La liturgia para celebrar la resurrección de Cristo se ha vuelto una celebración en la que casi no se nota la alegría por este acontecimiento que se acepta por la fe y se acompaña de luces, pregón pascual, toque de campanillas…y huevos de chocolate. Y, en realidad, poca alegría. Todo demasiado formal.
No se ve la explosión colosal del gozo al comprobar que la muerte no tiene la última palabra.
Todo lo hemos descremado en nuestras expresiones religiosas, como si a dios no le gustara reírse. Como si diera lo mismo triunfar sobre los miedos y los traumas o quedar sometidos a ellos.
La feligresía canta eso de “resucitóoooo, resucitóoooo” pero con tan pocas ganas que se llega a dudar de la seguridad de su fe. Nos hemos acostumbrado a la rutina de la semana santa y de la feliz noticia de la resurrección.
Falta la “risa paschalis” (la risa de la Pascua), esa actitud que era parte de la ceremonia en épocas pasadas. Se debía contar un chiste que provocara las carcajadas de la comunidad reunida, durante la predicación u homilía. Así se demostraba el gozo de la resurrección, aunque el método era bastante ingenuo. Era una invitación a reírse del diablo en su propia cara.
¿Pero ahora, quién se alegra, realmente, por la resurrección de Cristo? ¿Habrá que indicar a los pastores y curas que se aprendan un buen chiste para animar a la concurrencia?
Por otra parte, dice el texto bíblico que los apóstoles y discípulos salieron a gritar por las calles lo que había acontecido y que las autoridades les prohibieron hacerlo bajo pena de cárcel y azotes.
¿Alguien hoy día sería encarcelado por proclamar en las calles y las asambleas, la fe en la resurrección?
¿Alguien, hoy día, cree en serio este dato de nuestra fe, si nadie ha visto que un muerto vuelva a ESTA vida?
Porque ahí está el chiste: no se trata de regresar a la misma vida sino que se resucita en una nueva dimensión. La vida que brota desde una semilla no regresa para ser una semilla más grande, sino que se convierte en una planta. Sigue la vida pero en diversa forma.
Este debe ser el mejor chiste que hizo dios al desarmar la trama del diablo quien esperaba que nada cambiara. Resucitando, dios hizo la jugada maestra y dejó K.O a todos los que apostaban por la muerte.
AgustínCABRÉ. cmf.
Fuente:redescristianas.net
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