El problema libio es de incumbencia interna. Podría degenerar en una guerra civil debido a la intromisión armada foránea, a la desinformación constante y la indiferencia del resto de la humanidad.
Desde las últimas semanas del año viejo, tirios y troyanos, doctos e ignorantes, conocedores y despistados han "vertido criterio" acerca del virtual tsunami político que en el Medio Oriente recorre la geografía norteafricana, con caída y limpia en seguidilla, de longevos regímenes antipopulares.
Sabihondos de pacotilla pronostican machaconamente que así como en los noventa se resquebrajó la "cortina de hierro", en Europa del Este, ahora se desgarra en jirones, la "cortina de jazmín", y que estamos ad portas de un radiante dominó primaveral donde la democracia y sus bendiciones implantarán con mano firme sus estandartes, y esos sufridos países pasarán de la estulticia al umbral del paraíso terrenal.
Como me decía el recordado Max Ignacio Salvador en Miami, "es que, chico, en esta fiesta hay caramelo "pá to'l mundo". Y no se equivocaba el hijo de Santiago de Cuba. En esta nefasta jarana --orquestada por el Imperio-- cada cual quiere saborear su caramelo, a costa del vecino. Veamos el cómo y el porqué.
El "caso Túnez"
El deslucido vejancón Habib Bourghiba (padre fundador, en 1956, de la República de Túnez), fue despedido de su cargo vitalicio —sin mucho trámite ni ceremonia— después de gozar de la jugosa ubre burocrática, por la bicoca de 31 años ininterrumpidos. Senil y decrépito, fue confinado a un impresionante palacete —residencia alternativa de verano presidencial— en la ciudad de Monastir.
Con un "gabinete de comparsa", hasta el día de su deceso, creyó ser el Jefe de Estado de Túnez. Se imprimieron alucinantes periódicos (verdaderas tiras cómicas) para su consumo personal, donde la fábula se confirmaba en blanco y negro.
En verdad, en 1987 Bourghiba fue reemplazado como Presidente —en palaciego golpe de timón— por su jefe de seguridad, general Zine el Abidne Ben Alí, quien a su vez, fue reelecto "en urnas democráticas", alegre e irresponsablemente cada cinco o seis años. Ben Alí, junto a sus parientes, agnados y coagnados amasó una fortuna cercana a los 24 mil millones de dólares USA, que intentó poner a buen recaudo cuando la cosa se le puso "color de hormiga".
A finales de enero 2011, con una patada en el traste, fue ignominiosamente expulsado del poder por un levantamiento popular sin precedentes en la historia deAl Jumhuriyah Al Tunisiyah. Hoy descansa de tanto "sacrificio por la Patria" en la ciudad de Jeddha, en Saudi Arabia, codeándose con los herederos de otros déspotas tercermundistas, repudiados por sus pueblos, como Idi Amín Dada o Sani Abacha.
Túnez es un país norteafricano con 162.155 km2 de extensión territorial, algo más que la mitad del Ecuador. Con 10,533.000 habitantes.
¿Quién fue Ben Alí?
Un lacayo incondicional de los yanquis, quien como apropiado espadón de alquiler, "obediente y no deliberante", implementó la "modernización" del Estado y la integración nacional a costa de un gobierno reaccionario, omnímodo, personalista, pero alejado de los extremos religiosos.
Secundado por un partido político de su propia confección, cada cierto tiempo, asumía la mayoría legislativa. En 2009 fue "reelecto" por quinta ocasión consecutiva. Durante sus mandatos, reprimió con mano dura a la oposición de moderado tinte democrático. Implacable con la propuesta de izquierda revolucionaria como con el fundamentalismo islámico. Amordazó a la prensa, y convirtió en un ícono al periodista Mouldi M´barak, cronista del diario "Les Temps", mi amigo personal.
Por cuanto las revueltas populares pro se, son incapaces de pasar del relajo a la revolución política, al ser expulsado del poder, Ben Alí fue reemplazado por su pana del alma, Mohamed Ghannouchi, Primer Ministro desde hacía doce años. Y sigue ¡¡tan campante!! cubriéndole las espaldas al despreciado tiranuelo, en su precipitado paso al tarro de basura de la historia.
