sábado, 15 de marzo de 2014

Un año de Francisco, un Papa 'prêt-à-porter'.


Jorge Mario Bergoglio ha logrado en sus primeros 365 días de Papado labrarse una gran aceptación popular y una imagen de cercanía al pueblo. Algunas de las críticas más duras vienen del ala más ultra de la Iglesia,

RAFAEL PLAZA Madrid

Millones de personas de todo el mundo parecen estar mirando al Papa argentino Francisco (de nombre civil Jorge Mario Bergoglio) con simpatía. Este Papa, llegado al solio pontificio tras la renuncia de su predecesor, aún vivo, Benedicto XVI, hace justamente un año, se ha quitado no sólo anillos, zapatos de marca, joyas y parafernalia indumentaria. Se ha quitado ritos pomposos, se ha quitado la rimbombancia, el lujo de anteriores pontífices, ha abierto las puertas, hasta ahora cerradas, de estamentos vaticanos...Se está quitando de en medio a cardenales y mitrados, poderosos controladores de las finanzas. Se ha quitado a conspiradores, conjuradores, programadores de luchas internas en los despachos pontificios.

Francisco se ha ido ganando a lo largo del primer año de su pontificado una enorme simpatía popular, por la cantidad de gestos que le acercan a la gente: sea dejando que un niño juegue con su bonete o solideo, o haciéndose autorretratos de móvil con los jóvenes, o regalando tarjetas telefónicas a los inmigrantes -como hizo en su viaje a Lampedusa-, o eligiendo vivir en una residencia interna del Vaticano, aún teniendo cerca al ex Papa Benedicto XVI, sobre lo que comentó que era "como tener a un abuelo en casa". Francisco no se ha quedado sólo en gestos populares, sino que ha clamado contra realidades de mayor envergadura, como sus reincidentes gritos contra la pobreza, la injusticia y las desigualdades de este mundo, la fabricación de armamentos o el tráfico de personas, o también sus improperios contra "el capitalismo salvaje que busca beneficios a cualquier coste".
Colectivo Gay, insatisfecho

Algunos colectivos no están manifestándose tan optimistas, como por ejemplo el de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) cuyo presidente, César Cigliutti, considera que el Vaticano no ha cambiado, sino que más bien "este Papa es producto del márketing". Cigliutti alude, en un artículo próximo al panfleto publicado por la Agencia de prensa argentina Argenpress, al cardenal español Fernando Sebastián, "designado por el Papa Francisco I, que nos definió como "deficientes" y aclaró que nos podemos "recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado"". El obispo de Alcalá de Henares, monseñor Roig, fue aún más duro, en declaraciones recogidas por TVE hace unos meses.

"Este Papa es producto del márketing" Para Pedro Paradiso Sottile, coordinador jurídico del colectivo citado CHA, el primer año de Francisco no ha supuesto "ningún cambio para este colectivo. Seguimos con las mismas denuncias hacia el Vaticano. Hay que terminar con la discriminación por orientación sexual y de identidad de género, con el encubrimiento y el silencio de los sacerdotes abusadores, con los traslados cómplices, con la falta de denuncias y de las acciones que históricamente han llevado a la impunidad de estos abusadores".

En sólo un año, no obstante, el Papa Francisco ha creado un Banco Central, un Ministerio de Economía y un revisor de cuentas, aunque sigue vigente el IOR (Instituto para las Obras de Religión) que en su día dirigiera el arzobispo Paul Marcinkus, un astuto y poderoso clérigo de Chicago, experto en los manejos económicos vaticanos durante largos años, que dejó una más que turbia herencia en las altas finanzas de la Iglesia.

En sólo un año, el papa argentino ha abierto la mano a los divorciados (hasta ahora "excluidos" de la comunión católica); ha llamado a la solidaridad con los refugiados y con los inmigrantes, sugiriendo que se cedan espacios en sus inmuebles y conventos para su acogida; ha criticado la humillación que representa en la iglesia el papel de las mujeres, reducidas a "siervas" del clero; ha reconocido que él, el Papa, no es quién para juzgar a los gais, respondiendo a la pregunta de un periodista en el avión de vuelta de su visita al Brasil. "Si una persona es homosexual, ¿quién soy yo para juzgarla?", dijo textualmente. En otra entrevista, concedida a su compañero jesuita Antonio Spadaro, a finales del verano pasado, y que dio la vuelta al mundo, el papa Francisco dice: "No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar".


