Posted by Yolanda Gándara
Es imposible hablar de Enrique Meneses (1929) sin hablar de su ascenso a Sierra Maestra como si de un Himalaya del periodismo se tratara. Sus reportajes de Castro y Che, de Martin Luther King, de Kennedy, de la guerra del Canal de Suez, son una parte de la crónica histórica que nos lega. Pero Enrique también es actualidad. Integrado en las redes sociales, los blogs y la comunicación digital, representa como pocos el pasado y presente del periodismo: “De la generación Magnum al 2.0” como acertadamente define su trayectoria el documental de Georgina Cisquella Oxígeno para vivir. Hablar con Meneses es recibir una clase magistral no ya de periodismo, sino de optimismo y pasión por la vida y por el oficio. A sus 82 años sigue levantándose cada mañana para trabajar en su ordenador y dar forma a grandes o pequeñas historias que el ojo entrenado del reportero detecta en lo más cercano, como su reciente visita al hospital que relataba con humor en su blog en el momento de nuestra llegada.
Tu biografía está tan íntimamente ligada al periodismo que es difícil imaginar que pudieras hacer otra cosa. ¿Qué ha supuesto para ti tu trabajo?
Mi trabajo es mi vida. Si yo hubiese sido rico me hubiera arruinado con el periodismo. Creo que todo el que se dedique a esta profesión sin vocación va de culo. Una pregunta que me han hecho mil veces: en el caso de la niña que se está muriendo en África y que tiene un buitre esperando su muerte, ¿tú qué harías en esa situación? Yo haría la foto, que es una centésima de segundo, luego cojo a la niña y la llevo donde pueda salvarla, pero una centésima de segundo me permite que la gente sepa lo que es la hambruna, que la gente sepa lo que es África, lo que está pasando. El primer mundo gasta más dinero en adelgazantes que en dar de comer a los niños de Somalia. Mi filosofía es bastante sencilla aunque un poco burra; he protestado toda mi vida cuando sale el locutor en televisión diciendo “les advertimos que hemos omitido imágenes por su dureza”. O sea, hay un señor que se está jugando la vida en Bagdad o en Afganistán para hacer esas fotografías y llegan los colegas y se las escamotean. ¿Es que no se pueden enseñar las cosas como son?
Pero el fotógrafo también puede manipular mostrando un determinado instante del contexto, aunque sea real. Por ejemplo, la fotografía de la niña y el buitre que mencionas tiene una historia controvertida. [N.de la R. Fotografía de Kevin Carter, premio Pulitzer en 1994]
¿Pero qué manipulación? La niña está ahí. A mí lo que me revienta es que se proteja la digestión de la gente. Los niños que están viendo la televisión en cuanto acaben de comer se van a poner a matar marcianitos o a ver películas de las que mueren mil indios. Están acostumbrados a una especie de muerte artificial, falsa. La muerte es la muerte, después no te levantas y haces otra película. Eso no hay que metérselo en la cabeza a los niños, lo que hay que enseñarles es la realidad.
¿Siempre es necesario mostrar las imágenes impactantes? En el caso del tsunami de Japón, entre las miles de imágenes que nos llegaron, se mostraron muy pocas de muertes. ¿Habrían aportado algo?
Sin imagen no hay nada. Yo no he utilizado jamás ni flash ni trípode porque no quiero falsear las cosas, destruyes la realidad. La realidad es bastante más oscura, no se ve casi nada en algunos sitios y si sueltas un buen golpe de luz la gente cree que estás en el baile de la ópera de Berlín. Otra cosa que no hago jamás es pedirle a una persona que pose. Lo odio, no soy retratista de estudio, soy un cazador en ese sentido. Voy a cazar el instante y no voy a cambiarlo por comodidad.
¿A qué has tenido que renunciar dedicándote al periodismo?
No he renunciado a nada. Bueno, mi padre quería que fuera diplomático y tuve que hacer tres años de Derecho en Salamanca, pero dije ¿por qué tengo que hacer lo que mi padre quiera?
¿Y qué compensaciones has tenido?
Todas.
¿Económicas también?