El "caso Egipto"
Egipto es el país arabizado en el siglo VI por los musulmanes que sometieron a la población copta original. Consta con 1,001.450 km2 y una población de 78,'238.521 habitantes. 90% musulmán y 10% cristiano ortodoxo. En 1954, el reyezuelo Farouk fue derrocado por una "coalición de jóvenes oficiales" de entre quienes destacó el Coronel Gamal Ab-del Nasser, visionario político que acuñó la tesis del Panarabismo (o sea varios estados, pero una sola Nación Árabe). Por un tiempo colocó bajo un solo pendón a Siria, Egipto, Libia, Líbano y Sudán, en la llamada RAU, República Árabe Unida.
Tras el fallecimiento de Nasser, como presidente fue sucedido por Anwar El-Sadat, su segundo a bordo, cuyo aporte histórico fue entregarse de patas y manos al Imperio, firmando los Acuerdos de Camp David en 1978. Eso le costó la vida, pues a pistoletazo limpio fue barrido en 1981, por fundamentalistas islámicos, que no le perdonaban la "paz con Israel".
¿Quién es Mohamed Hosni Mubarak?
Oscuro burócrata. Héroe en la guerra del Yom Kippur, piloto, y luego Comandante General de la Fuerza Aérea y vicepresidente.
En tal condición asumió el poder tras la súbita desaparición de Sadat. Carente de brillo personal, pésimo orador, "ilustre desconocido" al momento de asumir poderes, pero muy hábil en la politiquera componenda. Tras ser "reelegido democráticamente", como Velasco Ibarra, por cinco ocasiones logró mantenerse en el poder por 32 años, hasta febrero 2011. Durante todo su mandato, fue apuntalado por los EE.UU. con un aporte anual de 1.300 millones de dólares USA, dizque para fortalecimiento de las FF.AA.
Luego de una masiva movilización popular, fue reemplazado por una Junta Militar, designada por él mismo, y dirigida por su Ministro de Defensa Ahmed Larijani (en el cargo por más de 20 años).
Al despedirse de la Presidencia de la Yumhuriyat Misr Al-Arabiyya, Mubarak contaba con un modesto ahorro personal de ¡70 mil millones de dólares USA! Mientras planea como disfrutar de su anticipada jubilación, aguarda el juicio de la historia en el lujoso balneario de Sharm El-Sheikh.
El "caso Libia" es diferente
En 1977 adoptó el nombre oficial de Al Jamahiriyah al Arabiyah al Libyah al Shabiyah al Ishtirakiyah al Uthma (Gran Jamahiriyah Arabe Libia Popular Socialista), este país está ubicado en Africa del Norte frente al mar Mediterráneo.
Subdividido administrativamente, desde la época romana, en tres zonas: dos colindando con el mar, y otra en el corazón del desierto del Sáhara. El sector oeste o Tripolitania, con su trilogía de ciudades: Leptis Magna, Sabratha y Oea. El área este o Cirenaica, que incluye las ciudades de Cyrene (Shahat) y Apollonia (Marsa Susa). Fezzan, o la zona desértica, con los oasis luego devenidos en pequeñas ciudades. Libia tiene 1,759.540 km2, y una población de 6,459.122 habitantes.
El Jefe de Estado, Coronel Moammar Al-Qathafi, en el "Libro Verde", de su autoría, definió la filosofía política imperante en Libia, como socialismo equidistante entre el capitalismo depredador y el estalinismo salvaje.
¿Cómo era Libia antes de la revolución Al Fatah?
Terminada la II Guerra Mundial, y expulsado el fascismo del plateau libio, en abril de 1949, la XIII Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en Lake Sucess, aprobó el plan Bevin-Sforza, por el cual el territorio libio se dividiría en tres protectorados: Tripolitania para Inglaterra, Cirenaica para Italia, y el Fezzan, para Francia. ¡Apetitoso pastel para las babeantes fauces europeas!
Está claro que desde un principio, los europeos nunca quisieron una Libia unida, bajo un solo régimen, en un solo país, bajo un solo gobierno. Cada colonia tendría su propio idioma oficial, con el árabe como segunda lengua. ¡Ya para entonces había empezado la confrontación entre los comensales del banquete petrolero!
La rebelión del legendario shabani Omar Al-Mukhtar (quien por más de doce años tuvo en jaque a los fascistas italianos, y a quien ahorcaron en 1929), aún inspiraba a los coolies, quienes armaron la revuelta en contra de tamaño despropósito. De modo que no pudiendo dividir Libia y repartírsela entre ellos, en 1951, los "protectores" europeos impusieron una monarquía "à la britanique", con un títere de nombre Idris Al-Sanoussi como monarca de opereta.
