La obra de Antonio Gramsci debe valorarse por su contribución a la causa liberadora de los pueblos en contra del capitalismo y a favor de la justicia y el cambio social. El día de su nacimiento es una buena ocasión para hacerlo.
Jaime Massardo* apunta que es probable que la primera vez que el nombre de Antonio Gramsci aparece en América Latina es en julio de 1921, cuando José Carlos Mariátegui La Chira, en el periódico El Tiempo de Lima, lo presentaba como de los dos más notables intelectuales del partido que dirigían el diario El Ordine Nuevo.
Era un artículo enviado un mes antes desde Roma, Italia, por el amauta José Carlos, en el que describía la situación de la prensa italiana, de entonces.
El filósofo, teórico, político y periodista italiano Antonio Gramsci nació en Ales, Cerdeña, un 22 de enero de 1891 y falleció el 27 de abril de 1937 luego de haber purgado una dura prisión por el régimen fascista de Benito Mussolini.
Mucho tiempo ha transcurrido desde entonces, pero los aportes teóricos sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística de Gramsci son valorados no solo por los movimientos sociales de diverso origen sino que la investigación académica lo ubica como uno de los intelectuales más influyentes del Siglo XX.
Su contribución al análisis político del Estado moderno y el aporte de conceptos claves para entender el sistema del poder político contemporáneo resultan esenciales para analizar la crisis actual desde una perspectiva más integral, histórica e institucional.
Conceptos claves como el de la hegemonía y bloque hegemónico, crisis orgánica y contrahegemonía, el rol de la sociedad civil y de la sociedad política en el sistema de poder, la función de la cultura y la comunicación en el cambio social, son solo algunos de ellos,
Creemos que el aniversario de su nacimiento, un 22 de enero, es ocasión siempre propicia para valorar y revalorar el aporte de Gramsci a la causa liberadora de los pueblos en contra del capitalismo y el fascismo, y a favor de un cambio con justicia social.
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* Jaime Massardo: "La recepción de Gramsci en América Latina: cuestiones de orden teórico y político". International Gramsci Society Newsletter Number 9 (March, 1999): electronic supplement 3.
* Jaime Massardo: "La recepción de Gramsci en América Latina: cuestiones de orden teórico y político". International Gramsci Society Newsletter Number 9 (March, 1999): electronic supplement 3.
Frases de Antonio Gramsci
El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos.
Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza.
La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados "orgánicos" infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios.
La cultura es cosa muy distinta. Es organización, disciplina del Yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes.
(...) El contenido de la prensa está influenciado por una idea: el servicio de la clase dominante, lo que inevitablemente se traduce en una cosa: luchar contra la clase trabajadora. De hecho, del primer al último renglón, el periódico burgués adopta y revela esta preocupación.
La opinión pública es el contenido político de la voluntad política pública que podría ser discordante: por eso existe la lucha por el monopolio de los órganos de la opinión pública: periódicos, partidos, parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la voluntad política nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inorgánico.
Lo que se llama "opinión pública" está estrechamente vinculado con la hegemonía política, o sea que es el punto de contacto entre la "sociedad civil" y la "sociedad política", entre el consenso y la fuerza. El Estado, cuando quiere iniciar una acción poco popular, crea preventivamente la opinión pública adecuada, esto es, organiza y centraliza ciertos elementos de la sociedad civil.
El que una masa de hombres sea llevada a pensar coherentemente y de un modo unitario el presente real es un hecho "filosófico" mucho más importante y "original" que el redescubrimiento, por parte de algún "genio" filosófico, de una nueva verdad que se mantenga dentro del patrimonio de pequeños grupos intelectuales.
Estos son los días en que los periódicos se anuncian para captar suscriptores. Los directores de la prensa burguesa ordenan los aparadores, le dan brillo a su logotipo y buscan llamar la atención de los transeúntes (es decir, el lector) para vender su producto. El producto es ese pedazo de papel de cuatro o seis páginas que cada mañana y tarde pretende inyectar en el espíritu del lector el modo de percibir y juzgar los hechos de la actualidad política, mismos que convienen a los intereses de los productores y vendedores del papel impreso.
Crear una nueva cultura no significa hacer sólo individualmente descubrimientos originales, sino también, y especialmente, difundir críticamente verdades ya descubiertas, socializarlas, por así decirlo, y por lo tanto convertirlas en base de acciones vitales, elementos de coordinación y de orden intelectual y social. Que una masa de hombres sea conducida a considerar unitariamente el presente real es un hecho filosóficamente mucho más importante y original que el hallazgo por parte de un genio filosófico de una nueva verdad que se conserve como patrimonio de pequeños grupos intelectuales
La indiferencia es el peso muerto de la historia.
Fuente: Servindi
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