martes, 3 de julio de 2018

Dios es de todos.


Victorino Pérez: "Dios es de todos. Ninguno tenemos la posesión de esa verdad; la verdad es Dios"

"La raíz de los conflictos no es religiosa... El conflicto es económico, de poder; es un conflicto político"

El diálogo ecuménico e interreligioso es más posible que nunca

por Jesús Bastante

Victorino Pérez Prieto es un hombre con muchos talentos. Teólogo, filósofo y cura casado, es experto en el diálogo interreligioso, y, específicamente, en las visiones de la religión del pensador catalán Raimon Panikkar y del Padre de la Iglesia del siglo IV, Prisciliano.

Teologías que le han llevado a la convicción de que "desde la búsqueda común de la armonía, desde el caminar juntos, somos iguales en dignidad pero diferentes, y esas diferencias son las que más nos enriquecen como seres humanos".

Nos alegra decirles que hoy contamos con la presencia de Victorino Pérez Prieto, por fin, porque hace ya años que lo queríamos entrevistar. Victorino, bienvenido.

Bien hallado. Gracias.

Victorino es teólogo, doctor en Teología y en Filosofía. Y, espero no decirlo mal, cura casado.

Exactamente.

Ni cura exclaustrado, ni ex-cura, ni nada por el estilo.

Es uno de los mayores expertos en Prisciliano y, para los que no conocíamos esta faceta tuya, también en uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo: Raimon Panikkar.

Sí, de hecho, sobre Raimon Panikkar hice la tesis en Filosofía, y en Teología. Por lo tanto, sé mucho de Prisciliano, pero más aún de Panikkar.

Y también de diálogo interreligioso e intercultural que, en este mundo en el que nos movemos, hoy parece fundamental. Más allá de que las religiones están destinadas a tener un papel u otro en la sociedad occidental, lo que es ineludible es que si no nos entendemos entre nosotros, difícil va a ser que nos entendamos con el esto del mundo.

Sí, ciertamente. Es uno de los temas que más he trabajado en mi teología. Y ha sido porque me interesa particularmente. Es decir, es un tema que hasta hace poco era secundario en teología, y hoy es fundamental.

Hoy las religiones están muy vivas. Los grandes maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche, Freud, dijeron que iban a desaparecer en el siglo XX con el ser humano adulto, racional, que supera la alienación religiosa, que supera la neurosis, que diría Freud, o que está llamado a ser el superhombre, que diría Nietzsche.

La muerte de Dios.

Eso es. Pero, en este sentido, estos genios fueron unos pésimos profetas. La religiones no solo no desaparecieron en el siglo XX, ni en el siglo XXI, sino que están muy vivas. Lo que ocurre es que las religiones cambian históricamente. La gente de hoy es tan religiosa como siempre, y el ateísmo sigue siendo minoritario, pero las religiones han tenido que cambiar porque las sociedades cambian.

También el ateísmo es una forma de plantear esa existencia de Dios.

Justamente.

Muy distinto es que seas un agnóstico, que no te importe que exista o que deje de existir. Pero un ateo sí se preocupa.

Sí, y un agnóstico, cuando es muy consciente, también se preocupa, porque no se atreve a tomar una postura totalmente opuesta. Además, el diálogo entre las personas que nos llamamos religiosas y las que no lo son es muy importante.

En primer lugar quiero hacer una precisión: hay un lenguaje que debemos de superar y que se perpetúa: el mundo se divide en creyentes y no creyentes. Y a mí eso me parece una barbaridad.

Todos creemos en algo.

Todas las personas somos creyentes. Como decía mi maestro Raimon Panikkar: "la fe es un elemento constitutivo antropológico del ser humano". Sin fe no podemos vivir; unos creen en A y otros creen en B. Yo creo que sin creer en algo no merece la pena ni levantarme por la mañana, porque la vida es dura incluso para los que le va bien.

Tanto los que tenemos creencias religiosas como los que no, si somos conscientes de lo que es el ser humano, estamos llamados a cumplir un papel en nuestra vida, en nuestra historia. A construir un mundo más humano y más justo. A construir esa armonía con la naturaleza y con el cosmos, porque si nuestro esfuerzo en la vida no es formar parte de esa armonía, te digo lo que diría un hindú: si mi karma no está acorde con el darma, con el orden del universo, yo soy destructivo.

O, con la óptica del cristiano: si solo tengo mi fe para mí mismo, no vale de nada. En relación con el mundo que tienes que transformar, en el que tienes que vivir.

Lo dice la "Gaudium et spes": todos los seres humanos formamos la gran familia humana y tenemos que trabajar juntos. En ese sentido, el diálogo interreligioso es fundamental. Lo ha sido siempre, pero ahora mucho más porque nuestras sociedades son plurales; pluriculturales y plurireligiosas. Y, o nos entendemos también en esta dimensión o, si no, Samuel Huntington va a tener razón y sería tremendo porque afirma que el conflicto en el planeta tierra en el siglo XXI no va a ser por ideología, sino por choque de civilizaciones y de religiones y, sobre todo, -y aún más terrible- el gran enfrentamiento y la violencia va a ser entre musulmanes y cristianos. Y yo creo que esto no es así.

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