Nacido en Marruecos, casado con una inglesa que nunca aprendió ni una palabra del árabe y practicó un Islam superficial, el dinosaurio estaba en Grecia, en el balneario termal de Volos, cuando se produce la revuelta popular encabezada Al-Qathafi, Al-Jalloud y Al-Younis, entre otros.
Hasta 1969, el sistema judicial libio era 100% británico, entre jueces, secretarios, fiscales, amanuenses, investigadores y abogados. Cuando un ciudadano debía defender sus derechos, primero tenía que conseguirse un traductor eficiente, para luego emprender el tortuoso sendero de la ley.
El ejército libio --de 7 mil cuadros-- entrenado y supervisado por oficiales yanquis e ingleses era controlado desde sus bases aéreas de Wheelus y Oqba ben Nafi.
De igual manera, la administración pública, con sus puestos claves de servicio técnico, estaba en manos extranjeras.
Por su parte, la incipiente aviación civil, servicios postales, comunicaciones, y mensajería estaban sometidas a control directo de la Fuerza Aérea del Reino Unido.
De un total de 2500 alumnos universitarios, sólo 31 mujeres estudiaban regularmente, y todas ellas matriculadas en la escuela de Letras. Sólo en Trípoli —entonces con casi doscientos mil habitantes— funcionaban 16 unidades educativas privadas, a nivel de bachillerato, obviamente pagadas por la familia de los alumnos regulares: 14 en idiomas extranjeros y dos en lengua árabe. De modo que la gente común y sencilla enviaba a sus hijos a educarse en las madarasás (escuelas corámicas, adjuntas a las mezquitas locales), donde aprendían a sumar y restar, escribir y leer el idioma árabe, y a recitar de memoria suras y pasajes del Libro sagrado.
Toda este información fue extraída de los informes proporcionados por el francés Pierre Rossi en 1979, "La Verte Libye" y por el ciudadano británico Mohammed Beschir Fergiani, en 1983,
"The Libyan Jamahiriyah". Desde la Revolución Al-Fatah, al presente Programa de Libianización
Invitados a marcharse todos los burócratas extranjeros, fueron reemplazados en sus funciones por ciudadanos libios. Desde un principio el Estado aprobó oficialmente la igualdad de género, de oportunidades y de los clanes étnicos y tribales. El Estado ha hecho ingentes esfuerzos para preservar la unidad territorial y dotar de orgullo nacional a la ciudadanía Libia, contraviniendo la práctica europea perversamente impuesta a ella, en su sistema colonial de "divide y vencerás".
El 100% del territorio nacional es autosuficiente en servicios telefónico y eléctrico. Debido a su inclemente clima desértico, se planificó y construyó el impresionanteGran Río Verde, que recolecta 6,500.000 m3 de agua potable entubada desde el Nubian Aquifer, en el corazón del Sáhara, y la transporta por miles de kilómetros a Tripolitania, Cirenaica y el Fezzan. En río con sus 1300 pozos, a 500 metros del subsuelo, terminó de una vez por todas con la sequía proverbial del Sáhara.
El producto interno bruto, per cápita, es de 18.852 dólares USA, el más elevado de toda Africa. Su crecimiento anual es del 5,8%, aunque la tasa de subempleo es del 26%. Su inflación bordea los 4,5, estimada en 2010. Sus exportaciones son del orden de los 162 millones de dólares USA, y sus importaciones de 26 billones de dólares USA.
Desde 1970, se aprobaron y ejecutaron, sistemáticamente, uno tras otro, los planes quinquenales de desarrollo. Salvo en dos ocasiones, los objetivos del plan fueron incumplidos, en casi un 43%, debido a causales externas, como la guerra en el Chad, y el bombardeo criminal de Reagan a Trípoli y Bengasi.
Hoteles de cinco estrellas, según estándares internacionales funcionan en la capital como Fonduk Al-Marsa, Fonduk Al-Kabir, o Fonduk Al-Mahari.
Conscientes de su política pan-arábiga, la Gran Jamahiriyah borró fronteras con sus vecinos en Túnez, Argelia, Níger, Chad, Sudán y Egipto, lo que permitió que en temporadas de fiestas religiosas, una gran cantidad de desheredados de esas naciones vecinas, ingresen a territorio libio para recibir el sustento, caridades y bendiciones determinados por el Libro Sagrado de Al Qur´an.
