En los últimos dos meses, más de 600.000 rohinyás se han visto expulsados de sus hogares, han visto destruidas sus tierras y han soportado torturas y violaciones mientras buscaban un lugar seguro. ¿Recordamos lo que sucedió en Ruanda? Pues prestemos hoy atención a Myanmar.
Se suele describir a los rohinyás [o ruaingás] como el pueblo más perseguido de la Tierra. Se trata de un grupo étnico principalmente musulmán, y pese a haber vivido en el estado de Rakáin durante siglos, se les niega la ciudadanía. Durante años se han restringido sus movimientos y se les ha negado acceso a la educación, la atención sanitaria y otros servicios básicos.
So capa de luchar contra la insurgencia o el terrorismo, los rohinyás han sufrido lo que las Naciones Unidas han denominado “un caso de libro” de limpieza étnica. Desde el 25 de agosto, casi la mitad de la población rohinyá de Myanmar ha sido expulsada, uno de los desplazamientos de personas más rápidos de los últimos decenios.
Bangladesh ha abierto sus fronteras y está hacienda lo que puede, lo cual es mucho para el país más densamente poblado de la Tierra, que lucha ya contra la pobreza y las consecuencias del cambio climático.
La respuesta internacional a la crisis rohinyá ha quedado bastante por debajo de lo que se necesitaba, y los líderes mundiales no han ejercido suficiente presión política sobre el gobierno.
Myanmar ya no es un Estado paria; tiene un gobierno elegido democráticamente y se ha visto inundada de inversión extranjera directa en los últimos años.
Las grandes empresas que han invertido en esta region deben hacer oír su voz y desinvertir en ella hasta que se respeten los derechos humanos, o se harán también cómplices de estos horrendos actos.
Este viernes [10 de noviembre] los líderes mundiales se reunirán en la cumbre de ASEAN, pero la crisis rohinyá no aparece por ningún lado en el orden del día. Apelamos a estos líderes para que presionen al gobierno de Myanmar a fin de que detenga estas atrocidades, conceda la ciudadanía a los rohinyás y les permita regresar a los lugares que consideran su hogar.
Los países deben financiar plenamente el llamamiento de las Naciones Unidas y cerrar la diferencia de financiación que está dejando a niños traumatizados sin alimentos básicos, sin agua ni cobijo. Por ultimo, los estados miembros de las Naciones Unidas deben valorar qué esfuerzos diplomáticos pueden permitirles cumplir con su responsabilidad de proteger a los rohingyas. No debemos ser meros espectadores de este genocidio. No podemos permitir que la gente sea masacrada y se incendien sus casas para expulsarlos, mientras el mundo se queda mirando.
Firman esta declaración (en orden alfabético):
Waris Ahluwalia, Babi Ahluwalia, Sachin Ahluwalia, Riz Ahmed, Utkarsh Ambudkar, Aziz Ansari, Dev Benegal, Gotham Chopra, Nandita Das, Rana Dasgupta, Anil Dash, Kiran Desai, Noureen DeWulf, Geeta Gandbhir, Vikram Gandhi, Shruti Ganguly, Janina Gavankar, Neelam Gill, Maneesh Goyal, Arjun Gupta, Mohsin Hamed, Hitha Prabhakar-Herzog, Anadil Hossain, Vijay Iyer, Sakina Jaffrey, Madhur Jaffrey, Poorna Jagannathan, Riddhika Jesrani, Rega Jha, Mindy KalingRaghu Karnad, Siddhartha Khosla, Hari Kondabolu, Shruti Kumar, Anjali Kumar, Hari Kunzru, Ajay Madiwale, Karan Mahajan, Rekha Malhotra, Aasif Mandvi, Sunita Mani, Nimitt Mankad, Suketu Mehta, Hasan Minhaj, Smriti Mundhra, Ajay Naidu, Aparna Nancherla, Kumail Nanjiani, Karuna Nundy, Maulik Pancholy, Joseph Patel, Shomi Patwary, Freida Pinto, Shaifali Puri, Aniq Rahman, Saira Rao, Zuleikha Robinson, Salman Rushdie, Reema Sampat, Reshma Saujani, Nikil Saval, Sumana Setty, Shiza ShahidKamila Shamsie, Anoushka Shankar, Sheetal Sheth, Sonejuhi Sinha, Madhureeta Goel, Southworth Lakshmi, Sundaram Himanshu Suri, Sonali Thimmaya, Pej Vahdat.
Fuente: The Guardian, 10 de noviembre de 2017
Traducción: Lucas Antón
Fuente: sinpermiso.info
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