Llevo 63 años haciendo de freelance, me manejo muy bien. Ha habido veces que he perdido 2000 dólares en hacer un reportaje. Nunca he querido estar en nómina. He hecho los reportajes que me gusta hacer, no los que me dice el redactor jefe, que muchas veces es el sobrino del dueño del periódico o un enchufado y no tiene ni idea de lo que es fotografía. Si no haces algo que te gusta, nunca te saldrá bien. Yo fui a Cuba siguiendo a una chica que me plantó y dije, bueno, una derrota, es cojonudo porque es la mejor manera de reaccionar. ¿Qué es lo que puedo hacer? Primero, para sobrevivir, escribir para Bohemia, para Caretas, para la prensa local; segundo, preparar el salto a la Sierra que todavía nadie ha conseguido subir porque el General Chaviano les intercepta en el aeropuerto de Santiago. A mí no me va a interceptar este. Mandé mis cámaras en una caja de whisky al bar Windsor de Santiago, que era propiedad de una aragonesa, y me las guardó hasta que yo llegué. Luego me metí por una carretera construida por los españoles en el s. XVI, totalmente inutilizada desde hacía siglos; pero los hombres que rodeaban la sierra estaban en la autovía. Tienes que hacer las cosas con inteligencia. Con el reportaje de sierra Maestra me esperaban siete millones y medio de pesetas en París, el 50 por ciento era para París Match y el otro 50 para mí. He vendido también la película, porque no soy de los que dice “soy fotógrafo pero no escribo” o al revés; tienes que ser como un tanque, tienes que trabajarlo todo. ¿Qué hace Gervasio Sánchez? Trabaja parala SER, trabaja para el Heraldo de Aragón, para Blume (el editor de sus libros). Tienes que sacar todo el jugo de ti mismo, no tener un jefe que te diga: “Váyase a la puerta de La Moncloa para sacar la foto de cuando se den la mano”. Qué colección de fotos tiene que haber de los treinta últimos años de gente dándose la mano sin mirarse a los ojos, mirando a las cámaras. Y todavía hay algunos que dicen: “Por favor, dense la mano otra vez que no me ha salido bien la foto”. ¿De dónde sale ese tipo de garrulo? Es tremendo. Y ahora hay 20.000 licenciados que han salido de la universidad, que no vale absolutamente para nada.
Fidel Castro en Sierra Maestra, por Enrique Meneses: “La luz es de una vela. Das un minuto de exposición, aguantas la respiración, abres las piernas para hacer de trípode y pones los codos contra el cuerpo”
Recientemente entrevistábamos a Soledad Gallego-Díaz y nos decía que el periodismo no se aprende en las facultades.
Se aprende en la universidad de la calle. Así de sencillo. ¿Pero qué les van a enseñar en la Universidad? Si lo que les enseñan en la facultad es lo que normalmente se enseña en el bachillerato. A mí me decía uno: “leemos mucho a Galdós”. ¿Y qué hacéis con Galdós en el periodismo?
¿Qué requisitos consideras necesarios para ser un buen periodista?
Descubrir la sencillez de la fórmula del periodismo: ir, ver, anotar, grabar, volver y contarlo. Punto.
Sé que no te hace mucha gracia que te llamen “maestro”, así que hablaremos de otros. ¿A quién consideras referente?
Todos somos maestros. Yo he aprendido mucho de un iraní que se está muriendo ahora en Nueva York gracias a la medicina americana que dice la gente que es tan buena, pero está pagando 15.000 dólares mensuales por el mismo cáncer que yo he curado aquí en La Paz, Sharokh Hatami. Muy bruto, pero muy intuitivo. Es el que hizo las fotos de los ayatolás cuando volvieron a Teherán. Ha habido bastantes, y en estos momentos todavía salen algunos. Está Mayte Carrasco, que es una chica que me encanta porque, entre otras cosas, se ha lanzado. Me he cansado de decirle a los chicos: Tened una idea para sobrevivir. Es una profesión de supervivientes. Yo he dado clases de francés, he doblado películas de documentales de la Pirámides, con 200 librashe llegando a El Cabo. He dado conferencias en ruta hablando del Canal de Suez, algunas veces no hemos tenido que comer, hemos ido a un mercado negro y nos han dado de comer. Mira la que sacó el hashtag #gratisnotrabajo, qué frase tan inteligente, qué valores trae. Esta tendría que ser panadera, pero ¿periodista? Ahora con el tema de la crisis, ¿cómo puede haber gente joven diciendo “vamos a vivir peor que nuestro padres” sin tener ni idea de lo que han vivido sus padres y abuelos? Yo he vivido cinco crisis en mi vida, la gente no se mete en la cabeza que después de la noche viene el día y viceversa. ¿Todo el mundo tiene que entrar en pánico?
Cuando entrevistamos a El Roto nos dijo que algo que consideraba que había perdido la prensa actual eran imágenes de calidad. ¿Estás de acuerdo? ¿Crees que es una faceta que se descuida?
