El presidente chileno Sebastián Piñera descartó la idea de un perdón generalizado como lo había promovido la Iglesia Católica y Evangélica de ese país. El mandatario agregó que sí concederá indultos particulares aunque quedarán excluidos los delitos graves, entre ellos los de lesa humanidad.
Serán indultos “prudentes y restrictivos y para atender consideraciones de carácter humanitario”, dijo el Presidente chileno Sebastián Piñera al descartar la aplicación de los proyectos de condonación de penas que le presentaron hace una semana las Iglesias Católica y Evangélica, los que preveían una amnistía generalizada en el marco de la celebración del Bicentenario de la Independencia de Chile.
“No es prudente ni conveniente en los actuales tiempos y circunstancias promover una ley de indulto general”, agregó el mandatario poniendo paños fríos a la polémica que suscitó en el país sudamericano la posibilidad de un perdón gubernamental para militares condenados por casos de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973 – 1990).
Tampoco serán beneficiados los reos acusados por casos de terrorismo, narcotráfico, homicidios, hechos de sangre, violaciones o abusos contra menores.
Sin embargo Sebastián Piñera dejó abierta la puerta para una absolución selectiva, en donde el perdón de la pena será estudiada caso por caso. Es precisamente ese punto el que inquieta a las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y víctimas de la dictadura de Pinochet. La presidenta de la asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, apoyó la decisión de Piñera pero se mostró preocupada por la posibilidad de que al revisar caso por caso se indulte a algún violador de los derechos humanos.
Sobre ese mismo punto e interrogado por RFI, el Director para América Latina de la organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco indicó que le “parece importante que si se van a discutir indultos se trate caso a caso. Idealmente me gustaría que en cada uno de estos casos especiales, y sobre todo en aquellos que puedan despertar controversia pública, las decisiones del Presidente puedan ser objeto de una revisión judicial”.
Los que lamentaron la decisión presidencial fueron algunos líderes de derecha, precisamente el sector político de Sebastián Piñera. El parlamentario del partido Unión Demócrata Independiente, Hernán Larraín, dijo creer que el gobierno “se perdió una oportunidad de dar una cuota de misericordia y compasión a la justicia, teniendo en cuenta que esto fue solicitado por las autoridades espirituales del país”. Esto aunque otros parlamentarios del sector consideraron la resolución de Piñera como “prudente y reflexiva”.
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