martes, 13 de septiembre de 2016

Se desarrolla el I Congreso Internacional sobre interculturalidad.


I Congreso Internacional: los territorios discursivos en América Latina – Interculturalidad, Comunicación e Identidad se realiza en Quito de 12 al 14 de setiembre

La ciudad ecuatoriana de Quito es sede del I Congreso Internacional: los territorios discursivos en América Latina – Interculturalidad, Comunicación e Identidad, programado del 12 al 14 de setiembre.

El objetivo del Congreso es ofrecer un amplio espacio de reflexión y diálogo a los diferentes estudiosos e investigadores que, desde Latinoamérica y otras regiones y continentes, plantean el ámbito de las prácticas comunicativas definiendo sus problemáticas e identidad.

De igual forma se busca abrir un espacio de reflexión para el intercambio de puntos de vista y diversas maneras de producir un texto desde diferentes perspectivas que se toman en cuenta para el análisis de los complejos acontecimientos socioculturales e históricos de diversos pueblos.

El Congreso también buscará convocar a la comunidad científica a formar parte de la Sociedad Latinoamericana de Estudios Interculturales, creada en 2012.

El evento es organizado por el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), la Sociedad Latinoamericana de Estudios Interculturales (SoLEI), y la Universidad de La Frontera (UFRO).


También patrocinan la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador, la Asociación Chilena de Semiótica, el Laboratorio de Prospectiva e Investigación en Comunicación y Cultura de España y la Red ARCAI de Argentina.

Fuente: Servindi

domingo, 11 de septiembre de 2016

Jon Sobrino: "El principio de la misericordia es bajar de la cruz a los pueblos crucificados"


Anselm Grün: "Buen samaritano, ejemplo de misericordia sanadora"

Universidad de la Mística, 10 de septiembre de 2016

Los aportes de los participantes enriquecieron notablemente las facetas de la misericordia vistas anteriormente desde su experiencia en las organizaciones caritativas que presiden

(Universidad de la Mística).- Hoy, en su cuarto día de conferencias, el II Congreso Mundial de Biblia y Mística, ha contado con destacados ponentes. Anselm Grün, Jon Sobrino e Inés Serrano Fernández enriquecieron el tema de la misericordia con sus propias aportaciones.

Anselm Grün es monje benedictino alemán, Doctor en teología. Reside en el Monasterio de Münsterschwarzach (Alemania). Es reconocido mundialmente por sus escritos sobre espiritualidad, siendo autor de más de 300 libros relativos al tema. Más de 14 millones de copias de sus libros han sido vendidas y traducidas a una treintena de idiomas.

El Dr. Grün, bajo el tema de la "La misericordia sana" ofreció su aporte originalintegrando espiritualidad y psicología de una manera dinámica y sanadora, a través del desarrollo de la misericordia en el evangelio como camino de sanación.

Desarrolló los siguientes puntos: Jesús, fundamento principio y fin de toda sanación espiritual, el buen samaritano como ejemplo de misericordia sanadora y modelo de Dios Padre, importancia de la sanación personal para acompañar la sanación del otro, la importancia de la misericordia consigo mismo para compadecer a los demás y culminó su conferencia mistagógica con una oración.

La segunda conferencia estuvo a cargo del sacerdote Jesuita Jon Sobrino. El se formó en España, Alemania y Estados Unidos, donde cursó estudios de ingeniería. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1956. Es profesor de Teología y director del Centro Monseñor Romero de la Universidad Centroamericana de San Salvador. Es miembro del Consejo Editorial de Concilium.

Desarrolló su ponencia "El Principio de la Misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos crucificados". En ella, trató sobre aspectos de la misericordia del Padre, principalmente la imagen de Dios Padre y de un Padre que es Dios, aludiendo a la parábola del hijo pródigo y aludió al gozo del Padre.

El P. Sobrino enfatizó el primer momento de la misericordia refiriéndose al Libro de Éxodo cuando el Padre se revela a Moisés como el que es Misericordioso y busca liberar a su pueblo. Actualizó este ejemplo de dos maneras, preguntando cómo podríamos bajar de la cruz a los que sufren y proponiendo una parábola comparando el bajar de la cruz a los crucificados con el empujar una carreta, es decir, actualizar la imagen de una iglesia misericordiosa.

