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martes, 14 de abril de 2020

La pandemia coloca a indígenas latinoamericanos ante nuevos desafíos.

En Manaus, capital del estado Amazonas, en el norte de Brasil, tratan de esterilizar puntos de diseminación del coronavirus, como puertos, atracaderos y mercados alimentarios. (Imagen de Ione Moreno/ Semcom-Fotos Públicas)

Por Mario Osava*

IPS, 13 de abril, 2020.- El nuevo coronavirus llegó al extremo noroeste de Brasil, en la Amazonia profunda, sonando la alarma de su arribo a comunidades donde viven numerosos indígenas, en un temor común en los países latinoamericanos.

Por una cruel ironía el portador del coronavirus fue un médico de la Secretaría Especial de Salud Indígena, responsable en Brasil de la asistencia a los pueblos originarios en sus territorios.

“Él vino del Sur, atendió gente en Atalaia do Norte, donde contagió a un pariente marubo (pueblo indígena), luego estuvo en Santo Antonio do Içá y dejó cuatro con el virus, entre los cuales una indígena kokama. Hoy se informó que en São Paulo de Olivença, donde vivo, hay otros dos enfermos”, relató a IPS el líder indígena Francisco Guedes, desde su localidad.

Entre los siete comprobados con el nuevo coronavirus por lo menos dos son indígenas, “parientes” como los identifica Guedes, presidente de la Federación de las Organizaciones, de los Caciques y las Comunidades Indígenas de la Tribu Ticuna del Alto Solimões, en el estado de Amazonas, en el norte del país.

“Estamos preocupados”, porque no se ve posibilidad de tratamiento para los enfermos graves, señaló Guedes, profesor de enseñanza básica en la lengua ticuna, el pueblo indígena más numeroso de Brasil, con 70 000 miembros estimados, en un país con una población de 211 millones de habitantes.

“Acá el hospital no tiene equipos siquiera para asistencia común, mucho menos para cuidados intensivos. Y Manaus, donde hay recursos, queda a tres días y medio en barco”, el único medio de transporte, acotó.

Además Manaus, la capital de Amazonas, con 2,2 millones de habitantes, tiene su red de hospitales ya en colapso, admitió el alcalde Arthur Virgilio Neto. Es una de las siete capitales cuyo índice de contagiados por el SARS-CoV-2 más preocupa al Ministerio de Salud.

Manaus es la capital de estado con mayor índice de contagios hasta ahora, y allí ha muerto uno de los dos indígenas registrados como fallecidos hasta ahora por la covid-19, ambos en la Amazonia brasileña.

En México, en la occidental península de Yucatán, donde los indígenas constituyen por lo menos la mitad de sus 2,2 millones de habitantes, ellos enfrentan otras dificultades.

“Aún hay pocos casos (de la covid-19), por suerte, y la mayor parte en la capital Mérida, pero como no hay ningún plan del gobierno ante la pandemia, un contagio masivo provocaría muchas muertes”, teme Pedro Uc Be, miembro de la Comisión de Seguimiento de la Asamblea Maya en Yucatán.

“Lo que se necesita ahora es comida y trabajo, no tanto para los indígenas que viven en sus pueblos, que tienen la ventaja de una dinámica propia, con producción de alimentos. El problema son los que emigraron principalmente a Mérida y ahora regresan a sus pueblos sin trabajo, ni ingresos, ni comida”, destacó a IPS desde Buctzotz, un municipio de Yucatán.

El gobierno del estado de Yucatán, uno de los tres en que se divide el territorio peninsular, ofreció un bono de 2500 pesos (cerca de 102 dólares) a cada desempleado, pero en la mitad del primer día hubo más de 25 000 solicitudes y se canceló el programa.

Una reunión de la Asamblea Maya, en la península de Yucatán, en México, que lucha por la defensa de su territorio. Ahora sus líderes buscan defender a sus miembros de la propagación del coronavirus. Foto: Cortesía de AM

“No tenemos seguridad, pero se cree que el coronavirus llegó a los pueblos indígenas por los regresados de la capital”, observó Uc Be, campesino, profesor de literatura y escritor en lengua maya.

En México, con 130 millones de habitantes, la epidemia está creciendo y hasta ahora se trata de contenerla por un confinamiento voluntario de las personas. “La mayoría se queda en casa”, pero el éxito sigue pendiente de políticas “adecuadas y a tiempo”, sostuvo.

El gobierno local amenazó con hacer obligatorio el aislamiento social, pero no lo hizo ante críticas de las organizaciones de derechos humanos, dijo el profesor, tras explicar que la Asamblea Maya lucha en la defensa del territorio indígena contra intentos de despojo por grandes empresas, proyectos energéticos y siembras de soja transgénica.

En Ecuador, la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) también se quejó de la falta de medidas y de coordinación de los esfuerzos centrales, provinciales y locales, pero se dispuso a poner en marcha “un plan de solidaridad en apoyo a sectores del campo y la ciudad”, con aporte de productos de primera necesidad.

“Pondremos nuestro granito de arena”, declaró el presidente de la Conaie, Jaime Vargas, en una rueda de prensa digital desde Quito el martes 7.

No hubo registro de la covid-19 en las comunidades indígenas de la Amazonia Ecuatoriana, pero si en la costa, con “compañeros fallecidos”, resumió.

“No tenemos estadísticas, datos exactos” con nombres y origen de los indígenas afectados, reclamó. La prioridad debe de ser la protección de los productores campesinos, para que puedan vender sus productos, para que tengan sus ingresos y contribuyan a la seguridad alimentaria, arguyó Vargas.

La crisis de la pandemia en Ecuador repercutió internacionalmente por los muertos sin sepultura, abandonados en las calles de Guayaquil, la mayor ciudad del país andino, con 17 millones de habitantes.

Vargas divulgó también las resoluciones del Consejo Político de Conaie, reunido el lunes 6.

“Rechazar la decisión del gobierno nacional de pagar la deuda externa y no destinar esos recursos al Sistema de Salud Pública para combatir el covid-19 en el cual hasta el momento hay la escalofriante cifra de 1600 miembros del personal de salud contagiados por falta de equipos de bioseguridad”, es el tercero de los 13 puntos de la declaración.

Una escuela del pueblo juruna, en la orilla del río Xingú, en la Amazonia brasileña. Los pueblos indígenas de la ecorregión del norte del país tratan ahora de informarse y reclamar medidas para evitar los daños y la mortalidad que provoca la pandemia del nuevo coronavirus, a que son muy vulnerables por razones sociales y culturales, como el modo de vida, lejanía de los hospitales y la invasión de sus tierras. Foto: Mario Osava/IPS

Una escuela del pueblo juruna, en la orilla del río Xingú, en la Amazonia brasileña. Los pueblos indígenas de la ecorregión del norte del país tratan ahora de informarse y reclamar medidas para evitar los daños y la mortalidad que provoca la pandemia del nuevo coronavirus, a que son muy vulnerables por razones sociales y culturales, como el modo de vida, lejanía de los hospitales y la invasión de sus tierras. Foto: Mario Osava/IPS

La Conaie condena la política neoliberal, beneficios a las empresas extractivas y centrales hidroeléctricas, los despidos masivos y los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, para reclamar una elevación de 60 a 400 dólares el bono de emergencia concedido a los trabajadores informales privados de sus ingresos.

Además propone la creación de un fondo para la compra de alimentos producidos por el sector indígena y campesino, para asegurar el abastecimiento de las ciudades.

