domingo, 31 de marzo de 2019

La campaña contra Greta es un índice de la pérdida de valores.

Greta Thunberg delante del parlamento sueco en Estocolmo, agosto de 2018. (Imagen de Anders Hellberg - CC BY-SA 4.0)

Greta Thunberg, figura central de la huelga estudiantil 'Fridays For Future', viene siendo criticada por algunos medios de comunicación, científicos y políticos.

De acuerdo con el periodista y economista, Roberto Savio, la ola de cuestionamientos hacia la activista adolescente se divide en cuatro grupos.

El primer grupo (el estúpido, según Savio) juzga a la joven ecologista por tener un doble discurso, "demostrado" cuando consume un plátano en vez de una manzana producida localmente en Suecia.

El segundo grupo (el celoso) está liderado por los científicos del clima, quienes alegan que se debería enfocar la atención mediática en ellos y no en una inexperta en el tema.

El tercer grupo (los puristas) reprocha que los padres de la activista sean ecologistas activos, contexto que la instrumentaliza a los intereses de una corriente ambientalista. 

El cuarto grupo (los paternalistas) sostiene que los jóvenes, como Greta Thunberg y los seguidores del 'Fridays For Future', no pueden liderar un movimiento importante porque no son conscientes a su edad, " a menos que escuchen a sus mayores".

El autor considera que este escenario de demonización contra la estudiante de 16 años se debe a que la sociedad actual vive tiempos de miedo, codicia y, sobre todo, una era del "pensamiento maligno".

A continuación, el artículo:

Por Roberto Savio*

Desde la poderosa marcha de cientos de miles de estudiantes en 1.000 ciudades contra el cambio climático, una inesperada campaña de deslegitimación, “desmitificación” y demonización ha comenzado contra Greta Thunberg, la adolescente sueca que inició el movimiento. Después de buscar en los medios de comunicación, los medios sociales y los sitios web, esta campaña se puede dividir en cuatro grupos diferentes.

El primero podría llamarse el estúpido. Una escritora reporta fotos de Greta comiendo un plátano, afirmando que esto prueba que tiene un doble estándar. Quiere reducir las emisiones de gases, y luego come plátanos que vienen de lejos. ¿Por qué no come una manzana, que se produce localmente en Suecia?

Otro escritor observa que Greta tiene dos hermosos perros grandes, pero esos perros deben estar comiendo carne, y las vacas son la mayor fuente de emisión de metano (mucho más dañina que el C02) y una vaca usa hasta 15.000 litros de agua antes de alcanzar la edad de sacrificio.

Luego, un tercero observa que Greta puede no tomar aviones, pero que con el uso de trenes está utilizando claramente la energía eléctrica, que sigue siendo generada básicamente por el carbón.

También hay una lectora que protesta fuertemente porque ha comprado un sándwich en el tren, que viene con una envoltura de plástico, y así está contribuyendo al daño causado por el plástico a los mares.

Estamos claramente en el reino de la estupidez, porque es imposible que alguien haga algo en este mundo sin contribuir a su degradación. Esto sólo cambiará cuando el sistema político corrija nuestro estilo de vida (¡tomemos nota que, por lo que parece, esto es improbable!).

Si Greta les pidiera a sus padres que regalaran los dos perros, no se mudaran de Estocolmo en absoluto, y comieran sólo manzanas locales, ¿haría esto una contribución tan importante a un clima mejor? ¿O es más constructivo hacer campaña y movilizar a cientos de miles de personas?

Al segundo grupo se le puede llamar celoso. Estos son los científicos del clima que han escrito en todas partes que comenzaron a luchar contra el cambio climático incluso antes de que naciera Greta (que ahora tiene 16 años).

¿Cómo es posible que hayan sido ignorados y que ahora una niña sin preparación sea capaz de movilizar a la gente de todo el mundo? No hay autocrítica del hecho de que no han sido capaces de inspirar y comunicarse con los estudiantes.

Además, Greta no hizo campaña como experta. Su mensaje en Davos, en Bruselas, en todas partes, fue: por favor, escuchen a los científicos. Un viejo proverbio chino dice: nunca pelees con tus aliados.


Greta no hizo campaña como experta. Su mensaje en Davos, en Bruselas, en todas partes, fue: por favor, escuchen a los científicos. Un viejo proverbio chino dice: nunca pelees con tus aliados. 

El tercer grupo son los puristas. Han estado redistribuyendo informes de periodistas suecos por todas partes que profundizan en los antecedentes de Greta, descubriendo que sus padres son ecologistas activos, que su padre siempre la ha apoyado, y que ha sido influenciada por una famosa activista que ha estado detrás de ella a cada paso.

Afirman que para creer a Greta habría sido necesario que sus padres se hubieran mostrado indiferentes a los temas climáticos, y que ella debería haber sido totalmente ajena a los círculos ecológicos.

Y esta campaña continúa, aunque todos los periodistas suecos declararan unánimemente que Greta no ha sido un instrumento de nadie, y que sólo está cumpliendo sus compromisos.

También porque, por gracia de los dioses, tiene una condición mental llamada Síndrome de Asperger, lo que la convierte en una persona de una sola mente, indiferente a los reconocimientos, cumplidos y compromisos. 

Así, en una carta a Le Figaro, uno de los puristas pregunta si es lógico poner a cientos de miles de estudiantes de todo el mundo “bajo la guía de un zombi”.

Esta categoría también incluye a muchos que se quejan de que Greta no está denunciando el hecho de que Suecia está ganando dinero con la venta de armas. Greta no ha denunciado a nadie, así que los responsables están contentos.

Greta no ha iniciado ninguna campaña contra las finanzas porque no entiende que sólo sometiendo las finanzas se puede cambiar el clima. Y así sucesivamente, de acuerdo con las lentes a través de las cuales sus críticos la miran.

Y por supuesto, está el grupo más legítimo, los paternalistas. Se trata de un grupo fisiológico que incluye a aquellos que piensan que los jóvenes no tienen ni idea de la vida real, y que nada serio saldrá del movimiento de los estudiantes, a menos que escuchen a sus mayores.

Su lugar es en la escuela, no en la calle, no tienen la madurez para entender temas que requieren una preparación científica.

Un ejemplo es una carta publicada en el Corriere della Sera, en la que alguien observa que los jóvenes ya casi no leen libros, usan smartphones todo el día e ignoran la música clásica o el teatro: carecen de la seriedad necesaria para un cambio real.

Un ejemplo extremo de cómo el paternalismo es el gemelo del patriarcalismo fue un comentario hecho por un adulto bien vestido en un grupo que observaba a los estudiantes marchando por el cambio climático:

“Me pregunto cuántas de esas chicas son todavía vírgenes.” Cuando se le preguntó sobre la relación entre la virginidad y el cambio climático, la respuesta fue: “Bueno, hasta que una chica sea virgen, puede tener ilusiones, pero no después.”

Esas diversas reacciones contra una joven que simplemente pide crecer en un mundo sostenible son claramente representativas de cuánto ha cambiado la sociedad en la última década.

Hemos recorrido un largo camino. El período posterior a la Segunda Guerra Mundial se caracterizó por la necesidad de reconstruir, de hacer sacrificios, de hacer de Europa una isla de paz, de creer que la política era una herramienta participativa para cambiar la sociedad para mejor.

La certeza de los jóvenes de que serían mejores que sus padres, era la creencia de todos. Los mítines políticos vieron a millones de personas en las calles, con esperanzas y compromisos.

Todos sabemos cómo se derrumbó ese mundo de idealismo. Con la destrucción del Muro de Berlín, las ideologías fueron las primeras en desaparecer. La palabra clave era pragmatismo. Pero era un pragmatismo prisionero de la filosofía neoliberal que era intocable.

