martes, 16 de febrero de 2016

Cinco guerreras se unen para encontrar el Herceptin de sus quimioterapias.


“Nos han mencionado distintas personalidades en Twitter, muchas más de mil cuentas. Le escribí al Presidente Nicolás Maduro y a los parlamentarios (…) Estamos en programas de radio y en el noticiero de Televen, pero a pesar de todo aún no hemos conseguido el primer donante”, señala Yasmari Bello. Junto a Anna María, Leidimar Pereira, Chati y otra paciente con cáncer de mama que prefirió mantenerse en el anonimato, iniciaron el viernes 5 de febrero una campaña mediática en búsqueda de Herceptin, medicamento indicado para sus tratamientos de quimioterapia.


Bello, de 39 años, señala que decidieron emprender la acción ese día porque se cumplían tres semanas desde que la Farmacia de Alto Costo del Seguro Social ubicada en Los Ruices, Caracas, no les facilitaba el fármaco, que tampoco se encontraba en otros establecimientos especializados como Badan. “En mi última quimio recibí una donación de una paciente y el doctor me advirtió que fuera buscando el próximo porque había quienes se le estaba suspendiendo el tratamiento pues no contaban con el Herceptin”, indica Yasmari.
En un año Yasmari necesita cerca de 18 dosis de Herceptin y en Colombia, por ejemplo, tan solo una se acerca a los 3 mil dólares. “Para mí, que soy profesional y he trabajado toda mi vida es imposible pagar eso”, señala con impotencia. Además, asegura que prefiere ser tratada aquí en su país, por sus médicos que han llevado su caso desde el principio.
A ella le corresponde la quimio cada 21 días porque es la última parte del tratamiento, pero hay pacientes que incluso deben recibirla una vez por semana.  “Ya yo pasé por una masectomía, radioterapia, me faltan 6 meses de quimio y continuar con la quimio oral por 5 años. Lo cierto es que estoy superando el cáncer, pero si paro el medicamento puedo recaer”, comenta con pesar. Yasmari teme que dos años de batalla ininterrumpida y teme que  se vayan por la borda y el cáncer vuelva a su cuerpo. Comenta que ha sufrido físicamente los efectos secundarios: vómitos, mareos, pérdida de uñas y cabello, hemorragias, dolores, moretones, además ha pasado por infinidad de exámenes de sangre y de otros tipos, ha tenido que soportar los efectos psicológicos de decaimiento y depresión, pero a pesar de todo intenta mantenerse positiva.
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Anna María y otras pacientes, en cambio, siquiera han podido recibir la primera sesión a falta de la medicación. “A ella le tocaba el 4 de febrero y la perdió, y a otra esta semana y tampoco podrá empezar”, comenta Bello. No comenzar las quimio, es igual de grave que pararla a mitad de camino, según indican los médicos.
Entregada a los demás
Mucho antes de saber que padecía la enfermedad, Yasmari fue voluntaria para levantar los ánimos de los pequeños en la unidad de oncología del J.M de los Ríos. Por años los alentó disfrazada de payaso o a través de sus charlas motivacionales, pero nunca imaginó que luego sería ella quien atravesaría esa situación. “Soy amiga de todos los niños del hospital y ahora es mi turno”, dice pensativa. Ella trabaja en Toyota y debido a la enfermedad lo hace medio tiempo y desde casa. Ha aprovechado el tiempo para realizar meditaciones, yoga y actividades físicas que le permitan relajarse y crecer espiritualmente.

“La gente me vi sin pelo y se motiva a continuar. Me gusta ayudar incluso a quienes no están enfermos para advertirles que el estrés no los lleva a nada bueno”, apunta. Actualmente, sirve de sostén de muchas de sus compañeras que la llaman llorando y ella les intenta dar consuelo. “El cáncer no nos puede vencer, pero tampoco se puede esperar”, subraya. Es por ello que se queja de tener que estar mendigando los medicamentos en el Seguro Social.
La situación país tampoco ayiuda. “No es sano para nosotras tener que hacer colas para cocinar e ir a farmacias y que no consigamos ni lo básico. A mí me han traído del extranjero sueros, antivomitivos, gasas, etc”, señala. Además, recuerda que en una oportunidad el año pasado la clínica le prestó parte de la medicación porque en la Farmacia del IVSS le dieron fármacos sin registro sanitario y próximos a vencerse, lo que alertó a su médico. Ahora sería imposible porque no se hallan en ningún otro lugar.
El ánimo de Yasmari es contagioso. Dice que parte importante de su recuperación se debe al apoyo de su familia, de sus amigos y de su pareja. “No nos hemos casado por vanidad mía, no quería hacerlo sin cabello”, añade sonriente. Recomienda a todos los enfermos que pasan por esta situación buscar el apoyo de sus seres queridos y tener una actitud positiva y proactiva. “Ponerse en las manos de Dios y de los médicos”, aconseja.
Crisis humanitaria
El 26 de enero de este año, la Asamblea Nacional decretó una crisis humanitaria por el tema de los medicamentos. En teoría, esta medida facilita que organizaciones no gubernamentales internacionales como la Cruz Rojapuedan gestionar la donación de fármacos desde otras latitudes. Hasta la fecha se desconoce de algún trato, en parte porque desde el Ejecutivo no se le ha hecho eco de esta declaración. Desde el Ministerio para la Salud no se han pronunciado públicamente al respecto y el presidente del Instito de Seguros Sociales, Carlos Rotondaro, aseguró en reunión con Ongs que aún el estatus del abastecimiento de medicamentos estaba en “amarillo”. Federaciones del gremio farmacéutico calculan que para esta época falta un 80% de los fármacos.

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