Un niño remueve el solideo del Papa Francisco en una audiencia. - REUTERS


Los obispos españoles parecen desconocer estas palabras del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Romana. Según señala a Público el teólogo y moralista claretiano Benjamín Forcano, "Francisco pronunció en Brasil 24 discursos en los que no se mencionan ni el aborto, ni el divorcio, ni la homosexualidad ni otros temas similares", que tanto preocupan al episcopado español, liderado hasta el pasado miércoles por el cardenal Rouco Varela, un jerarca eclesiástico del que acaba de escribir el conocido periodista José Oneto que "no tiene nada que ver con lo que piensa el nuevo Papa sobre los temas más conflictivos acerca de los que se ha venido pronunciando el papa Francisco (aborto, matrimonio homosexual, mundo gay, austeridad en la Iglesia...) y sobre los que el cardenal gallego difiere de forma radical de él, hasta el punto de coincidir y defender al obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Roig Pla, que en contra del pensamiento del Papa Francisco, ha venido sosteniendo que el problema de la homosexualidad se resuelve con una terapia de ayuda" ("solución" que apuntaba también recientemente el cardenal, por cierto también claretiano, como Benjamín Forcano, Fernando Sebastián).
"La jerarquía ha secuestrado a Jesús"

Forcano, autor de numerosos libros sobre teología y moral, ha publicado recientemente El Papa Francisco (Utopía). Forcano es un moralista y teólogo claretiano que sufrió un proceso extraordinario por parte de las autoridades romanas a raíz de la publicación de su libro Nueva Ética Sexual, en 1981. Sus opiniones sobre el papa argentino, expresadas a Público, no tienen desperdicio: "El hecho primordial que define a este Papa es su insistencia en el retorno a Jesús, el regreso al Evangelio". Y apunta sin miedo: "Porque la Jerarquía, la institución eclesial, ha secuestrado a Jesús, con una maraña de doctrinas, preceptos, dogmas y anatemas...".

"Lo que más le preocupa es la felicidad de la gente"Este conocido teólogo, (que acaba de poner en circulación unDebate en torno al aborto. 20 preguntas sin crispación(Desclée), a las que responden, además del autor, Federico Mayor Zaragoza, Juan Masiá, Nuria Terribas y Javier Enzo, retrata, con la pasión teologal que le caracteriza, al Papa Francisco: "Este Papa quiere recuperar el Evangelio de Jesús. Francisco ha tomado conciencia de que no tiene el poder absoluto de la Iglesia, que no tiene respuesta a todo. Sabe que él solo no puede, y quiere contar con todos los estamentos para resolver los numerosos problemas que la Iglesia tiene pendientes. Para este Papa, ha pasado a la historia que él no tiene la exclusiva de la verdad".

En efecto, hay ya recogidos numerosos gestos de Francisco a lo largo de este su primer año de Pontificado donde va intentando transmitir la idea de que no quiere imponerse a los católicos por la vía de la autoridad soberana "y casi divina" a que nos tienen acostumbrados los 265 últimos Sumos Pontífices. A este papa le preocupan, por lo que ha podido constatarse hasta ahora, los interrogantes y las angustias de la gente. "Lo que más le preocupa es la felicidad de la gente, o el sufrimiento de la gente. Por fin llega un Papa que redescubre que el Evangelio está para sanar (salvar) heridas, para devolver a hombres y mujeres la salud y la armonía" , apuntala Forcano.

Algunas de las últimas declaraciones de Francisco son, a este respecto, demoledoras, condenando en ellas sistemáticamente laideología neoliberal que, según Benjamín Forcano, "busca sólo la felicidad de las minorías opulentas". En este sentido recobra gran actualidad una de las últimas obras del teólogo José Antonio Pagola ("Jesús, aproximación histórica"), que el predecesor de Francisco, Benedicto XVI, se encargó de desacreditar desde las instancias inquisitoriales de los despachos vaticanos, y que coincide en gran manera con el pensamiento, hasta ahora deslizado con ciertas prevenciones, por el papa argentino, para el cual, según termina Forcano, "sólo existe una realidad que justifique el cristianismo: Jesús de Nazaret". 



"Francisco ha escrito un buen guión, pero debe plasmarlo en el escenario"

Otro teólogo, perseguido por los nuevos inquisidores de la Iglesia española por sus numerosos libros teológicos (unos 50) y su sentido autocrítico de la práctica religiosa es Juan José Tamayo Acosta, secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII y director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones en la Universidad Carlos III de Madrid, resume los 365 días de Francisco como "un año de esperanzas y de no pocas incógnitas, por sus expectativas, sus gestos y algunas de sus acciones. Ha escrito un buen guión... pero tiene que plasmarlo en el escenario".

El catedrático de Ciencias de las Religiones piensa que esta "reforma evangélica" de la que habla el papa Francisco debe tener su base en la opción por los pobres y los "excluidos": "Sea por su orientación sexual (homosexuales, heterosexuales o transexuales), por su opción de pareja (del mismo o distinto sexo, divorciados que han vuelto a contraer matrimonio, inmigrantes..." La Iglesia que dirige el papa Francisco "debe ser inclusiva de todos los excluidos, entre los que también están los movimientos cristianos críticos, que vienen siendo sistemáticamente arrojados fuera del organigrama eclesial".
Teólogos de la liberación

Otro colectivo que preocupa a Tamayo es el de los conocidos como "teólogos de la liberación". En su reciente viaje a Brasil (país que reúne el mayor número de estos teólogos y de otros grupos avanzados de la Iglesia), "Francisco no tuvo a bien encontrarse con ellos. Las críticas del nuevo papa al neoliberalismo van en la misma dirección de estos teólogos, por lo que no debería resultarle tan difícil aceptarlos", denuncia el teólogo palentino.

