Durante el último año, 2.443 hombres, mujeres y niños han quedado varados en el mar mientras “los líderes de la UE debatían su futuro”, denuncia MSF
Al menos 1.151 hombres, mujeres y niños han muerto en el Mediterráneo Central, mientras más 10.000 han sido obligados a regresar a la fuerza a Libia
140 días en el mar o, lo que es lo mismo, casi cuatro meses en el Mediterráneo sin puerto al que acudir. Esa es la suma de días que han pasado vagando por el mar los barcos de rescate de refugiados, con mujeres y niños vulnerables a bordo, desde que hace un año Italia tomó la decisión de cerrar sus puertos a las embarcaciones con migrantes a bordo. El “no” de Matteo Salvini al barco Aquarius el 10 de junio de 2018 daba comienzo al bloqueo.
Aunque las informaciones sobre el barco Aquarius inundaron los telediarios hasta que España admitió y permitió el desembarco en el puerto de Valencia, las embarcaciones con refugiados rescatados en el Mediterráneo Central han sido rechazadas en este año desde Europa hasta en 18 ocasiones, según información de Médicos Sin Fronteras (MSF) facilitada a este medio.
La mayor parte de estas embarcaciones son de las ONG, pero también en julio del año pasado Italia pasó la pelota de nuevo a Malta para que recibiera a dos barcos de Frontex con 450 personas a bordo. Tras un día de incertidumbre, el Gobierno italiano cedió y admitió el desembarco en su puerto. Entre las embarcaciones bloqueadas que más personas han llevado a bordo se encuentra el Open Arms, que el pasado 21 de diciembre estuvo vagando por el Mediterráneo con 311 personas a bordo durante siete días hasta que finalmente pudo desembarcar en España.
Estos 18 rescates dificultados por el cierre de los puertos italianos este último año han sido realizados por ONG como la alemana Sea Watch o SOS Mediterranée, pero también por barcos pesqueros como Nuestra Madre Loreto o militares como Trenton. La mayoría de los desembarcos han terminado produciéndose en Malta (7), país que también restringe los desembarcos de los rescatados. Italia ha acabado aceptando un buen número de ellos (6), mientras en un menor número de ocasiones España (2) y Tunez (2) han acabado ofreciendo también sus puertos.
En estos momentos, el barco petrolero Maridive, con 75 personas rescatadas, lleva bloqueado en alta mar durante más de 10 días mientras Túnez, Malta e Italia echan un pulso político para decidir quién acude a su rescate. Según destaca MSF, situaciones de bloqueo como estas son “la nueva normalidad” en el Mediterráneo, mientras la respuesta de los Gobiernos europeos al drama humanitario que se vive en el mar alcanza “nuevos mínimos desoladores”. Solo durante el último año, 2.443 hombres, mujeres y niños vulnerables han quedado varados en el mar mientras “los líderes de la UE debatían su futuro”, han denunciado.
Tabla de embarcaciones con personas refugiadas a bordo que han sido bloqueadas este año./ M.S.F.
Más de mil personas muertas en el Mediterráneo Central
La imagen de los barcos varados en el mar es solo una de las caras del prisma del drama humanitario. Al menos 1.151 hombres, mujeres y niños han muerto en el Mediterráneo Central, mientras más 10.000 han sido obligados a regresar a la fuerza a Libia, de donde los inmigrantes han huido por estar expuestos a las detenciones, trabajos forzados y toda clase de vejaciones. Según recogió Acnur en su informe publicado a inicios del año pasado, cuando los refugiados se suben a un bote en la costa libia “muchos han sido torturados, violados y vieron a mucha gente morir a su alrededor”.
Estas muertes, a las que apenas nos podemos aproximar por una cifra que seguramente sea mucho mayor, tienen causas. Según MSF y SOS Mediterranée estos fallecimientos son el resultado del “fracaso de las políticas migratorias europeas” y de “un sistema de asilo europeo roto”. La negociación del reglamento de Dublín, para que los países a las puertas de Europa no sean los únicos en gestionar el proceso migratorio, es un debate estancado en la UE. Por el contrario, no deja de aumentar el presupuesto destinado al incremento de seguridad en las fronteras. En el reciente presupuesto de la Comisión Europea presentado este mes, se anuncia un incremento del 34,6% hasta los 420,6 millones de euros para la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex).
Mientras tanto y en esta situación de bloqueo en la respuesta de los países miembro, “la criminalización” de las organizaciones que realizan rescates en el Mediterráneo pasa factura. El “castigo” que se impone a los barcos que rescatan refugiados “erosiona el principio mismo de la prestación de auxilio” a quienes están en peligro en el mar. Según las ONG, las embarcaciones comerciales, e incluso los militares, son cada vez más reacias a responder a las peticiones de socorro debido al alto riesgo de quedar bloqueados en alta mar y de que se les niegue un lugar seguro para desembarcar a las personas rescatadas.
El director de Operaciones de SOS Méditerranée, Frédéric Penard, considera que la falta de buques de rescate en el Mediterráneo debería “poner fin a las infundadas acusaciones de un ‘efecto llamada’. “La realidad es que aun cuando cada vez hay menos embarcaciones humanitarias, las personas con pocas alternativas continúan emprendiendo la ruta mortal independientemente de los riesgos. La única diferencia es que hoy tienen casi cuatro veces más probabilidades de morir, en comparación con el año pasado”, concluye.
Fuente: cuartopoder.es
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