por Pablo Fajardo Mendoza , abogado de la Udapt, Attac Madrid
sep192018
Se ha generado una nueva situación de profunda impunidad para las transnacionales, con el paradigmático caso de Chevron en Ecuador. Chevron ha ganado un laudo arbitral, dictado Tribunal Arbitral Internacional. La resolución estipula que el país violó un artículo del Tratado Bilateral de Protección de Inversiones entre Ecuador y Estados Unidos (firmado en 1997, mientras que Texaco dejó el país en 1992! y denunciado por Ecuador en 2017), por tanto, deberá pagar una indemnización, aún no fijada, a Chevron. La sentencia del Tribunal Arbitral se refiere a la condena de la justicia ecuatoriana a Chevron, a pagar 9.500 millones de dólares a Ecuador por la destrucción de la Amazonía, el histórico juicio que como saben fue el resultado de la lucha de las comunidades afectadas, agrupadas en la UDAPT.
Esta es la carta del abogado de la UDAPT, exponiendo la situación:
“ Compañeros y compañeras. Como muchos de ustedes saben el caso Chevron está en un momento crítico, sino actuamos rápidamente y con firmeza, matan al caso y luego vendrá contra nosotros. Al parecer el plan es acabar con el caso y con quienes estamos al frente de ésta gran batalla.
Para una mejor ilustración de todos ustedes, les informo. En noviembre de 1993, un grupo de ciudadanos, en forma colectiva iniciamos nuestra demanda en contra de Texaco[1], por todo el daño causado en nuestra Amazonía. Esta acción la iniciamos en los Estados Unidos del Norte de América, bajo la figura de Acción de Clase. Chevron pidió que el caso se ventile en el Ecuador, luego de 9 años de batalla, la petrolera estuvo éxito, el caso fue enviado a Ecuador, tal como Chevron lo pidió. En el año 2003, ya en el Ecuador, bajo la figura jurídica de Acción Popular, iniciamos la acción jurídica. En el 2011, luego de haber probado el crimen de Chevron, de demostrar el daño a la naturaleza, a la vida, a la cultura de los pueblos, luego de acumular más de 215.000 fojas de prueba contundente y fuerte contra Chevron, el Juez de Sucumbíos encontró culpable a Chevron y la condenó a pagar 9.500 millones de dólares para reparar el daño causado en la Amazonía. Se apeló esa sentencia, en enero del 2012, la Corte de apelaciones de Sucumbíos, ratificó la sentencia.
Chevron recurrió a la Corte Nacional de Justicia, en noviembre del 2013, los jueces de dicha Corte, también ratifican la condena contra Chevron. Como último recurso, Chevron recurrió ante la Corte Constitucional, argumentando que sus derechos habían sido violados en el proceso. Los 9 jueces de la Corte Constitucional, analizan el caso y no encuentran ningún solo hecho que anule la sentencia. El pasado 10 de julio del 2018, ratificaron la sentencia contra Chevron. Este era el último recurso que existía. Los afectados agrupados en la UDAPT ganamos el caso en forma definitiva en las cortes del Ecuador, en la Corte que Chevron escogió. Los jueces en los distintos fallos judiciales fueron explicando la forma como Chevron destruyó la Amazonía, como se ha cegado la vida de más de 2.000 personas que han muerto como excesos de casos de cáncer. El mayor caso de lucha por los Derechos Humanos en Ecuador, abría una esperanza para los pueblos del mundo que luchan contra los crímenes corporativos.
Pero paralelamente al caso judicial, Chevron implementó varias acciones contra los demandantes y contra el Estado Ecuatoriano. Por una parte acciones de comunicación para desprestigiar al Estado, lobbie para afectarlo económicamente, y además planteó tres arbitrajes internacionales. Por otra parte inició una serie de acciones judiciales en contra de los líderes que estamos defendiendo y luchando junto a los pueblos que han sido agredidos por las operaciones de Chevron. En el caso nuestro, las acciones han sido y son; acciones judiciales, de difamación, presión económica, amenazas, persecución, espionaje, etc. etc.
El Estado hizo lo adecuado para defenderse ante los sistemas de arbitraje, tanto así que a Chevron le tocó reiniciar por dos veces la demanda. La acusación principal de Chevron es que en el proceso la petrolera no pudo defenderse adecuadamente, que existió fraude, que los demandantes pagaron 500.000 dólares a un juez, es decir, que existió denegación de justicia y fraude.