La Dra. Inés Serrano Fernández, Psicoterapeuta, introdujo el tema "El Valor terapéutico del Perdón". Habló del qué, cómo y porqué del perdón; de los conceptos fundamentales a tener en cuenta en una terapia de perdón y cómo con la ayuda de la misericordia de Dios se logra la sanación terapéutica. Explicó el perdón como proceso de sanación mental y psicológica y el efecto del perdón en la salud, proporcionando datos valiosos y procesos específicos refiriéndose a reconocidos autores.

La mesa redonda "La misericordia en la acción social de la Iglesia" con aportaciones del Lic. Sebastian Mora Rosado, Secretario General de Cáritas, Lic. Javier Menéndez Ros, Director de Ayuda a la Iglesia necesitada y Lic. Carla Gil, presidenta de Manos Unidas. Los aportes de los participantes enriquecieron notablemente las facetas de la misericordia vistas anteriormente desde su experiencia en las organizaciones caritativas que presiden.

El día concluyó con las comunicaciones: "Acción misericordiosa". El Dr. Esteban Monjas Ayuso, propuso la Misericordia de Dios en "El Quijote" y por último el Dr. Javier Marín Marín, "Vínculo entre la acción educativa y la misericordia".

sábado, 10 de septiembre de 2016

El calentamiento de los océanos amenaza la salud humana.


El aumento de la temperatura del mar como consecuencia del cambio climático eleva el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, según el mayor estudio sobre la materia, publicado en el Congreso Mundial de la Naturaleza que se celebra en Hawái.

Un grupo de científicos durante una expedición en el Océano Glaciar Ártico. EFE

El aumento de las temperaturas marinas afecta a los seres humanos de forma directa y sus consecuencias ya se pueden observar sobre las poblaciones de peces, los fenómenos meteorológicos extremos y un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, según el estudio más completo en la materia, que se presentó este lunes en el Congreso Mundial de la Naturaleza de Hawái.

El informe Qué es el calentamiento oceánico: causas, escala, efectos y consecuencias examina los efectos del calentamiento oceánico sobre las especies, los ecosistemas y los beneficios que los océanos brindan a los seres humanos. Con la participación de 80 científicos de 12 países, recopila pruebas científicas detectables de los efectos de este fenómeno sobre la vida marina, desde los microorganismos hasta los mamíferos.

“El calentamiento oceánico es uno de los mayores desafíos ocultos de esta generación yestamos totalmente faltos de preparación para abordarlo”, dice Inger Andersen, directora general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). “La única manera de preservar la fecunda diversidad de la vida marina y de salvaguardar la protección y los recursos que el océano nos proporciona, es reducir de forma rápida y sustantiva las emisiones de gases de efecto invernadero”.
El calentamiento oceánico ya afecta a los ecosistemas, desde las zonas polares hasta las regiones tropicales. Empuja a grupos enteros de especies –plancton, medusas, tortugas y aves marinas– hasta 10 grados de latitud hacia los polos. Provoca la pérdida de áreas de reproducción de tortugas y aves marinas, y menoscaba el éxito reproductivo de los mamíferos marinos, según indica el informe.

“Al dañar los hábitats de los peces y desplazar especies hacia aguas más frías, el calentamiento de los océanos afecta a las poblaciones de peces en algunas zonas, y podría, según el informe, reducir las capturas de las pesquerías en las regiones tropicales”, señala un comunicado de la IUCN.
Pérdida de biodiversidad en los ecosistemas marinos
En el este de África y el Océano Índico Occidental, por ejemplo, el calentamiento hareducido la abundancia de algunas especies de peces al matar parte de los arrecifes de coral de los que dependen, lo cual se suma a las pérdidas causadas por la sobrepesca y las técnicas de pesca destructivas.

Asimismo, en el sudeste asiático, si la emisión de gases de invernadero prosigue al mismo nivel, se estima que las capturas de la pesca marina podrían disminuir entre un 10% y un 30% en 2050 con respecto a los años 1970–2000, a medida que la distribución de las especies de peces cambia.

“El 93% del calor generado desde los años 70 en el marco del calentamiento climático fue absorbido por los océanos, que actúan como un amortiguador del cambio climático, pero esto tiene un precio. Nos hemos quedado atónitos ante la escala y la magnitud de los efectos operados por el calentamiento oceánico sobre ecosistemas enteros, como indica claramente este informe”, dice Dan Laffoley, vicepresidente de medio ambiente marino de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN, y uno de los autores principales del informe.

