Oramos:
"Omnipotente Dios, que nos has dado esta buena tierra por heredad: Humildemente suplicamos tu ayuda para mostrarnos siempre como un pueblo reconocido de tu favor y gozoso de hacer tu voluntad. Bendice nuestro país con labor honorable, conocimiento íntegro y costumbres virtuosas. Guárdanos de toda violencia, discordia y confusión; de orgullo, arrogancia y de todo mal camino. Defiende nuestras libertades, y forja un pueblo unido de las multitudes que han venido aquí de las diversas naciones y lenguas. Inviste con el espíritu de sabiduría a quienes en tu Nombre confiamos la autoridad del gobierno, para que haya justicia y paz en el país y que, por medio de la obediencia a tu ley, manifestemos tu alabanza entre las naciones de la tierra. En tiempo de prosperidad, llena nuestros corazones de gratitud, y en el día de la angustia, no permitas que nuestra confianza en ti desfallezca; todo lo cual te pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén."
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