martes, 28 de agosto de 2018

La Teología de la Liberación como acto segundo.


Por Pablo Richard

La “Ortopraxis” es anterior a la “Ortodoxia”. Primero el compromiso, la teología viene después. (Ver: Gustavo Gutiérrez: Teología de la Liberación. Perspectivas (1972). Especialmente páginas 26-41: “La teología como reflexión crítica sobre la praxis”).

En la Teología de la Liberación el acto primero es la praxis, un compromiso liberador que supone un análisis de la realidad. Hay una autonomía de la realidad anterior a cualquiera reflexión sobre ella. En el acto primero de la teología de la liberación es necesario la utilización de ciencias que no son necesariamente teológicas, sino del ámbito de la economía, la psicología, la ecología y otras ciencias necesarias para analizar y transformar la realidad. No se puede, por ejemplo, hacer un análisis teológico o espiritual de la opción por los pobres, sin tomar primero en cuenta las raíces económicas y sociales de la pobreza. 

La reflexión teológica o espiritual de la opción por los pobres es el acto segundo. Si no seguimos esta metodología, la teología corre el riesgo de ser un discurso puramente teórico sin fundamento histórico. La Teología de la Liberación no es una nueva teología, sino una nueva manera de hacer teología.

La teología de la liberación fue cuestionada, incluso condenada, especialmente por valorar en la teología el acto primero, la primacía de la “ortodoxia” y la importancia de la “praxis”. Citamos solamente dos documentos: 

Libertatis Nuntius (1984) “Instrucción sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la Liberación”y Libertatis Consciencia(1986)“Instrucción sobre Libertad Cristiana y Liberación”. 

Algunos textos más “peligrosos” de la “Libertatis Nuntius”: “La impaciencia y una voluntad de eficacia han conducido a ciertos cristianos, desconfiando de todo otro método, a refugiarse en lo que ellos llaman «el análisis marxista»(VII,1).
“Recordemos que el ateísmo y la negación de la persona humana, de su libertad y de sus derechos, están en el centro de la concepción marxista” (VII, 9). 

“Las «teologías de la liberación», que tienen el mérito de haber valorado los grandes textos de los Profetas y del Evangelio sobre la defensa de los pobres, conducen a una amalgama ruinosa entre el pobre de la Escritura y el proletariado de Marx”.

La Teología de la Liberación sufrió una violenta persecución política, especialmente en la década de 1970 a 1980, que cobró muchos mártires.

Fuente: Amerindia

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