Mientras la iglesia católica de Nicaragua canceló las actividades religiosas de Semana Santa para prevenir la propagación del coronavirus, el gobierno sandinista convocó a sus propias procesiones e insiste en que la situación está controlada.
NICARAGUA: Procesión para venerar al llamado Jesús del Rescate, una tradición nicaragüense en la que los fieles viajan en carretas hasta el santuario de Popoyuapa, en un recorrido de más de 80 kilómetros de ida y vuelta. (El 19 Digital/Canal público del Gobierno de Nicaragua - Handout - Agencia Anadolu).
MANAGUA
Por: Wilfredo Miranda Aburto
Cuarenta y siete carretas haladas por bueyes y caballos se enfilaron el pasado 26 de marzo sobre la Carretera Panamericana de Nicaragua, con destino al santuario de Popoyuapa, ubicado en el departamento sureño de Rivas. Cada año, previo a la Semana Santa, se realiza esta peregrinación católica, una de las más grandes del país.
Los fieles recorren por varios días más de 80 kilómetros, de ida y vuelta, para venerar al llamado Jesús del Rescate. Sin embargo, este año, a raíz de la pandemia del COVID-19, la iglesia católica suspendió la romería para evitar contagios. Sin embargo, las carretas que emprendieron el trayecto y desafiaron las órdenes del clero fueron apoyadas por el gobierno sandinista.
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo se niega a declarar una cuarentena o a suspender actividades que impliquen aglomeraciones de personas, pese a los cinco casos positivos de coronavirus registrados en este país, y la más de una decena de casos sospechosos.
Ha sido la propia vicepresidenta Murillo quien ha ordenado redoblar las actividades de Semana Santa y de su “plan verano 2020”, que incluyen maratones, ferias, conciertos, misas campales, y ahora romerías y procesiones.
El Ministerio de Salud ha insistido en que declarar la cuarentena es “una medida alarmante y extremista”, a la vez que insiste en que el brote de coronavirus está controlado.
Según Murillo, quien es la encargada de anunciar todo lo relacionado con la epidemia, en Nicaragua solo se han registrados casos positivos de COVID-19 “importados”, y por tanto niega que exista transmisión comunitaria.
Las decisiones del gobierno y la falta de prevención de cara al COVID-19 han sido ampliamente criticadas por especialistas y epidemiólogos nacionales e internacionales, quienes consideran que contravienen las normas de aislamiento recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Latinoamérica, Nicaragua es el único país que mantiene fronteras abiertas pese al avance de la pandemia.
Iglesia suspende procesiones
Desde antes del 18 de marzo, cuando se registró el primer caso positivo de coronavirus en Nicaragua, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) limitó las celebraciones religiosas y canceló las procesiones de Semana Santa, que son de las más concurridas en todo el año.
“Los feligreses más vulnerables al contagio, personas mayores de 60 años, embarazadas y niños, por precaución durante esta pandemia, decidan no participar físicamente en las celebraciones litúrgicas y actos de piedad de la Cuaresma y Semana Santa. Que lo realicen desde sus casas, a través de los medios de comunicación y las redes sociales”, recomendó el cardenal Leopoldo Brenes.
Durante las semanas siguientes, otras diócesis de Nicaragua cancelaron por su cuenta las procesiones y peregrinaciones específicas de cada región, como es el caso de la peregrinación a Popoyuapa, organizada por la Diócesis de Granada, que abarca hasta el departamento de Rivas.
El obispo de Granada, monseñor Jorge Solórzano, emitió un comunicado en el que posponía la romería, así como otras procesiones icónicas, como el Viacrucis Acuático en las isletas de Granada.
“En el difícil tiempo que estamos viviendo a causa de la pandemia del COVID-19 y reflexionando sobre la urgencia y la centralidad de nuestra fe que está en poner nuestra confianza en Dios, como lo hizo el centurión que no necesitó que Jesús fuera a su casa, sino que confió en su palabra y su siervo quedó sano, estamos llamados a vivir nuestra fe con responsabilidad, cuidándonos los unos a los otros para protegernos de un posible contagio”, dijo el obispo Solórzano el 20 de marzo.
Sin embargo, en la mañana del 26 de marzo la alcaldesa sandinista de Granada, Julia Mena, dio “la bendición” a las carretas peregrinas, un ritual que le corresponde al obispo, les entregó víveres para el trayecto y las despidió.
“El Señor no nos ha desamparado, hemos salido adelante con todas las vicisitudes y yo creo que con esta (COVID-19) también vamos a salir adelante. No estamos afectados como dicen, pero la gente malintencionada daría cualquier cosa porque así lo fuera, pero aquí estamos protegiéndonos, sobre todo de la mano del Señor”, aseguró Mena.
Winder Morales, sacerdote de la Diócesis de Granada, lamentó “que el gobierno haga siempre su voluntad”, cuando la iglesia lo que procura “es prudencia y responsabilidad” en un momento de emergencia sanitaria.
Según Morales, cuando la Diócesis de Granada convoca a la romería de Popoyuapa participan al menos 400 carretas.
Finalmente las carretas peregrinas al final llegaron a Rivas el 30 de marzo, pero encontraron las puertas del santuario de Popoyuapa cerradas. Los peregrinos convocados por el gobierno llegaron al templo sin la guía de la imagen de Jesús del Rescate, como dicta la tradición.
“La diócesis de Granada suspendió la peregrinación de carretas por la salud de los feligreses y todos los nicaragüenses y por eso no se recibirá carretas peregrinas, ni se oficiará actividades masivas, ni se les permitirá acampar como cada año en los predios”, dijo Monseñor Marcial Guzmán, rector del santuario de Popoyuapa, quien aclaró que sí permitió entrar a los simpatizantes sandinistas al templo para “agradecer a Jesús del Rescate por los milagros recibidos”.
Pese a la decisión de las autoridades católicas de no realizar procesiones católicas, entre ellas la Vía Sacra de Viernes Santo, este primero de abril la vicepresidenta Rosario Murillo invitó a la población a asistir a los eventos programados por su gobierno.
“Hoy empiezan a recibir su salario los trabajadores de la salud, y luego los educadores, y luego todos los servidores públicos que nos preparamos para la Semana Mayor, la semana de unión familiar, de prácticas solidarias, hogareñas, comunitarias, religiosas, culturales, en todos los municipios, comarcas, comunidades y barrios de nuestra Nicaragua”, alentó Murillo.
Y la también primera dama agregó: “Semana Santa para querernos y visitarnos familia a familia. Semana Santa para conocernos más, conociendo nuestra Nicaragua”.
Tras la frustrada romería a Popoyuapa, en la ciudad colonial de Granada la alcaldesa, Julia Mena, insiste en realizar el viacrucis acuático, mientras el obispo Solórzano aseguró: “El Señor está a nuestro lado, y nos pide que en estos días estemos más cerca los uno de los otros. Ahora no podemos hacerlo físicamente a causa del contagio, pero lo podemos hacer a través de la oración, y recuerda: Intentemos vivir en estos días con mucha oración y recogimiento, poniéndonos en las manos del Señor con sencillez y humildad, y por favor no salgamos de nuestras casas más que para lo estrictamente necesario”.
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