntarios.

El encargado de las limosnas del Papa Francisco, monseñor Konrad Krajewski, dijo que el proyecto es necesario porque muchas veces las personas rechazan a los desamparados por su apariencia y mal olor.

La iniciativa de la barbería se financia con donaciones y la venta de los tradicionales pergaminos papales por el despacho de Krajewski.

viernes, 6 de febrero de 2015

La Iglesia de Base, una señal de esperanza para América Latina.


Representantes de las CEBs (Comunidades eclesiales de base) de 12 países latinoamericanos y caribeños se reúnen desde el día 3 al 8 de febrero en la Ciudad de México para participar del Encuentro Continental de Asesores de las CEBs.

Entre los objetivos cabe destacar el deseo de ver la realidad latinoamericana para desde ese marco ubicar los actuales desafíos del proceso continental de CEBs y ajustar estrategias, así como la necesidad de posicionarse como Iglesia de base en el actual momento eclesial y afinar estrategias.

Todo encuentro de CEBs comienza con el análisis de la realidad. Por eso, después de un momento de oración en el que se ha recordado a los mártires de la caminada, ha sido abordada la realidad social y eclesial de América Latina. Recordar a los mártires siempre es un estímulo que ayuda a que el compromiso profético en la construcción del Reino no decaiga. Uno de los que siempre fueron recordados como mártires por la Iglesia de base es Monseñor Oscar Romero, que precisamente este 3 de febrero ha sido reconocido como tal por el Papa Francisco y en consecuencia por la Iglesia universal.

El politólogo Juan Luis Hernández Avendaño, profesor de la Universidad Iberoamericana de Puebla, mostraba como causa de muchas de las injusticias que están presentes en el continente latinoamericano, la presencia del neoliberalismo, que en América Latina ha sido radicalizado todavía más que Estados Unidos o Europa, teniendo como consecuencia la concentración de la tierra y el debilitamiento del estado y de los gobiernos, que no consiguen preservar el interés público y la seguridad de los ciudadanos, así como la corrupción en todas las esferas sociales y la aparición de lo que él llama de narco-política, que ha provocado que los narcotraficantes sean los que manden en muchos espacios sociales latinoamericanos. Al fin y al cabo estamos hablando del continente con mayor desigualdad social.

Pero al mismo tiempo reconocía elementos que son buenas noticias para la sociedad latinoamericana. Resaltaba la figura de Evo Morales, quien ha demostrado que es posible el crecimiento y la distribución de la riqueza, el cada vez mayor auge de la economía solidaria, de pequeñas y medianas empresas frente a las grandes multinacionales que ejercen un férreo control social, la creciente importancia de los jóvenes, que se están convirtiéndose en actores sociales y políticos muy importantes, pero que sin embargo son perseguidos sistemáticamente por muchos gobiernos que quieren criminalizarlos, bajando la edad penal.

En su opinión, "el análisis de la realidad tiene que ser un instrumento para reforzar nuestra esperanza, nuestra fe, porque vivimos un tiempo de mucha falta de esperanza y necesitamos una luz que acompañe y empuje a otros". En este sentido resalta que "lasCEBs siempre han sido una luz en nuestro continente, pues la Iglesia latinoamericana de base ha sabido dar respuesta a los desafíos sociales".

Después del análisis social, Bernardo Barranco, uno de los estudiosos del fenómeno religioso más reconocidos en México, analizaba la situación religiosa latinoamericana a partir de la figura del Papa Francisco, quien, desde su punto de vista, asumió el papado en uno de los momentos de mayor crisis de la Iglesia católica en el último siglo, provocada por una fuerte caída del catolicismo, como consecuencia de los escándalos de pederastia, las irregularidades en las finanzas vaticanas y el Vatileaks, que causaron larenuncia de Benedicto XVI.

Entre los aportes de Francisco, por encima de los aspectos formales que le llevaron a renunciar a formas medievales de poder y vivir austeramente, destaca la dimensión pastoral de la Iglesia y la invitación que hace a abrir las puertas para salir, mostrando lanecesidad de ser una Iglesia que sirve, que habla más de justicia social y opción por los pobres y menos de todo lo relacionado con la moral sexual, recuperando así la actitud y el espíritu del Vaticano II.

El desafío está en que las reformas que Francisco pretende introducir tengan mayor repercusión a nivel local, a lo que se une la fuerte oposición que el Papa está encontrando dentro de la curia y de algunos sectores eclesiales que le tachan de populista y llegan a cuestionar hasta la propia legitimidad de su elección.

Por eso señala que la Iglesia de base necesita ser más activa y coloca como desafío la necesidad de presionar a la estructura religiosa para que recupere la dimensión popular, pues cuando esto sucede la propia Iglesia se fortalece.

En el intercambio de experiencias y el diálogo entre los participantes del encuentro se percibe la riqueza de esta forma de ser Iglesia, de vivir la fe a partir de un mayor compromiso que lleve a no perder de vista la necesidad de continuar luchando para que el Reino de Dios sea una realidad cada vez más presente en la vida de tantos hombres y mujeres que no encuentran en la sociedad en la que viven una respuesta a sus anhelos.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Con la teología que tenemos no es posible aceptar los derechos humanos.