Los indígenas latinoamericanos tratan de superar el olvido a que fueron relegados en esta crisis sanitaria y también humanitaria, un efecto natural de la multiplicación de los enfermos y muertos en algunas de las grandes ciudades.

“Los pueblos indígenas no están preparados para la pandemia del coronavirus debido a la limitada oferta de servicios de salud (instalaciones y personal sanitario) en sus comunidades”, declaró el epidemiólogo Omar Trujillo, quien se ocupa de la población originaria dentro del Ministerio de Salud de Perú, otro país con alto número de comunidades nativas.

Esta vez el virus no es el arma biológica con que invasores coloniales exterminaron pueblos indígenas en las Américas. El SARS-CoV-2 golpea a todos, sin distinguir etnias o colores.

Nadie estuvo expuesto antes a ese nuevo coronavirus para desarrollar anticuerpos y evitar formas graves de la covid-19, explicó a IPS el epidemiólogo Eduardo Costa, asesor de cooperación internacional de la Escuela Nacional de Salud Pública (ENSP).

Indígenas, blancos o negros están teóricamente en las mismas condiciones inmunológicas ante esa pandemia que amenaza millones de vidas humanas y los sistemas sanitarios, económicos y sociales en todo el mundo

Pero hay otros indicadores sanitarios y sociales que recomiendan incluir los indígenas en América Latina y el mundo entre los grupos más vulnerables, sostuvo Ana Lucia Pontes, médica investigadora de la ENSP, quien coordina el Grupo de Trabajo de Salud Indígena en la Asociación Brasileña de Salud Colectiva.

Las condiciones varían entre los pueblos originarios, territorios y modos de vida, hay muchos grupos que acumulan comorbilidades por efectos de enfermedades sufridas, como malaria, dengue, gripes, sarampión, diabetes entre los adultos, anemia relacionada a problemas alimentarios, explicó.

Además de las distancias de las aldeas a los hospitales y frecuente escasez de agua potable, se presentan dificultades de comunicación y por ende de información sobre riesgos y cuidados impuestos por el coronavirus, acotó.

Aunque vivan apartados, numerosas comunidades indígenas en Brasil y el resto de América Latina dependen de compras de alimentos afuera y esa relación frecuente con los mercados urbanos representa un riesgo de contagio peligroso, concluyó Pontes.

Ya el 13 de marzo, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) llamó a los gobiernos de los ocho países de la ecorregión a adoptar medidas urgentes, ante la especial vulnerabilidad de los pobladores originarios.

“Son 506 pueblos indígenas que estarían en inminente riesgo, además de 76 pueblos indígenas en aislamiento, cuyo sistema inmunológico es muy débil y cualquier gripe los puede llevar a la desaparición. Una pandemia de esta magnitud para las comunidades nativas significaría una catástrofe de grandes proporciones”, planteó entonces uno de sus coordinadores, el colombiano Robinson López.

El brasileño Guedes, por su parte, comentó una realidad que se repite entre comunidades indígenas de la región.

Los ticunas, dijo, aún disponen de mucho pescado y producción agrícola para sostenerse con cierta autonomía alimentaria. Pero muchos “parientes” ya no cuentan con esa posibilidad, con tierras escasas y cercadas o invadidas por la minería y la ganadería y el pescado escaso en ríos bloqueados por embalses hidroeléctricos, se lamentó.

El SARS-CoV-2 hizo recordar que los cinco millones estimados de indígenas que vivían en Brasil cuando llegaron los portugueses, en 1500, se redujeron a 897 000 en el censo de 2010, después de haber bajado a cerca de 250 000 en los años 80. Otros virus fueron factores de muchos casos de exterminio.

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*Chizuo Osava, más conocido como Mario Osava, es periodista responsable de la corresponsalía en Brasil de la agencia de noticias Inter Press Service desde 1980.
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Importante: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net

viernes, 31 de enero de 2020

Lanzan serie de investigaciones en periodismo ambiental.


Radialistas de medios comunitarios de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú desarrollaron investigaciones de periodismo ambiental, en el marco de un curso organizado por la DW Akademie.

Servindi, 29 de enero, 2020.- La inseguridad jurídica de los territorios indígenas, la contaminación derivada de la industria petrolera en la Amazonía ecuatoriana o el aporte de los pueblos indígenas a la conservación son algunos de los temas que forman parte de una serie de investigación promovida por la DW Akademie.

En el marco del curso Periodismo Ambiental, radialistas de medios comunitarios de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú desarrollaron investigaciones periodísticas partiendo, en la mayoria de los casos, de sus propias realidades locales pero reflejando una conexión entre lo regional e incluso, lo global.

Las investigaciones como el proceso de su desarrollo apuntan a propiciar una mirada regional a los problemas ambientales desde los medios comunitarios, así como a una mejor comprensión del contexto regional, las dinámicas extractivas y los esquemas de producción y explotación de los territorios.

Las investigaciones están disponibles en el sitio web del "Curso de periodismo ambiental” para periodistas comunitarios, que se desarrolló en el segundo semestre de 2019, con el apoyo de DW Akademie.

Un primer encuentro de los periodistas se realizó en la ciudad de Lima, en setiembre de 2019; mientras que el encuentro de cierre se realizó en Bogota en el mes de noviembre.

En dicho lapso los radialistas también llevaron el curso y asesoría para sus investigaciones virtualmente. Participación de especialistas como Alexa Vélez, Rodrigo Arce, Roberto Espinoza, María Clara Valencia, Jorge Agurto, Gisela Dávila entre otros.

Dicha iniciativa constituye, en su primera versión en 2019, una experiencia piloto susceptible de ser replicada en otros países o con otros grupos de radialistas.

Así, estas nueve historias son también un llamado a la construcción colectiva y al trabajo en red, pese a las fronteras geográficas, y un aporte a la comprensión del periodismo como una herramienta para incidir en las actividades humanas y en la toma de decisiones.

Los comunicadores pertenecen a organizaciones como la Coordinadora de Medios Populares y Educativos del Ecuador (CORAPE), el Centro de Educación y Producción Radiofónica (CEPRA), el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), Servindi, entre otras.

El curso fue una iniciativa de la DW Akademie, y contó con el apoyo del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania. Los trabajos están disponibles en el siguiente portal (clic a este enlace).




Encuentro de periodistas participantes en Lima (Setiembre 2019). Foto: Servindi.



Las investigaciones son las siguientes:
Mecheros de gas de petróleo en la comunidad Santa Cruz, por Luis Alfredo Chimborazo, Ecuador.
Protección del Páramo La Paila, como espacio de vida, por Genaro Tróchez Lis, Colombia.
Naturaleza en riesgo por la inconciencia humana, por Susy Mamani Ticona, Bolivia.
Cuando la basura acecha, por Ronald Corini, Bolivia.
Redes para la vida, por Carmen Pazmiño, Ecuador.

martes, 19 de febrero de 2019

Amazonía, pecado estructural y gracia ecológica en la misión liberadora.


Agustín Ortega, teólogo

Hemos participado en el encuentro nacional "Amazonía, reto a la evangelización" (12 y 13 de febrero, Lima), organizado por el Instituto Bartolomé de Las Casas. Allí estuvimos con el P. Fr. Gustavo Gutiérrez OP, sacerdote dominico, uno de los pensadores y teólogos más significativos de nuestra época.

Gustavo Gutiérrez es psicólogo, filósofo, doctor y profesor universitario en teología, escrito y autor de numerosos libros, publicaciones, artículos...Íntimo amigo del Cardenal G. L. Müller, que fuera Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, con quien ha escrito dos muy buenos libros, uno de ellos con prólogo del Papa Francisco, que recomendamos vivamente. En ellos, Müller reconoce toda su labor teológica, eclesial y su testimonio de fe.


