domingo, 22 de julio de 2018

Estado colombiano pidió perdón al pueblo Wiwa por masacre y desplazamiento.

El acto de perdón fue presidido por el ministro de Justicia / FOTO: ONIC
Luego de que el Tribunal Administrativo de la Guajira lo declarara como responsable por el desplazamiento forzado y masacre de la comunidad Wiwa, a través de Ministerio de Defensa, el Estado colombiano pidió perdón en un acto público.
El acto de perdón, presidido por el ministro de Justicia Enrique Gil Botero, se realizó el jueves 19 de julio en Sabana de Manuela, territorio ancestral del pueblo Wiwa, en La Guajira.
Aunque la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) saludó  decisión, también  recordó que las víctimas indígenas del conflicto armado, que ya llevan 68 desde la firma del acuerdo de paz, exigen la verdad, justicia, reparación y derecho de no repetición.
La responsabilidad del Estado se remonta al 1 de setiembre del 2002, donde cerca de 200 paramilitares del Bloque Norte del grupo paramilitar denominado Autodefensas Unidas Colombia (AUC) “asesinaron a 16 de sus pobladores, arrojaron rockets y cilindros contra la población civil e incendiaron 15 viviendas”.
El desplazamiento forzado y la masacre ocurrieron en la comunidad Wiwa de la vereda El Limón, corregimiento de Caracolí Sabanas de Manuela, municipio de San Juan del Cesar, sur de La Guajira.
Además, de acuerdo con el Tribunal, "el Estado colombiano desconoció sus obligaciones de garantía y protección frente al pueblo Wiwa, faltando a los deberes que se desprenden de su condición de garante y permitiendo la violación de derechos fundamentales a una población objeto de protección reforzada".
La ONIC y el Colectivo de Abogados "José Alvear Restrepo" (CAJAR) consideran que el fallo “constituye un avance importante en el reconocimiento de los derechos de las víctimas y de la falta de actuación diligente del Estado ante las atrocidades cometidas por los grupos paramilitares”.
“Es hora de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, la horrible noche no cesa, los vientos de paz no llegan, los 68 indígenas homicidios, 10 tortura, 5.730 desplazamiento, 8.245 confinamientos, 25 reclutamiento, 22 atentados, muertes por inasistencia humanitaria y 161 amenazas (en aumento)”, denuncia la ONIC.
Asimismo, la ONIC se solidarizó con la comunidad El Limón, el pueblo Wiwa y otros pueblos originarios pidiendo integrarse y resistir para “sanar integralmente el territorio”.


Fuente: Servindi

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