El Roto, que trabajó conmigo en la revista Cosmópolis cuando era Ops, lo que tiene es una cámara en el ojo. Es metaperiodismo lo que hace. Lo primero que leo todas las mañanas es El Roto, Forges, Peridis y Erlich. Lo que hacen realmente son editoriales. Sabes lo que está pasando solo con ver esas viñetas. La fotografía tiene importancia desde siempre. Hay una fotografía que yo llamo notarial: un señor hace un texto y un fotógrafo que dice “esto ha sido así”. Luego hay otras personas, este es mi caso y el de algunos freelance más, que nos preguntamos por qué hay que escribir con una máquina de escribir o con un ordenador, por qué no se puede escribir con una cámara de fotos, por qué no narrar una historia y construirla. Entonces, tienes el fotógrafo testimonial, que ilustra un texto, y el fotógrafo que cuenta una historia y que el único texto que necesita son los pies de fotos o una entradilla. Salgado no necesita un texto largo hablando de los niños de las Minas de Potosí. Él se ha metido en las minas con los niños, ha hecho las fotos, ha mostrado su sudor, su sufrimiento, su cansancio, cómo comen, cómo duermen. Tenemos a gente como Gervasio [Sánchez], que ha hecho cosas como las que yo he hecho en Sarajevo, en el escenario de una ciudad sitiada y luego tiene otra faceta, la de documentalista.
Qué es más importante: ¿una buena técnica, una buena cámara o un buen ojo?
Tienes que dejarte llevar por la intuición. El que hace poesía, ¿dónde ha estudiado para hacer versos? Le sale de dentro. Instintivamente sabes equilibrar los volúmenes. Yo no corto mis fotos, las publico tal y como están. Es como el diseño, ¿qué hace Barceló para hacer esas figuras tan elegantes? Si no te sale bien una, la repites. Tengo 15.000 negativos y hay cosas que no publicaría. Muy pocas, porque justamente la austeridad que teníamos con la película no nos permitía desperdiciar. Si llevabas dos cámaras con 72 disparos tenías que aprovechar. Los consejos que doy a la gente que va a la guerra son: en primer lugar nunca mimetizarte con ninguno de los dos bandos, nunca llevar un uniforme. Jean Roy murió en el Canal de Suez a 500 m de donde estaba yo por ir vestido de paracaidista. Segundo, no llevar armas, en Sierra Maestra Raúl Castro me ofreció un rifle para cazar y le dije que yo disparo con la cámara y me proporciona las mismas emociones. Te aseguro que te sube más la adrenalina si te acercas a un león a 400 m. con la cámara que si lo haces con un rifle de mira telescópica. Es más, a los fotoperiodistas les digo que es menos peligroso acercarte con una cámara de 35 mm. que con un teleobjetivo de 600 mm. Jean Pierre Pedrazzini murió en 1958 en Budapest por llevar un 600 que confundieron con una bazuca. Ya lo dijo Capa: “Si una fotografía no sale bien es porque no te has acercado bastante”. Yo digo: Si quieres evitar riesgos, acércate lo más posible al peligro, no vas a protegerte intentando ponerte más lejos. Y tercero: La bala que te va a matar no la vas a oír, ¿por qué preocuparte protegiéndote de las balas que oyes a tu alrededor?
¿Qué fotografía consideras la más importante de su archivo? ¿A cuál tiene más cariño?
Hay algunas fotografías de África a las que tengo mucho cariño. Alguna sobre el Sudán, de cuando hice el viaje en el año 56. Ahora Hernán Zin, el periodista argentino, quiere hacer el viaje que yo hice: salir de El Cairo y llegar hasta El Cabo.
Javier Espinosa nos decía que África es un continente ignorado.
Totalmente de acuerdo. Es que no nos interesamos por esto. Mandamos más periodistas a los torneos de fútbol que a la revuelta que ha habido en Mali.
¿Nos llega información suficiente para interpretar los conflictos del continente?