Recuperando su nacionalidad
En Libia no existen partidos políticos, pero tienen plena vigencia unas 140 tribus, que cubren al 85% de la población. Desde 1979, el Jefe del Estado no ostenta el título de Presidente, sino de Líder de la Revolución. El y su familia pertenecen a la tribu Beni Gadafiah, pero por matrimonio ha emparentado con los al-Barassi. La tribu Beni Minifiah, es de larga trayectoria histórica entre quienes se cuenta al heroico guerrillero Al-Moukhtar. Las 22 principales y más numerosas tribus libias están debidamente representadas en el gobierno nacional, como Beni Hilal, Beni Salim, Beni Walid, Beni Zintan, Warfallah, Magariha (a la que pertenece el Comandante Adb-el Salam Jalloud, como también el cuestionado Beset al-Megrahi). También las tribus Beni Zawiya, Kargallah, Tawajeer, Beni Masrata, el-Mahoub, Zamoura, Dabahisa, Zawaiya, al-Zawaliah, al-Kharsha, al-Awaqir, Mukhabra (a la que pertenece el Comandante Abu Bakr Younis Jaber), y Beni Farkhan.
Incorporando esta milenaria estructura social, a la moderna sociedad Libia, se reunió a los 140 jefes tribales en el Comité Popular de Liderazgo Social, que en la práctica funciona como el parlamento de las tribus originales. Así el Estado revolucionario, a partir de 1971, consolidó la nación y la nacionalidad libia, pues siempre Europa y los EE.UU. conspiraron contra ella.
Libia proclama un estado de las masas (Jamahiriyah), donde los trascendentales asuntos de Estado, como las más minuciosas determinaciones comunitarias se toman en consenso, en las bases de los Comités Populares. Cuando el Coronel Qathafi reúne al Consejo de Sabios para que le asesoren en materia política, familiar o social, a menudo, la televisión local, muestra a tantos ancianos aconsejando, o aún "tirando de las orejas" al Jefe de Estado, en evidencia, sin maquillaje de lo que es y consiste la democracia, el estado de las masas, a nivel de sus bases populares.
Según la Constitución libia, el Líder de la Revolución dirige un estado democrático, y no una teocracia islamista. Hay separación de funciones entre lo espiritual sunita y lo político. Hay completa independencia del poder jurisdiccional. El poder legislativo lo ejerce el Congreso del Pueblo, con casi dos mil representantes, elegidos directamente por cada distrito territorial y por cada una de las ramas sociales que componen la nación.
Si bien no existen elecciones de cartulina, programadas con fanfarria cada cierto tiempo, la sociedad libia, permanentemente, se pronuncia, o sea emite voto y criterio, al producirse cada vacío social en la dirigencia, al crearse nuevas responsabilidades, o al tomarse cualquier determinación concerniente al Estado.
Defensa del territorio patrio
Desde 1969, Libia se ha visto obligada a invertir ingentes sumas de dinero en consolidar la defensa nacional, propiciando unas Fuerzas Armadas profesionales, al servicio de la nación y no necesariamente al servicio del régimen. Las FF.AA. son 100 % libias, con su oficialidad y tropa, reconocida y adiestrada en escuelas de prestigioso renombre en las ciencias militares.
Cuenta con un Ejército de casi 70 mil soldados profesionales, una Armada de 8 mil marines, y 18 mil infantes en la Fuerza Aérea. La Policía Civil cuenta con 36 mil miembros profesionales. La Policía de Supervisión Islámica, con 25 mil voluntarios uniformados. La Reserva está integrada por un cupo de 40 mil combatientes, en la cual cada pater familae —entre los 24 y 60 años— recibe adiestramiento mensual de un fin de semana, con un mes de internamiento militar anual. A cada ciudadano se le entrega uniforme de camuflaje, un fusil kalashnikov, que guarda en su propio domicilio, con munición suficiente para una semana de acción defensiva.
No sólo la secular codicia de las grandes potencias ha atentado contra la estabilidad de la Gran Jamahiriyah. No olvidemos que los europeos siempre se opusieron a una Libia libre y soberana, y que su último exabrupto data de 1949, así como los yanquis en 1988. Ante las persistentes agresiones externas, se ha consolidado la Muhabarat, seguridad e inteligencia, en lo interno como en lo internacional, pues por desgracia también conspiran enemigos internos.
Esos quintacolumnistas, se prestan, se alquilan y tarifan según los planes imperiales, a pretexto de libertades democráticas mientras otros de sello adverso, son enemigos del progreso, dizque por fundamentalismos de orden religioso. Fanáticos elementos islamistas del tipo Talibán, Hizbollah, Hamas, o Al-Qaeda, están legalmente prohibidos en Libia, y su práctica sancionada con pena capital. Libia es una sociedad laica, en la medida de lo que pueda serlo un país musulmán.