Como dijo Margaret Thatcher, no hay alternativa (TINA). Los costos sociales eran improductivos, y las finanzas cobraron vida por sí solas, sin estar ya vinculadas a la palabra producción.

El estado fue reducido al mínimo. Deberíamos recordar que Reagan propuso la abolición del Ministerio de Educación y la privatización total de la sanidad. Las Naciones Unidas se consideraban obsoletas: el comercio, no la ayuda.

Durante tres décadas, desde Reagan (1981) hasta la gran crisis financiera de 2008, el lema fue: competir, hacerse rico, a nivel nacional e individual. La política se convierte en una mera actividad administrativa, desprovista de visión a largo plazo.

La llegada de Internet cambió la sociedad de un hilo interactivo y conectado de relaciones basadas en plataformas para compartir, a una red de mundos virtuales paralelos en los que buscar refugio y evitar la acción pública.

Los medios de comunicación, seguidos de una degradación de la complejidad de la información, concentrándose en los eventos e ignorando los procesos. La televisión pasó básicamente al campo del entretenimiento con programas que daban forma a la cultura popular, como el Gran Hermano, o L’Isola dei Famosi (La isla de los famosos).

La codicia se consideraba buena para la sociedad y Hollywood la elogiaba.

Todos vivíamos en una burbuja financiera que estalló en 2008. Estaba claro entonces que la política ya no controlaba las finanzas, sino viceversa.

Según Bloomberg, para salvar el sistema bancario, Estados Unidos tuvo que gastar 12,8 billones de dólares, Europa 5 billones de dólares, 1,6 billones sólo para estabilizar el euro. China gastó 156.000 millones y Japón más de 110.000 millones.

Nadie sabe con seguridad cuánto le costó al mundo salvar su sistema bancario, que era (y es), sin ningún control ni organismo regulador.

Si la cantidad pagada para rescatar a los bancos se hubiera distribuido a los 7.500 millones de personas del mundo, cada uno de ellos habría recibido 2.571 dólares. Suficiente para iniciar un frenesí de adquisiciones, especialmente en el sur del mundo, con un enorme salto en la producción.

Habría resuelto prácticamente todos los problemas sociales del mundo señalados como Objetivos del Milenio por las Naciones Unidas en un acuerdo suscrito por todos los países.

Pero, para entonces, los bancos eran más importantes que las personas… y por sus actividades ilícitas, los bancos ingratos han pagado multas por un total de más de 800.000 millones de dólares desde su rescate.

Recordemos que la codicia ya estaba siendo elogiada en Hollywood en 1987 por Gordon Gekko en la famosa película ‘Wall Street’. Gekko dice: “La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena”.

No es una coincidencia que, en el momento de la crisis financiera de 2008, el primer ministro australiano Kevin Rudd, dijo: “Tal vez sea hora de admitir que no aprendimos toda la lección de la ideología de la codicia es buena.”

Y al año siguiente, en un discurso ante el Senado italiano, el cardenal Tarcisio Bertone dijo: "Hemos pasado del libre mercado a la codicia libre”.

Y muchas manifestaciones de la sociedad civil mundial, como el Foro Social Mundial, han estado denunciando la sumisión de la política a la financiación, y cómo se han recibido los resultados.

Pero después de los treinta años de “codicia-es-buena” vino la gran crisis financiera de 2008, debido a la irresponsabilidad del sistema financiero.

Esa crisis trajo un impacto social negativo adicional que era el miedo: miedo al desempleo, miedo al futuro, miedo al terrorismo.

Quedó claro que el ascensor social que había funcionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial se había detenido, con millones de jóvenes de todo el mundo atrapados en él. El propio sueño americano estaba en crisis.

Y llegó una nueva década, una de miedo. Como es habitual en los casos de miedo, surge una nueva narrativa. Después de treinta años de codicia, tenemos ahora una década de miedo.

El neoliberalismo, TINA, ha perdido credibilidad. Todos los partidos políticos han traicionado las esperanzas de sus votantes. La gente ha sido dejada fuera por las élites, por los del sistema.

Así, desde 2008, los partidos populistas nacionalistas que pretendían defender al pueblo florecieron en toda Europa, donde antes de la crisis eran prácticamente inexistentes (excepto Le Pen en Francia). Siguen floreciendo.

En las últimas elecciones holandesas, un nuevo partido populista, el Foro para la Democracia, obtuvo 16 escaños en el Senado. Su líder, Thierry Baudet, ha descartado la invención embrujada del cambio climático, la idolatría del adoctrinamiento sostenible de la izquierda.

Esta es una posición común a todos los partidos populistas. Su éxito ha sido dirigir el miedo contra los diferentes: diferentes religiones, diferentes costumbres, diferentes culturas… en otras palabras, inmigrantes. La xenofobia se ha unido al nacionalismo y al populismo.


Esa crisis trajo un impacto social negativo adicional que era el miedo: miedo al desempleo, miedo al futuro, miedo al terrorismo. Quedó claro que el ascensor social que había funcionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial se había detenido, con millones de jóvenes de todo el mundo atrapados en él. 

Cada año ha habido una disminución de los ingresos reales, de los puestos de trabajo dignos.

Los partidos políticos tradicionales han perdido credibilidad y los electores se han decantado por nuevos políticos, que no forman parte de la élite, que hablan en nombre del pueblo y consideran el glorioso pasado como la base del futuro, haciendo caso omiso de cualquier desarrollo tecnológico.

La división social, tomada como base por la nueva cultura política, entró en plena velocidad destructiva: en sólo diez años, 28 personas concentraron en sus manos la misma riqueza que 2.300 millones de personas.

Esto es dinero que se le quita a la economía general; significa que por cada millonario hay miles de personas empobrecidas.

Sólo en el último año, los 42,2 millones de personas en el mundo con más de un millón de dólares en activos financieros, crecieron en 2,3 millones, es por eso que el Papa Francisco dice que detrás de cada gran propiedad hay una hipoteca social.

Ha sido necesario un largo camino para abandonar el mundo que salió de la Segunda Guerra Mundial y llegar al actual: un mundo en el que los fenómenos anormales, como la guerra y la pobreza, son ahora considerados normales por la mayoría de los jóvenes.

La corrupción, que por supuesto siempre ha existido, se ha convertido en otro hecho natural. La democracia, que se consideraba el fundamento central de la sociedad, se considera ahora una posibilidad discutible, con Orban, Salvini y la empresa que promueve la democracia antiliberal.


...un mundo en el que los fenómenos anormales, como la guerra y la pobreza, son ahora considerados normales por la mayoría de los jóvenes. La corrupción, que por supuesto siempre ha existido, se ha convertido en otro hecho natural. 

El miedo y la codicia han cambiado nuestra sociedad. Estamos en medio de una transición, y nadie sabe hacia dónde. Lo que está claro es que el sistema actual ya no funciona y requiere correcciones muy serias.

La marea del nacionalismo, el populismo y la xenofobia nos está llevando hacia atrás a miserias que habíamos olvidado, en lugar de hacia delante.

Las campañas electorales no se basan en programas, sino en desacreditar a los opositores. Cuando el primer ministro canadiense Justin Trudeau no estuvo de acuerdo con Trump, el secretario de comercio de este último dijo que debe haber un lugar especial en el infierno para el primer ministro canadiense.

Los debates televisivos se han convertido en una escuela de incivilidad. La pregunta es: ¿estamos entrando en una nueva era basada en la incivilidad? Por primera vez en la historia del parlamento británico, los distintos opositores son incapaces de encontrar una salida a un referéndum basado en hechos de los que todo es mentira.

