sábado, 29 de junio de 2019

La globalización de la basura.


Por Juan Luis Dammert Bello*
En los últimos años la basura global ha tenido una visibilidad sin precedentes en la discusión pública en países desarrollados. Esto se debe, principalmente, a la crisis del sistema global de reciclaje desde que China cerró sus importaciones de desechos reciclables en 2018, pero también a otras dinámicas, como los escándalos por contaminación causada por desechos electrónicos exportados a países pobres –notoriamente Ghana– o el caso emblemático de 2009 de un envío de cargamentos desde Inglaterra a Brasil que supuestamente eran reciclaje, pero resultaron ser basura, entre otros. Estos hechos muestran que la globalización, vista como la interconexión de personas y capitales a través de flujos de bienes y servicios alrededor del planeta, implica también flujos de desechos que alcanzan una escala planetaria (1).
A mediados de 2017, China –de lejos el más grande importador de reciclaje del mundo– anunció que pondría fin a sus importaciones de 24 categorías de desechos reciclables, incluyendo varias categorías de plástico y papel. China se negaba a importar plástico que no sea 99.5% puro, convulsionando una industria global de 200 mil millones de dólares anuales. El bloqueo se hizo efectivo el 1 de enero de 2018, generando una crisis global del reciclaje a partir de ese momento (2). En marzo de 2019, India tomó una medida similar prohibiendo la importación de desechos plásticos.
Los países del norte, principalmente Estados Unidos (EEUU), exportaban gran cantidad de su reciclaje a China. En el caso de EEUU, sus exportaciones de reciclaje, en las últimas décadas, han sido de aproximadamente un tercio del total del material desechado reciclable. Ante el cierre del mercado en China, los flujos de reciclaje recientemente han inundado el sudeste asiático, principalmente Malasia. En el 2018 Malasia se convirtió, prácticamente de la noche a la mañana, en el principal importador de desechos de plástico del mundo (3), con EEUU como el principal exportador de plástico a ese país (4). Quienes han liderado la expansión del reciclaje en el sudeste asiático han sido compañías chinas que migraron hacia países con menores regulaciones y mano de obra barata. Luego de reciclar en estos otros países, el material seleccionado es re-exportado principalmente a China, ya que una vez clasificado y limpiado recupera su carácter de materia prima atractiva y legal para la industria manufacturera.



Como era de esperarse, esta situación ha generado problemas dramáticos en países de la región. En noviembre de 2018, Greenpeace Malasia publicó el informe “El mito del reciclaje: Malasia y el sistema global del reciclaje” (5), que muestra la proliferación de botaderos ilegales, quemas de plástico y contaminación que configuran una “crisis de plástico” en ese país. La inundación de plástico se produjo sin que el país tuviera, ni remotamente, la infraestructura de reciclaje que había desarrollado China. Ante la crisis, Malasia ha respondido con una prohibición temporal de la importación de plástico hasta que se introduzcan nuevas regulaciones (6).
El reciclaje es un proceso complejo y costoso en términos de mano de obra. La información sobre “qué es reciclable y qué no” suele ser confusa, incluso para ciudadanos bien intencionados que terminan incluyendo objetos como cajas de pizza o pequeños envases de yogurt en el sistema de reciclaje. El material que llega a las plantas requiere ser separado y organizado, lo cual es un trabajo intensivo en mano de obra. Para países con mano de obra costosa como EEUU, hacer el reciclaje en casa no tiene sentido económico, lo que explica que el modelo de negocio de las empresas recicladoras locales sea la exportación. De esta manera, en EEUU se recicla por ejemplo material industrial, pero lo que se conoce como “plástico mezclado” tiende a ser exportado a países con mano de obra más barata, como China. Por otro lado, la propia dinámica del comercio internacional facilita la exportación de basura desde países del norte a Asia: desde Asia llegan contenedores cargados con productos de consumo, pero podrían regresar vacíos en tanto los volúmenes de exportación desde EEUU hacia Asia son menores; para evitar esto, los transportistas acceden a cobrar precios mucho más baratos por tonelada transportada. Así, enviar desechos en contenedores se vuelve más barato para los recicladores locales que procesar la basura domésticamente (7).
El reciclaje es un proceso complejo y costoso en términos de mano de obra. La información sobre “qué es reciclable y qué no” suele ser confusa, incluso para ciudadanos bien intencionados
Durante décadas, China importó plástico desechado para alimentar su industria manufacturera en crecimiento. Pero mientras que la manufactura se desaceleró y sus costos laborales subieron, los incentivos para hacerse cargo del reciclaje global disminuyeron. Más aun cuando mucho del material importado estaba tan contaminado que su reciclaje no siempre era viable (8).

Basura Global - lugares públicos


El “problema de la basura” ha desembocado en que muchos países tengan lugares públicos contaminados.