Recientemente, Gustavo recibió una carta de reconocimiento del Papa Francisco, en la que lo felicita de esta forma:


"Te agradezco por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y de tu amor preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad; por todos los esfuerzos y por tu forma de interpelar la conciencia de cada uno - continúa Francisco - para que nadie quede indiferente ante el drama de la pobreza y la exclusión".


Es fundador del Instituto Bartolomé de Las Casas. Y ha sido reconocido con diversos doctorado honoris causa en distintas universidades, con el premio príncipe de Asturias en humanidades (España) y las palmas magisteriales-amauta (Perú).


Desde la obra de Gustavo con la guía de la Palabra de Dios y el magisterio de la iglesia, con la enseñanza de los papas como Francisco, vamos a hacer una lectura teológica de lo transmitido en este encuentro. Allí miembros de la iglesia como laicos indígenas, religiosas misioneras y sacerdotes presbíteros nos mostraron el auténtico pecado estructural que se está cometiendo con ese pulmón del planeta, como es la Amazonía; a la vez que visibilizaron todos esos signos de la Gracia, que se manifiestan en la vida y misión de la iglesia. Existen unas estructuras sociales (económicas, políticas e ideológicas) de pecado que están expoliando los bienes y recursos de las comunidades indígenas de la Amazonía, contaminado y destruyendo todo el hábitat natural: aguas, ríos, bosques, cultivos, el mismo aire...


Todo este pecado socio-estructural está ejercido por estos poderes económicos, políticos e ideológicos nacionales y trasnacionales, por empresas multinacionales y de los países, con la complicidad de los estados o gobiernos. Empresas madereras, mineras, petroleras, etc. que están arrasando con la Amazonía, acabando con la vida de sus comunidades, de los pueblos y con el hábitat ecológico. Tal como nos enseña la iglesia con Francisco, es una economía que mata, un verdadero terrorismo económico. Una real estructura de pecado, con la cultura de la muerte, que acaba con la vida en todas sus fases y formas o dimensiones, ejercida por los poderosos y enriquecidos que oprimen, empobrecen y matan a los pueblos, a los pobres y al planeta tierra (creación).

El pecado personal con el egoísmo y sus ídolos de la riqueza-ser rico y del poder ha cristalizado (se ha institucionalizado) en estas corporaciones económicas, políticas e ideológicas que están imponiendo toda esta cultura de la muerte, desigualdad e injusticia socio-ambiental global. Y va destruyendo la vida de las poblaciones como las indígenas, de los pobres y de la tierra. Frente a todo lo anterior, la Gracia del Dios de la misericordia ante el sufrimiento del reverso de la historia, en el seguimiento de Jesús, convoca a la iglesia samaritana. Es la iglesia misionera, con la conversión pastoral y ecológica, en salida hacia las periferias. Iglesia con entrañas misericordiosas que ejerce la compasión y la justicia en medio del dolor e injusticia de las víctimas, de los oprimidos arrojados a la cuneta de la realidad histórica, del grito de los pobres y el clamor de la tierra.


La Gracia del Dios Amor se revela en la iglesia, en los pueblos y los pobres que van ejerciendo su vida teologal, con el servicio (diakonía) de la caridad interpersonal y política. El Don de la Gracia de Dios constitutivamente se expresa en el amor civil y público, la caridad política, que busca la civilización del amor, el bien común más universal y la justicia social, mundial y ambiental con los pobres. La Gracia de Dios acogida y llevada al servicio del amor, en la misión de la Iglesia con los pueblos y los pobres, va realizando la salvación por la caridad y la justicia con la liberación integral de todo pecado, mal e injusticia. El Reino de Dios y su justicia nos traen esta salvación liberadora, que se va anticipando ya en la historia y culmina en la vida trascendente, plena y eterna.


La salvación se va efectuando en las liberaciones humanas e históricas globales y, finalmente, se consuma en la liberación escatológica, con los cielos nuevos y la tierra nueva. Es una liberación sociopolítica de todas estas estructuras sociales opresoras e injustas, de los sistemas económicos y políticos perversos e inhumanos, que niegan la vida y dignidad de las personas, de los pueblos y de los pobres. Liberación ética de la alienación humana, que no permite a la persona ser sujeto protagonista, gestor y transformador de la realidad social e histórica. Y liberación espiritual del pecado del mundo que se opone al Reino de Dios y su justicia, de todo lo que aparta del Amor de Dios y del prójimo que son inseparables y que, de forma indisoluble, se unen a la promoción de la justicia. Todas estas liberaciones se reclaman y exigen mutuamente en un proceso soteriológico dinámico, salvador y liberador de todo este pecado e idolatrías que esclavizan al ser humano.




La Gracia de Dios y su Amor se hace realidad en la opción por los pobres, aquellos a los que se les niega la vida y mueren antes de tiempo, como autores de su promoción liberadora e integral. La opción por los pobres lleva a cabo realmente el amor universal y real (concreto e histórico), ya que los pobres son los seres humanos a los que se les impide acceder a este amor para toda la humanidad, sufriendo y padeciendo todo mal e injusticia negadora de la vida. La humanidad vive en esta unidad de la historia, en la única historia de la salvación, donde la Gracia del amor y la justicia liberadora pugnan contra el pecado, el mal e injusticia. La Gracia de Dios y su amor es lo que mueve al mundo, lo que nos salva y libera, más entra en conflicto con el pecado del mundo, con la opresión e injusticia que personas y grupos sociales causan a otros seres humanos, comunidades y pueblos empobrecidos, oprimidos y marginados.


Tal como nos ha enseñado la iglesia con su doctrina social, por ejemplo, todo este conflicto (cuestión) social entre el capital y el trabajo, los falsos dioses del beneficio y la productividad para la ganancia que impiden la vida digna de la persona trabajadora, que rechaza sus derechos como es un salario justo. Por tanto, el auténtico desarrollo humano e integral requiere toda esta liberación global, con una economía y globalización más ética al servicio de las necesidades y capacidades humanas.


La mundialización de la solidaridad y de la justicia socio-ambiental, con una ecología integral, que promueva la vida de las personas, de los pueblos y del planeta tierra; con una interculturalidad que respete todo lo bueno, bello y verdadero de las tradiciones, culturas y religiosidad de los pueblos que nos comunican tantos valores, espiritualidad y trascendencia. En Jesucristo se nos revela el Dios de la vida. El Dios salvador y liberador que hace justicia a los pobres, que defiende la vida y dignidad de las personas, que nos regala la belleza de la naturaleza, de la creación y del cosmos en donde se manifiesta la Gloria de Dios, que estamos destruyendo.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Tráfico de madera: De la Amazonía hacia el mundo.

TERRITORIO. En lo que va del 2018, Osinfor ha identificado cerca de 4 mil metros cúbicos de shihuahuaco de origen ilegal proveniente de la Amazonía. (Foto: Leslie Moreno)

Un equipo de once periodistas de Perú, Colombia, México, Bolivia y Ecuador; investigó sobre el tráfico ilegal para lavar y saquear la madera en la Amazonía. Los tablones son puestos en el mercado internacional con documentos oficiales pocas veces verificados. 

El reportaje revela cómo las mafias, que muchas veces amenazan y asesinan a líderes e indígenas, ahora están detrás de nuevas especies forestales, y los gobiernos no hacen nada para protegerlas.

Un dato importante que recoge esta investigación es la estimación de que el 30% de la madera vendida a nivel mundial es de origen ilegal, siendo Estados Unidos y China los principales destinos de envío. 