Debemos reconocer que vivimos en un mundo en el que las cosas positivas son pocas y están separadas. Un clima político, cultural y social donde nada es aceptado como legítimo, ocultando la verdad y manipulado por el enemigo. Una era de transición, que debería llamarse “la era del mal pensamiento”.

La reacción en contra de Greta Thunberg y su movilización es un buen ejemplo de “mal pensamiento”. En lugar de despertar simpatía y apoyo, esta joven está siendo sometida a esta nueva cultura del “mal pensamiento”.

Y, sin embargo, está haciendo campaña por la supervivencia del planeta, el único que tenemos, y donde todos debemos vivir juntos, independientemente de nuestros mitos, religiones, partidos y nacionalidades.

Dice: no le pidas a mi generación que resuelva el problema del cambio climático, porque cuando hayamos crecido, ya será demasiado tarde. Cuando cumpla los 50 años, habrá 10.000 millones de personas, todas ellas viviendo en ciudades.

Pero en sólo diez años, cuando cumpla 26 años, la humanidad necesitará 50 por ciento más de energía y alimentos, y 30 por ciento más de agua, un elemento que ya es escaso en gran parte del mundo y que es una fuente de ingresos para las empresas privadas. ¡No es de extrañar que ella esté tratando de motivar hacia la acción!


En lugar de despertar simpatía y apoyo, esta joven está siendo sometida a esta nueva cultura del “mal pensamiento”. ​ 

Salvar al mundo AHORA es un mensaje que ha sido capaz de movilizar a estudiantes de todo el mundo.

En la era del “pensamiento maligno”, en lugar de apoyarla, hay quienes miran lo que come, lo que comen sus perros, y lo que hay detrás de ella y la manipulan.

En otras palabras, estamos en una era en la que no somos capaces de pensar positivamente: una era marcada por la codicia y el miedo, y con lo que la cultura actual nos ha dado: el mal pensamiento.

Es más que seguro que, si Greta hubiera vendido ropa deportiva, habría sido aceptada como un fenómeno normal, y nadie se fijaría si estaba comiendo plátanos o manzanas. Este es un buen índice de cómo hemos perdido la capacidad de soñar y seguir adelante.


En la era del “pensamiento maligno”, en lugar de apoyarla, hay quienes miran lo que come, lo que comen sus perros, y lo que hay detrás de ella y la manipulan. 


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*Roberto Savio es editor de OtherNews, el italo-argentino Roberto Savio es economista, periodista, experto en comunicación, comentarista político, activista por la justicia social y climática y defensor de una gobernanza global antineoliberal. Director de relaciones internacionales del Centro Europeo para la Paz y el Desarrollo… Es cofundador de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS) y su Presidente Emérito.
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sábado, 30 de marzo de 2019

Millones de niños son víctimas de esclavitud infantil en el mundo.



Por Javier F. Ferrero
La esclavitud infantil en 2019

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) más de 160 millones de niños y niñas realizan trabajos forzados o tareas inadecuadas para su edad, que ponen en peligro su integridad física o emocional y les apartan de la escuela.

Pero el problema va mucho más allá. Bajo la denominación de trabajo infantil se esconden también otras terribles formas de sometimiento a menores, desde la trata al reclutamiento de niños soldado o el matrimonio forzado.

Las cifras de niños en esta situación son estimadas, ya que se trata de un problema invisible y todos los casos de los que tenemos conocimiento son solo la punta del iceberg. Pero sí sabemos que no son hechos aislados. No hablamos de casos puntuales, sino de millones de víctimas de la esclavitud infantil en el mundo.


Matrimonios forzados

Según el informe ‘No acepto’, realizado por varias organizaciones sin ánimo de lucro de nuestro país, los matrimonios forzados son una práctica que existe en África, Oriente Medio, Asia y América Latina y en diferentes colectivos de etnia gitana.

El fenómeno no se extiende a toda la población, pero sí se llevan a cabo en determinadas comunidades de países como China, India, Pakistán, Turquía, Irán, Afganistán, Bangladesh, Irak, Marruecos, Senegal, Gambia, Níger, entre otros.

Pero los matrimonios forzados no son exclusivos de países empobrecidos, aunque nos sorprenda. La activista Sherry Johnson es una de las mujeres que lucha por visibilizar la existencia de matrimonios forzados en países como Estados Unidos. 

Según datos de 38 de los 50 estados recabados por la ONG Unchained Al Last, de 2000 a 2010 se casaron 167.000 menores de 18 años en EE UU. La mayoría adolescentes, aunque se registraron casos de niñas de 12 años. En Florida, aún en 2012 hubo tres casos de adolescentes de 14 años casadas con veinteañeros.

En España existe un pequeño porcentaje de uniones de este tipo en menores. Los datos nos dicen que en nuestro país hay importantes comunidades que proceden de países en donde los matrimonios forzados se llevan a cabo.

Unos 15 millones de menores son casados en el mundo contra su voluntad.






Niños soldado

En el caso de los niños soldado, UNICEF estima que hay unos 300.000 niños y niñas soldado en el mundo participando en más de 30 conflictos armados.

Los países donde en estos momentos hay niños soldados son Afganistán, Angola, Burundi, Guinea-Bissau, Irak, Liberia, Mozambique, la República Democrática del Congo, Ruanda, Sierra Leona, Siria, Somalia, Sri Lanka, Sudán y Uganda o Yemen.

Según la ONG Humanium, el reclutamiento forzado es un proceso común y cuidadosamente planificado en el cual los niños son secuestrados y torturados. Cuando ocurre el reclutamiento forzado, quienes lo realizan normalmente se dirigen a lugares en los cuales los niños son más vulnerables y se encuentran reunidos en gran cantidad: escuelas, orfanatos, campamentos de refugiados, estadios e iglesias.

Los niños son evaluados según su altura y condición física y, para tenerlos bajo control, los reclutadores no dudan en violarlos, golpearlos, torturarlos e incluso en matar a miembros de su familia…cuando no se les exige que lo hagan ellos mismos.

La ley internacional en vigor establece los 15 años como edad mínima para el reclutamiento en el ejército y la participación en conflictos. Sin embargo, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño fija la edad de la adultez a los 18 años.

Trata

En el caso de la trata, la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito calcula que, por cada víctima identificada como tal, existen 20 sin identificar. Y en su último informe señala, además, que 3 de cada 10 de esas víctimas son menores, por lo que hoy en día hay cientos de miles de niños, y sobre todo niñas, sometidas a este tipo de esclavitud.

No existe una definición universal de la trata infantil, a pesar de que diversos documentos legales lo mencionan. Uno de estos documentos es la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, la cual hace referencia a la trata infantil en el inciso 1 del Artículo 11, donde se estipula que “el traslado ilícito y la retención ilícita de niños” están prohibidos.

Las menores víctimas de la trata son vendidas con el fin de ser utilizados para la explotación sexual o la prostitución, para pedir limosnas o para matrimonios forzados. Arriesgan sus vidas trabajando en obras en construcción o en fábricas, o son empleados como personal de servicio doméstico. Otros son entregados por una suma considerable de dinero a padres que quieren adoptar.

La venta de órganos de niños es cada vez más frecuente. Con tal de librarse de sus condiciones de vida, algunos niños están dispuestos a vender uno de sus riñones.
La venta de órganos representa entre el 5% y el 10% de los trasplantes de riñón realizados por año en todo el mundo, según la ONG Humanium..

Es importante que los Estados vigilen y controlen de forma eficaz las fronteras para asegurar una prevención efectiva. Además, una cooperación internacional efectiva es importante: las redes de trata y tráfico infantil suelen extenderse mucho más allá de las fronteras de un país.
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Fuente: Contrainformación: https://contrainformacion.es/la-esclavitud-infantil-en-2019/#

viernes, 29 de marzo de 2019

Propuestas para salvar el planeta.


