Cómplices del crimen.
Antonio San Román Sevillano
Sólo bestias feroces no se horrorizarían viendo lo que se ha hecho a personas inocentes. Pearl S. Buck, La estirpe del dragón.
La película Matrix nos presenta un futuro en el que, tras una guerra, casi todos los seres humanos han sido esclavizados por máquinas e inteligencias artificiales. Éstas los tienen en suspensión, con las mentes enchufadas a una simulación social que representa el final del siglo XX. Realmente viven en el siglo XXII. Millones de personas viven férreamente conectadas alrededor de una ilusión colectiva conocida como La Matrix. Están siendo cultivadas para poder dar energía a las máquinas. Es un mundo que ha sido puesto ante los ojos humanos para ocultarles la verdad. El programa Matrix es el opresor. El ser humano es el oprimido. Morfeo, Trinity, Neo y el resto de rebeldes ejemplifican al ser humano que defiende la capacidad de decisión, la libertad de decidir, de elegir. Sin embargo la mayoría de los humanos utiliza su libertad para elegir la esclavitud. El creador de Matrix, el Arquitecto, consiguió crear una realidad artificial parecida a la verdadera, que era necesaria para que los humanos sobrevivieran a la simulación que los esclavizaba.
Matrix sólo es una película. ¿Sólo?
Necesitamos información para vivir nuestra vida. La necesitamos para relacionarnos con los amigos y los enemigos, para buscarnos las fuentes de supervivencia –alimenticias y sociales. Cuando carecemos de vías de información, carecemos de conocimientos para hacer frente a la pelea por la conservación que nos plantea la actual sociedad. La información/formación que recibimos en la sociedad en la que coexistimos es la que nos sirve de orientación para guiarnos en esta sociedad en la que habitamos.
Las diferentes grandes cadenas de radio, prensa y televisión –pertenecientes a los mismos emporios económicos-, son quienes proporcionan la única información a miles de millones de personas en todo el mundo.
7 empresas controlan el 70% de de los medios de comunicación mundiales. Es decir, 7 empresas controlan la TV, los satélites, las agencias de información, las redes de cable, las revistas, los radios, los diarios, las editoriales, la producción cinematográfica, la conexión a Internet, la distribución de películas… TODOS los medios. […]Las 7 empresas son: Fox News, Time Warner, Disney, Sony, Bertelsmann, Viacom y General Electric. 7 empresas que se conocen entre todas ellas, controlan un porcentaje gigantesco de lo que la gente llega a conocer. (Jerry Mander -Director del Internacional Forum on Globalization).
Estas 7 empresas pertenecen a grandes fortunas, todas relacionadas y formando parte del 1% que gobierna el mundo. Controlan la información/formación internacional. El periodismo mundial, casi en su totalidad, depende de ellas. Sólo pequeñas publicaciones en internet apenas pueden mantener su independencia. Irónicamente, contra lo que sucede en la película, forman la pequeña y divida resistencia del ser humano que se opone al esclavismo de nuestra Matrix-Media.
Cuanta más libertad de mercado exige el neoliberalismo, más se concentra todo el entramado socio-económico en unos pocos grupos megafinancieros.
Esta globalización de los medios de prensa es el mecanismo con el que los poderes económicos organizan una falsa realidad, que nos sirven y consumimos a través de los media –prensa, radio, televisión-, y diversos artificios, llamados redes sociales, de Internet.
Millones de personas vivimos conectados a este gobierno de la información. Una ilusión colectiva conocida como La Sociedad Libre de la Información. Las mentes de todo el mundo estamos siendo cultivadas para poder dar energía a Los Mercados, las grandes fortunas banco-financieras fabricantes de medios de información (Serge Halimi).
En nuestro país, el grueso de las acciones de los principales medios, aquellos que dominan el mercado, pertenece a alguno de estos emporios financieros internacionales.
Continuamente, en estos mismos instantes, millones de personas vivimos conectados a un mundo que determina nuestras vidas con los medios de comunicación, fundamentalmente la televisión e internet-ordenador. Cuando se camina por la calle, hay que ir esquivando zombis que van inmersos tecleando en sus pequeños celulares. El mundo brilla a su alrededor. No importa. La pequeñísima pantalla los mantiene en suspensión. Unos –tv- y otros –móviles- viven sus vidas conectados a la simulación social de sus pantallas de plasma. Son el principal sistema de comunicación y conocimiento en el día de hoy. Un mundo puesto ante nuestros ojos para ocultarnos la verdad.
Quienes poseen el poder económico también ejercen el poder político. Sus medios masivos no están para mostrarnos la verdad. Crean y amoldan la opinión pública a lo que exige el orden económico social que alimenta su nuevo orden mundial (George Bush, padre). Cualquiera que tenga mucho dinero es libre de divulgar su ideología-intereses a través de un gran medio de masas. ¿Lo es usted? Tal vez pueda opinar en un rinconcito de internet, en una carta al director de su periódico favorito, una llamada telefónica –previamente filtrada- de su emisora. Si se lo permiten es porque no les hace daño. Pero no lo rechace. Forma parte de la ilusión. Acaso sea una grieta en la ilusión colectiva inducida por la Matrix-Media. Quizá otras personas no se sientan tan solas cuando lo lean, lo escuchen.