El informe presenta indicios de que el calentamiento del mar provoca un aumento de las enfermedades en las poblaciones de flora y fauna, y que también perjudica la salud humana, porque los agentes patógenos se propagan más fácilmente en aguas más cálidas. Entre esos agentes se encuentran las bacterias que causan el cólera y las floraciones de algas nocivas responsables de enfermedades neurológicas como la ciguatera.
Un foco de enfermedades
El calentamiento de los océanos también afecta al clima, con efectos en cadena sobre los seres humanos. El número de huracanes graves ha aumentado a un ritmo de entre el 25% y el 30%por grado de calentamiento global, según el informe. Se ha registrado un aumento de las precipitaciones en las latitudes medias y las zonas monzónicas, y menos lluvia en varias regiones subtropicales. Estos cambios tendrán efectos sobre los rendimientos de las cosechas en importantes regiones productoras de alimentos, como Norteamérica y la India, según el informe.

“El escudo contra el cambio climático que nos brindan los océanos y sus ecosistemas, alabsorber grandes cantidades de CO2 y al protegernos contra las tormentas y la erosión, también se reducirá con el calentamiento oceánico”, señala el informe.

El texto recomienda, entre otras cosas, reconocer la gravedad de los efectos del calentamiento oceánico sobre los ecosistemas de los océanos y los beneficios que proporcionan a los seres humanos, ampliar las áreas marinas protegidas, proporcionar protección jurídica al alta mar, evaluar mejor los riesgos sociales y económicos relacionados con el calentamiento oceánico, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La conservación de los océanos es uno de los temas principales que trata el actual Congreso de la UICN que se celebra estos días en Hawái, en el que los miembros votarán acerca de mociones relativas a la protección del alta mar y áreas protegidas en la Antártida, entre muchas otras.


Fuente: Rebelión

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Incendios capitalistas.


Por Gustavo Duch

Cuando se plantean las diferencias entre los tipos de agricultura que se practican, para definir la agricultura que actualmente llena nuestros supermercados de comida artificial, con pesticidas y muchos kilómetros de petróleo en su mochila, me gusta sustituir el oxímoron de agricultura industrial por otro adjetivo, desde mi punto de vista, más certero:agricultura capitalista. En el caso de los incendios creo que este término vuelve a ser el más apropiado porque si bien hoy es difícil desgajar entre incendios naturales o incendios provocados, cuando muchos elementos se superponen, prácticamente todos se podrían incluir en este nuevo género de incendios capitalistas.

De hecho, no se extrañen si en las próximas semanas -lamentablemente- los fuegos que explicarán los medios de comunicación superarán en mucho los que estos días están describiendo en Castellón, Galicia o más lejos, California. Como en los últimos años, las pantallas mostrarán vía satélite en las selvas de Borneo y Sumatra, miles de chimeneas excretando toneladas de humo que como un gran paraguas cubrirán el cielo de toda Indonesia y partes de otros países colindantes. Y estos incendios, los más grandes y más graves del Planeta, son cien por cien fuegos capitalistas pues detrás de ellos encontramos a las grandes industrias de la alimentación preparadas con retoños de palma africana para hacer de esas zonas inmensas plantaciones que permitirán con la extracción de su aceite elaborar todo tipo de comida preparada: bollería, masas de pizza, supuesto queso rallado, margarinas, pastas de cacao, etc. Un negocio descomunal que, decía, junto a los incendios por intereses madereros, especulativos de la construcción, para el embolso de ayudas agrícolas o incluso por el negocio de la extinción de los mismos incendios, lideraría este colectivo de quemas provocadas por íntimas ansias del capital.

Pero también, y eso es preocupante, los incendios sin cerilla crecen en la medida que se expande este capitalismo que salta todas las vallas que tantas personas no tienen permiso para traspasar. Como explica Ramón P. Yelo en el número 24 de la revista Soberanía Alimentaria en un artículo que analiza los fuegos del invierno pasado en Cantabria, “la configuración actual del paisaje hunde sus raíces en la actividad agroganadera tradicional” y esta panorámica en apenas 50 años ha cambiado de forma drástica en la medida que la agricultura que era cultura y sustento se ha transformado en un negocio sin más.

