miércoles, 2 de octubre de 2013

La “calidad" del crimen educativo argentino.


Andrés M. Sarlengo

Educación para Todos (EPT) y aprendizajes por competencias y de calidad es la propuesta pedagógica de la plutocracia. Macri, Bullrich, Fernández, Sileoni, Bonfatti, Balagué, dan lo mismo.

Con todo, una tarea fundamental en estos tiempos es comenzar a desentrañar el sentido común “educativo” que nos impusieron los gobernantes y las corporaciones.

Qué significa educación de calidad… es una pregunta más que importante. Proveniente del ámbito empresarial quizás dicha categoría represente el enfoque más adecuado a los intereses del dinero concentrado. Competencias, destrezas, actitudes y saberes con obediencia y “productividad” es lo que demandan comerciantes, bancarios e industriales. El sistema escolar convertido en valor agregado para la economía capitalista.

El profesor y periodista Juan Carlos Sánchez es terminante: “La calidad educativa solamente busca fomentar conductas que permitan la supervivencia del sistema actual para beneficios de esos pocos (1)”.

Pocos que son la plutocracia y sus gerentes que destinarán 23.000 dólares por minuto para pagar deuda pública durante el 2014 (2).

Semejante entramado (crimen educativo y vaciamiento cultural como continuidad del terrorismo de Estado 1976-83) no es fácil de explicar y menos que obtenga buena recepción en la sociedad.

No obstante, una selección de párrafos escritos por la ex ministra de educación Susana Decibe sirven como pruebas del delito. La neoliberal ex funcionaria sentenció recientemente en Perfil: “En ese congreso (1984-1988) (…) se produjeron los diagnósticos y acuerdos fundamentales que dieron sustento a la tarea legislativa y alimentaron los apasionados debates previos a la sanción de la Ley Federal de Educación (1988-1993) (…) Había compartido la campaña (Kirchner 2003) redactando las líneas fundamentales de la política educativa que se prometía, y asumía como ministro de Educación Daniel Filmus, un compañero político y colega de aquellos equipos de trabajo. Sin embargo, no fue así. El presidente Néstor Kirchner, con escasa base política en ese momento, priorizó una alianza con el poderoso gremio docente y Ctera logró finalmente que se derogara la Ley Federal de Educación. La nueva ley no contradijo a la anterior sino que la enriqueció e introdujo, en otro formato, todos los acuerdos de política del Consejo Federal de Educación logrados en la década anterior (3)”.

En síntesis: desde Pedro Bruera hasta Alberto Sileoni lo que existe es la coordenada de reformas y metas educativas con un único sentido y anhelo: educar para la heteronomía social. En otras palabras (y muchos más solemnes): “gobernar la educación para la economía de mercado”. Lo antedicho por una de las “reformistas” y “ejecutora” así lo demuestra.

Coordenadas con un único sentido…

Por eso, cada vez que escucho o veo hablar de la “calidad educativa y la EPT”… además de rabia; fluye la necesidad urgente de narrar los hechos y protagonistas de un crimen educativo que no puede quedar impune.

Debemos liberarnos de los discursos y las prácticas del amo. Hagamos de las “escuelas de calidad” otras muy distintas: donde colectivamente vaya naciendo la rebeldía intergeneracional que crea en la utopía y la solidaridad.

A parir la democracia, en definitiva.


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Notas:

1) Entrevista del Libro La democracia entre preguntas. Andrés Sarlengo. 2009.

2) Presupuesto 2014: Más para pagar deuda que para salud y educación. Fabiana Arencibia (RED ECO). 20-09-2013

3) Educación: diez años de mucho relato y poca acción. 14-09-2013.


Fuente: ApiaVirtual

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