Éste, fue un trabajo en conjunto realizado por ocho medios de comunicación: Ojo Público, Mongabay Latam, El Deber, El Espectador, Vistazo, Connectas, Semana e Infoamazonía.
Los últimos árboles de la Amazonía


Las mafias ahora están detrás de nuevas especies forestales, pero los gobiernos no hacen nada para protegerlas. 

A raíz de los extraños ingresos de taladores en la zona nororiental de la Amazonía de Perú, los miembros de la comunidad indígena Shawi, convocaron a una asamblea para decidir qué acciones tomarían contra este grupo de traficantes que extraían ilegalmente los árboles más longevos de su territorio.

Esa zona es la única vía que conecta a la comunidad con el distrito más cercano: Balsapuerto.

El mecanismo de extracción comenzaba con la maquinaría pesada que destruía la vía de acceso y a su vez, taladores usando la trocha para sacar en camiones los troncos de los árboles cortados.

Así, los shawi decidieron instalar un punto de control y frenar con ello el tránsito de estos camiones. Hicieron lo que hace tiempo el Estado peruano no logra hacer: controlar las rutas del tráfico de madera.

Debido a esto, comenzó una historia violenta de amenazas contra los principales dirigentes de su comunidad, evento que se conecta con el asesinato de un líder indígena, Edwin Chota, quién por más de doce años venía denunciando el tráfico de madera en sus territorios sin que las autoridades iniciaran una investigación seria.

Perú no ha logrado condenar a los asesinos, ni mejorar la seguridad de otros líderes amenazados. Tampoco ha logrado reducir la extracción de árboles en bosques prohibidos que luego acabarán siendo parte de ese millonario y sofisticado negocio del tráfico global de madera en el mundo.

El Programa de la Naciones Unidas para el medio ambiente señalan que este ilícito negocio supera los 50 mil millones de dólares y pueden representar el 30% de toda la madera que se comercializa en el mundo.

#MaderaSucia, es una investigación que analiza la situación actual del mercado de la madera amazónica y los mecanismos que utilizan las mafias para lavar los productos de origen ilegal con el fin de incorporarlos a la cadena de comercio global.
Madera sucia

Dentro de la investigación, el método que las autoridades confirmaron como el más usados por las mafias madereras, es la declaración de información falsa en documentos oficiales.

Es decir, en la mayoría de casos, la madera de origen ilegal se vende con papeles que dicen que esos árboles salieron de una zona autorizada, cuando en realidad fueron extraídas de áreas naturales protegidas o tierras indígenas.

El 'sistema que permite la legalización' de la madera extraída de bosques prohibidos para luego ser comercializada y exportada, se repite en todos los países amazónicos.

Asimismo, los documentos oficiales que no cuentan con procesos de verificación en campo por parte de las autoridades de cada país, están permitiendo desde hace años un sistema impune de saqueo de los recursos forestales de la Amazonía latinoamericana. 

Aqui el ránking de las 10 empresas que compraron la madera amazónica de origen ilegal, reportaje desarrollado por Connectas:





El 30% de la madera que se comercializa en el mundo es ilegal. 
Fuente: 2016, ONU.



El reportaje señala que los ejemplos más recurrentes del tráfico ilegal se encuentran en Perú, país que exporta más madera al mundo después de Brasil.

Durante los últimos años, el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales (Osinfor) ha identificado planes forestales aprobados por los gobiernos regionales que sostienen tener un número determinado de una especie de árboles en tasas científicamente imposibles. 

Cabe resaltar que en Colombia, Brasil y Ecuador, los investigadores señalan que la madera extraída de sus territorios es enviada a la parte amazónica peruana, donde es lavada y comercializada.

Otro dato impactante revelado por la investigación, fue que el negocio de la madera de origen ilegal puede movilizar 750 millones de dólares al año, casi la tercera parte de lo que mueve el narcotráfico.


Entre 50 y 152 mil millones de dólares movió el 2016 este negocio ilícito, más que el 2014.


Deforestación


La tala ilegal en la Amazonía tiene de contexto el incremento permanente de áreas deforestadas. Pese a los esfuerzos, nadie detiene la destrucción de los bosques en manos de ganaderos, mineros ilegales, monocultivos y otras formas de agricultura.

El reportaje muestra que ante los controles y protección de especies de alto valor comercial como la caoba y el cedro, el mercado ha comenzado a presionar otros árboles incrementando la deforestación en nuevas especie amenazadas; como por ejemplo el Shihuahuaco.

Además, Ojo Público ha corroborado que en Perú hace doce años no se actualiza el listado de especies amenazadas.

Así, ante la masiva deforestación, la investigación mostró que las acciones contra el tráfico de madera por parte de los países que comparten la Amazonía no son conjuntas.

Finalmente, la investigación reveló que tanto los gobiernos de Perú, Colombia, Brasil, Bolivia y Ecuador no cuentan con un plan integral y conjunto para enfrentar el tráfico global de madera amazónica y ponerle frenos a la depredación de ciertas especies.


Si continuamos talando árboles sanos a este ritmo, en menos de 600 años habrá quedado reducido a un tocón el último árbol del planeta. 
Hope Jahren en “La memoria secreta de las hojas”



Lee el reportaje especial completo aquí

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Con información de Ojo Público: https://ojo-publico.com/especiales/madera-sucia/


Fuente: Servindi

miércoles, 25 de octubre de 2017

Más tropas de EEUU en A. Latina: señales de una invasión anunciada.

Fuente: HISPANTV

Un nuevo ejercicio militar en la Amazonia da luz sobre el resurgimiento de la presencia estadounidense en Latinoamérica. Estas acciones militares demuestran un resurgimiento de presencia estadounidense en la región, la cual se había reducido durante los últimos mandados gubernamentales.

Por Martín Pastor

HispanTV, 24 de octubre, 2017.- El ejército estadounidense acentuará su presencia militar en la Amazonia latinoamericana. Bajo la iniciativa Amazon Log 2017 del gobierno golpista de Michel Temer en Brasil, la Operación ‘América Unida’ juntará a los ejércitos de Estados Unidos, Brasil, Perú y Colombia del 6 al 13 de noviembre del 2017 en la ciudad tri-fronteriza de Tabatinga. Este ejercicio es una señal de un sustancial incremento de militarización extranjera en la región.

La iniciativa es liderada por el Comando de Logística del Ejército Brasileño y está inspirada en el ejercicio logístico militar realizado por la Organización del Tratado Atlántico del Norte (OTAN) en Hungría en 2015, que tuvo un despliegue de aproximadamente 1700 militares. Para esta versión latinoamericana, los objetivos, según la página oficial del Ejército Brasileño, son crear una base logística multinacional temporal para realizar operaciones de control de migración ilegal, asistencia humanitaria, operaciones de paz, acciones contra narcotráfico y cuidados ambientales.

Sin embargo, como lo señaló el diario brasileño Gauchazh, enseñar a un ejército extranjero a combatir en territorio nacional debería ser considerado “alta traición”. Aunque para el Ministerio de Defensa brasileño esto no es traición sino una oportunidad que permitirá unir a los ejércitos de ambos países.

El problema de este ejercicio es la magnitud y apertura que se ha dado a los Estados Unidos en ingresar a la selva latinoamericana. Por lo que uno de los riesgos es que la base ‘temporal’ se convierta en permanente como sucedió en Hungría, tras los ejercicios de la OTAN. Aunque las autoridades brasileñas lo niegan.