Las pequeñas parcelas o terrazas de policultivos en el norte peninsular, combinadas con prados y bosques de pino o carballo; los campos de cebada o trigo que son mareas en tierras de secano; o los muros de piedra seca delimitadores de puzzles agrícolas mediterráneos son, efectivamente, las mayores obras de arte colectiva de la humanidad, como escuché y no recuerdo a quien. Pero donde habitaban viejos bosques ahora tenemos monocultivos de eucaliptos de mecha fácil; donde pastaba el ganado que limpia y ramonea el bosque ahora tenemos botellas de refrescos, cartones y otros despojos de barbacoas; donde se cultivaban huertos ahora se levantan rotondas y polígonos; pero, sobretodo, donde teníamos personas campesinas trabajando diariamente, en vidas enraizadas en una comunidad, en pequeños pueblos con las ventanas abiertas y atentas a cualquier humareda, ahora tenemos vacíos.

Vacíos que se pueden contabilizar pues el supuesto avance de la modernización de la agricultura ha hecho que ésta perdiera su peso económico, social y cultural en nuestros territorios, siendo actualmente su contribución al Producto Interior Bruto de un exiguo 2,5 % y lapoblación activa agraria, que hace treinta años suponía el 20 % del total, no llega al 4% sin dejar de descender.

Vacíos que son el oxígeno que alimenta un mal fuego y que si somos capaces de llenarlo volviendo a los pueblos, recuperando una agricultura campesina, cuidadosa y local que sea la base de nuestra alimentación, tendremos en marcha la mejor política de prevención de incendios posible. Leyes de la química.


Fuente: https://gustavoduch.wordpress.com/... / 24 de agosto de 2016, El Jueves, OPINION

martes, 6 de septiembre de 2016

El conocimiento indígena como parte de las agendas de desarrollo.

Foto: Blog de la educación mundial.

Durante siglos diferentes pueblos indígenas han usado sus conocimientos para adaptarse a condiciones hostiles y vivir en armonía con la naturaleza. La pérdida del conocimiento tradicional perjudica la capacidad de los pueblos indígenas para adaptarse a prevenir y reducir el impacto de los desastres naturales. Se ha vuelto vital para estas poblaciones restaurar y revitalizar el conocimiento que durante siglos ha sido clave para su sobrevivencia.

Por Giorgia Magni*

4 de septiembre, 2016.- “La preparación para el futuro empieza con las lecciones del pasado”. Estas son las palabras de Tuimoce Fuluna Tikoidelaimakotu, un joven de un asentamiento Korova en Fiyi.

Las “lecciones del pasado” a las que hace referencia son aquellas que están integradas en los conocimientos tradicionales de su comunidad, y que han sido pasadas de una generación a otra. Como se demuestra en más detalle en el Informe GEM 2016, que será publicado el 6 de septiembre, estas lecciones son vitales para entender cómo podemos proteger nuestro entorno, y, por ello, debe ser la responsabilidad de todos protegerlas.

Tuimoce cuenta una historia de cómo, durante siglos, diferentes pueblos indígenas han usado sus conocimientos para adaptarse a condiciones hostiles y vivir en armonía con la naturaleza, encontrando formas de navegar los océanos para buscar nuevas tierras para el cultivo y nuevas fuentes de agua al agotarse las reservas existentes.

Hoy, estos conocimientos tradicionales son más importantes que nunca. Amenazados por los efectos negativos del cambio climático y el impacto adverso de la industrialización, se ha vuelto vital para estas poblaciones restaurar y revitalizar el conocimiento que durante siglos ha sido clave para su sobrevivencia.

Testimonios, como el de Tuimoce, son muy importantes porque demuestran el importante papel que juegan las generaciones más jóvenes en la preservación del conocimiento tradicional en las comunidades indígenas. Como indica la investigación que hice para un documento de referencia del Informe GEM que será publicado próximamente, mantener vivo este conocimiento es esencial para prevenir su pérdida.

Investigaciones recientes sobre el cambio climático sugieren que la pérdida del conocimiento tradicional perjudica la capacidad de los pueblos indígenas para adaptarse a, prevenir y reducir los desastres naturales, lo que a su vez aumenta su vulnerabilidad y los riesgos que enfrentan.

Sin embargo, evitar que las comunidades indígenas pierdan sus fuentes tradicionales de conocimiento no es tarea fácil, y el aprendizaje formal es uno de los desafíos principales. El uso de un idioma dominante en la escuela, por ejemplo, puede crear una barrera a la inclusión de las poblaciones indígenas en las escuelas. Los currículos o libros de texto que carecen de relevancia local y devalúan el conocimiento indígena pueden entrar en conflicto con las enseñanzas tradicionales.


