miércoles, 23 de diciembre de 2009

El verdadero sentido de la Navidad



Urgen a cambiar en esta Navidad el consumismo por la ayuda a los demás.
Religiosos y teólogos exhortaron a la población a recordar el verdadero sentido de la Navidad, dejar a un lado el consumismo para reflexionar, reforzar los valores y ayudar a quienes menos tienen.

Mié, 23/12/2009 - 15:50
México.- Religiosos y teólogos dijeron que la Naviadad es una ocasión para fraternizar con las personas allegadas y dejar atrás rencores de una sociedad en conflicto que se manifiesta tanto en convivencias laborales como personales.

El representante de Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, José de Jesús Aguilar Valdés, recomendó la reflexión para llegar al cambio, el cual se puede dar valorando lo que se tiene y haciendo un sacrificio, regalando un poco de estas bendiciones a las personas que menos tienen, ya sea de manera económica o sentimental.

De igual forma es necesario crear conciencia de los valores y la importancia de mantener vivas las tradiciones navideñas, para minimizar el sentido material, del cual se aprovechan año con año los comerciantes.

En esta época de crisis por la que pasa el mundo, la Navidad se presenta como una oportunidad para pensar en las personas que no tienen posada y buscar quién los acoja, de la misma manera que sucedió con el Niño Jesús.

En entrevista, el sacerdote recalcó que los símbolos que rodean a esta fecha no son sólo adornos para la casa, sino que están para recordar la labor del verdadero significado de la Navidad.

Estos recordatorios se presentan en forma del pino que se decora dentro de los hogares, el cual por ser el único árbol que en esta época no pierde el verdor ni el follaje, significa la vida de plenitud y eternidad que viven el hombre y el amor.

Las esferas representan las buenas obras que brillan dentro de la comunidad, mientras que la corona de adviento, por ser una figura circular, representa la regeneración constante de una vida de compromiso y justicia en torno a Jesucristo.

La cena que se disfruta el 24 de diciembre simboliza compartir la alegría que da el ser hijo de un mismo padre, "así que si las personas no le dan sentido a estas cosas, hacen que los signos se conviertan en algo vacío", afirmó.

En este sentido Eduardo Mercado Guzmán, teólogo de la Universidad Pontificia de México, aseguró que hacer uso de estos símbolos, algunos tomados de culturas celtas y sajonas, es parte de una preparación para recibir una de las celebraciones más grandes que tiene la Iglesia Católica.

Estos preparativos se dan cuatro semanas antes de la Navidad y se les conoce como tiempo de Adviento, que es preparase para "alguien que viene", por lo que es utilizada la corona que va acompañada por velas.

En cada uno de los cuatro domingos se enciende una de estas velas para decir que Cristo es la luz, elemento que es de suma importancia para la religión católica debido a que tiene significados como la esperanza, la fe, la caridad y por lo que se guiaron los Reyes Magos al seguir la estrella que los llevó hacia el lugar donde nació Jesús.

De esta manera ese acto se convierte en una fiesta litúrgica, que incluye la celebración en misa de la Navidad, término que significa natividad, es decir el nacimiento de Cristo, y que teológicamente quiere decir "el hijo de Dios que se hace carne".

Acerca del inicio del festejo de este hecho, el cual se dio en el siglo IV, Mercado Guzmán comentó que como en esa época no se tenían testigos que revelaran el día ni la hora exacta del nacimiento, se crearon distintas fechas simbólicas que fueron celebradas tanto en Roma como en el Oriente.

Estas diferencias se dieron debido a que ambas Iglesias estaban separadas no sólo en comunicación sino también geográficamente, por lo que en Roma se decidió que fuera la noche más larga de todo el año para simbolizar que la oscuridad se dejaba a un lado para permitir que el Sol triunfara.

Esta es la razón por la que se eligió la noche del 24 de diciembre, la cual permite que a partir del 25 los días comiencen a ser más largos; sin embargo la idea de la Iglesia de Jerusalén era que la noche más extensa del año era la del 5 de enero.

Esta celebración en diferentes días se dio durante varios siglos, hasta que la comunicación los acercó y les permitió ponerse de acuerdo en celebrar la Navidad a partir del 24 de diciembre y hasta el 6 de enero.

Con el paso del tiempo se hizo costumbre dar regalos para recordar que Cristo es el principal obsequio que Dios nos dio, lo que más tarde se convirtió en dar obsequios, especialmente juguetes a los niños, porque se reconoce en cada pequeño la imagen del pequeño Jesús.

Esto se distorsionó con la llegada de San Nicolás o Santa Claus, quien vivió en el siglo IV y que se recordaba en las primeras semanas de este mes, pero que se hizo tradición en algunas culturas representarlo con regalos justo la noche del 24 de diciembre.

El festejo de esta fecha en torno a dicho personaje se hizo por la cercanía del mes y por la ayuda que él brindó a las personas pobres con la fortuna que le heredaron.

De esta forma, él repartía regalos a los niños y también dejaba dinero en las medias que las mujeres colgaban en la chimenea para que se pudieran casar.

Después se añadió la tradición de los Reyes Magos, celebrada sobre todo en México y España, cuya importancia radica en que representan a todas las personas no judías que reconocen a Cristo y que también son salvadas por el hijo de Dios.

Sobre estas tradiciones, en México la Navidad ha adquirido características específicas. En primer lugar fue la aparición de la Nochebuena, flor originaria de este país que por la forma y el color que tiene, recuerda al Sol, lo cual sigue la idea que la Nochebuena es símbolo de Cristo.

También se hicieron representaciones teatrales con pasajes bíblicos llamadas "pastorelas", que a la llegada de los españoles en el siglo XVI ayudaron a enseñar la religión mediante imágenes que hacían fácil la comprensión de los indígenas que hablaban un idioma distinto.

Después se adoptó representar los nueve meses del embarazo de María y al mismo tiempo su caminar en busca de una posada en Belén, con nueve días de celebraciones a través de cánticos que llevan el nombre de "posadas" y que culminan en la noche de Navidad.

El teólogo de la Universidad Pontificia de México agregó que la globalización y la comunicación han hecho que cada vez se mezclen más culturas, por lo que se incorporan nuevos elementos que, en muchas ocasiones, han desvirtuado el verdadero sentido de la Navidad.

Esto también ha provocado que los comerciantes se aprovechen de las fiestas para convertir una celebración de significado religioso y espiritual en una época de consumo, hecho que demuestra la conversión de una sociedad materialista y hedonista.

"Los individuos tienen que aprovechar esta época como un reto en el que deben conseguir conservar los valores y hacer que en estos días existan buenas noticias, hechos de los que el mundo está necesitado", añadió Mercado Guzmán.

Notimex


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