Vivimos en aglomeraciones urbanas con una atmósfera asfixiante de injusticia, miedo, violencia, inseguridad y corrupción estructurados dentro de los niveles sociales del nuevo orden político. Un mundo de delincuencia y criminalidad organizada, producto de esta sociedad capitalista. Un mundo en el que triunfa la violencia de la emigración económica, los negocios sucios, drogas, prostitución. Fuera de las grandes familias financieras, prosperan bandas organizadas supeditadas y consentidas por el poder. Trafican –drogas, armas, medicinas, seres humanos- amparándose en la actitud corrupta de sus socios en las instituciones políticas, de sus accionistas en la administración –miembros del gobierno, del parlamento, dirigentes de los partidos políticos, alcaldes, jueces, policías, eclesiásticos-, que son sobornados por una comunidad financiera poderosa. Todos ellos forman parte del sector social organizado para delinquir. Son seres con ansia de poder, envidia, odio, codicia, lujuria, etc., que nos muestran el deterioro ético social de la clase que controla el poder.
Los autores de la novela realista del siglo XIX prestaban una especial atención al entorno social en que se desenvolvía la realidad de sus protagonistas, así como a las relaciones sociales y económicas en la sociedad histórica que trataban de describir. El autor daba por sentado que su lenguaje y el de su lector se fundaba en la misma realidad que ambos vivían.
No lo hacen así los periodistas, escritores, intelectuales, divulgadores que se han amoldado a las directrices del sistema. Crean un nuevo lenguaje, con el que tratan de convencernos de las buenas razones de este proyecto capitalista para una globalización del mundo en lo neoliberal. Debemos conformarnos con la depauperación de los pueblos –incluidos nosotros mismos-. Resignarnos a trabajar en un régimen de neo-esclavitud. A sentirnos culpables de que las cosas vayan mal, aunque hayan sido ellos y sus señores quienes han ejecutado planes para arruinarnos a nosotros.
Los periodistas, y el resto de intelectuales que participan del sistema, que trabajan en los grandes medios de masas han dejado de lado los conceptos éticos de su profesión. Han aceptado el papel de ser simples transmisores de informaciones preconcebidas. La progresiva concentración de los grandes medios –en España tres, cuatro grupos, incluso endogámicos- los convierte en instrumentos de las políticas globalizadoras del neoliberalismo. El objetivo es institucionalizar una sola verdad, la élite de EEUU y las de sus satélites europeos industrializados. ¿Nos han informado los grandes medios sobre las negociaciones y lo que significa el tratado de Libre Comercio entre EEUU la UE? (El ascenso al poder ilimitado de las multinacionales. Seattle to Brussels Network, http://www.attac.es/wp-content/uploads/2014/02/TTIP-El-ascenso-al-poder-ilimitado-de-las-multinacionales.pdf)
Crean falsas imágenes sobre los dirigentes de naciones donde hay materias primas que interesan a multinacionales de EEUU y UE. Utilizan elementos reales de tales países y personas para caricaturizarlos. Si es preciso, incluso si tuvieran alguna virtud, la tergiversan de tal modo que la tornan en cualidad negativa. El idioma español es muy rico en descalificaciones sin necesidad del insulto grosero. O, directamente, mienten inventando falsas acusaciones, que el usuario de los grandes medios no tiene posibilidad de contrastar.
Proyectan imágenes a favor de guerras contra tales dirigentes. La justificación es liberar al pueblo e institucionalizar la democracia occidental en tales territorios. Irak, Afganistán Libia, ahora Siria. Recordemos tanto país africano olvidado –Nigeria, Liberia, Sudán, etc. Ese continente para el que TVE tiene una sola corresponsal, mientras para la ciudad de Roma tiene dos. Todos siguen en guerra. La sociedad desestructurada. La economía destrozada. Sólo funciona aquello donde las multinacionales petroleras y mineras han plantado su industria extractiva. Y, por supuesto, el tráfico de armas, de personas. Cuantos más miserables haya en el mundo, más exilados económicos, más mano de obra neo-esclava. A través del impacto directo de la información de los medios masivos, que llega a las grandes mayorías, más bien despolitizadas y pasivas (Blanche Petrich), más miedo para los trabajadores y parados de la Europa neoliberal.
Esta política del poder neoliberal de Los Mercados está provocando una violación permanente de los derechos humanos. Un crimen persistente y continuado contra el género humano. Son millones de seres humanos los que mueren cada año como consecuencia de esta política. Un darwinismo despojado de toda ética humana. Lynndie England, la soldado estadounidense cuyas imágenes torturando a los presos de la cárcel de Abu Ghraib dieron la vuelta al mundo, no hace mucho ha vuelto a justificar su conducta en que Ellos eran los malos. Una idea-visión del mundo inculcada por sus superiores, por supuesto. Pero también a través de la educación de los matrix-media de su país –Fox, CNN, Washington Post, etc. -, que son referentes para nuestros grandes medios. Ser los malos justifica que nos torturen y nos asesinen.
