por Francisco Gómez Maza
Mantienen por lo menos 186 casas de seguridad, en condiciones de tortura
La doble moral del gobierno de los Estados Unidos. Por un lado, se dice campeón de la libertad individual; defensor acérrimo de los derechos humanos; perro guardián de la “democracia”; adalid de libre competencia; defensor de la igualdad de género y razas; protector de la libertad religiosa, y otras linduras. Por el otro, mantiene Guantánamo, un San Quintín moderno, en donde se aplican las peores torturas a los detenidos por sólo la sospecha de terrorismo; emprende campañas bélicas sanguinarias en contra de pueblos que buscan otros caminos que no son el camino del Imperio, y que representan un peligro para los intereses de la economía más poderosa del planeta; o se hace tonto o es cómplice del terrorismo, del narcotráfico, y de los más despiadados torturadores países periféricos, y mantiene casas de seguridad en donde desaparece a indocumentados que no han cometido ningún delito penal, sino sólo el de estar viviendo de manera honesta, trabajando y aportando pingües ganancias a al aparato productivo de esa nación meridional.
La revista “The Nation” ha documentado profusamente, a fondo, una de tantas barbaridades que cotidianamente comete el gobierno estadounidense, pero que mantiene en reserva, con la discreción que le impone su fariseísmo. La Agencia de Inmigración y Seguridad de Aduana (ICE) retiene a desgraciados inmigrantes indocumentados, sin deberla ni temerla, en algo así como casas de seguridad secretas. Revela The Nation que, además de sus oficinas de campo y centros de detención conocidos públicamente, la ICE detiene personas en 186 oficinas secretas; cárceles, pues, ubicadas en zonas suburbanas o comerciales, y no da información acerca de sus arrendatarios. Por ejemplo, dice The Nation, en Los Ángeles, la ICE tiene inmigrantes detenidos en un depósito poco acondicionado que está escondido en un gran edificio federal céntrico.
Durante una conferencia que tuvo lugar el año pasado, el ex director ejecutivo de Inmigración y Aduanas (ICE), James Pendergraph, habló abiertamente acerca de la habilidad de la ICE para hacer desaparecer personas. Pendergraph pronunció las escalofriantes palabras: "Si no tenemos evidencia suficiente para acusar a alguien legalmente, pero creemos que es ilegal, podemos desaparecerlo". The Nation informa además que los agentes de la ICE regularmente se hacen pasar por otras personas y hacen uso de otros tipos de trucos ilegales para arrestar residentes de prolongada estancia en territorio estadounidense, que no poseen antecedentes criminales. Los agentes de la ICE se presentan como inspectores de Seguridad y Salud Ocupacional, agentes de seguros y hasta por religiosos.
Jacqueline Stevens, la reportera de The Nation, reproduce las escalofriantes palabras de Pendergraph: "Si usted no tiene suficientes pruebas para acusar penalmente a alguien, pero cree que es ilegal, puede desaparecerlo". Pendergraph sabía que el ICE desaparece gente. Además de sus oficinas de detención oficiales, el ICE también encierra a indocumentados en 186 oficinas secretas, que pueden estar localizadas en las cercanías de sus oficinas públicas, en centros comerciales. Probablemente hay un pabellón en el Complejo de Asuntos de los Veteranos en Castle Point, Nueva York, pero nadie lo asociaría con la Agencia de Inmigración y Seguridad de Aduana. Tales cárceles, absolutamente ilegales, no están diseñadas para confinar personas en tránsito; no disponen de camas o duchas, y no están sujetas a las Normas de Detención del ICE. Esta red de “oficinas subcampo” fue denunciada en un informe de Dora Schriro, ex asesora especial de Janet Napolitano, la secretaria de Seguridad Nacional, pero el informe no registró direcciones.
La reportera de The Nation obtuvo una lista parcial de tales centros de detención, que le proporcionó un funcionario de Inmigración, y la compartió con defensores de los inmigrantes y organizaciones defensoras de los derechos civiles, cuyas reacciones fueron de la perplejidad a la indignación. Andrea Black, directora de “Detention Watch Network” (DWN), dijo que sabía de la existencia de algunas de las oficinas no registradas públicamente, pero no que se encarcelara a los indocumentados en ellas. ICE DWN nunca proporcionó una lista de sus ubicaciones. "Esto revela una falta absoluta de transparencia por parte del ICE". ICE dice que las instalaciones temporales en las oficinas de campo o subcampo se utilizan para cuestiones oficiales. Hay 24 oficinas de campo en la lista. Las 186 oficinas en el subcampo “no cotizan en bolsa”. Por ejemplo, en Carolina del Norte, en 2007, había 629,947 inmigrantes y, al menos seis oficinas en el subcampo, en comparación con Massachusetts, con 913,957 inmigrantes, y una oficina de campo en la lista.
