viernes, 2 de octubre de 2015

Un Dios que va al encuentro, no le interesa a una Iglesia Jerárquica.


Luis Miguel Modino

Tea Frigerio: “Un Dios que va al encuentro, no le interesa a una Iglesia Jerárquica”

La Biblia fue vista durante mucho tiempo como una cosa distante del pueblo, reservada a los sabios y entendidos. Sin embargo, hay personas que se han empeñado en mostrar lo contrario, que la Biblia es un instrumento popular, que ayuda en el camino de la liberación.

Una de esas personas es Tea Frigerio, religiosa javeriana nacida en Italia y que desde hace más de 40 años realiza su misión en la Amazonia brasileña. Ella ha consagrado su vida misionera a hacer más accesible a ese Dios al que muchos quieren complicar de más, enseñando a través del CEBI a realizar una lectura popular de la Biblia y acompañando a las Comunidades Eclesiales de Base, de las que actualmente es asesora nacional. Conversar con ella nos muestra una imagen de un Dios que se aproxima y transforma la vida de las personas, que nos ayuda a crecer, a ser autónomos.

¿Qué es el CEBI?

Es el Centro de Estudios Bíblicos, que tiene como metodología la lectura popular de la Biblia

¿Qué es eso de la lectura popular de la Biblia?

El icono de la lectura popular de la Biblia es el pasaje de Emaus (Lc 24,13-35). En esta narración bíblica la comunidad de Lucas sintetiza todo su Evangelio. Esta comunidad comprende a Jesús a través de tres palabras: camino, casa y mesa. Es un Jesús en camino, que entra en la casa y se sienta a la mesa. La casa es la comunidad y al sentarse a la mesa, la comunidad tiene que transformar a las personas.

Es una comunidad que sintetiza toda esta reflexión que hace sobre Jesús en la narración de la pareja de Emaus, que se convierten en una propuesta de vida para la comunidad, que tiene que estar en camino, mostrando así al Dios que camina en la historia, el Dios que se aproxima del sufrimiento, de las angustias, de los dolores, de la vida del pueblo.

Jesús se pone en camino con la pareja que huye de Jerusalén después de la muerte, que ve la sombra de la Cruz y por eso huye. Ellos ven sus esperanzas rotas por la muerte del profeta de Nazaret. Pero Él, que había alimentado esas esperanzas, se pone en camino con ellos, dentro de su historia y, a través de un proceso de diálogo y provocación, hace suscitar su dolor, angustia, decepciones, esperanzas, pero también hace aparecer sus fallos, porque dicen que esperaban que Él viniese a salvarles, que es la idea que mucha gente tiene de un Salvador.

Este texto muestra lo que es la Cruz, decretada por el Imperio Romano, que veía este profeta de Nazaret como una amenaza, y también por el poder judaico y el poderío religioso que ellos tenían. Al conversar, Jesús hace surgir todo esto dentro de ellos, pero también su fallo de apostar en una persona y no comprometerse en los cambios históricos. También aparece la división en la comunidad, cuando dicen que unas mujeres dijeron, pero no creyeron en ellas.

Este Jesús que se pone en camino como extranjero les confronta con su propia historia, representada en la Ley y los profetas. La Palabra, desde lo sagrado, se convierte en vida y a partir de ahí le convidan a ir a su casa con ellos, lo que supone la primera señal de cambio, pues los judíos no invitaban a un extranjero a entrar en casa. Cuando están a la mesa, al partir el pan, sus ojos se abren y reconocen a Jesús, porque partir el pan fue la vida de Jesús. El desaparece y ellos vuelven a Jerusalén, la ciudad de donde habían huido para anunciar que Jesús está vivo y su proyecto está ahora en nuestras manos.

La Iglesia hoy, ¿es una Iglesia en camino?