Primero: África es el continente más grande; segundo: no está muy poblado. Tú tienes que analizar las grandes diversidades que existen entre los bantúes, los nilóticos, etc. África tiene mucha riqueza y está avanzando más de lo que la gente cree. No estoy totalmente de acuerdo con algunas cosas que ha escrito Espinosa; África está despertando pero, claro, no se hace una revolución de la noche a la mañana. Las revoluciones del norte de África las han hecho los teléfonos, la gente joven sabe manejar las nuevas tecnologías. Actualmente el norte de África se ha quitado de encima una serie de sátrapas. Cada vez que me preguntan qué pienso de estas revoluciones digo: ¡Me encantan, me encantan! Una de las cosas que me ha llamado la atención es que en todas las manifestaciones que he presenciado en siete años se quemaba la bandera de EEUU enseguida, delante de las cámaras; las mujeres estaban en segundo plano y los hombres en primera fila. De repente, vienen las revoluciones del norte de África y las que están en primera fila son las mujeres, en segunda fila los hombres y detrás las banderas de Egipto, Libia o Argelia. Yo escribí un post que se llama “Túnez y nuestros hijos de puta”. Cuando a Kissinger le preguntaron qué pensaba de Anastasio Somoza, que era un cruel tirano en Nicaragua, dijo: Sabemos que es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta. Nosotros en Europa también hemos tenido nuestros hijos de puta. No queríamos estar discutiendo con parlamentos: si queremos comprar petróleo hablamos con el rey Fahd y punto. Para qué vas a pedir que tenga un parlamento y que el parlamento lo apruebe y se discutan los precios. El precio es el que ponemos nosotros: si me subes el precio del petróleo, yo te subo el de los aviones de guerra. Estábamos comprándoles armas. Cuando se quemó a lo bonzo Mohamed Bouazizi y apenas habían empezado las manifestaciones, Sarkozy pidió que un barco anclado en Marsella cargado de material antidisturbios no zarpase rumbo a Túnez. En Europa nunca hemos estado del lado del pueblo. Por eso nace Al Qaeda. Al Qaeda le dijo a los árabes que no se liberarían de sus tiranos mientras que no dieran un escarmiento al mundo occidental: os está expoliando, os está robando, no os deja ser libres.
Desde aquella imagen con Castro en la sierra ha pasado más de medio siglo. Con la salud de Fidel resentida, ¿cómo ves el futuro de la isla?
Fidel tiene tres años más que yo, lo que pasa es que yo no me he pegado la mala vida que se ha pegado él de preocupaciones y de estar todo el tiempo “erre que erre”. En Sierra Maestra no tenía nada que ver con el señor que después ha sido. A Fidel le han robado su revolución. Mira que yo soy de centro-izquierda y me llamabaFraga y nos poníamos a hablar de la transición que va a haber en Cuba. Conozco muy bien los equilibrios de fuerzas que hay en la isla, tienes una población que está perfectamente formada, “excesivamente” formada. Cuando yo llegué a Cuba el país tenía un ocho por ciento de analfabetismo y España el doce. Eran más cultos que nosotros, Uruguay también. Ahora el analfabetismo es cero, cosa que no ocurría en España cuando muereFranco. Tú no necesitas cincuenta años para haber educado al país. Los adversarios del régimen se han ido a Miami, han hecho todos fortuna. Los hispanos han convertido Miami, que era el geriátrico de EEUU, en su propia capital. Hay un antagonismo entre los primeros balseros que salieron de Cuba con una mano delante y otra detrás; hoy en día los descendientes se han casado con americanos y ya casi les cuesta hablar castellano. Los exiliados seguro que van a aportar dinero para la reconstrucción de Cuba, que está un poco destartalada.
¿Qué medios lees?, ¿cómo te informas?
Por la mañana cuando me levanto tengo en el ordenador el New York Times, el Washington Post, Le Monde, El País, El Periódico de Barcelona, la SER… he cortado ya con los periódicos. Los que me trae la gente los dejo aquí y los uso de mantel. Utilizo El País de mantel mientras veo las noticias.
¿Te informas más por medios internacionales que por los nacionales?
Si hubiesen hecho eso todos los españoles se habrían dado cuenta de muchas cosas.
Por ejemplo, en el caso de la huelga de 29M, los datos de la prensa extrajera difieren de los de la nacional.
Sí, pero hay que tener en cuenta una cosa. Por ejemplo, The Wall Street Journal ha publicado una foto de los antisistema rompiendo las vitrinas en Barcelona. Y eso no ha sido la huelga. No ha habido ningún incidente en Madrid ni en Valencia ni en ningún otro sitio. Solo en Barcelona, donde existe ese núcleo. Entonces, claro, eso se hace dramático, lo que le gusta a una derecha americana que lo que quiere es ley y orden. Los disturbios no han sido una cosa generalizada, lo que pasa es que hay una prensa a la que le encanta sacar el morbo, pero si te informas con tres o cuatro medios distintos tienes la posibilidad de saber la verdad. Se habla ahora de los periodistas esquiroles, ¿qué es eso del periodista esquirol? ¿Se deja la información que viene provocada justamente por la manifestación? Entonces ya no hay nadie que cuente esto, dejamos que sea Esperanza Aguirre la que nos diga cuántos somos. Es inverosímil.
¿Crees que existe la posibilidad de publicar sin una filiación ideológica?
