Controlar los medios es controlar las mentes y controlar las mentes es controlar las conductas de las gentes.
Si algo caracteriza a la época que estamos viviendo es el bombardeo mediático a que está sometido el pueblo. Nos llegan muchísimas más noticias de las que podemos atender, indagar y reflexionar. La mente no da para tanto y quizá por esa razón, o quizá porque pensar es cansado y aun peligroso, la gente se traga lo que le echan y lo digiere bien porque se lo dan aliñado con toda clase de entretenimientos.
Los medios de difusión se convirtieron durante el pasado siglo XX en el principal instrumento de manipulación mental de los pueblos. A los tradicionales carteles publicitarios, cuyos ancestros encontramos ya en el arte representativo de la antigüedad y más cercanamente en las pinturas murales de los templos medievales, se le sumó la palabra escrita y más tarde la voz a través de la radio y posteriormente la imagen en pantalla. Hoy son incontables los instrumentos de que dispone el poder para difundir su ideología.
En el lavado de cerebro que ese bombardeo mediático representa podemos sin duda hallar respuesta a la pregunta que se hace el sociólogo López-Aranguren en el vídeo cuyo enlace ofrecemos al pie [1] cuando dice: “¿Cómo puede ser que ocho millones de trabajadores en nuestro país voten PP?”.
Esa base ideológica inconsciente que late en las mentes de la población es el caldo de cultivo que hace fecundas la manipulación de noticias y las mentiras que los medios propagan, las cuales no tendrían ni de lejos el mismo efecto sin ese embotamiento mental programado que las custodia.
Es innecesario que señalemos los innumerables casos de ocultación y falsedad que transmiten prensa, radio y TV, pero como ejemplo podemos dar lo que el profesor Vicenç Navarro dice en el escrito cuyo enlace ofrecemos [2].
Esta manipulación mental que señalamos no sería posible sin la colaboración inconsciente de las personas manipuladas. El engaño es posible porque la persona engañada goza soñando las maravillas que el timador le ofrece, lo cual hace que renuncie de antemano a cualquier reflexión o análisis que pueda llevarle a rechazar eso que tanto le satisface. La gente busca el placer que envuelve a las mentiras, lo cual hace que los medios de difusión sean objetos de negocio tan codiciados como indica el escrito de Ignacio Ramonet [3].
Pero la población mundial no está formada tan solo por esa masa amorfa de mentes obstruidas sino que hay por fortuna en ella cantidad ingente de seres pensantes. Y por fortuna también esas mentes tienen a su disposición medios de comunicar sus conocimientos y reflexiones. Ahí están Facebook, Twitter, YouTube, blogs personales, etc., los cuales son fruto a la vez de la desmesurada necesidad que los opresores tienen de hacer negocio. A través de esas redes, las mentiras del poder van cayendo día a día [4]. Cabe pensar que dentro de un tiempo los poderosos habrán encontrado la forma de establecer filtros censores en esos grandes medios, pero de momento no les queda otra sino batirse en ellos con el pueblo.
En esta guerra sin cuartel que el capitalismo tiene declarada al mundo entero, son muchos los campos de batalla. Además de los medios de comunicación recién vistos tenemos los tradicionales, es decir las acciones personales directas, tales como manifestaciones, huelgas, etc. y la prensa veraz impresa y digitalizada. Prueba de ello nos la dan las múltiples publicaciones existentes que el gran capital no controla y que se sustentan por el esfuerzo de quienes las realizan. Entre tantos encomiables esfuerzos nos complace citar en el día de hoy el de la revista digital e impresa CAFEAMBLLET.COM, que ahora nos llega en edición impresa gracias a la financiación de aportaciones personales de sus lectores y a la tenacidad de quienes la realizan.
Una sola cosa es necesaria para poder dar la batalla en esta guerra: creer en aquello por lo cual luchamos. Creer en la posibilidad de vivir con justicia, en la igualdad de derechos y deberes para todo ser humano, en que podemos y debemos colaborar con el resto de la humanidad en hacer ese mundo de libertad y paz que anhelamos.
Solamente con una clara y bien reflexionada fe en los principios que señalamos podremos dar con alguna posibilidad de éxito la batalla. Mantengamos, pues, despierta la mente y abierto el corazón para que el espíritu que nos alienta nos sostenga.
NOTAS
[1] Manipulacion medios de comunicacion
[2] Las falsedades de los mayores medios españoles en su cobertura de Ucrania
[3] Ignacio Ramonet, “Todos bajo control”
[4] Thierry Meyssan, “Hacia el fin de la propaganda estadounidense”
[5] Revista “cafèambllet.com”
Pep Castelló
Nacido en Barcelona el 12 de febrero de 1935, vivió y padeció la Guerra Civil Española y su posguerra. Maestro de Enseñanza Primaria Especialista en Educación Musical, cursó Electrotecnia en la Escuela Industrial, música en el Conservatorio Municipal y Pedagogía Musical en el Instituto Willems de Educación Musical con el Maestro Jacques Chapuis. Colabora en KAOSENLARED.NET desde mayo de 2004 y en ECUPRES desde setiembre de 2009.
Fuente: Lupa Protestante
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