Medios, la voz de su amo, que nos quieren convencer de que este modelo de mundo económico es correcto y el único posible. Un modelo basado en un crecimiento desigual. En el que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Un crecimiento insostenible para nuestro planeta. Un modelo de crecimiento para los Mercados. Un mundo de neo-esclavitud para los más necesitados: los pensionistas, los parados, los estudiantes, los enfermos. Que se agrava si además perteneces a una minoría: mujer, no blanco, no cristiano, sin formación académica… Medios que nos quieren convencer de que el crimen de lesa humanidad que cometen sus amos es el apropiado para construirnos un mundo de futura felicidad global. Y a través de esos medios, quienes nos adoctrinan, son los comunicadores que prestan su imagen, su fiabilidad a sus amos. A cambio de un salario más o menos suculento. Despojos.
Al igual que para Lynndie England, pueden que estén convencidos de las bondades de las ideas de sus señores. Pero estar convencidos de unas ideas no implica olvidar el propósito principal del periodismo: El propósito principal del periodismo es proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos. (Bill Kovach y Tom Rosenstiel, Los elementos del periodismo).
Este propósito ha sido olvidado, de buen grado, por los populares comunicadores, presuntos periodistas, de los grandes medios. Esos que encabezan los telediarios, las cabeceras de los grandes periódicos, las vocingleras tertulias del Tintorro Party español. Son los conectores de las grandes mayorías despolitizadas y pasivas a la Gran Matrix-Media.
Si los dueños del Gran Mercado neoliberal son los promotores de este crimen contra la humanidad, si los técnicos suelen ser los políticos y los ejecutores la banca, los instructores de la masa –los sargentos de tant@s soldad@s lynndies englands- son los directores de los media. Y los conectores a esta Matrix-Media global son esos populares comunicadores que todos conocemos. Escogen las noticias. Optan por las que benefician la ideología de sus señores. Esconden las que no les convienen. Manipulan imágenes falseando la realidad de las mismas. Culpan a las víctimas de los crímenes ejecutados por los sicarios de sus amos. Ocultan la verdad.
Todo este engranaje político mediático, que defiende los intereses económicos y estratégicos de las oligarquías dominantes, es un mecanismo bien engrasado, que comparte las estrategias políticas del gobierno. Actúa de conformidad con los principios goebelianos de la propaganda: desinformación, ocultación de los hechos o censura, falsificación de los mismos, concentración informativa sobre el objetivo que se presenta como enemigo, simplificación del mismo, exageración y desfiguración, “cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.(http://www.escolar.net/MT/archives/2007/03/los_principios.html). Y, para que esto funcione, debe haber homogeneidad en las distintas versiones de los diferentes medios de comunicación. El objetivo de los predicadores eclesiásticos medievales no era educar a las poblaciones. Era dominarlos. Para ello, lo mejor era que los hechos no se interpusieran en el camino de la ortodoxia político-religiosa.
Este es el comportamiento cotidiano de los grandes medios de comunicación. Y sus rostros y voces son los populares comunicadores de los telediarios, noticieros de la radio, programas matinales y vespertinos generalistas, incluso deportivos.
En esta lucha de clases entre los oligarcas y el resto de la Humanidad, estos iconos mediáticos guerrean en un ejército enemigo por cierto estipendio. 3ª acepción de mercenario: Sirven por un estipendio monetario o en especie. Sustituyen a sus señores por el salario que se les da. Son mercenarios de la información. Cómplices del crimen contra el género humano que perpetran sus señores.
Cómplice: Persona que, sin ser autora de un delito, participa en el mismo (Julio Casares).
Los grandes medios nos presentan las imágenes del deseo (Walter Benjamin). Nos ocultan la realidad entre mercancías. Buscan hacernos caer en el sueño de la irrealidad transmitida por una Matrix ante la que apenas tenemos herramientas defensivas. Se siguen endureciendo las leyes impidiendo la protesta del pueblo hasta alcanzar medidas totalitarias. Miembros de la Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como numerosos jueces, obedecen sus mandatos políticos, lo que les excluye como servidores de un estado democrático. Las grandes corporaciones nacionales, tras colocar en sus consejos a expresidentes y exministros, diseñan la agenda económica del gobierno, en el que han colocado como ministros a miembros de sus consejos. Todo esto, y otros condicionantes socio-políticos, nos son ocultados o debidamente tergiversados por los medios de comunicación, que pertenecen a estos grandes emporios económicos.
Apaga la televisión, apaga su radio, no compres su prensa.
Busca en la red esos rebeldes contra esta Matrix-Media neoliberal fascista.
Busca otros medios de conocimiento. Únete a otros que también luchan por su dignidad. El camino está lleno de dificultades. Precisamos mucha entereza. Tenemos que luchar y luchar y luchar… Podemos, claro que podemos.
Fuente: ApiaVirtual
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