Foto: Timothy Allen / Axiom


Se ha intentado integrar el conocimiento y las prácticas tradicionales en la educación formal en muchas partes del mundo; pero estos intentos hasta ahora han sido insuficientes para tener un impacto demostrable.

La investigación indica que el único modo de rectificar este problema es involucrar a las comunidades indígenas en el diseño y la implementación de las políticas de educación.

No obstante, a pesar de este tipo de esfuerzo, el estatus del conocimiento tradicional sigue siendo menor que el de otro sistemas de conocimiento. Esto resulta del estigma que asocia ‘indígena’ con subdesarrollo, un estigma que, durante siglos, ha impregnado la retórica de los diferentes espacios políticos a lo largo del mundo.

En estos espacios, la gente no ha entendido que lo que ven no es el subdesarrollo, si no simplemente una noción del desarrollo que es diferente a la suya. La noción del desarrollo que se les pide que tomen en cuenta integra el punto de vista de los pueblos indígenas e incluye principios específicos como el derecho a la tierra y a los recursos, la cultura e identidad, y la autodeterminación.

Una parte integral de dicho punto de vista es el ‘buen vivir’, donde la naturaleza es un ser viviente que tiene una relación interdependiente, balanceada y complementaria con los humanos. La comunidad, y no el individuo, es el referente principal para la propiedad natural y cultural.

La armonía dentro de las comunidades indígenas se alcanza a través de un sistema de igualdad de y respeto para todos sus miembros, pero en particular las mujeres y los mayores como los principales depositarios y transmisores del conocimiento tradicional. La protección de estos valores centrales se ha vuelto la base de la resistencia de los pueblos indígenas a diversas políticas y proyectos de desarrollo que han afectado negativamente a sus poblaciones, incluyendo algunos tipos de educación.

Durante siglos, las poblaciones indígenas han sufrido la invasión y la opresión, y, a menudo, han visto como el conocimiento occidental, que se les ha impuesto a través de instituciones occidentales, ha eclipsado su conocimiento. Sin embargo, las poblaciones indígenas han logrado sobrevivir, adaptándose, de muchas maneras, a condiciones políticas y climáticas adversas y creando sistemas de subsistencia sostenibles.

Sus diversas formas de conocimiento, profundamente ancladas en sus relaciones con el medio ambiente y en la cohesión cultural, han ayudado a muchas de estas comunidades a lograr un uso y una gestión más sostenible de los recursos, para proteger el medio ambiente y para desarrollar su resiliencia. Su habilidad para observar, adaptar y mitigar les ha permitido enfrentar circunstancias nuevas y complejas que a menudo han afectado seriamente su modo de vida y sus territorios.

En años recientes, la deterioración de las condiciones del planeta, así como una mayor sensibilización sobre los modos de vida sostenibles de las poblaciones indígenas, han resaltado la importancia de preservar y promover el conocimiento indígena. Sin embargo, esto no basta. Debemos darle más atención a los enlaces entre el desarrollo sostenible y el conocimiento indígena, para entender como las poblaciones indígenas en diferentes regiones del mundo han abordado desafíos ecológicos y de desarrollo.

Debemos reconocer que, gracias a sus sistemas de conocimiento, ellos también son agentes valiosos de la preservación de la biodiversidad y de la construcción de la resiliencia al cambio climático.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible cubre varios temas que afectan directamente la vida de los pueblos indígenas. La falta de acceso a una educación relevante y a una justicia equitativa, la pobreza extrema, y un cambio climático no mitigado son tan solo algunos de los desafíos que enfrentan los pueblos indígenas. Si no se encuentran soluciones urgentes, habrán consecuencias negativas tanto para la sobrevivencia de estas poblaciones como par sus valiosos sistemas de conocimiento.

Por ello es vital que la comunidad internacional empiece a reconocer a las comunidades indígenas como valiosas aliadas de los esfuerzos para reducir el cambio climático y del desarrollo sostenible.

Es urgente que empecemos a empoderar a los pueblos indígenas para que defiendan y hagan realidad sus derechos y para que sean incluidos en los procesos de toma de decisiones para nuestro futuro común, y a su vez, para que sean agentes activos el cambio.

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*Giorgia Magni es consultora en investigación sobre educación y autora de un documento de referencia para el Informe GEM 2016

Fuente: Servindi