El doctor Drake Williams analiza las afirmaciones sobre la falsa autoría de las cartas del Nuevo Testamento y la difusión que han tenido.
¿Alguno de los libros de la Biblia fue escrito por alguien que no es quien pensamos? ¿Fue intencionado? ¿Cuáles son las consecuencias si la Biblia se tergiversa a sí misma? El Dr. Drake Williams, profesor de Nuevo Testamento en Tyndale y profesor asociado de Nuevo Testamento en el Evangelische Theologische Faculteit de Lovaina, Bélgica, respondió a estas y a otras preguntas en el webinar del FOCL “¿Falsificación? ¿Fueron algunas de las cartas del Nuevo Testamento escritas por otra persona?”.
Williams empezó confirmando que el tema del webinar “está en debate entre los eruditos”. Dijo que las cartas del Nuevo Testamento que algunos se cuestionan son: Efesios, Colosenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, 1 Pedro, 2 Pedro, Santiago y Judas. “Esto tiene implicaciones relacionadas con el proceso de canonización de la Biblia y la autoridad de quienes podrían haber permitido que estos libros con falsa auditoría sean parte de ese canon”, comentó el profesor de Tyndale.
¿QUIÉN DUDA DE LA AUTORÍA DE ESTAS CARTAS?
“Muchos libros universitarios afirman que estas cartas no fueron escritas por los autores que siempre hemos pensado”, afirmó. Al mismo tiempo, “algunos autores populares empiezan a decir que las cartas del Nuevo Testamento no fueron escritas por sus autores”. El origen de estas opiniones se remonta a 1792 con el libro “La disonancia de los cuatro evangelios generalmente aceptados”, de Edward Evanson. Pero fue en 1840 cuando Baurin F.C., de la escuela de teología de Tübingren, lo compartió con un público más amplio.
RAZONES PARA LA DUDA
Drake Williams dijo que hay varias razones por las que los eruditos han empezado a creer en esta falsa autoría, y mencionó las siete más comunes: ·
El liderazgo de la iglesia que se ve en algunas cartas parece demasiado avanzado para un escrito del siglo I. ·
Las preocupaciones doctrinales de algunas cartas no existía cuando vivió el autor al que se le atribuyen: en Tito, Timoteo o 2 Pedro, por ejemplo, se habla de temas gnósticos, que provienen del siglo II. ·
La enseñanza parece diferente a otras cartas conocidas: por ejemplo, algunos eruditos creen que la doctrina del final de los tiempos es diferente en 1 y 2 Tesalonicenses, por lo tanto, los autores probablemente son diferentes. ·
El vocabulario es diferente: Williams citó al autor P.N. Harrison, quien afirmó que “aproximadamente 1/3 de las palabras de las cartas pastorales no se encuentran en ninguna otra carta de Pablo, pero muchas de esas palabras se pueden encontrar en escritos cristianos del siglo II”. ·
El estilo no se parece al de otras cartas del mismo autor: los eruditos que usan este argumento sostienen que esto se nota especialmente en Efesios, por lo que “podría haber sido escrita por alguien que intentaba imitar la escritura de Pablo.” ·
La calidad de la escritura griega: para algunos expertos es difícil de creer que “un pescador (Pedro), o un campesino (Santiago) pudieran haber escrito las epístolas en un griego tan bueno”. ·
La semejanza o desemejanza con otras cartas: “2 Pedro es demasiado distinta a 1 Pedro, y al mismo tiempo, 2 Pedro y Judas se parecen demasiado” es uno de los argumentos que usan los eruditos para hablar de la falsa autoría de estas cartas.
“UN NOMBRE FALSO NO ES LO MISMO QUE UNA FALSIFICACIÓN”
Después de explicar las razones esgrimidas por algunos eruditos para dudar acerca de la autoría de varias cartas del Nuevo Testamento, Williams las valoró. “Debemos ser conscientes del tiempo en que vivimos, porque hoy en día la falsificación y la conspiración suscitan un gran interés”. Pero “las primeras dudas de falsa autoría no hablaban de falsificación”. Williams argumentó que en realidad “un nombre falso no es lo mismo que una falsificación”.
UN ESTILO DIFERENTE PARA UN PÚBLICO DIFERENTE
En cuanto a las diferencias en vocabulario y estilo, Williams señaló que “es importante recordar que los escritores del Nuevo Testamento utilizaban un escriba, lo que podría explicar las diferencias de estilo”. “Podemos leer acerca de ellos en la Biblia en Romanos 16:22 o 1 Pedro 5:12, entre otros”, añadió. Además, el orador indicó que “una congregación que el autor conoce podría recibir información diferente que otra con la que está menos familiarizado”. “Y una carta a un líder de confianza, como Timoteo o Tito, tendría contenidos y preocupaciones diferentes”. ¿Confiamos en el criterio de la iglesia primitiva?
“¿POR QUÉ APARECEN TAN TARDE ESTAS AFIRMACIONES?”
Williams cree que “debemos cuestionar por qué estas afirmaciones llegan tan tarde y por qué se ha engañado a las personas durante tanto tiempo”. Los primeros cristianos e incluso los reformadores no cuestionaron la autoría de las cartas, ¿acaso quiere eso decir que “nuestro método de razonamiento mejoró substancialmente tras la Ilustración”? El orador concluyó la evaluación argumentando que “es difícil evaluar el motivo del autor”.
LA FALSIFICACIÓN EN LOS TIEMPOS DEL NUEVO TESTAMENTO
El profesor de Leuven explicó durante su ponencia que, para ilustrar todo, analizó el punto de vista de la pseudoepigrafía y la falsificación en los tiempos del Nuevo Testamento, teniendo en cuenta fuentes judías, grecorromanas y cristianas tempranas. Con respecto a las fuentes judías, declaró que “las cartas judías no son comparables a las cartas del Nuevo Testamento, así que no hay pseudoepigrafía de cartas judía comparables. No son una buena fuente de comparación”. Sin embargo, “la literatura grecorromana nos muestra a muchos autores que estaban claramente en contra de la pseudoepigrafía y la falsificación”. Por tanto, “si los escritores grecorromanos no estaban a favor de utilizar nombres falsos en las cartas, ¿por qué se arriesgaría un escritor cristiano a utilizar un nombre falso, lo que desacreditaría su mensaje ante las audiencias que tenían un trasfondo grecorromano?”.
CONCLUSIÓN
El Dr. Williams terminó su charla “sacando conclusiones de la literatura antigua y uniéndolas con la evaluación previa”: · La falsificación es un término relativamente nuevo, atractivo en una cultura a la que le gustan estas ideas. · El punto de partida de la falsificación es muy importante: ¿confiamos en la iglesia primitiva o sospechamos de ella? · Muchas escrituras grecorromanas contemporáneas desacreditan la falsificación. · Si bien hay trabajo cristiano que se ha adscrito erróneamente, los primeros líderes cristianos estaban en contra de esta práctica. “Todo esto me lleva a la siguiente pregunta: ¿hubo falsificaciones en el Nuevo Testamento? La respuesta es no”, concluyó.
Fuente: Protestante Digital
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