Ecologistas en Acción presenta sus propuestas para los partidos políticos ante las próximas elecciones generales del 28 de abril.
Ante las evidencias que se acumulan sobre la degradación ambiental y el aumento de la injusticia social, es hora de que la protección del medio ambiente, junto con las propuestas de equidad propias del ecologismo social, tengan la prioridad necesaria para evitar o reducir situaciones futuras mucho más difíciles que las actuales.

Hay un cúmulo de estudios y evidencias científicas que indican con nitidez que el camino que sigue nuestro modelo socioeconómico capitalista financiero nos conduce a situaciones muy adversas para la mayor parte de la humanidad y el resto de seres vivos que habitamos el planeta.

Aunque en ciertos ámbitos aumenta la conciencia sobre estos problemas y también los discursos sobre la necesidad de atajarlos, lo cierto es que los grandes indicadores muestran que vamos a peor. Sin ir más lejos, el último y reciente estudiodel Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente de marzo de 2019 deja claras dinámicas muy negativas en lo referido a la disponibilidad de agua, la contaminación química de suelos y aguas, la acumulación de plásticos y residuos en los mares, la sobrepesca, la pérdida de biodiversidad, la pérdida de suelos o el rápido avance del cambio climático. Son tendencias globales, pero en las que el Estado español está plenamente inmerso.

El ritmo de degradación es tal que ya no es que estemos poniendo en riesgo el bienestar de las generaciones futuras, sino que si no modificamos drásticamente nuestro rumbo estamos abocados a cambios muy fuertes y negativos en el corto plazo. Y todas estas alteraciones ambientales se producen al mismo tiempo que se incrementa la injusticia en el reparto de la riqueza, tanto a escala global como dentro de los países, y en particular en el Estado español.

Por este motivo, las propuestas que realiza Ecologistas en Acción a los partidos políticos para que sean recogidas en sus programas y propuestas de actuación atienden más a las urgencias y necesidades mucho tiempo desatendidas que a la limitada visión posibilista que a menudo impregna la acción política de los partidos.

Entre las medidas más relevantes de este listado de quince ámbitos de actuación, la organización ecologista destaca:
Biodiversidad: un plan de emergencia para detener la pérdida de biodiversidad.
Agua: ajustar el regadío a la disponibilidad hídrica menguante.
Mares: acabar con la sobrepesca, en especial en el Mediterráneo.
Agroecología: apoyar la ganadería extensiva y abandonar la ganadería industrial.
Energía y clima: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a razón del 7 % anual.
Transporte: reducir drásticamente sus emisiones y establecer una moratoria a las grandes infraestructuras.
Residuos: implantar la recogida selectiva de la fracción orgánica de los residuos municipales.
Contaminación química: desarrollar un plan de medio ambiente y salud que contemple medidas como la reducción del uso de plaguicidas en un 50 % en 2023.
Contaminación electromagnética: aplicar el principio de precaución, en especial ante el previsto despliegue del 5G.
Calidad del aire: creación de Zonas de Bajas Emisiones en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes.
Urbanismo: evitar el urbanismo especulativo y fomento decidido del alquiler social.
Educación: formar prioritariamente para la principal tarea a la que se tendrán que enfrentar las nuevas generaciones: la transición ecológica y justa.
Consumo: aplicar criterios de sostenibilidad y justicia social a la compra pública responsable.
Ecofeminismo: trabajar por la equidad entre géneros y la redistribución de los cuidados.
Globalización: regulación de la actividad de las empresas transnacionales con normativas nacionales e internacionales jurídicamente vinculantes sobre medio ambiente y derechos humanos.

Ecologistas en Acción es consciente de que estas propuestas son tan necesarias y urgentes como, en gran medida, ajenas a las prioridades de la mayor parte de los partidos políticos. Pero no por ello se deben ocultar o relegar, sino todo lo contrario, porque nuestro futuro depende de que se ponga cuanto antes el mantenimiento de la vida en el centro de la acción política y de que los liderazgos políticos se basen en la justicia social y ambiental y en el bien común. Algo que sí que parece que están entendiendo las generaciones más jóvenes.


jueves, 28 de marzo de 2019

Los dueños del agro y la alimentación.



Informe revelan que grandes empresas del sector de alimentos no muestran preocupación por “el hambre, el cambio climático, la sostenibilidad, la enfermedad y la injusticia”. El modelo de agronegocio sobreexplota los ecosistemas. Más del 20 por ciento de las superficies agrícolas sufre degradación del suelo y ese mal avanza a la velocidad alarmante de doce millones de hectáreas por año.

Por Darío Aranda

EcoPortal, 27 de marzo, 2019.- Un informe de organizaciones alemanas muestra cómo unas pocas corporaciones manejan el sistema alimentario del planeta. El agronegocio y la complicidad de los gobiernos. El caso argentino: los pueblos fumigados y la expulsión de Monsanto de una localidad cordobesa.

Un puñado de empresas de Estados Unidos, Europa y China decide qué produce el agro mundial, cómo se alimenta la población y, al mismo tiempo, cómo se enferma y empobrece. Son algunas de las definiciones del “Altas del agronegocio”, una investigación de fundaciones alemanas que denuncia con nombres propios el accionar de las compañías y la complicidad de los gobiernos. El trabajo también derriba el mito de las multinacionales agrícolas:

“El agronegocio (de transgénicos y agrotóxicos) no puede conservar al medio ambiente ni la subsistencia de productores, y tampoco puede alimentar al mundo”.

La investigación denuncia el accionar de las empresas del agro, cerealeras, multinacionales de la alimentación y supermercados. De Alemania apuntan al accionar de Bayer y Basf; de Estados Unidos a Bunge, Cargill, Coca Cola, Dow, DuPont, Kraft y Monsanto. De Gran Bretaña a la multinacional Unilever; de Franca a Danone y Carrefour; de China a ChemChina y Cofco; de Suiza a Glencore, Nestlé y Syngenta; de Países Bajos a Louis Dreyfus y Nidera. De Argentina aparecen las empresas Los Grobo, Don Mario, Biosidus y Cencosud (Vea, Jumbo y Disco), entre otras.

El trabajo fue realizado por las fundaciones Heinrich Böll, Rosa Luxemburgo, Amigos de la Tierra Alemania (BUND), Oxfam Alemania, Germanwatch y Le Monde Diplomatique. Síndica como “el moderno latifundio” al modelo de agronegocio, que desde finales del siglo XX avanzaron con la llamada agricultura industrial, de monocutltivos (principalmente palma aceitera, maíz y soja).

Apunta a cuatro empresas que dominan el mercado de semillas y agrotóxicos: Bayer (que en 2018 cerró la compra de Monsanto), ChemChina-Syngenta, Brevant (Dow y Dupont) y Basf. En 2015 facturaron 85.000 millones de dólares y, según proyecciones de Bayer, llegarán 120.000 millones en 2025.

Cuestiona que las empresas del sector hayan asumido poca responsabilidad por las consecuencias de su accionar, que repercutió en el “el hambre, el cambio climático, la sostenibilidad, la enfermedad y la injusticia”.

La investigación cuenta con un capítulo titulado “La república unida de la soja” (en base a una publicidad de la multinacional Syngenta, que así llamó a Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Brasil). “El papel de Argentina en la promoción del modelo agrícola industrial transgénico fue crucial. Representó la cabecera de playa de esta expansión para la industria semillera y agroquímica mundial”, afirma.

Explica que jugó un rol clave el eje gubernamental. Denuncia la complicidad de la Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia), el Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la Secretaría de Agricultura y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). A más de 20 años aprobar la primera soja transgénica, los mismos organismos aún bendicen los transgénicos y agrotóxicos en base a estudios de las mismas empresas que los producen y venden.