Libertad de Cultos
Aún cuando la Constitución Política del Estado, la Proclama de Al-Fatah, y el "Libro Verde" establecen sin sombra de duda que el Islam es la religión oficial del Estado, la Sharía la norma legal materia de procedimiento civil y penal y el árabe la lengua franca; en Libia se permite el libre ejercicio cultual a las "religiones del Libro", según definición del Profeta Mohammed.
Hasta 1969, en Medina Al-Khadima —la vieja ciudad de Tarabulus Al-Gharb (Trípoli del oeste)— aparte de las innumerables mezquitas islámicas, funcionaban: una sinagoga judía una Iglesia greco-ortodoxa, la del Pantokrator, y una católico-romana, la Chiesa Sancta Maria nella Croce, mayormente italiana. Dentro de la Real Base Aérea Idris, funcionaba una congregación anglicana, la Iglesia de San Miguel y Todos los Ángeles, integrada básicamente por ciudadanos del Reino Unido. Curiosamente, antes de llegar al altar, los fieles debían "confesarse" en ¡la prevención militar!
A partir de la Revolución muchos templos y capillas cristianas quedaron abandonadas, debido a la masiva emigración extranjera. Acto seguido fueron convertidas en mezquitas, bibliotecas, centros de estudio, etc. Por expresa disposición estatal, en 1974, todas las instituciones religiosas no musulmanas, reconocidas por el Estado, fueron colocadas bajo coordinación de Dawa Al-Islamiya, institución oficial sunnita, cuyo gabinete era a su vez, la autoridad que aprobaba el estatuto de cada nueva solicitud religiosa.
Puedo certificar que hasta 1995, Libia contaba con un Rabino Judío, Dr. Rafaello Fellah, residente en Roma; un grupo creciente de pastores evangélicos y pentecostales, (ingleses, norteamericanos, paquistaníes y africanos) y cuatro obispos cristianos históricos: Vladika Irineos de Carthage, Obispo griego ortodoxo Monseñor Giovanni Batista Martinelli, Obispo católico romano Monseñor Pachomios de Bohaira, Obispo ortodoxo copto y este servidor, Obispo anglicano y responsable por todas las comunidades protestantes, en que se incluía también a mormones, adventistas y testigos de Jehová.
El presidente de Dawa era el Dr. Mohammed Raboo, de grato recuerdo. De propia iniciativa constituimos entonces el Consejo Nacional de Iglesias de la Gran Jamahiriyah, y en más de una ocasión interpusimos nuestros buenos oficios ante infundadas pretensiones de las Naciones Unidas.
Programa de educación
El 52% de la población Libia nació y creció bajo los parámetros de la Revolución. Gracias a los esfuerzos oficiales, el analfabetismo se redujo al 1,01% en 40 años de proceso revolucionario. La educación es gratuita y obligatoria hasta nivel superior, con estas cifras actualizadas a 04-mar-2011:
La población universitaria es de 246.220 estudiantes regulares, dentro del país. Para el año 2006, 5.260 jóvenes eran alumnos en las esuelas nacionales de Medicina. Hoy, en el exterior se preparan 17.185 estudiantes. En escuelas secundarias están matriculados 1`674.355 estudiantes. En escuelas preparatorias, 75.749 inscritos. En escuelas técnicas, 18.975 estudiantes regulares. En institutos pedagógicos 63.201. En centros vocacionales, 22.550. En escuelas elementales, 1,840.980. Personas que fallaron en completar su educación y/o analfabetos: 45.698. Cerca de 20 mil profesionales libios ostentan títulos a nivel de Ph.D.
Toda esta información ha sido corroborada po r el informe de la UNESCO, del 2010, titulado "EFAGlobal Monitoring Report".
Programa de alimentación
Libia registra un crecimiento en lo agrícola, aunque también importa, especialmente, de países del tercer mundo.
Es autosuficiente en producción de dátiles, que el Líder de la Revolución denomina "los chocolates del Sáhara". También en aceituna, vid, cebada, cítricos, maní, soya, mariscos, ganadería, lácteos.
Ha construido enormes silos (como el de Tarhuna, que ridículamente el Gobierno de Clinton acusó de contener armas químicas de destrucción masiva), donde conserva trigo, granos, sémola, principalmente, y otras harinas como la de papa, pescado, y otras importadas de ultramar.