La Iglesia hoy no es una Iglesia en camino, pues no es una Iglesia que apueste por los laicos. Jesús, al ponerles en camino a los dos de Emaus, usa la pedagogía de los oprimidos, de la construcción colectiva del saber, sin decir que ellos no sabían y si haciendo con ellos un proceso de construcción colectiva a partir del análisis de la realidad. No dice lo que la Biblia dice y sí provoca esa construcción colectiva y, al hacer eso, ellos asumen su propia historia. Es una Iglesia que apuesta por la circularidad de la vida eclesial y social.

Qué es lo que Francisco quiere, pero no consigue.

Quiere, pero no lo consigue porque tenemos una Iglesia muy enrocada en su poderío.

Una Iglesia más instalada que en camino

Exactamente.

En ese sentido, Francisco también incomoda al poder político que le critica, hasta algunos llegar a decir que es el hombre más peligroso del mundo.

Él critica como Jesús criticaba al poder romano económico-político y al poder religioso. En el diálogo con los dos de Emaus, Cleofas dice claramente que nuestras autoridades lo entregaron a las autoridades romanas. Cuando la Cruz es una sombra que no entiendes, da miedo. Cuando entiendes la dinámica de la Cruz, de dónde viene, no tienes más miedo y la enfrentas.

Hoy se tiene miedo a que los pobres puedan hacer una lectura que les lleve a entender de donde viene la Cruz que ellos cargan. La lectura popular de la Biblia no tiene como objetivo el tener más conocimientos, sino adquirir una conciencia y la capacidad, a través de la narración bíblica, que lleve a comprender la narración de la vida y a asumir un papel de protagonistas y no de víctimas.

El texto habla de camino, de casa. ¿Hoy todo mundo se siente en casa dentro de la Iglesia o muchos tienen la conciencia de que son impedidos de entrar en casa?

Veo nuestra Iglesia muy parecida a la casa judaica. El judío no invitaba al extranjero porque tenía miedo de quedar impuro. Muchas de las cosas que hoy tenemos en nuestra Iglesia, muchas leyes, normas, derecho canónico… como la cuestión de negar la participación de la mesa eucarística a los que viven en segunda unión, negar el bautismo a las madres solteras, eso son leyes que de alguna manera reflejan el miedo judaico de volverse impuro.

¿Eso nos lleva a poder afirmar que nuestra Iglesia es más judía que cristiana?

Efectivamente, porque es excluyente. La religión judía tenía mucho de excluyente en sus estructuras en tiempos de Jesús. No era la religión judía en sí que era excluyente y sí la interpretación de quienes dominaban las leyes y las manipulaban, que convertía la religión en excluyente.

Desde ahí se puede decir que no es la Iglesia Católica en sí la que es excluyente, sino la manipulación dentro de la Iglesia de quien tiene el poder. Jesús dice que las prostitutas y los publicanos os precederán en el Reino de los Cielos, y nosotros impedimos que aquellos que entran dentro de esas categorías formen parte de nuestra Iglesia y sean acogidos. Frente a esto, Jesús le dice a Zaqueo, hoy vengo a tu casa, para sentarme en tu mesa.

Esa transformación que quiere llevar a cabo el Papa Francisco, a partir de esas ideas que ya aparecen en la Biblia, promoviendo una Iglesia que sea más basada en el servicio que en el poder, ¿podemos decir que tiene pleno sentido?

Mirando para Francisco muchas veces me pregunto cuál es la Palabra bíblica inspiradora que él tiene. El primer texto que me viene a la cabeza cuando él habla de Iglesia en salida es Éxodo 3, cuando Dios se revela como aquel que ve, oye y conoce el sufrimiento del pueblo, y por eso va al encuentro. La primera revelación de Dios en el texto bíblico, el primer credo del pueblo de Israel es ese Dios que se va al encuentro. ¿Y se mueve, por qué? Porque hay un grupo que está sufriendo.