El trabajo también denuncia el rol de “pseudo-organizaciones técnicas” que publicitan las bondades del modelo, pero ocultan las consecuencias. Señala a la Asociación de Productores de Siembra Directa (Aapresid), Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) y las fundaciones Fertilizar y Producir Conservando. Afirma que el modelo agropecuario actual es una “agricultura minera” que extrae nutrientes de los países sudamericanos y genera enormes impactos ambientales.

Precisa el rol de empresas que suelen pasar desapercibidas en el debate del agro mundial: las exportadoras o, como llamó el periodista Dan Morgan, “traficantes de granos”. Cuatro transnacionales dominan el sector: Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus. Juntas son conocidas como el “Grupo ABCD”. Su participación en el mercado mundial es del 70 por ciento. En los últimos años se sumó al grupo la china Cofco.

El mercado de alimentos también está en muy pocas manos: 50 grupos empresariales facturan la mitad de las ventas mundiales. Las diez principales (sin incluir el sector bebidas) son Nestlé (Suiza), JBS (primer proveedor de carne mundial, de Brasil). Del tercero al sexto lugar son empresas de Estados Unidos: Tyson Foods, Mars, Kraft Heinz, Mondelez. Le siguen Danone (Francia), Unilever (Gran bretaña) y las estadounidenses General Mills y Smithfield.

“Con la expansión de los consorcios multinacionales se modifican los hábitos alimenticios. Los alimentos poco procesados son sustituidos por los ultraprocesados. El sobrepeso, la diabetes y las enfermedades crónicas son sólo algunas de las consecuencias”, alerta la investigación, que se presentó en Europa, Brasil y Argentina, y contó con la participación local del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente (Gepama) de la UBA.

También destaca la urgente necesidad de fortalecer mediante políticas públicas la agroecología (un modelo sin transgénicos ni agrotóxicos, con rol protagónico de campesinos, indígenas y pequeños productores) y resalta dos acciones históricos contra las multinacionales: el boicot mundial contra Nestlé (entre 1977 y 1984) por su engañosa publicidad de leche en polvo para bebés y la lucha de los pueblos fumigados de Argentina, que son la prueba viva de los impactos de los agrotóxicos en la salud y al mismo tiempo impulsan modelos de producción sin venenos. Recuerda la epopeya de la localidad de Malvinas Argentinas (Córdoba), que luego de cuatro años de resistencia echó a Monsanto de su territorio.

El “Atlas del Agronegocio” asegura que los sistemas alimentarios influidos por las transnacionales “han fracasado” en garantizar una alimentación segura. “El hambre no se eliminó. Sigue habiendo casi 800 millones de personas desnutridas en el mundo. El problema se relaciona con la distribución desigual de los alimentos, que a su vez se vincula con la pobreza y la exclusión social. Los sistemas alimentarios industriales más bien han agravado esta desigualdad en lugar de resolverla”, destaca. También advierte que el modelo de agronegocio sobreexplota los ecosistemas. A modo de ejemplo, precisa que más del 20 por ciento de las superficies agrícolas sufre degradación del suelo y ese mal avanza a la velocidad alarmante de doce millones de hectáreas por año.
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martes, 26 de marzo de 2019

A 40 años de Puebla, ¿por dónde pasa el profetismo y la revitalización de la Iglesia en la base?


[AMERINDIA]

Fruto de las reflexiones de la Articulación Continental de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), en su reunión de este año (Mixco, Guatemala, 25 y 26 de febrero), se plantearon algunos derroteros del profetismo y la revitalización de la Iglesia de la base, a la luz de la Conferencia de Puebla, hace 40 años.

El profetismo de la Iglesia de la base...

1. Pasa por el llamado a ser profeta desde lo personal y lo comunitario.

 

2. Pasa por la denuncia contra todo aquello que genera muerte, frente a los proyectos que atentan contra la vida de los pobres y de la madre Tierra, en la denuncia, anuncio y búsqueda de alternativas de vida y de justicia.

 

3. Pasa por lo más pequeño, como lo es la familia, y por el anuncio de la esperanza ante el mundo.

 

4. Pasa por las experiencia de las CEB, como núcleos que van proclamando una nueva sociedad y una nueva forma de ser Iglesia, por el modo de Iglesia que queremos ser: comunitario, solidario, fraterno; y por la fuerza y la resistencia del Pueblo de Dios peregrino, identificándonos en nuestros países con este momento crucial de la historia que vivimos desde la base, con la seguridad de que la 'roca' es Cristo.

 

5. Pasa por la espiritualidad martirial que nos confirma en nuestro compromiso por el Evangelio.

 

6. Pasa por las luchas sociales que parten de los más pobres y desde los pueblos originarios; del profetismo que surge fuera de la Iglesia, en otras bases sociales, desde otros ámbitos, como ocurre en la resistencia y la defensa de los pueblos ante los proyectos mineros y extractivistas, así como los esfuerzos que se emprenden desde su cultura y situación concreta.

 

7. Pasa por la denuncia que llevan adelante los países después de las dictaduras, y sus propuestas de vida.

 

8. Pasa también por una toma de conciencia de la situación del planeta y por las posibles articulaciones, alianzas y convenios que podamos hacer, porque si quedamos solas las CEB, el cambio no será posible. Como decía Mons. Romero: Dios nos salva como pueblo, pero no por cualquier pueblo, sino desde el pueblo de hombres y mujeres que conspiran por el bien común.


Para revitalizar la Iglesia desde la base...

1. La revitalización de la Iglesia supone retomar y reforzar en la base los avances y lineamientos logrados en el Vaticano II, en el magisterio latinoamericano y en la palabra del papa Francisco.

2. La revitalización pasa por reforzar la opción por los pobres, como sujetos en el anuncio de la esperanza organizada, quienes, a pesar de ser víctimas de las situaciones de muerte siguen adelante. Como lo manifestó Mons. Romero en Puebla: si la Iglesia olvida la opción de los pobres se olvida el Evangelio.

3. La revitalización de la Iglesia pasa por reforzar nuestra formación de manera permanente, integral y liberadora, siempre en confluencia con la búsqueda de alternativas para la vida.

4. La revitalización pasa por la inclusión de aquellos que luchan por la vida y la justicia desde otras bases sociales; por el desafío que supone lograr articulaciones con aquellos que luchan también por el cuidado y la defensa de la casa común.

Fuente: Amerindia

lunes, 25 de marzo de 2019

"América Latina está bloqueada desde hace mucho tiempo": por qué la región no logra crecer de forma sostenida.


Alba Morgade/BBC News Mundo

25 marzo 2019

El problema de la economía en América Latina no es que vaya mal, sino que crece poco, casi hasta el punto del estancamiento. Y además es muy vulnerable a la volatilidad del mercado, señala un último reporte sobre perspectivas económicas para la región.

En el año 2018, el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina creció un 1,2%, algo menos de lo que lo hizo en 2017, cuando se situó en el 1,3%, por lo que la economía se desaceleró, aunque levemente.

Estos son los datos que refleja el informe "Perspectiva Económica Latinoamericana 2019: desarrollo en transición" elaborado por la Cepal, el CAF Banco de Desarrollo de América Latina y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y con la cooperación con la Comisión Europea, que se publicó hace unos días.

Las perspectivas para este año son algo mejores. El documento refleja unaprevisión de crecimiento del PIB de hasta el 1,7%. Pero el problema ya no es tanto el crecimiento en sí, apuntan los expertos de la OCDE, sino el ritmo al que ocurre y lo que eso nos dice de la región.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl crecimiento de América Latina no ha sido suficiente para recortar la brecha con otros países desarrollados, según el informe de la OCDE.