La Procuraduría demostró que eso no es verdad, incluso logró que los árbitros vengan a la zona afectada. Logró que el testigo principal de Chevron sobre el supuesto fraude, confiese que él mintió porque Chevron le pagaba. Sin embargo el pasado 7 de septiembre del 2018, se hizo público el laudo arbitral favorable a Chevron y contrario al Estado ecuatoriano. Lo que demuestra, que el problema no es la calidad técnica de la defensa, el problema es el sistema de arbitraje que entra a auxiliar a las transnacionales cuando un sistema de justicia los acorrala, sin importar los Derechos Humanos que ha violado la Transnacional. Y para demostrar la fortaleza del mismo, no le importa si se basa o no en la ley, lo que importa es como se salva a una Transnacional de la justicia.
En el laudo arbitral los árbitros disponen entre otras cosas al Ecuador: a. Que el Gobierno del Ecuador, anule la sentencia, que legalmente hemos logrado los demandantes contra Chevron. B. Que el Estado ecuatoriano impida a lo demandantes de Lago Agrio poder ejecutar la sentencia fuera del Ecuador. Adicionalmente el panel de árbitros expresa que el Ecuador deberá reparar y pagar una sanción económica para reparar el daño que se le ha causado a Chevron. Estas disposiciones son totalmente ilegales, al margen de la ley. Ordenan al Estado ecuatoriano a violar su propia Constitución de la Republica. Ordenan al Estado a violar los más elementales derechos humanos y Constitucionales de más de 30.000 indígenas y campesinos. En resumen, es un laudo ilegal y al margen de la ley y atenta gravemente contra la seguridad jurídica del Ecuador.
Para la UDAPT, lo más grave además del laudo es la posición del Gobierno Ecuatoriano, quien sin ningún argumento ha expresado su voluntad de acatar el laudo arbitral. Es decir el Gobierno del Ecuador está dispuesto a violar el marco jurídico del Ecuador y a unirse a Chevron para acabar con la batalla de la UDAPT que ya acumula 25 años.
Como vemos, la lucha nuestra es una lucha por los derechos humanos y ambientales de más de 30.000 personas de 6 pueblos indígenas y campesinos. Hemos luchado para que se repare la Amazonía ecuatoriana. Para que Chevron pague por su crimen. Hemos llevado esa lucha con altura y la hemos ganado en las Cortes del Ecuador. Está pendiente la acción de homologación de sentencia que se ventila fuera del Ecuador. Uno de esos Estados es Canadá.
Pero en Canadá también encontramos obstáculos. En ese caso, lo más grave que existe es la división del patrimonio de Chevron. Para la petrolera, los viene que existen en Canada, pertenecen a Chevron Canada, y esa es una empresa autónoma e independiente de Chevron Corporation. Esto no es real, en el juicio hemos demostrado como la empresa Chevron Canada está sometida, económica, legal y operativamente a Chevron Corporation.
Hemos demostrado que no existe tal división de patrimonio, que es uno solo. Sin embargo los jueces canadienses, en segunda instancia, han aceptado el argumento de Chevron, es más, para poder apelar a la Corte Suprema de Canada, nos han ordenado que para poder tener derecho a recurrir ante la Corte Suprema, debemos cancelar la suma de 350.000 dólares canadienses. Noten ustedes, nuestra lucha es por el bien común, es por la vida, es por la Amazonía. No es una lucha por dinero para particulares. Es más los pueblos indígenas no disponen de dinero, pese a eso la justicia Canadiense, nos ordena que paguemos para seguir soñando con la justicia.
Como se puede apreciar, el sistema invisible, abstracto, pero que sirve a las Empresas Transnacionales para evadir la justicia, para lograr impunidad, para atacar a sus víctimas y convertirlas en victimarios. No es el sistema de justicia, que queremos, pero es el que tenemos y el que debemos cambiar.
Como UDAPT seguimos batallando, seguimos luchando por el acceso a la justicia. En el supuesto caso que el Estado ecuatoriano nos obstaculice el acceso a la justicia, nos persiga y encarcele para neutralizarnos, con todos esos riesgos vamos a seguir luchando, por el acceso a las justicia y por la reparación. No podemos dejar que nuestra Amazonia, que nuestras comunidades indígenas y campesinas sigan siendo víctimas del crimen corporativo, ahora con la complicidad del Estado.
Ante esta realidad compañeros, necesitamos fortalecer mucho más la campaña global, necesitamos que los medios de comunicación nos den espacio, que podamos llegar todos los niveles de la sociedad con la información. Necesitamos vuestro apoyo para seguir luchando, necesitamos hacer fuerza común, para impedir que el mayor caso de lucha por los Derechos Humanos, no tenga éxito, para juntos lograr que el crimen de Chevron no quede impune.
Cordialmente
Pablo Fajardo Mendoza, ABOGADO DE LA UDAPT.
[1] En el año 2001, Texaco fue absorbida por Chevron, por lo tanto desde allí en adelante hablamos de Chevron Corporation.
Fuente: redescristianas.net
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