En Libia es muy apetecido y prestigiado el banano ecuatoriano. Y empresarios orenses como Hugo Borja Barrezueta y el fallecido Alberto Wong Mayorga, exportaron sus productos a Agrimarketing, empresa oficial del Ministerio Libio de Agricultura, siendo Ali Sayed Agila, el titular de esa cartera de Estado.
Programa universal de salud
La atención de salud en Libia es universal, y gratuita. No existen centros privados de atención de salud, sino que hospitales, maternidades, clínicas, consultorios, centros de atención primaria, farmacias, boticas y botiquines son del Estado.
Las medicinas se distribuyen con receta en cada barrio y centro poblacional.
Las cirugías de primer orden (algunas que no pueden realizarse en el país) son asumidas por el Estado, que paga la consulta internacional, la hospitalización, los exámenes, el viaje internacional, hotelería y viáticos del paciente y de un chaperón, o acompañante familiar. Los destinos preferidos siguen siendo Italia y Alemania.
Programa de vivienda popular
Todo varón, ciudadano libio a punto de casarse, recibe del Estado un bono para la vivienda, costeada hasta el 58% directamente por el Estado. La mujer recibe el 60 % de su dote matrimonial. Esto ha permitido el establecimiento de nuevos barrios en cada una de las principales ciudades, que se ofertan con todos los servicios incluidos,prêt à porter, pues sin ellos no se autoriza la ocupación familiar.
No sólo ha habido crecimiento y estabilidad poblacional en las urbes, sino que el plan también se aplica al sector rural. De esta manera, en la actualidad las ciudades más importantes como Trípoli y Bengasi, han experimentado un crecimiento poblacional asombroso. La una con 1,025.244 habitantes y la segunda con 629.824.
Un vistazo actualizado al conflicto
El globalizado mundo del siglo XXI se encuentra también polarizado debido al malestar social inducido por influencias extrañas a la nación libia.
Mercenarios en el horizonte
Fuentes dignas de crédito afirman que desde hace dos semanas, por la porosa frontera egipcio-libia, centenares de soldados de fortuna, despedidos de Iraq, se han infiltrado en la Cirenaica, hablando un idioma que no es inglés y que presumiblemente sean colombianos enlistados por Din Corp, una reclutadora internacional de mercenarios, que cuenta con el aval norteamericano.
Por disposición ejecutiva, dos portaviones de los EE.UU. han acoderado frente al Golfo de Bengasi, con claras intenciones de amedrentar a los patriotas que defienden el proceso de Al Fatah.
Mientras tanto, hordas fundamentalistas --presumiblemente iraníes-- hacen su agosto, pretendiendo imponer una fatwa, que condena a muerte a todo representante oficial de la Jamahiriyah. El tal decreto religioso cataloga como kafires (infieles) a los seguidores del legítimo gobierno nacional.
Evidencias de intolerancia "pro democrática" se han puesto de manifiesto en los sectores poblacionales controlados por el terrorismo separatista.
A tales grupos irregulares, se suma un contingente de solados y ex reservistas que combinan sus uniformes militares con turbantes al estilo talibán, exhibiendo armamento pesado, de gatillo alegre, disparando a mansalva, día y noche.
Destrucción de templos cristianos
Tengo la obligación moral de compartir con la comunidad internacional, denuncias recibidas directamente de Trípoli, Bengasi y otras ciudades, y mencionar que la Iglesia franciscana católico-romana, la Comunidad Pentecostal Internacional, y la Iglesia copta de Abu Andraus en la barriada al-Salah Huddin, en la ciudad de Bengasi, fueron incendiadas intencionalmente por mujahaidines islamistas "pro democráticos", con fecha 02 y 03-mar-2011.
En uno de los campamentos petrolíferos en Ras Lanuf, donde funcionaba una congregación presbiteriana coreana, los fundamentalistas, en actitud prepotente, irrumpieron en un culto dominical, amenazaron a los congregados, y prohibieron cualquier manifestación religiosa cristiana, decomisaron libros de oración, Biblias e himnarios, y los quemaron en acto público de intimidación, según denuncia formulada por el Revdo. Park Yu-Lee, capellán local.
El 22-feb-2011, en el barrio de Jamma La Russi, en Trípoli, el Revdo. Robbie E. Prakasam, pastor anglicano de origen indio (comisionado al sagrado ministerio en 1994 por el infrascrito), fue brutalmente apaleado por revoltosos que blandían armas de fuerte calibre y el tricolor de la detestada monarquía.