"América Latina está bloqueada desde hace mucho tiempo", asegura a BBC Mundo Mario Pezzini, director del centro de desarrollo de la OCDE y asesor especial del secretario general de la organización que reúne a 36 países y busca promover el desarrollo económico y comercial.

Fin de las recomendaciones.

Este estancamiento, explica Pezzini, hace aumentar la brecha entre los países latinoamericanos y otros más desarrollados, cuando en realidad el objetivo es reducirla.
El freno de América Latina

Entonces, ¿qué impide a América Latina crecer de forma sostenida?

A corto plazo son, principalmente dos factores los que pueden afectar al crecimiento, señala el experto de la OCDE.

"Uno es la actual guerra comercial, porque eso tendrá un impacto sobre el conjunto de los países en desarrollo, aunque con diferencias por regiones; otro es el comportamiento de la política monetaria general, porque un aumento brusco de las tasas de interés también supone un riesgo significativo para Latinoamérica", ya que tiene acreedores internacionales.

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La guerra comercial es, de hecho, una de las principales amenazas que puede encarar México en un futuro próximo, asegura Pezzini.

"El 80% de las exportaciones de México tienen como destino Estados Unidos, así que la relación entre ambos países va a tener un impacto significativo".

La principal economía de América Latina por PIB después de Brasil ya experimentó una ligera desaceleración de su economía en el último año, con un crecimiento anual de apenas el 2% del PIB en 2018, frente al 2,1% de 2017, según datos definitivos del Instituto Nacional de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México.

Y las perspectivas tampoco no son nada halagüeñas.

Casi todos los organismos internacionales, incluidos el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Naciones Unidas, han bajado su previsión de crecimiento para este año en varias décimas porcentuales.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa dependencia de la economía de México sobre las exportaciones a Estados Unidos deja al país en una situación de vulnerabilidad cuando fallan las relaciones entre Ciudad de México y Washington.

También el pasado mes de febrero el propio Banco de México revisó a la baja su estimación de la tasa de crecimiento que podría caer hasta el 1,1% del Producto Interno Bruto, unos niveles que no se veían desde hace una década.

Pese a estas proyecciones nada prometedoras, el gobierno del nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una proyección de crecimiento superior al 2%.

Pero fuera de los desafíos a corto plazo y medio plazo que pueda enfrentar la región y cada país, con sus particularidades, el informe señala un problema de fondo que América Latina no ha sabido atajar y le impide avanzar en la senda del crecimiento a un ritmo que le permita recortar las desigualdades y reducir los niveles de pobreza en un buen porcentaje.


Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionAMLO mantiene sus previsiones de crecimiento al 2% pese a las estimaciones a la baja de importantes instituciones bancarias.

"Hay una serie de trampas que Latinoamérica continúa sin afrontar (…) y ahora la trampa de siempre se transforma en verdadero freno", afirma el representante de la OCDE.
Un problema estructural

Pezzini se refiere a los obstáculos destacados también en el informe: la trampa de la productividad, de la vulnerabilidad social, institucional y ambiental.

"La productividad sigue siendo baja porque está muy conectada a la especialización productiva y al tipo de productos que Latinoamérica hace. Cambiar esto no es algo que se pueda hacer a corto plazo".

El experto explica que América Latina ha basado su economía en la venta de materias primas y en la extracción minera, pero estos son sectores más susceptibles a los vaivenes del mercado, en parte por las diferencias que pueden existir en la tasa de cambio.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionAmérica Latina continúa basando la mayor parte de su economía en el sector manufacturero.

"El crecimiento de la década pasada se debió en gran medida a la demanda de materia prima no renovable que hacía China y a un aumento de su precio, pero no era necesariamente una aumento de la productividad o de la diversificación productiva".

Por tanto, afirma el especialista en desarrollo, si se quiere minimizar la volatilidad del mercado y reducir la vulnerabilidad a la que quedan expuesto los latinoamericanos, hay que apostar por un cambio de modelo.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa minería es una actividad con bajas expectativas de productividad porque los recursos son limitados en el tiempo.
Desafíos

La OCDE, junto con los otros organismos que han colaborado en la elaboración del informe, apuesta por diversificar los sectores productivos en América Latina, por innovar y elaborar productos de una mayor sofisticación.

"Es una región que no invierte en investigación e innovación, en particular el sector privado es el que no invierte", dice Pezzini, apuntando que apenas un 0,6% del PIB en América Latina está destinado a investigación, frente al 1,8% de China o al 2,4% de media de los países de la OCDE.

"Latinoamérica no ha creado muchos sectores de liderazgo y eso lastra su crecimiento", asegura.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa falta de inversión en sectores de innovación es uno de los factores que está lastrando el crecimiento en América Latina.

Pero además, el crecimiento y el desarrollo de una región, puntualiza el informe, no puede basarse solo en los ingresos de renta per cápita o en términos del Producto Interno Bruto, que en ocasiones acentúan una disparidad ya acuciante en los países latinoamericanos.

"El aumento de la renta per cápita o del PIB no es en sí mismo un indicador suficiente para hablar de bienestar y desarrollo (...). Es más, hay países en América Latina como Chile, que han aumentado su renta per cápita pero ha bajado la calidad de la enseñanza y han aumentado las desigualdades sociales", subraya.

Esto se debe, aclara, a una mala distribución de la riqueza y de los recursos del Estado, pero también al uso de los indicadores económicos inapropiados. Y lo ilustra con un ejemplo:

"Si el salario de mi familia aumenta, yo tengo expectativas de que eso a largo plazo se pueda traducir en un mejor nivel de vida, pero si este no es el caso y los servicios públicos no permiten esto, entonces empieza a crearse una desconfianza grande en el estado y en la sociedad con consecuencias graves a medio plazo".

Derechos de autor de la imagenAFPImage captionAunque una nación tenga riquezas, la distribución de la misma y la calidad de los servicios públicos son un termómetro de la calidad de vida de sus ciudadanos.

Por eso, los organismos participantes en el informe abogan por utilizar más indicadores, no solo relacionados con los ingresos.

"Estamos bloqueados con el PIB, cuando en sí mismo no está diciendo si un país ha alcanzado sus retos en materia de desarrollo", opina el asesor de la OCDE.

Es a partir de tener los indicadores adecuados, defiende, que los gobiernos podrán dilucidar cuáles son las estrategias de desarrollo a adoptar para hacer frente a los desafíos particulares de cada región y país.

Y por último, otra tarea pendiente para América Latina: mejorar el nivel de cooperación entre países de la región.

"Debe aumentar la integración entre países latinoamericanos porque es una oportunidad para el desarrollo en el futuro y porque generalmente un mercado más grande abre la puerta a la especialización y reduce las vulnerabilidades", concluye Pezzini.

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Fuente: bbc.com

domingo, 24 de marzo de 2019

Chile: Pueblo Mapuche exige desmilitarizar La Araucanía.


Cientos de miembros del pueblo Mapuche realizan movilización en el centro de Temuco exigiendo la desmilitarización de La Araucanía. Demandan también justicia por el asesinato del comunero Camilo Catrillanca, asesinado por fuerzas militares mientras trabajaba en labores agrícolas.

Por José Díaz

Luego de una serie de episodios de violencia entre las fuerzas militares de Chile y las comunidades Mapuche, que acabaron incluso con la muerte de algunos comuneros, esta semana se desarrolló una multitudinaria movilización mapuche por la desmilitarización de La Araucanía.

En el centro de Temuco, un de las principales ciudades del sur chileno, se movilizaron cientos de mapuche que fueron reprimidos por los Carabineros.

La marcha tenía como principal eje de reclamo, una investigación seria por la muerte de Camilo Catrillanca, un comunero mapuche asesinado en noviembre del 2018 mientras realizaba trabajos de campo. La movilización, que se llamaba Marcha por la paz, desmilitarización y la libre determinación mapuche, acabó con la detención de 15 participantes.