Y otro sector olvidado, marginado y excluido en la Iglesia Católica es el de la mujer, y sobre el que este papa, según Tamayo, "ha adoptado una línea timorata y excluyente, similar a la de los anteriores Pontífices". Francisco "usa una especie de "discurso de la excelencia" sobre ellas, pero sin funciones, al excluirlas en lo moral y en su actividad".

Sobre los posibles cambios que quiere hacer Francisco en la Curia Vaticana, Tamayo es inmisericorde: "La Curia vaticana es irreformable. Porque no responde ni al espíritu evangélico ni ejerce una función de servicio ni colabora con el Papa en la necesaria transformación de la Iglesia". Para el teólogo y catedrático de la Carlos III, "se trata de un órgano administrativo que carece de toda justificación pastoral y del más mínimo fundamento teológico-evangélico. La Curia del Vaticano es una organización llena de patologías, cuya reforma reside en su eliminación".
Siete balas en la recámara

Pero no todo ha sido tan bucólico como para ver en Francisco a un nuevo Poverello de Asís, emulando al novelista griego Nikos Kazantzakis. Allá por noviembre del pasado año, cuando Francisco llevaba apenas ocho meses de pontificado, circularon por Roma rumores fundados de que entre los sectores radicales y más conservadores de la Iglesia se estaban difundiendo a través de sitios webs y diversas redes sociales duras críticas y no menos feroces ataques contra el nuevo Papa.

¿En qué dirección iban esas críticas? Podrían resumirse en las siguientes:


El Papa Francisco lava los pies a un recluso en la Misa del Cena del Señor del Jueves Santo. -REUTERS 


1. El Papa Francisco "rompió con la tradición" al realizar el lavado de pies del Jueves Santo, fuera de los muros vaticanos, en la prisión de menores Casal del Mármol, incluyendo a dos musulmanes y dos mujeres no católicas, que los radicales consideraron un "sacrilegio".Además en esta ceremonia "marginó" a los altos cargos vaticanos.

2. La negativa del Papa Francisco a residir en el apartamento papal del palacio vaticano, prefiriendo vivir en la residencia Santa Marta, un hotel vaticano donde hay muchas personas.

3. En el encuentro con Benedicto XVI en Castel Gandolfo, éste le confió al Papa Francisco que una de las causas que influyeron en su renuncia eran las amenazas que recibió y por temor a ser envenenado, pues ya se había tomado la decisión de matarlo, por lo que Benedicto XVI hace entonces pública su renuncia con lo cual desarmó el intento de acabar con su vida.

4. Los "poderes" enquistados en la cúpula vaticana se oponen a los planes de Francisco de reformar las apariencias de la Iglesia Católica (ritos, pompas, lujos...) y a los deseos no ocultados por el papa Bergoglio de permitir el acceso de la mujer al sacerdocio.

5. A los conservadores y radicales no les gusta el interés (manifestado por el nuevo Papa) por estrechar el diálogo con el Islam.

6. El Opus Dei retira -censura- de sus librerías Troa, el primer libro acerca del nuevo Papa Francisco.

7. La Fiscalía romana Anticorrupción decomisa cientos de cajas de documentos que comprometen y vinculan a las finanzas vaticanas y a importantes personajes con la "mafia" italiana y gigantescas operaciones de blanqueo de capitales. Se estaba produciendo un desvío de fondos vaticanos, (que pusieron en guardia a colectivos como el Opus Dei o los masones de Illuminatti, y por concomitancia a cardenales y banqueros con negocios e inversiones nada "piadosas").

Francisco, a instancias de los obispos españoles, que le invitaron a venir a España, dijo sin titubeos: "antes me esperan países del Sur", refiriéndose probablemente a algún país africano. Prevé también un viaje a Tierra Santa en mayo, donde seguro que tendrá palabras referidas al enfrentamiento judeo-palestino, y otra visita a Corea del Sur en agosto, donde probablemente abordará la división de las dos Coreas.

El Papa de Roma no dejará de viajar. Su opción "preferencial" por los pobres acaba de cumplir un año. Un año de gestos y palabras valientes, "a pie de calle", una especie de Papa prêt-à-porter, por su estilo nada lejano, próximo a los creyentes menos "institucionalizados", listo para llevar... Un hombre que ha demostrado a lo largo de todo un año su buen humor, su sentido de la misericordia y su capacidad para la ternura. Faltan sólo dos detalles: que los gestos se conviertan en actos decisivos...y que el otro Vaticano se lo permita. ¡No hay que desesperar!

Fuente: publico.es

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