La polémica estalló el viernes al conocerse de que por lo menos 165 opositores estamparon su firma en una carta abierta al Papa Benedicto XVI, criticando la forma en que el diálogo fue organizado y que se realizó sin escuchar los reclamos de la oposición tanto dentro del país como en el exilio.
Un portavoz de la Iglesia consideró que la carta enviada a Benedicto XVI constituye un insulto hacia la curia cubana y que los intercambios con el Gobierno del presidente Raúl Castro no han partido de tendencias políticas.
Las negociaciones concluyeron con la promesa gubernamental de excarcelar a 52 presos políticos en un periodo de tres a cuatro meses. Por lo menos 26 de los excarcelados se encuentran ya en territorio español acogidos tras un acuerdo entre los dos países, negociado por el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
“Cuando la Iglesia aceptó la misión de mediar entre los familiares de los presos o damas de blanco, y las autoridades cubanas, sabía que esta mediación podría ser interpretada de las más disimiles maneras y provocar diversas reacciones: desde el insulto y la difamación, hasta la aceptación y el agradecimiento. Permanecer inactiva no era una opción válida para la Iglesia por su misión pastoral”, afirmó el portavoz del Arzobispado habanero, Orlando Márquez Hidalgo.
En un comunicado publicado en la página electrónica del Arzobispado, el portavoz sostuvo además que la acción de la Iglesia a favor del respeto a la dignidad de todos los cubanos “no comenzó hace veinte años”, y “ha sido una acción que no se ha apoyado, ni se apoyará nunca, en tendencias políticas, ni en las del gobierno ni en las de quienes se le oponen, sino en su misión pastoral”.
El portavoz dijo que la aclaración se debe “a la indignación generada en un número de fieles católicos que han conocido en las últimas horas de una carta abierta dirigida al Santo Padre Benedicto XVI, de contenido ofensivo para con la Iglesia en Cuba”.
“La Iglesia en Cuba no desviará su atención de aquello que la motivó a actuar en este proceso: el reclamo humanitario de familias que han sufrido por el encarcelamiento de uno o más de sus miembros”, sostuvo Márquez Hidalgo.
Y, “esto es algo que conoce muy bien el Papa Benedicto XVI”.
La carta al Papa.
Los opositores, entre cuyas firmas se destacan las de Martha Beatriz Roque, Jorge Luis García ‘Antúnez’ y Vladimiro Roca, asi como Pedro Argüelles y Arnaldo Ramos, ambos pertenecientes al grupo de 75 opositores detenidos en la llamada ‘Primavera Negra’ de 2003, se quejaron que no fueron consultados sobre el diálogo de la Iglesia con el Estado y exigen el “cese del apoyo político” de la curia al gobierno.
“No estamos de acuerdo con la postura que ha tenido la jerarquía eclesiástica cubana en su intervención por los presos políticos, es lamentable y de hecho bochornosa”, dice la carta.
Según el grupo, “una correcta mediación sobre el tema hubiera implicado oír los reclamos de ambas partes (gobierno y oposición) y conciliarlos”, pero que “la solución del destierro sólo beneficia a la dictadura”.
Los firmantes califican de “un pequeño éxodo” la marcha de los ex presos y sus familias a España, y consideraron que el gobierno “aspira desesperadamente” a la “desaparición” de las llamadas Damas de Blanco, formadas por las madres y esposas de parte de los reclusos y que con frecuencia desfilan por las calles de La Habana en señal de protesta.
Una reacción esperada.
La carta abierta al Papa Benedicto XVI era de cierta forma anticipada por observadores de la Iglesia cubana.
“La Iglesia Católica de Cuba a través de su jerarquía ha establecido un diálogo con las autoridades cubanas en busca de una solución de problemas que afectan a los cubanos, no creo que sea una mediación en nada”, dijo a El Mundo el ex profesor de historia de las religiones de la Universidad de La Habana, Enrique López Oliva.
El analista recordó que “la posición histórica de la Iglesia ha sido mostrar interés por todos los problemas que afectan la sociedad cubana, pero no tiene necesariamente que partir de una posición política o partidista”.
“A fin de cuentas todo lo que piden son cosas que sólo el gobierno está en capacidad de resolver, no la oposición o el exilio. Quien suelta, igual que quien arresta, a los presos es el gobierno”, afirmó.
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