La ocupación militar en La Araucanía, región del sur del Chile donde se ubican la mayor cantidad de comunidades Mapuche, se agravó a lo largo del 2018 con la asunción de Sebastián Piñera a la presidencia. Cabe precisar que la movilización realizada y reprimida en Temuco, no recibió el permiso de las autoridades oficiales.


Disputa en Contraloría

Como si no hubiese suficiente con las disputas que tienen las comunidades mapuches con la ocupación militar de parte de sus territorios, una nueva disputa se suma. Esta vez se trata del conflicto judicial entre la Comunidad Mariano Millahual de Pucón y el subsecretario del Ministerio del Interior, Rodrigo Ubilla.

Puntualmente, la comunidad ha denunciado ante la Contraloría Regional de La Araucanía que Rodrigo Ubillahabría comprado varias parcelas de territorio mapuche en el 2009. Durante ese periodo, el actual subsecretario ya ocupaba dicho cargo en el Ministerio del Interior, también bajo una administración de Sebastián Piñera.

Lo que demanda la comunidad es la devolución de los terrenos adquiridos, supuestamente de manera ilegal, por el actual funcionario del Gobierno de Chile. Asimismo, también exigen al Ministerio

Según la presidenta del Consejo Mapuche de Pucón, Ruth Garrido, las leyes domésticas protegen al territorio mapuche de compraventa. Sin embargo, de no obtener una respuesta favorable de parte de la justicia nacional, esperan apelar a instancias internacionales.

Fuente: Servindi

sábado, 23 de marzo de 2019

ONU en Día Mundial del agua: Es un derecho humano y a nadie debe negársele.


El secretario general de la ONU, António Guterres, recordó hoy que el agua es un derecho humano y a nadie debe negársele el acceso a este recurso.
Por eso en el Día Mundial del Agua exhortó a defender ese derecho para todos, sin dejar a nadie atrás.
El agua es vital para la supervivencia y, junto con el saneamiento, ayuda a proteger la salud pública y ambiental, señaló el máximo representante de Naciones Unidas por medio de un comunicado.
‘Nuestros cuerpos, nuestras ciudades y nuestras industrias, nuestra agricultura y nuestros ecosistemas dependen de ello’.
En la actualidad, dos mil 100 millones de personas viven sin agua potable debido a factores como el estatus económico, el género, el origen étnico, la religión y la edad, alertó el secretario general.
Las crecientes demandas, junto con una mala gestión, han aumentado el estrés hídrico en muchas partes del mundo y el cambio climático se está sumando dramáticamente a la presión, advirtió.
Para 2030, añadió, aproximadamente 700 millones de personas en todo el orbe podrían ser desplazadas por la intensa escasez de agua.
En ese sentido, Guterres pidió fomentar más la cooperación para enfrentar la crisis mundial del agua y fortalecer la capacidad de resistencia a los efectos del cambio climático en ese sentido.
Para el secretario general de la ONU, esos pasos resultan vitales hacia un futuro más pacífico y próspero.
A medida que nos esforzamos por alcanzar la Agenda 2030, subrayó, debemos valorar los recursos hídricos y garantizar su gestión inclusiva si queremos protegerlos y utilizarlos de manera sostenible en beneficio de todas las personas.
La presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, también lamentó que tantos millones de personas en todo el mundo vivan sin agua potable en sus hogares.
‘Quienquiera que seas, dondequiera que estés, el agua es tu derecho humano’ escribió en su cuenta oficial en Twitter. El año pasado, la ONU lanzó el Decenio Internacional Agua para el Desarrollo Sostenible, de 2018 a 2028, de cara a promover una mejor gestión de los recursos hídricos.
Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua como un medio de llamar la atención sobre la importancia del líquido y la defensa de su gestión sostenible.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 compromete al mundo a garantizar que todos tengan acceso al agua segura para el año 2030, e incluye acciones encaminadas a proteger el medio ambiente y reducir la contaminación.
(Con información de Prensa Latina)
Fuente: cubadebate.cu

viernes, 22 de marzo de 2019

Tomar en serio a Haití. Entrevista.



Otra vez, la imagen de Haití es la de protestas, vandalismo y barricadas en las calles. Haití es retratada a menudo desde enfoques que resaltan su «singularidad», su «mala suerte», sus catástrofes naturales y sociales, y terminan por folklorizar al país que hoy vive una nueva crisis asociada en gran medida al rechazo a la corrupción. La socióloga y politóloga Sabine Manigat, de la Universidad Quisqueya, repasa con Pablo Stefanoni la coyuntura de la nación caribeña. 


¿Qué fue lo que desencadenó la actual rebelión social en Haití?


Podemos hablar de una coincidencia en el tiempo entre el empeoramiento acelerado de la situación socioeconómica de las mayorías –incluido un sector importante de clases medias empobrecidas– y el evidente fracaso de la fórmula de gobierno que resultó de los comicios de 2016 que llevaron al poder a Jovenel Moïse, un súbdito de Michel Martelly. 


Un indicio premonitorio de lo primero fueron los disturbios de principios de julio de 2018 en contra del alza del precio de los hidrocarburos pero también del alto costo de la vida. Mientras la inflación registraba nuevos récords entre abril y junio, la moneda nacional se devaluaba aceleradamente. Una pista de lo segundo la dio la política cada vez más cerrada del gobierno dirigido por Moïse, incapaz tras dos años en el poder de viabilizar siquiera algunas de sus promesas electorales, en particular las referidas a servicios básicos (electricidad) y nivel de vida (aumento del empleo y de la producción agrícola). 


Todo esto ocurre dentro de un ambiente de corrupción cada vez más descarado que involucra además al Parlamento. Jean Henri Ceant, el primer ministro nombrado después de los disturbios de julio, salido de la tendencia Lavalas (del ex presidente Jean Bertrand Aristide) no pudo operar el necesario acercamiento entre la oposición (a la que pertenece) y el partido gobernante (el Partido Haitiano Tèt Kale). El empecinamiento de la presidencia, que se niega a una real apertura, combinado con la impotencia de un primer ministro, que no ha podido abordar ninguno de los problemas más candentes, provocaron la ampliación del descontento con la histórica manifestación del 17 de octubre y la también masiva del 18 de noviembre, ambas seguidas de días de incertidumbre y, sobre todo, del ensordecedor silencio de las autoridades.


La actual rebelión social abarca amplias capas del cuerpo social y concierne a diversos actores, incluido el sector privado. Por ello se puede calificar de cuestionamiento de todo un sistema, la resultante del agotamiento del mismo y de la sordera de sus dirigentes.


Haití pasó por la decepción con el gobierno de Jean Bertrand Aristide, un terremoto que destruyó gran parte de la capital, la llegada al poder de un músico extravagante (Michel Martelly), una misión militar multinacional (la Minustah), ¿Por dónde podría pensarse una recomposición estatal?


Indudablemente, estos eventos han impactado y construido cierta imagen de Haití, su «singularidad”, su «mala suerte», un «caso desesperado». Pero más allá de esas etiquetas –que dicen algo pero distorsionan y «folklorizan» la historia y los problemas de Haití– habría que retener, y enfocar la reflexión alrededor de la débil gobernabilidad del país, particularmente tras la descomposición del orden dictatorial duvalierista.


La desaparición en 1986 del control político y social de la dictadura dejó al desnudo la amplitud de la exclusión que constituye la base de un sistema injusto, patrimonial y clientelista. Este sistema está agotado, y las experiencias de Aristide o de Martelly han sido expresiones de los fallidas intentos de cambio y de la resistencia que oponen las clases dominantes. Las sublevaciones actuales han sido precedidas de otros signos premonitorios, como la difícil transición del 2015-2016. 