Un abogado de alto rango de una organización de derechos civiles vio la lista y dijo: "¡No se puede practicar la detención secreta! El público tiene derecho de saber qué pasa con las detenciones de migrantes”. Alison Parker, directora adjunta de Human Rights Watch, escribió un profuso informe sobre las políticas de tránsito del ICE." Aunque ella nunca había oído hablar de las tales casas de seguridad extraoficiales, estaba preocupada por el ocultamiento gubernamental de su ubicación, hecho que viola el Pacto de la ONU sobre Derechos Civiles y Políticos, del que los Estados Unidos es signatario. El desafío de ser incapaz de encontrar a personas en centros de detención, documentado en el informe de Human Rights Watch, se agrava cuando uno no sabe ni para dónde mirar. La ausencia de una base de datos en tiempo real de seguimiento de las personas en custodia del ICE significa que ésta ha creado una red de cárceles secretas.
Pues tal es el trato que reciben los inmigrantes en Estados Unidos, pese a que son responsables del 20 por ciento de la producción económica de las 25 mayores áreas urbanas de esa nación. Los extranjeros tienen una decisiva contribución al Producto Interno Bruto estadounidense, la cual se corresponde con una proporción del 20 por ciento dentro de la población de ese país. El director de la Iniciativa de Investigación en Inmigración, David Dyssegaard, apuntó que esos datos son una muestra de la relación entre inmigración y crecimiento económico. En Miami, los inmigrantes representan el 37 por ciento de la población y conforman el 38 por ciento del PIB; en Pittsburg representan el tres y el cuatro del PIB, y en Nueva York son el 28 por ciento de la población e igual cifra en el crecimiento económico. Los hispanos constituyen un 46 por ciento del total de inmigrantes en esas 25 mayores zonas metropolitanas, que incluyen San Francisco, Washington, Dallas, Filadelfia y Chicago. Pero para los funcionarios de la ICE son una rémora, sospechosos de terrorismo, por lo menos.
http://analisisafondo.blogspot.com/
La doble moral del gobierno de los Estados Unidos. Por un lado, se dice campeón de la libertad individual; defensor acérrimo de los derechos humanos; perro guardián de la “democracia”; adalid de libre competencia; defensor de la igualdad de género y razas; protector de la libertad religiosa, y otras linduras. Por el otro, mantiene Guantánamo, un San Quintín moderno, en donde se aplican las peores torturas a los detenidos por sólo la sospecha de terrorismo; emprende campañas bélicas sanguinarias en contra de pueblos que buscan otros caminos que no son el camino del Imperio, y que representan un peligro para los intereses de la economía más poderosa del planeta; o se hace tonto o es cómplice del terrorismo, del narcotráfico, y de los más despiadados torturadores países periféricos, y mantiene casas de seguridad en donde desaparece a indocumentados que no han cometido ningún delito penal, sino sólo el de estar viviendo de manera honesta, trabajando y aportando pingües ganancias a al aparato productivo de esa nación meridional.
La revista “The Nation” ha documentado profusamente, a fondo, una de tantas barbaridades que cotidianamente comete el gobierno estadounidense, pero que mantiene en reserva, con la discreción que le impone su fariseísmo. La Agencia de Inmigración y Seguridad de Aduana (ICE) retiene a desgraciados inmigrantes indocumentados, sin deberla ni temerla, en algo así como casas de seguridad secretas. Revela The Nation que, además de sus oficinas de campo y centros de detención conocidos públicamente, la ICE detiene personas en 186 oficinas secretas; cárceles, pues, ubicadas en zonas suburbanas o comerciales, y no da información acerca de sus arrendatarios. Por ejemplo, dice The Nation, en Los Ángeles, la ICE tiene inmigrantes detenidos en un depósito poco acondicionado que está escondido en un gran edificio federal céntrico.
