Imagen: WRM
Por Movimiento por los Bosques Tropicales
La autora Nigeriana Chimamanda Ngozi nos alerta de los riesgos de escuchar una y otra vez una sola versión de un mismo relato. Ese relato que escuchamos reiteradamente en los libros de historia, los medios de prensa o la literatura, sobre un pueblo o una cultura o un lugar en particular es UNO de los muchos relatos existentes y posibles. Pero entonces, ¿cuál es ese relato que se repite constantemente? La prevalencia de una historia en particular responde casi siempre a las estructuras mundiales de poder: “cómo están contadas, quién las cuenta, cuándo son contadas, cuántas son contadas, es algo que depende verdaderamente del poder (…) las historias han sido usadas para despojar y para difamar.” (1)
La “raza” es una construcción mental de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial. Dicha historia, es decir, que las personas pudieran ser clasificadas según una idea de “raza”, significó una manera de legitimar relaciones de superioridad / inferioridad entre dominados y dominantes
La mayor parte de los relatos dominantes que conocemos hoy en día, han sido escritos durante la época de la colonización, por el hombre blanco. A través de estas historias se construyeron e impusieron estereotipos y prejuicios en base a la clasificación de la población mundial sobre la idea de “raza”: negros, blancos, indios, marrones. Por supuesto, como quien escribía la historia, era blanco y era hombre, a los hombres blancos se le atribuyeron las mejores cualidades posibles. A partir de ese momento comienza a gestarse el racismo. La “raza” es una construcción mental de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial. Dicha historia, es decir, que las personas pudieran ser clasificadas según una idea de “raza”, significó una manera de legitimar relaciones de superioridad / inferioridad entre dominados y dominantes (2).
En esta edición del boletín, queremos contar otras historias. Historias que a muchos les incomodan y que tienen que ver con el racismo ligado a la destrucción y contaminación del entorno, a la apropiación de los territorios, a la destrucción de los bosques, de los ríos: se le conoce como Racismo Ambiental.
Es necesario enfrentar y denunciar que el sistema capitalista, enraizado en la lógica colonial, es estructuralmente racista. El modelo económico actual implícitamente bota su destrucción, contaminación, ocupación y violencia sobre las poblaciones negras, indígenas, campesinas con el objetivo de poder seguir explotando, produciendo y por ende, acumulando. Son estas poblaciones a las que el sistema (y todos los que lo defienden) ve como “el otro”. Poblaciones o “razas” que deben ser asimiladas en el sistema o despojadas de todo derecho de ser como “otro”. Y las formas de negar la existencia de otros/as, de seguir imponiendo una narrativa que categoriza a la población sobre la idea de “raza”, puede darse de muchas y diversas formas, aunque casi siempre son violentas.
Cuando se extrae petróleo en Nigeria, cuando se queman millones de hectáreas de bosques en Indonesia para abrir espacios al monocultivo de palma, cuando se construye una mega represa en Brasil, cuando se establece un “parque de conservación” en Tailandia donde se prohíbe la entrada a las poblaciones locales, cuando se establece un proyecto REDD en la República Democrática del Congo: ¿a quién le pertenecen estos territorios? ¿Cuáles son las poblaciones que se ven afectadas? De igual manera, cuando se abre una refinería de petróleo en una ciudad o se instala un vertedero de residuos municipal, ¿acaso se construyen en los alrededores de los barrios ricos, privilegiados, casi siempre “blancos”?
Las respuestas a estas preguntas son las otras historias que hemos elegido abordar en esta edición del boletín. Este boletín habla de manera directa sobre el racismo ambiental.
En este difícil reto de reflexionar sobre el racismo como un proceso de opresión, reconocemos y nos solidarizamos también con las muchas resistencias que lo confrontan. A pesar de todo, los pueblos siguen resistiendo y trazando redes de unidad, contando las muchas historias para construir un mundo donde quepan muchos mundos. Otra vez, recordando las palabras de Chimamanda Ngozi, creemos que “las historias también pueden ser usadas para empoderar y humanizar. La historias pueden romper la dignidad de la gente, pero también pueden reparar esta dignidad rota.”
Notas:
(1) Chimamanda Ngozi Adichie, “The danger of a single story”,https://www.ted.com/talks/chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story?language=en (video con subtítulos en más de 40 idiomas)
(2) Anibal Quijano, Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina,
https://marxismocritico.files.wordpress.com/2012/07/1161337413-anibal-quijano.pdf
(2) Anibal Quijano, Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina,
https://marxismocritico.files.wordpress.com/2012/07/1161337413-anibal-quijano.pdf
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