Faustino Vilabrille
“El impulso de uno sería gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden: ¡Protesto!” (Federico García Lorca).
Lc 21,25-28.34-36:
Dijo Jesús a sus discípulos: “Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Estos días hemos visto por Tv. a la nave InSight aterrizar en el planeta Marte y la euforia casi histérica de cómo lo celebraban en la NASA. El proyecto costó 993 millones de dólares.
Paralelamente a esa euforia celebrativa presenciamos el esfuerzo desesperado de miles de hispanoamericanos, especialmente de Honduras, luchando desesperadamente por huir del hambre y la miseria hacia América del Norte, y como Trump envía miles de militares a cerrarles el paso. Por otro lado también la espantosa tragedia de más y más africanos que intentan llegar a Europa que les cierra las puertas, porque África es toda ella un grito de hambre, de sed, de sufrimiento, de impotencia, de desesperación, de tristeza, de espolio, que casi a diario convierten el Mediterráneo en un cementerio de Europa y mar de muertos.
África y América del Sur son dos continentes sumamente ricos en materias primas y posibilidades de futuro, pero sin embargo están cada vez llenos de pobres, que los países del norte del planeta empobrecemos cada vez más porque literalmente les robamos sus materias primas y sus tierras y con ellas su agua, a la vez que les vendemos armas para luchen entre ellos y entre tanto nuestras multinacionales sobornen a sus gobiernos para que les dejen vía libre para sus latrocinios. Sirva como ejemplo el Congo cuya tierra muy pródiga en recursos minerales que se han llegado a evaluar en 24 billones de dólares en oro, cobre, diamantes,cobalto, coltán y otras codiciadas materias primas, mientras que más de ocho de cada diez personas (82%) vive bajo el umbral de la pobreza absoluta y uno de cada seis niños muere antes de cumplir cinco años a fuerza de miseria, malnutrición y desgarradora violación de niñas, pero cuyos funcionarios se embolsaron más 100 millones de dólares en sobornos de la multinacional estadounidense Och-Ziff.
De estos sobornos saben también bastante Chad, Níger, Libia, Zimbabue, Guinea, Togo, entre otros estados africanos. Es el saqueo de Africa. Con el dinero de esos sobornos financian los dirigentes sus campañas electorales y así resultan reelegidos, incluso por decenas de años. Del drama de Africa saben también bastante Suiza y la multinacional francesa Areva. (Ver Transparency International). La compra de tierras por millones de hectáreas es el último asalto a Africa.
El Grupo del G8, formado por Rusia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón, (la Unión Europea que cuenta con representación política), con su iniciativa de Nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición, en realidad está utilizando dinero dedicado a combatir la pobreza para facilitar el acceso a zonas africanas clave a grandes empresas mundiales para controlar la mayor parte del mercado global alimentario, facilitando a las multinacionales el acceso a tierras fértiles y a corredores agrícolas bajo el pretexto de luchar contra la pobreza y ayudar a los necesitados en África. Entre otras multinacionales depredadoras de Africa figuran: Monsanto, Unilever, Syngenta, DuPont, Cargill, Diaego, SABMiller, Coca Cola, y Yara (la productora noruega de fertilizantes más grande del mercado), y eso sin entrar en la manipulación genética de especies que no sabemos a dónde nos puede conducir… (Informe de: The Lusaka Times, periódico electrónico de Zambia).
Los poderosos de hoy económica y políticamente, que se consideran los amos del mundo, pasan tan indiferentes ante el sufrimiento de los cientos de millones de oprimidos, que son como locos enamorados de la muerte, que no tienen la honradez de reconocer que matan para robar (Eduardo Galeano).
Es evidente que el imperialismo capitalista se extiende de momento por este planeta como un monstruo apocalíptico que quiere comer el mundo hasta llegara a fagocitarse a si mismo. Porque “El capitalismo no es nada más que una empresa de ladrones comunes disfrazada de ‘civilizacion’ que extendió, imperialísticamente, a escala global, un ‘sistema’ (económico, político, ideológico y social) para legalizar y legitimar con leyes un robo masivo y planetario del trabajo social y de los recursos naturales, enmascarado de ‘economía mundial’ “. (Manuel Freytas)
Carente de toda ética, no le importa robar a los pobres hasta matarlos de hambre y gastar cientos de millones en ir a marte. No ven, no piensan, que lo primero es quitar el hambre del mundo, quitar la
esquilmación de la tierra, no malgastar millones de toneladas de alimentos y ropas, no derrochar tanta energía lumínica que, además de contaminar para producirla, ella misma contamina y altera el rimo vital
de muchas especies. Por el contrario, respetar y cuidar el planeta que nos sostiene, producir alimentos sanos y no enfermos que nos enferman a nosotros y al final nos matan, después de gastar millones de millones en reparar una salud miserablemente perdida, en vez de hacer la vida digna a todo ser humano y a todos los seres vivos del planeta. El avance ético de la humanidad va infinitamente más lento que el avance tecnológico, con lo que este se puede volver en contra de la propia humanidad, alterando el equilibrio cósmico hasta el punto de que, como dice Jesús, “haya signos en el sol, la luna y las estrellas y angustia entre los hombres hasta quedar sin aliento por el miedo ante lo que se le viene encima al mundo, que hasta las potencias del cielo temblarán”.
Pero Jesús no nos deja bajo del yugo de la opresión del miedo, al que acuden tantas veces las religiones, para mantener sometida a la gente a sus exigencias opresoras, sino que Jesús entra en la historia de la humanidad para abrirnos un claro horizonte de esperanza y por eso nos dice: Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Porque el impulso de uno sería, como García Lorca, “gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden:
¡Protesto!”. Como protestar por esa exhibición de lujo ostentoso en la recepción del mandatario chino que estos días visita España, cuyas multinacionales gastan millones en sobornos por todo el mundo como hicieron el año 2010 en Venezuela, pagando 176 millones de euros para lograr contratos de infraestructuras energéticas (El País 29/11/2018).
Pero también es un hecho evidente que cada día hay más personas conscientes y comprometidas en dar un giro radical a la deriva de este mundo del neoliberalismo. Está creciendo la conciencia colectiva de que este mundo no puede seguir así, que hay que pensar con conciencia de humanidad, de solidaridad mundial, de compromiso de luchar por un mundo mejor, pero mientras esta conciencia no sea tan fuerte, apasionada y universal como lo es, por ejemplo el futbol, opio actual del pueblo que trae loca a la gente, aun nos queda mucho camino por recorrer. Pero se andará, “haciendo camino al andar”.
Para pensar cada uno: “¿Qué prefieres, que te anestesie y te duerma con la mentira y la ignorancia placentera, o que te golpee y te despierte con la llama de la vida y de la inteligencia reflexiva?” De ahí que hay que gritar y gritar todos los días: “Otro mundo mejor es posible”, como lo hicieron ayer, día 29 de noviembre, más de 200 personas en Oviedo pidiendo el cese del Director de la prisión asturiana que tiene bloqueada la Unidad Terapéutica y Educativa que reinsertó a tantos presos, para que vuelva a funcionar plenamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario