por José Carlos García Fajardo, Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
¿Qué es el consumismo, la globalización y la nueva economía sino una ideología radical y deletérea? Las más diversas cosmovisiones son erradicadas como enemigas del nuevo dios de lo efímero, del consumo rápido y de la aceleración imaginística que impide pensar.
Es necesario abrir un debate entre los responsables de las asociaciones humanitarias y de las organizaciones no gubernamentales para la expansión de la sociedad civil.
Abordar la globalización de un modelo de desarrollo funesto para 3/5 partes de la humanidad: marginación de la mujer, explotación de los niños, hambre en el mundo, agresión al medio ambiente. La espeluznante industria de las armas que sostiene más de 30 guerras vivas que provocan millares de muertos para que ellas puedan desarrollar su siniestro cometido. El negocio criminal del narcotráfico que blanquea cada año más de 600.000 millones de dólares en bancos que luego lanzan costosas campañas publicitarias de imagen para intentar lavar su mala conciencia. El escándalo de la industria farmacéutica que hace negocios monstruosos con medicamentos vitales para erradicar graves enfermedades muchas veces con patentes de principios activos robados a los empobrecidos pueblos del sur. El sistema de la nueva economía basado en la especulación y en la libre circulación de capitales sin más cortapisa que sus propios intereses.
Todo esto nos lo quieren vender por medio del poder que ejercen en los medios de comunicación como algo tan natural como la ley de la gravedad o el trazado de las órbitas de los planetas. Lo denominan las sagradas leyes del mercado y su fatalismo es tan demoledor e injusto como el destino, la predestinación o el determinismo histórico.
No olvidemos que la industria del cine, televisión, música y en general del ocio, es propiedad en cerca de un 90% de los ricos países del norte e India que ejercen un auténtico neocolonialismo de las mentes como si se tratase de una nueva religión ante la que no cabe disentir si uno no quiere verse marginado por el sistema, que ellos han impuesto.
Luego dicen que han muerto las ideologías. ¿Qué es el consumismo, la globalización y la nueva economía sino una ideología radical y deletérea? Afecta no sólo al imaginario de las gentes sino a las más diversas cosmovisiones que son erradicadas como enemigas del nuevo dios de lo efímero, del consumo rápido y de la aceleración imaginística que impide pensar porque pensar es pecado. Al igual que el no tener que, en la nueva moral sin ética, también es pecado.
Es preciso desencadenar un movimiento desde las raíces y expansivo que integre a los hombres y mujeres de este mundo cada vez más al alcance de nuestros sentidos. Es preciso recuperar las señas de identidad amenazadas o perdidas. Es preciso convocar a quienes tengan algo que decir antes de que sea demasiado tarde y sólo se puedan oír los gemidos en el silencio impuesto por el torbellino arrollador del cainismo que sucederá al gran hermano, ya con minúsculas porque se ha revelado no como vigilante universal sino como destructor de identidades.
Como dice Ignacio Ramonet, director de Le monde Diplomatique: “Hoy sabemos, con espanto, que nuestra sumisión y el control de nuestros espíritus no serán conquistados por la fuerza, sino a través de la seducción; no como acatamiento de una orden, sino por nuestro propio deseo; no mediante el castigo, sino por el ansia de placer…”
EL ENVÉS 2013 07 22
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Fuente: Redes Cristianas
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