Por primera vez, un Obispo de Roma visita la iglesia anglicana de la Ciudad Eterna
El ecumenismo "es un camino"; el Papa propone a los seminaristas europeos viajar a las iglesias del Sur
Jesús Bastante
El obispo anglicano y el católico de allá trabajan juntos. Y cuando la gente no puede ir a la celebración católica, va a la anglicana, y los anglicanos a la católica, porque no pueden pasar sin una celebración. Y Doctrina de la Fe.
Era una ocasión histórica. Por primera vez, un Papa visitaba una iglesia anglicana en Roma. Y Francisco quiso celebrarlo con un anuncio que, de confirmarse, supondría un acercamiento único en la historia del Ecumenismo. En la respuesta a un seminarista nigeriano, Bergoglio anunció que "estamos estudiando la posibilidad de un viaje a Sudán del Sur.... mío y del arzobispo Justin Welby".
La razón, tan sencilla como rotunda. "Porque vinieron juntos los obispos anglicano, presbiteriano y católico, a pedirnos que fuéramos". "Sólo de una iglesia joven puede surgir esta creatividad", apuntó el Papa, quien precisó que "estamos pensando en esta posibilidad. Es difícil, porque la situación es difícil allí, pero los tres obispos juntos trabajan por la paz".
Antes, Francisco había sido invitado a bendecir un icono en la iglesia de Todos los Santos, que ha firmado un acuerdo de "hermanamiento" con la parroquia cristiana del mismo nombre. Un ejemplo más de ese ecumenismo real, que "ya es un camino", y que, pese a los que quieren contraponerlo, es compatible con el diálogo teológico.
Tras un breve servicio de lectura del Evangelio, Francisco ofreció un discurso en el que apuntó cómo "en el pasado anglicanos y católicos nos mirábamos con sospecha y hostilidad, mientras que ahora nos reconocemos como lo que somos: hermanos y hermanas en Cristo, como amigos y peregrinos deseamos caminar juntos, seguir juntos a nuestro señor Jesucristo", y pidió gastarse en la reconciliación.
"Si reconocemos nuestra pobreza, la misericordia de Dios será visible hacia afuera", afirmó el Papa, quien proclamó que "una comunión verdadera y sólida crece y se hace más fuerte cuando se trabaja juntos para los necesitados. A través del testimonio unido de la caridad, el rostro misericordioso de Jesús se hace presente en nuestra comunidad, en nuestra ciudad".
"Animémonos los unos a los otros para convertirnos en discípulos siempre más libres y dispuestos a rezar con y por los otros", concluyó el Papa, antes de las tres preguntas que distintos fieles anglicanos habían preparado, y del acto de hermanamiento entre las dos iglesias.
La primera cuestión fue planteada por Margarita, estudiante de Historia del Arte en La Sapienza. "¿Qué diría usted de la relación entre anglicanos y católicos?". Francisco comenzó leyendo el papel que tenía preparado pero, pronto, lo dejó. "Las relaciones son buenas. Nos queremos como hermanos", destacó, aun reconociendo que "en la Historia hay cosas feas por los dos lados". Así recordó cómo muchos santos son comunes, y narró la vida de un jesuita argentino, el padre Furlon, de familia inglesa católica y que, sin embargo, "fue monaguillo en Rosario en el funeral de la Reina Victoria de la iglesia anglicana".
"Las relaciones son relaciones no sé si históricamente se puede decir, pero una figura que nos ayuda a pensar. Un paso adelante, y medio paso atrás. Otra cosa que ha mantenido fuerte nuestra relación son los monjes, sean católicos o anglicanos, que son una gran fuerza espiritual de nuestras tradiciones", respondió el papa. "Las relaciones se van mejorando cada vez más, y eso es bueno. Pero no hagamos todas las cosas iguales. Caminamos juntos. Como dice el Evangelio, cada día su propia preocupación".
En segundo lugar, Jane, una profesora australiana, le preguntó por unas palabras del Papa Benedicto, en las que daba prioridad a la teología frente al trabajo común en el debate ecuménico. Francisco no quiso entrar en el fondo, pues "no conozco el contexto en el que el Papa dijo esto, y cómo lo dijo". Sí dio su opinión: "Para mí las dos cosas son importantes". Recordando la anécdota de Atenágoras a Pablo VI ("Hagamos nosotros la unidad, y pongamos a todos los teólogos en una isla para que piensen"), Francisco indicó que "lo que dice Benedicto es que se debe buscar el diálogo teológico sobre los sacramentos, sobre tantas cosas que no estamos de acuerdo. Pero esto no se puede hacer en un laboratorio. Se debe hacer caminando".
"Nosotros estamos en camino, y en camino tenemos estas discusiones. Mientras tanto, nos ayudamos unos a otros, en nuestras necesidades, en nuestra vida, también espiritualmente nos ayudamos (...). No se puede hacer diálogo ecuménico detenidos. El diálogo ecuménico se hace en camino, porque el diálogo es un camino".
Sin embargo, fue en la tercera pregunta, la de Ernest, seminarista nigeriano que será ordenado pastor de la Iglesia anglicana, donde se produjo el anuncio. Ernest le preguntó sobre qué podrían aprender las iglesias europeas de las iglesias del Sur. Y ahí, el primer Papa del "fin del mundo", reconoció cómo "las iglesias jóvenes tienen una vitalidad diversas, porque son jóvenes".
"Las iglesias jóvenes tienen la necesidad fuerte de colaborar. Mis colaboradores están estudiando la posibilidad de un viaje al Sur Sudán, ¿por qué? Porque vinieron juntos los obispos anglicano, presbiteriano y católico, para pedirme que venga, aunque sea una jornada, pero que no vaya solo, sino con Justin Welby. De esta Iglesia joven ha venido esta creatividad. Estamos pensando la posibilidad, la situación es fea allí, pero los tres juntos quieren la paz y los tres trabajan juntos por la paz".
Al tiempo, explicó cómo cuando Pablo VI beatificó a los mártires de Uganda, se dio cuenta de que "entre los mártires todos eran catequistas, jóvenes, y algunos eran católicos y otros anglicanos. Todos fueron martirizados por el mismo rey, en odio a la fe (...). Pablo VI se encontró con una dificultad, porque pensó que tenía que beatificar a todos, pero en ese momento no era posible beatificar también a los anglicanos. Pero esa iglesia joven, hoy, los celebra juntos. También Pablo VI en la misa de beatificación, quiso nombrar a los catequistas anglicanos mártires de la fe, al mismo nivel de los católicos. Las iglesias jóvenes tienen coraje como todos los jóvenes, más que nosotros, no tan jóvenes".
También recordó el Papa la experiencia de los obispos de las Misiones del Norte de Argentina, con los aborígenes. "El obispo anglicano y el católico de allá trabajan juntos. Y cuando la gente no puede ir a la celebración católica, va a la anglicana, y los anglicanos a la católica, porque no pueden pasar sin una celebración. Y la Congregación para la Doctrina de la Fe lo sabe: los dos obispos trabajan juntos, y las comunidades son amigas. Esto es una riqueza que las iglesias jóvenes pueden llevar a Europa".
Es más: "Creo que hoy nos haría bien, a las iglesias de Europa, enviar a seminaristas a hacer experiencias pastorales en las iglesias jóvenes. Se aprende tanto... Luego que vengan a estudiar a Roma, pero enviarlos también a aprender de las iglesias jóvenes". ¿Una propuesta de futuro?
Fuente: periodistadigital.com
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