Neutro no existe nada. Yo no soy imparcial. Nunca voy a estar del lado de Israel cuando bombardea Gaza. Lo siento muchísimo. He vivido siete años en Oriente Medio y sé de lo que hablo. Los unos están tirando cohetes americanos y los otros los están fabricando ellos mismos en casa, cuando no reciben alguno procedente de Irán o de Siria. Tienen derecho a su tierra. Te tienes que poner del lado del más débil, el periodista que no sea débil con los débiles y fuerte con los fuertes no está ejerciendo esa profesión; tienes que ser defensor de quien lo necesita.
¿Existe interés en dar un espacio para una información y un análisis pausado en los medios?
Las redacciones de los grandes medios van a cambiar. Eso de 600 redactores en periódicos como en El País, olvidaos de ello. Las redacciones se van a reducir a 50 o 60 grandes periodistas, sobre todo analistas. ¿A qué llamo yo un analista? A una persona que ha vivido seis o siete años en un país, como es mi caso. La información se busca en Google, se copia y pega… ¿pero qué es eso? Buscas las primeras noticias de cualquier tema y es que están hasta igual redactados. Cortar y pegar. No falta información, llega por todas partes, lo único que no hay es gente capacitada para distinguir lo que es importante de lo que no lo es. Que conozcan el terreno, que conozcan la lengua. Con cuarenta o cincuenta analistas así tienes un periódico. Tienes que tener gente que esté trillando la información que llega, pero al mismo tiempo van a depender de una cosa que es importantísima: los blogueros. Tú coges un tío que es entendidísimo en motor y que sigue toda la Fórmula1, y tienes cubierta esa parte de deportes. Para mí un bloguero es como un lingote de oro. Yo he insistido mucho a Rosa María Calafpara que abra un blog, con diez años que se ha tirado en China y el interés que despierta China. Ella se quejaba de que le daban un minuto para hablar de lo suyo porque había fútbol y no daba tiempo. De forma que a lo mejor habían metido fútbol hasta de tercera y a un trabajo que a ella le había llevado tres días le daban un minuto. Pero todo eso ella lo puede soltar en un blog. Yo estoy soltando todas las experiencias que he tenido en todos mis años de periodismo.
Estás convencido de que el papel va a desaparecer.
Totalmente. Hasta Cebrián lo ha dicho hace poco. Yo llevo más de diez años de bloguero. Rosa Jiménez Canofue quien convenció a Ramón Lobo y a otros veteranos de que abrieran un blog. Ahora Ramón Lobo es un adicto. El futuro son los bloggers. Hasta puedes hacer tu propio periódico. Hay gente que me pregunta cómo he podido adaptarme a esto. Empecé con una máquina de escribir, ¿por qué no voy a seguir progresando y seguir aumentando conocimientos? La gente está acostumbrada a decir “cualquier tiempo pasado fue mejor”. No es cierto. A mí no me gustaría volver a vivir mi juventud, ya la viví. Cuando Fraga leyó mis memorias, Hasta aquí hemos llegado, me dijo: “Hay que ver lo que has follado y lo que has bebido”.
Dirigiste la edición española de Playboy, ¿cómo era aquello?
Los españoles estaban empezando con el alfabeto del sexo, cuando piensas en lo que se han convertido… Ahora las chicas españolas asustan a las suecas. Son más lanzadas. De lo cual me alegro. Yo tengo dos hijas y siempre les he dicho que se acuesten con quien quieran y luego decidan quién les viene bien. Antes de Playboy dirigíLui, una versión francesa de Playboy con muy buen gusto. Yo he hecho poco desnudo en fotografía, pero lo poco que he hecho ha sido siguiendo las normas de los fotógrafos franceses, que es mezclar la luz diurna con la luz artificial; la piel queda mucho más bonita que con la crudeza de la luz eléctrica o de la luz de sol que también quema.
Para terminar, define con una frase o un titular a los siguientes personajes:
Juan Luis Cebrián.
Les tengo miedo a todos los que han salido del periodismo para ir ala Academia.
Pues otro de esos tres: Arturo Pérez Reverte.
Una chica me dijo: Acabo de entrevistar a Reverte y dice que te admira mucho. Yo le dije: si le vuelves a ver le dices que yo no le admiro absolutamente nada.
Francisco Umbral.
Un divino snob.
Pedro J.
Se ha puesto los tirantes de Bernstein sin haber hecho su Watergate.
Enrique Meneses.
Un loco que se ha divertido en este mundo y considera que vivir es lo más bonito que hay.
Fotografía: Guadalupe de la Vallina
Fuente: jotdown.es
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