Si queremos «tomar este país en serio» –como gustaba decir el político y académico Leslie Manigat– y analizar Haití con las herramientas y los conceptos científicos y políticos de uso corriente, habrá que considerar el histórico fracaso de las oligarquías sucesivas en implementar un proyecto capaz de incorporar el interés general a sus intereses de grupo. La irrupción de los excluidos, es decir, de la inmensa mayoría de los 11 millones de haitianos, sobre el escenario político y sus exigencias de ser tomados en cuenta, han sido ignorados durante más de treinta años. Hoy, el lema ya no es «changer l’Etat» [cambiar el Estado], sino radicalmente «changer le systeme» [cambiar el sistema]. 


La analista no tiene motivos para ser optimista ya que lo que se rastrea son siglos de total ignorancia y de sistemático desprecio del interés general más básico por parte de las elites del país, y la falta de preparación para encarar un cambio, ahora que se ha tornado una apremiante necesidad . Empero, la creciente madurez demostrada por una opinión pública hoy más educada e informada, más consciente de sus derechos y más madura en sus demandas, nos da una mayor esperanza.





¿Qué papel tuvo la corrupción en el uso de los recursos de Petrocaribe en el desencadenamiento de la crisis? ¿Cuáles fueron los beneficios de la asociación con Venezuela?


El tema de la corrupción desempeñó sin duda un papel de detonador en el estallido de la crisis. Al respecto, se soslaya a menudo un precedente importante. El sector «democrático radical», referenciado en la voz del abogado y militante André Michel, ya había iniciado hace más de un año una demanda pública contra el Estado acerca del uso de los fondos Petrocaribe. 


La iniciativa, de índole legal, tenía un alcance más bien simbólico pero atestigua las preocupaciones por la amplitud que ha cobrado el fenómeno de la corrupción. De hecho, a partir de los años 2010, entre despilfarro de los fondos recibidos por Haití tras el terremoto y del maná del programa Petrocaribe, transitaron por el país centenas de millones de dólares. Se han evaluado en alrededor de 3.000 millones los fondos procedentes del programa Petrocaribe. Pero es sin duda la movilización de jóvenes a partir de las redes sociales lo que condensó las frustraciones y las demandas de diferentes sectores, algunos hasta entonces pasivos o expectantes. La manifestación del 17 de octubre pasado fue convocada para pedir rendición de cuentas sobre los fondos Petrocaribe y reunió cientos de miles de personas de diferentes grupos sociales. Fue una demostración ciudadana esencialmente pacífica, como lo fue la del 18 de noviembre. La absoluta ausencia de respuesta del gobierno contribuyó por mucho en la ampliación de las demandas y la radicalización de sus expresiones.


Sobre la relación con Venezuela, ha sido una de ayuda fraterna por parte de un país que por razones históricas ha manifestado una solidaridad especial con Haití. El régimen chavista no solo se negó a participar militarmente en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) sino que contribuyó en varios proyectos de desarrollo social y propuso el programa Petrocaribe. Acerca del uso de esos fondos falta información. El informe de la Corte Superior de Cuentas lista obras nunca realizadas o incompletas, como los diez complejos deportivos no funcionales, el mercado de pescados en la capital cuya construcción se interrumpió, un viaducto apenas esbozado… Esas estafas y malas prácticas involucran a personalidades e instituciones pertenecientes al más alto nivel del aparato estatal, incluido el Presidente.


¿Qué tipo de organizaciones pusieron en marcha las protestas?


Se debe considerar una constelación de organizaciones y de sectores. El elemento desencadenante, el alza de los precios de los hidrocarburos, trajo naturalmente a colación el tema de los fondos Petrocaribe. De allí la formación en las redes sociales del movimiento «petrochallengers» (una red de jóvenes internautas) que convocó a la marcha de octubre pasado. La oposición radical, acusada de aprovecharse del movimiento para obtener réditos políticos política, tiene sin embargo cierta capacidad propia de convocatoria. Las organizaciones de derechos humanos y cívicas desempeñaron igualmente un papel. Se trata realmente de un movimiento policlasista poco organizado, enraizado esencialmente en el descontento popular. La débil tradición organizativa en Haití aunada a la falta de credibilidad de los partidos políticos confiere a esas protestas una (falsa) imagen de «espontaneidad de las bases». En realidad hay actores detrás de la cortina, lo que no se sabe es el peso de cada uno.


Por su carácter espectacular y el uso que de sus imágenes en la prensa, hay que mencionar las barricadas y los bloqueos de calles y carreteras asociadas. Son por cierto una expresión popular, barrial, de las protestas. Pero suelen ser también organizados por una fuerza disponible de desempleados, pagada muchas veces por políticos o empresarios. Cumplen una función de desacreditación de las manifestaciones, las cuales son anunciadas y luego relatadas bajo el sólo ángulo de la violencia. Pero no son ni las expresiones más importantes ni las más numerosas.


¿Cómo es la situación actual?


Se avecina una nueva ola de protestas para este mes de marzo –cuyas formas exactas no se pueden anticipar– debido a la falta de una respuesta mínima de parte del gobierno. Hay una multitud de consultas, reagrupamientos y propuestas, formuladas tanto desde la ciudadanía como de las organizaciones políticas. Y esos grupos han empezado a dialogar. Sin embargo aún predominan las divisiones, en todos los niveles:


-Divisiones dentro del sistema político: en el seno del Poder Ejecutivo (los desacuerdos entre el presidente y el primer ministro son públicos) y dentro del aparato estatal (el Ejecutivo ignora al Parlamento que, a su vez amonesta el Ejecutivo y amenaza el Presidente con un juicio por alta traición); el aparato de justicia está dividido entre un sector politizado (allegados del gobierno) y otro impotente. La policía a su vez recibe órdenes de proteger los bienes y reprimir a los revoltosos que no siempre acata (ahí está la sospechosa pasividad de la policía durante los disturbios de julio de 2018).


-Divisiones entre las oposiciones y entre los grupos sociales (incluida la oligarquía dominante). La llamada «oposición radical» ya no tiene el monopolio de las convocatorias, pero los llamados a manifestar, tanto en noviembre como en febrero, fueron paralelos más que que concertados. Hoy se suman las voces que reclaman la salida de Moïse: la oposición «moderada» socialdemócrata y de centro derecha, elementos del sector privado se están expresando en este sentido mientras que las alternativas a esa opción (diálogo, con o sin condiciones) están lejos de producir consenso. 


El propio empresariado, a través del Foro del sector privado, habla de como una sola voz para pedir la preservación de sus intereses de «proveedores de empleos» pero está dividido sobre la mejor fórmula para salvar el sistema: ¿Conceder medidas de alivio socioeconómico para mantener el equipo gobernante?, ¿sacrificar a Moïse para salvaguardar el sistema? ¿Proponer un nuevo modelo modernizador sacrificando la economía patrimonialista? Ahora bien, lo nuevo es el carácter público de esos posicionamientos políticos de la burguesía. Uno de sus representantes, Reginald Boulos, incluso anunció la formación de una organización acorde con su visión.


De todo ello resulta la ausencia de una fórmula de salida de la crisis. Más aún, las negociaciones y consultas que día a día se desarrollan en los círculos de poder ocurren en un contexto de total opacidad. Esta incapacidad de las fuerzas nacionales para elaborar una solución endógena pone a Haití ante el riesgo de tener que aceptar (una vez más) un parcheo impuesto por sus «amigos» de la «comunidad internacional». 




Socióloga, es profesora de ciencias sociales en la Universidad de Quisqueya.

Fuente:http://nuso.org/articulo/haiti-protestas-petrocaribe-moise/ utm_source=email&utm_medium=email