Este interés de los Estados Unidos en la región debe ser medido con la historia del imperio del norte. El altruismo, cuidado a la naturaleza o lucha contra el narcotráfico estandartes para su presencia en la región hacen eco a inserciones en otras partes del mundo, especialmente Medio Oriente, y la realidad es que ahí estos no son ni fueron sus objetivos. Detrás de toda acción militar norteamericana siempre se encuentra el fin de apoderarse de recursos para lograr sus intereses nacionales.

En el caso de América Latina, la abundancia de recursos naturales da razón a la presencia norteamericana. Según el Banco Mundial, la región cumple un rol global en la problemática del cambio climático ya que posee “las reservas de agua dulce más grandes del mundo”.

Una noticia ‘agridulce’ para los latinoamericanos ya que para varios analistas, inclusive el ex candidato presidencial demócrata Bernie Sanders, “las guerras del futuro serán por el agua”. Entre los diez países con mayores reservas se encuentran Brasil (1ro), Colombia (6to) y Perú (8vo), coincidentemente los tres involucrados en la Operación ‘América Unida’.

En la Oficina de Evaluación Neta (Office of Net Assesment) del Departamento de Defensa cuyo objetivo es analizar el futuro del ejército y sus amenazas. Andrew Marshall, ex director (1973-20015) comisionó en 2004 un reporte confidencial a Peter Schwartz, consejero de la CIA y ex Director de Planificación del grupo Royal Dutch/Shell; y Doug Randall, del Global Business Network.

En las conclusiones finales, los autores argumentan que el cambio climático y la escasez de agua son una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos y razones para futuras conflictos militares. Trece años más tarde de dicho reporte, Estados Unidos se prepara para asentar una base más en orilla del Amazonas.

Pero el agua no es el único interés de este país en la región. Telma Luzzani, periodista argentina, explica en su libro ‘Territorios Vigilados’, que “en el Amazonas se encuentra el 95% de las reservas de niobio, fundamental para el acero de las naves espaciales y de los misiles intercontinentales, y el 96% de las reservas de titanio y tungsteno, utilizados en la industria aeronáutica espacial y militar, además de ser rica en petróleo, gas, uranio, oro y diamantes”.

Es por esto que el próximo ejercicio militar es solo una pieza más dentro de un patrón creciente de militarización y amenazas regionales. Solo en lo que va del 2017 se han realizado otros dos ejercicios militares en el Pacífico y el Caribe: Teamwork South con Chile y Tradewinds frente a las costas de Venezuela con 18 países y más de 2500 militares.

La libertad de estas acciones militares demuestra un resurgimiento de la presencia estadounidense en la región, la cual se había reducido durante los distintos mandados de gobernantes progresistas neodesarrollistas en la América Latina. Aunque el asentamiento de bases en América Latina y el Caribe ha pasado por diferentes etapas desde la posguerra es a finales del siglo XX que toma su rumbo actual.

En 1999, como parte del acuerdo Torrijos-Carter, la base militar Howard en Panamá que albergaba al Comando del Sur, rama del ejército encargada en operaciones para la región, se desmanteló. Esto llevó al que Departamento de Defensa de Estados Unidos replantee su estrategia de defensa y política exterior. Bajo el estandarte del Plan Colombia, la ‘Guerra contra la Droga’ y operaciones humanitarias, se aplicó dos modelos de bases militares en Latinoamérica.

La primera, Main Operating Base (MOB), una base militar con infraestructura y acuerdos aprobados por los gobiernos: Guantamo en Cuba, Soto Cano en Honduras y varias en Puerto Rico. A pesar de que estas siguen activas, el modelo fue desechado por que genera rechazo por parte de los habitantes nacionales y un costo elevado en infraestructura y logística.

Es por esto que se aplicó un segundo modelo llamado Foward Operating Locations (FOL) o Bases de Operaciones de Avanzada, que se caracterizan por mantener poco personal militar pero la capacidad de “escalar” su presencia si fuera necesario. Las cuatro reconocidas y oficiales en la región, iniciaron sus actividades en 1999 y son: Aruba, Curazao, El Salvador, y Manta (que no renovó el contrato en 2009).

Como lo explica Robert Kaplan, ex asesor del Pentágono (2009-2011), “a menudo, el papel clave en la gestión de un FOL es desempeñado por un contratista privado. Él alquila las instalaciones en la base del ejército del país anfitrión, y luego cobra una tarifa a los pilotos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que transitan por la base. Oficialmente es un negocio privado, lo que le gusta al país anfitrión porque puede afirmar que no está realmente trabajando con el ejército estadounidense. Por supuesto, nadie, incluidos los medios locales, cree esto. Pero el mismo hecho de que una relación con las fuerzas armadas de los Estados Unidos sea indirecta en lugar de directa facilita las tensiones”.

Pero el nombre nuevo tampoco convenció a los locales, quienes comenzaron a sospechar y rechazar estas intervenciones en territorio. Por lo que la denominación FOL cambió a Cooperative Security Location (CLS), Puesto de Seguridad Cooperativa. Sin embargo, son lo mismo y en la región las bases siguen aumentando.

En la actualidad y ante la falta de cifras oficiales se conocen 75 bases aproximadamente, algunas son MOBs, FOL/CLS, y otras llevan nombres como Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) en el caso peruano. Los países que encabezan la lista Panamá (12), Puerto Rico (12), Colombia (9) y Perú (8).


Bases militares de EE.UU. y la OTAN en Latinoamérica y el Caribe.



A su vez, Colombia suscribió un acuerdo de cooperación en 2016 con la OTAN para el intercambio de información, estrategias y protocolos del ejército colombiano con los miembros de esta organización, entre los que se encuentra los Estados Unidos. Mauricio Macri, presidente argentino, anunció que volverá a permitir la instalación de bases militares permanentes en Argentina, una en la triple frontera con Paraguay y Brasil y otra en Tierra del Fuego en Ushuaia. En Brasil, el gobierno de Temer incrementó un 36% al presupuesto militar, meses después de aprobarse el PEC 55 que congeló el presupuesto de salud y educación pública durante 20 años.

Estas acciones legitiman la presencia militar extranjera una vez a niveles gubernamentales. Además con estos nuevos enfoques en Defensa, se afianzará las alianzas militares con Estados Unidos, algo que abrirá la puerta para una nueva fase de adoctrinamiento en las fuerzas armadas latinoamericanas, donde Brasil cumple un rol crítico.

Según Héctor Luis Saint Pierre, coordinador de Seguridad Internacional, Defensa y Estrategia de la Asociación Brasileña de Relaciones Internacionales, "hay un respeto en Sudamérica por la escuela militar brasileña. Entonces, Brasil es un socio estratégico para la formación doctrinaria de los militares del continente. Si Estados Unidos tiene buena relación con la armada brasileña, es más fácil difundir su mensaje entre los militares de la región”.

Un escalofriante recuerdo que remonta al funcionamiento de la Escuela de las Américas, institución de adoctrinamiento militar e ideológico de los Estados Unidos, encargada de formar a escuadrones de tortura y muerte en toda Latinoamérica durante los años 70, 80 y 90. Volver a modelos de defensa de corte colonial solo representa un retroceso y peligro para el proceso de integración regional y la paz.

Inclusive iniciativas como el Consejo de Defensa Suramericano (CDS), creado por UNASUR en 2008 para encargarse en implementar políticas en materia de cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz, industria y tecnología de la defensa; será observador oficial de la Operación América Unida. “De ese modo, se legitiman los espacios en los que participa el Pentágono y se diluyen los espacios propios de la región sudamericana”, comenta Raúl Zibechi, periodista uruguayo.

