A cinco años de la invasión a Libia, la hipocresía de Europa y Estados Unidos se muestra una vez más, respecto a las motivaciones para intervenir y luego destruir un Estado considerado, por los propios organismos internacionales como el país que tenía los mejores indicadores de desarrollo humano de África.
Julian Assange, el fundador de WikiLeaks (que lleva años asilado en la embajada de Ecuador en Londres, aseguraba hace un año que “Hillary Clinton fue la figura clave en la destrucción del Estado de Libia”.
Según Assange, los correos electrónicos de Clinton revelaban un plan maestro, nacido meses antes de la intervención de Occidente en Libia en marzo de 2011, para convertirla en el tema principal de su mandato como secretaria de Estado y en un podio desde el cual pudiera cumplir sus sueños presidenciales. “Libia […] fue la guerra de Hillary Clinton”, recalcó el fundador de WikiLeaks.
Además, afirmó que la destitución del entonces presidente libio Muamar el Gadafi y la destrucción del Estado libio era “algo que ella utilizaría para presentar en las elecciones generales presidenciales”.
A consecuencia de la intervención norteamericana con apoyo occidental, alrededor de 40.000 personas perdieron la vida en Libia. Pudimos ver a Hillary festejando el asesinato de Gadafi y después de la masacre instalaron a los yihadistas y el Estado Islámico en el poder. Todo esto ha desatado la crisis europea de los y las refugiadas de hoy.
Ahora se rasgan las vestiduras en la ONU y otros organismos porque la esclavitud ha vuelto en Libia. En un video de la cadena del poder imperial norteamericano CNN se difundió cómo se negocia con personas de la zona subsahariana, de la misma forma cruel que se hacía en tiempos del esclavismo.
Se conocía la existencia de esta trata de personas pero esta vez se corrobora con imágenes. Numerosas ONGs han denunciado que este es uno de los tantos negocios inhumanos que proliferan en este Estado creado por las potencias occidentales, para robar sus recursos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo de la ONU, ya ha alertado de esta situación en varias ocasiones y documentado casos con testimonios de personas que han logrado escapar de su cautiverio en Libia y regresar a sus países de origen. A principios de este mes, Mohammed Abdiker, director de Operaciones y Emergencias de la OIM visitó Trípoli y afirmó que “la situación es grave”. “Cuanto más se involucra la OIM en Libia, más constatamos que es un valle de lágrimas para muchos migrantes. Algunos informes son realmente espeluznantes y los últimos informes sobre el mercados de esclavos” de migrantes se suman a una larga lista de atropellos”, aseguró.
Según los testimonios recogidos por la OIM, tras el viaje hasta Libia por el desierto del Sáhara, las personas que logran sobrevivir son recluidos en centros de detención masificados, en condiciones deplorables y sometidos a torturas, malos tratos, vejaciones constantes. Muchas veces, ni siquiera son recluidos en estos centros sino en casas particulares o garajes donde hacinan a cientos de personas que posteriormente serán vendidos como esclavos, utilizados para exigir dineros a sus familiares, lanzados al Mediterráneo en embarcaciones precarias o simplemente ejecutados si no obtienen de ellos más beneficios económico.
Todo esto está sucediendo con la anuencia de la Unión Europea que ha ido implantando acuerdos con las tribus que imperan en el país para que Libia sea un muro de contención en la ruta migratoria que llega desde el sur. Ha destinado cientos de millones de euros para equipar a las guardia costera libia, para mantener y construir más campos de detención y “otros proyectos relacionados con la migración que afectan a Libia”, según la declaración que los Estados de UE firmaron el pasado febrero en una cumbre en Malta.
La situación también ha sido denunciada por el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, quien este martes calificó de “inhumana” la cooperación de la UE con este país. También ha puesto sobre la mesa las “condiciones horribles” en los centros de detención de inmigrantes y refugiados en Libia.
“El sufrimiento de los inmigrantes detenidos en Libia es una atrocidad para la conciencia humana”, afirmó Zeid en un comunicado en el que se refirió a la asistencia de la UE a la Guardia Costera para interceptar en el Mediterráneo y devolver a Libia a los inmigrantes y refugiados, donde, según la ONU y varias ONGs, son retenidos en condiciones inhumanas.
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