Los clientes de las prostitutas suecas no lo tienen fácil: si son descubiertos se arriesgan a una pena de un año de cárcel o a una cuantiosa multa. La premisa sueca es que si no hay demanda no habrá oferta.
Un modelo que este país defiende y que ha exportado a Noruega, Islandia o Singapur. Francia e Irlanda estudian seguir sus pasos. También Valencia dio luz verde hace unos días a una ordenanza municipal que contempla sanciones para los clientes, pero no para las meretrices.
En Suecia, desde que entró en vigor la ley, unas 5.700 personas -todos, salvo contadísimas excepciones, hombres- han sido detenidos por comprar sexo o intentar hacerlo. De ellos, algo más de la mitad han sido condenados, aunque ninguno ha entrado en prisión. Han esquivado las rejas abonando una multa de al menos un tercio de sus ingresos diarios durante dos meses.
"No se trata solo de condenas. La ley busca un cambio social, ser ejemplarizante. Y se está logrando`, asegura la comisaria Kajsa Wahlberg, relatora nacional contra la Trata de Personas con Fines de Explotación Sexual. Diez años después de que entrara en vigor la inédita ley, el número de compradores de sexo había descendido del 13,6% a menos del 8% de la población, según datos del Instituto Sueco. Y aunque la norma -que apoya más del 70% de la población- no ha conseguido encerrar a los clientes sí ha conducido a una reducción palpable de la prostitución callejera: antes de la ley unas 600 mujeres ejercían en las calles de Estocolmo cada día; actualmente no son más de 10, según la Policía.
En Suecia, los burdeles se han trasladado a la red. Una realidad de la que las autoridades son conscientes y que la asociación Rose Alliance -una de las escasas voces que censura públicamente la norma- considera efecto de la ley. Para esta organización de extrabajadoras sexuales la prostitución es ahora menos visible y, por tanto, más insegura; y que la regulación contribuye a estigmatizarla. "Existen mujeres que se dedican a ello voluntariamente. Hay explotación y trata, pero no todas son víctimas", dicen.
Para ley sueca, alguien que paga por sexo no solo atenta contra la dignidad de las mujeres; además, está contribuyendo a que esa arquitectura criminal prolifere. Desde que entró en vigor la ley, unas 200 personas han sido condenadas por proxenetismo en Suecia. Unas 40 por trata de seres humanos con fines de explotación sexual, desde que en 2002 se incluyó este delito que implica trasladar a la persona con engaños, coacciones o a la fuerza para explotarla.
En Europa conviven tres modelos de regulación de la prostitución: el ejemplo sueco, abolicionista; el holandés, legalista; y las normativas que solo prohíben el proxenetismo, como la española. (El País, España).
Fuente: elpais.com.uy
No hay comentarios:
Publicar un comentario