En general, la mayor parte del material que llega a las plantas recicladoras no termina siendo reciclado. Entre 1950 y 2015 se estima que fueron desechadas 6.3 mil millones de toneladas de plástico a nivel mundial, de las cuales solo un estimado de 9% fue reciclado, 12% fue incinerado y 79% fue acumulado en rellenos o en el ambiente natural (9). En EEUU se estima que el ratio de reciclaje total en 2018 fue de 4.4% (10).

Los bajos porcentajes de plástico reciclado explican en parte el alto impacto ambiental de este. Asia es el principal contaminador de plástico en los océanos, con China a la cabeza. Actualmente, en EEUU buena parte del material reciclado está terminando en los vertederos del país, atrapados bajo tierra o incinerados. En una nota para The Atlantic titulada “¿Es el fin del reciclaje?” la responsable del gobierno local de Franklin (New Hampshire) explicó que “estamos haciendo lo mejor para ser ambientalmente responsable, pero no podemos pagarlo… el plástico es una cosa para la que no tenemos mercado” (11).

El problema global del plástico es un problema de desenfreno en la producción y el consumo, es decir, es producto del sistema económico mundial. Alrededor de la mitad de todo el plástico producido en la historia ha sido producido desde el año 2004 (12). El ahorro económico del uso de plástico reciclado frente al plástico “virgen” no es considerable, y actualmente EEUU está produciendo más basura que nunca (13).

La crisis del reciclaje ha revelado que, en los países del norte, una forma extendida de lidiar con su basura ha sido exportarla. Esto es un ejemplo de lo que David Harvey llama “solución espacial” o “spatial fix”: frente a una crisis de acumulación, la respuesta es trasladar geográficamente el problema (14). Pero en este caso, el traslado puede invisibilizar localmente el problema, pero no lo soluciona. La única salida realmente viable es reducir considerablemente el consumo en general y de plástico en particular, es decir, cambiar radicalmente la tendencia existente. Pero el éxito del capitalismo global se fundamenta en el crecimiento y la economía mantiene su base material de creación y movimiento de objetos. La cantidad de basura generada no solo crece en términos totales sino también en mediciones per cápita (15).

Países desarrollados producen volúmenes cada vez más grandes de basura, pero también desarrollan regulaciones ambientales más estrictas. Esto crea incentivos para que le exporten su basura –tóxica o no, reciclable o no– a países en vías de desarrollo. Esta situación ha evidenciado un sistema de globalización de la basura particularmente injusto. Ningún país quiere ser el basurero del mundo.


Basura global - Exportación



Notas:

(1) MOORE, Sarah. “Global garbage: waste, trash trading, and local garbage politics”. En: Peet, R., Robbins, P. and Watts, M. (eds.) Global Political Ecology. London; New York: Routledge. 2010.

(2) NATIONAL GEOGRAPHIC. “China’s ban on trash imports shifts waste crisis to Southeast Asia. As plastic scrap piles up, Malaysia and others fight back”. 16 de noviembre 2018. (www.nationalgeographic.com/environment/2018/11/china-ban-plastic-trash-imports-shifts-waste-crisis-southeast-asia-malaysia/)

(3) HUFFPOST. “Why Southeast Asia is Flooded with Trash from America and Other Wealthy Nations. Capitalism, greed and inequality have created a crisis in the global recycling system”. 8 de marzo 2019 (https://bit.ly/2JjOkHI).

(4) NATIONAL GEOGRAPHIC, Loc. Cit.

(5) GREENPEACE MALASIA. The Recycling Myth. Malaysia and the Global Recycling System. 2018 (https://bit.ly/2UCZzfp).

(6) HUFFPOST, Loc. Cit.

(7) Ibíd.

(8) Ibíd.

(9) GEYER, Roland, Jenna R. JAMBECK and Kara LAVENDER LAW. “Production, use, and fate of all plastics ever made”. Science Advances 19 Jul 2017: Vol. 3, no. 7, e1700782. DOI: 10.1126/sciadv.1700782.

(10) WASTE360. “U.S. Plastic Recycling Rate Projected to Drop to 4.4% in 2018”. 5 de octubre 2018 (https://www.waste360.com/plastics/us-plastic-recycling-rate-projected-drop-44-2018).

(11) THE ATLANTIC. “Is This the End of Recycling? Americans are consuming more and more stuff. Now that other countries won’t take our papers and plastics, they’re ending up in the trash”. 5 de marzo 2019. (https://bit.ly/2W4tXnu)

(12) GEYER et al, Loc. Cit.

(13) THE ATLANTIC, Loc. Cit.

(14) HARVEY, David. Spaces of Capital: Towards a Critical Geography. Edinburgh, Edinburgh University Press. 2001.

(15) MOORE, Loc. Cit.
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Juan Luis Dammert Bello es sociólogo de Oxfam en Perú.
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Fuente: Revista Intercambio, edición 46: https://intercambio.pe/la-globalizacion-de-la-basura/

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