domingo, 3 de abril de 2016

El género es un ingrediente esencial en el cambio climático.



Por María Fernanda Vargas González*
2 de abril, 2016.- Es evidente que el cambio climático está afectando nuestro planeta, los ciclos naturales han cambiado radicalmente a causa de los patrones de desarrollo, afectando directamente en el clima y la provincia de Guanacaste no se queda por fuera.
Elementos cotidianos como la alimentación (producción agro-ganadera extensiva), el transporte,  la infraestructura (desarrollo inmobiliario desmedido) y los servicios, figuran como autores principales del deterioro ambiental.
Para entender mejor el escenario es fundamental comprender las relaciones de género, las cuales, por lo general, se basan en cómo una determinada sociedad entiende lo que significa ser hombre o mujer. Desde esta perspectiva, la conservación, el uso, el acceso y el control de los recursos naturales, se ven afectadas por las relaciones de género que se establecen dentro de cierta comunidad.

Pero… ¿Cómo es que se relacionan cambio climático y género?


En diversas ocasiones se ha recalcado que los eventos climáticos extremos afectan más a los países y personas en mayor situación de pobreza, entre quienes las mujeres representan un 70%, siendo ellas las que soportan la mayor carga ante a los impactos climáticos. De acuerdo con los indicadores de pobreza del INEC, la provincia de Guanacaste cuenta con uno de los índices más altos de pobreza en el país, dentro de los cuales los hogares con jefatura femenina presentan un mayor índice de pobreza.
Las desventajas históricas de las mujeres, su limitado acceso a recursos, restricciones a sus derechos y el silenciamiento de sus voces a la hora de influir en decisiones, las hace altamente vulnerables.
Por motivos culturales y de roles sociales, se presenta dentro de las comunidades de la zona de Guanacaste, cierto tipo de resistencia en la participación de la mujer en la esfera pública, ésta se intensifica aún más cuando la mujer ejerce un liderazgo e influencia en la dirección y toma de decisiones con incidencia pública y política, reproduciendo roles estereotipados, que mantienen a las mujeres en desventaja y en situaciones de subordinación.
Sin embargo, resulta trascendental apartarnos de esa perspectiva de vulnerabilidad y conceptos estereotipados; reconociendo a las mujeres como poderosos agentes de cambio, debido a que su liderazgo es decisivo para ayudar  con las estrategias relacionadas con la gestión del recurso hídrico, el manejo e implementación de energías renovables, la reforestación, la seguridad alimentaria, la reformulación y planificación de políticas, la respuesta ante los desastres naturales, entre otras acciones de incidencia; ello, por cuanto poseen conocimientos específicos y accionan de manera distinta ante el impacto del cambio climático.
Por ejemplo, de acuerdo con diversas investigaciones, debido a la relación que las mujeres mantienen con el agua ellas poseen una visión comunitaria e integradora en cuanto a la gestión de este recurso; por otra parte, el hombre tiene una visión más económica del recurso, ya que por lo general la relación que mantiene con el recurso es de producción, ambas visiones deben integrarse y tomarse en cuenta en la creación de estrategias hídricas.
Entonces, si los hombres y  mujeres se relacionan de forma diferente con el medio ambiente, su impacto también es diferente. Por lo tanto, para que los procesos de cambio climático resulten plenamente eficaces y contribuyan al cambio social, la aplicación de un enfoque de equidad de género es vital para tener puntos de entrada claros.
El enfoque de equidad de género constituye una herramienta de trabajo y análisis que considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y la naturaleza, así como los distintos papeles que socialmente se les asignan.
Todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas, las políticas y los planes de incidencia pública que repercuten en el proceso del desarrollo sostenible.
El Estado, las instituciones autónomas y el sector privado deben implementar este tipo de enfoque dentro de sus planes de acción. Esto debe realizarse desde que se inicia la planificación, la aplicación de diagnósticos y en acciones concretas, para promover un papel igualitario en las intervenciones en cambio climático pertinentes y significativas.
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*María Fernanda Vargas González es licenciada en Derecho de la Universidad de Costa Rica.
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Fuente: La Voz de Guanacaste: 
http://www.vozdeguanacaste.com/es/articulos/2016/04/01/opinion-el-genero-es-un-ingrediente-esencial-en-el-cambio-climatico

Fuente: Servindi

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