Proclamando un kalifato islámico, brigadas de desertores militares persiguen sistemáticamente a centenares de subsaharianos, nigerianos, ghaneses, nubios (sudaneses del Sur, de religión cristiana), afincados por años en Libia.
Los verdugos han identificado a sus víctimas como "cruzados" y/o "mercenarios de Qathafi" y decenas de ellos encarcelados en inmundas mazmorras privadas, y otros ejecutados sumariamente en las calles de Ajdabiya y Al-Baida, luego de "confesar" bajo tortura, y ser presentados a la prensa internacional como bandidos asalariados.
Ataques racistas indiscriminados
Militantes radicales del fundamentalismo pro al-Qaeda, son reclutados (se toma lista diaria de asistencia en la Plaza Saha al-Khadra, en Bengasi) en las ciudadelas bajo control de la oposición al régimen. Bandas de libaneses vinculados con Hezbollah, distribuyen afiches gigantescos con el rostro del desaparecido clérigo fundamentalista Iman Musa Sdar, a quien proclaman santón de su causa, y mártir anti-socialista.
En las ciudades "liberadas" de Gharyan, Wazin, Zauia y Ras Jedir, en Tripolitania (frontera con Túnez) se ha realizado furiosas batidas de limpieza étnica, contra supuestos inmigrantes ilegales de origen paquistaní, bangladeshí, tunecino y egipcio.
A punta de pistola, los perseguidos se han visto obligados a cruzar la frontera con el país vecino, y en número cercano a los treinta mil languidecen en precarios campamentos de refugiados, alrededor del aeropuerto de Djerba ante la impavidez del ACNUR.
Agencias internacionales de prensa comentan en detalle, cómo esos neo refugiados, se confrontan a palazos, pedradas y cuchilladas con otros expulsados de origen subsahariano, como ugandeses, nigerianos, chadianos y sudaneses, por el delito de tener piel obscura.
Como reacción a estas atrocidades, ciudadanos de esos países se están ofreciendo como voluntarios al gobierno de Trípoli, para defender a sus hermanos de nacionalidad y raza, sin importar la religión. ¿No son también éstos crímenes de lesa humanidad?
Conspiración en evidencia
Miles de ejemplares de la anacrónica bandera monárquica, de manera "espontánea" aparecieron en calles y plazas de Cirenaica, cuando las revueltas contra el Líder de la Revolución estallaron alrededor del 07-feb-2011.
La citada bandera fue el distintivo nacional entre 1951 y 1969. Entonces fue reemplazada por la bandera de la República Árabe Libia. De 1972 a 1977, el pendón nacional fue el mismo de la RAU, o República Árabe Unida (con los colores de la hoy bandera de Egipto).
Desde 1977 hasta la actualidad, la bandera nacional es un campo de color verde, sin adornos ni inscripciones, según modelo tomado literalmente de la historia épica islámica. Por tanto, desde hace más de 40 años que no se veía en ningún lugar del planeta, y menos en territorio libio, la cuestionada banderita real, que consiste en tres franjas horizontales de color rojo, negro y verde, con el cuarto menguante y la estrella (símbolos islámicos) en la franja intermedia.
Muhammad al-Raidi as Sanoussi, supuesto Príncipe coronado de la monarquía --desde su palacete londinense-- sin ningún rubor declaró el 26-feb-2011, que cuando estallaron las revueltas en los países vecinos, se enviaron al puerto de Bengasi miles de cartones con esos trasnochados ejemplares, para ser distribuidos masivamente en la Gran Jamahiriyah.
De modo que el banderín de la mañosa "oposición" no es más que una reliquia artificial made in England, la que tratan de legitimar a toda costa y justificar por todos los medios.
Radiografía de la oposición
El autoproclamado Consejo Nacional, con supuesta sede en Bengasi, no es sino una amalgama indigesta de ex funcionarios del régimen, liderados por Mustaphá Ab-del Jalil, ex Ministro de Justicia, sobre quien se abrió el l5-sep-2010 una investigación por cohecho, corrupción y conducta desordenada.
A este organismo se ha sumado un sinfín de clérigos segundones, empresarios de capa caída, banqueros sin efectivo, políticos exhumados, nostálgicos de la monarquía, colaboracionistas, pobres diablos, ex militares retirados, y pensionistas insatisfechos. Uno que otro, alega representar derechos de sangre, méritos inverificables, o ser delegado de reales, imaginarios o supuestos clanes minúsculos en el panorama nacional libio.