José Mª Castillo

Cuando el mundo entero recuerda el día en que se firmó la Declaración universal de los Derechos Humanos (10.XII.1948), resulta inevitable hacerse esta pregunta:¿por qué el Estado de la Ciudad del Vaticano no ha firmado todavía los Pactos Internacionales sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales, Civiles y Políticos, aprobados por Naciones Unidas (16.XII.1966)? Es decir, ¿por qué el poder central de la Iglesia no ha aceptado, después de más de 50 años de su promulgación, la puesta en práctica de los Derechos Humanos, que son tan decisivos para la vida y la seguridad de cada uno de nosotros?

Sabemos que la Iglesia, a partir de Juan XXIII, predica insistentemente la importancia de los Derechos Humanos. Pero el hecho es que esa misma Iglesia, en su gobierno interno y en sus relaciones públicas con los Estados, no pone en práctica los Derechos Humanos. Basta leer detenidamente el vigente Código de Derecho Canónico para darse cuenta de que, por mucho que el clero predique a favor de los Derechos Humanos, la pura verdad es que la Iglesia no los acepta, sino que su mentalidad, sus normas de gobierno y la cultura que genera la práctica de la Religión Cristiana es una cultura que se opone y está en contradicción con lo que representan los Derechos Humanos en la sociedad. Por ejemplo, la igualdad de derechos de hombres y mujeres.

Ahora bien, es evidente que mientras las cosas sigan así, la Iglesia tiene (y tendrá) una presencia marginal y una influencia cada día más limitada en el mundo actual y en la sociedad futura. ¿Qué credibilidad puede tener y con qué autoridad le va a decir la Iglesia a la gente que cumpla con sus deberes más básicos, si ella misma es la primera que no tolera comprometerse a cumplir legalmente y públicamente tales deberes?

Lo digo ya y en pocas palabras. El Vaticano no ha firmado todavía los Derechos Humanos, ni se ha comprometido pública y oficialmente a ponerlos en práctica, por la sencilla razón de que la teología que enseña la Iglesia no le permite poner en práctica los Derechos Humanos. Lo cual quiere decir que, mientras no se modifique la teología que tenemos en la Iglesia, no será posible que la Iglesia ponga en práctica los Derechos Humanos.

Este estado de cosas es tanto más indignante cuanto que, si este asunto se piensa detenidamente y con cierta profundidad, enseguida se da uno cuenta de que la teología, que impide aceptar y poner en práctica en la Iglesia los Derechos Humanos, se podría modificar sin necesidad de tocar ni un solo punto que sea contrario a la Fe divina y católica de la Iglesia. Además, si la Fe “divina” nos impide ser plenamente “humanos”, con todas sus consecuencias, ¿qué Fe “divina” es ésa? ¿En virtud de qué presunta “divinidad” podemos aceptar unas creencias que no nos permiten vivir plenamente nuestra “humanidad”?

El fondo del problema está en que el ejercicio del poder se entiende y se pone en práctica en la Iglesia de manera que se presenta como divinamente revelado lo que en realidad no lo es. Por ejemplo, es evidente que la definición dogmática del concilio Vaticano I sobre la potestad plena y suprema del Romano Pontífice, sobre la disciplina y el régimen de la Iglesia universal (Constitución “Pastor Aeternus”, cap. III, canon. DH 3064), no da pie ni justifica la afirmación que llegó a hacer el papa san Pío X: “En la sola jerarquía residen el derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad. En cuanto a la multitud, no tiene otro derecho que el de dejarse conducir y, dócilmente, el de seguir a sus pastores” (Encícl. “Vehementer Nos”, 11. Febr. 1906, 8-9).

En cualquier caso, lo más lógico es pensar y concluir que la definición del concilio Vaticano I no justifica que la Jerarquía de la Iglesia pueda ejercer su poder de forma que, en la realidad concreta de la vida (privada y pública), el poder religioso entre en conflicto con los Derechos Humanos de los ciudadanos. Nadie puede demostrar que la Jerarquía eclesiástica tenga semejante poder. Por eso, y sin duda alguna, resulta difícil de entender que los problemas que hoy más preocupan, a no pocos clérigos y laicos, sean los problemas que se refieren al tema de la familia, y no los problemas que se han derivado de una forma injustificable de ejercer el poder religioso por parte de los jerarcas de la Iglesia. Por eso, si en el pasado Sínodo de la familia, celebrado en Roma, cinco reconocidos cardenales se han llegado a poner nerviosos y preocupados por los temas que se estaban tratando en el Sínodo, ¿cómo se explica que no se pongan igualmente nerviosos y preocupados por la forma de ejercer el poder en la Iglesia? ¿No se dan cuenta estos hombres que, desde semejante mentalidad, lo único que consiguen es hundir más a la Iglesia?

La conclusión, que se deduce de todo lo dicho es clara, a saber: por muy importantes y urgentes que sean los problemas que se han planteado (o se deberían plantear) en el Sínodo sobre la familia, indeciblemente más importante y apremiante es que cuanto antes la Iglesia tenga la libertad y la audacia de afrontar el problema que se refiere a definir y delimitar si la “potestad divina” de la Iglesia puede llegar hasta el extremo de limitar o incluso anular determinados “derechos humanos” de los creyentes en Jesús el Señor.

Fuente: Atrio