Durante una conferencia que tuvo lugar el año pasado, el ex director ejecutivo de Inmigración y Aduanas (ICE), James Pendergraph, habló abiertamente acerca de la habilidad de la ICE para hacer desaparecer personas. Pendergraph pronunció las escalofriantes palabras: "Si no tenemos evidencia suficiente para acusar a alguien legalmente, pero creemos que es ilegal, podemos desaparecerlo". The Nation informa además que los agentes de la ICE regularmente se hacen pasar por otras personas y hacen uso de otros tipos de trucos ilegales para arrestar residentes de prolongada estancia en territorio estadounidense, que no poseen antecedentes criminales. Los agentes de la ICE se presentan como inspectores de Seguridad y Salud Ocupacional, agentes de seguros y hasta por religiosos.
Jacqueline Stevens, la reportera de The Nation, reproduce las escalofriantes palabras de Pendergraph: "Si usted no tiene suficientes pruebas para acusar penalmente a alguien, pero cree que es ilegal, puede desaparecerlo". Pendergraph sabía que el ICE desaparece gente. Además de sus oficinas de detención oficiales, el ICE también encierra a indocumentados en 186 oficinas secretas, que pueden estar localizadas en las cercanías de sus oficinas públicas, en centros comerciales. Probablemente hay un pabellón en el Complejo de Asuntos de los Veteranos en Castle Point, Nueva York, pero nadie lo asociaría con la Agencia de Inmigración y Seguridad de Aduana. Tales cárceles, absolutamente ilegales, no están diseñadas para confinar personas en tránsito; no disponen de camas o duchas, y no están sujetas a las Normas de Detención del ICE. Esta red de “oficinas subcampo” fue denunciada en un informe de Dora Schriro, ex asesora especial de Janet Napolitano, la secretaria de Seguridad Nacional, pero el informe no registró direcciones.
La reportera de The Nation obtuvo una lista parcial de tales centros de detención, que le proporcionó un funcionario de Inmigración, y la compartió con defensores de los inmigrantes y organizaciones defensoras de los derechos civiles, cuyas reacciones fueron de la perplejidad a la indignación. Andrea Black, directora de “Detention Watch Network” (DWN), dijo que sabía de la existencia de algunas de las oficinas no registradas públicamente, pero no que se encarcelara a los indocumentados en ellas. ICE DWN nunca proporcionó una lista de sus ubicaciones. "Esto revela una falta absoluta de transparencia por parte del ICE". ICE dice que las instalaciones temporales en las oficinas de campo o subcampo se utilizan para cuestiones oficiales. Hay 24 oficinas de campo en la lista. Las 186 oficinas en el subcampo “no cotizan en bolsa”. Por ejemplo, en Carolina del Norte, en 2007, había 629,947 inmigrantes y, al menos seis oficinas en el subcampo, en comparación con Massachusetts, con 913,957 inmigrantes, y una oficina de campo en la lista.
Un abogado de alto rango de una organización de derechos civiles vio la lista y dijo: "¡No se puede practicar la detención secreta! El público tiene derecho de saber qué pasa con las detenciones de migrantes”. Alison Parker, directora adjunta de Human Rights Watch, escribió un profuso informe sobre las políticas de tránsito del ICE." Aunque ella nunca había oído hablar de las tales casas de seguridad extraoficiales, estaba preocupada por el ocultamiento gubernamental de su ubicación, hecho que viola el Pacto de la ONU sobre Derechos Civiles y Políticos, del que los Estados Unidos es signatario. El desafío de ser incapaz de encontrar a personas en centros de detención, documentado en el informe de Human Rights Watch, se agrava cuando uno no sabe ni para dónde mirar. La ausencia de una base de datos en tiempo real de seguimiento de las personas en custodia del ICE significa que ésta ha creado una red de cárceles secretas.
Pues tal es el trato que reciben los inmigrantes en Estados Unidos, pese a que son responsables del 20 por ciento de la producción económica de las 25 mayores áreas urbanas de esa nación. Los extranjeros tienen una decisiva contribución al Producto Interno Bruto estadounidense, la cual se corresponde con una proporción del 20 por ciento dentro de la población de ese país. El director de la Iniciativa de Investigación en Inmigración, David Dyssegaard, apuntó que esos datos son una muestra de la relación entre inmigración y crecimiento económico. En Miami, los inmigrantes representan el 37 por ciento de la población y conforman el 38 por ciento del PIB; en Pittsburg representan el tres y el cuatro del PIB, y en Nueva York son el 28 por ciento de la población e igual cifra en el crecimiento económico. Los hispanos constituyen un 46 por ciento del total de inmigrantes en esas 25 mayores zonas metropolitanas, que incluyen San Francisco, Washington, Dallas, Filadelfia y Chicago. Pero para los funcionarios de la ICE son una rémora, sospechosos de terrorismo, por lo menos.
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