Con la presencia estadounidense socavando las soberanías nacionales, apoyados por el retorno de líderes de ‘derecha’ y la deslegitimación sistémica de los proyectos progresistas de la región, la idea de Latinoamérica unida sin imposiciones imperialistas se convierte nuevamente en un sueño. De forma alarmante la región se sigue llenando de bases estratégicas de los Estados Unidos para controlar recursos, personas y operaciones militares, y entonces ¿si eso no es colonialismo qué es?
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sábado, 7 de octubre de 2017

El jardín más amplio de la casa común.


EL ESPECTADOR.
Amazonia, una prueba decisiva

El desarrollo de la región tiene en alerta roja al mayor pulmón del mundo. Investigadores amazónicos del Sinchi llevan más de una década encontrándose para solucionar problemas. Esta fue la última ocasión.
Uno de los proyectos del Sinchi en el Meta es Mascapaz, apoyado por la Unión Europea. / Gettyimages
Desde el avión, las áreas deforestadas de la Amazonia son como baldosas en medio de la selva. Se pueden contar con los dedos de las manos de camino a Leticia, en la punta sur de Colombia. Aparte de las peladuras, la región es una alfombra verde cruzada por ríos. “Una prueba decisiva” de la humanidad, dijo el papa Francisco, para custodiar el mayor bosque de la Tierra. Un jardín que, desde el cielo, desborda el horizonte con árboles.

Para hablar de esta región, nadie mejor que los investigadores tostados por el sol, o los de manos cuidadosas, que pasan días estudiando desde laboratorios el territorio amazónico colombiano.
Ellos, en su mayoría adscritos en el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), se juntaron en el último municipio del mapa del 11 al 15 de septiembre. Fueron a exponer sus estudios y reflexiones sobre los diez departamentos cubiertos de bosque.
Al Encuentro Nacional número 13 asistieron 80 investigadores con una tradición sobre los hombros: 24 años de experiencia del Instituto, bases de datos, colecciones biológicas y más de 12.000 archivos sobre el pulmón más grande del planeta.

En sus mentes, la región está configurada entre la selva profunda (suroriental) y una porción de bosque intervenido, en el borde con los Andes (noroccidental). El grado de conservación no tiene comparación entre ambas.
En la primera, sólo el 4 % de sus ecosistemas está transformado; en la segunda, el 96 % del territorio es suelo de ganadería extensiva y de cultivos ilícitos con fines comerciales. Ambos comparten peligros para su biodiversidad y lechos de sus ríos.
Empezando porque ninguno está intacto, no son bosques vírgenes. Los pueblos indígenas los han moldeado, al distribuir las especies de árboles en lugares donde querían cultivar o refugiarse antes de la conquista de América. Así lo demostró un estudio reciente publicado en Science.

Un toqueteo que enriqueció la biodiversidad de la Amazonia y su abundancia, como lo hizo la guerrilla siglos después. Su presencia sirvió de escudo ambiental por más de 50 años durante el conflicto colombiano. Ese aporte, adeudado a las Farc, preservó casi todos los ecosistemas del bosque oriental.
Dairon Cárdenas, el biólogo que más conoce de la región, fue testigo del veto que el grupo guerrillero impuso a través de avisos como prohibición de quema, de cacería, de pesca indiscriminada. Si la comunidad no obedecía, la estrategia ambiental traía consigo penas y castigos.
Este hombre, con un herbario de casi 45 mil ejemplares colectados, cuenta que en las últimas expediciones “se han encontrado 47 especies nuevas para la ciencia en esas profundidades selváticas. La parte triste es que el Gobierno no estaba preparado para tal estado de conservación”.

No es gratuito que la selva amazónica fuera la mayor víctima de la deforestación en el país durante el 2016, año en que se firmó el Acuerdo de Paz. En Vichada, que era tierra del conflicto, se perdieron 3.411 hectáreas de bosque, antes apresados por la violencia.
Pero la estrategia de conservación no debería ser el miedo, dice Mariela Osorno, una bióloga del Sinchi de la vieja escuela –igual que Cárdenas–, experta en anfibios y en maniobrar las pinzas para atrapar serpientes cuando trabajan en campo.
Para ella, el estado de la fauna y la salud de las poblaciones silvestres en zonas del Guaviare y Guainía era evidente a simple vista. “La presencia guerrillera disminuyó la explotación a los recursos, tanto que, esos ríos eran el reflejo de las crónicas de Indias. Un año después de registrar esa conservación, volvimos y la comercialización de especies era significativa. Es difícil que la biodiversidad aguante ese nivel de extracción, porque la gente ve ahí una alternativa económica para vivir”, explica Osorno. Pero su mayor preocupación es creer que la conservación se dio solo por la fuerza.

El fin de la guerra revivió deudas en la Amazonia. Una región compartida con otros ocho países, donde sólo el 6,4 % está delimitado como territorio colombiano. Esa porción se estableció desde 1959 como reserva forestal, pero fue marginada por años. Su población estaba organizada en intendencias y comisarías que apenas en 1991, gracias a la Constitución, se distribuyeron por pedazos entre cuatro departamentos y cubrieron por entero otros seis. Aunque su delimitación no fue pensada en favor de los ecosistemas y comunidades que allí residían.
Los trazos fragmentaron la región al punto de que todavía, para ir en avión de Caquetá a Guanía, hay que salir de la región hasta el centro del país y tomar otro vuelo. Incluso dentro del mismo departamento, para llegar de Puerto Leguízamo a Puerto Asís, en el Putumayo, solo se puede ir navegando por río.

Un viaje desalentador si se tiene en cuenta que “el orden de un territorio define su éxito productivo y económico”, asegura Alexánder Riaño, uno de los consultores más jóvenes del Sinchi.
La pobre comunicación dentro del territorio es el principal argumento para construir carreteras como la Troncal del Magdalena, planeada a 2040. Una autopista 4G de 447 kilómetros de Neiva a Mocoa, adentrándose en la Amazonia hasta el corregimiento de Santana, en el Putumayo. De allí se extiende por ocho vías entre puertos y cabeceras municipales que luego se unen a rutas provenientes de Brasil con rumbo a Perú y al norte de Ecuador. Van de salida al Pacífico con el fin de comercializar aceites, madera, pescado, víveres y minerales. Más de 20 proyectos similares se adelantan en toda la selva amazónica, incluyendo en las soberanías ajenas, según el Informe “Amazonia Viva” de WWF de 2016.

Aunque parezca buena noticia, abrir el bosque trae sus consecuencias. El corredor biológico donde cohabitan las especies, donde las poblaciones de plantas y animales se reproducen y por donde el viento sopla la polinización, se rompe.
Esa ruptura, exigida para el avance de las regiones, podría generar el menor daño posible si se ejecuta delicadamente. El verdadero problema está en que al abrir la puerta, cualquiera puede entrar.

Las carreteras están íntimamente relacionas con la degradación ambiental. A sus alrededores se concentra el mayor proceso de intervención sobre bosque registrado en Colombia. Entre los años 2000 y 2012, el Ideam descubrió que el 50 % de las pérdidas del bioma amazónico se encontraban a menos de dos kilómetros de una vía.
Algunas de ellas traspasan las figuras de conservación que existen en la región: 16 parques nacionales naturales, cuatro reservas nacionales, resguardos indígenas, dos santuarios de flora y fauna y otro par de sombrillas de preservación.