Tremenda confusión y subsecuente división ha causado el reparto de los dineros entregados al acorralado Consejo, por parte de compañías extranjeras explotadoras de petróleo por concepto de abonos correspondientes al Estado Libio en los pozos ubicados alrededor de Tobruk, Derma y Al-Adam.
La bronca fue alrededor de la propuesta de Jalil de depositar las jugosas regalías en paraísos fiscales, a nombres propios y no necesariamente a nombre del Estado.
Para maquillar su crisis moral, el Consejo ha difundido información acerca de una propuesta del Líder de la Revolución de obtener perdón, olvido e indulgencia de este organismo fantasma, para una supuesta salida honrosa al exilio para él y su familia inmediata.
Desde mi perspectiva personal
En Libia el imperio yanqui aspira a apoderarse del petróleo, de la misma manera que con mentiras descaradas invadió Irak, en el 2003, para asesinar al Presidente Saddam al-Hussein, luego de un culebrón televisado de sicariato judicial.
El fracaso del imperio en Irak es más que evidente: más de tres millones de iraquíes han muerto como producto de la guerra yanqui, mientras cerca de 10 mil gringos han regresado a su país, con los pies por delante, en plásticas fundas negras de basura.
Hoy Irak es un país convulsionado. Sólo alrededor de la Embajada yanqui en Bagdad, en el barrio denominado verde (unas 20 hectáreas), el gobierno fantoche de Jalal Talabani, y su compinche Nuri el-Maliki (agente de la CIA por largos años) mantiene control sobre territorio nacional.
La confrontación mortal entre sectores de la población, kurdos, sunnitas, laicistas, socialistas y chiitas, desangra a esta sufrida nación, con más de 40 mil víctimas de lucha fratricida.
Y para colmo de colmos, por concepto de reparación, Irak ha hipotecado su petróleo por los próximos 25 años, teniendo que pagar a su verdugo, por hacerle el favor de "liberarle de Saddam", y dotarle de la "democracia paradisíaca" que vive en estos días. La población cristiana de Irak, de un porcentaje cercano al 10 de su población, se ha reducido a unas 14 mil personas, todas ellas deseosas de emigrar al extranjero, por causa de intolerancia oficial y de abierta persecución religiosa.
El más prominente de los políticos cristianos iraquíes, el Dr. Tarek Aziz, es un ortodoxo caldeo uniata, que se desempeñó como Ministro de exteriores durante todo el régimen del Baath, y que ha sido condenado a muerte por horca, a pesar de que como atenuante, voluntariamente él mismo, en el 2004, se entregó a las fuerzas yanquis de ocupación, para ser juzgado por su participación socialista. ¡Así paga el diablo a sus devotos!
En Libia no existe ninguna revolución ciudadana, sino un levantamiento artificioso sostenido por dinero la superpotencia, y complicidad británica, en una antinatural alianza con sectores fanáticos islámicos, cuyas cabezas visibles son eñ egipcio Aimán al-Sawahiri, y el saudita Osama bin-Laden, ex agente de la CIA en Afganistán, en su lucha a muerte contra el régimen pro soviético de Najibullah, y hoy enemigo jurado del "Gran Satán" imperialista.
La convulsión social libia se genera en un 10% por causas internas, errores aceptados por el régimen como legítimos; y un 90% de aspiraciones fantasiosas de manufactura foránea.
En Libia no existe ningún sector alternativo, representativo, de oposición al régimen, sino un grupúsculo de políticos fracasados y ambiciosos que no representan ni a sus clanes familiares.
El problema libio es de incumbencia interna. Podría degenerar en una abierta guerra civil debido a la intromisión armada foránea, a la desinformación constante por parte de agencias noticiosas multinacionales --ni profesionales ni imparciales-- alineadas con los macabros propósitos de Washington, y sobre todo, por la indiferencia del resto de la humanidad.
Una eventual salida del poder, de parte del Líder de la Revolución Libia, significará a la larga, una pérdida sensible para la comunidad creyente cristiana en todas sus ramificaciones. Significará una sensible disminución de la energía petrolera para occidente, y finalmente un polvorín en el corazón de Europa.
¿Qué pedimos?
¡NO a la intervención armada OTAN/USA en Libia! ¡SI al diálogo ínter libio propuesto por ALBA! Nuestra Comisión de prominentes ciudadanos de América Latina y aún norteamericanos de la talla de Jimmy Carter y Jane Fonda está lista para aceptar el desafío a favor de la paz y el entendimiento fraterno. A quienes conocemos de cerca esta realidad, la sangre libia ¡nos duele en el alma!
Ambato, Ecuador, 09-marzo-2011
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