sábado, 5 de febrero de 2011

El Silencio oficial: ese aliado del terror autoritario.


*por Emilio Iosa

“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”
MARTIN LUTHER KING

Participar por unos días del campamento montado en la Capital Federal por los hombres y mujeres Qom de la comunidad La Primavera ha sido para mí una enseñanza de vida y un aprendizaje político. Porque justicia a secas es lo que reclama la comunidad Qom.

Ese tipo de reclamo que, si es sincero, con el correr del tiempo repele a todas las moscas y atrae a las abejas.

Al principio de la protesta se acercó a desfilar presurosa toda la comparsa política con sus mesiánicas promesas incumplidas.

Luego, los iluminados de siempre, que de derecha a izquierda intentan apropiarse de cuanta lucha se acomode a sus propios intereses, con el objetivo obsceno de utilizar el sufrimiento ajeno para posicionarse políticamente.

Pero las moscas no se quedan demasiado tiempo en un lugar donde la pureza del reclamo les impide exhibir toda su colorida carcasa exterior y es así como pronto vuelan a buscar algún sitio más propicio para realizar su cotidiana tarea de eficaces descomponedores.

El poder político de turno en cambio, en el inquilinato de un estado genocida, hace silencio.

Con su colorida mano izquierda manda a descolgar el cuadro del dictador Videla de la ESMA, mientras que con la derecha continúa lustrándole las botas del General Roca, a quien rinde veneración en monumentos y billetes, salvaguardando el status quo instaurado por el Estado Argentino hace más de ciento cincuenta años.

El gobierno es una anécdota en la estructura del estado, pero su silencio al respecto de la brutal represión sufrida por la comunidad Qom La Primavera en la Provincia de Formosa y ordenada por un aliado del poder, es hasta ahora el mejor de sus discursos.

A ese silencio se pliegan todos los que, por una u otra razón, prefieren abstenerse de tomar una posición apresurada. ¿Progresismo conservador?

Silencio. Tal es la estrategia de oratoria que ha elegido la presidenta de la nación para dejar en claro que si el General Perón no respondió a los reclamos del Malón de la Paz y ocultó la masacre hacia el Pueblo Pilagá en Rincón Bomba, ella no tiene más que hacer lo mismo.

Para tranquilidad de algunos ciudadanos adeptos al bipartidismo argentino, un gobierno radical hizo lo suyo con los Pueblos Originarios en Napalpí, perpetrando y ocultando luego, una de las más grandes masacres argentinas del siglo XX. Todas aún impunes.

¿Entonces por qué el silencio? ¿Cuál es el hilo conductor que une esos sucesos con los de la actualidad?

Políticamente muy simple. Otra vez los derechos humanos vienen de la mano de la más indeseable de las compañías: la tierra.

El poder económico nacional y transnacional pudo tolerar que se investigue la situación del último golpe porque no implicaba discutir territorio ni recursos naturales.

El problema coyuntural y político más importante surgido de los disparos ordenados por el gobierno de Formosa, es que esta vez los derechos humanos vienen de la mano de esa indeseable compañía.

La presencia de dirigentes del pueblo Wichí firmantes del primer manifiesto Wichí y del documento TIERRA (Tratado Interétnico para la Refundación de la República Argentina) que disponiendo de un pasaje de ida abandonaron sus comunidades con destino a la ciudad de Buenos Aires con el objetivo transparente de brindar apoyo a hermanos de otra Nación Indígena, creo que debe ser leído como uno de los gestos políticos más importantes entre los Pueblos Originarios de la actualidad.

Porque ese viaje desde Salta a Buenos Aires sin un centavo, contrasta con la postura del gobierno, que tiene tirados a los hermanos Qom en una plaza a escasas cuadras de la casa rosada y hace ya dos meses que no se decide a atenderlos.

Pero la historia no se detiene porque camina con mil pies y es así como estos hermanos y todos aquellos hombres de bien que quieran vivir en paz y en armonía con la tierra, alzarán sus voces y como abejas a la miel, se sumarán al justísimo reclamo de los Pueblos Originarios de Argentina.

*Emilio Iosa
Presidente de Fundación Deuda Interna

Fuente: ApiaVirtual
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