La búsqueda de El Dorado
Estos títulos no han sido suficientes para la búsqueda de El Dorado, la mítica ciudad de oro que los conquistadores ambicionaron.
El oro, el platino, el cobre y el hierro son los mayores intereses de extracción en la región. Para el 2015, las solicitudes de explotación minera sumaron un total de 444 en la Amazonia colombiana.
“Cerca de 200 títulos se formalizaron con un permiso temporal, a pesar de no tener una licencia ambiental. Porque muchos de ellos proveen los materiales de construcción que necesitan las administraciones municipales para las obras públicas”, detalla Carlos Ariel Salazar, coordinador del programa dinámicas sociambientales del Sinchi, un hombre enamorado del mayor pulmón del mundo.
Aunque la minería tradicional de la región es el barequeo, sin título ni requerimientos ambientales. Una práctica artesanal donde se camuflan algunos actores criminales como los garimpeiros, brasileños que explotan con dragas y grandes balsas que suelen utilizar motobombas.

Salazar relata que estos mineros les enseñaron a los locales sus procesos, nada amigables con el medio ambiente. “Porque remueven todo el material del lecho y se estima que para obtener un gramo de oro se necesita remover más de una tonelada de material. Lavan lo que recogen y luego le echan mercurio para que el mineral se contraiga y después lo queman. El mercurio se evapora y a ellos les queda el gramo, que pueden vender por $100.000. Si en una salida se recogen diez, ya es un millón”.
Ese mercurio, que cae de nuevo al agua, es la gran contaminación que preocupa a los expertos. Un estudio reciente de la Secretaría de Salud del Guainía advirtió que las comunidades amazónicas sobre las orillas de los ríos Inírida, Atabapo y Guainía presentan entre 60 y 109 veces más de mercurio en su cuerpo que el exigido por la Organización Mundial de la Salud. este tóxico amenaza la salud humana atacando el sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, riñones y ojos.

Un daño que previnieron los indígenas desde su cosmovisión. El investigador Delio Mendoza, asociado al Instituto, pertenece a la Gente de Centro, un conjunto de etnias amazónicas ubicadas en el municipio de Solano, Caquetá. La coca, el tabaco y la yuca dulce son los tres elementos fundamentales que para ellos representan la vida.
Según sus mitologías, el creador hizo el mundo y después lo ordenó mientras lo probaba. Así decidía qué era lo bueno y qué era lo malo para el hombre. En una de esas enfermó y la causa de su mal quedó enterrada bajo la tierra para que no hiciera mal. “Entre lo que se confinó estaban los minerales. Sus daños son los que se ven ahorita en los territorios indígenas: peleas, enfermedades, destrucción en la naturaleza”, dice Mendoza.

Esa es la razón de que los indígenas conservan mejor la Amazonia que los gobiernos, como afirmó un estudio publicado en el Scientific Reporthace una semana. La investigación, hecha por dos universidades inglesas y funcionarios del Ministerio de Ambiente de Perú, concluyó que entre las áreas protegidas por el Estado, las concesiones y los territorios indígenas, la última figura era la más efectiva como estrategia de conservación.
En Colombia, hasta hace siete años, había 210 resguardos de este tipo en la región amazónica, además de la existencia de 5 a 10 pueblos indígenas que por voluntad han preferido el aislamiento. Una elección motivada por la contaminación cultural e idiomática sobre sus comunidades, percibidas en mayor medida en la Amazonia andina.

Para conservar sus culturas, estos pueblos demandan un desarrollo sostenible, tierras propias y singulares modelos de producción para cerrar brechas. Ese fue el origen de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, más conocidos como PDT.
Una figura propuesta en las negociaciones de paz, que se construirá durante de diez años con las comunidades, preguntándoles qué quieren. La directora del Sinchi, Luz Marina Mantilla, una mujer que abarca el Amazonas en su cabeza, cree que a la gente le deben llegar ofertas ambientales bien planteadas. Porque “el modelo de desarrollo impulsado en la región es el ganadero, lo que es preocupante”. Asociar el territorio a través de vacas, con pastizales y cicatrices en la tierra, asegura Mantilla, “nos esta haciendo perder la conexión entre los Andes y la Orinoquia, y entre Orinoquia y la Amazonia”. En alerta roja está el jardín más amplio de la casa común, como enseña el papa.

miércoles, 24 de mayo de 2017

La incontenible destrucción de los bosques.


El bosque de Selm Muir, en el concejo de West Lothian, Escocia. Crédito: Robert Clamp/UN Photo.


Por Baher Kamal

IPS, 22 de mayo, 2017.- Los bosques del mundo se degradan o se pierden al escalofriante ritmo de 3,3 millones de hectáreas al año. En muchos países de Asia, su destrucción es rápida, pero aumentó 29 por ciento en la mayor selva del mundo, la Amazonia, respecto del año pasado. Además, las exploraciones y explotaciones de hidrocarburos y minerales amenazan a algunos de los ecosistemas más preciados de África.

La comunidad científica nos ha recordado en diversas oportunidades que alrededor de unas 1.300 millones de personas son “pueblos selváticos” y dependen casi totalmente de los bosques.

Patrick Durst, oficial de Silvicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Asia Pacífico, agregó, el 15 de este mes, que 28 por ciento de los ingresos de las comunidades que viven cerca o en los bosques proceden de ese ambiente y de su entorno.

En su Evaluación Global de Recursos Forestales de 2015, la FAO señala que se pierden bosques en muchos países de Asia Pacífico, incluso en Sri Lanka. Además, la degradación de la calidad perjudica más la capacidades de estos ambientes para ofrecer los bienes y servicios necesarios para la supervivencia de poblaciones humanas.

Las pérdidas se agravarán a medida que la demanda de productos forestales crezca de forma sostenida.

La mayoría de los países en Asia Pacífico tienen dificultades para responder a la pérdida de bosques, pero algunos han tomado medidas, reconoce la evaluación. Mediante programas de reforestación, China y Vietnam, de hecho, aumentan su cobertura forestal, añade. Y el gobierno de Sri Lanka anunció planes para aumentar 35 por ciento el territorio selvático.
América Latina

“Las selvas más antiguas del mundo están en crisis, el pasmoso 80 por ciento ya se destruyó o degradó, y la mayoría de las que quedan están en peligro por la tala ilegal y destructiva”, señala el informe de la FAO.

Créanlo o no, esas estimaciones no son nuevas, tienen unos nueve años. De hecho, Greenpeace ya señaló el 30 de junio de 2008 que la tala ilegal tenía consecuencias devastadoras en las selvas del mundo.

La organización trabaja para cambiar comportamientos, proteger y conservar el ambiente, así como promover la paz.

Los efectos de la tala incluyen deforestación, pérdida de biodiversidad y aceleración del cambio climático, lo que crea “conflictos sociales con las poblaciones indígenas y locales y genera violencia, delincuencia y violaciones de derechos humanos”, explicó Greenpeace.

Según la organización, unas 1.600 millones de personas en el mundo dependen de los bosques para sobrevivir, además de 60 millones de indígenas.


Los bosques gestionados de forma sostenible tienen un enorme y desicivo papel en la lucha contra el hambre y el cambio climático, así como, en la mejora de los medios de vida. Crédito: Simon Maina/FAO.


Deforestación de la Amazonia ahora

Hace apenas seis meses, Grenpeace señaló que la deforestación de la Amazonia había aumentado 29 por ciento respecto del año pasado, según datos divulgados por el gobierno de Brasil el 31 de noviembre de 2016.

“Brasil pierde control sobre la destrucción de su selva por malas decisiones políticas y ahora podría tener problemas para cumplir con sus objetivos en el marco del acuerdo climático”, observó la organización el 1 de diciembre de 2016.


