lunes, 19 de septiembre de 2011

Conmemoraciones, consultas y atentados. ¿El Perú es de los peruanos o de las transnacionales?



Por Mario Tabra Guerrero
19 de setiembre, 2011.- Otra quincena movida de polo a polo a nivel del territorio peruano, que nos muestra de que los cambios no se realizan desde los escaños del Congreso, sino en el diario andar, palmo a palmo, cerro a cerro, valle a valle, montaña a montaña surcando los ríos, calzando nuestras manos con nuestras hermanas y hermanos.
Mientras en Ica se hablaba de la pertinencia y resultado del traslado del congreso en pleno a los lugares más olvidados por gestiones anteriores, Rafo interpretaba su novela de amor con Montesinos… en Cajamarca se conmemoraba los 7 años de resistencia en defensa del Quilish y publicaban los daños que vienen ocasionando en las nacientes de los ríos que abastecen el agua de Cajamarca: por su parte la transnacional Yanacocha de propiedad de la estadounidense Newmont Mining impedían que visiten sus instalaciones sobretodo en las “nacientes” de cuatro mangueras del otrora Río Grande y cínicamente Germán Alva García, funcionario de Yanacocha expresaba que: “hace tiempo está pasando eso y no ha pasado nada, la población no ha sido afectada”, sin embargo la población cajamarquina se solidarizaba con el encadenamiento del hermano celendino Humberto Portal Silva, para evitar más desastres de las cuencas de Cajamarca.
En Huancabamba por el 4º aniversario de la consulta popular se había programado una marcha hacia Río Blanco donde se congregaron cientos de comuneros y comuneras que bendecidos por una lluvia llegaron y verificaron in situ el abandono del campamento por parte de la empresa minera transnacional China Zijin Mining, la misma que publicaba en todos los medios que quería “reiniciar el diálogo” con las comunidades, mientras preparaba amedrentamientos para que la población afectada por esta empresa no pudiera llegar a la celebración que hace cuatro años en una extraordinaria y pionera consulta popular expresó su rechazo unánime a las actividades mineras en sus territorios por atentar contra las nacientes de sus ríos.
Los mineros llegaron al extremo de “controlar el acceso” de los vehículos con una lista en mano parando a las movilidades para impedir la llegada de algunos dirigentes, sufriendo un ataque terrorista minero el hermano Marco Arana Zegarra, cuyo vehículo fue atacado cobardemente con piedras, a lo cual debe responder ante este acto la empresa y sus lacayos.
En Arequipa se venía desarrollando el Foro Nacional de los Pueblos paralelamente a la 30 Convención Minera que era cubierta por todos los medios de comunicación como el “adalid del desarrollo económico del Perú”; pero a pesar del silencio cómplice de los grandes medios de “comunicación libre” los representantes de las organizaciones de las comunidades acordaron la formación de una comisión de la verdad sobre la actividad minera en el país, la creación de un tribunal ambiental, la suspensión de las concesiones mineras y una asamblea constituyente desde los pueblos para la propuesta de una nueva Constitución, acto que terminaría con un pasacalle por la ciudad de Arequipa pero como una réplica del comportamiento delincuencial de las empresas transnacionales, también habían sincronizado sabotear, silenciar y atacar las manifestaciones populares al más estilo fascista, con trabajadores de la empresa Cerro Verde de propiedad mayoritaria de la norteamericana Freeport McMoRan Copper& Gold y el resto es de propiedad de SMM Cerro Verde Netherlands B.V., Compañía de Minas Buenaventura S.A.A. intentaron agredir a los manifestantes comunales.
Nada es casual, todo está sincronizado, los engreídos del Estado hacen sus fechorías, compran autoridades, contratan policías y atacan al pueblo: ¿es esto democracia? ¿Consulta previa? ¿Desarrollo sostenible? ¿Ignorancia o complicidad?
Basta ya de silencio, de tolerancia, de plazos, si el pueblo sigue esperando desorganizadamente, lo único que recibirá es más represión, exclusión y expulsión de sus territorios, recuperemos nuestros territorios, necesitamos urgentemente un cambio de Constitución, donde los recursos naturales vuelvan a ser de nuestro país, donde dignamente podamos decidir qué tipo de economía necesitamos en armonía con la Pachamama para asegurar nuestra soberanía alimentaria y no que nos quiten las tierra y nos den “gravámenes voluntarios” chucherías y alimentos transgénicos para acabarnos de liquidar. Esto no es terrorismo, ni desorden es todo por el contrario nacionalismo y ordenamiento de nuestra casa.
Fuente: Servindi

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