viernes, 6 de febrero de 2015

La Iglesia de Base, una señal de esperanza para América Latina.


Representantes de las CEBs (Comunidades eclesiales de base) de 12 países latinoamericanos y caribeños se reúnen desde el día 3 al 8 de febrero en la Ciudad de México para participar del Encuentro Continental de Asesores de las CEBs.

Entre los objetivos cabe destacar el deseo de ver la realidad latinoamericana para desde ese marco ubicar los actuales desafíos del proceso continental de CEBs y ajustar estrategias, así como la necesidad de posicionarse como Iglesia de base en el actual momento eclesial y afinar estrategias.

Todo encuentro de CEBs comienza con el análisis de la realidad. Por eso, después de un momento de oración en el que se ha recordado a los mártires de la caminada, ha sido abordada la realidad social y eclesial de América Latina. Recordar a los mártires siempre es un estímulo que ayuda a que el compromiso profético en la construcción del Reino no decaiga. Uno de los que siempre fueron recordados como mártires por la Iglesia de base es Monseñor Oscar Romero, que precisamente este 3 de febrero ha sido reconocido como tal por el Papa Francisco y en consecuencia por la Iglesia universal.

El politólogo Juan Luis Hernández Avendaño, profesor de la Universidad Iberoamericana de Puebla, mostraba como causa de muchas de las injusticias que están presentes en el continente latinoamericano, la presencia del neoliberalismo, que en América Latina ha sido radicalizado todavía más que Estados Unidos o Europa, teniendo como consecuencia la concentración de la tierra y el debilitamiento del estado y de los gobiernos, que no consiguen preservar el interés público y la seguridad de los ciudadanos, así como la corrupción en todas las esferas sociales y la aparición de lo que él llama de narco-política, que ha provocado que los narcotraficantes sean los que manden en muchos espacios sociales latinoamericanos. Al fin y al cabo estamos hablando del continente con mayor desigualdad social.

Pero al mismo tiempo reconocía elementos que son buenas noticias para la sociedad latinoamericana. Resaltaba la figura de Evo Morales, quien ha demostrado que es posible el crecimiento y la distribución de la riqueza, el cada vez mayor auge de la economía solidaria, de pequeñas y medianas empresas frente a las grandes multinacionales que ejercen un férreo control social, la creciente importancia de los jóvenes, que se están convirtiéndose en actores sociales y políticos muy importantes, pero que sin embargo son perseguidos sistemáticamente por muchos gobiernos que quieren criminalizarlos, bajando la edad penal.

En su opinión, "el análisis de la realidad tiene que ser un instrumento para reforzar nuestra esperanza, nuestra fe, porque vivimos un tiempo de mucha falta de esperanza y necesitamos una luz que acompañe y empuje a otros". En este sentido resalta que "lasCEBs siempre han sido una luz en nuestro continente, pues la Iglesia latinoamericana de base ha sabido dar respuesta a los desafíos sociales".

Después del análisis social, Bernardo Barranco, uno de los estudiosos del fenómeno religioso más reconocidos en México, analizaba la situación religiosa latinoamericana a partir de la figura del Papa Francisco, quien, desde su punto de vista, asumió el papado en uno de los momentos de mayor crisis de la Iglesia católica en el último siglo, provocada por una fuerte caída del catolicismo, como consecuencia de los escándalos de pederastia, las irregularidades en las finanzas vaticanas y el Vatileaks, que causaron larenuncia de Benedicto XVI.

Entre los aportes de Francisco, por encima de los aspectos formales que le llevaron a renunciar a formas medievales de poder y vivir austeramente, destaca la dimensión pastoral de la Iglesia y la invitación que hace a abrir las puertas para salir, mostrando lanecesidad de ser una Iglesia que sirve, que habla más de justicia social y opción por los pobres y menos de todo lo relacionado con la moral sexual, recuperando así la actitud y el espíritu del Vaticano II.

El desafío está en que las reformas que Francisco pretende introducir tengan mayor repercusión a nivel local, a lo que se une la fuerte oposición que el Papa está encontrando dentro de la curia y de algunos sectores eclesiales que le tachan de populista y llegan a cuestionar hasta la propia legitimidad de su elección.

Por eso señala que la Iglesia de base necesita ser más activa y coloca como desafío la necesidad de presionar a la estructura religiosa para que recupere la dimensión popular, pues cuando esto sucede la propia Iglesia se fortalece.

En el intercambio de experiencias y el diálogo entre los participantes del encuentro se percibe la riqueza de esta forma de ser Iglesia, de vivir la fe a partir de un mayor compromiso que lleve a no perder de vista la necesidad de continuar luchando para que el Reino de Dios sea una realidad cada vez más presente en la vida de tantos hombres y mujeres que no encuentran en la sociedad en la que viven una respuesta a sus anhelos.

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