Datos del Programa de Monitoreo de la Deforestación para una Amazonia Legal indican que 7.989 kilómetros cuadrados de selva se destruyeron entre agosto de 2015 y julio de 2016, precisó.

“Este es el segundo año consecutivo en que aumenta la deforestación de la selva más grande del mundo, resultado directo de la falta de ambición del gobierno para hacer frente al problema de la pérdida forestal. Es la primera vez en 12 años que aumenta la deforestación en dos años consecutivos”, subrayó.

Cristiane Mazzetti, de la campaña por la Amazonia, de Greenpeace, alertó de que la aceleración de la deforestación puede relacionarse con señales del gobierno brasileño de que tolera su destrucción.

“En los últimos años, las políticas públicas de protección ambiental en Brasil se debilitaron”, observa. “Por ejemplo, se crearon muy pocas áreas protegidas y territorios indígenas, y el nuevo Código Forestal, aprobado en 2012, ofrece amnistía a los responsables de la deforestación ilegal”, detalla.

Según Greenpeace, la deforestación es responsable de alrededor de 40 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del gigante sudamericano.

“Al aumentar otra vez la pérdida forestal, el país podría tener dificultades para cumplir con sus compromisos en el marco del Acuerdo de París, suscrito y ratificado hace poco por Brasil. Se estima que la deforestación de 7.898 kilómetros cuadrados liberó a la atmósfera el equivalente a 586 millones de toneladas de carbono, el mismo volumen que emiten los automóviles en ese país en en ocho años”, añade.

La recolección ilegal de madera, la expansión de la agroindustria y la conversión de bosques en pasturas son algunas de las actividades responsables de la deforestación, insistió Mazzetti.

Los grandes proyectos de infraestructura, como las centrales hidroeléctricas estimulan, además, la apropiación de tierras y la especulación, lo que genera más deforestación, añadió.
África

El ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, actual presidente de Africa Progress Panel, alertó hace poco sobre la destrucción de los bosques, que ofrecen aire limpio y agua potable, y permiten a las comunidades locales tener alimentos y refugio, así como medios para ganarse la vida.

“Cada día, se talan más bosques por múltiples actividades, desde la agricultura, pasando por el desarrollo de infraestructura hasta el aumento de la demanda de madera y de otros productos forestales, lo que a menudo empeora por la tala ilegal”, subrayó.

En su discurso en la conferencia “Bosques para el futuro – Nuevos bosques para África”, realizada en Accra el 16 de marzo, Annan señaló: “algunos de los ecosistemas más preciados del mundo, como el parque nacional Virunga, en la cuenca del río Congo, están en peligro por la exploración y la exploración de petróleo, gas y minerales”.

“La recuperación de los bosques y la reforestación en África pueden contribuir al esfuerzo global contra el cambio climático y acelerar el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, observó Annam.

“La recuperación forestal de 350 millones de hectáreas puede generar 170.000 millones de dólares al año en beneficios netos de la protección de la cuenca, del mejoramiento de la producción agrícola y de los productos forestales”, añadió.

En el informe “Granos, pescado, dinero: Financiación para las revoluciones verde y azul de África”, Africa Progress Panel arguyó que la protección efectiva, la gestión y la movilización de los vastos recursos forestales son necesarios para respaldar un crecimiento transformador.

La organización estima que África perdió 12.400 millones de euros (unos 17.000 millones de dólares) a causa de la exportación ilegal de madera en 2011.

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Traducido por Verónica Firme
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IMPORTANTE: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net

Fuente: Servindi

viernes, 19 de mayo de 2017

¿Peligro? EE. UU. realiza inéditas maniobras militares en Amazonía.


Tropas de EE.UU. participarán en un ejercicio militar sin precedentes en la triple frontera entre Brasil, Perú y Colombia. / Imagen: ISPANTV.


La Amazonia será escenario de ejercicios militares conjuntos con el protagonismo inédito de Estados Unidos, unas maniobras que se ven con recelo

18 de mayo, 2017.- Por primera vez en la historia, tropas de Estados Unidos participarán en un ejercicio militar en el corazón de la Amazonia, concretamente, en la Tabatinga, ciudad brasileña situada en la orilla izquierda del río Solimoes, en la triple frontera entre Perú, Brasil y Colombia, informó el sábado Rebelión.

Esta maniobra, denominada AmazonLong que se desarrollará entre el 6 y el 13 de noviembre, tomó como referencia la operación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizada en Hungría en 2015, que desplegó 1700 militares en una simulación de ayuda logística.

"El lugar elegido fue Tabatinga porque queremos mostrar al mundo las dificultades de nuestra Amazonia", dijo el general del Ejército de Brasil, Guilherme Cals Theophilo.

Sin embargo, analistas no miran con buenos ojos la realización de estos ejercicios, —Brasil, Colombia y Perú han confirmado su participación—pues consideran que provocarán cambios importantes que afectarán directamente a Brasil y a toda la región.

Invitar a las Fuerzas Armadas de EE.UU. para hacer ejercicios conjuntos con nuestras Fuerzas Armadas, en la Amazonia, es como un crimen de lesa patria. Enseñar al enemigo cómo combatirnos en la selva amazónica es alta traición", según un análisis del periódico brasileño Zero Hora. 

"Invitar a las Fuerzas Armadas de EE.UU. para hacer ejercicios conjuntos con nuestras Fuerzas Armadas, en la Amazonia, es como un crimen de lesa patria. Enseñar al enemigo cómo combatirnos en la selva amazónica es alta traición", según un análisis del periódico brasileño Zero Hora.

Entre tanto, Nelson Düring, director de la página militar Defesnet.com.br, señala que los ejercicios son "un retroceso que confunde la inserción brasileña en asuntos internacionales". El experto en temas castrenses recuerda que "hasta ahora no eran aceptados militares extranjeros en el Centro de Instrucción de Guerra en la Selva (CIGS). Ahora ya tenemos norteamericanos, europeos y hasta chinos". Uniéndose a las voces críticas concluye que "Brasil debe preservar sus secretos".

Pese a que en un vídeo en que las autoridades militares brasileñas afirman que ninguna base estadounidense se establecerá en la Amazonía, sectores nacionalistas de las Fuerzas Armadas del país suramericano temen que la base multinacional temporal que se establezca en Tabatinga, pueda convertirse en permanente, como sucedió en Hungría en 2015.

Joao Roberto Martins Filho, expresidente de la Asociación Brasileña de Estudios de Defensa, señala que "desde el fin de la guerra fría Brasil se separó de EE.UU., que era un aliado estratégico y de repente comenzó a actuar como superpotencia única. Eso provocó una reacción de hiperdefensa de la Amazonia".

De hecho, las relaciones se han afianzado con los nuevos presidentes liberales en los dos países. Con la llegada de Donald Trump y de Michel Temer a la Presidencia de EE.UU. y Brasil, respectivamente, las relaciones están cambiando. Los ejercicios conjuntos de noviembre son apenas la parte más visible de un acercamiento en el área de defensa.

Según publica la agencia rusa Sputnik, citando al experto Miguel Ángel Barrios, dada la actual situación en Venezuela, existe la posibilidad de una intervención norteamericana en ese país a través de Perú. Ese país "pasó a ser la base militar de Estados Unidos", dijo y subrayó su importancia como "núcleo que vincula a la Cuenca del Plata con la Amazonia y el Orinoco". "En Perú entran por día 112 marines norteamericanos", afirmó. 
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Fuente: HISPANTV: http://htv.mx/130M

Fuente: Servindi