Cuando Jesús, en el evangelio de Lucas, encuentra a la viuda de Naim, que va a enterrar a su único hijo, la gente, después que Jesús devuelve el hijo a su madre, dice que un grande profeta está entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo. La comunidad de Lucas tiene una visión de Jesús como visita de Dios.

En la parábola del samaritano, frente al hombre que está malherido en el camino, el sacerdote y el levita pasan de largo, pero el samaritano, al pasar, oye y ve el lamento de quien está al borde de la muerte, tiene compasión y se aproxima y realiza todos los gestos que le devuelven la vida. Por eso Jesús le dice al escriba que vaya y haga lo mismo. En esta parábola tenemos que ver en el hombre que está en la orilla del camino a la humanidad y en el samaritano al Dios que se desplaza y se aproxima, a Jesús que se desplaza y se aproxima, a la comunidad que se desplaza y se aproxima.

Pero, frente a esta actitud, está el discurso de la Iglesia que dice que todo mundo sabe dónde está la Iglesia y que quien quiera venir, que venga.

Esa es una manipulación del texto bíblico, pues la realidad de nuestro Dios es la de un Dios que sale al encuentro.

Pero desde la Iglesia se ofrece muchas veces un Dios estático, en un lugar fijo y que es la gente la que tiene que ir en busca de ese Dios.

En una religión que necesita mediadores para poder comunicarse con Dios, en la que el pueblo no puede comunicarse directamente con Dios, el mediador manipula a Dios a partir de sus intereses. Un Dios que va al encuentro no le interesa a una Iglesia jerárquica, pues ese Dios no necesita mediadores. La Iglesia jerárquica necesita un Dios estático, parado, lejano.

Dos padres javerianos, que fueron a vivir con los indios, tenían el sagrario en la maloca y todos los días celebraban la eucaristía. Después de un tiempo, un anciano indígena que siempre estaba en la ventana observando, le invitaron a entrar y ante el convite él preguntó qué era lo tenían en aquella caja. Los padres le respondieron que allí estaba su Dios. Ante esta respuesta el indígena les dijo que no quería entrar, pues su Dios era más grande que el de los javerianos, pues Él estaba en la naturaleza y él no iba a dejar un Dios tan grande por uno que era tan pequeño que cabía en una pequeña caja.

Un Dios al que tú colocas en una caja, lo manipulas, está a tu disposición. Un Dios al que puedes encontrar fuera, sin la necesidad de una mediación, nunca lo vas a controlar y tampoco vas a poder controlar a la gente.

¿Qué importancia tiene la Biblia en la vida de las comunidades, en la vida de la gente?

La lectura popular de la Biblia eligió el pasaje de Emaus como icono, pues tiene como metodología el deseo de que la gente se apropie del texto bíblico y sienta que forma parte de su vida y no sólo eso, sino que puede verse reflejado en el texto bíblico para así comprender su propia vida y convertirse en protagonista de su propia historia y de su propio encuentro con Dios. Al hacer eso, la persona redescubre su dignidad y su capacidad para poder aproximarse a la Palabra de Dios, para tener conciencia de que entiende y comprende la Palabra de Dios, lo que le da dignidad, autonomía y fuerza, pues se siente protagonista de su propia historia y siente que Dios le habla.

En ese sentido, ¿es un Dios que llega a todos los rincones, también a las periferias?

No sólo eso, sino que podemos decir que Él está más allí que en los templos

¿Y los círculos bíblicos son instrumentos que ayudan en este proceso?

Los círculos bíblicos son el vehículo que facilita esta apropiación del texto bíblico y de la propia vida para poder entrar en comunión, en contacto directo con Dios y su Palabra, que ilumina y transforma la vida.

Ver la Biblia de esa manera nos lleva a creer en la Revolución de Dios

El texto bíblico es revolucionario, porque es la memoria de un pueblo que fue revolucionario, es la memoria de Jesús, el hombre de Nazaret, que fue revolucionario.

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